viernes, diciembre 13, 2013

La emancipación de la mujer y la lucha por el socialismo



El socialista utópico Charles Fourier dijo que la evolución en la sociedad se mide por el progreso de las mujeres hacia la libertad. La lucha contrala opresión de la mujer es algo importante para los marxistas y, a diferencia de lo que dicen las feministas, siempre lo ha sido incluyendo a los bolcheviques que se tomaron muy en serio este tema.
La opresión de la mujer y la desigualdad todavía existen. Si miras en internet puedes ver todo tipo de cifras al respecto. En EEUU las mujeres ganan 77% del salario de los hombres y según la ONU, una de cada tres mujeres puede sufrir abusos sexuales en su vida. La ONU también tiene un slogan que dice que las mujeres tienen 2/3 partes del trabajo mundial y reciben una remuneración de 1/3 parte. Más de 2/3 de los analfabetos adultos son mujeres. Esto no es una cuestión de números y estadísticas, la opresión de las mujeres es una cuestión cultural donde por miles de años se ha construido esta opresión.
La posición de la mujer ha mejorado en sus niveles de vida en los últimos años. Dinamarca es uno de los países más igualitarios. En 1966 se aprobó la ley de igualdad y desde entonces la diferencia salarial se ha mantenido igual. Pero si miras a los países en desarrollo verás condiciones horribles para las mujeres. Por poner un ejemplo, Malala fue atacada en Paquistán por ser niña y querer ir a la escuela. Hay situaciones de mujeres que son vendidas y otras que son asesinadas por honor. Si miras lo que dijo Fourier, verás que la sociedad no avanza sino que retrocede.
La crisis no ayuda a la hora de mejorar la situación de la mujer. Cuando recortas el estado de bienestar ves una afectación. La carga de la mujer aumenta en el hogar, por lo general esas son cosas que las mujeres hacen mayormente. En Dinamarca en el 2001 las mujeres hacían al día una hora de trabajo doméstico más en promedio. Puedes imaginar el beneficio en el trabajo doméstico con el desarrollo de la tecnología, pero si miras a Dinamarca verás que las horas de trabajo en el hogar y en los puestos de trabajo han aumentado. Desde 1997 el trabajo de los hombres ha aumentado una hora y el de las mujeres media hora.
Los capitalistas hacen esta división para su beneficio: “divide y vencerás”, mantienen a un grupo oprimido. Si tienes un grupo que esta oprimido salarialmente tiene una tendencia a la baja para todos los trabajadores.
Engels, en su libro “El origen de la familia la propiedad privada y el Estado”, explicó cómo el capitalismo sigue utilizando la opresión de la mujer, sentado las bases para su liberación. Las condiciones para liberar a la mujer existen, explicó cómo la opresión de la mujer está vinculada al surgimiento de la sociedad de clases.
En la sociedad primitiva no existía la opresión de la mujer. En este momento sí existía una división del trabajo basada en cuestiones biológicas. El hecho de que las mujeres dan a luz a los niños y les tienen que amamantar les da limitaciones al tipo de trabajo que pueden hacer. Sus tareas, además del cuidado de los niños era buscar raíces y frutas. Muchos estudios demuestran que la parte que la mujer hacia era igualmente valorada, no eran vistas como inferiores.
Por ejemplo, los niños se contaban por la vía materna, por el hecho obvio de que es la única que se puede determinar con seguridad, a lo largo del tiempo los humanos empezaron a desarrollar los medios de producción. Cultivaron la tierra, domesticaron animales y por primera vez comenzaron a producir excedente económico mayor a la supervivencia necesaria, lo que por primera vez hizo posible tener esclavos. Para la humanidad esto fue un paso adelante, pero también comenzó a surgir desigualdad, algunos empezaron a tener más que otros.
Con el surgimiento de la sociedad de clases comenzó a surgir la desigualdad entre hombres y mujeres, en el que los hombres tuvieron una posición privilegiada y tenían interés en heredar, se convirtió la sociedad de materlineal a paterlineal, exigieron los hombres la monogamia a la mujer para asegurar que fueran suyos los hijos.
