sábado, diciembre 28, 2013

Ventana a Oesterheld



Publicado por Sudestada, Oesterheld, la biografía. Viñetas y revolución, de Hugo Montero, recorre la trayectoria vital y artística del autor de El Eternauta. Aquí la reseña de uno de los hitos editoriales del 2013.

Transitando noviembre, ya podemos comenzar a hacer una especie de balance de lo editado en nuestro país en este 2013. Sin menospreciar una profusa cantidad de títulos de indudable importancia cultural, política y social, sobre todo en el campo editorial independiente, creemos que Oesterheld, la biografía. Viñetas y revolución, de Hugo Montero -publicado por Editorial Sudestada- es una de las verdaderas joyas del año.
Lo es por el reconocido estilo narrativo de su autor, por su rigurosidad analítica, por su labor crítica respecto de la obra del mayor historietista de estos pagos, y por la imbricación que logra realizar de la vida de Oesterheld con su contexto histórico, lo cual permite dar cuenta de su radicalización política sin caer en falsos mecanicismos ni en lugares comunes.
Montero nos otorga una amplia ventana para conocer a Héctor Germán Oesterheld, y así lo vemos en entrañables escenas de entrecasa en el coqueto barrio de Beccar, oímos la voz de Víctor Jara o el álbum blanco de Los Beatles mientras discute política con sus hijas y con entusiastas y jóvenes vecinos en eternas madrugadas, percibimos su acelerada escritura sobre el filo de los tiempos de entrega de sus trabajos o el dictado telefónico de sus guiones al dibujante de turno durante la clandestinidad, notamos cuando se convierte definitivamente en otro al apasionarse por la vida del Che Guevara, momento en el que comienza su paulatina inserción en el compromiso militante.
Lo vemos a Héctor, también, escribir decenas de textos a la vez para Hora Cero y fracasar comercialmente con su proyecto editorial Frontera, desandar entonces sus días grises entre grises redacciones luego de haberse transformado en vanguardia de los relatos de aventuras y de ciencia ficción. Lo sentimos discutir, prometer y no poder cumplir con la mentada cooperativa que iba a conformar. Aparece así el autor y sus contradicciones, Oesterheld, un hombre entre los hombres que eligió un camino, el de vivir la aventura y el de aferrarse a la Revolución.
Al igual que en su previo Rodolfo Walsh, los años montoneros (Continente, 2010, escrito junto a Ignacio Portela), en Oesterheld, la biografía… el momento de militancia política en la guerrilla peronista ocupa gran espacio del relato biográfico. Pero no se centra meramente en ello Montero, pues en estas páginas nos rinde cuenta de la vida del autor desde sus comienzos literarios hasta su desaparición -previo paso por Campo de Mayo, el Regimiento de Monte Chingolo, El Vesubio y el Sheraton de Villa Insuperable-. Así conocemos su primer cuento -“Truila y Miltar”, de 1943-, su recorrida laboral por los campamentos patagónicos de YPF, sus estudios de Geología que tanto aportarán a sus relatos de aventuras, el comienzo de su carrera como historietista años más tarde en Cinemisterio, su relación con Elsa, el vínculo que generó con sus cuatro hijas -Beatriz, Estela, Diana y Marina, todas asesinadas también por la dictadura militar-, su estadía en Chile a finales de los sesenta, su definitiva entrega a la práctica revolucionaria.
Montero escribe esta biografía manteniendo su estilo fragmentario. Mediante breves secuencias de un par de páginas va construyendo la historia de vida de Oesterheld alternando situaciones cotidianas, análisis literarios, posicionamientos políticos, emprendimientos editoriales, testimonios de quienes lo frecuentaron y debates respecto del uso -y abuso- de sus creaciones (no se deja de lado en este aspecto la discusión respecto de la utilización de la figura de El Eternauta con el rostro de Néstor Kirchner en nuestra política contemporánea).
Su estudio crítico abarca prácticamente la totalidad de su obra, texto por texto va discerniendo los rasgos constitutivos de Ticonderoga, Ernie Pike, Bull Rocket, Sargento Kirk, Mort Cinder, Che, La guerra de los Antartes y, por supuesto, El Eternauta. A ello agrega la relación de Oesterheld con la otra gran pata de sus producciones, los dibujantes, tanto con el Tano Pratt como con Solano López, Alberto Breccia y José Muñoz, por nombrar a los principales.
Además, parte de los pasajes que nutren este libro se componen de ficcionalizaciones de su vida y suman la inserción de fragmentos de sus propios guiones. Montero integra a su texto la escritura del autor y recupera los comentarios de compañeros, familiares y amigos, todo lo cual le sirve de base para recrear escenas que transforma en narrativa testimonial para acercarnos a la intimidad de El Jovato, como lo llamaban sus jóvenes compañeros de Montoneros.
Mención aparte merecen los cuatro breves capítulos dedicados a la militancia de sus hijas, donde se destacan sus entrevistas a Martín y Fernando, los nietos de Oesterheld. Allí se grafica la labor social y política de la juventud peronista en las barriadas populares durante los años setenta, la llegada del golpe militar y la continuidad de la tragedia a través de la vida de los sobrevivientes, aquellos niños que hoy, ya hombres, narran con orgullo el pasado de sus madres y de su abuelo, y recorren su propia vida desde el restablecimiento de la democracia hasta la actualidad.
El libro, entonces, no es solamente sobre la vida de Oesterheld, pues a través de su biografía surge un derrotero familiar, un colectivo político, una época histórica, una lucha social.
Con Oesterheld, la biografía… Montero consolida su bien ganado lugar entre los más valiosos escritores de nuestro país y profundiza un camino iniciado años atrás con Por qué Stalin derrotó a Trotsky (Continente, 2009), De Nicaragua a La Tablada. Una historia del Movimiento Todos por la Patria (Continente, 2012), y sus biografías Polo, el buscador (Catálogos, 2006) -dedicada a Fabián Polosecki y realizada también en dupla con Portela- y la mencionada Rodolfo Walsh, los años montoneros, todos títulos editados dentro de la colección Cuadernos de Sudestada, de cuya revista homónima es fundador y co director junto al propio Portela y a Walter Marini.
Con esta clase de escritos, el autor continúa la misma línea que catapultó a la ya célebre revista a un lugar de privilegio entre las publicaciones independientes. La coherencia intelectual de más de una década y la calidad de su narrativa hacen de estos emprendimientos un motivo de orgullo para la práctica cultural y periodística construida desde el campo popular.
Por todo lo dicho, Oesterheld, la biografía. Viñetas y revolución resulta una herramienta fundamental para quienes pretendemos continuar el sendero intelectual y político que la última dictadura intentó inútilmente desterrar al olvido y la desaparición, y también para aquellos que buscan una lectura amena sobre uno de los más grandes escritores del siglo XX argentino, uno de los pocos, además, que dedicó su labor a la construcción de una innovadora producción cultural popular, el que revolucionó la historieta y el relato de aventuras, además de su propia vida en curso. Oesterheld, el hombre que ya entrado en años se animó no solamente a continuar escribiendo aventuras, sino a comenzar a vivirlas.

Leonardo Candiano

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