Como se sabe, los gastos operativos representan una fracción muy menor del presupuesto universitario (alrededor del 10%); el grueso se destina al pago de salarios. De esta forma, el Rectorado ha pactado con Milei, a costa de quienes son los verdaderos sujetos de la Universidad – los miles de docentes, no docentes y trabajadores de salud; los salarios de estos trabajadores han sufrido un desplome cercano al 50% en los últimos meses. De otro lado, el 300% de aumento para gastos de funcionamiento parten de una base bajísima. Tampoco hay partidas para remunerar a los docentes ad-honorem (que continuarán trabajando gratis), para el área de ciencia y tecnología, ni para becas estudiantiles, ni para obras de infraestructura… ¿Alguien puede creer seriamente que la situación de emergencia presupuestaria de la UBA ha finalizado? La perfidia del acuerdo reside que, de aquí en más, la paralización de la UBA será atribuída a quienes defiendan sus derechos mediante huelgas y manifestaciones.
A esto se añade que el acuerdo con la UBA excluye al resto de las universidades públicas del país, que son 60. El CIN sacó un comunicado denunciando la situación y reclamando un aumento similar para todas las universidades. También en estos casos, los rectores están dispuestos a “sacrificar” los salarios de los trabajadores.
El pacto de los radicales de la UBA y sus socios peronistas con el gobierno de Milei no es un rayo en cielo sereno. Luego del 23 de abril, la multitudinaria marcha por la Universidad, que movilizó a un millón de personas a lo largo y ancho del país, fue deliberadamente corrida del debate público nacional, en especial por la casta rectoral, que integran radicales y peronistas, y por la FUA. La llamada oposición “dialoguista”, entre la que se encuentra la UCR y el bloque del propio vicerrector de la UBA, que votó la Ley Bases en la Cámara de Diputados, que es el plan maestro de la confiscación económica de Milei, y se apresta a hacerlo nuevamente en la Cámara de Senadores. Los partidos del régimen y sus patas sindicales, están aportando la “gobernabilidad” o, en palabras de la casta legislativa, darle las herramientas para que gobierne. Es necesaria una movilización que destituya a la casta de la UBA y establezca el gobierno igualitario de docentes y estudiantes.
El entramado entre las gestiones universitarias y el Gobierno plantea esa destitución, toda vez que la Marcha Universitaria plebiscitó otra política. La política de vaciamiento que sigue Milei (incluso para tratamientos oncológicos y vacunación) prepara las condiciones para la arancelización del ingreso y las cursadas, y la extensión de contratos con empresas privadas, incluidas multinacionales. Esta política tendrá implicancia en el régimen de gobierno de la Universidad, que pasará a la jurisdicción del protocolo de Patricia Bullrich.
Es necesaria la actualización del programa de los sindicatos docentes y de los centros de estudiantes, para plantear la destitución de la camarilla actual de la UBA. Impulsemos asambleas interclaustros e interfacultades para debatir y establecer un plan de acción conjunto. El “Frente de Sindicatos Universitarios” ha convocado a una “jornada de visibilización” el próximo 22 de mayo y a un paro el 23.
Este primer paso será valioso si se adopta un plan de acción de alcance político.
Tendencia Universitaria Clasista de Docentes e investigadores
17/05/2024
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