Mick Brooks
El dólar cada día parece sufrir nuevas caídas con relación a las otras monedas. ¿Qué significa para la economía mundial? La causa inmediata de la caída del dólar no es difícil de ver, se trata del déficit estadounidense con el resto del mundo. El año pasado EEUU importó casi dos veces más de lo que exportó. Su déficit por cuenta corriente está en el 6 por ciento de la renta nacional. Si un país gasta más de lo que ingresa entonces tiene que pagar la diferencia.
En el mercado de divisas, las mercancías van a una u otra forma de dinero. Como el valor de una divisa con los tipos de interés flotantes se determina en el mercado global, un déficit ocasionará la salida de divisas provocando una depreciación del mercado nacional. Esa situación abaratará las exportaciones y encarecerá las importaciones. En teoría este desequilibrio se corrige con el tiempo pero no ha ocurrido así en el caso de EEUU.
Las autoridades monetarias pueden recurrir a un manera de sostener el dólar. Pueden aumentar los tipos de interés y, de esta manera, aquellos que poseen activos en dólares podrán conseguir mejores beneficios. Pero Ben Bernanke, jefe del banco central norteamericano (la Fed), ha estado ocupado reduciendo los tipos de interés para intentar evitar una recesión en EEUU.
Las autoridades monetarias están dejando que el dólar se deslice hacia abajo y es inevitable que, cuando la economía mundial se desacelere, estallen conflictos no sólo entre las clases, sino también entre los distintos estados nacionales capitalistas. La devaluación competitiva es una manera de tomar ventaja respecto a otros países, esa fue la política denominada: "arruinar a mi vecino" aplicada en los años treinta y que terminó provocando la Gran Depresión. Parece que ahora estamos en el mismo camino.
El orden económico mundial en 1945 estaba dominado por EEUU. En Breeton Woods los norteamericanos establecieron las normas básicas que dominaron el orden económico de la posguerra. La principal moneda de reserva mundial era el dólar, que era considerado "tan bueno como el oro". Otras naciones capitalistas tenían tipos de cambio fijos con relación al poderoso dólar. Los tipos de interés fijos significaban que un país pagaba las mercancías procedentes del extranjero con su moneda que guardaba una relación fija respecto a las otras divisas, independientemente del déficit. Si un país se quedaba sin dinero en efectivo tenía que deflactar la economía. Creían que empobreciendo a todos podrían disminuir el exceso de demanda de productos importados. Es parecido a la vieja tradición médica de aplicar sanguijuelas al cuerpo humano para curar la fiebre. Como la sangría debilita el cuerpo la fiebre disminuye. Pero, por supuesto, lo que hace es tratar los síntomas no la causa del problema, que en este caso era la falta de competitividad. La única alternativa a la deflación con la existencia de tipos fijos era la devaluación.
Si un país se queda sin efectivo tiene que devaluar. Si una moneda nacional mostraba signos de debilidad por el continuo déficit, entonces los buitres especulativos sobrevolaban sobre la moneda. Estas personas apuestan en una dirección única, como demostró Gran Bretaña en 1967. Los especuladores pueden comprar otras monedas con libras y esperar los beneficios del capital si se produce la devaluación, un 14 por ciento en un día. Si no hay devaluación, entonces tampoco pierden todo. Se puede construir una pared de dinero especulativo que finalmente haga inevitable la devaluación. Los poderosos EEUU están contentos con repartir esta medicina a otras naciones. Sólo un país no tiene que seguir las reglas, precisamente el que las puso en primer lugar: EEUU.
El déficit de EEUU creció durante el período de la posguerra. Sufrió el destino de los imperios, comenzó su decadencia respecto a su aplastante dominio de 1945, malgastó enormes sumas de dinero en la carrera armamentística con la URSS. EEUU pudo abusar de su privilegio de mantener la divisa mundial de reserva simplemente imprimiendo dólares para pagar sus deudas externas. Finalmente, el edificio creado en Bretton Woods se desmoronó cuando la correlación internacional de fuerzas cambió durante el boom económico de la posguerra. EEUU, ya no era capaz de mantener el dólar fijo a su percha y el dólar fluctuó en 1971. Se había terminado la era de los tipos de cambio fijos. En realidad, los mercados financieros continuamente revaluaban y devaluaban sus monedas nacionales.
