El 5 de junio los luchadores llamamos a viciar el voto como expresión de rechazo a los ataques de la patronal cuyos intereses protegerán y defenderán Keiko o PPK de ganar las elecciones.
Al final Verónika Mendoza habló claro, lo mismo que la dirigencia de la CGTP, el Colectivo “No a Keiko” y muchos sectores de izquierda que le son afines: Votar por PPK.
Votar por PPK es nada menos que votar por el mayor representante del empresariado internacional que aplicará, sin temblarle la mano, despidos y ajustes a los trabajadores. Si las “promesas” de Humala fueron falsas, más falsas son la de este gran empresario especialista en entregar el país, que en el contexto de la actual crisis no solo no cumplirá ninguno de sus infinitas y desesperadas promesas sino, al contrario, privatizará empresas públicas, despedirá trabajadores del estado, recortará los presupuestos de salud y educación y, lo peor, ante los que lo pintan de “democrático”, “no le temblará la mano” cuando se trate de reprimir. Para eso tiene allí, si a alguien le quepa alguna duda, a “Miss Baguazo”. Esto es lo que ya viene ocurriendo con Macri en Argentina y ahora Temer en Brasil, los nuevos presidentes de derecha en dichos países.
Es falso que la “única opción” que tengamos sea elegir entre ellos dos, como de manera intolerante y obtusa agitan desde esa izquierda para forzarnos a todos los obreros, jóvenes y luchadores a optar por el banquero PPK, a la sazón ahora maquillado como un viejito bonachón e inofensivo.
La opción democrática incluye el voto en blanco o viciado, como figura en la cédula de votación, aunque por una ley antidemocrática estos no se consideren "válidos", lo cual no nos impide ejercer nuestro derecho democrático a no elegir entre los dos sino a rechazarlos.
No hay ninguna ley ni tenemos una pistola sobre la cabeza que nos obligue a elegir entre ellos, cada cual más patronal y enemigo declarado de los trabajadores y los pobres.
Esa izquierda trata de justificar su apoyo a PPK con el “argumento” de que el voto en blanco o nulo “favorece a Keiko”. Nada más falso. El voto en blanco o viciado es de claro rechazo a los dos, y no puede pretenderse que por una característica del voto, sea una opción para favorecer a la candidata Fujimori.
Del mismo modo, con una envoltura justa, como el “No a Keiko”, pretenden empaquetar un gran fraude: el voto a favor de PPK.
De acá, muchos desde su seno, sostienen una campaña de improperios e insultos contra los que apoyamos el voto nulo o viciado acusándonos de estar o apoyar a la “dictadura”, etc. Esto solo revela que su pretendida defensa de la democracia no tiene nada de coherencia porque son intolerantes y antidemocráticos en un debate de ideas y opciones políticas.
No nos extraña porque muchos de esos mismos “acusadores” defensores a ultranza de la “democracia”, apoyan sin un rasgo de vergüenza al dictador Maduro en Venezuela.
Nuestra opción del voto en blanco o nulo se sustenta en un hecho firme y categórico: no comprometernos con ninguno de los dos que harán un gobierno contra los trabajadores y el pueblo pobre. ¡No elegimos a nuestros verdugos! Nuestro voto nulo es de protesta por un proceso electoral antidemocrático y viciado donde los trabajadores no podemos expresarnos con libertad y nos encontramos a merced del poder de los medios de comunicación patronal y de la maquinaria estatal que nos colocan el menú electoral que les da la gana.
Nuestro voto nulo es de legítimo repudio a los dos que son enemigos jurados de la clase trabajadora, y de llamado a prepararnos para la lucha que será la única garantía de defendernos de los ataques que inevitablemente implementarán cualquiera de los dos que gane.
En lugar de alentar expectativas falsas en PPK como hacen esos señores nosotros alentamos desconfianza, llamamos claramente al enemigo por su nombre, y reafirmamos confianza solo en nuestra fuerza y nuestra lucha, de los obreros, la juventud y el pueblo pobre.
¿Pero qué podemos esperar de esta “izquierda” que aspiraba a gobernar con un programa también pro patronal, y que aspira siempre a ocupar cargos en el estado como lo hizo en el gobierno de Humala y que por ello hoy no siente ni una pizca de vergüenza de arrimase al gringo luego de haberlo combatido por décadas como el máximo icono del imperialismo en el país?
Lamentablemente este es el carácter y limitación de su programa y de su condición de clase no obrera. ¿Qué podemos pedirle? Ante la ausencia de auténticos representantes de la clase trabajadora, queda claro que necesitamos poner en pie una alternativa y construir nuestro propio partido político de los trabajadores.
Esta es la razón por la que los trabajadores combativos no respaldamos la candidatura de Verónika Mendoza en la primera vuelta, porque sentimos que no nos representa, y eso nos llevó a separar nuestros caminos de los que dirigían la Red Solidaria, que en una etapa sirvió para coordinar las luchas, pero llegado las elecciones sus coordinadores fueron ganados por una candidatura al Congreso; al no lograrlo ahora abandonaron ese barco sin dar explicación alguna.
Y pensar que ese mismo PPK dijo en la primera vuelta, entre muchas barbaridades que despertaron ira con razón en el Frente Amplio, que “Verónika Mendoza no había trabajado nunca en su perra vida”, “la roja, “la terruca”, etc. Como dijo el Quijote: "cosas veredes amigo Sancho".
Igual ocurre entre los dos candidatos enfrentados hoy con agravios e insultos de todo calibre, en su desesperación por llegar a Palacio como sea, ante lo cual sus voceros ya dijeron al unísono: desde el lunes 6 de junio, luego del resultado, ambos harán borrón y cuenta nueva y se pondrán de acuerdo para cogobernar. Es explicable, pues al final los dos defienden y representan los mismos intereses empresariales.
Por eso no es de confiar nada de lo que digan todos estos señores cuyas posturas solo revelan cálculos políticos. En el caso del “Frente Amplio”, de la dirigencia burocrática de la CGTP, del Sr. Mario Huamán y de otros agrupamientos de izquierda que le son afines, esto ocurre porque todos ellos están de espaldas a los trabajadores y porque no creen ni apuestan por impulsar ni fortalecer la lucha, que es el único camino para defender nuestros derechos, como siempre fue y lo seguirá siendo.
Sin embargo, en las bases obreras y populares hay reservas, que se expresan en diferentes posicionamientos por el rechazo a los dos candidatos, lo que saludamos y llamamos a fortalecer y ampliar, porque es la base para ir perfilando la respuesta combativa que necesitamos articular ante lo que se vendrá desde el próximo 28 de julio, gane PPK o Keiko.
¡Vamos compañeros! Sí hay alternativas: reafirmar nuestra independencia de los dos candidatos enemigos jurados de la clase obrera y el pueblo pobre, y prepararnos para la lucha, votando nulo o viciado este 5 de junio.
Manuel A. Fernandes. Red Obrera.
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