viernes, junio 30, 2023

Diego Sacchi | El Grupo Wagner y la privatización de la guerra

Pablo González Casanova: lo nuevo es la coherencia

Jujuy: cómo seguimos la lucha


En la provincia de Jujuy, siguen las movilizaciones y acciones directas a pesar de los intentos de todo el arco político patronal por desactivarlas. 

 El sindicato de docentes primarios ADEP, que sigue de paro, ha planteado la necesidad de que el resto de los gremios llame a un paro provincial este viernes y realice una gran movilización para tirar abajo la reforma constitucional reaccionaria. ADEPs viene realizando marchas y movilizaciones y un “Malón Docente” donde los maestros se han movilizado hacia la capital en una caminata desde el interior de la provincia. A esto se suman las tomas de colegios por parte de alumnos secundarios contra la reforma, los cortes, las marchas que se están empezando a multiplicar tanto en la capital como en el interior. 

 Maniobras 

El operativo que busca desactivar la lucha es fenomenal. Morales ha dispuesto una serie de allanamientos contra manifestantes que estuvieron el 20 de junio en las inmediaciones de la Legislatura. Algunos se realizaron sin órdenes, durante la noche, y se han denunciado inclusive torturas. 
 Por otro lado, han tomado intervención la burocracia sindical y el peronismo para hacer el trabajo sucio de la ´contención´. Las 39 visitas a la provincia de la primera plana de la burocracia sindical, particularmente docente, que realizó un acto, no para extender el conflicto, sino para intentar cancelarlo o circunscribirlo a la provincia. A esto le ha seguido el intento de aprovechamiento de distintas facciones del peronismo sobre sectores de las comunidades originarias, como desviar el eje de lucha hacia el planteo de inconstitucionalidad de la reforma ante la Justicia Sólo podremos derrotar a la reforma con los métodos históricos de la clase obrera. 
 El desvío ‘legalista’ es impulsado por sectores del peronismo, incluyendo la intervención federal de la provincia. El planteo intervencionista no tiene futuro ni el gobierno tiene los votos ni los recursos para hacerlo. 
 Hoy la explotación del litio y otros recursos naturales es la bandera del conjunto de los partidos políticos tradicionales. Las multinacionales exigen una legislación que garantice su explotación, con el apoyo de los acreedores internacionales. El compromiso de Massa-Morales-Fernández es completo en este sentido. 

 Una visita sin resultado 

El martes 27, se reunieron representares del denominado ‘Tercer Malón de la Paz” con el Presidente Alberto Fernández, en Olivos, para exponer durante dos horas la situación que atraviesa la provincia. Participó una parcialidad de las comunidades originarias. Sus representantes se volvieron a Jujuy con las manos vacías.
 Queda claro que las denuncias penales sobre el accionar represivo y las eventuales denuncias por inconstitucionalidad que anunció el gobierno nacional, son fuegos de artificio para la campaña electoral. 
 La reunión con AF generó debates y discusiones al interior de las comunidades sobre si se debía participar o no, y sobre la delegación.

 Superar las maniobras 

Las bases docentes siguen movilizadas, muchas veces superando a las direcciones. Es indispensable profundizar esta deliberación y apuntar a una coordinacion efectiva y consciente de las bases que se encuentran en los cortes de ruta, en las movilizaciones y demás acciones de lucha. 

 Iñaki Aldasoro 
 29/06/2023

jueves, junio 29, 2023

El trabajo alienado en Karl Marx | con Marcello Musto

¿Bloqueo naval a Cuba?

Cisjordania: pogroms antipalestinos anuncian ofensiva sionista en gran escala


El lunes 19 el ejército israelí lanzó un ataque sin precedentes contra la ciudad y el campo de refugiados de Jenín, al norte de Cisjordania, en represalia a una acción palestina en un asentamiento de colonos sionistas. Por primera vez desde principios de la década de 2000, el ejército de ocupación israelí utilizó un helicóptero de ataque Apache para disparar misiles contra los palestinos durante esa incursión. Las tropas israelíes mataron al menos a cinco palestinos e hirieron, según el Ministerio de Salud palestino, a otros 91, 23 de los cuales se encuentran en estado crítico (Middle East Monitor, 21/6). 
 El ejército sionista enfrentó entonces un virtual levantamiento popular. Le llevó ocho horas evacuar cinco vehículos blindados, reconoció la Radio del Ejército. 
 La acción del Ejército siguió a una ola de progroms antipalestinos lanzados desde varias colonias asentadas en los territorios ocupados. Luego del asalto de principios de año contra el pueblo de Hawara, los ataques de los colonos continuaron sin que el Ejército haga ningún esfuerzo por detenerlos, e incendiaron una mezquita, casas y vehículos en ciudades cisjordanas (Haaretz, 22/6). 
 El Estado sionista va camino a transformarse en un régimen filofascista. El ministro de Finanzas y máxima autoridad del gobierno de extrema derecha sobre Cisjordania, Bezalel Smotrich, sostuvo que “ha llegado el momento de reemplazar la actividad precisa con una operación amplia para erradicar los nidos de terrorismo [sic] en el norte de Cisjordania y restaurar la disuasión y la seguridad en la región” y se pronunció a favor de “traer fuerzas aéreas y blindados y proteger las vidas de nuestros guerreros”, refiriéndose de este modo a los colonos usurpadores de la tierra palestina. 
 En torno a la “cuestión palestina” está en juego el futuro del ejército sionista. Los colonos pretenden que éste pase a ser lisa y llanamente su guardia pretoriana. La ministra de extrema derecha Orit Strock se indignó por la declaración conjunta del sábado por la noche de los jefes militares, policiales y de seguridad israelíes condenando los ataques de los colonos contra civiles palestinos y calificándolos de ´terror nacionalista´. “¿Quiénes son ustedes, el Grupo Wagner?”, les espetó. 
 Simultáneamente con todo esto, los sionistas en medio de la guerra en Ucrania están haciendo negocios como nunca antes. La industria bélica israelí está vendiendo armas y equipos ultrasofisticados a toda Europa. De la mano de esos negocios el imperialismo mundial calla toda crítica sobre la fascistización sionista: “un ejército que puede interceptar misiles balísticos fuera de la atmósfera terrestre y se lanzan a mil millas de distancia, es incapaz de controlar a una banda de colonos que opera en un área donde Israel tiene una división territorial completa con seis brigadas sobre el terreno” (Haaretz, 23/6). 

 Norberto Malaj
 29/06/2023

Francia: el régimen de gatillo fácil enciende nuevamente la rebelión popular


Una intensa movilización autoconvocada se ha desplegado en distintos barrios de París y en ciudades importantes de Francia como Toulouse, Rennes, Lille, entre otras, tras el brutal asesinato de un joven de 17 años, Nahel M, a manos de la policía. El intento de presentar a Nahel como un fugitivo que se negó a respetar un control policial y que incluso atacó con su vehículo a los oficiales quedó desmentido en pocas horas. Varios videos que circularon en las redes sociales desnudaron el asesinato. Elisabeth Borne, primera ministra, y al propio Macron, presidente de Francia, admitieron el acto criminal.
 Un operativo policial de dos mil efectivos fue convocado para restaurar el orden en múltiples barrios parisinos. En Nanterre, donde vivía el joven asesinado, se convocaron durante dos noches los vecinos para protestar enérgicamente contra el despotismo policial. Gérald Darmanian, ministro del Interior, ha hecho declaraciones provocativas contra los manifestantes acusándolos de ejercer violencia contra edificios públicos. Darmanian ha tenido durante estos años una política contraria a la inmigración y busca hacer pasar un proyecto sumamente represivo que pretende deportar a millones de inmigrantes y refugiados. Nahel era de origen argelino, la policía actuó bajo los pretextos racistas de su líder político.
 Macron y Borne han intentado despegarse de sus propias fuerzas policiales, acusando que es imperdonable lo que ha sucedido y que debe ser esclarecido lo más pronto posible. Han convocado a respetar la movilización que ha hecho pública la madre de Nahel y llamado al país a “mostrar respeto”. El llamado a la paz ha sido el preludio para un operativo represivo por parte del gobierno. Los manifestantes han respondido sin temor a estas provocaciones, mostrando una gran predisposición, fundamentalmente de los jóvenes, a un enfrentamiento abierto. 
 La enorme reacción popular ha sacudido al gobierno que busca levantar cabeza tras la aprobación de la reforma de pensiones que ha sido rechazada por el conjunto de los trabajadores de Francia. Las brutales represiones sufridas en la lucha contra la reforma de pensiones han tenido continuidad en las presentes movilizaciones: ya se encuentran detenidos más de 150 manifestantes (con mayoría en Nanterre) y se han contabilizado varios heridos. La policía ha efectuado disparos con gases lacrimógenos, equipo de motociclistas e infantería. Justamente, los dos oficiales de motocicleta han sido los responsables del asesinato, lo cual ha encendido aún más la ira popular. Varias comisarías y patrulleros han recibido ataques por parte de los manifestantes e, incluso, una prisión parisina. 
 El levantamiento popular en Nanterre y su rápido contagio a todos los puntos cardinales del país demuestra que en Francia la chispa de la rebelión popular sigue encendida. En Francia hay un régimen político basado en la represión a la población migrante y a sus descendientes. Tiene, por lo tanto, un abierto carácter de clase. Permea en toda la sociedad francesa. Las centrales sindicales deberían llamarse a un paro general.

 Joaquín Antúnez
 29/06/2023

miércoles, junio 28, 2023

El imperio tras el petróleo venezolano


Las declaraciones del expresidente estadounidenses Donald Trump sobre las intenciones de apoderarse, con el uso de cualquier argucia, del petróleo venezolano no es una noticia nueva pues esa ha sido la política ejercida por la Casa Blanca desde el triunfo de la Revolución Bolivariana en 1999, encabezada por su líder, Hugo Chávez Frías. 