Engels escribe lo siguiente:
“El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas en la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción”.
Explica cómo surge con la sociedad de clases la opresión a la mujer y no se puede separar de ella, la lucha debe ser integral. Hemos llegado a un punto en que puede eliminarse todo tipo de opresión. Hemos llegado a un punto, como dijo Engels, en que la mujer por primera vez en la historia ha llegado a la escena pública, el capitalismo arrastra al conjunto a la producción. Aunque por una parte esto significa una doble carga, también sienta las bases para su emancipación, a través del trabajo asalariado sale de los confines del hogar.
En Gran Bretaña, en 2012, el 49% de las mujeres trabajaba, en 1971 eran el 42% de las mujeres quienes trabajaban, en EEUU la taza es parecida. Si miramos a Dinamarca en 1960 33% trabajaba y en 1998 el 73%.
La participación de la mujer en la fuerza de trabajo ha sentado las bases para su emancipación. Como marxistas luchamos contra los ataques parciales, contra la desigualdad y discriminación, pero al mismo tiempo sabemos que esto no se puede separar de la lucha por el socialismo. En muchos países tienes igualdad en la ley: las mujeres tienen derecho a voto, leyes de igualdad salarial y sin embargo no hay igualdad, esta es la razón por la que somos diferentes que las feministas.
Si no me equivoco el primero de hablar de feminismo fue Fourier, la palabra tenía un valor positivo, significaba la lucha de las mujeres contra la opresión. Ahora el término ha sido usado de una forma burguesa y pequeñoburguesa, entrando en conflicto con la clase obrera y sus organizaciones.
Mucha gente honesta puede ser ganada a las ideas del marxismo, debemos explicar lo que queremos decir cuando decimos que no somos feministas. Cuando decimos que no somos feministas no significa que no luchamos contra la opresión de la mujer, al contrario, lo hacemos de forma más consistente, porque si miras al feminismo lo que lo caracteriza, aunque hay muchas tendencias, es que ven la división de género como lo principal y no la división de clases.
No afirmamos que los que sufren más son más radicales, somos materialistas, cuando miramos a la sociedad vemos las condiciones materiales, pensamos que la principal división es la de líneas de clase definida por lo que cada quien juega en la producción. La clase obrera es la única clase que puede transformar la sociedad, las feministas ven a todos los hombres juntos independientes de su clase social y es cierto que la negación de derechos afecta a mujeres de clases diferentes, pero cuando lo miras más de fondo, al final los objetivos son diferentes entre las mujeres dependiendo su clase.
Si miras a las feministas en el movimiento obrero danés, ves que exigen que haya más mujeres en gerencias, pero eso no cambia la situación general de la mujer, esta mujer podría en algún momento despedir a trabajadores y trabajadoras. Un estudio decía que había un efecto positivo en los salarios habiendo más mujeres en los consejos de administración, porque se sacaban más beneficios, lo que significa es que sacan más plusvalía.
Conocimos a una persona que trabajaba para una catedrática universitaria que escribía contra la opresión de la mujer y la trataban brutalmente. Las mujeres de la clase burguesa tienen sus intereses, y las reivindicaciones de las mujeres de la clase obrera son una amenaza constante a su propiedad.
Con sus métodos las feministas intentan dividir a hombres de mujeres, por ejemplo, exigiendo la discriminación positiva, pero la única fuerza que tiene la clase obrera es su unidad. En realidad la discriminación positiva da la impresión de que se está haciendo algo, pero no cambia nada fundamentalmente. Por ejemplo, no creo que las mujeres vivieran mejor con Tatcher, de la misma forma que los negros no han mejorado su situación bajo Obama.
