viernes, agosto 12, 2022

Carrió, a dios rogando


La catarata de acusaciones que lanzó Carrió contra dirigentes de Juntos por el Cambio pone de manifiesto una crisis vertebral en la coalición opositora. Pero no solamente. La dirigente de la CC expuso la desintegración política del gobierno y de la oposición. 
 Las denuncias de Carrió se focalizaron en los opositores que sostienen o sostuvieron vínculos con el pejotismo y el massismo. Los acusó de pergeñar un “pan-pejotismo” que involucre al peronismo no kirchnerista que está en el Frente de Todos – pero también a los pejotistas o llamados dialoguistas, como ocurre con Frigerio o Larreta. Carrió advirtió sobre el armado de un “neo PJ” con Massa. 
 Un bloque eventual de ese tipo, incluso en grado de tentativa, revela hasta qué punto ha llegado la disolución de la coalición gobernante. Es cierto que Massa fue un articulador del kirchnerismo con el pejotismo en 2019. Pero como recordó Carrió en estas horas, el massismo fue también un aliado crucial del gobierno de Macri, aunque en aquel momento no abrió la boca porque Cambiemos necesitaba los votos del Frente Renovador en el Congreso y en las legislaturas. Lilita se encarnizó con Ritondo y Vidal, quienes ejercieron un virtual cogobierno con el massismo en la provincia de Buenos Aires. Carrió advierte que podría armarse ese mismo tejido político pero al revés – con los votos de JxC en el Congreso para que Massa aguante hasta 2023. La ex massista Graciela Caamaño -que se distanció de Massa cuando se formó el FdT- acaba de apoyar el nombramiento de la massista Moreau al frente del Congreso. ¿Vuelve al redil? Massa advirtió que si no cuenta con la colaboración del Congreso gobernará por medio de decretos de necesidad y urgencia. 
 Los comentaristas han coincido en atribuir las denuncias de Carrió a un acuerdo con Macri. Caracterizan este entendimiento como una operación de sabotaje a la gestión de Massa, con la intención de llevar la crisis politica a un punto de quiebra, lo que le serviría también para abortar la intención de sus opositores internos de impedir que Macri se vuelva a presentar como candidato a presidente. Lo que sigue a este ataque a quienes están dispuestos a colaborar con Massa es una campaña de denuncias contra los socios económicos del nuevo ministro, desde un sector de las petroleras, las empresas de armaduría en Tierra del Fuego, los contratos de Aguas, los amigos que se quedaron con Edenor, y por sobre todo los socios argentinos de las mineras dedicadas al litio en Jujuy, Salta y Catamarca. El diputado radical por la provincia de Córdoba reclamó como contrapartida de un apoyo en el Congreso que Massa “desista de ser candidato en 2023”. Laredo debe estar advirtiendo de algún enjuague entre Massa y el gobernador Schiaretti, que volvería a alejar al radicalismo de un retorno a la gobernación de la Provincia. A la luz de todo esto, hay que convenir en que Carrió es una de las maniobreras más inspiradas en Argentina, más allá de sus encomiendas a Dios y la Virgen, al estilo, curiosamente, de Nicolás Maduro. 

 Nada nuevo

 El armado de un panperonismo o un centro político entre el peronismo y el macrismo estuvo latente durante toda la crisis de 2018-2019. En septiembre de 2018, ocupó un domingo entero de gestiones en la residencia de Olivos, cuyo eje era que María Eugenia Vidal sustituyera a Macri como candidata a presidenta para el año siguiente. Macri logró bloquear esta operación, como ocurre ahora con la de sacarlo de carrera en 2023. Por eso el ataque golpea también a Patricia Bullrich, un halcón de la derecha. El fracaso de la tentativa, en medio de un derrumbe económico colosal y de huelgas de hace más de cuatro años, facilitó la formación del Frente de Todos. Macri-Carrió representan al bloque de la mega devaluación del peso, presidido por los fondos internacionales norteamericanos. Lo que tanto Carrió como Macri omiten en sus cálculos, es que Massa pretende ejecutar esa mega devaluación una vez que consiga préstamos suficientes para respaldar esa operación. 
 A la luz de esta crisis, es claro que todos los partidos patronales en presencia quieren llegar a las elecciones de 2023 sin haber resuelto entre quienes se dará la pelea en esas elecciones, eventualmente. Los cañonazos de Carrió contra una asociación con Milei, no favorecen las intenciones de Macri y Bullrich de asociar al proto fascista a sus listas, al menos en Ciudad y provincia de Buenos Aires. El neurólogo Manes ha recurrido a sus conocimientos en esa especialidad para proponer que las candidaturas en JxC queden definidas en diciembre próximo, con la intención de acentuar las divisiones en el macrismo y el pos macrismo. En estas circunstancias, la “salida electoral” asoma como un factor desestabilizador adicional a la crisis política terminal del régimen presente. 

 Marcelo Ramal 
 12/08/2022

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