miércoles, septiembre 05, 2018

La Revolución China Traicionada



El PCCh 1927-1931. Stalin y Qu Qiubai.

Introducción

En Mayo de 1927, tan solo un mes después de la Tragedia de Shanghai, se reunió el Octavo Plenario del Comité Ejecutivo de Comintern, con un subcomité dedicado a la discusión de la situación china. Los contenidos de esta reunión fueron extirpados de los registros del plenario, por lo que solo se conoce lo que sucedió por el testimonio de Albert Treint, militante del Partido Comunista Francés, que luego sería miembro de varios grupos oposicionistas a Stalin (y protagonizó algunos debates con Trotsky). Treint fue parte del subcomité, del que también habían sido designados miembros Bujarin y Togliatti, por lo que constituye una de las pocas fuentes directas sobre lo que se discutió allí.
Los sucesos de Shanghai, que tanto afectaron al PCCh, también habían provocado cambios en el Kuomintang. Las acciones de Chiang Kai-shek no habían sido aprobadas por el partido, y esto provocó la división del mismo en dos facciones, de izquierda y derecha. La posibilidad de mantener la alianza con la fracción de izquierda del Kuomintang, conocida como el Gobierno de Wuhan, era uno de los temas centrales de la discusión del Plenario.
Para Bujarin, mantener la alianza era la mayor prioridad para el PCCh, aunque eso implicaba intentar frenar el movimiento campesino, que tenía una creciente extensión y violencia: “Frenando al movimiento campesino, por otro lado, podemos extender aún más nuestra influencia en el Kuomintang, y cuando seamos lo suficientemente poderosos abandonaremos, si es necesario, nuestros aliados actuales e iremos tan lejos como queramos”.
Treint veía esto como una mera ilusión, sobre todo teniendo en cuenta lo sucedido en Shanghai el mes anterior. De esta experiencia, deducía que “La Burguesía intentará aplastarnos militarmente antes de que podamos conquistar una mayoría sólida en el Kuomintang. Tenemos que empezar inmediatamente a vincular las revueltas campesinas con las insurrecciones obreras”.
Togliatti, quizás en continuación con la política de no intervención de Serrati, o quizás por no querer oponerse a la postura de Bujarin, no pronunció palabra en la sesión. Dada esta abstención y como no era posible para Bujarin convencer a Treint de renunciar a su postura, se solicitó que Stalin se sumara a la sesión.

Stalin

En Mayo de 1927, poco antes del Plenario, Stalin había dado un discurso en la Universidad Sun Yat-sen, que en esos momentos se encontraba sumergida en una dura lucha fraccional entre trotskistas y estalinistas (en Octubre de ese año, Trotsky sería expulsado del Comité Central del PCUS). En el discurso, de acuerdo a Kuhfus en Chen Duxiu and Leon Trotsky: New Light on Their Relationship, Stalin había declarado abiertamente que “la Unión Soviética no podía tolerar perder China ante los británicos”, lo que constituía un buen resumen de su perspectiva a la hora de analizar la cuestión. Desde esta visión, lo importante en China no era el desarrollo de una revolución, sino ganar una disputa geopolítica.
Este abandono de la perspectiva revolucionaria en China se profundizaba dado el poco interés de Stalin por entender y aprender sobre la situación del país. De acuerdo al testimonio presentado en The Rise of the Chinese Communist Party de Zhang Guodao (张国焘), un dirigente del PCCh, Stalin consideraba a China como difícil de controlar, debido a que no era un estado unificado y las comunicaciones eran difíciles de sostener.