Las feministas en algunos momentos de la historia también han luchado contra los sindicatos argumentando que quienes los dirigen son machistas e intentan sacarlas de los sindicatos. No podemos negar que en los sindicatos y partidos obreros existe el machismo. Los prejuicios que existen en la clase obrera son diferentes a los de la clase burguesa, los prejuicios de la clase dominante contra la mujer son para mantener sus privilegios, mientras que los de los obreros hombres pobres, que pueden ser muy brutales, se basan en la ignorancia en que nos quiere mantener la clase dominante. Los prejuicios de la clase obrera tienden a superarse bajo la acción común.
Hay todo tipo de divisiones, trabajadores cualificados y no cualificados, divisiones de raza, etc. Los dirigentes usan eso para mantener su posición. La lucha contra los prejuicios hacia la mujer y contra el machismo son parte de la lucha por una dirección en las organizaciones obreras que represente los interese de nuestra clase. En la lucha de la clase obrera no hay otra conclusión que luchar por una dirección diferente.
Quizás la diferencia más grande con las feministas es que pensamos que primero hay que liberar los recursos económicos. Las feministas dicen hay que dividir el trabajo doméstico, estamos de acuerdo, aunque todo su radicalismo se reduce en que debemos compartir la esclavitud. Lo que tenemos que decir es que estamos contra toda esclavitud, que debemos abolir el trabajo doméstico con su colectivización. Eso se puede conseguir si los recursos se usan para las necesidades humanas y no para los beneficios individuales, eso sólo puede suceder si se colectivizan los medios de producción. Con una economía planificada podríamos usar los beneficios para la mayoría, disminuir las horas de trabajo, permitiendo la liberación de la mujer y de la clase obrera. Podríamos introducir toda una serie de medidas para la liberación de la mujer, usaríamos recursos para aumentar el estado de bienestar; para introducir tecnología que elimine el trabajo doméstico, por ejemplo, robots aspiradoras, lavadoras para todos, restaurantes públicos con comida barata y de calidad, comidas en todas las guarderías, escuelas, hospitales; servicio público de limpieza de cristales, etc. Nuestra imaginación en este sentido está limitada por la generación en que vivimos, esto sólo sería el inicio para liberar a la humanidad.
A través de un plan socialista podremos liberar a la humanidad. El potencial quedó demostrado en la revolución de octubre, los bolchevique se tomaron este tema de forma muy seria, por primera vez se permitió a las mujeres participar en la política. Lenin en una conferencia de mujeres no partidarias dijo que para poder ser activa en política dentro del viejo régimen capitalista se necesitaba una formación especial.
Desde el momento en que las fábricas han sido expropiadas, las tareas de la política son más simples y claras para el pueblo, incluyendo a las mujeres trabajadoras. En la sociedad capitalista la presión hacia las mujeres es tal que limita su participación política.
El poder de la clase obrera es necesario para cambiar la situación en este momento. El poder obrero significa que la gente normal toma el poder y su destino en sus manos. Los bolcheviques lo primerio que hicieron fue introducir igualdad legal, legalizaron el divorcio y los matrimonios civiles fuera de la iglesia. La igualdad ante la ley solo es el inicio. El desarrollo de la producción debe ser usado para crear guarderías infantiles y demás. Pero la economía soviética no estaba tan desarrollada para abolir la opresión, antes de crear guarderías debes asegurar que la gente no muera de hambre y había una guerra civil.
Así como el dinero no puede ser eliminado de golpe, la familia tampoco, debe ser sustituida por algo. El atraso económico generó una burocracia, la burocracia retrocedió al nivel de los viejos modelos de familia burguesa. En lugar de luchar contra la opresión y contra la desigualdad, Stalin necesitaba consolidar su poder. Los derechos fueron eliminados particularmente para las mujeres. El derecho de aborto fue eliminado. Se dio bonificación a mujeres que tenían 8 niños. Con la degeneración burocrática también hubo una degeneración para los derechos de la mujer, escribió de esto Trotsky en 1923.
Las condiciones para la nueva familia y para la nueva vida pueden ser preparadas, la socialización del trabajo doméstico es impensable sin un progreso significativo, necesitamos más formas económicas socialistas, sólo en esas condiciones podríamos liberar a la familia. En una economía socialista se podrá socializar el trabajo doméstico liberando a las familias de este.
