miércoles, enero 12, 2022

Bergoglio y la adopción


La primera audiencia general del año, el Papa la dedicó al tema de la familia. El enunciado que generó indignación fue la acusación que lanzó el prelado de Roma de egoísmo “por elegir tener mascotas en vez de hijos”. 
 Pero como bien se desarrolló en la nota ["Bergoglio y la caída de la población"](https://politicaobrera.com/6268-bergoglio-y-la-caida-de-la-poblacion el tema es más profundo que una diatriba contra los amantes de las mascotas. 
 Lo que Bergoglio expuso es la doctrina eclesiástica de la "Sagrada familia" que funciona como método de subordinación y de reproducción de cuerpos para alimentar un sistema social expoliante y asegurar que el mismo no entre en "el invierno demográfico" (sic). Lejos de "mantenernos humanos" lo que importa es que la población no envejezca para sostener el status quo. 
 Algo que pasó bastante desapercibido del discurso y es al menos un tópico importante a analizar (a mí en tanto hija adoptiva me lo parece) es la concepción de la adopción como "acto de caridad" frente al huérfano. 
 Responde a un enfoque que toma a la adopción como parte de un discurso ideológico reproductor de relaciones de dominación, donde por una parte se encuentran los niños "huérfanos", hijos de la pobreza, la marginalidad y la exclusión y, por otra, los adultos dueños de la riqueza y del poder que lavan sus culpas como acto caritativo. Los hijos adoptivos desde esta concepción se inscriben como síntomas sociales ya que pasan a ser tratados como lo desechado que debe ser reabsorbido y como productos intercambiables en tanto mercancía para quienes pueden acceder a su sostenimiento. Esta lógica de "donación" establece un vínculo de deuda eterna del adoptado al adoptante que lo salvó de la orfandad. Jesús nace en el establo, en medio de la miseria más absoluta, pero nada importa porque hay amor y un padre adoptivo dispuesto al sacrificio. El mismo Dios manda a su hijo al sacrificio para purgar los pecados humanos y se levantan 1.700 años de dominación político-económico-social sobre la humanidad toda. 
 La deuda es impagable pero el negociado es enorme via tráfico de niños "huérfanos" o apropiados desde las organizaciones y orfanatos eclesiásticos y por la implicancia de la curia en los procesos dictatoriales a lo largo de la historia. Bergoglio nombró a la familia como parte fundamental de la identidad de una persona pero no hizo mención a los cientos de casos de apropiación de bebés de los que la Iglesia fue parte para beneficio de las familias de las fuerzas de seguridad durante la dictadura argentina. Identidades muchas que hasta hoy siguen vulneradas porque no se abren los libros de la dictadura que dejaría a milicos y curas en un mismo lodo todos manoseados 
 Las y los trabajadores sabemos que un hijo no come ni se sostiene en la vida y la salud sólo con amor. Tiene que comer, que ir a la escuela, que acceder a una obra social, a una vivienda digna, a ropa, a tiempo de sus progenitores, a poder planificar un futuro. Pero la precarización, la desocupación y la incertidumbre laboral arrecian, se recortan los servicios de salud y educación para pagar la deuda de los estados a favor de los grandes grupos económicos y del pago de deudas que más que deudas son estafa, la juventud no tiene un horizonte que le permita planificar una vida. El mundo se cae a pedazos por la anarquía capitalista bajo la lógica del lucro que nos deja con el medio natural reventado y plagado de pandemias pero los egoístas son los individuos que deciden no tener hijos... Traer un hijo a este mundo es algo para pensar seriamente.
 La adopción, como todo vínculo filiatorio, debe ser deseado, nunca producto de una obligación moral o social para evitar "la extinción de la humanidad" o para "salvar al huérfano". Es bajo esta misma lógica que se impugna el derecho al aborto legal y a una Educación Sexual Integral en las escuelas que permita poner sobre la mesa que ser madres y padres es una decisión que conlleva la necesidad de un entramado material y simbólico que permita desarrollar esa maternidad y paternidad plenamente. La planificación familiar lejos de ser "egoísmo" es responsabilidad frente a la humanidad del que viene y debe ser recibido y esperado desde la certidumbre y el amor, no desde la incertidumbre y la angustia. 
 Hay que combatir estos intentos clericales por regimentar nuestros modos de vida, nuestros deseos, lo que hacemos en nuestras camas. Dios ha muerto, para la humanidad lo que es humano. Es necesario levantar un mundo donde la maternidad y la paternidad, en caso de desearlas, puedan ser ejercidas plenamente. 

 Ana Belinco
 11/01/2022

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