La decisión del subcomité

Dada la evidencia previa, es fácil suponer que Stalin iría al subcomité con una postura conservadora y favorable a la posición de Bujarin. Efectivamente, esto fue lo que sucedió. Su lectura suponía que si el PCCh no se oponía a los campesinos y favorecía a la “fracción izquierda” del Kuomintang, esto llevaría a una guerra civil en la que los comunistas iban a perder irremediablemente. De esto sacaba como conclusión que las posibilidades eran luchar contra la burguesía “de izquierda” o maniobrar.
Si bien existía en casi todos los participantes en el debate estratégico en torno a la Revolución China la idea de que el PCCh tenía que maniobrar ante la situación de persecución en la que se encontraba, la diferencia de opiniones se encontraba en qué tipo de maniobra debía realizar el Partido. El problema de la propuesta de Stalin en el subcomité era que su maniobra implicaba reprimir al movimiento campesino. Esto es precisamente lo que le señaló Treint: “Si aceptamos la represión de los levantamientos agrarios, pasará un largo tiempo antes de que sea posible volver a tener a los campesinos de nuestro lado; y la revolución proletaria, que no puede triunfar sin su apoyo, será pospuesta de forma definitiva”. Como para Stalin la revolución socialista en China no era una prioridad, esta crítica no era aplicable, y su moción fue aprobada.
En su discurso ante el Plenario, luego publicado con el título La Revolución en China y las tareas de la Internacional Comunista, Stalin iba a definir su posición de la siguiente manera: “Dado que China está pasando por una revolución agraria, y dado que el triunfo de esta revolución significa el triunfo de la revolución democrática-burguesa, y el triunfo de una dictadura revolucionaria del proletariado y el campesinado, y dado que Nanjing es el centro de la contrarrevolución nacional y Wuhan el centro del movimiento revolucionario en China, el Kuomintang de Wuhan debe ser apoyado y los comunistas deben participar en este Kuomintang y en su gobierno revolucionario, siempre y cuando el rol de liderazgo del proletariado y su partido se encuentren asegurados tanto adentro como afuera del Kuomintang”

El Quinto Congreso del PCCh

Las directivas de Stalin llegaron a China cuando el PCCh comenzaba su Quinto Congreso Partidario. Si bien no existen minutas del mismo, por diversos testimonios es posible reconstruir cómo se llevó a cabo la discusión. Entre los participantes es posible destacar a Chen Duxiu, líder del Partido hasta ese Congreso, a Qu Qiubai, que lo iba a reemplazar en Agosto de 1927, a los consejeros enviados por Comintern (Borodin, Roy) y a Wang Jingwei como representante del ala izquierda del Kuomintang.
En este Congreso, el PCCh mantuvo la alianza con el Kuomintang, de acuerdo a los deseos de Stalin, y sus pronunciamientos sobre la cuestión agraria fueron formales para calmar el ánimo de Wang Jinwei.
Aún con todos estas medidas claudicantes la alianza iba a ser de corta duración, debido a la caída del ala izquierda del KMT. Como narra Wu Tien-Wei en A Review of the Wuhan Debacle: The Kuomintang-Communist Split of 1927, el gobierno de Wuhan era más débil de lo que los comunistas habían supuesto hasta ese momento. Como no era posible para el Kuomintang combinar las posiciones de la burguesía terrateniente con la movilización de los campesinos, la continuidad de la alianza con el Partido Comunista derivó en una serie de levantamientos armados por parte del Ejército, que terminó derrocando a Wang Jingwei, y destruyendo cualquier posibilidad de mantener el Frente Único.
Wang, la gran esperanza de Stalin para mantener los intereses soviéticos en China, huyó a Europa, aunque después volvió y se posicionó como un promotor del fascismo dentro del Kuomintang. En 1940, en el marco de la guerra sino-Japonesa y de la Segunda Guerra Mundial, se iba a colocar del lado de los japoneses encabezando un gobierno títere, por lo que es considerado como uno de los grandes traidores de la historia china.

Qu Qiubai y el cambio de orientación

En la periodización de la historia del PCCh que realiza Trotsky en "La cuestión china después del VI Congreso", el período posterior a la caída del Frente Único va a ser caracterizado como de aventurerismo y putchismo hasta el fracaso de la insurrección de Guangzhou, en diciembre de 1927. Durante esos meses el Partido iba a tener como dirigente principal a Qu Qiubai (瞿秋白). Traductor de La Internacional al chino, conocedor de varios idiomas, sutil filósofo, Qu era considerado como uno de los grandes intelectuales del PCCh. Con artículos como Una controversia sobre la Revolución China, de 1926, se había posicionado como un crítico a la posición mayoritaria del Partido, aunque se mantenía como un aliado de Bujarin y Stalin.
Con el liderazgo de Qu el PCCh buscaba corregir la “orientación derechista”, que había priorizado al Kuomintang por sobre las perspectivas revolucionarias. Sin embargo, para solucionar esto lo que se planteaba era una serie de levantamientos, que comenzaron con la insurrección de Nanchang (南昌起义), siguieron con la insurrección de la cosecha de otoño (秋收起义) y tuvieron su final con la insurrección de Guangzhou (广州起义). Estas acciones buscaban tomar el control de algunas ciudades, con la participación masiva de trabajadores y campesinos organizados en un ejército revolucionario. Pero las insurrecciones no partían de análisis realistas sobre la situación, sino que eran impulsadas más bien por un espíritu de revancha y ultraizquierdismo. Es por esto que en general terminaron en fracasos, quizás ninguno más resonante que el de Guangzhou.

