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sábado, mayo 10, 2008
Bohemia: un siglo, una leyenda
Cuando el 10 de mayo de 1908 circuló Bohemia por primera vez, sus editores estaban lejos de suponer que aquella modesta empresa limitada entonces a la capital, que se presentaba en su portada art decó como una revista semanal ilustrada y pugnaba por entrar en el mercado de las publicaciones literarias, artísticas y sociales de la época, ganaría con el tiempo credenciales cada vez más consolidadas y sobreviviera hasta cumplir un siglo de existencia.
Su primer propietario, Miguel Ángel Quevedo Pérez, tenía la ilusión de competir con El Fígaro, semanario del cual era administrador, y retomar la tradición de La Habana Elegante, paradigma de las publicaciones finiseculares encaminadas a ocupar parte del ocio de las clases en la cúspide de la pirámide social. Como fanático de la ópera, seleccionó el título de una de sus obras preferidas de Puccini para bautizar la revista.
MÁS QUE UNA REVISTA
En el hemisferio occidental no hay otra publicación entre las de su clase que la aventaje en longevidad. Ni siquiera las norteamericanas Life y Time, fundadas respectivamente en 1936 y 1923 llegan a la edad de nuestra publicación.
Bohemia es mucho más que una revista. Es una institución. Tanto arraigo popular hizo que en el lenguaje cotidiano de no pocos de los habitantes de la isla por los años sesenta, toda revista fuese una bohemia, y así escuchamos vocear bohemias chinas, alemanas y rusas.
No se sabe cómo ni cuándo comenzó la práctica de leer la Bohemia de atrás hacia delante, como si fuera una revista japonesa. Tal vez el hábito tenga que ver con la psicología humorística del cubano, que antes de adentrarse en artículos y reportajes de fondo quiso ver las caricaturas de la última página o las notas curiosas colocadas al final de cada edición.
Al menos dos veces estuvo a punto de sucumbir por dificultades financieras: hacia 1926, cuando apenas lograba imprimir 4 000 ejemplares, y tras el crac bancario de 1929. Pero ya entonces, bajo la dirección de otro Miguel Ángel Quevedo, hijo del fundador, los anunciantes más avispados apostaron por una revista que comenzaban a buscar los lectores de los más amplios estratos sociales, debido a que se había situado al margen, y a veces criticaba, a la dictadura machadista.
FIRMAS ELOCUENTES
La estabilidad editorial y creciente popularidad de la revista a partir de los años treinta determinaron la cada vez más profunda identificación entre Bohemia y la intelectualidad cubana.
Firmas de lujo como las de Fernando Ortiz, Juan Marinello, Raúl Roa, Luis Felipe Rodríguez, Jorge Mañach, Alfonso Hernández Catá, Félix Pita Rodríguez, Mirta Aguirre, Regino Pedroso, Enrique Labrador Ruiz, Ángel Augier y Emilio Roig de Leuchsenring publicaron en sus páginas.
Uno de los paladines del periodismo nacional, Guido García Inclán promovió en los cuarenta la necesidad de construir una tumba digna para los restos mortales de José Martí.
Las crónicas de costumbres de Miguel de Marcos marcaron un estilo, al igual que las deportivas de Eladio Secades.
Hacia los años cincuenta reportajes escritos por Oscar Pino Santos, Onelio Jorge Cardoso y Samuel Feijóo denunciaron profundos problemas sociales.
La lista de destacadas personalidades que desde entonces hasta nuestros días han colaborado con Bohemia es interminable. Desde historiadores como Leopoldo Horrego Estuch, Julio Le Riverend y José Luciano Franco hasta escritores como El Indio Naborí, Raúl González de Cascorro, Luis Suardíaz, y Lisandro Otero, sin olvidar que para el eminente geógrafo Antonio Núñez Jiménez la Bohemia era uno de los mejores vehículos para divulgar el pensamiento científico.