 Trump, en un reciente discurso realizado el 10 de junio en el Estado de Carolina del Norte, afirmó: “Cuando me fui, Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos habríamos apoderado de ella y habríamos conseguido todo ese petróleo. Pero ahora se lo compramos a Venezuela, haciendo rico a un dictador”. 
 Las relaciones entre Caracas y Washington se tensaron desde que en 1999 Venezuela inició un camino político, económico y social independiente el cual no fue del agrado de Estados Unidos que siempre había mantenido un control casi total sobre esa nación latinoamericana. 
 De esa forma las medidas coercitivas contra la Revolución Bolivariana comenzaron con el presidente Bill Clinton, y las continuaron los siguientes mandatarios, George W. Bush, Barack Obama, Donald Trump y el actual, Joe Biden. 
 Washington buscó el apoyo de varios países occidentales para defenestrar al mandatario Nicolás Maduro y el 20 de enero de 2019, tras autoproclamarse el derechista opositor Juan Guaidó “presidente interino” de Venezuela (con las orientaciones y apoyo tácito de la Casa Blanca) arreciaron las presiones de todo tipo contra Caracas. 
 Trump ordenó congelar los activos del Gobierno de Maduro en territorio estadounidense y prohibir cualquier transacción financiera con el país latinoamericano y debilitar la industria petrolera de esa nación, mientras recibía en el Congreso al fantoche Guaidó.
 Ninguna de esas restrictivas políticas le dio resultado a Trump aunque aún las sigue Biden al pie de la letra. 
 Pero analicemos algunos datos históricos. En 1943 la Standard Oil Co. de New Jersey decidió consolidartodos sus intereses en Venezuela en una sola empresa: la Creole Petroleum Corporation, fusionando en ella la Creole Petroleum Co., Standard Oil de Venezuela (ESSO) y Lago Petroleum Corporation. 
 En 1921 ya su subsidiaria Standard Oil Company of Venezuela (S.O.V.) inició sus actividades exploratorias. Entre 1922 y 1928, la S.O.V. realizó 42 perforaciones en el Lago de Maracaibo y el Oriente venezolano. 
 Creole Petroleum Corporation era una empresa petrolera privada, filial de la Standard Oil of New Jersey (actual ExxonMobil) y 95 % propiedad de ésta, que operó varios campos petroleros en Venezuela y hasta 1951 fue el primer productor de petróleo a nivel mundial. 
 Antes de la Revolución bolivariana el desarrollo de la industria petrolera estaba dirigido a favorecer los intereses de las grandes transnacionales las que depredaron los recursos naturales y deformaron el cuadro económico-social del país. 
 O sea, los intereses imperiales se sobrepusieron a los venezolanos para satisfacer las necesidades de expansión del Estado norteamericano y de esa forma surgió el modelo rentista petrolero, enemigo del desarrollo del país. 
 Así se estableció por casi 85 años un sistema capitalista profundamente atrasado, dependiente de la economía norteamericana, con un escaso desarrollo de las fuerzas productivas y con alto nivel de desigualdad económica y social. 
 Venezuela es el país con las mayores reservas probadas de crudo pesado del mundo, con 303 000 millones de barriles y posee además las mayores reservas de crudo liviano del hemisferio occidental. 
 Según el Boletín Estadístico Anual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sus reservas superan a países como Arabia Saudita (264 516 millones de barriles), Irán (151 170 millones de barriles) e Irak (143 000 millones de barriles). 
 Actualmente, todas las reservas de crudo y gas natural situadas en el territorio venezolano son propiedad de la República Bolivariana de Venezuela, estimadas por PDVSA y oficializadas por el Ministerio del Poder Popular de Petróleo. Esa decisión soberana, como es lógico, ha irritado por casi 25 años a las compañías transnacionales y a los gobiernos estadounidenses que no han podido disponer y enriquecerse con esos yacimientos de hidrocarburo muy cercanos al territorio del decadente imperio. 
 La reciente afirmación de Trump echa por tierra todas las noticias falsas contra el proceso bolivariano que divulgan los representantes de la administración estadounidense y los medios de comunicación occidentales. La realidad, como significó el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, es que las más de 400 “sanciones” impuestas por Estados Unidos y sus aliados contra Caracas “no es por el tema de los derechos humanos, de la democracia, o de la dictadura que había”, sino de “apoderarse de las riquezas petroleras del país”.

 Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.

Familiares renuevan esperanzas de hallar a desaparecidos en Uruguay

El hallazgo de los restos de un presunto detenido desaparecido por la dictadura en Uruguay renueva hoy expectativas de encontrar a los que faltan, dijo aquí una de las familiares de esas víctimas.

La exdiputada por el Frente Amplio, Macarena Gelman, hija de los detenidos desaparecidos argentinos María Claudia García y Marcelo Gelman, refirió a la prensa que a pesar de que son «imágenes fuertes», reconforta confirmar otra vez que los cuerpos están. 
 Sus declaraciones ocurrieron luego que aparecieran esta semana restos humanos en terrenos del batallón de infantería número 14 del Ejército, en el departamento de Canelones.
 Allí funcionó un centro de detención y tortura que imperó en Uruguay entre 1973 y 1985, aunque hay víctimas fatales desde antes de ese período por la represión. 
 Gelman apuntó que el descubrimiento «renueva expectativas, renueva esperanzas, renueva fuerza y nos confirma que este es el camino para seguir”. 
 La exdiputada destacó el «trabajo de hormiga» que desarrolla el equipo de antropólogos dirigido por la experta Alicia Luisardo, cuyas labores continúan en el predio, donde en 2011 y 2012 fueron recuperados otros dos desaparecidos.
 Macarena Gelman lamentó la falta de disposición para facilitar «información por parte de los responsables» de aquellos crímenes.
 Según datos oficiales, en Uruguay hay 192 detenidos durante la dictadura que continúan en paradero desconocido. 

 Prensa Latina 
 10/06/2023

1973, Uruguay militarizado y Kissinger con 50 años

El golpe de Estado en Guatemala en 1954, como el golpe en Brasil en 1964 y la invasión a República Dominicana en 1965, son hechos que caracterizan el entorno político del golpe de Estado de 1973 en Uruguay. 

 En los archivos del entonces quincuagenario Henry Kissinger (hoy centenario con crímenes en su historial que es preciso contar por miles) figura el encuentro en Londres, en diciembre de 1971, entre Richard Nixon y Edward Heath, en el que Nixon recomienda seguir alentando a la dictadura militar de Brasil, que ayudó a “arreglar las elecciones uruguayas”. 
 Pasajes como este constituyen un desmentido a la afirmación de los medios controlados por corporaciones de que la imposición política de las grandes potencias va dirigida a preservar la democracia. Las urnas tiradas en cualquier lugar y la cantidad de votos superior al número de electores son trucos concebidos por estrategas imperialistas. Se aplicaron en Uruguay y se han aplicado en otros países (en República Dominicana, por ejemplo, en 1966 y en 1994). 
 Al fraude se suma un libreto de acción, la llamada Operación 30 Horas, elaboración yanqui para ser ejecutada por Brasil. La dictadura militar brasileña intervendría militarmente a Uruguay para reponer al presidente Jorge Pacheco Areco en caso de que el Frente Amplio, agrupación de la cual formaba parte el Partido Comunista, ganara las elecciones de 1971. Huelga mencionar, junto al nombre de Pacheco Areco, los de Nixon y Kissinger. La dictadura argentina no participaría en la manipulación electoral, pero apoyaría un golpe de Estado para reinstaurar a Pacheco. 
 Se trataba de apuntalar el atraso político y a ese proyecto dedicaron sus esfuerzos los representantes del anticomunismo en América y el resto del mundo.
 Asumieron como de alto interés nacional y regional el combate a los grupos contestatarios y a las organizaciones armadas que surgieron en el ambiente de represión instaurado con la crisis generada por el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones y el descrédito de un liderazgo desfasado, servil y criminal. 

 LOS SEÑORES DEL GARROTE 

 El presidente que el 27 de junio de 1973 disolvió el Congreso, Juan María Bordaberry, fue electo mediante la manipulación que Nixon y Kissinger reconocen en 1971, y representaba la línea directa de continuidad de Pacheco Areco. Los sufragios fueron “contados” para favorecer a la derecha representada por el Partido Nacional o Partido Blanco, que perdió por poco margen, y el Partido Colorado, que postuló a Bordaberry. Al Frente Amplio, que postuló a Líber Seregni, apenas le asignaron en el conteo el 18.3 por ciento. 
 El imperialismo y las dictaduras continentales actuaban en Uruguay con descaro tanto en la represión a la resistencia interna (el principal brazo armado de esa resistencia era el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros) como en el trabajo contra los movimientos revolucionarios latinoamericanos y en la conspiración contra los gobiernos de Cuba y de Chile. 
 Con apoyo internacional y colaboración de la oligarquía uruguaya, Pacheco Areco había comenzado a aplicar, en junio de 1968 (hace 55 años, si de aniversarios se habla), las Medidas Prontas de Seguridad, MPS. Fueron congelados los precios (en términos oficiales, aunque no en los hechos), fueron congelados los salarios y la libertad sindical fue eliminada de facto. La tortura, las detenciones masivas y el asesinato de opositores pasaron a formar parte de lo cotidiano en Uruguay. ¿Es esto democracia?
 En 1969 llegó Daniel Anthony Mitrione (Dan Mitrione), definido como experto en contrainsurgencia por sus jefes de la International Cooperation Administration.
 Mitrione estuvo en Santo Domingo después de la intervención de 1965 y durante años colaboró también con los cuerpos represivos de Brasil. En Uruguay, convirtió su casa en centro de entrenamiento de torturadores, a quienes orientaba sobre los niveles de dolor y las medidas de daño permanente indicadas para arrancar confesiones y dominar la voluntad del opositor prisionero antes de liberarlo, matarlo o dejarlo en algún pasillo donde le llegara la muerte tras una larga agonía. 
 Mitrione fue atrapado, interrogado y fusilado por los tupamaros en 1970. Algunos medios de Europa y de Estados Unidos se unieron al “llanto” de Pacheco Areco (que declaró Duelo Nacional) y otros editorializaron calificando de extremista y no caballerosa la acción de los tupamaros. 
 La Casa Blanca lo describió como luchador por el progreso pacífico. Nixon asistió a su funeral. ¡Habrán borrado esta nota los defensores del orden que resguarda a banqueros, terratenientes, petroleros, fabricantes de armas y actores similares! 
 No fue Mitrione el único agente yanqui tomado prisionero, pero su caso tuvo alta presencia mediática. 
 La disolución del Parlamento fue una acción tomada por Bordaberry, pero diseñada por la derecha nacional y regional y los estrategas imperialistas. 
 Trascienden estos hechos las fronteras de la tierra en que nació José Artigas. La injerencia imperialista auspició la alianza de las dictaduras suramericanas, que orquestaron, bajo la dirección de estrategas yanquis, europeos e israelíes, proyectos criminales como el Plan Cóndor, que cobró decenas de miles de vidas en América Latina.
 La dictadura militar uruguaya (en su versión sin disfraces) se prolongó hasta 1985. Juan María Bordaberry, Alberto Demicheli, Aparicio Méndez y Gregorio Álvarez, ejercieron como gobernantes con el sello del Partido Nacional o el del Partido Colorado, pero es obligatorio incluirlos en la lista de lacayos encargados de coordinar, a nivel continental, las más repugnantes tropelías. 
 En el Archivo de Seguridad Nacional figura un documento en el cual se hace constar que el entonces secretario de Estado de Estados Unidos revocó el 16 de septiembre de 1976 la orden que había dado un mes antes a los embajadores yanquis en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Bolivia y Uruguay de que advirtieran a los regímenes militares que se abstuvieran de cometer una «serie de asesinatos internacionales». A esta negativa atribuyen muchos analistas la consumación del asesinato del dirigente chileno Orlando Letelier. 
 No causa asombro que Kissinger decidiera dejar las manos sueltas a sus agentes del crimen, pero es indignante el poder de Estados Unidos para sembrar muerte en América Latina formando, entrenado y otorgando poder a esos agentes. La conquista de la soberanía es una meta irrenunciable.
 Hoy, agentes de la misma estructura de poder, (Joe Biden, Donald Trump, Antony Blinken, Laura Richardson, Mike Pompeo…) se presentan en América Latina como agentes de la democracia y posan junto a presidentes (casi todos poseedores de hediondas fortunas) y a legisladores comprometidos con el robo y el saqueo, ordenando mantener a disposición de los intereses imperiales los recursos que deben ser destinados a eliminar la miseria y a superar el subdesarrollo. 
 Es una expresión de estafa política el coro de los progresistas que temen ser calificados como revolucionarios (en realidad no lo son). La autodeterminación de los pueblos tiene como requisito la soberanía, para cuya conquista es indispensable romper los lazos con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y combatir el proyecto imperialista. Sumarse a ese proyecto es una acción retrógrada, no importa el pretexto que se utilice.
 A cincuenta años del inicio formal de la dictadura en Uruguay, que se prolongó hasta 1985, la derecha continental sigue a la orden de los sustentadores de un proyecto de saqueo que se actualiza con las nuevas necesidades, pero acentúa su definición de criminal… No es Kissinger el único mal que puede durar 100 años… El proyecto imperialista será derrumbado por la fuerza de los pueblos… Es necesario, pues, impulsar la toma de conciencia para imprimir contundencia a la lucha… Por la preservación de la vida, por la dignidad. 

