miércoles, mayo 08, 2024

Gaza: abajo la invasión de Rafah y el genocidio contra el pueblo palestino


Las Fuerzas de Defensa Israelíes ingresaron en la ciudad del extremo sur de la Franja de Gaza.

 Como venían amenazando desde hace meses, las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) ingresaron finalmente esta semana en la ciudad de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, frontera con Egipto, donde se concentran más de un millón de palestinos desplazados desde el resto de los territorios agredidos. Fuego de artillería contra el edificio municipal, despliegue de tanques y la captura de los pasos de Rafah y Kerem Shalom, por los que entra como un goteo la escasa ayuda humanitaria al enclave costero, fueron los primeros pasos de una operación que las autoridades israelíes definieron como “parcial”, localizada, o sea, aún no sería una invasión completa. También ordenaron la evacuación de 100 mil personas, a las que se les exige que se desplacen hacia el noroeste, sobre la costa del Mediterráneo, y se lanzaron bombardeos. 
 El ingreso de las tropas israelíes se produce en paralelo con las tormentosas negociaciones en El Cairo, de las que participan Israel, Hamas, Egipto, Qatar y Estados Unidos. Horas antes de la incursión, Hamas había aceptado un plan de tregua que, según su versión, implicaba el retiro completo de Israel del enclave, un canje de rehenes israelíes por prisioneros políticos palestinos, y un cese al fuego que no queda claro si estaba pautado como temporal o permanente. Un funcionario norteamericano asegura que lo de Hamas fue solo una “propuesta”, no una aceptación, mientras que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu la desmereció como un ardid para tratar de impedir la operación en Rafah. 
 Sin embargo, los familiares de los rehenes reclamaron al gobierno israelí que arribara a un acuerdo, en lugar de lanzarse sobre la ciudad sureña. “Sacaremos todos los ciudadanos del país. Arderán las calles”, desafió, a Netanyahu, Einav Zangauker, madre de un rehén (La Nación, 7/5), disconforme con la orientación gubernamental. Una encuesta difundida por Times of Israel (7/5) indica que una mayoría de los judíos israelíes (57%) se inclina por anteponer la liberación de los rehenes al operativo en Rafah. Tal vez por esto, Yair Lapid, uno de los referentes de la oposición israelí, volvió a criticar a Netanyahu por su desempeño en las negociaciones de El Cairo, señalando que el país “carece de un adulto responsable que ponga fin a la locura” (Europa Press, 6/5). Desde la llamada “ala derecha” de la coalición de gobierno israelí, en cambio, se insiste con seguir las operaciones hasta “eliminar” a Hamas (Gallant, ministro de Defensa) y “conquistar Rafah” (Ben Gvir, ministro de seguridad interior).
 El cierre de los pasos de Rafah y Kerem Shalom agrava una situación humanitaria que ya es catastrófica, impidiendo la salida de heridos a Egipto para ser atendidos allí. Por si fuera poco, bandas de colonos volvieron a obstruir el ingreso de ayuda humanitaria por el cruce de Erez, en la frontera norte. Es un intento deliberado de quebrar al pueblo palestino por medio del hambre, la sed y la peste. 
 Estados Unidos volvió a mostrar su pérfido rol, ya que Joe Biden ratificó su apoyo a Israel, por más que no comparta el lanzamiento de la operación en Rafah (El País, 7/5) y tenga roces con Netanyahu. Paralelamente, continúa el desalojo de acampes universitarios propalestinos y la detención de alumnos. No solo en Estados Unidos: también en Berlín se desalojó una universidad. Las tomas, acampes y acciones de solidaridad juveniles se diseminaron por el mundo. 
 Tenemos que profundizar este camino de movilización. 
 No a la invasión de Rafah. Fuera las tropas israelíes de Gaza. No al genocidio del pueblo palestino. 

 Prensa Obrera

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