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martes, marzo 24, 2020
El gobierno uruguayo no fortalece el sistema de salud frente a la propagación del Covid 19
Según la opinión de la mayoría de expertos las medidas preventivas como las cuarentenas, que gradualmente viene implementando el gobierno, tienen el fin de ganar tiempo frente a la propagación del virus y así preparar el sistema de salud para el impacto del Covid 19. Sin embargo el gobierno uruguayo no ha comunicado ningún plan que se proponga metas de superación a las actuales capacidades del sistema de salud.
Si bien algunos estándares del sistema de salud uruguayo se encuentran entre los mejores de la región, la opinión de los profesionales en nuestro país como el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) advierte de las limitaciones del sistema .
Según la opinión de la mayoría de expertos internacionales las medidas preventivas como las cuarentenas, tienen el fin de ganar tiempo frente a la propagación del virus y así preparar el sistema de salud para el impacto del Covid 19. El gobierno uruguayo ha dilapidado el tiempo que se pudo haber ganado con las distintas medidas de restricción de la actividad de la población al negarse a mejorar considerablemente la capacidad de respuesta del sistema de salud uruguayo.
Tomando en cuenta las estadísticas internacionales hasta ahora conocidas, habrá un inevitable porcentaje de personas que necesitarán asistencia hospitalaria (un 5% del total de infectados reales), en particular ser internadas en camas de CTI con su correspondiente tecnología de asistencia respiratoria. Estos elementos, no los únicos, pero se presentan como parte importante de los factores claves a la hora de la capacidad que puede tener un sistema de salud para afrontar la oleada de casos respiratorios que provoca el Covid 19, junto con la disponibilidad del personal técnico capacitado para la gestión de esos centros. Por lo tanto, a un determinado número de casos de personas infectadas corresponde un determinado porcentaje de demanda de camas de CTI y respiradores para tener la menor cantidad de muertes de pacientes. En los países donde la pandemia ya avanzó, el crecimiento de la mortalidad se debió al colapso del sistema o lo que es igual a la incapacidad de los sistemas de salud de internar con la asistencia adecuada (léase camas de CTI, respiradores y personal capacitado) a todos los pacientes que lo necesitaban.
La capacidad actual
Con una población de 3 529 014 hab. (2019), de las cuales el 97,2 % vive en localidades de más de 5000 hab. o más y dispone de algún tipo de asistencia médica (2006), dispone de una población de 14 726 médicos lo que significa una tasa aproximada de densidad promedio de 4,46 médicos por cada mil habitantes (2010), 4 185 Licenciados en Enfermería (2008), 10 168 Auxiliares en Enfermería (2008) y 8943 de Técnicos no Médicos (2008). La población mayor de 60 años es el 18,42 % (2014). El sistema de financiación y cobertura del sistema de salud uruguayo es público – privado, los fondos se recaudan de contribuciones obligatorias de trabajadores, empresas e impuestos generales, reunidos en el FONASA (Fondo Nacional de Salud), por otro lado el FNR (Fondo Nacional de Recursos) asegura la cobertura en intervenciones catastróficas (a su vez existen otros fondos similares para las fuerzas de seguridad del Estado). Los proveedores de servicios, que en conjunto forman el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), son los ASSE (públicos) y los IAMC (privados) que reciben del FONASA pagos per cápita de acuerdo con el riesgo de la población cubierta y las metas asistenciales establecidas por el Ministerio de Salud Pública. Los privados brindan asistencia al 56 % de la población y otro 2% de seguros privados, por otro lado los públicos (ASSE y el Hospital Universitario) dan cobertura a 37% y las unidades de las FFAA al restante 5% (2011). El gasto en salud en 2018 se ubicó en el 9,5 % del PIB (56.16 miles de millones USD en 2017), de los cuales el 6,8 % son dineros públicos. Para el funcionamiento del sistema en su conjunto se recopila información de forma separada a través del Dirección General de Salud DIGESA (públicos) y el Sistema Nacional de Información SINADI (privados). Los centros de investigación se nuclean en la Facultad de Química y la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, así como la filial del Instituto Pasteur en Montevideo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para preparar a los sistemas de salud una distancia entre camas de no menos de 1 metro y que el personal de salud esté capacitado para intervenir en la pandemia. Se señala el factor de riesgo que hay en la morbilidad del personal de salud y por lo tanto las condiciones de seguridad en las que desempeñan su trabajo.
En este sentido, en un sistema de salud se organiza la internación de pacientes de acuerdo al grado de gravedad y a su vez el personal especializado responde proporcionalmente a este factor, la morbilidad del personal especializado en sus distintos grados se convierte por tanto en un factor de riesgo y requiere una preocupación por las condiciones de trabajo y seguridad de los mismos.
