sábado, mayo 25, 2024

Ucrania retrocede, la Otan escala y Rusia muestra los dientes


La profundización de las tendencias bélicas Los avances tácticos rusos en el frente, que ponen de manifiesto flagrantes signos de colapso, fatiga, falta de equipo y personal en las tropas ucranianas, acentúan las tendencias belicistas a nivel mundial. Veamos:

 Escalada Otanista 

A las declaraciones persistentes del presidente francés Emmanuel Macron respecto del envío de tropas de la legión extranjera francesa y de la autorización pública del canciller británico David Cameron para que Ucrania pueda atacar territorio ruso con armas británicas, ahora se suman declaraciones de Antony Blinken que, de visita de emergencia por Kiev, dijo que Estados Unidos no está de acuerdo que sus armas transferidas a Ucrania se utilicen para atacar territorio ruso pero que, sin embargo, Kiev tiene derecho a utilizarlas para ese fin. 
 Además, Blinken insistió en la confiscación de los activos rusos congelados, mayormente embargados en la Unión Europea (UE). Afirmó, además, que Rusia debía pagar por la reconstrucción de Ucrania: “lo que Putin rompe, lo tiene que pagar Rusia”.
 Un poco más atrás, el gobierno de Estonia manifestó que está considerando enviar tropas a Ucrania para proporcionar logística a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Además, el ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, respaldó la postura de Macron en una entrevista con The Guardian la semana pasada. 
 Pero la cuestión parece ser más escabrosa, porque “mientras Rusia avanza, la Otan considera enviar entrenadores a Ucrania” (New York Times, 16/5). Así, según el medio norteamericano “los funcionarios ucranianos han pedido a sus homólogos estadounidenses y de la Otan que ayuden a entrenar a 150.000 nuevos reclutas más cerca de la línea del frente para un despliegue más rápido”. 
 De momento, Estados Unidos ha dicho que no, “pero el general Charles Q. Brown Jr., presidente del Estado Mayor Conjunto, dijo el jueves que el despliegue de entrenadores de la Otan parecía inevitable. ‘Eventualmente llegaremos allí, con el tiempo’, dijo” (ídem). 
 Pero el envío de instructores de la Otan representa todo un conjunto de problemas ya que los rusos han realizado ataques en todo el suelo ucraniano. La formación de 150 mil tropas ucranianas no pasará inadvertida para la inteligencia rusa, por lo que Kiev debería desviar parte de la escasa defensa antiaérea desde el frente y puntos clave de infraestructura para proteger a los asesores de la Otan. 
 Pero más allá de la elevación de las tensiones y la retórica, lo cierto es que “el nuevo paquete de ayuda militar estadounidense a Kiev no permitirá cambiar el rumbo del conflicto” (Le Monde 13/5). La publicación explica que Occidente espera ganar tiempo hasta que lleguen nuevos grandes suministros de ayuda militar a Kiev, previstos a partir de 2025, cuando el sector de defensa en Europa y Estados Unidos gane impulso. En este sentido deben considerarse las recientes declaraciones de que Ucrania lanzaría una contraofensiva de cara a 2025. 