La Insurrección de Guangzhou

Guangzhou (antes llamada Cantón, 广州) es la capital y la ciudad más importante de la provincia sureña de Guangdong. Con uno de los puertos más grandes del país, y a menos de 200 km de Hong Kong, era uno de los centros industriales de China. Los gremios de marineros, de trabajadores del ferrocarril y de la industria textil eran famosos, y de acuerdo a Arif Dirlik en Narrativizing Revolution: The Guangzhou Uprising (11-13 December 1927) in Workers’
Perspective, en los años anteriores al levantamiento la ciudad era nombrada habitualmente por los diplomáticos británicos como “el Soviet de Cantón”. El Partido Comunista dirigía varios de los sindicatos de la ciudad, aunque contaba con poco trabajo de base: de 200.000 trabajadores agremiados, solo 300 eran miembros del PCCh.
Zhang Tailei (張太雷), el líder del Partido en la ciudad, había diseñado un plan para tomar la ciudad que contaba con tres elementos: Un paro general, el trabajo entre las tropas del Kuomintang, dirigidas por Zhang Fakui (張發奎), y la movilización de los campesinos de los alrededores de la ciudad.
A pesar de la ambición del plan, la realidad es que el Partido no se encontraba en condiciones de lograr sus objetivos. La ciudad se encontraba rodeada por las tropas de Zhang Fakui y del Señor de la Guerra Li Jishen (李济深), lo que impedía cualquier ayuda por parte de los campesinos y también bloqueaba las vías de escape (algo que de todas formas ni siquiera se intentó debido a la oposición de Neumann, el enviado de la Comintern). Al mismo tiempo, el apoyo que se creía tener entre los trabajadores no era tal, algo que se podría haber detectado con una mayor inserción en el movimiento obrero. El 11 de diciembre de 1927 se declaró el Soviet (suweiai, 苏维埃) de Guangzhou. El 12, Zhang Tailei había muerto, asesinado tal vez por la burocracia sindical de la ciudad. El 13, los comunistas fueron completamente derrotados. La duración total de la experiencia sería de 60 horas. La cacería de comunistas y el Terror Blanco posterior se extenderían durante semanas.

A modo de conclusión

Dirlik, en el texto ya mencionado, recupera un testimonio de Huang Ping, un militante del PCCh, que tres años después del levantamiento afirmaba “Ahora puede parecer obvio que no era así, pero en ese momento realmente pensábamos que existía alguna posibilidad de éxito”. En A concise history of the CPC, se realiza una autocrítica que va en el mismo sentido: “Los miembros del Comité Central del PCCh pensaban que la marea de la revolución iba a seguir subiendo” y por eso “ordenaron a los miembros del Partido, que eran pocos en número, y a las masas que organizaran rebeliones armadas en todos lados, sin tener en cuenta la fortaleza del enemigo y la desilusión del pueblo después del fracaso de la Gran Revolución.” (Gran Revolución es el nombre con el que se conoce en China al período 1925-1927)
La inexperiencia o la ingenuidad del PCCh, sin embargo, no llegan a explicar la cuestión. Trotsky llamó en algún momento a Stalin “El gran organizador de derrotas”, y en el caso chino es fácil ver como la obediencia a la teoría estalinista de la revolución por etapas sirvió en términos concretos para destruir cualquier posibilidad de victoria de la Gran Revolución. Es que las tendencias que ésta pretendía conciliar, el ascenso de la burguesía, el levantamiento campesino, las luchas de los trabajadores, se encontraban ya contrapuestas en la realidad, y esto no se podía negar con acuerdos con partidos burgueses.
Pero Stalin no actuaba solo. Para que sus políticas se llevaran a cabo, era necesario el silencio de Togliatti, la aquiescencia de Chen Duxiu (que luego cambiaría su posición), la complicidad de Qu Qiubai. Al mismo tiempo, el PCCh no era un reflejo exacto de la política de Stalin, sino que tenía características propias. Para evitar estos intentos de pensamiento independiente, en 1928 el 6to Congreso partidario se iba a desarrollar en Moscú, y Stalin se iba a encargar personalmente de elegir la nueva dirección del Partido. Pero su incapacidad para entender la situación china iba a tener efectos de forma muy rápida: el nuevo líder, Xiang Zhongfa, se iba a demostrar rápidamente como un incompetente, y la dirección real iba a ser encabezada por Li Lisan y Zhou Enlai. Esto será desarrollado en el próximo artículo de esta serie.

Nicolás Torino

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