martes, noviembre 15, 2016

Trump confirma su política xenófoba de deportaciones



En su primera entrevista televisada luego de la victoria electoral, para el programa 60 minutes de CBS, Donald Trump prometió deportar a 3 millones de inmigrantes apenas inicie su mandato.
La perspectiva xenófoba de la medida fue presentada bajo argumentos de tipo policiales: “Lo que vamos a hacer es que vamos a echar del país o vamos a encarcelar a todos los que tienen antecedentes criminales, traficantes de drogas, miembros de bandas, probablemente dos millones, podrían ser hasta tres millones. Los vamos a sacar del país. Están aquí ilegalmente” (El País, 14/11).
Esto deja pedaleando en el vacío las interpretaciones caprichosas de buena parte de los medios, que hablaban de una “moderación” de Trump como resultado de su llegada al poder y de la necesidad de establecer acuerdos.

Trump es una manifestación reaccionaria de la crisis capitalista.

En el transcurso de su campaña, el presidente electo había defendido la expulsión del conjunto de los inmigrantes que ingresaron de forma irregular al país (cuya cifra se estima en 11 millones), la construcción de un muro en la frontera con México y la creación de una “fuerza de deportación”.
Cabe señalar que desde la asunción de Trump se han multiplicado los ataques contra las minorías. En este clima, el Ku Ku Klan anunció un desfile para celebrar el triunfo.
En los núcleos urbanos más poblados, mientras tanto, se desenvuelven movilizaciones de protesta contra el presidente electo.

Continuidad y profundización

Durante el gobierno de Obama, la cifra de expulsiones fue la más alta de la historia, lo que le valió el apodo de “Deportador en Jefe” por parte de la comunidad latina. Solo entre 2012 y 2014, se produjeron 2,5 millones de deportaciones.
Por esto es que un catedrático especializado afirmó que “Lo que pretende ahora Trump con las deportaciones ya lo hizo Obama en cierta forma” (abc.es, 14/11). El presidente electo apuesta a profundizar una xenofobia de Estado.
La situación de vulnerabilidad de los inmigrantes ilegales, bajo amenaza de deportación, los condena a salarios de miseria y, en muchos casos, a condiciones de esclavitud. Un caso emblemático pudo verse en 2013, cuando se reveló que la cadena de tiendas de abastecimiento 7-Eleven (una de las más grandes del mundo en su rubro) explotaba a inmigrantes indocumentados 100 horas a la semana, por un pago de 3 dólares la hora, obligándolos a “vivir en casas que los patrones poseían y administraban” (Expansión, 25/06/13).

Xenofobia, un capítulo del plan antiobrero

La campaña discriminatoria de Trump busca dividir a la clase obrera norteamericana, responsabilizando a los inmigrantes por una crisis social de la que son víctimas.
Al tiempo que expulsa a quienes cobran salarios de miseria, el magnate exigirá a los trabajadores norteamericanos que ajusten ellos mismos los cinturones y acepten un incremento de la explotación laboral, bajo la extorsión de que se trata de una defensa de la industria nacional.
La defensa de los inmigrantes forma parte de una perspectiva de conjunto para todo el movimiento de los explotados en Estados Unidos.

Tomás Eps (@tomaseps)

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