La variante Delta ya se detectó en cuatro provincias. Así lo confirmaron las autoridades sanitarias de Córdoba, Buenos Aires, Salta y Santa Fe. Por su parte, CABA está estudiando dos casos que aún no presentaron nexo epidemiológico, lo que significa que podrían ser los primeros de circulación comunitaria.
Es la misma cepa responsable de que Europa esté transitando un recrudecimiento de casos, que incentivó a los mandatarios a imponer nuevas restricciones y medidas que habían sido eliminadas. Francia, por ejemplo, tuvo que volver al uso de la mascarilla en exteriores a poco de haberlas quitado. Incluso Estados Unidos, de los primeros países del mundo en suprimir su obligatoriedad, está volviendo para atrás debido a la alta transmisibilidad y resistencia a la inmunidad de la variante. En la región ya circula por Chile, Paraguay y Uruguay, por lo que todo indica que Argentina es la próxima.
Por su parte, el fin de semana la ministra de Salud Carla Vizzotti negó la circulación de la variante en el país, mientras cada vez es más evidente que las medidas tomadas desde el gobierno nacional fueron fútiles para contener su ingreso. La disminución de la cantidad de gente que podía entrar no le puso un freno a la actividad turística, que hace meses funciona de manera interna como si hubiese vuelto la “normalidad”. En cambio, la lupa se puso sobre el turismo internacional pero sin tomar las medidas necesarias para garantizar los cuidados, como obligar a las aerolíneas a cumplir con el distanciamiento de los pasajeros en los aviones, porque eso significa reducir la cantidad de personas permitidas y comprometer las ganancias de los empresarios del turismo. El gobierno tampoco puso a disposición hoteles para todas las personas que llegaban de viaje, por lo que quienes se habían contagiado esperaban el resultado del test en sus casas, con la posibilidad de contagiar a su familia.
La preocupación central, como se mencionó, parte del hecho de que es “tan transmisible como la varicela”, según el informe de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, algo que rápidamente puede provocar un rebote de la curva de contagios. El documento también reveló que la variante se está transmitiendo con facilidad entre los vacunados, algo que no se había observado con las cepas anteriores; sin embargo, la mortalidad de quienes tienen el esquema completo ha descendido considerablemente. El panorama que se ve en los países que tienen circulación comunitaria coincide: aquellos que tienen un alto porcentaje de su población vacunada con dos dosis atraviesan una ola de casos, pero con muchas menos muertes.
Este punto también es un problema para nuestro país, puesto que la campaña de vacunación arrancó tarde y el gobierno le dio prioridad a la administración de las primeras dosis por sobre las segundas. El escenario, sin embargo, es desigual. Provincias como Salta tienen solo el 11% de su población con el esquema completo; en el otro extremo, La Pampa cuenta con 23% de su población inmunizada. Algunas están mejor preparadas que otras, pero el conjunto de los porcentajes es bajo. El promedio nacional de personas con el esquema completo es de 15%, es decir que 7 millones recibieron su segunda dosis; unas 18 millones de personas ya recibieron la primera y esperan la segunda. El porcentaje más aterrador sigue siendo el 45% de la población que todavía no recibió ninguna.
Lo cierto es que lo que falta en vacunas no se compensó con medidas. De hecho, mientras para las cámaras se mostraban preocupados por la variante delta, los jefes de gobierno del AMBA habilitaban las flexibilizaciones en los protocolos y la presencialidad escolar plena, cuando aún no se inmunizó a los menores de edad y los colegios no tienen condiciones. Quirós hasta se animó a advertir que “la variante va a gatillar los casos” al confirmar 35 contagios en CABA y hablar del retraso en las segundas dosis, para luego cerrar una de las postas de vacunación más importantes de la Ciudad, el Luna Park, por el retorno de actividades. El doble discurso se escapa en cada una de las conferencias de prensa que encabezan.
Al igual que con la cuarentena, urge la necesidad del control por parte de los trabajadores de las próximas medidas a tomar y desplazar a quienes impusieron las prioridades de las patronales al habilitar actividades económicas no esenciales sin cuidados o protocolos. También quienes han defendido el ajuste en salud, que hoy no solamente deja una enorme masa de trabajadores del sector bajo la línea de pobreza sino también 100 mil muertos producto del colapso sanitario. La centralización del sistema de salud, sobre la cual se negaron a avanzar, es lo que va a permitir tener un sistema integrado, único, público e igualitario al que pueda acceder toda la población, junto con la triplicación del presupuesto.
Para detener el avance de las nuevas variantes se necesita aumentar los testeos, actualmente 50 mil diarios, y que todos sean analizados a través de pruebas que permitan detectar la cepa. Garantizar el aislamiento de todos los casos positivos en hoteles que cuenten con las condiciones básicas y se encuentren en buen estado. Incremento en el presupuesto para la campaña de vacunación, aumento de los vacunatorios y el personal en cada uno, y búsqueda activa de población de riesgo para vacunarse.
Lucía Cope
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