martes, octubre 04, 2016

A qué vino Temer a la Argentina



El Frente de Izquierda se movilizó a la Cancillería para repudiar su presencia en el país.

Hoy 3 de octubre, el presidente de Brasil arribó a Buenos Aires para entrevistarse con su par argentino, Mauricio Macri.

Michel Temer llega a Argentina en momentos en que su popularidad en Brasil está por el piso. En las elecciones municipales que se libraron este domingo en en el país vecino, Temer tuvo que mentir sobre el horario de su votación para no enfrentar a una concentración de repudio, como le sucedió cuando intentó inaugurar los Juegos Olímpicos.
Según sus propias declaraciones, Temer se propone “ajustar” la economía brasileña a costa del pueblo trabajador, tachando de “cobarde” e incompetente para asumir esta tarea a la presidenta destituida, Dilma Rouseff (sin embargo, la ex mandataria brasileña intentó desarrollar el ajuste, por ejemplo designando al "chicago boy" Joaquim Levy como ministro de economía).
En su agenda ‘social’, asegura, figuran tres objetivos esenciales: “una enmienda constitucional que impondría un techo a los gastos públicos -en detrimento de los presupuestos de salud y educación-, una reforma del sistema de jubilaciones -aumento de la edad jubilatoria, reducción de haberes- y cambios a la legislación laboral -una reforma laboral antiobrera que institucionalice el trabajo precario, la tercerización, los convenios por empresa y hasta individuales” (La Nación, 2/10).
“Vamos hacia una batalla dificilísima”, declaró con razón. La oposición obrera y popular a esta ofensiva es grande. Los bancarios están protagonizando una huelga que se prolonga desde hace 30 días; los trabajadores de Petrobras acaban de resolver una medida similar y crece la posibilidad de un paro nacional en octubre. El nuevo gobierno no se animó a aplicar el paquete económico antes de las elecciones municipales, procurando evitar que la situación se desmadre en medio de los comicios y que sus aliados se vean sacudidos electoralmente.
Temer vino a la Argentina en busca de apoyo diplomático y político. Macri fue el primer presidente de la región en reconocer al gobierno golpista. Ese apoyo formó parte de la agenda de la gira latinoamericana de Obama, quien pautó con Macri el reconocimiento incondicional del gobierno surgido del golpe parlamentario.
La prioridad que le asigna la Casa Blanca al desenlace de la crisis política en Brasil es absolutamente fundada. Una situación incontrolable en ese país constituiría un factor mayor de desestabilización en América Latina, en momentos en que la región es un polvorín económico, político y social. Ni qué decir que una temprana caída de Temer sería un golpe importante a la gestión macrista, que todavía debe demostrar si es capaz de reunir los recursos económicos y políticos para imponer sus planes ajuste.
Estamos ante dos variantes ajustadoras que necesitan apoyarse mutuamente frente a los escollos que enfrentan.
Ambos gobiernos están sitiados por la crisis capitalista mundial. En Argentina, Macri está lanzado un proceso de endeudamiento externo público y privado para sortear el impasse económico –el camino que recorrió antes la administración de Dilma y que condujo al colapso de aquél país. Ahora, para afrontar esa quiebra, en Brasil se está consumando la entrega de la gran petrolera nacional- Petrobras- y está en la gatera una política más amplia de privatizaciones
En la agenda de ambos mandatarios figuran varios temas espinosos, conectados precisamente con la crisis capitalista. Los industriales de la argentina UIA se reunieron con sus pares de la gran industria de San Pablo (FIESP) e impulsan un pliego de reclamos proteccionistas contra la invasión de productos importados de China. No olvidemos que la burguesía paulista le soltó la mano al PT y promovió un cambio de frente cuando vio amenazadas sus posiciones frente a la creciente apertura del país a los productos chinos, empezando por el acero.
A su turno, ambas burguesías tienen también una serie de puntos conflictivos entre sí: la burguesía brasileña quiere volcar sus excedentes de producción en Argentina, liberando por completo el comercio al interior del Mercosur -las reglamentaciones actuales establecen un intercambio compensado entre los dos países.
En medio de estas tensiones y choques crecientes, se intenta pautar una política común del Mercosur para un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Pero esto no pasa de una expresión de deseos. La gira que Macri realizó unas semanas atrás al viejo continente concluyó en un fiasco. El gobierno argentino tropezó con las tendencias a la desintegración de la Unión Europea, potenciada por el Brexit. Europa no está dispuesta a abrir sus mercados de carnes, lácteos o agrícolas y, menos aún, a comprometer inversiones en momentos que necesita esos recursos para hacer frente a su propio frente interno. Con más razón ahora, que estalló la crisis bancaria, encabezada por el Deutsche Bank.
En este cuadro, el Partido Obrero y el Frente de Izquierda realizaron una concentración de protesta frente a la Cancillería para repudiar la presencia de Temer en la Argentina y para solidarizarse con las luchas en curso que vienen librando los trabajadores de Brasil.
"Temer ha venido a buscar el apoyo de Macri, que está empeñado en la misma tarea de ajuste en Argentina", denunció el diputado nacional Néstor Pitrola.
"El Partido Obrero y el Frente de Izquierda luchamos por otra integración entre Argentina y Brasil", declaró el legislador porteño Marcelo Ramal. "Una integración dirigida por los trabajadores que dé lugar a una reorganización social que defienda el salario, el derecho a la estabilidad laboral, que batalle contra los despidos", concluyó.
Tanto el kirchnerismo como el PT pavimentaron el camino para el arribo de la derecha y colaboran con ella en descargar el ajuste contra las masas.
Llamamos a reforzar la acción común de la clase obrera de ambos países para luchar contra el ajuste antiobrero y antinacional, en forma independiente de las formaciones políticas patronales; por gobiernos de trabajadores y la Unidad Socialista de América Latina.

Rafael Santos

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