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domingo, noviembre 06, 2016
¿Quién se queda con la Casa Blanca?
El complejo sistema electoral estadounidense, con elección indirecta y Colegio Electoral, promete una noche de elecciones sin resultado cantado para la batalla final entre Clinton y Trump.
Aunque Clinton retiene a esta altura una pequeña ventaja a nivel nacional, con el 45,3 % de la intención de voto frente a un 42,7 % de Trump (Real Clear Politics), manteniendo la diferencia dentro del margen de error, por lo que todo indica que en la noche de la elección no faltará suspenso.
Según Reuters/Ipsos, la diferencia entre Clinton y Trump ha variado entre 4 y 7 puntos porcentuales cada día durante la última semana, mientras otras encuestas han mostrado que la carrera se ha vuelto cada vez más competitiva.
Para Fox News, Clinton supera a Trump por 2 puntos porcentuales. Clinton tiene un 45 % de apoyo y Trump un 43 %. Pero la ventaja de la ex secretaria de Estado viene en caída: de 6 puntos a mediados de octubre pasó a 3 la semana pasada antes del anuncio del FBI de que investigaría nuevos correos de Clinton.
Una encuesta de Washington Post-ABC News muestra que Clinton supera a Trump por 4 puntos porcentuales (incluyendo a Johnson y Stein). Un 47 por ciento de los posibles votantes se inclinó por la candidata demócrata, mientras que un 43 por ciento prefirió al republicano.
La batalla de los estados
Al tratarse de un sistema indirecto, donde electores y electoras votan delegados al Colegio Electoral (el sistema es indirecto), es más importante ganar en algunos estados que en otros porque no todos tienen la misma cantidad de delegados. Además, salvo dos estados, el que gana aunque sea por un voto, gana todos los delegados.
Todos tienen sus sondeos y sus cálculos. Nadie descansa, los colores del mapa cambian de la noche a la mañana. La campaña entre los dos candidatos más impopulares de la historia arroja resultados tan sensibles que la diferencia que los separa equivale al margen de error de las encuestas.
El proyecto States of the Nation de Reuters/Ipsos muestra que las carreras en Florida, Carolina del Norte y Michigan dejaron de favorecer a Clinton durante la última semana y ahora son demasiado reñidas como para anticipar a un ganador.
Para el sitio Five Thirty Eight (FTE), que combina varias encuestas, la pequeña ventaja nacional no es garantía, aunque su modelo de probabilidades la mantiene como ganadora. Lo que observan es el cambio de estados considerados “blindados” para Clinton, donde la diferencia se achica aunque se mantiene, que ahora están peleados. Aunque según sus cálculos, Clinton ganaría, los consideran “estados para seguir”. Entre estos estados están Pennsylvania, Michigan o Nuevo Mexico.
Para Real Clear Politics (RCP), que también combina diferentes encuestas, Clinton mantiene una pequeña ventaja de 1,8 %. Entre las 9 encuestas nacionales, cuenta solo con una que le da la victoria a Trump, una donde se calcula un empate técnico y 7 donde Clinton gana por un margen ínfimo.
Un camino difícil para Trump… y para Clinton
Aunque Clinton es la candidata que estuvo en bajada las semanas previas a la elección, es Trump el que tiene el mayor desafío, especialmente por no contar con el 100 % del apoyo del partido republicano.
Para mantenerse en carrera, Trump necesita retener los 24 estados que ganaron los republicanos con Mitt Romney en 2012. Con esto tendría los poco más de 200 delegados electorales. No puede perder el piso de 2012 y para esto debería ganar sí o sí en Carolina del Norte (donde solo tiene una diferencia a favor de 0,8 % según RCP), Georgia (donde está más cómodo con una ventaja de 4,6 %) y Arizona (4,6 % arriba). Para ganar necesitaría sumar Ohio, Iowa y Florida, donde Obama ganó en la última elección. En Ohio Trump está arriba con 3,3 %, en Iowa lidera con 2,4 % y en Florida está abajo por 1,2 % (siempre según el promedio de RCP).
En estos estados “battleground” ninguno de los dos candidatos tiene una diferencia lo suficientemente grande para cantar victoria. Pero si Trump ganara todos ellos, solo estaría a 10 votos del Colegio para llegar a los 270 y empezar a redecorar la Casa Blanca. Ganar los 10 restantes no es sencillo para Trump pero tampoco derrotarlo es algo que Clinton podría asegurar hoy.
A favor de Clinton en esta matemática electoral está su relativa fortaleza en los estados que Trump necesitaría para llegar al “número mágico. En Michigan Clinton aventaja con 4 %, en Wisconsin está un poco más cómoda con 5,5 %, en Pennsylvania pelea arriba solo con 2,5 % y en Virginia está arriba con 5,2 %. Pero observando la tendencia de Clinton durante las últimas semanas nadie apostaría por ella tampoco. Una de las pocas buenas noticias que recibió Clinton esta semana es una potencial ventaja en el voto temprano de Nevada (aunque las encuestas lo ubican a Trump arriba por un pequeño margen). Existen otros escenarios para completar la cantidad de electores y aunque Trump rompió todos los cálculos desde que se lanzó como precandidato, son todos más complejos.
A favor de Trump, la lógica indica que si consigue mantener el piso republicano de 2012 y gana tres de los estados “battleground”, es probable que obtenga otros resultados inesperados. En contra, que depende de victorias difíciles (aunque no imposibles). Como dice la canción, Trump está “esperando el milagro”, pero Clinton no está en condiciones de negar que esté en una situación parecida.
Todos los datos por estado corresponden al promedio entre encuestas por estado realizado por Real Clear Politics.
Celeste Murillo @rompe_teclas
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