Pero, si ahora se permite a EEUU que devalúe el dólar para conseguir una ventaja competitiva, entonces está jugando un juego peligroso. Como dice Richard Wachman (The Observer, 30/3/2008):
"Si el dólar continúa perdiendo terreno, ha caído un 52 por ciento frente a la canasta de divisas desde 1985, otros países puede que no encuentren ningún sentido a invertir en activos dominados en dólares (que ayuda a compensar el déficit por cuenta corriente norteamericano)".
Ahora lo único que impide al dólar caer esta el colapso total es que otras monedas (particularmente la china) mantienen estos activos en dólares. Pero el déficit de EEUU con China es ahora más grande. Pensemos en ello, China realmente está prestando dinero a EEUU para comprar exportaciones chinas a EEUU. ¿Cuánto puede durar esta situación?
Si el valor del dólar está cuestión ¿qué seguirá? Wachman cita a Jeffrey Frankel de la Universidad de Harvard: "EEUU perdería el ‘exorbitante privilegio' de ser capaz de financiar fácilmente sus déficits internacionales". EEUU ha estado continuamente abusando de su posición como mandamás para tener un festín a costa del resto del mundo imprimiendo dólares para pagar sus deudas.
Wachman consulta con economistas para discutir las opciones. Stephen King del HSBC opina lo siguiente:
"Es difícil desechar el dólar. Seguramente, el dólar continuará arrastrándose por el suelo durante un tiempo. Cuando tienes una crisis bancaria como la actual puede costar mucho salir de ella. Podría durar dos o tres años. Pero ¿por qué los bancos centrales de repente se desharían del dólar? Eso sería reducir el valor de sus propios activos en dólares. No olvidemos que los chinos tienen 1,5 billones de dólares en reservas extranjeras".
King dice que los chinos han perdido demasiado dinero como para marcharse de la partida de cartas.
Y concluye: "Las naciones en desarrollo han optado por la opción más suave de crear fondos soberanos de inversión cuyas carteras de divisas son menos transparente, aunque los analistas creen que domina ‘el euro'. Estos fondos soberanos de inversión son la manifestación más visible del cambio de poder económico de Occidente a Oriente".
Este cambio es silencioso pero sísmico.
Algunos países ricos poco poblados como el exportador de petróleo Kuwait, llevan décadas con fondos soberanos de inversión (SWF). Más recientemente Noruega ha guardado su dinero del petróleo para una ocasión más propicia, a diferencia de Thatcher, que derrochó la riqueza petrolera británica del Mar del Norte en reducciones de impuestos a los ricos.
Pero los SWF de repente han crecido vertiginosamente. La subida de precio de las mercancías han hecho que países como Rusia hayan podido acumular dinero y salir de la crisis en el mercado mundial, y se ha lanzado de lleno a los SWF. El año pasado su riqueza colectivamente está en los 3,3 billones de dólares. En 2010 es probable que alcancen los 5 billones de dólares y los 10 billones en 2015. Estas enormes sumas son como lastre soltado sobre la economía mundial. En una tormenta fácilmente pueden hacer un agujero en el casco. Las potencias imperialistas ya establecidas siempre han mirado con desconfianza a los rivales potenciales. ¿Estos fondos serán utilizados para dirimir las batallas políticas?
Por otro lado, ningún jugador importante en la economía mundial puede ignorar estos grandes fondos. Algunos de los bancos atrapados en el fiasco hipotecario de las subprime ya se han acercado a estos fondos extendiendo sus manos en busca de limosnas. Cualquiera que sea la realidad, los SWF son parte del proceso mediante el cual se está transformando la correlación de riqueza y poder en la economía mundial.
Como señaló hace mucho tiempo el economista Kindelberger, el capitalismo mundial necesita un poder económico que dirija y establezca las leyes. Dijo que la crisis de los años treinta fue tan devastadora porque ninguna potencia fue capaz o estaba preparada para dirigir el sistema comercial mundial. (The world in depression. 1929-1939). Aunque este no es el único factor, es una parte importante de la explicación de por qué la Gran Depresión fue tan dura. En el siglo XIX, Gran Bretaña era la única hegemonía económica. El siglo XX después de 1945 fue el "siglo norteamericano". Entre los dos estuvo el caos económico internacional. La antorcha se ha pasado de nuevo. ¿El vacío creado en la regulación económica internacional tendrá las mismas consecuencias que en los años treinta?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario