Y de repente llegó lo inevitable: El 23 de mayo de 2016, todos los grandes medios norteamericanos, seguidos automáticamente por los medios internacionales, han dejado de dar la espalda a la campaña de Bernie Sanders y han constatado con horror que el senador de Vermont “¡había declarado la guerra al Partido Demócrata!” Pero había más. Han comenzado a advertirnos de que “los partidarios de Sanders tienden a la violencia”, que “son unos bárbaros”, y que “van a prender fuego la Convención Demócrata en Filadelfia” supuestamente para elegir al candidato oficial del partido en las elecciones presidenciales de noviembre próximo…
Sin sorpresas. En realidad, la “guerra” de Bernie y los millones de seguidores contra la dirección del Partido Demócrata hacía estragos desde hace meses y sólo la conspiración del silencio sin precedentes de los medios (neo)liberales de todo el mundo les impedía reconocer públicamente la dura realidad. Es decir, que no sólo Bernie no era como los otros candidatos a la presidencia que habían conocido, sino que además representaba una amenaza mortal para el bipartidismo tradicional del establishment norteamericano y el poder de los millonarios que le financian. Evidentemente, los historiadores de mañana dirán que ese “despertar” repentino de los grandes medios es debido al hecho de que, el 23 de mayo, Bernie declaró la guerra incluso a la presidente del Partido Demócrata presentando contra ella a su propio candidato a la circunscripción de Florida donde ella es elegida.
Sin embargo, hay que reconocer que incluso esta “provocación” por su parte no constituye una verdadera sorpresa, porque el movimiento de los berniecrats (1) que lo apoya, está a punto de presentar desde hace 2-3 meses, más de… 300 candidatos “sanderistas” a elecciones de todo tipo, ¡a menudo contra los del Partido Demócrata! Y a veces, incluso ¡financiando abiertamente sus campañas con el dinero de la tesorería oficial de la campaña de Bernie Sanders! Por cierto, la primera reacción de Bernie Sanders a las acusaciones del ‘establishment’ demócrata de que él le está declarando la guerra, ha sido anunciar la financiación de las campañas de… ¡ocho candidatos “sanderistas” más !...
No hay duda de que los adversarios de Bernie tienen razón cuando asimilan la presentación de los candidatos “sanderistas” contra los candidatos oficiales del partido como una declaración de guerra al Partido Demócrata. O más bien como un enorme primer paso hacia la creación del famoso y tan deseado “tercer” gran partido radical de izquierda y… obrero, que volvería de hecho inoperante el bipartidismo tradicional norteamericano.
De todos modos, aquí no se trata más que de una de las numerosas manifestaciones diarias de esta situación de “guerra” prolongada que se agrava de día en día. Por ejemplo, los acontecimientos sin precedentes que han salpicado el congreso del Partido Demócrata del estado de Nevada en Las Vegas, que han visto a la presidente local del partido primero anular la elección de la mayoría de los delegados elegidos pro-Bernie Sanders y declarar precipitadamente cerrado el congreso, e inmediatamente después llamar a una docena de ‘sherifs’ armados para que vaciaran la sala bajo la amenaza de las armas (!) han tenido una doble consecuencia. Por un lado, han introducido brutalmente y en tiempo récord en la quintaesencia antidemocrática de la “democracia” americana a los trabajadores y otros plebeyos que constituyen la gran masa de los partidarios de Bernie Sanders. Y por otro, han dado el pretexto para que todos los grandes medios del país lancen una campaña histérica de denuncia de los “brutos” y otros “bárbaros” de Sanders, que presuntamente han sido los protagonistas de los actos de violencia. Pero un simple vistazo a los numerosos vídeos de estos hechos colgados en el Facebook de los “Griegos por el movimiento de masas de Bernie” (2) es suficiente para constatar la falsificación de la verdad por los medios (neo)conservadores, y oh sorpresa, por los que se tenían por “liberales”, que se han apresurado a denunciar a un Bernie Sanders que habían encontrado hasta entonces bastante simpático, y sobre todo a sus… plebeyos tratados de groseros e ignorantes. ¡La lucha de clase y los odios de clase en todo su esplendor!…
Más allá de todo esto, el hecho es que el instinto de clase muy desarrollado del ‘establishment’ del Partido Demócrata y de sus financiadores millonarios, a partir de ahora toma la delantera a medida que el paisaje político se aclara, que la amenaza llamada Bernie Sanders se concreta, y que tomamos consciencia de que lo que está en juego es de una importancia histórica y vital. La consecuencia principal es muy didáctica: En el momento en que, según los últimos sondeos, el gran adversario Donald Trump acaba de alcanzar e incluso superar a Hillary la impopular, y mientras que Bernie sigue avanzando o incluso machacando a Trump, la dirección del Partido Demócrata rechaza categóricamente a la eventualidad de… ganar las elecciones presidenciales y también de impedir la elección de Trump, renunciando a hacer de Bernie Sanders su candidato. Por el contrario, sigue presentando -contra viento y marea- a Hillary, ¡prefiriendo así sellar su propia derrota y sobre todo hacer elegir al innombrable, pero finalmente “carne de su carne” Donald Trump mejor que a ese peligroso enemigo de clase que es Bernie Sanders y el inmenso movimiento de sus seguidores sedientos de justicia social!
La continuación de los acontecimientos se presenta cautivadora…
Yorgos Mitralias
Notas:
1. http://cadtm.org/Quand-la-campagne-de-Bernie 2. https://www.facebook.com/Europeans-for-Bernies-mass-movement-199793103737306/ y también : http://forberniesmassmovement.weebly.com/
Traducción : Fátima Martín
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