domingo, octubre 16, 2016

A treinta años de la muerte de Antonio Di Benedetto



Fue uno de los más grandes escritores argentinos del siglo XX.

El 10 de octubre de 1986 fallecía a causa de un derrame cerebral el escritor y periodista Antonio Di Benedetto. Autor de Zama y Los suicidas, Su obra literaria es una de las más originales y potentes escritas en español durante el siglo pasado.
En la noche del 24 de marzo de 1976 fue secuestrado por un grupo de tareas del ejército que había ingresado a su despacho del diario Los Andes del que era subdirector.
Fue el primer escritor apresado por la dictadura. Su nombre figuraba en las listas de “subversivos”. Se le achacaba que como periodista había militado activamente contra cualquier forma de censura. Ya desde 1972 había comenzado a publicar notas sobre la represión policial y los atentados de grupos parapoliciales, fotos de presos e información acerca de procedimientos irregulares, primero de la Triple A y luego de los militares.
Compartió celda con varios de sus colegas periodistas en el Liceo Militar General Espejo hasta su traslado a La Plata después de ser puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en mayo del '76. En la agonía de su detención fue brutalmente golpeado, torturado y sometido a varios simulacros de fusilamiento.
Fue liberado más de un año y medio después, el 4 de septiembre de 1977, y decidió exiliarse a Europa, primero a Francia y luego a España. El ánimo del escritor y periodista mendocino quedó destrozado y apenas pudo reunir fuerzas para producir unos pocos textos. En 1984 regresó a Buenos Aires para trabajar como asesor cultural de la Casa de Mendoza.
De las posteriores investigaciones realizadas sobre su caso salió a la luz la pérfida actitud que tuvo el diario Los Andes con los trabajadores “chupados” por el gobierno militar. A pocos días de las detenciones, el matutino hizo firmar la renuncia a todos los empleados secuestrados con la promesa de continuar pagándoles los salarios a sus familias.
Negociaba así un cómplice pacto de silencio. Casi una década después, ya de regreso al país, el escritor intentó infructuosamente gestionar su jubilación, recién otorgada cuando convalecía en un hospital.
Di Benedetto no tuvo en vida el reconocimiento que su producción merecía. Recién ahora sus textos comienzan a gozar de una circulación más extendida; en su época el mendocino era un secreto a voces, devorado por otros escritores (de Cortázar a Saer, de Piglia a Bolaño) que encontraban en sus libros una fuente inagotable de inspiración. Su estilo tan parco y sencillo como extraño dificulta encasillarlo en algún molde.
Fue autor de libros extraordinarios, devenidos en clásicos silenciosos de la literatura argentina y latinoamericana. Se destacan colecciones de cuentos como Mundo animal (1953) o Declinación y ángel (1958), así como las novelas El silenciero (1964) y Los suicidas (1969).
Una consideración especial merece su novela Zama, de 1956, su obra más lograda. Es el relato angustiante de la espera de un funcionario de la colonia española en el siglo XVIII que aguarda ser trasladado de Asunción del Paraguay a Buenos Aires. Zama trata con simpleza y maestría la angustia y la ansiedad de toda espera. Actualmente la directora de cine salteña Lucrecia Martel (La ciénaga, La niña santa, La mujer sin cabeza) se encuentra rodando la película basada en la novela.
A cuarenta años de su secuestro por la dictadura militar y a treinta de su muerte, la literatura de Antonio Di Benedetto mantiene una actualidad fenomenal, producto del trato con los problemas que acucian a la humanidad más allá de toda época. Con la publicación reciente de sus textos periodísticos se ilumina su faceta menos conocida, la de su compromiso con las libertades democráticas y contra toda forma de represión y censura.

Federico Cano

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