Algunos han tratado de aparentar que cuando los marxistas hablamos de socialización de los niños significa que queremos robarlos a la familia, algo que no queremos hacer. Cuando hablamos de socializar el trabajo doméstico no significa que no puedas cocinar en tu casa o limpiar tus ventanas si te apetece. Lo que significa es que no estás obligado a hacerlo. Bajo este sistema te levantas en la mañana, preparas desayuno para los niños, compras la comida, cocinas, limpias, lavas los trastes, te caes dormido frente a la TV y haces lo mismo al día siguiente. ¿Qué tipo de vida es esa? No hay motivo para hacer eso.
Lo que se consiguió en los primeros años de la revolución rusa demuestra que este es el primer estadio para la liberación de la mujer. En Rusia la esperanza de vida se duplicó para la mujer de 30 años bajo el zarismo a 74 años en la década del 70. Había plazas de preescolar para los niños y 49% de los estudiantes en la educación superior eran mujeres. Los únicos países que superaban a Rusia en esto eran Finlandia, Francia y EEUU.
La lucha de la mujer pensamos que es una parte de la lucha de la clase obrera y es importante que nuestra clase se involucre en esta lucha, de tal forma que su papel en la producción se convierta en un papel que pueda desafiar el orden establecido.
Hay por lo general menos mujeres activas en política, cuando más aumenta la edad menos mujeres hay. La opresión de la familia y los prejuicios sociales siguen existiendo y seguirán existiendo mientras exista la sociedad de clases, eso no quiere decir que no hagamos un trabajo consciente para involucrar a las mujeres en la política. Toda organización, incluso la nuestra, está inmiscuida en las presiones y prejuicios de la sociedad actual. Nosotros combatimos los prejuicios hacia la mujer pero no de la misma forma que la izquierda lo combate, por ejemplo, en Dinamarca algunos lo hacen golpeando a hombres, si alguien hace un comentario machista hay un grupo para golpearle. Nosotros explicamos y elevamos el nivel político de los camaradas y aseguramos que valoramos a los compañeros por sus talentos y trabajamos para que se desarrollen como cuadros.
Debemos asegurarnos de no caer en la trampa de pensar que la mujer sólo se ocupa de discutir la opresión de la mujer, como en esta sala las compañeras están interesadas en discutir todos los aspectos del marxismo, las mujeres no son marxistas natas como tampoco lo son los hombres.
En el sector público hemos visto la proletarización de la mujer, hemos visto a más sectores de las mujeres participando en política. En la revolución francesa la mujer jugó un papel importante, la revolución rusa inició en el día de la mujer trabajadora, me enteré de que la revolución iraní dio un paso adelante con las mujeres. Los marxistas entendemos que hay una relación dialéctica entre condiciones materiales y la conciencia. Las condiciones materiales llevan a la conciencia a mucho atraso, si llevas la vida que he descrito antes ¿cuándo tienes tiempo de pensar en las cosas de la vida y en la filosofía?
La gente en Egipto hace algunos años seguramente pensaba que nunca habría una revolución, que la mujer nunca se levantaría y que la religión es fuerte. La conciencia se desarrolla a saltos no en línea gradual, está claro que tampoco una revolución es una línea recta ascendente, habrá ascensos y derrotas. Nuestra tarea es ser parte de la lucha para convertir procesos inconscientes en conscientes y hacer todo lo posible para que la gente se dé cuenta de su fuerza y que la gente aprenda de su experiencia.
Debemos llevar adelante una lucha ideológica contra la opresión de la mujer, pero lo que realmente cambiará la situación es la lucha junto a los trabajadores. Esto lo vimos en la revolución rusa y en los incidentes en la revolución egipcia. Las mujeres en Egipto representaban el 10% en las manifestaciones, pero en la plaza Tahrir representaban entre el 30-40%. Si vez las fotos de la revolución puedes ver a la mujeres egipcias con o sin velo luchando contra los tanques. Esas mujeres que antes habían sido pasivas ahora levantaban barricadas y arriesgaban su vida.