 Lilliam Oviedo | 27/06/2023

Uruguay, Prohibido pensar: Doce años de una gran cárcel en un pequeño país

“No es dictadura” fue el título de la portada del emblemático semanario uruguayo Marcha, que dirigía Carlos Quijano. Así titulaba su edición a tres días del golpe de Estado cívico-militar del 27 de junio de 1973. Más abajo, en la misma tapa, se reproducía el Decreto completo de disolución del Parlamento.
 Ese mismo 27 de junio de 1973, los trabajadores y la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) empezaron la Huelga General más larga de la historia del país. Duró 15 días. El 30 de junio, el dictador y sus cómplices ilegalizaron la CNT. Un año después, en noviembre de 1974, la dictadura cerró Marcha. En sus páginas, habían escrito y escribían intelectuales como Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Rodolfo Walsh, Eduardo Galeano y Mario Benedetti. 
 La sangrienta dictadura uruguaya permaneció en el poder hasta 1985. En esos doce años, el régimen uruguayo se convirtió en el mayor verdugo de sus ciudadanos, torturando, asesinando, encarcelando y aterrorizando. Uruguay se transformó en una gran cárcel: en 1976 tenía el índice más alto de prisioneros políticos por cantidad de habitantes de América del Sur y posiblemente del mundo entero.
 Eduardo Galeano escribió al respecto: «Durante los doce años de la dictadura militar, Libertad fue nada más que el nombre de una plaza y una cárcel… estaban presos todos, salvo los carceleros y los desterrados: tres millones de presos… A uno de cada ochenta uruguayos le ataron una capucha en la cabeza; pero capuchas invisibles cubrieron también a los demás uruguayos, condenados al aislamiento y a la incomunicación, aunque se salvasen de la tortura. El miedo y el silencio fueron convertidos en modos de vida obligatorios». 
 El Golpe en Uruguay hizo que tuvieran que exiliarse Los Olimareños, Alfredo Zitarrosa, José Carbajal (El Sabalero) y Daniel Viglietti, entre muchos otros grandes artistas de ese tiempo, pero antes de marcharse, Viglietti llegó a publicar el álbum Trópicos, cuya estatura artística alcanzaría niveles notables, aún hoy importantes aunque hayan pasado 50 años. 
 Junto con Argentina y Chile, Uruguay fue uno de los países más activos del terror transnacional conocido como “Plan Cóndor”, cuyas garras recorrieron toda Sudamérica. Centenares de uruguayos exiliados en Argentina, Chile, Paraguay, Brasil y Bolivia fueron secuestrados y desaparecidos. A 50 años del retorno de la democracia, la mayoría de esos crímenes aún siguen sin castigo. La impunidad con la que se cometieron esos horrores en los años 70 se institucionalizó en 1986 cuando el parlamento democrático sancionó la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. 
 Una ley de nombre largo y rebuscado con un simple objetivo: dejar en el silencio las atrocidades cometidas por el estado uruguayo, en ese caso por la camarilla cívico-militar. La impunidad prevaleció durante 15 años. 
 “Ni verdad, ni justicia” pareciera haber sido la fórmula de los tres gobiernos uruguayos entre 1985 y 2000. Hasta 1999, políticos como el ex Presidente Julio María Sanguinetti podían afirmar a la prensa que «en Uruguay no desapareció ningún niño». Pero esas mentiras se hacían insostenibles. 
 Gracias a la labor incansable de los sobrevivientes, sus familiares, las ONG, la central sindical y algunos jueces y fiscales comprometidos se llegó en 2002 al primer procesamiento en el país. El acusado fue el ex canciller Juan Carlos Blanco por la desaparición de la maestra Elena Quinteros en 1976 desde dentro del predio de la embajada venezolana en Montevideo. 
 También en 2002, Sara Méndez pudo encontrar a su hijo Simón, que tenía apenas veinte días cuando ambos fueron secuestrados en Buenos Aires en 1976 bajo el Plan Cóndor. 
 En 2000, había aparecido en Montevideo Macarena Gelman -nieta del famosos poeta argentino Juan Gelman. Su mamá, Maria Claudia, había sido llevada a Montevideo desde Buenos Aires a finales de 1976. Dio a luz allí y luego fue asesinada. Su hija Macarena fue apropiada ilegalmente por un policía.
 Estas historias no sólo evidencian que en Uruguay habían desaparecido niños, sino también demuestra la existencia de la coordinación de terrorismo de estado entre los países. 
 El hallazgo del cuerpo de Julio Castro, secuestrado en 1977, torturado y asesinado de un disparo en la nuca, desveló otra mentira: los desaparecidos no fueron ningún “exceso”. Exiliados que regresan para encontrar un Uruguay distinto, desterrados que ya no vuelven y rehacen sus vidas en países lejanos, gentes que se quedaron y sufrieron la dictadura y otros que permanecieron indiferentes ante los desmanes. Una amplia galería de personajes construyen Andamios , la última novela de Mario Benedetti. 
 Escribir Andamios fue una experiencia dolorosa para Benedetti, que regresó a Uruguay en 1985 tras un largo exilio que discurrió por Argentina, Cuba y finalmente España. Define de modo muy gráfico la herencia que dejó la dictadura militar en Uruguay (1973-1985) como «un legado de mezquindad». «Sin duda todos sienten, sentimos la derrota», añade Benedetti: «el país cambió y el reencuentro entre los exiliados que volvieron y aquellos que se quedaron ha estado teñido de resquemores y de recelos». 
 En marzo de 1975 se instalaba definitivamente en Madrid el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti. Dejaba atrás Montevideo y una breve temporada en el infierno: una prisión y un sanatorio psiquiátrico. La pena había surgido de un premio y un relato: “El guardaespaldas”, del escritor Nelson Marra, premiado en el concurso organizado por Marcha, por el jurado compuesto por JuanCarlos Onetti, Jorge Ruffinelli y Mercedes Rein. 
 Entre el 9 y el 11 de febrero de1974, el director del semanario (Carlos Quijano), el autor del relato y el jurado que lo había premiado –salvo Rufinelli, contratado en aquellos momentos por una universidad mexicana–, serían arrestados por las fuerzas militares bajo la acusación de pornógrafos, aun cuando la obra había aparecido publicada con una nota, expresamente redactada por Onetti, en la cual se señalaba que “el cuento ganador, aun cuando es inequívocamente el mejor, contiene pasajes de violencia sexual desagradablese inútiles desde el punto de vista literario”. 
 La preocupación de los censores no era estilística sino que habían creído identificar, en la obra de Marra, el retrato y un espejo de las interioridades, con toda su degeneración y patológico sadismo del comisario Héctor Morán Charquero, represor muerto en 1970 por el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. 
 La acusación de pornografía fue recogida semanas más tarde por el escritor argentino Julio Cortázar en un diario mexicano, donde solicitaba la excarcelación de los detenidos y comentaba igualmente el“emplazamiento” del gobierno uruguayo al “New York Times” –que había tildado el encarcelamiento de “arbitrario”– para que publicase el relato de Marra y pudiera así el lector estadounidense juzgar “las razones que justifican la medida tomada por el Uruguay”.
 Cortázar burlaba de esta petición, señalando que nada podría escandalizar a quienes ya habían pasado “por la escuela de Henry Miller y de Norman Mailer”: “no van a sonrojarse por la eventual pornografía de un relato que, por lo visto, presenta a un guardaespaldas homosexual que termina siendo ejecutado por los tupamaros; como si en Francia los lectores de Jean Genet o de Tony Duvert fueran a sobresaltarse por un tema que incluso comienza a fatigarlos por repetitivo”.
 Pasaron 50 años. Ya no están ni Quijano, ni Onetti, ni Galeano, ni Benedetti, ni Cortázar. Ya callaron sus voces El Sabalero, Viglietti, Zitarrosa. Todavía hay quienes reivindican la dictadura -por suerte son los menos-, mientras siguen apareciendo, en cuarteles del Ejército, restos óseas de “desaparecidos” de hace más de medio siglo. 

 Nora Rusquellas. Historiadora y docente universitaria.

La cárcel de «Libertad»


Penal Militar de Reclusión 1 (conocido como "Libertad" por su ubicación próxima a la ciudad de Libertad). 

