La Organización Sionista Argentina anuncia en un comunicado emitido el 28 de junio que realizará una acción penal contra los legisladores del Frente de Izquierda de la Ciudad de Buenos Aires. El motivo de ello es el texto que firmamos los tres legisladores del FIT-U donde rectificábamos un voto emitido en la sesión de la Legislatura del pasado 18 de junio, donde por error votamos positivamente la adhesión del Estado de la Ciudad a la definición de antisemitismo establecida por la Ihra (International Holocaust Remembrance Alliance) y a la cual ya había adherido el gobierno nacional. Como explicamos en nuestro comunicado, la causa del error es que la votación se hizo de modo subrepticio, pues el asunto fue tratado en un segmento de tablas sin debate referidas a los temas más diversos. En otras condiciones jamás podríamos haber votado ese texto. La propia Organización Sionista Argentina admite que los tres legisladores tenemos “una larga trayectoria antisionista y antiisraelí”, algo que para nosotros es motivo de orgullo político.
El anuncio del comienzo de una acción penal no es solo una clara violación al derecho de opinión dentro y fuera de un parlamento, sobre todo encubre una debilidad de fondo de la Organización Sionista Argentina. Es que en su texto es incapaz de refutar la posición que hemos desarrollado en nuestro comunicado, a saber: “nuestra lucha a muerte contra el antisemitismo la hemos desarrollado siempre sobre la base de la denuncia al sionismo y del Estado de Israel, construido a partir del genocidio y la ocupación y el robo de tierras y bienes al pueblo palestino”. Sucede que aquí se encuentra la clave del asunto, pues el sionismo pretende identificar la denuncia contra él y contra el Estado de Israel al antisemitismo, para encubrir las masacres sistemáticas cometidas contra el pueblo palestino y la función de gendarme del imperialismo norteamericano en toda la región. Esta función no es coyuntural, es decir que no depende de tal o cual gobierno israelí, sino que es estructural. El propio fundador del movimiento sionista Theodor Herzl señaló en su libro “El Estado judío”: “constituiríamos allí –en Palestina- un baluarte de Europa contra Asia, una avanzada de la civilización contra la barbarie” representados en ese momento por las potencias imperialistas que colonizaron a fondo todo el Medio Oriente. Con esta posición la dirección sionista no tuvo empacho de entrar en negociaciones con todos los regímenes antisemitas, desde la autocracia rusa hasta el propio Hitler, esto mientras los propios judíos eran perseguidos y masacrados por estos regímenes reaccionarios.
Los legisladores del Frente de Izquierda tenemos toda la razón cuando diferenciamos el antisemitismo del sionismo y aún más del propio Estado de Israel. El antisemitismo moderno es el resultado de la decadencia capitalista. Vino a frenar el proceso de integración, de la población judía a las distintas sociedades en la que estaba dispersa, abierto por la Revolución Francesa y sus avances democráticos y transformó a los judíos en chivos expiatorios para desviar la lucha de las masas contra el capitalismo y sus Estados. El sionismo, por su parte, es una ideología nacionalista reaccionaria surgida a la luz de la decadencia capitalista, que fue utilizada por el imperialismo primero para dividir a los obreros y campesinos judíos del resto de las clases explotadas de cada país, y para colonizar Palestina luego de la finalización de la Primera Guerra Mundial que llevó a la disgregación del Imperio Otomano. Esta colonización fue impulsada primero por el imperialismo inglés (Declaración Balfour) hasta que ese lugar lo ocupó definitivamente el imperialismo norteamericano. El salvaje proceso de colonización se llevó adelante con los métodos más criminales, muchos emulados del propio nazismo, tal como lo han probado mediante una gran investigación científica la corriente de los llamados “nuevos historiadores” dentro de Israel. Se probó que la máxima sionista de que Palestina “era una tierra sin pueblos” era una falsedad completa, que sirvió para encubrir que la formación del Estado de Israel se hizo sobre la base de la expulsión violenta de casi un millón de palestinos y la expropiación de sus tierras y propiedades. Estos métodos criminales se han exacerbado con el correr del tiempo, como lo prueba en la actualidad el inhumano cerco a Gaza y la creciente colonización de Cisjordania. Denunciamos que el acuerdo sellado entre Trump y Netanyahu es un nuevo salto en esta política de limpieza étnica, que busca imponer una “solución final” la cuestión palestina en Medio Oriente y reforzar una política de apartheid sobre la población árabe que vive dentro de las fronteras israelíes.
Los legisladores del Frente de Izquierda no solo tenemos el derecho a dar nuestra posición de rechazo a esta ley votada en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Más aún, como militantes socialistas de la Argentina tenemos la obligación de hacerlo para deslindar responsabilidades con el gobierno nacional y el gobierno de nuestra Ciudad que cierran filas en su apoyo al sionismo y al criminal Netanyahu.
Como señalamos en el comunicado, nuestra lucha contra el antisemitismo es una lucha a muerte, tal como el Partido Obrero lo ha dejado expresamente claro movilizándose contra todo acto de discriminación y persecución. Hemos estado movilizados desde el primer día repudiando el atentado a la Amia y denunciando a que el Estado argentino fue cómplice y encubridor del mismo, responsabilidad que alcanza a buena parte de la dirigencia sionista con la Daia a la cabeza. Pero justamente porque la lucha contra el antisemitismo tiene un carácter de principios, no admitimos que se la confunda con el sionismo y el Estado de Israel, que son opresores de los pueblos explotados.
Desde ya, repudiamos la amenaza de persecución judicial del sionismo y declaramos que defendemos nuestra posición en todos los ámbitos, sea en el parlamento, en las calles o en los estrados judiciales. Nuestra lucha por el derecho al retorno de las masas palestinas y por una Palestina única, laica y socialista, es innegociable.
Gabriel Solano
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