De acuerdo a declaraciones del Dr. Luis Núñez presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva, Uruguay posee 47 Centros de Tratamiento Intensivo (CTI) polivalentes y 6 especializados, a los que corresponden aproximadamente unas 570 camas con respiradores, en número grueso hay 800 médicos intensivistas titulados (de los cuales hay que descontar los fallecidos recientes, los jubilados y los emigrados) por lo que se podrían calcular en alrededor de 600 los intensivistas activos. Según estadísticas, de los CTI activos actualmente durante los meses de invierno se ocupan el 80% de su capacidad. A su vez se podría ampliar la capacidad existente con respiradores (viejos) hasta 650, otra variable que se maneja es el aplazamiento de internaciones por cirugías no urgentes que permitiría liberar camas de cuidado moderado que a su vez permite la mayor rotación de pacientes desde CTI. La SUMI consultó al MSP la disponibilidad material del sistema de salud pero éste no compartió los datos, por lo que SUMI hizo sus propios cálculos, Luis Núñez manifestó que el SUMI está a la espera de que el gobierno los convoque.
Al día 21 de marzo la cifra de infectados comprobados (con una realización de test muy baja) en Uruguay era de 135 personas y de ellas 2 en CTI según datos oficiales. Teniendo en cuenta el alto contagio que se ha dado en otros países y su correspondiente porcentaje de casos graves, la postura del gobierno de no actuar de inmediato para una inversión en salud a la altura de las circunstancias demuestra una gran desidia para resolver este problema.
El “plan” comunicado por el gobierno
El gobierno uruguayo no ha implementado ningún plan serio para ampliar las capacidades actuales ante el desafío del Covid 19, por el contrario se empecina en sostener estúpidamente su irrealizable plan de austeridad fiscal. Con esto el gobierno asume una responsabilidad política, como jugando a la ruleta apuesta a que el número de casos no pase de determinado número (algunos miles) para que no colapse la capacidad actual del sistema. Solo se comunica la promesa de un hipotético préstamo por el monto de 5 mil millones de dólares de parte del FMI y la tomada de pelo de la apertura de cuentas para la donación de dinero.
De acuerdo a la cronología oficial de acciones del MSP, el 11 de marzo el Ministerio de Economía y Finanzas queda habilitado para “una línea de créditos contingentes para prestadores para reforzar la capacidad instalada de respiradores se plantea por parte del MEF al MSP y se acepta la exoneración de IVA en artículos vinculados a la prevención del virus: guantes, mascarillas y alcohol en gel. para prestadores para reforzar la capacidad instalada de respiradores se plantea por parte del MEF al MSP y se acepta la exoneración de IVA en artículos vinculados a la prevención del virus: guantes, mascarillas y alcohol en gel”, no se especifican montos. El 14 de marzo se ordenó la compra de 20 mil kits de diagnósticos y se estableció que los prestadores integrales de salud deban incrementar hasta un 30% las camas de CTI. El 16 de marzo el MEF quedó a cargo y centralizará “la reunión con proveedores por insumos y equipamiento médico, eventualmente pudiendo importar frente a la carencia en plaza.”
Si bien del Plan Nacional de Contingencia para la Infección (COVID-19) por el nuevo Coronavirus (SARS CoV2) se plantea un relevo y fortalecimiento de la capacidad del sistema, de toda esta información no se desprende un plan para aumentar de inmediato (se han perdido ya más de 20 días) y de forma considerable de acuerdo a las necesidades actuales, la capacidad de atención del sistema de salud, en el marco de una situación internacional cada vez más grave y que aumenta las dificultades para por ejemplo la compra de insumos necesarios, no hay números concretos que signifiquen un aumento de la inversión en el sistema de salud.
¡Test masivos ya!
En acciones concretas ni siquiera se hizo el esfuerzo de realización de test masivos, la Universidad de la República avanzó en un proyecto para la producción local de estos test, pero el apoyo oficial fue tardío y la decisión de comprar kits en el exterior también y será probablemente insuficiente para las necesidades que se plantearan. Para la población trabajadora que necesariamente no puede hacer ninguna cuarentena (como el personal de salud por ejemplo) es una medida fundamental, así como para tener una aproximación científica a la hora de afrontar la pandemia de forma eficaz y evitar la propagación del virus.
Necesitamos una inversión en salud pública a la escala del problema
Se pide respetar la cuarentena pero no se hace nada para hacer valer el tiempo que se pudo haber ganado con esas medidas. Por lo que el gobierno hace recaer el peso del impacto de la llegada del virus en la población y en particular en los trabajadores del sector salud. Además de como mencionamos en otros artículos, de que casi todas las medidas sociales y económicas tomadas hasta ahora benefician al sector empresarial, relegando las necesidades y la afectación de toda esta situación sobre la clase trabajadora.
Una planificación seria para afrontar esta crisis sanitaria requiere la estatización y centralización del 100% del sistema de salud, el vuelco de recursos masivos para ampliar la capacidad del sistema que signifique contratar más personal y la compra de más insumos, la compra inmediata de kits para la realización de test masivos a la escala de la pandemia para una gestión científica de la crisis, las medidas pertinentes para la seguridad y protección del personal de la salud (hasta ahora las estadísticas de contagiosidad y morbi- mortalidad a nivel internacional por el virus son alarmantes) y un análisis de las capacidades para la producción de insumos de la estructura económica e inmediata reconversión industrial para abastecer al sistema de salud. Solo con la auto organización independiente de los trabajadores y el control obrero de la producción, junto a la fraternidad y la cooperación de los trabajadores y las trabajadoras de todos los países, es posible reorganizar la sociedad para lograr los objetivos que verdaderamente contemplen las necesidades del propio pueblo trabajador.
Sebastián Artigas
Lunes 23 de marzo | 17:50
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