Para el gobierno la realización del “Mini Davos”, denominado con el pomposo nombre de Argentina Business & Investment Forum, se ha transformado en una tabla de salvación frente a una economía en picada. El discurso oficial consiste en afirmar que gracias a las inversiones que se anunciarán en el evento podrá revertirse el cuadro de caída de la producción industrial, de la construcción y de las ventas mayoristas y minoristas, que se han profundizado incluso en el segundo semestre.
Bien visto, sin embargo, el gobierno repite un libreto gastado. Durante los primeros meses de su mandato Macri anunció una “lluvia de inversiones” que nunca se concretaron. Que ocurra ahora por la realización del Mini Davos está por verse. La presencia de CEOS de grandes empresas no equivale a concretar inversiones. Lo dijo con todas las letras el consejero de Comercio Exterior de Francia que definió al evento como un “golpe mediático”, aclarando que “las empresas están reacias a invertir en una economía en recesión”. Parece que el francés le sacó la ficha a Durán Barba.
Los representantes del gran capital aprovecharán el Mini Davos para reclamarle al gobierno un programa antiobrero y antinacional en regla. Sucede que lo que ´traba´ las inversiones no es la recesión sino la caída de la tasa de beneficio del capital. Por eso exigen una nueva reforma laboral precarizadora, una ley de empleo joven con beneficios fiscales para los empresarios, la dolarización de las tarifas de los servicios públicos y de la extracción de gas y petróleo, y mayores subsidios para las empresas a pesar del creciente déficit fiscal.
No es casual que serán de la partida en el Mini Davos agentes directos de los grandes monopolios petroleros, ya sean de Total de Francia (segunda productora de gas en el país) o de la British Petroleum. El incentivo de un gas a boca de pozo a U$s 6.90, casi un 200% superior al precio que se paga en los EEUU, es un premio difícil de rechazar para las petroleras. En el caso de la British, que explota con los Bulgheroni el mayor yacimiento del país, la cosa viene con yapa: Malcorra prometió eliminar las restricciones de realizar inversiones en el país a las empresas que realizan exploraciones en Malvinas.
La aplicación de este programa plantea un choque directo con los trabajadores, que el gobierno teme dar porque sabe que carece de las condiciones políticas que le aseguren un final victorioso. Esto explica las idas y venidas con el tarifazo y sus vacilaciones para imponer una paritaria del 25%, como habían anunciado los funcionarios oficiales en un primer momento. El temor a una reacción obrera general sigue siendo el principal factor político que explica la parálisis del gobierno.
La posibilidad de enfrentar esta situación por medio de un gran acuerdo con la oposición está condicionado por las divisiones que existen al interior de la propia clase capitalista. Por ejemplo, al Mini Davos concurrirá el capo máximo de Techint Paolo Rocca, que viene de rechazar la gira por China de Macri y exige una nueva devaluación y un cierre de las importaciones de acero. En cambio el jefe de Arcor, Pagani, que también concurrirá al Mini Davos, rechaza el proteccionismo porque teme que eso impida las exportaciones de la industria de la alimentación.
En síntesis, el Mini Davos refleja la crisis y las contradicciones de la política del gobierno. Los trabajadores deben advertir que detrás del relato de las inversiones se esconde un programa antiobrero y antinacional.´
Gabriel Solano
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