Aporte desde Cuba.
Por Nuria Barbosa León
Periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba
Todo el que circule por la capitalina avenida de Boyeros para entrar o salir del aeropuerto internacional José Martí, tropieza con una gran área deportiva perteneciente al Hospital Psiquiátrico de la Habana, conocido por Mazorra.
Desde los exteriores de la unidad se percibe la limpieza y el orden, los enfermos pasean por sus áreas cual si fuera un gran parque o plaza, no hay rostros tristes, desnutridos y sin esperanzas. Todos son tratados como humanos a pesar de su grado de inconciencia.
Ya nadie recuerda que Mazorra fue el “almacén de locos” antes del triunfo de la Revolución donde sus 14 pabellones de mujeres, 15 de hombres, 1 de niños y 1 dedicado a tratamientos clínicos estaban desordenados, sin mantenimiento y limpieza, con ausencia de alcantarillado, y en ellos deambulaban los más de 6000 pacientes, sucios, desnudos, sin identificación, con tratamientos insuficientes o inexistentes, encadenados muchas veces o sujetos a las camas como único modo de control para sus crisis.
En la actualidad, el Hospital cuenta con 36 salas para unas 3 500 camas, y 12 Centros de Rehabilitación Protegidos con Albergue. Laboran en él un total de 2 854 trabajadores, especializados en: psiquiatría; psicología; enfermería; medicina general integral; estomatología; personal técnico y profesional no formados en el Sistema Nacional de Salud, y obreros de servicios de apoyo a la actividad del Equipo Multi, Inter y Transdisciplinario.
Presta servicios especializados gratuito para todos los cubanos en: Adicciones; Bioenergética y Terapias Alternativas; Sexología y Orientación Familiar; Psicoballet; Clínica de la Memoria; Clínica del Estrés; Consulta de Seguimiento a Pacientes Egresados; Interrelación de trabajo con los 15 Centros Comunitarios de Salud Mental de Ciudad Habana; Interconsultas a Policlínicos en las Áreas de Salud; Peritación Psiquiátrico Forense, civil y penal.
Es intención del centro disminuir el período de larga estadía para los enfermos aunque existe la hospitalización hasta la total rehabilitación del paciente y su reincersión en la sociedad. Ello se fundamenta porque el enfermo necesita de su entorno socio natural, cerca de familiares y conocidos, lo cual ejerce una acción positiva para ellos.
El primer director del Centro después del triunfo de la Revolución, el Dr. Bernabé Ordaz, introdujo la terapia ocupacional que tiene un radio de acción más amplio al no circunscribirse al tratamiento manual e industrial, sino que comprende también el deporte, la recreación, el arte y la enseñanza especializada.
El pasado año el hospital fue sede, en el mes de septiembre, de la 15 edición del Festival Deportivo y Fiestas del Carnaval y 4ª Conferencia Internacional Psicohabana 2007, donde 2 750 pacientes de 33 centros de salud mental del país —incluida la institución sede—, compitieron en atletismo, ajedrez, dominó, béisbol, voleibol, triatlón (natación, ciclismo, marcha) y también arrollarán en comparsas y congas, lo cual elevó la autoestima al enfermo al verse reconocido con una medalla en el pecho por sus resultados relevantes.
Es orgullo del centro, el gran jardín botánico, la banda de música y que figuras como Armando Capiró, reconocido jugador de béisbol, formara parte del equipo de pelota del psiquiátrico y fuera entrenador deportivo de la instalación.
La continuidad del proceso se muestra además en las investigaciones que se llevan a cabo por los especialistas pero, además, porque dentro del recinto hospitalario se dispone de un Instituto Politécnico de la Salud, que cuenta con 80 profesores y 500 alumnos cursando especialidades en tecnología de la salud.
La obra humana de la Revolución cubana es un digno ejemplo a seguir por todos los países, dignificar la vida, proteger al ser humano, hacer del hombre parte de su medio, son propósitos impostergables de la actual sociedad postmoderna. Ovacionemos, pues, este grano de maíz germinando en el Hospital Psiquiátrico de la Habana, de gran significado para la gloria y la historia en el mundo.
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