Es interesante ver la percepción que tenían de la lucha, había una profesora de inglés que en esos días dijo: “hemos sufrido el gusto del gas lacrimógeno pero no nos asusta, la mujeres que tiene medio nos ven y se suman”. Eso cambió la relación entre géneros. Una mujer con estudios en el Cairo dijo: “En estas protestas aquí nadie te ve como mujer u hombre, estamos unidos por nuestros deseo de la democracia y la libertad”, otra dijo: “En la plaza tenías gente de todas las clases sociales, mujeres y hombres mezclándose, hablando y debatiendo. Los hombres veían cómo las mujeres son fuertes y pueden cuidarse a sí mismas, veías cómo había mujeres que dirigían protestas. Hay un gran acoso contra la mujer y en esos días quedó eliminado, en esos días no había acoso social contra la mujer y es un ejemplo de respeto”.
Aquí no se trata sólo de cambiar las bases de la sociedad sino de cambiar todo. Está claro que si la base de la sociedad no cambia, no será suficiente y las cosas no se podrán componer. Si miras la situación en Egipto ahora el acoso sexual es un tema importante y no se sabe quién lo promueve, puede ser que sea del régimen, pero eso demuestra que los problemas no han sido resueltos. Esta profesora de inglés dijo: “me pagan un salario y no tengo contrato ni seguridad en el trabajo, queremos una vida mejor para nosotros y nuestros hijos y nos la merecemos”. Y todavía no lo tienen. Lo que vimos en Egipto se repite en luchas de mujeres en otras partes. Despiertan a la vida política. No se trata simplemente de que la mujer participe en la lucha, lleva también a problemas en el hogar, lleva a que exijan respeto.
Si te gusta el cine puede ver “La sal de la tierra”, donde se ve la transformación de la conciencia de las mujeres en la lucha. Una sola huelga no cambia la cosa. Una trabajadora en Dinamarca participó en una huelga en los años 70’s de las mujeres que pintaban la porcelana para la realeza, fueron a huelga y fueron a las fábricas a explicar su lucha, recibieron un gran apoyo. Esta mujer dijo cuando regresaron al trabajo: “Ahora que hemos regresado el ambiente es extraño, estaba lleno de alegría pero dolía, otra vez estábamos trabajando a destajo y se suponía que no debía actuar ni pensar. Miraba a mis compañeras, no podía ser que otra vez fuéramos maquinarias sin haber sacado las lecciones de nuestra lucha”.
Luchamos por todo tipo de reivindicaciones, como el derecho de voto, igualdad ante la ley, derecho al aborto, guarderías infantiles, reducción de jornada laboral, derechos de maternidad, igualdad salarial, comida y viviendas baratas y todo lo que vaya surgiendo en la lucha. Al mismo tiempo debemos vincular estas demandas con la lucha por el socialismo y tenemos también que ver que estas reivindicaciones en su contexto y explicarlo, por ejemplo, luchamos por el derecho al divorcio, pero en la sociedad actual muchas madres solteras tienen dificultades para sobrevivir. En Arabia Saudita las mujeres lucharon duramente por el derecho a conducir, lo que es positivo, pero la mayoría de las mujeres saudíes no pueden permitirse siquiera una bicicleta.
Debemos implicar a la mujer en la lucha de la clase obrera y si no están en el puesto de trabajo, vincularla a la lucha como ocurrió con las esposas de los mineros británicos. Vivimos en una sociedad donde hoy tenemos el potencial para liberar a la humanidad; liberar el potencial que existe en los seres humanos y que hoy está aplastado; liberar relaciones entre seres humanos que están siendo distorsionadas, vivimos pensando en cómo comer, pagar facturas, conseguir una vivienda... Luchamos para solucionar estos problemas y el socialismo es una lucha por esto, por la liberación de las mujeres y de la humanidad.

Marie Frederiksen

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