Este domingo 11 de septiembre se celebró un nuevo día del maestro en el país. Se dio en un cuadro de enorme precarización laboral y salarios de miseria en el rubro, que motivan un reguero de paros y luchas docentes en las provincias. De hecho, si se hiciera un promedio entre las escalas de las 24 jurisdicciones, un educador que recién ingresa percibiría una remuneración bruta de $81.307, mientras que uno que persiste en un cargo desde hace más de 10 años percibiría uno de $92.285. Con una canasta básica que en julio alcanzó los $111.298, se deduce que la mayoría de docentes del país, incluyendo a los que tienen ya una década de antigüedad, no llegan a superar la línea de pobreza.
El carácter provincial de las escalas abre el abanico para que en algunas regiones las remuneraciones sean menos miserables que el promedio, aunque en otras sean mucho peores. Es el caso, por ejemplo, de Mendoza, que vivió hace algunas semanas una verdadera rebelión provincial educativa. Allí un maestro de grado sin antigüedad cobra poco más de $58.000, la mitad de la línea de pobreza. Pero también de Jujuy, donde el inicial no alcanza los $60.000, de Santiago del Estero, que no alcanza los $61.000, de Catamarca, menos de $63.000, y Formosa, que no llega a los $67.000. Y esto, claro, siempre que hablamos del bruto. El sueldo neto, el que efectivamente perciben los trabajadores con las deducciones correspondientes, es todavía menor.
Otra cara del problema es la estabilidad en los cargos. El signo de la precarización laboral en la escuela pública es la falta de nombramiento y el carácter suplente o interino en las contrataciones. Según el Observatorio de Argentinos por la Educación, por citar ejemplo, más del 75% de los directores de educación pública media está bajo esta condición, y solo un 14% de ellos llega a trabajar al menos una década. Esto los coloca en una situación de absoluta permeabilidad a despidos, y más aún en momentos donde pesa un decreto de congelamiento sobre el ingreso de personal al Estado. Es un cuadro que solo va a tender a empeorar, cuando venimos del recorte de un plumazo de $50.000 millones al presupuesto educativo correspondientes al ejercicio 2022 y cuando el ministro Massa fue a Washington a consensuar con el FMI un Presupuesto 2023 que seguirá recortando el gasto público.
Este nuevo día del maestro se da entonces en un cuadro donde predomina la precarización y los salarios de miseria del que todos los gobiernos son responsables. El mejor homenaje a la docencia de todo el país es apoyar sus jornadas de lucha, de paro y de movilizaciones, como las que protagonizan Adosac (Santa Cruz), Atech (Chubut), Unter (Río Negro), Amsafe (Santa Fe) que están con paros que van desde las 24 hasta las 72 horas, parte de planes de lucha que ya llevan semanas y en algunos casos hasta meses de continuidad. Es el caso de Mendoza, donde los docentes protagonizaron un plan de lucha histórico que incluyó una seguidilla de parazos y la más masiva movilización docente de la historia. Es el camino que conquistó el quiebre del techo salarial en Misiones o La Rioja.
Por el pase a planta de todos los trabajadores de la educación, porque el salario del cargo inicial alcance a cubrir una canasta básica y contra el ajuste en la educación y las reformas privatistas.
Manuel Taba
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