La campaña de Donald Trump se ha aprovechado de las embarazosas revelaciones sobre vínculos confusos entre la Fundación Clinton y los intereses económicos de la familia. Los nuevos correos electrónicos filtrados por Wikileaks están provocando el peor revuelo político de la campaña de la demócrata hasta la fecha.
Las nuevas revelaciones detallan el alcance de lo que se bautizó como 'Bill Clinton Inc' por asesores que presumían de haber obtenido más de 100 millones de dólares para el antiguo presidente.
Un correo electrónico habla acerca de una investigación interna sobre si la condición de organización benéfica que ostentaba la fundación estaba en riesgo, revela Chelsea Clinton avisando de que su padre estaría "horrorizado" si escuchase que se estaban haciendo comparaciones entre sus actividades y "las motivaciones lucrativas de Tony Blair".
Ahora el caso amenaza con oscurecer la campaña de Hillary Clinton. Son muchas las voces que piden una auditoría interna completa cuyas conclusiones se hagan públicas para que la información sobre el asunto no se reduzca a los extractos proporcionados por Wikileaks.
"La revelación de que ha comenzado una profunda investigación sobre si estaban violando las normas sobre impuestos de las organizaciones benéficas por el empeño en recaudar dinero de los Clinton es verdaderamente preocupante", dijo este jueves Jason Miller, un portavoz de Trump. "En honor a la transparencia, los Clinton deben publicar todos los documentos internos relacionados con la investigación de la fundación, incluidas notas para entrevistas y otra documentación de apoyo, así como todos los informes iniciales y preliminares".
Wikileaks ha estado publicando embarazosos y, en ocasiones, reveladores mails de Hillary Clinton y figuras clave de su partido desde julio, dando una serie de datos sin precedentes de la labor de su campaña y de su fundación. Estas revelaciones también están alimentando las esperanzas de la derecha de que quizá Wikileaks publique algo completamente letal antes del día de las elecciones.
La campaña de Clinton ha ignorado en gran medida la publicación de correos electrónicos enviados a su presidente, John Podesta, señalando que la inteligencia estadounidense cree que Rusia llevó a cabo este pirateo en un intento de manipular las elecciones. No han querido hacer comentarios sobre estas últimas afirmaciones.
Preocupación en el seno de los Clinton
Pero las informaciones muestran preocupaciones evidentes, incluso dentro de la familia, de que ciertas personas del entorno de los Clinton estaban intentando sacar provecho de sus conexiones políticas de manera inadecuada.
"Me pone muy triste", escribió Chelsea Clinton, que declaró que algunos asesores llamaron a miembros del parlamento británico en nombre de su padre, aunque en realidad trabajaban para clientes comerciales como Dow Chemical. "Todo esto sin el consentimiento de mi padre, y de manera poco elegante e ineficaz en el mejor de los casos y, en el peor... ahora hacen que la gente en Londres haga comparaciones entre las motivaciones lucrativas entre mi padre y Tony Blair, algo que va a horrorizar a mi padre".
No obstante, los intentos de culpar a los asesores de Clinton por explotar sus vínculos políticos provocó una respuesta tajante de uno de ellos, que aseguró que el antiguo presidente "y su familia" también se beneficiaron de "viajes personales, hospitalidad y vacaciones" por saber mover bien sus hilos.
"¿Cómo vamos nosotros a pasar por algo como esto (la investigación interna) y no WJC (William Jefferson Clinton), cuando él está en una posición mucho más conflictiva en lo que hace todos los días? ¿Por qué no aplicar la estructura que se estableció para él en este tipo de situación?", escribió Doug Band, un antiguo ayudante personal o 'body man' del expresidente, que puso en marcha una consultora de negocios muy exitosa llamada Teneo.
"Curiosamente, WJC no tiene que firmar dicho documento a pesar de que le pagan personalmente tres patrocinadores de la Clinton Global Initiative y recibe caros regalos de ellos, algunos de los cuales están en casa", añadió Band.
En un informe en el que defiende su papel, Band también señala que él y otro ayudante personal cercano consiguieron "50 millones de dólares en actividades con fines comerciales" y "66 millones de dólares en futuros contratos" para el presidente Clinton, incluidos unos 20 millones por dar conferencias pagadas. El informe detalla cómo los clientes de Teneo como Coca-Cola, Dow, UBS y BHP Billiton fueron animados a hacer donaciones a la Fundación Clinton a cambio de encuentros personales con el expresidente, a veces en las casas de la familia en Washington y Chappaqua.
Un mail también revela que convencieron a Podesta de reunirse con BHP cuando era un asesor superior de Barack Obama, escribiendo a Band: "Por ti, lo intentaré".
Band reconoció que tanto él como su socio de Teneo, Declan Kelly, un antiguo presidente de la gigante de relaciones públicas londinense Financial Dynamics y enviado económico de EEUU a Irlanda del Norte, "apreciaban la naturaleza poco ortodoxa de sus papeles" pero sentían que era apropiado dirigir a sus clientes a hacer donaciones para la Fundación Clinton.
"Tal y como el informe demuestra, Teneo trabajó para alentar a sus clientes, si es que procedía, a apoyar a la Fundación Clinton por el buen trabajo que desarrolla en todo el mundo", ha explicado su compañía en un comunicado enviado a the Guardian. "También muestra claramente que Teneo nunca recibió ningún beneficio financiero ni de ningún tipo por hacerlo".
No obstante, el bufete de abogados contratado por la fundación para revisar sus relaciones ha advertido que algunos donantes "quizá tienen la expectativa de recibir una compensación por el regalo", según un informe revelado por Wikileaks.
"El señor Band llamó al acuerdo poco ortodoxto, el resto de nosotros lo llamamos directamente corrupción", dijo Trump este jueves. "Si los Clinton estaban dispuestos a jugar a este tira y afloja cuando no estaban en la Casa Blanca, imagina simplemente lo que harán si se les da la oportunidad de controlar el Despacho Oval".
Dan Roberts
eldiario.es
Traducido por Cristina Armunia Berges
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