En la planta de Bohemia, como periodistas, estuvieron también otros notables: el novelista Jaime Sarusky, el pintor y crítico de arte Leonel López Nussa, la escritora Loló de la Torriente, que sistematizó la sección sobre historia, y la pianista y crítica musical Ñola Sahig. Y entre los periodistas de mayor pegada es necesario evocar a Fulvio Fuentes, Mario García del Cueto, el infaltable traductor Julián Iglesias, el sagaz reportero Reynaldo Peñalver Mora, el incomparable Enrique Capetillo y el inefable Mario Kuchilán Sol.
No olvido a los gráficos. Bohemia atesora una de las más completas colecciones de fotografías que se puedan imaginar en la prensa latinoamericana y allí está Manolito, su celoso guardián, para confirmarlo. Y en cuanto a la presencia del arte en su concepción, a la impronta de Maribona y Massaguer, este último a fin de cuentas enredado en su propio proyecto de la revista social, siguieron otros no menos singulares impactos. Mencionemos uno: las portadas dibujadas por Orlando Yanes.
LA SECCIÓN MÁS POPULAR
Indudablemente la sección más popular que ha tenido Bohemia a lo largo de su existencia, es "En Cuba". Apareció el 4 de julio de 1943, al cuidado de Enrique de la Osa y Carlos Lechuga. Este último reveló a un colega: "Bohemia tenía el servicio informativo La marcha del tiempo, de la revista norteamericana Time. A Miguel Ángel Quevedo, su director, se le ocurrió acompañarlo con otro similar sobre el país y ponerle La marcha del tiempo en Cuba, para lo que habló con nosotros. Al principio tomamos la información en la prensa nacional y extranjera, después tuvimos nuestras fuentes. Los mismos políticos a veces nos ofrecían intimidades de otras figuras y los partidos, porque se encontraban en pugna. El éxito se debió, además de la claridad de estilo, colorido, datos inéditos, palos con las mismas noticias de los diarios, a la orientación política, al combatir el bonche universitario, el latrocinio en los distintos gobiernos de aquella república mediatizada."
"En Cuba" llegó a aglutinar a un equipo de excelentes reporteros, entre los que cabe mencionar a Marta Rojas, Diego González Martín, Tony de la Osa, Jacinto Torras, Carlos Castañeda, Benito Novás Calvo y Agustín Alles.
LA REVISTA DE FIDEL
El 4 de enero de 1959 los redactores de la publicación recibieron el siguiente mensaje: "A la revista Bohemia mi primer saludo después de la victoria porque fue nuestro más firme baluarte. Espero que nos ayude en la paz como nos ayudó en estos largos años de lucha, porque ahora comienza nuestra tarea más difícil y dura". Al pie, la firma del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Desde mucho antes, Bohemia era también la revista de Fidel, tribuna para la difusión de su programa político y la denuncia de los desmanes del batistato, esto último mientras fue posible, debido a la férrea censura del régimen. Lo que la dictadura obligó a callar se desató en tres extraordinarias ediciones de enero de 1959, de tirada millonaria. Fueron llamadas Ediciones de la Libertad.
Con esos nuevos aires, pese a momentos críticos como los que obligaron a alargar la frecuencia de salida de la publicación, Bohemia se ha sostenido en el último medio siglo: fiel a la Revolución, a su pueblo y a Fidel.
Bohemia recibe agasajo universitario
Mañana será un siglo para la revista Bohemia, pero no solo por centenaria llegó el homenaje universitario. La placa 280 aniversario de la fundación de la Universidad de La Habana, entregada ayer, fue un reconocimiento también a su valentía en tiempos de terror, a la espléndida lozanía de sus páginas que "sin ser socialistas fueron voceras de los humildes", como afirmara durante la ceremonia, Rolando Rodríguez, premio nacional de Ciencias Sociales.
José Fernández Vega, director de Bohemia recibió la placa de manos de Rubén Zardoya, rector de la Universidad de La Habana.
Al homenaje asistieron José Ramón Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros, el combatiente y profesor de Mérito, Juan Niury, y Julio García Luis, decano de la Facultad de Comunicación, entre otros dirigentes, así como periodistas de la centenaria Revista. (K. Siberia)
PEDRO DE LA HOZ
pedro.hg@granma.cip.cu
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