En el mar Egeo y el Mediterráneo Oriental se está desarrollando un conflicto que envuelve por sobre todo a las grandes potencias y que podría derivar en una guerra con numerosos protagonistas. Grecia se adelantó a Turquía en exploraciones conjuntas con Israel, Francia e Italia , hace tiempo, de las reservas gasíferas en las plataformas costeras: “Tanto Syriza como New Democracy se volvieron hacia Estados Unidos y recurrieron a la lógica de las alianzas anti-turcas con Israel, Egipto y, más recientemente, los Emiratos Árabes Unidos” (The Bullet, 8/9). Grecia jugó fuertemente a favor de la empresa de energía italiana ENI e impuso un duro golpe a los planes de Erdogan: “Turquía e Israel mantuvieron conversaciones sobre la venta de gas israelí a Europa a través de un gasoducto israelí-turco, pero en 2015, cuando el gigante italiano del petróleo y el gas ENI descubrió el enorme campo de gas natural Zohr en la parte egipcia del Mediterráneo, los planes de Turquía fracasaron. ENI es también una de las grandes empresas que buscan petróleo en Chipre y tiene una gran participación en dos plantas de procesamiento de gas. Ha estado avanzando en un plan para que Egipto, Chipre e Israel participen en un proyecto para comercializar su gas en Europa a través de las instalaciones de procesamiento de Egipto. Francia se unió en 2018 cuando el gigante francés del petróleo y el gas Total se asoció con ENI en todas las operaciones de desarrollo de gas en Chipre” (Zvi Bar'el, Haaretz, 4/9). Lo que no dice esta larga cita es que en el bloque franco-italo-griego-israelo-egipcio está anotada la Autoridad Palestina.
La Unión Europea y Turquía coinciden en que son deficitarios en materia energética. “El interés económico de Turquía en el Mediterráneo oriental no necesita más detalles… en 2019 importó alrededor de 41 millones de toneladas de petróleo y alrededor de 45 mil millones de metros cúbicos de gas. Turquía no tiene fuentes de energía propias, por lo que no puede renunciar al control de las reservas de gas y petróleo que aseguran sus necesidades…” (ídem).
“Turquía se opone a cualquier idea de que Grecia expanda su mar territorial a 12 millas náuticas en el Egeo”, alegando sólo el territorio continental, no las islas, tienen derecho a las 200 millas. “Grecia insiste en que el derecho internacional está de su lado y que las islas tienen su propia plataforma continental, lo que significa 200 millas náuticas o la línea media si la distancia es menor” (The Bullet, cit.). La Unión Europea desde hace años adoptó una posición pro-griega, aunque “una iniciativa alemana buscó una moratoria sobre estudios de investigación y cualquier movimiento que pudiera considerarse agresivo” (ídem). Grecia ha sido apodada ´el nuevo Israel´ debido a su respaldo de países europeos, como el respaldo que Israel recibe de Estados Unidos” (Haaretz, cit.). “Alemania ha emergido como negociadora, como fue el caso de la crisis libia. La lógica alemana es la de evitar conflictos y entablar negociaciones, a pesar de carecer de la fuerza militar necesaria para desempeñar ese papel. Al mismo tiempo, es obvio que la postura alemana también está motivada por la necesidad de mantener un cierto nivel de relaciones UE-Turquía para mantener en marcha el acuerdo UE-Turquía sobre refugiados (especialmente porque es crucial para la lucha contra los refugiados europeos en general). y políticas antiinmigración) y evitar alienar a ciudadanos alemanes de origen turco. Francia, por otro lado, como parte de su esfuerzo constante por recordarle a la gente que es una ´gran potencia´, ha intentado contrarrestar la búsqueda turca de un papel más importante en la región (especialmente desde que Turquía ha intentado extender su influencia no solo en Oriente Medio sino también en África” (ídem).
Norberto Malaj
11/09/2020
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