viernes, noviembre 25, 2016

Nikolai Vavilov y el sueño de acabar con el hambre



Sus viajes para identificar el origen de las plantas cultivadas, su vida en la Rusia revolucionaria y su trágico final a manos de Stalin y Lysenko marcan la vida de un científico casi desconocido.

En noviembre de 1887 (el 13 según el calendario ortodoxo, el 24 según el calendario actual) nacía en Moscú Nikolai I. Vavilov. Hijo de una familia acomodada, ingresó en el Instituto de Agricultura de Moscú en 1906. Siendo estudiante, escribió en su diario que se proponía: "trabajar para el beneficio de los pobres, las clases esclavizadas de mi país, elevar su nivel de conocimiento". La agricultura rusa era, en efecto, una de las más atrasadas de Europa y Vavilov se planteaba cómo luchar contras las hambrunas cíclicas que sufría su país.
Al terminar sus estudios realizó una estancia como posgraduado en el laboratorio de William Bateson, en el Reino Unido. Bateson era el principal difusor de las ideas de Mendel sobre herencia y, de hecho, fue quien propuso el nombre de "genética" para esta ciencia. De 1917 a 1921 se mantuvo alejado de los procesos revolucionarios que ocurrían en Rusia, mientras se desempeñaba como profesor en la Universidad de Saratov, en las llanuras del Volga.
De 1916 a 1940 realiza viajes a cincuenta países para identificar los centros de origen de las plantas cultivadas. Postulaba que estos centros coincidían con las zonas geográficas donde actualmente encontramos el mayor número de variedades de estas plantas. Probablemente, Vavilov haya sido el último naturalista viajero, siguiendo los pasos de Humboldt, Wallace, Bates y el mismo Darwin. Identificó doce de estos centros incluyendo, por ejemplo, el centro mesoamericano de origen de los cultivos de maíz, frijoles y amaranto. El relato de sus viajes por América se encuentra, lamentablemente, perdido en su mayor parte.
Las semillas colectadas durante estas expediciones le permitieron poner en marcha la mayor red de bancos de germoplasma, con su sede central en Leningrado. Este tipo de bancos permite conservar cultivos poco utilizados y protege la producción contra eventos como desastres naturales, brotes de una enfermedad o guerras.
Los aportes teóricos a la biología de Vavilov son menos conocidos. Su ley de las series homólogas de variación, publicada en ruso en 1920 y en inglés en 1922 en el Journal of Genetics (1), brinda un fundamento teórico a su búsqueda de diferentes variedades. Stephen J. Gould rescata la historia de esta ley y cómo influyó en su propio pensamiento en el ensayo "Una audiencia para Vavilov" (2).
Examinando la diversidad del trigo, Vavilov identificó miles de variedades, que diferían por características complejas como el color y forma de las espigas y semillas, la estación de maduración y otras combinaciones de rasgos. Notablemente, luego encontró el mismo juego de variedades en el centeno, una especie cercana al trigo pero de un género diferente. La repetición de las mismas variedades en especies cercanas era tan notoria que llevó a Vavilov a predecir la existencia de variedades desconocidas. Así predijo que el trigo candeal debería tener formas invernales, porque otras especies emparentadas las tenían. Encontró esa variedad en 1918, en una expedición a Irán.
Vavilov interpretó esta regularidad como consecuencia de la similitud de los sistemas genéticos de especies que comparten un antepasado común. La mayor parte de los genes de especies cercanas, argumentó, deberían ser idénticos. Por lo tanto las variedades son la respuesta de esta estructura genética compartida a diferentes ambientes, pero esta variación no es aleatoria sino que tiene direcciones predominantes y predecibles. Las variedades son entonces "cristalizaciones" de esta variación.
La ley de Vavilov no contradecía ningún principio de la biología darwinista, pero difería en el papel que le asignaba a las restricciones a la herencia y en la canalización de la variación. Según Gould, esta ley subestimaba el rol del ambiente y la selección natural como agentes creativos, pero Vavilov entrevió algo crucial al proponer que "constricciones" pueden determinar las rutas del cambio evolutivo. Una teoría de la evolución, señala Gould, requiere de una verdadera dialéctica entre los factores externos del ambiente y las fuerzas internas representadas por restricciones de la herencia y el desarrollo.
Los años finales de Vavilov estuvieron marcados por su polémica con Lysenko. Éste proponía que las plantas podían ser "educadas" y que el tiempo de germinación podía cambiarse luego de varias generaciones de exposición a un ambiente estresante. Esto constituía un mecanismo de herencia de caracteres adquiridos, como fue propuesto por Lamarck en el siglo XIX. Además, Lysenko denunciaba a la genética como una "ciencia burguesa". Gould señala que Lysenko, además de charlatán y cruel polemista, era adialéctico en su visión de las plantas como masilla en un ambiente moldeador. Lysenko contaba con el apoyo de Stalin y organizó la purga de los genetistas soviéticos. Vavilov fue arrestado en 1940 acusado de ser espía británico, saboteador y derechista. Fue interrogado durante once meses y falleció de hambre en la prisión de Saratov el 26 de enero de 1943.
Los bancos de germoplasma que había organizado fueron descuidados por el estado. Durante la Segunda Guerra Mundial, una división especial de las SS nazis recibió el encargo de ocupar las estaciones agrícolas soviéticas que había creado Vavilov. Era dirigida por el botánico Heinz Brücher (quien luego se refugiaría en Argentina y dictaría clases en varias universidades). Si bien capturaron los centros ucranianos, no pudieron hacerlo con el banco de germoplasma de Leningrado. Sus trabajadores trasladaron las muestras de semillas a refugios dentro de la ciudad y las preservaron a pesar de la hambruna y a costa de su propia vida. Sabían que serían indispensables para restaurar la agricultura una vez que acabara la guerra.
Luego de la muerte de Stalin, 300 científicos soviéticos publicaron una carta denunciando el Lysenkoismo y Vavilov fue oficialmente rehabilitado. Hoy en día, los centros de diversificación de las plantas cultivadas que él describió marcan sitios prioritarios de conservación de la diversidad biológica y cultural, donde la diversidad genética de los cultivos es mantenida por las comunidades campesinas.

Santiago Benítez

1. Vavilov, N.I. 1922. Journal of Genetics 12: 48:89.
2. En el libro: Gould, S.J. 2004. Dientes de gallina y dedos de caballo. Cítica: Barcelona.



Centros de origen de las plantas cultivadas (Wikipedia)

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