La investigación fue desarrollada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), que analizó más de 11 millones de documentos que una fuente anónima acercó al diario alemán Süddeustche Zeitung.
Hasta el momento, apenas una pequeña parte de esos documentos han sido difundidos, lo cual genera dudas en torno a los beneficiarios de estas primeras revelaciones, que seguramente serán las de mayor impacto. En esta primera instancia, por ejemplo, llamativamente no hay involucradas empresas y figuras políticas de Estados Unidos, lo cual es bastante sospechoso. Estas circunstancias han llevado a Wikileaks y otras organizaciones a pedir que se difunda el total de los documentos filtrados.
Más allá de las especulaciones, es evidente que esa pequeña parte de los documentos visibiliza y pone en cuestión un modo de operaciones dirigido a evadir impuestos y blanquear capitales a partir de la estructuración de “empresas fantasma”, en este caso con la participación de la consultora panameña Mossack Fonseca, un bufete de abogados especializado en la utilización de todo tipo de artimañas legales para que las corporaciones y las familias ricas realicen manejos financieros con el objetivo de acrecentar sus riquezas.
Entre los mencionados en esta primera tanda de papeles analizados, se destaca el presidente argentino Mauricio Macri, el único presidente de América Latina y el Caribe en ejercicio que es mencionado en el informe como responsable directo de compañías fantasma. Otras figuras políticas incluidas son el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko; el primer ministro de Islandia, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson (quien renunció a las pocas horas, forzado por la movilización popular); el rey de Arabia Saudita, Salmán bin Abdulaziz y el Presidente de Emiratos Árabes Unidos y emir de Abu Dhabi, el Khalifa bin Zayed. Además de una larga lista de familiares y amigos del rey Felipe de España; del primer ministro inglés, David Cameron; del presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin; del presidente de China, Xi Jinping; del presidente de México, Enrique Peña Nieto; y del comisario de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, entre otros.
El caso de Macri
Hasta el momento de estas líneas, Macri aparece como director de una compañía llamada Fleg Trading Ltd., que se registró en Islas Bahamas en 1998 y funcionó hasta 2009, cuando el actual presidente ya era Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Y también como director de otra empresa, llamada Kagemusha S.A, que fue constituida en Panamá. En ambas empresas, el presidente es su padre, Franco Macri, quien tiene participación en otras sociedades creadas en paraísos fiscales.
Por otro lado, también poseen empresas fantasmas el ministro de Hacienda de la ciudad de Buenos Aires durante el doble mandato de Macri como alcalde (entre 2007 y 2015), Darío Grindetti, hoy intendente del partido de Lanús; el primo del presidente e intendente del partido de Vicente López, Jorge Macri; y sus dos principales asesores políticos, el empresario Nicolás Caputo (beneficiario además de gran parte de los contratos de obra pública) y el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, ambos muy amigos de Mauricio Macri. Además, participan en empresas fantasma otras figuras de relevancia en el gobierno derechista, como el ministro de Cultura, Darío Lopérfido; y el director de la Agencia Federal de Inteligencia, Gustavo Arribas, también muy amigo del mandatario.
En síntesis, demasiados elementos para ilustrar sobre el modo de operaciones del actual gobierno argentino, que justifica su política de despidos masivos, aumento de tarifas de servicios públicos y desmantelamiento de programas estatales bajo el argumento del déficit, mientras por otro lado legitima, a través de su participación, la existencia de redes para la evasión fiscal. Cabe acotar, en este punto, que Argentina es el octavo país en el mundo en fuga de capitales y el tercero en relación a su cantidad de habitantes. Todo lo cual es agravado por una política que desde el primer minuto de gobierno, se orientó a la rebaja de impuestos a los grande empresarios.
Esta situación, de la cual apenas se conoce la punta del ovillo, causa preocupación en el alto gobierno, porque pone en evidencia los manejos turbios de los sectores más ricos e instala en la agenda un debate muy incómodo para la clase gran propietaria, de la cual el propio presidente es parte.
A pesar de contar con casi todos los medios privados abiertamente a su favor, que están haciendo malabares para que el tema pase a segundo plano, el escándalo recién podría estar empezando. El miércoles 6 de abril, el abogado Eduardo Barcesat realizó una denuncia en contra el presidente Macri por presunta "evasión fiscal agravada" y "lavado de activos". El mismo día, en la Cámara de Diputados, el bloque oficialista tuvo que apelar a la complicidad de sus aliados del Frente Renovador para negar al Parlamento la posibilidad de investigar esta situación, contradiciendo en los hechos la promesa electoral de un gobierno transparente, “sin nada que ocultar”, en la que Macri basó en gran medida su campaña.
Posdata: Pocas horas después de la publicación de este artículo, el presidente Mauricio Macri fue imputado por el fiscal federal Federico Delgado. El fiscal, en la mañana del jueves 7 de abril, pidió pidió al juez Sebastián Casanello la apertura de un expediente para determinar si Macri omitió en sus declaraciones juradas su participación en la firma Fleg Tranding Ltd. "de manera maliciosa". Además, solicitó investigar la existencia de irregularidades en las operaciones que surgen a partir del caso conocido como Panama Papers.
Fernando Vicente Prieto
colombiainforma.info
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