Entrevista al pensador Noam Chomsky
El influyente intelectual de 91 años, autor de más de 100 libros y actualmente profesor de la Universidad de Arizona, habló sobre lo que cree que viene para el mundo poscoronavirus.
Estados Unidos corre hacia el abismo sin un plan federal para enfrentar la pandemia de coronavirus, retirando financiación a la salud pública mientras ignora el inexorable avance del calentamiento climático, dijo a la AFP el filósofo estadounidense Noam Chomsky, considerado el fundador de la lingüística moderna.
Estos son extractos de una entrevista con el influyente intelectual de 91 años, autor de más de 100 libros y actualmente profesor de la Universidad de Arizona, confinado hace dos meses en Tucson junto a su esposa brasileña Valeria, su perro y un loro que dice «soberanía» en portugués.
Pregunta: ¿Cómo interpreta lo que está sucediendo en Estados Unidos, que se ha convertido en el país más golpeado por el virus en el mundo?
Respuesta: No hay un liderazgo coherente. Es caótico. La Casa Blanca está en manos de un sociópata megalómano que solo está interesado en su propio poder, en sus perspectivas electorales, y al cual no le importa lo que pasa en el país, ni en el mundo.
Debe mantener el apoyo de su base electoral, que es la gran riqueza y el poder corporativo.
Hay 90.000 muertes y habrá más, porque no hay un plan coordinado.
P: ¿Cómo emergerá el paisaje político estadounidense y mundial tras la pandemia? ¿Nos inclinaremos hacia un mundo más cooperativo, democrático, o veremos un alza del extremismo, del nacionalismo?
R: En cuanto (Donald) Trump llegó al Gobierno lo primero que hizo fue desmantelar toda la maquinaria de prevención de pandemias, desfinanciar los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, la mayor institución gubernamental de salud pública del país). Cancelar programas que trabajaban con científicos chinos para identificar potenciales virus. Estados Unidos estaba particularmente mal preparado.
Esta es una sociedad privatizada, muy rica, con enormes ventajas (…) pero dominada por el control privado. No hay un sistema de salud universal (…) absolutamente crucial ahora. Es el máximo sistema neoliberal.
Europa en muchos sentidos es peor, porque los programas de austeridad amplifican el peligro, por el severo ataque a la democracia y la transferencia de decisiones a Bruselas y la burocracia de la troika no electa (n. de la r.: la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional). Pero al menos tiene el residuo de cierta estructura socialdemócrata que otorga algún apoyo, que es lo que pienso que falta en Estados Unidos.
Con todo lo grave que es esta pandemia, no es el peor problema. Habrá una recuperación de la pandemia, a un gran costo. Pero no habrá ninguna recuperación del derretimiento de los casquetes polares y el alza del nivel del mar y los otros efectos letales del calentamiento climático.
¿Qué estamos haciendo sobre esto? Cada país está haciendo algo, no lo suficiente. Estados Unidos está haciendo mucho. Concretamente, está corriendo hacia el precipicio, eliminando todos los programas, todas las regulaciones que pueden mitigar la catástrofe.
Esta es la situación, pero no tiene que ser así. Hay fuerzas contrarias globales. La pregunta es cómo estas fuerzas opuestas emergerán. Eso determinará el destino del mundo.
P: Varios países están utilizando tecnología para rastrear a los ciudadanos o archivando su ADN para luchar contra el virus. ¿Entramos con la pandemia en una nueva era de vigilancia digital?
R: Hay compañías desarrollando tecnología para que los empleadores puedan ver qué hay en tu pantalla y vigilar lo que haces, qué tecla aprietas, si te levantas. Y será complementado con video.
La llamada «internet de las cosas» está llegando. Es práctico. Implica que puedes prender la hornilla cuando estás conduciendo a casa. Pero también que la información está yendo a Google, Facebook y al Gobierno. Una enorme cantidad de vigilancia, de control e invasión potencial.
Si dejamos que las inmensas compañías tecnológicas controlen nuestra vida, eso es lo que sucederá. Será como en China, donde algunas ciudades tienen un sistema de créditos sociales, hay tecnología de reconocimiento facial en todos lados y todo lo que haces es vigilado. Si cruzas la calle en el lugar equivocado, pierdes créditos.
No es inevitable, así como el calentamiento climático no es inevitable. Sucederá a menos que la gente lo detenga.
P: ¿Pero está justificado para contener el avance del virus?
R: Puede ser, en tiempos de amenaza. Pero nada es permanente. Se puede decir: ‘Sí, puedes tener esta autoridad ahora, pero puede ser revocada en cualquier momento‘.
Rebelión
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