A lo largo de su vida participó de homenajes y actos vinculados a la memoria de Trotsky, alentando la organización y la propaganda vinculados a la IV Internacional y a la memoria de su abuelo. En Argentina, en el año 1990, en medio de la euforia restauracionista tras la caída del Muro de Berlín, Esteban Volkov fue figura en un acto especial que organizó el Partido Obrero en la Federación de Box. Pocos años después, en 1995, se involucró -también a instancias de nuestra corriente- en el Tribunal Moral Internacional a Guillermo Lora, convocado por la Oposición Trotskista del POR para juzgar los agravios del histórico dirigente boliviano contra Juan Pablo Bacherer y otros cuadros de esa organización En esa ocasión Volkov ocupó la presidencia del tribunal, acompañado por Catalina Guagnini en la vicepresidencia y Osvaldo Coggiola en el cargo de secretario. Una década después, en medio de grandes convulsiones y crisis políticas que desmintieron “el fin de la historia” y la victoria inapelable del capitalismo, Volkov volvió a visitar nuestro país para compartir una conferencia en el aula magna de la Facultad de Sociales de la UBA junto a Jorge Altamira.
Sus padres fueron Zinaida Volkova -la primera hija de Trotsky- y Platón Volkov. Ambos fueron militantes comunistas y miembros de la Oposición de Izquierda. Zina y el pequeño Esteban salieron de la URSS para visitar a su abuelo durante su exilio en Prínkipo, Turquía, pero la burocracia luego no les permitió regresar a su propio país. Se establecieron en Berlín, en los convulsivos años de ascenso del nazismo y de traición de la Tercera Internacional a la revolución alemana. Zina, la mamá, sumida en una profunda depresión, se suicidaría en Berlín en 1933. Su padre fue asesinado durante las purgas estalinistas. Finalmente, la custodia del pequeño Esteban terminaría a cargo de León Sedov -el hijo mayor de Trotsky y Natalia y su principal colaborador político en los años de destierro- y su pareja. Tras la muerte de éste, Trotsky y Natalia Sedova lograrían su traslado a Coyoacán, cuando contaba 14 años. Allí compartiría los últimos meses de vida con Trotsky hasta su asesinato, en agosto de 1940, a manos de un sicario de Stalin.
La vida compartida con los militantes de la IV Internacional en los años más duros de la reacción, en el auge del fascismo y de la contrarrevolución estalinista, dejaron en él una huella indeleble. Asumió como un mandato la memoria de aquellos revolucionarios que sostuvieron en alto las banderas durante uno de los períodos más infames que haya conocido la humanidad. Las anécdotas que relataba de su trato con “el Viejo”, al que recordaba con devoción y afecto, fascinaban a militantes y curiosos. Su prédica buscaba insuflar aliento a las nuevas generaciones de trotskistas.
Esteban Volkov fue además un hombre de ciencia. Estudió ingeniería química y tuvo tres hijas. Fue el último testigo presencial del drama histórico que envolvió a su familia, aniquilada por el estalinismo, incluido Trotsky, líder de la Revolución de Octubre, la primera revolución proletaria victoriosa de la historia, junto a Lenin.
Nuestro homenaje a Sieva, el luchador.
Jacyn
17/06/2023
No hay comentarios.:
Publicar un comentario