Es el candidato designado por Lula ante la antidemocrática proscripción que le impuso el Poder Judicial brasilero. Las declaraciones pueden inscribirse en el marco de un giro hacia la moderación de sus posiciones políticas.
Fernando Haddad es el candidato presidencial del PT en Brasil. Hace un par de semanas, como consecuencia de la arbitraria proscripción que sufrió Lula por parte del Poder Judicial, fue designado para ocupar su lugar en el proceso electoral.
La primera vuelta de las elecciones en el vecino país tendrá lugar el domingo próximo. La segunda vuelta ocurrirá el 28 de octubre y, según las encuestas actuales, los protagonistas de esa contienda serán el mismo Haddad y el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Las últimas encuestas que se conocieron (IBOPE) dan cuenta del crecimiento de un 31 % de intención de voto para Bolsonaro y un 21 % para Haddad.
Bolsonaro, ampliamente conocido a nivel internacional por sus declaraciones semi-fascistas, acaba de cosechar un masivo repudio por parte de cientos de miles de mujeres en las calles.
En ese contexto, Haddad viene mostrando un giro marcado hacia la moderación política. Ese giro se ha expresado en declaraciones favorables a la continuidad del ajuste económico al tiempo que propone un pacto a los sectores de derecha que fueron la base parlamentaria del golpe institucional contra Dilma Rousseff.
Es en ese marco en que hay leer las declaraciones que hizo al diario argentino La Nación. Este martes ese matutino publicó las declaraciones del candidato petista señalando que es “amigo personal” del presidente Mauricio Macri.
"Soy amigo personal de Macri. Independientemente de las divergencias ideológicas, tenemos que unir a nuestros países", afirmó Haddad al centenario diario. Las declaraciones ocurrieron durante una visita al centro de investigaciones médicas Fiocruz, en la ciudad de Río de Janeiro.
"Brasil y la Argentina tienen mucho en que cooperar; la política de gobierno es una cosa, la política de estado es otra", agregó.
Las declaraciones y el giro hacia la moderación ponen claramente en cuestión el discurso de un sector del progresismo argentino que, sin un análisis más profundo, presenta a Haddad como oposición al golpismo y al neoliberalismo.
Precisamente porque Macri viene siendo uno de los puntales de la derecha pro-imperialista a nivel regional. Así lo evidenció su reciente discurso ante la Asamblea general de la ONU, donde repitió el discurso de Donald Trump contra Venezuela y contra Irán.
El gobierno de Macri fue, además, el primero en reconocer al gobierno golpista de Michel Temer, que arribó a la cúpula del Poder Ejecutivo en Brasil luego del desplazamiento de Dilma Rousseff.
LID
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