Las paradojas del destino han hecho que yo tuviera que añorar los años de la dictadura militar en mi país; tuve en mala suerte crecer y abandonar mi infancia en esa época. No es a la barbarie a quien debo estar agradecido y parecería estar de más aclararlo, si no fuera por la ilimitada necedad humana que nunca descansa. 
 Una vez, en una clase de literatura de la secundaria, le preguntamos a la profesora por qué no se hablaba de Onetti, siendo que dos años antes había recibido el Premio Cervantes en España y que, se decía (alguien dijo), era uno de los clásicos vivos de nuestro país. La respuesta, contundente, fue que Juan Carlos Onetti había recibido todo de Uruguay —educación, fama, etc.— y luego se había ido al exilio a hablar mal de su país. No es necesario comentar semejante exabrupto. Sólo que uno espera de alguien que se ha dedicado a la literatura una visión menos estrecha de la existencia. Se supone que alguien con ese extraño oficio ha vivido varias vidas y ha tenido que sentir y pensar el mundo desde otras cárceles. Sin embargo no es así; la necedad no es la simple carencia de algo sino el resultado de un largo aprendizaje, casi siempre basado en la práctica. Si este recuerdo ocupa todavía en su memoria algún lugar, tal vez forme parte de su cuota de arrepentimientos. Agregaré que aquella profesora, hasta donde alcanza mi juicio, no era una mala persona. Quizás era más feliz que las otras profesoras de literatura que tuve años después. Lo único que tenían todas en común era cierta sensualidad, insospechable por su forma de vestir o de hablar. 
 A lo que voy es que no sería raro que alguien piense, mientras menciono que crecí en tiempos de dictadura, que me debo a ella, que le debo mi educación y poco menos que la vida y que, por lo tanto, debería tenerle algún agradecimiento. Claro que la respuesta es no. Como decía Borges —el tantas veces ciego, pero no menos veces brillante—, uno nace donde puede. A mí me tocó nacer en un momento histórico donde la política —o, mejor dicho, su antítesis: la barbarie— se filtraba por las rendijas de las puertas y las ventanas, hasta destruir a familias enteras. Una de esas fue, entiendo, mi familia. O parte de mi familia. Pero no voy a entrar en eso ahora. 
 No puedo evitar recordar esta trasnochada la cárcel de Libertad, allá en Uruguay. Antes, yo había conocido depósitos menores, con motivo de las visitas que mi familia le hacía a mi abuelo, Ursino Albernaz, el viejo rebelde, el revolucionario, la oveja negra de una familia de campesinos conservadores. Mi abuelo había sido negado por su primera familia; le quedaba la que él mismo había construido y, sin querer, destruido también. Fue torturado por varios “soldaditos de la patria”. Omitiré nombres de vecinos, ya que aún viven y no tengo más prueba que la confesión de mis seres queridos, ya todos muertos; sólo diré que el célebre “Nino” Gavazzo estuvo entre sus cobardes inquisidores. Aunque el adjetivo “cobarde” es una redundancia histórica, ya que las dictaduras no recuerdan ningún acto heroico, ni de sus soldados ni mucho menos de sus generales. Ni siquiera pudieron inventarlos; no sólo porque carecían de imaginación sino porque ni ellos mismos se creían cuando se colgaban estrellas y medallas en sus uniformes, una tras otra hasta cubrirles todo el pecho de chatarra que portaban orgullosos en las fiestas de sociedad. Sólo queda el recuerdo de la permanente y obsesiva propaganda detallando los horrores ajenos. O las demostraciones de amor de los religiosos seguidores de Pinochet que en los años noventa desfilaban con retratos de los desaparecidos por el régimen y con una leyenda que decía: “Gracias a Dios están muertos”. (Recientemente estuvo aquí en la Universidad de Georgia el célebre Frederic Jameson donde, con su habitual guiño provocador, recordó las costumbres narrativas de los imperios, el placer del éxito y la tortura: la épica pertenece a los ganadores, mientras el romanticismo es propio de los perdedores. No obstante, es ésta la que permanece. En América Latina ni siquiera hubo una épica de los vencedores. ¿Quién se puede imaginar a un escritor, por enano que sea, rescatando alguna de los miserables éxitos de nuestros atilas?) 
 De esos cursos en el infierno, mi abuelo salió con una rodilla reventada y algunos golpes que no fueron tan demoledores como los que debió sufrir su hijo menor, Caíto, muerto antes de ver el final de lo que él llamaba “tiempos oscuros”. A principio de los años 70 ascendieron a ambos al mayor espacio simbólico de la dictadura: los enviaron a la cárcel de Libertad.
 Recuerdo la cárcel de Libertad desde infinitos puntos de vista. Para los niños que íbamos allí, el largo viaje era un paseo, aunque siempre debíamos madrugar para luego esperar a un costado de la ruta en noches frías y lluviosas. Esperar, siempre esperar en la ruta, en las terminales de ómnibus, en los interminables puestos de seguridad, en pasillos y salas de manoseo. Cuando niños no podíamos imaginar que todo ese proceso, además de agotador, era humillante. Nos salvaba la inocencia, o la casi inocencia, porque siempre supe qué significaba aquello: era algo de lo que no se podía hablar. Años más tarde, uno de mis personajes llamó a esa generación, “la generación del silencio” y creo que dio sus razones, aparte de ésta. Ese “silencio” significaba, para mí, que existía una contradicción trágica entre el discurso oficial y mi propia vida. En la humilde escuela de Tacuarembó a la que yo asistía, aquella escuela que goteaba sobre nuestros cuadernos los días de lluvia, se nos hablaba de la justicia y el orden pacífico que reinaba en el país, gracias a los Soldados de la Patria. Años después, en la secundaria, todavía se repetía que vivíamos en democracia. Mientras debíamos escuchar y repetir todo esto en el ámbito público, en los veranos, en una cocina rural de Colonia, escasamente iluminada por un farol de mantilla, escuchaba las historias de personas desconocidas acerca de hombres y mujeres lanzados desde aviones al Río de la Plata, por arte de la dictadura argentina. Quince años más tarde serían éstas mismas confesiones, por parte del ex capitán de navíos Adolfo Scilingo, que escandalizarían al mundo. Eso fue en 1995, según recuerdo; leí esta noticia en algún país de Europa —por la arquitectura podría ser Praga—, lo que me dio una idea de la sospechosa inocencia del mundo y de buena parte de nuestra sociedad. Luego Scilingo o Tilingo se desdijo argumentando que todo había sido una “novela”. 
 Si libero mi memoria a partir del primer “check point” que precedía la entrada a la monstruosa cárcel de Libertad, enseguida me vienen a la conciencia militares con botas negras por todas partes, mujeres cargando bolsas, niños quejándose por el paso rápido de sus madres, maldiciones en secreto, invocaciones a Dios. Luego un salón como una estación de trenes, gris por todas partes. El cielo también gris y el piso húmedo, marcado por las botas que iban y venían. Un militar de bigotes recortado, llenando formularios y autorizando a pasar a la gente. No sé por qué, se parece a un Videla de ojos claros, labios apretados y voz de mando. Luego una salita pequeña donde otros uniformados palpaban a los visitantes. Luego otro camino de asfalto que conducía a otro edificio. Una sala sin ventanas. Un retrato de José Artigas vestido de militar blandengue. Más esperas, más ganas de ir al baño y no poder. Una niña hermosa que me sonríe entre tanto fastidio. El pelo rubio le brillaba entre las penumbras de la pequeña sala. Pero a mí me había impresionado su mirada, inocente (se me ocurre ahora), llena de ternura, algo improbable en ese infierno. 
 En algún momento mi abuela se levantó y pasó para hablar con su hijo, por teléfono. Los separaba un vidrio espeso. Esa misma tarde u otra parecida le confesó que había sido allí, en la cárcel, donde se había convertido en aquello por lo cual estaba preso. Tiempo después me repitió a mí también la misma convicción: si había caído injustamente, ahora por lo menos tenía una justificación que le haría todos aquellos años de su juventud más soportables. Ahora tenía una causa, una razón, algo por lo cual sentirse orgulloso y redimido. 
 Luego los niños seguíamos por otra puerta y salíamos a un patio tiernamente equipado con juegos infantiles. Allí estaba el tío, con su bigote grueso y su eterna sonrisa. Su incipiente calvicie y sus preguntas infantiles. “¿Cómo te va en la escuela?” A mi lado recuerdo a mi hermano, mirando ensimismado a mi tío, y mi primo más chico M., arrojándose de un tobogán. Caíto lo agarraba, lo subía de nuevo y entre los gritos de alegría de M., volvía a preguntar: “¿Y cómo están los papis?” “¿Ya tienes novia?”.
 Pero nosotros no estábamos para eso. Me acerqué al tío y le dije, en voz muy baja para que no me escuchara el guardia que caminaba por allí, el mensaje que tenía para él. Se quedó serio. 
 Luego lo recuerdo del otro lado de un tejido de alambre, caminando en fila india junto con los otros presos. Yo tenía ganas de llorar y me contuve. Mi primo gritó su nombre y él hizo como si se tocara la nuca y movió los dedos. Lo vi alejarse, con la cabeza inclinada hacia el suelo. El tío había sido torturado con diferentes técnicas: lo habían sumergido repetidas veces en un arroyo, lo habían arrastrado por un campo lleno de espinas. Más tarde supo que cuando se lo llevaron su esposa se pegó un tiro en el corazón. Mi hermano y yo estábamos ese día de 1973 o 1974 en aquella casa del campo, en Tacuarembó, jugando en el patio al lado de una carreta. Cuando oímos el disparo fuimos a ver qué ocurría. La tía Marta, que apenas conocí, estaba tendida en una cama y una mancha cubría su pecho.
 Luego entraron personas que no puedo identificar a tanta distancia y nos obligaron a salir de allí. Mi hermano mayor tenía seis años y comenzó a preguntarse: “¿Para qué nacemos si tenemos que morir?” La mama, la abuela Joaquina, que era una inquebrantable cristiana a la que nunca vi en iglesia alguna, dijo que la muerte no es algo definitivo, sino sólo un paso al cielo. Excepto para quienes se quitan la vida.
 —¿Entonces la tía Marta no irá al cielo? 
 —Tal vez no —contestaba mi abuela—, aunque eso nadie lo sabe. 
 A uno de los empleados de mi padre le gustaba jugar con un verso que había que repetir cada vez usando una sola vocal:
 Estaba la calavera 
 sentada en una butaca
 y vino la muerte y le preguntó 
 por qué estaba tan flaca? 
 Astaba la calabara, santada an ana bataca, a vana la marta… Cuando llegaba aquí, su rostro deformado por tantas as en su boca me recordaba a la muerta. La tía Marta estaba fría y muerta. Tiempo después tuve un sueño que se repitió algunas veces. Yo yacía inmóvil pero consciente en un sótano, lleno de desperdicios. Alguien, con la voz de mi abuela, decía: “Déjenlo, está muerto”. Entonces era doblemente abandonado: por mí mismo y por los demás. Este sueño, como algunos otros —aunque a los críticos de letras les gusta repetir que los sueños no le importan a nadie más que a quien lo soñó— está trascripto, casi literalmente, en mi primera novela.
 Mi hermano y yo supimos, por deducción secreta, por qué lo había hecho. Aunque ahora pienso que nadie puede culpar a nadie de un suicidio sino al que aprieta el gatillo o se cuelga de un árbol. Ni siquiera a un dictador. Dejar cartas responsabilizando por su propio suicidio a alguien que no se encuentra presente es completar la cobardía del acto supremo del escapista —y una prueba póstuma de la manipulación de las emociones ajenas que el muerto ejerció o quiso ejercer en vida. En el caso de la tía Marta no fue un acto político; sólo fue víctima de la política y de sus propias debilidades.
 El tío Caíto murió poco después de salir libre, en 1983, casi diez años más tarde, cuando tenía 39. Estaba enfermo del corazón. Murió por esta razón o por un inexplicable accidente en su moto, una noche, en un solitario camino de tierra, en medio del campo. 

 Jorge Majfud | 13/06/2023

Massa larga su campaña con el Club de París


El candidato del FMI y el capital financiero internacional. 

 Los intereses que representa el candidato del peronismo. Sergio Massa larga su campaña como precandidato a presidente de Unión por la Patria anunciando un acuerdo con los principales acreedores del Club de París, por el cual seguirá engrosando una deuda fraudulenta cuyo origen se remonta a las dictaduras militares. Es una ilustración de los intereses que representa el candidato del peronismo: los del FMI y el capital financiero internacional. 
 El ministro de Economía va a firmar un convenio con Francia, España y Suecia, a los que esperan que se sume Japón, con la expectativa de poder acceder a líneas de financiamiento bilateral. El plan para destrabar créditos bloqueados por los pagos aún pendientes al Club de París es parte de las gestiones de Massa para lograr que el Fondo adelante los desembolsos, de manera de contar con dólares para contener las presiones devaluatorias; un uso completamente parasitario, exactamente como hizo Macri.
 Así espera Massa llegar hasta las Paso, festejando una “desaceleración” de la inflación arriba del 7% mensual y endeudando al país mientras rifa las reservas del Banco Central. Lógico que la contracara es el cumplimiento a rajatablas del programa de ajuste: en mayo los recursos públicos destinados jubilaciones y asistencia social (asignaciones familiares, AUH) variaron en términos interanuales un 75,5%, contra una inflación del 114,2% en el mismo período; mientras que el pago de intereses de deuda casi se quintuplicó, creciendo 379,2%.
 Los ejecutores de esta política de ajuste acompañan a Massa en el resto de la boleta, empezando por la ministra antipiquetera Victoria Tolosa Paz que escolta a Máximo Kirchner en la lista de diputados nacionales. Finalmente el kirchnerismo ocupa puestos destacados en el Estado en áreas donde emprendieron fuerte ataques a la población trabajadora, como sucede con los castigados jubilados, como la recortadora del Pami y también candidata a diputada, Luana Volnovich, y la titular de la Anses, Fernanda Raverta, que compite por la intendencia de Mar del Plata. 
 Que Grabois comparta todo el resto de la lista con este elenco de ajustadores demuestra que su postulación no pasa de una cobertura por izquierda a Massa, para contener a los votantes del peronismo desilusionados con el fracaso del gobierno y el rumbo fondomonetarista de todas sus alas. A tal punto es así, que por la tarde el ministro de Economía recibirá la bendición pública de Cristina Kichner en un acto en el predio de la ex Esma. 
 El único voto contra el ajuste es a la izquierda que se planta. Es la lista que encabeza Gabriel Solano con Vilma Ripoll, junto a decenas de luchadores como los obreros del Sutna que le ganaron a la inflación gracias a que se mantuvieron firmes cuando Massa salió a respaldar a las patronales del neumático, o referentes de la lucha piquetera contra el hambre y por trabajo genuino. Es el diferencial que aporta al Frente de Izquierda la lista del Partido Obrero y el MST, “Unidad de Luchadores y la Izquierda”, para proyectarlo como una alternativa política con fuerte base popular y antagónica a todos los políticos capitalistas que hundieron al país. 

 Iván Hirsch

Uruguay: 50 años después del golpe


Hubo actos, un paro y reconocimientos a las víctimas 

 Gabriel Otero, diputado del Frente Amplio, cuenta cómo sufrió el terrorismo de Estado. Vivió en prisión junto a su madre, una presa política. 

 A cincuenta años del golpe de Estado, Uruguay bien puede celebrar aquellas dos líneas que Mario Benedetti, de poeta a poeta, le regaló a Rafael Alberti: “Es cierto Rafael, no hay un río del olvido/ hay mar de la memoria”. La dictadura cívico-militar duró casi doce años, desde el 27 de junio de 1973 al 1° de marzo de 1985. Como una ola, su recuerdo arremete contra la amnesia colectiva de otros tiempos. La ley de Caducidad del presidente colorado Julio María Sanguinetti es prueba de ello. Equivale a la de Punto Final del gobierno de Raúl Alfonsín. Las dos se aprobaron en 1986 y recién fueron anuladas en el siglo XXI. Pero esta es una etapa distinta al otro lado del Río de la Plata. De revisión, de consolidación del camino transitado, de archivos del terror que se conocen en la actualidad para escarbar más en el pasado, de nuevos hallazgos en el batallón 14 del ejército. El pueblo uruguayo acompaña este momento movilizado. Gabriel Otero fue víctima del régimen que asesinó, desapareció, exilió, suprimió las garantías democráticas y elevó la deuda externa de 718 millones de dólares a 4.664 millones en el ’84 (fuente: Danilo Astori). Sus padres Evaristo Manuel y Nelba Agüero Moreno eran presos políticos tupamaros y él pasó buena parte de su infancia viviendo en prisión. 
 Hoy es diputado nacional del Frente Amplio y recuerda: “El 50° aniversario representa muchas cosas. El golpe contra el Parlamento con el consentimiento del presidente Juan María Bordaberry que no es un dato menor porque no pasó en la Argentina ni en Chile. Representa el quiebre de las instituciones. Representa la continuidad de una crisis económica que se volvió política y que se inició en la década del ’50. Ya en 1964, el Congreso del Pueblo planteaba que en el caso de un golpe de Estado en Uruguay, se iba a responder con una huelga. Nueve años antes”. Un paro concretado aquel 27 de junio que se extendió por quince días y al que se adhirió el movimiento estudiantil. 
 Al legislador montevideano, nacido en un conventillo del barrio de La Teja, se le ocurre desmitificar aquella idea de “Uruguay, la Suiza de América”. Para él “es una construcción liberal, burguesa, a la cual las luchas del pueblo comenzaron a sacarle la careta. Porque nuestro sistema político estaba muy adormecido. En ese momento, decirlo era un lugar lindo y cómodo. Pero yo tuve padres nacidos en la década del ’30 que vivían en la pobreza, que me contaron lo que les costaba terminar la escuela primaria, y también que esa Suiza imaginaria nunca pasó por los barrios pobres”.
 Otero participó en el aniversario del golpe de un acto en el Memorial de la Ex Presas Políticas. El nombre de su madre y otras mujeres figura en una placa que se descubrió frente al Palacio Legislativo. Más de 1.800 de ellas fueron víctimas del Terrorismo de Estado. La historia de Nelba es una parte central del libro que el diputado publicará antes de fin de año. Se llama La fila de los inocentes y en su obra cuenta en primera persona aquellos días en la cárcel, de sufrimiento compartido con sus hermanos Graciela (16), Tomás (8) y él tan solo de 3 años. 
 “A los cuarteles los puedo definir como campos de concentración. Y tener a los niños ahí y en las condiciones que estábamos, era sin duda una represalia contra nuestras madres, en nuestro cuerpo. O sea, no te daban de comer o no te permitían que tu hijo se bañara con agua caliente. Las condiciones de humedad, de no estar al sol, de no tomar aire, te afectaban, y vivías en un espacio tan insalubre que hubo epidemias de paperas, por ejemplo”, le contó Otero a Página/12 en septiembre de 2021 en el Anexo del Palacio Legislativo. 
 Hoy vuelve a recordar aquella etapa “por los silencios que debíamos mantener, por el cuidado en memorizar números, por los cambios de escuela, fueron años muy complicados. Mi mamá salió de la cárcel en 1979 donde no había recibido asistencia médica por el cáncer que padecía. Tuvo la entereza de vivir en libertad un año y medio más”, cuenta el ex alcalde del municipio A, el más poblado de todos entre los ocho que tiene la capital uruguaya.
 La Central de Trabajadores PIT-CNT revivió este martes la huelga de 1973. Hubo un acto y movilización desde la refinería de La Teja – centro neurálgico de aquella lucha – hasta la avenida Carlos María Ramírez y Carlos Tellier. Se prolongó por espacio de cuatro horas, entre las 9 y las 13. Así como la clase obrera uruguaya fue un actor clave en la oposición al golpe, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y la Universidad de la República se plegaron al paro también. Ese movimiento en unidad pagó con la cárcel, las desapariciones y el exilio el desafío al régimen de Bordaberry, los militares y civiles que lo respaldaron. Desde 2014, cada 27 de junio se conmemora el Día de la Resistencia y Defensa de la Democracia. Fue aprobado por la ley 19.211 del Parlamento. Ese mismo Congreso que reunido en asamblea especial contó con la presencia de tres ex presidentes: Julio María Sanguinetti, Luis Lacalle Herrera y José Mujica, quienes evocaron aquella jornada del '73. 
 El 16 de junio pasado el estado uruguayo reconoció por segunda vez en su historia democrática desde 1985 hasta hoy, su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad. La primera había sido en 2012, cuando el gobierno de José Pepe Mujica asumió ese compromiso ante la CIDH por la desaparición de María Claudia García Iruretagoyena, la nuera del escritor Juan Gelman y pareja de su hijo Marcelo. 
 Son casi doscientos los desaparecidos que aún se buscan y un indicio fuerte de que todavía queda mucho por hacer, es que se encontraron restos óseos el 7 de junio en el Batallón 14 de paracaidistas de Canelones. Pertenecen a una mujer y según la jefa del equipo de antropólogos de la INDDHH (Institución Nacional de Derechos Humanos), Alicia Lusiardo, “no queda duda de que esto es un enterramiento de un detenido-desaparecido”. A este avance hay que sumarle otro hallazgo. Los 1.600 rollos de microfilmaciones que una fuente anónima – presuntamente de origen militar – filtró a mediados de este mes. Son los llamados Archivos del terror, un acervo de documentación que puede transformarse en “un testimonio histórico de gran valor…”, como informa el sitio web archive.org. 

 Gustavo Veiga 
28 de junio de 2023 - 04:41
 gveiga@pagina12.com.ar

martes, junio 27, 2023

Hugo Blanco (1934-2023)


Falleció el histórico dirigente campesino peruano. 

 Ángel Hugo Blanco Galdós, su nombre de nacimiento, falleció durante la madrugada del domingo 25 de junio mientras se encontraba luchando por su vida a causa de diversas enfermedades que lo aquejaban. El anunció fue hecho por redes sociales por sus propios hijos, que lo acompañaban en Suecia, donde se encontraba internado y reside parte de su familia. A sus 88 años, dejó un legado de lucha y organización campesina. 
 Desde sus primeros años, en Cuzco, como hijo de un abogado que defendía campesinos expropiados, observó y palpó la dura vida campesina e indígena y aprendió quechua. En 1954, se inscribió en la carrera de Agronomía en la Universidad de La Plata. En esos años comenzó a vincularse con la izquierda y, en particular, con el trotskismo. Sus hermanos mayores eran uno comunista (stalinista) y otro responsable de la célula en el extranjero del APRA (el partido nacionalista dirigido por Víctor Raúl Haya de la Torre). Durante su estadía en la Argentina se relaciona con “Palabra Obrera”, el grupo dirigido por Nahuel Moreno, y otros peruanos exiliados, que permanecieron como aspirantes al partido durante toda su estadía en la Argentina, según su propio relato. Blanco desarrolló rápidamente un compromiso militante completo. Ingresó como obrero en el frigorífico Swift de Berisso, como parte de una tarea de proletarización. Para finales de esa década, un ambiente político más favorable permite su retorno a Perú,con el compromiso de desarrollar una célula de la organización morenista. 
 Una vez retornado a Perú va a comenzar un ascenso de su influencia y trabajo político. Al comienzo, intenta proletarizarse en distintas fábricas, pero estás eran muy pequeñas y faltas de sindicatos y otros derechos elementales. Por esta razón, decide mudarse a Cuzco y opta por ser canillita de diarios. Fundó el sindicato del sector y, a partir de allí, logra ligarse con los campesinos de un distrito cercano a Cuzco llamado La Convención. Allí va a producirse un proceso de alza en la lucha y la organización de los campesinos pobres que comienzan a ocupar tierras y defenderse de los hacendados y la represión estatal, bajo la consigna “tierra o muerte”. Hugo Blanco será su voz principal y líder indiscutido, superando al APRA y al Partido Comunista peruano, de mucha mayor trayectoria e influencia previa. En 1962, fue electo secretario general de la Federación Campesina de La Convención y Lares, fomentando el movimiento por la reforma agraria y la ocupación de tierras (1). 
 En ese entonces, Blanco desarrolla una orientación hacia la lucha armada, primero, en nombre del combate contra los “caciques” de los hacendados y las propias fuerzas represivas, aunque luego siguieron asaltos a puestos de policía y bancos en la ciudad de Cuzco, que van a llevar a la persecución del Partido Obrero Revolucionario (POR) –la organización morenista peruana. Finalmente, Blanco debe retirarse al interior del Perú. La guerrilla, sostendría, fue necesaria como un acto de defensa propia. Sin embargo, Blanco hizo posteriormente una defensa del putchismo. 
 En 1963, Blanco cae preso y es condenado por un tribunal militar a la pena de muerte, luego conmutada por 25 años de prisión. A partir de ese momento comienza una campaña internacional por su liberación. En 1971, el gobierno militar del general Juan Francisco Velasco Alvarado le otorga una amnistía y lo deporta a México, desde donde retorna a la Argentina. Al pisar el suelo argentino es apresado por la dictadura de Lanusse. Durante todo estos años, la federación campesina siguió incluyéndolo en su dirección. Lo que terminó en mostrarse como un gran apoyo en la convocatoria a una Asamblea Constituyente en 1978, donde el Frente Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular (FOCEP) logra el 12% de los votos ingresando una gran cantidad de diputados a dicha asamblea. En las elecciones de 1980, fue elegido diputado para el periodo 1980-1985 y más tarde fue electo para el Senado, lugar que ocupó entre 1990 y 1992, hasta el autogolpe de Fujimori años después. 
 Tras su experiencia con el morenismo, Blanco decide separarse de la organización y se aleja de los planteos del trotskismo. Va a continuar siendo un respetado dirigente campesino y se convierte, también, en un activista ambiental dirigiendo la revista “Lucha indígena”.

 Joaquín Antúnez
 27/06/2023

 (1) Ver Coggiola, Osvaldo (2006). Historia del trotskismo en Argentina y América Latina, ediciones RyR, pag 444.

La Bolsa saluda el apadrinamiento de Cristina a Massa


El cierre de las listas para las PASO fue saludado con una suba del mercado de valores y de los bonos en dólares de la deuda pública. La Bolsa subió, por primera vez, por la designación de un candidato del oficialismo considerado “competitivo”, cuando hasta ese momento sólo celebraba lo que veía asociado a una derrota del gobierno en octubre. Cristina dio vuelta la taba, premiando al ministro que lucha por cumplir con el FMI. La vice volvió a probar que es capaz de dar más vueltas que un trompo. 
 En el acto que compartió con Massa este lunes, para celebrar la recuperación de un avión de los “vuelos de la muerte”, Cristina Kirchner dio, sin embargo, una versión manipulada de los hechos. Dijo que su logro no fue blanquear al ministro del FMI sino unir al peronismo. Detrás de ese altruismo, lo único que consiguió fue decirle al FMI que ella no era la única justicialista que había aprobado a su pollo, sino todo el peronismo, con gobernadores e intendentes. Contó hasta con la colaboración de Juan Grabois, que se anotó en una interna mentirosa para legitimar la candidatura de Massa. Lo que terminó ocurriendo es que desplazó a los “hijos de la generación diezmada”, como Wado de Pedro, por quien luce mejor, en apariencia, para manejar una corrida cambiaria. Contento con la designación de Massa, Kicillof descartó un desdoblamiento electoral que tenía preparado en la provincia.

 Massa 

Con la candidatura de Massa, se han impuesto los intereses de los tenedores de deuda pública local (bancos, fondos comunes y compañías de seguros), doblemente indexada a la inflación y a la devaluación. No es poco dinero, pues equivalen a 120 mil millones de dólares. A esto se suma la deuda del Banco Central (Leliq) por 20 billones de pesos, a tasas de interés estratosféricas. Los políticos como CFK y Massa, que son pintados como “casta” por los medios de comunicación, constituyen por sobre todo funcionarios del gran capital nacional y también extranjero. Cristina Kirchner admitió, en la rueda del lunes con Massa, que la inflación ‘nacional y popular’ ha redundado en grandes ganancias para el capital. Los balances empresarios del ´circulo rojo´ -bancos, petroleras y empresas de servicios- han arrojado un salto expresivo de las utilidades, al calor de la indexación regular de precios y los tarifazos.
 La “candidatura de unidad” de Massa, que se impuso a tires y aflojes e incluso a una maniobra desesperada final de kirchneristas, es un instrumento de un arbitraje, en primer lugar, al interior de la crisis en la Unión Patriótica. Pero el escenario de contradicciones es mucho más vasto. Ahí está la pulseada con el FMI, que reclama una devaluación importante del peso, mientras Massa ofrece más dólares con premio a la exportación y tarifas más altas a los importadores. Al unir a gobernadores y burócratas sindicales y de organizaciones sociales con su candidatura, Massa ofrece a las patronales algo que no le puede dar el macrismo: un aparato infiltrado entre los trabajadores, con el propósito de doblegar las tendencias de lucha en las masas, como se ve en sindicatos importantes. La rebelión popular en Jujuy ha demostrado que JxC no tiene esa capacidad, incluso cuando ha copado los tres poderes constitucionales del Estado. 

 La casta 

Mirado de conjunto, el cierre de listas ha sido, para utilizar la jerga de moda, la consolidación de la casta en toda su extensión. De los dos lados de la grieta, las listas han atornillado a los representantes más connotados del gran capital. Esto incluye, naturalmente, al anticasta Milei, y sus acuerdos con punteros derechistas del interior. La unción de Massa y de Rossi fue la frutilla del postre. La Bolsa respira, los bonos suben. “Argentina va a la derecha en una América Latina inclinada a la izquierda”, celebra Bloomberg, con la foto de Massa en su portal. Por primera vez, algunos encuestadores admiten que el oficialismo podría llegar a la segunda vuelta e incluso ganarla. Los kirchneristas de paladar negro acarician la posibilidad de prevalecer sobre Massa desde el Congreso, olvidando que, en tal caso, el flamante ministro-candidato no vacilaría en armar una mayoría con el larretismo. La columna ‘nacional y popular’ se ha convertido en servicial a Massa y al FMI, para que no la dejen afuera del Estado. 
 Los lenguaraces del kirchnerismo se han dedicado a explicar la supuesta ´perspicacia´ o astucia de su adhesión a Massa con el pretexto de que deben enfrentar un “giro reaccionario de las masas”, que estarían dispuestas a votar a Bullrich o Milei. Pero las masas no van a la derecha sino que huyen del kirchnerismo, que las ha sumido en el mayor nivel de pobreza y que no es capaz de manejar con alguna eficiencia el Estado. Al derechizarse junto, supuestamente, con las masas, los K hacen lo contrario de lo que hizo esa derecha cuando las masas se ‘izquierdizaron’, en 2019, con el voto a los Fernández. Los Kirchner nunca dejaron de adaptarse a las tendencias de la crisis capitalista –endeudarse y privatizar, y desendeudar y ‘estatizar’- cuando el endeudamiento y las privatizaciones entraron en crisis. Lo mismo ocurrirá con Massa de ahora en más. 
 Las masas superarán el impasse que les provoca la crisis actual y las decepciones políticas, en primer lugar, mediante la lucha. En segundo lugar, asimilando esta nueva experiencia catastrófica y arribando a conclusiones socialistas. 

 Marcelo Ramal 
 27/06/2023

Los cambios sociales a 50 años del golpe en Uruguay - InfoCLACOS

La situación de los trabajadores y el rol de los sindicatos

La política internacional hoy

lunes, junio 26, 2023

16 de junio de 1963. El día que una mujer navegó, por primera vez, el infinito


La ingeniera Valentina Vladímirovna Tereshkova es la científica soviética más famosa, pues fue la primera mujer en permanecer en el espacio, cuando el 16 de junio de 1963 se lanzó la nave en la que completó tres días en órbita.

 Actualmente, en buenas relaciones con el gobierno de Putin, Tereshkova prosiguió una carrera política, como parte de la burocracia del régimen de la ex Unión Soviética, hasta la actualidad. Sin embargo, más allá de su devenir político, Valentina no solo ostenta el mérito de haber sido la primera mujer en orbitar el espacio en su nave Vostok 6, sino que sigue siendo la única que se embarcó en una misión espacial en solitario. 
 Antes de su carrera espacial, Tereshkova había sido obrera textil y paracaidista aficionada, lo que fue decisivo para considerar su incorporación al Cuerpo de Cosmonautas de la Fuerza Aérea Soviética. Como no tenía antecedentes militares, también se convirtió en la primera civil en volar al espacio. 
 Su selección está relacionada con la idea del ingeniero Sergei Koroliov quien después de dirigir el lanzamiento al espacio de Yuri Gagarin en 1961, se propuso una nueva marca: que la Unión Soviética lanzara a la primera mujer cosmonauta. Fue así como Tereshkova quedó entre las cinco seleccionadas entre mas de cuatrocientas aspirantes. Su origen obrero y que su padre fuera un héroe de la Segunda Guerra Mundial, fueron algunos de los elementos que jugaron a favor de su elección.​
 Después de un entrenamiento intensivo, superó los exámenes a fines de 1962 y fue admitida como miembro honorario de la Fuerza Aérea Soviética. ​El 21 de mayo de 1963 las autoridades propusieron el nombre de Tereshkova para pilotar la nave Vostok 6 y el anuncio fue confirmado por el presidente Nikita Jruschov. 
 Así, el 16 de junio de 1963 la nave Vostok 6 con Valentina Tereshkova como única tripulante fue lanzada con éxito al espacio. Según su relato, durante los tres días de viaje, sufrió fuertes náuseas y jaquecas, además del malestar provocado por el peso del casco. Además, se había producido un error en la programación de la trayectoria y ella misma tuvo que variarla para conseguir que la nave no se alejara de la Tierra y pudiera regresar tal y como estaba previsto. Después de más de 70 horas de vuelo espacial en el que orbitó 48 veces la Tierra, el 19 de junio de 1963 Tereshkova terminaba su descenso en paracaídas desde 6.000 metros de altura hasta poner los pies en Kazajistán, convirtiéndose en una leyenda con apenas 26 años. 
 Aunque estaban previstos más vuelos en los que participaran mujeres, pasaron 19 años hasta que Svetlana Savítskaya, viajara al espacio. Valentina Tereshkova se retiró de la Fuerza Aérea y del cuerpo de cosmonautas recién en 1997. Aunque en 2013, sorprendió al mundo expresando su deseo de viajar a Marte, a sus 76 años, aunque "el viaje fuera solo de ida".

 Iris Valdemi 
 Viernes 16 de junio | 11:33

Massa larga su campaña con el Club de París


El candidato del FMI y el capital financiero internacional. 
 Los intereses que representa el candidato del peronismo. 

Sergio Massa larga su campaña como precandidato a presidente de Unión por la Patria anunciando un acuerdo con los principales acreedores del Club de París, por el cual seguirá engrosando una deuda fraudulenta cuyo origen se remonta a las dictaduras militares. Es una ilustración de los intereses que representa el candidato del peronismo: los del FMI y el capital financiero internacional. 
 El ministro de Economía va a firmar un convenio con Francia, España y Suecia, a los que esperan que se sume Japón, con la expectativa de poder acceder a líneas de financiamiento bilateral. El plan para destrabar créditos bloqueados por los pagos aún pendientes al Club de París es parte de las gestiones de Massa para lograr que el Fondo adelante los desembolsos, de manera de contar con dólares para contener las presiones devaluatorias; un uso completamente parasitario, exactamente como hizo Macri. 
 Así espera Massa llegar hasta las Paso, festejando una “desaceleración” de la inflación arriba del 7% mensual y endeudando al país mientras rifa las reservas del Banco Central. Lógico que la contracara es el cumplimiento a rajatablas del programa de ajuste: en mayo los recursos públicos destinados jubilaciones y asistencia social (asignaciones familiares, AUH) variaron en términos interanuales un 75,5%, contra una inflación del 114,2% en el mismo período; mientras que el pago de intereses de deuda casi se quintuplicó, creciendo 379,2%. 
 Los ejecutores de esta política de ajuste acompañan a Massa en el resto de la boleta, empezando por la ministra antipiquetera Victoria Tolosa Paz que escolta a Máximo Kirchner en la lista de diputados nacionales. Finalmente el kirchnerismo ocupa puestos destacados en el Estado en áreas donde emprendieron fuerte ataques a la población trabajadora, como sucede con los castigados jubilados, como la recortadora del Pami y también candidata a diputada, Luana Volnovich, y la titular de la Anses, Fernanda Raverta, que compite por la intendencia de Mar del Plata.
 Que Grabois comparta todo el resto de la lista con este elenco de ajustadores demuestra que su postulación no pasa de una cobertura por izquierda a Massa, para contener a los votantes del peronismo desilusionados con el fracaso del gobierno y el rumbo fondomonetarista de todas sus alas. A tal punto es así, que por la tarde el ministro de Economía recibirá la bendición pública de Cristina Kichner en un acto en el predio de la ex Esma. 
 El único voto contra el ajuste es a la izquierda que se planta. Es la lista que encabeza Gabriel Solano con Vilma Ripoll, junto a decenas de luchadores como los obreros del Sutna que le ganaron a la inflación gracias a que se mantuvieron firmes cuando Massa salió a respaldar a las patronales del neumático, o referentes de la lucha piquetera contra el hambre y por trabajo genuino. Es el diferencial que aporta al Frente de Izquierda la lista del Partido Obrero y el MST, “Unidad de Luchadores y la Izquierda”, para proyectarlo como una alternativa política con fuerte base popular y antagónica a todos los políticos capitalistas que hundieron al país. 

