Despidos, vaciamiento y privatización
Para mitad de año el porcentaje de gasto debería rondar un 58 %, eso equivale a una mínima gestión con acciones territoriales, es decir, federales. La ejecución de Cifelli ronda el 37,7 % y tiene picos de abandono en el item "Fomento de la cultura", que apenas supera el 1 %. El congelamiento de las áreas y la desfuncionalización de los trabajadores son la excusa principal para los siguientes despidos. Dentro de las atribuciones del nuevo ministerio a cargo de Sturzenegger serán causas para contemplar el cierre de áreas y organismos.
Los datos duros están en consonancia con los sectores donde se concentraron los despidos de enero y abril de 2024, programas de alcance federal y dirigidos a poblaciones vulnerables como Festivales Argentinos, Puntos de Cultura y Orquestas Infantiles.
La política pública es privatizar la cultura
Históricamente las vacaciones de invierno generaron un salto en el gasto del presupuesto y en el número de beneficiarios que acceden a actividades. La gestión Petovello-Cifelli resolvió desactivar las acciones organizadas en Tecnópolis, la decisión tiró por tierra actividades de varias áreas y organismos que ya tenían la programación armada. Se rescindieron contratos de personal para la atención en el parque y de los artistas que llevarían adelante la programación. Sin embargo el predio no está abandonado, se alquila para empresarios culturales privados que lucran a cambio de un canon y es mantenido para ellos por trabajadores estatales.
El mismo informe muestra que la actividad en los museos nacionales se sostiene a pulmón por los trabajadores que pagan de su bolsillo tornillos y cinta, además de internet y papel higiénico. Las muestras estables se convierten en la agenda permanente y las actividades como las muestras de Cine que se organizaban conjuntamente con el INCAA han quedado suspendidas.
Milei-Petovello-Cifelli sistemáticamente contraponen el gasto en cultura a la necesidad de que haya comida en los comedores, cuando la realidad es que no ofrecen una cosa ni la otra. Han resuelto apropiarse del pan y la poesía.
Un sistema expulsivo
Desde la llegada del nuevo gobierno los contratos se firman de forma trimestral; en el caso de los trabajadores de convenio esto facilita los despidos por “rescisión de contrato”, en el caso de los monotributistas cada nuevo contrato requiere de un circuito administrativo que conduce al retraso del pago de los salarios a más de un mes. A eso se suma el recorte de las horas extras que para muchos trabajadores es la forma se superar la línea de indigencia porque cobran 300.000 pesos por jornadas de 40 horas semanales.
Si bien en la última tanda de despidos cultura no recibió nuevos ataques, muchos trabajadores renunciaron por los malos tratos y los bajos salarios. Eso cubrió el cupo. Las paritarias son nulas ante el aumento de las tarifas de los servicios y el transporte y un salario que lleva años y años perdiendo contra la inflación y por debajo de la línea de pobreza.
Los y las trabajadoras de Cultura han desarrollado tareas con diferentes gobiernos, cada informe de gestión anual cuantifica el número de beneficiarios de las políticas públicas, de libros en bibliotecas populares, de subsidios a artistas para creación de obra. En este gobierno el cambio de orientación en las políticas no es un giro en uno u otro programa, es el vaciamiento para habilitar el cierre y dar el espacio a capitales privados. Los y las trabajadoras con el balance de los primeros siete meses de Cifelli no sólo denuncian esa política, también hacen un llamado a ganar las calles en defensa de las reincorporaciones, los puestos de trabajo y el salario.
Valu Viglieca
07/08/2024
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