martes, marzo 17, 2020

Mitos y hechos sobre CoVid19



A propósito de las entrevistas a Pablo Goldschmidt y la circulación de información falaz.

A partir de las resonantes declaraciones públicas sobre la actual pandemia de CoVid19 de Pablo Goldschmidt 1 un científico argentino que vive en Francia hace más de 4 décadas, se ha propagado una gran cantidad de información errónea y falaz, aumentando la confusión en un momento de crisis sanitaria a nivel mundial. Goldschmidt, quien durante la pandemia de Gripe A en 2009 emitió declaraciones muy similares, ha salido en los medios argentinos a plantear que es injustificada la declaración de pandemia por parte de la OMS y minimizando las consecuencias del CoVid19. Al respecto, algunas consideraciones:

1. ¿Es injustificado que se hayan disparado alertas sanitarias mundiales como consecuencia de infecciones por el coronavirus detectado en China siendo que cada año mueren millones de personas por otros virus respiratorios?

Llama la atención el planteo de que sería razonable no disparar una alarma sanitaria cuando un nuevo virus comienza a circular entre la población humana, luego de haber realizado un salto de especie desde otros hospedadores mamíferos. Cuando este tipo de fenómenos ocurre, no es posible saber a priori qué consecuencias sanitarias puede traer tanto a corto como a mediano plazo. Incluso en el caso de virus que provoca cuadros clínicos leves, las consecuencias subyacentes a largo plazo pueden ser muy graves. Es el caso, por ejemplo, del virus Zika que, aunque genera síntomas similares al dengue pero más leves, provoca altos porcentajes de microcefalia en los fetos de embarazadas que sufrieron la enfermedad. Que todos los años mueren en el mundo millones de personas por enfermedades prevenibles no es ninguna novedad. La causa principal de esto es el sistema social en el que vivimos. De qué forma no advertir contra un virus nuevo resolvería el problema social del negociado de la salud pública y la explotación y mantenimiento en la miseria de millones de personas es algo que Goldschmidt no planteó en su raid mediático.

2. ¿Es cierto que no está probado que el virus causante de la pandemia es efectivamente un agente viral nuevo?

Esta aseveración es directamente falsa. La familia Coronaviridae agrupa a gran cantidad de virus que infectan tanto al ser humano como a distintos animales y cuyas manifestaciones clínicas van desde cuadros respiratorios hasta síntomas gastroentéricos como la diarrea. Sin embargo, el virus que se encuentra circulando actualmente es un agente distinto a los que circulaban hasta el momento. En un trabajo científico publicado en la prestigiosa revista The Lancet el 29/01/20 investigadores/as chinos secuenciaron el genoma de virus aislados de 9 pacientes con CoVid19, determinando que se trataba en todos los casos del mismo agente viral y que presentaba un alto grado de coincidencia con dos Coronavirus aislados en murciélagos en China en 2019. Respecto a los anteriores Coronavirus humanos causantes de epidemias, SARS-CoV y MERS-CoV, obtuvieron un 79% y un 50% de similitud, a partir de lo cual concluyeron 2019-nCov es lo suficientemente divergente de SARS-CoV para ser considerado un nueva betacoronavirus que infecta al ser humano. “Aunque los análisis filogenéticos sugieren que los murciélagos serían el hospedador original de este virus, un animal vendido en el mercado de comida de Wuhan podría haber actuado como hospedador intermediario, facilitando la emergencia de este virus en humanos” (2)

3. ¿Es real que se puede tratar la infección por Covid19 con amoxicilina y que si el virus mutó entonces lo que hay que hacer es simplemente aumentar la dosis?

La amoxicilina es un antibiótico utilizado para tratar infecciones bacterianas porque inhiben la síntesis de la pared celular de algunas bacterias. En el caso del CoVid19, la amoxicilina se usa para prevenir complicaciones por subsecuentes infecciones bacterianas y atacar los síntomas, pero de ninguna manera es un tratamiento antiviral. En el caso del Interferón, que se utilizó en China como tratamiento, tampoco se trata de una droga antiviral sino que es un componente similar al producido por el sistema inmune humano que sirve para aumentar las defensas contra la infección viral. Aún no existen tratamientos específicos contra este virus, es decir, drogas que ataquen alguna parte del proceso de reproducción viral o infección de las células.
Por otro lado, el planteo de que, frente a la mutación de un virus, solo hay que aumentar la dosis aplicada es directamente delirante. Al día de hoy, no se sabe qué mutaciones tuvo el virus que infecta a humanos respecto del que se halló en murciélagos. No es lo mismo que hayan mutado genes que intervienen directamente en la patogénesis que en el reconocimiento de las células que infectan que los que codifican para una enzima. Por aumentar la dosis de una droga (que, nuevamente, ¡no ataca al virus en sí!) no se ataca de ninguna forma las variaciones que pueda haber sufrido.

4. ¿Es cierto que la enfermedad no afecta a niñes y bebés?

Si bien la tasa de mortalidad está concentrada en adultos mayores, eso no implica que el resto de la población no pueda infectarse. CoVid19 presenta por definición un alto porcentaje de casos asintomáticos, lo que ha permitido justamente su rápida expansión (gente infectada sin síntomas que siguió haciendo “vida normal”). Sin embargo, se ha detectado infección en niñes de jardines de infantes e incluso en un bebé recién nacido en Inglaterra. Luego de la pandemia, análisis de anticuerpos a nivel masivo permitirán definir si el porcentaje de infectados/as en cada segmento etario con mayor precisión, independientemente de la mortalidad o los síntomas.

5. ¿A quién le conviene plantear medidas de cuarentena y paro de producción?

La pandemia de CoVid19 ha puesto de manifiesto la precariedad y fragilidad de la vida bajo el sistema capitalista. Mientras asistimos a las dilaciones de muchos gobiernos respecto de tomar medidas más drásticas para frenar el aumento exponencial en el número de casos, ha surgido un discurso pretendidamente contrahegemónico que busca instalar la sospecha de una conspiración mediática-científica-gubernamental para impulsar estas medidas. Sin embargo, a lo largo y ancho del mundo, tanto los gobiernos patronales como la burguesía operan para mantener a flote la producción y el trabajo, a costa de la salud de millones de trabajadores/as. En Italia y en España se suceden las huelgas en las fábricas para exigir que se respete la cuarentena aplicada a otras áreas de la economía. En Argentina, se anunció ayer la suspensión de las clases en todos los niveles educativos pero miles de docentes han sido forzados/as a concurrir a las escuelas, en transportes públicos atestados porque muchos de ellos funcionan con servicios de emergencia.
El planteo conspirativo no solo es absurdo sino también peligroso, dado que subdimensiona un problema real de salud pública que está costando la vida de miles de personas. Los reclamos frente a la acuciante situación de millones de personas que viven con trabajos precarios u ocasionales, en los que si no trabajan no cobran, deben ser dirigidos a los Estados para que instrumenten las medidas necesarias. Lo mismo ocurre con los sistemas sanitarios colapsados que no pueden pasar a funcionar sobre la mayor aún explotación de los trabajadores/as de la salud. La pandemia de CoVid19 pone una vez más sobre la mesa el escaso valor de la vida humana bajo el capitalismo.

Lu Maffey
bióloga, integrante del grupo de estudio de mosquitos CONICET-UBA

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