 Iván Hirsch

Colombia, frente a un momento político clave


Petro en el acto del 1 de Mayo

 A menos de un año de su victoria electoral, el gobierno de Gustavo Petro atraviesa su momento político más difícil: la derecha alienta manifestaciones en su contra, le estalló un conflicto interno que lo obligó a deshacerse de dos de sus colaboradores más importantes, y un paquete de reformas clave para el futuro de su administración -salud, laboral y jubilatoria- se encuentra bloqueado en el parlamento.
 En cuanto a las protestas, fueron organizadas la semana pasada por el uribismo contra algunos proyectos del oficialismo y en ellas se escuchó la consigna Fuera Petro. Mientras tanto, ese mismo espacio político se vale de algunas de sus posiciones en el aparato estatal para debilitar al mandatario. La procuradora general Margarita Cabello, ministra de justicia durante la gestión de Iván Duque, lleva a cabo varios procesos contra legisladores del Pacto Histórico, entre ellos el del senador Iván Flores, quien fue separado de la cámara por ocho meses tras acusar de corruptos y asesinos a policías de Cartagena. El gobierno señala también la animosidad del fiscal general Francisco Barbosa, designado por Duque, y del Consejo de Estado. Denuncia un golpe blando en marcha que, tratándose del uribismo, conviene tomar con seriedad. 
 Además de organizar los mítines, la derecha está sacando rédito político del caso de espionaje ilegal contra una niñera que llevó al reciente desplazamiento de la jefa de gabinete, Laura Sarabia, y del embajador en Venezuela, Armando Benedetti. Un escándalo con filtraciones a los medios y fuertes pases de factura al interior del oficialismo.

 Bloqueos 

Recordemos que, una vez en el poder, el dirigente del Pacto Histórico había anudado un acuerdo de gobierno con el Partido Liberal, el Partido Conservador y el Partido de la U, tres formaciones tradicionales de la política colombiana, con el propósito de alcanzar una mayoría parlamentaria y dar una señal de moderación ante la clase dominante. En esa misma línea, designó como ministro de Hacienda a José Ocampo, un economista de centroizquierda respetado por el gran capital. Petro se reunió incluso con el expresidente Alvaro Uribe como parte del mismo planteo conciliador. 
 En su luna de miel, por así llamarla, Petro logró la aprobación de una reforma tributaria que sube los impuestos a las petroleras y mineras, y normalizó relaciones con Venezuela. Pero enseguida se topó con la resistencia del uribismo y el resto de los partidos tradicionales ante otros proyectos que había prometido en la campaña electoral. 
 Respecto a la reforma laboral, que pone límites a la tercerización y los contratos por tiempo fijo, cambia el horario de nocturnidad y aumenta el pago de domingos y días festivos, una comisión de la Cámara de Representantes acaba de fulminarla, por lo que el gobierno sopesa si la reimpulsa en sesiones extraordinarias o vuelve a la carga en el próximo período legislativo, que empieza en julio. Es interesante observar que la reforma no prosperó siquiera en una versión más devaluada que había formulado el oficialismo.
 La reforma sanitaria, que podría eliminar las Entidades Promotoras de la Salud (EPS), intermediarias privadas entre los usuarios y las clínicas y hospitales, pasó la votación en comisión en Representantes pero luego se estancó. El jefe del Partido Liberal, el expresidente César Gaviria, es uno de los principales enemigos de la misma. 
 La reforma jubilatoria fue aprobada por una comisión del Senado, pero encuentra dificultades para avanzar en las votaciones que le quedan en el pleno de esa cámara y en Representantes. El corazón de esta iniciativa consiste en que Colpensiones -organismo estatal- asegure una pensión de 50 dólares para 2,5 millones de personas que no reciben ingresos jubilatorios. Las aseguradoras privadas seguirían existiendo, pero el organismo público concentraría un porcentaje de aportes mayor que en la actualidad para financiar la medida. Como la informalidad laboral asciende al 58 por ciento, la mayoría de los colombianos está en riesgo de no poder acceder a una pensión. El gobierno de Petro busca poner un parche ante esta situación dramática: 50 dólares es apenas un cuarto del salario mínimo. 
 Petro impulsa estos proyectos (de características fuertemente limitadas) porque es consciente de que Colombia viene de una rebelión popular, y si no hay algún cambio, sobrevendrá una gran frustración con su gobierno. Las encuestas indican que su aprobación ya ha empezado a caer. Es que los meses pasan sin que se produzcan las transformaciones prometidas. Ni siquiera ha sido juzgado el aparato represivo que mató a más de un centenar de manifestantes. 

 Conciliación 

El bloqueo parlamentario de la derecha puso a Petro ante el riesgo de un impasse, por lo que buscó aires con una reformulación del gabinete. Desplazó hace poco más de un mes a los conservadores y a La U, aunque no a los liberales. Incorporó gente de fuerzas más afines, como la Alianza Verde. En Hacienda asumió Ricardo Bonilla, que lo acompañó mientras estuvo al frente de la alcaldía de Bogotá, quien comparte con su predecesor en el cargo, no obstante, el respeto a la regla fiscal y el statu quo. 
 Petro también promovió dos movilizaciones de las centrales sindicales para darle aliento a su paquete de reformas. En el acto del 1 de mayo, en medio de críticas a los grupos empresarios, advirtió que “querer coartar las reformas puede llevar a la revolución” (El País, 1/5) . Pero su intención no es abrir un curso revolucionario sino llegar a un acuerdo de convivencia con la derecha.
 En la cuestión clave de la tierra se ve muy nítidamente esta orientación. Petro insistió en que no expropiará y que pagará la tierra para la reforma agraria. Y todo esto, cuando él mismo admite que así solo ha conseguido 17 mil hectáreas de las 3 millones que necesita (ídem). 
 En pocas palabras, mientras Petro se mueve tímidamente, la burguesía se sienta sobre sus privilegios y la derecha no deja pasar ninguna oportunidad para reposicionarse. 
 La transformación social de fondo que Colombia necesita plantea como una cuestión decisiva la organización y movilización de las masas obreras y campesinas, con independencia total de la burguesía y sus partidos.

 Gustavo Montenegro

El rockero y la pintora: personajes de un guion contra Cuba

¿Por qué se rebeló Jujuy? La resistencia de la clase trabajadora y el rol de la izquierda

domingo, junio 25, 2023

Rusia: Wagner se amotina


En el último giro de los acontecimientos relacionados a la guerra de Ucrania, la crisis largamente larvada durante varios meses entre el Ministerio de Defensa Ruso y el grupo mercenario Wagner ha llegado al punto de ebullición. 
 Prigozhin ayer denunció que las FFAA rusas bombardearon uno de los campamentos de retaguardia en Donetsk usados por sus mercenarios, matando a varios de ellos. A esa denuncia agregó material fílmico que fue fraguado, como se demostró más tarde. El Ministerio de Defensa ruso negó la versión y la calificó como una provocación, al mismo tiempo que se anunciaba el inicio de una investigación penal contra el líder de los mercenarios por su llamado armado a la sedición. El jefe de los mercenarios además anunció que en respuesta al supuesto ataque, su fuerza de 25 mil hombres -que incluye una buena dotación de ex convictos- iba a realizar una “Marcha por la Justicia” en Rusia y avanzar hasta conseguir la renuncia de la plana mayor del Ministerio de Seguridad, el ministro Shoigu y el Jefe de Estado Mayor y comandante conjunto de las fuerzas operando en Ucrania, Valerii Gerasimov. Inmediatamente, varias columnas de vehículos civiles y militares llenos de mercenarios armados hasta los dientes con Prigozhin a la cabeza cruzaron la frontera de Lugansk con rumbo a la cercana ciudad de Rostov en el Don, la cual ocuparon sin enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Allí es donde se encuentra el cuartel general del Distrito Militar Sur, que también ocuparon aunque sin obstaculizar las tareas relacionadas a la guerra en Ucrania.
 Paralelamente otras columnas siguieron camino por las rutas hacia el norte en dirección de Moscú hacia otras ciudades y puntos neurálgicos del tráfico, mezclándose con los automovilistas civiles que se desplazan a diario. Lo rápido y coordinado de los movimientos revela que se trató de una operación minuciosamente planificada con mucho tiempo de antelación.
 Previamente, desde que los primeros audios de Prigozhin empezaron a circular, las autoridades rusas comenzaron a movilizar a sus fuerzas de seguridad paramilitares (Rosgvardia) y cuerpos de policía de élite, que fueron formando cordones y retenes de tránsito en varias alturas de las rutas que llevan a Moscú, los accesos de la ciudad y sus edificios públicos. Hay reportes un tanto dudosos de enfrentamientos entre grupos de Wagner y helicópteros del Ejército. 
 Quizás en contra de lo que Prigozhin pronosticaba, todo el arco político así como las estructuras militares y de seguridad cerraron filas en torno a Putin, quien a primera hora de la mañana calificó el movimiento de Prigozhin como una traición y una cuchillada por la espalda, trazando paralelos forzados con los eventos de la Revolución Rusa. Absolutamente nadie de la plana mayor del gobierno ruso salió en apoyo del putsch de los mercenarios, a excepción de algún conocido oligarca anti putinista exiliado y las unidades militares rusas pro ucranianas comandadas por Kiev.
 Hacia finales del día, desde los canales de Lukashenko, presidente de Bielorrusia, se declaró que por su mediación se llegó a un acuerdo entre Putin y Prigozhin, más tarde confirmado y explicado en algunos aspectos por el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov. Sin que se que se produjera un choque armado de importancia entre los mercenarios y las fuerzas de seguridad, Prigozhin aceptó retirar a todas sus fuerzas de nuevo a sus bases en Lugansk a cambio de la suspensión de todas las investigaciones contra él e inmunidad para sus empleados que formaron parte del putsch. Además, Wagner pasará a formalizar su sometimiento a la jerarquía del Ministerio de Seguridad, que es a lo que Prigozhin se vino negando sistemáticamente por meses. Asimismo, los empleados de Wagner que así lo deseen, pueden firmar contratos inmediatamente con el ministerio (varios comandantes destacados de Wagner ya lo venían haciendo en las últimas semanas). Prigozhin no será detenido ni juzgado pero deberá pasar el resto de sus días exiliado en Bielorrusia. 

 ¿Sólo una disputa personal? 