 Rusia: aumento del gasto militar y amenazas nucleares

 Ante esta escalada, el Ministerio de Exteriores de Rusia convocó a los embajadores de Inglaterra y Francia en Moscú. Tras la reprimenda diplomática respecto a que dichas acciones británicas y francesas configuran causus belli para Rusia, Putin ordenó la realización de ejercicios nucleares tácticos.
 A dichos ejercicios se incorporará Bielorrusia, país donde Putin desplegó complejos de misiles Iskander con carga táctica nuclear. Asimismo, y esto habrá que verlo con el devenir de los días, se informa que Rusia está comenzando a redesplegrar tropas en la frontera sur de Bielorrusia. 
 Otra cuestión importante que hizo Rusia en los últimos días fue emitir un ultimátum sobre el envío de los cazas bombarderos F-16. En ese sentido, fueron claros en afirmar que, al tratarse de un avión fabricado para poder operar como un soporte para armas nucleares, el ejército ruso trataría su despliegue como tal.
Veremos qué ocurre. Por lo pronto, hay noticias sobre la inminente llegada de la primera tanda de F-16, aunque, claro está, lo cierto es que hace muchos meses que las fechas de entrega se van corriendo hacia adelante. 
 Asimismo, hay claros indicios de que Rusia proyecta ampliar considerablemente su producción militar de cara al intento de la Otan de aumentar la suya hacia 2025. En ese sentido, Putin anunció no solo el desplazamiento de Serguéi Shoigú del Ministerio de Defensa, sino también un aumento del presupuesto de defensa, desde el 6% al 8,9% del PBI.
 Su reemplazante, Andréi Belousov, “aportará rigor económico al gasto de defensa ruso”, según Financial Times (12/5). “Belousov no sirvió ni un día en el ejército, pero ocupó diversos puestos como asesor económico” (ídem). 
 El nombramiento vino como parte de lo que pareciera ser una purga más general del Ministerio de Defensa. Hace dos semanas fue detenido el vice-ministro de defensa de Shoigú por un caso de corrupción. Recientemente, fue detenido el Jefe de la Dirección de investigación criminal del Ministerio de Defensa, también por un caso de corrupción. 

 Viaje a China 

Tras asumir nuevamente la presidencia de Rusia y reorganizar el gabinete de ministros, Putin partió de visita oficial hacia China. Se trataba de una parada importante dada las intensas presiones de Estados Unidos y Europa hacia China para que corte lazos con Rusia.
 La Otan pone el grito en el cielo porque, en cierta medida, China ha suplido las necesidades estratégicas de la industria rusa, del mismo modo (o mayor) de lo que previo a las sanciones la proveían Alemania y Estados Unidos. “Empresas chinas han proporcionado a Rusia semiconductores que son cruciales para fabricar diversos sistemas de armas. También han proporcionado equipos de navegación, repuestos para aviones y productos más genéricos como rodamientos de bolas, utilizados en piezas de artillería y otros equipos” (The Economist, 29/4). 
 The Economist señala que una complicación para aplicar sanciones a China es “que Ucrania también depende en parte de los fabricantes chinos para algunas piezas de maquinaria (aunque estos envíos son mucho menores que los que China suministra a Rusia). Cualquiera que diseñe y aplique sanciones occidentales debe considerar si imponer mayores restricciones a algunas empresas chinas también puede impedir las adquisiciones militares de Ucrania”. 
 China trata de mantener una retórica de equidistancia en la guerra, pero es plenamente consciente de que los planteos de ciertos sectores de la burguesía de Estados Unidos de frenar la guerra de Ucrania, por caso Trump y su promesa de terminar la guerra en 24hs, no son por un interés pacifista sino por la imposibilidad evidente de embarcarse en operaciones militares -directas o proxis- contra China, mientras sigue abierta la guerra contra Rusia. 
 Ante el gran recibimiento protocolar que China dio a Putin, el Departamento de Estado de Estados Unidos salió a declarar que, si China pretende seguir sus importantes relaciones comerciales con Europa, la UE no vería con buenos ojos que China apoyase a Rusia, “su principal amenaza de seguridad”. 
 China respondió a través de su cancillería que Estados Unidos deje “de echarle la culpa a China; no intentemos abrir una brecha entre China y Europa; y es hora de dejar de avivar la llama y empezar a hacer una contribución real para encontrar una solución política a la crisis de Ucrania”. 

 Guerra a la guerra

 Como se ve, el progresivo deterioro de las posiciones del ejército ucraniano y la posibilidad de que los rusos rompan la línea del frente ponen sobre la mesa las tendencias cada vez más abiertas hacia una guerra mundial abierta entre la Otan y Rusia. 
 Abajo la guerra imperialista y los gobiernos que la promueven. Guerra a la guerra. 

 Facundo Miño

No hay comentarios.: