En una votación online de los 25.000 afiliados a la Unión de Maestros de Chicago, el 73% votó en contra de la presencialidad y a favor de impartir clases virtuales. El sindicato exige testeos sistemáticos de la comunidad educativa y seguimiento de casos para volver a clases.
La alcaldesa demócrata Lori Lighfoot inmediatamente replicó que descontará los días de “huelga” y acusó al sindicato de "politizar" la pandemia. La decisión de suspender las clases, dice, "no tiene fundamento en los datos, la ciencia, o el sentido común". En inglés o en castellano, los argumentos patronales no difieren mucho. La Organización Mundial de la Salud acaba de calificar al ómicron como “letal”, mientras crece en todo el mundo la hospitalización infantil y adolescente – precisamente los estudiantes.
Lightfoot denunció ante la Justicia una "huelga unilateral ilegal". El sindicato retrucó que están dispuestos a enseñar on line y denunció que el gobierno bloqueó las claves de los docentes para impedirlo (Chicago Tribune, 6-1).
Aunque la dirección del sindicato también es demócrata y los medios locales dan cuenta de “una frenética negociación” entre el gobierno y la dirección sindical, “los choques entre los gremios docentes y los gobiernos de cualquier signo se han extendido a todo el país en el contexto de una catástrofe sanitaria que no encuentra fondo” (Chicago Tribune, 7-1).
Los docentes se enfrentan a un planteo extorsivo. Las escuelas públicas de Estados Unidos dan desayuno y almuerzo a 29,6 millones de niños. De ellos, 20,1 millones lo hacen gratis, y los demás pagan un mínimo arancel. Aprovechando la miseria generalizada, Ligtfoot pretende acusar a la docencia de hambrear a sus alumnos. También intentan manipular a las familias que no tienen con quién dejar a sus hijos, “especialmente las de ingresos bajos en las que trabajan ambos progenitores, a menudo con varios empleos simultáneos”.
Ni subsidios que garanticen la alimentación ni licencias a los progenitores están entre las alternativas de la “nueva normalidad” que propone Biden, un presidente que va ganado a Trump en la vertiginosa pérdida de popularidad.
Sin embargo, la ferocidad de la pandemia ha impuesto por sí misma el cierre de escuelas: en la primera semana de enero el gobierno debió cerrar 3.229 escuelas públicas de todo el país por falta de personal, indicó la agencia Bloomberg.
Aunque el New York Times trata de consolarse con el argumento de que en ningún lugar los choques tienen el nivel que en Chicago, los medios advierten también que “es posible que solo sea el primer sitio”. "Simplemente todo es un caos total, y el sistema no tiene un plan, no tiene una estrategia" (ABC 7/1).
Olga Cristóbal
07/01/2022
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