A esta altura parece poco creíble que la explosión de esta crisis se deba únicamente a una disputa entre Prigozhin y el dúo Shoigu-Gerasimov acerca de dónde está colocado Wagner en relación a la cadena de mando. 
 Si hay algo fuera de todas dudas es que Prigozhin no es ningún idiota. Es un hombre astuto que se las ha arreglado para escalar desde las calles hasta los pasillos del poder en Rusia montando una variedad de negocios y acuerdos con fondos públicos. Él tenía que saber muy bien que ser jefe de Wagner por sí mismo no le otorgaba las condiciones para dar un golpe de estado exitoso. Necesariamente tiene que haber un grupo de intereses más que por ahora desconocemos y seguramente le había hecho al mercenario algún tipo de promesa que finalmente no cumplió. No es demasiado descabellado considerar que algún servicio de inteligencia occidental pueda haber llegado a algún tipo de acuerdo con Prigozhin, todos trabajan como nunca para penetrar al aparato estatal ruso. La CIA, sin ningún tipo de pudor, hace circular publicidades por las redes sociales rusas para reclutar agentes. Las clases dirigentes rusas se encuentran como nunca antes bajo una presión constante del imperialismo, que nunca ha ocultado sus intenciones de llevar la guerra hasta Moscú, para romper filas con Putin. 
 Los comunicados emitidos por Prigozhin en las horas preparativas de la aventura también dan mucha tela para cortar. El mercenario durante muchos meses fue crítico de la conducción de la guerra pero desde el lado de los duros, pues sostiene que hace mucho tiempo la dirigencia rusa debería haber puesto al país en pie de guerra, movilizado millones de hombres y maximizar los recursos orientados a la producción militar. No obstante ayer Prigozhin alteró su discurso y sostuvo que Putin habría sido manipulado por Shoigu para ir a la guerra, este último en connivencia con los intereses de los oligarcas. La guerra contra Ucrania, de acuerdo a esta nueva versión de Shoigu, no tendría nada que ver con la “desnazificación” o la defensa de Rusia contra la OTAN, como actualmente relata el discurso oficial, sino que tendría como propósito permitir que la oligarquía rusa rapiñe totalmente al país vecino. De manera incoherente, seguidamente a esta caracterización, Prigozhin aseguraba que después de “limpiar de basura” al Ministerio de Defensa, Wagner volvería a Ucrania para continuar con operaciones de combate. 

 Wagnerismo sin Prigozhin 

La velocidad del ascenso meteórico de Prigozhin en la política rusa sólo puede ser comparable a la de su caída en desgracia. Durante muchos años Prigozhin dirigió a la compañía mercenaria desde las sombras. Nunca concedió una entrevista ni habló frente a cámaras sino hasta pasados varios meses del comienzo de la guerra. 
 Prigozhin y Wagner son un producto doble del capitalismo en Rusia. Primero son un producto del ´capitalismo de amigos´, armado a la medida de la oligarquía surgida del parasitismo de la propiedad estatal de origen soviético y que se alimenta a diario desde entonces con los fondos públicos del nuevo estado ruso. 
 Pero también son producto de la descomposición del ejército soviético y la caótica formación del nuevo ejército ruso. Esto es parte de una tendencia mundial que se observa desde el fin de la Guerra Fría, en el avance de la privatización de asuntos militares. El involucramiento de Wagner en la guerra de Ucrania (inicialmente como un recurso de emergencia cuando se hizo evidente que el plan ruso original había fracasado) y su crecimiento hasta convertirse en un verdadero ejército paralelo, que a la postre termina derrotando por primera vez en la historia contemporánea a fuerzas regulares en Bajmut son un hito alarmante de este proceso, coronado por el alzamiento de este ejército privado contra el poder público. 
 El exilio de Prigozhin y la subsunción de Wagner al Ministerio de Defensa son las medidas que toma la burocracia estatal, consciente del problema que acarrea no tener más el monopolio efectivo de la violencia. Es imposible predecir el alcance que tendrá la crisis que se ha abierto entre las filas rusas.

Leib Erlej
25/06/2023

La guerra y Rusia luego del golpe de Prigozhyn


La compañía Wagner, una versión moscovita de Trump y Bolsonaro.

 La aventura protagonizada los últimos días por la compañía Wagner marca un giro en el desarrollo de la guerra entre la Otan y Rusia. Este agrupamiento oficial de mercenarios ocupó la ciudad de Rostov, un distrito militar donde se asienta el comando de operaciones de Rusia en Ucrania. No enfrentó una resistencia de la población ni de unidades militares de las Fuerzas Armadas. Después de una secuencia de ataques de comandos rusos al servicio de Ucrania contra la ciudad de Belgorod, es violentada la región fronteriza, aunque esta vez por “fuego amigo”, Yevgeni Prigozhin, el patrón de la compañía decidió marchar enseguida a Moscú, cuando fue detenido por una propuesta de mediación del presidente de Bielorrusia. El propósito de la movilización era obtener la destitución del ministro de Defensa y del jefe del Estado Mayor, los generales Shoigu y Guerasimov, respectivamente. La columna no contaba con los 25 mil mercenarios que habían combatido en Ucrania sino con un despliegue inferior a mil enrolados. Vladimir Putin se vio obligado a recurrir a la cadena nacional para denunciar “una traición”, “una puñalada por la espalda”, y “un golpe de estado”. La “puñalada por la espalda” es una antigua expresión de los revanchistas alemanes para justificar la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial. Putin predijo, en su alocución, que el propósito era desatar una guerra civil, como la que ocurrió en 1917, plagiando, palabra por palabra, una advertencia hecha con anterioridad por el mismo Prigozhin, contra la jefatura militar de Moscú. Estas diatribas demuestran un desorden mental de parte de los implicados, porque quien preparaba “una puñalada por la espalda” era el Nicolás II, quien negociaba una paz por serparado con el monarca de Alemania, para evitar el colapso del ejército zarista. La burguesía rusa y el imperialismo anglo-frances conspiraron para reemplazar a Nicolás II por su primo, con la finalidad de mantener a Rusia en la guerra. Fue exactamente lo que hicieron cuando se adueñaron del gobierno, al usurpar la Revolución que triunfó en febrero de ese año. 
 La compañía de mercenarios Wagner no es un intruso en la organización militar del estado ruso. Apuntaló la ocupación militar de Siria, por parte de Putin, en 2013. Fue instrumental también en la ocupación de Crimea en 2014. Putin la autorizó a reclutar convictos penales, a cambio de la libertad, para participar en la guerra en Ucrania contra la Otan. Prigozhin estableció un frente único de hecho con el fascista del nacionalismo ruso y con Ramzan Kadirov, el jefe de gobierno de Chechenia, que se hizo famoso por la enorme carnicería que produjo en este país, para impedir la existencia de un gobierno autónomo, primero, y luego su independencia. Prigozhin, en una de sus últimas diatribas, denunció el fracaso de la invasión de Rusia a Ucrania, alegando que el propósito de desnazificarla y desmilitarizarla había redundado en un fortalecimiento de las fracciones nazis de Ucrania y en la enorme militarización que produjo la intervención y la asistencia de la Otan a Zelensky. El motín militar y la incompetente tentativa de golpe de estado obedeció al propósito de Putin de desmantelar la compañía Wagner y ofrecer a sus reclutas la integración al ejército nacional. 
 Cuando se tira a fondo del hilo de estos acontecimientos, se observa el rol protagónico de la CIA y de la Otan en la promoción de la desestabilización del régimen de Putin, incluído el golpe de Estado. En compañía de Zelensky, el espionaje norteamericano había presentado “un falso positivo” que mostraba a la compañía Wagner como un agente de Estados Unidos. Quien se encargó de esa faena fue el presidente de Ucrania, quien fingió negarse a desmentir esa versión en una entrevista del diario The Washington Post, con el objetivo de mejorar precisamente su difusión. El periódico se vio obligado a eliminar más tarde ese reportaje. El “falso positivo” forma parte del diseño de la llamada “contraofensiva” que lanzaron la Otan y Ucrania en las últimas semanas, en lo que se refiere a operaciones de engaño que ayuden a romper brechas en la cadena defensiva de dos mil kilómetros de largo y cincuenta de profundidad que estableció Rusia contra ese contraataque. La “contraofensiva” constituye un ensayo gigantesco de la Otan para verificar la consistencia de las operaciones combinadas (Inteligencia, logística, misiles, aviación, tanques) para quebrar las barreras enemigas en guerras de tipo convencional, que no obliguen al uso de armas nucleares en las primeras fases. El episodio Wagner de estos días ha procurado sembrar esta confusión en las filas de los mandos militares y políticos de Rusia. 
 La primera fase de la “contraofensiva” de la Otan ha constituido un revés de monta para los atacantes. La prensa occidental ha reconocido la veracidad de la información de Rusia, que señala la muerte de mil soldados ucranianos por día – lo que daría diez mil víctimas fatales desde el comienzo. Los comentaristas pro-rusos atribuyen estos resultados a la ventaja de Rusia en la logística, o sea, esencialmente, la falta de aviación del lado ucraniano. Aseguran que el fracaso de la “contraofensiva” resultará en una rendición de Ucrania y de la Otan, como consecuencia de la pérdida de material humano. El desbalance no va a durar mucho tiempo, sin embargo, porque Gran Bretaña, Polonia y otros países limítrofes han prometido proveer material aéreo y anti-aéreo hasta que lleguen los F-16 que prometió Biden. La guerra, las muertes y los destrozos catastróficos proseguirán en mayor escala. La detonación de la represa de Karajovka, cuya autoría no ha sido aún determinada, ha provocado una gigantesca destrucción ambiental. 
 El ‘golpe de estado’ de Prigozhin ha hecho ostensible una crisis de régimen político en Rusia. Ha provocado el estallido de un contubernio que procuró esconder la fragilidad estatal. Fuerzas Armadas que necesitan recurrir al complemento de compañías mercenarias, en medio de una guerra donde está ausente, del lado de Rusia, el objetivo estratégico. Una guerra con la Otan es un despropósito estratégico en sí mismo, y encima si tiene un carácter anti-nacional en relación a Ucrania. En medio de los golpes y contra golpes que desnudaron la fragilidad de Putin, se realizó una reunión de la Otan con países neutrales, en los que Brasil y Turquía han insistido en un cese inmediato de hostilidades. Ven a la crisis del régimen de Rusia como un acelerador de la guerra.
 Otro tópico ilustrativo de la tendencia a la ampliación de la guerra son las reuniones que se han convocado para planificar la llamada “reconstrucción Ucrania”. Este noble propósito disimula el objetivo de organizar el reparto económico del país entre las grandes potencias, que nunca se ha logrado en forma ‘pacífica’. Se procura una suerte de acuerdo de Yalta, que mantuvo unido, precariamente como se vio después, el frente aliado en la Segunda Guerra, mediante el reparto de “zonas de influencia”. La Otan planea financiar la “reconstrucción” con los fondos confiscados a Rusia y a los oligarcas rusos, una bicoca que podría llegar al billón de dólares. Esto bajo la supervisión del FMI y un plan de privatizaciones y de ajuste social. El despojo deja pendiente quién y cómo se va a financiar la reconstrucción de Rusia, si se puede llamar así, como consecuencia de esa misma confiscación y de la anulación de gasoductos y mercados impuestos por la Otan. La lucha por los despojos de la guerra plantea nuevas guerras.
 Este escenario, tomado en su conjunto, obliga a la oligarquía rusa a redefinir sus propios propósitos. Putin y el ministro Lavrov han propuesto un acuerdo de paz, convencidos de la invulnerabilidad de su cordón defensivo. La fantasía refleja también la presión de la oligarquía, que no acepta para nada los planes de estatización económica que promete Putin para hacer frente al boicot y sanciones de la Otan. Es el guante que recogió Prigozhin cuando habló del fracaso de la llamada “operación especial”. El mercenario no sólo aspira al indulto de Moscú sino también de Washington. El episodio Wagner ilustra que la crisis de régimen en Rusia es irreversible.

 Jorge Altamira 
 25/06/2023