Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
sábado, febrero 28, 2015
Julio César Strassera: hombre de hojalata con un traje gris
Murió Julio Cesár Strassera, y toda la batería mediática de la burguesía argentina y de la fracasada Unión Cívica Radical ya está canonizándolo como un héroe de la democracia. Poco importa que Strassera haya asumido como fiscal en los tiempos del genocidio y jurado su lealtad a los ideales de la Justicia por las Actas del Proceso de Reorganización Nacional.
Strassera va a ser reivindicado como el fiscal del Juicio a las Juntas, el Nüremberg argentino, que al igual que el original europeo fue una de las grandes farsas argentinas, donde nueve de los cabecillas de la dictadura fueron condenados, dejando libres e impunes a miles de represores y desde ya sin tocar un pelo de sus cómplices civiles. Qué se podía esperar de la UCR, que supo ser golpista de la primera hora, prestó cientos de funcionarios a los militares y que en boca de su líder Ricardo Balbín llamó a aplastar a la guerrilla fabril. Amén de que en base al prólogo del libro Nunca más, redactado por ese camaleón político que era el escritor Ernesto Sábato, el Juicio a las Juntas es la concreción jurídica de la nefasta “teoría de los dos demonios”, que iguala la infantil violencia guerrillera y la legítima autodefensa obrera y popular con el terrorismo de Estado.
Strassera fue la cara judicial del alfonsinismo, que tiene en el Juicio a las Juntas su máxima justificación democrática, olvidando siempre que el más que centenario partido en el poder bajo el mandato de Raúl Alfonsín promulgó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, dejando en las calles a miles de genocidas. Todos estos fueron capítulos de un pacto de impunidad que incluyó al Partido Justicialista y al resto de los partidos del régimen.
Strassera acompañó como la sombra al cuerpo la trayectoria del radicalismo alfonsinista y toda su impotencia y cobardía. En el juicio a los jerarcas militares, cuando el expresidente se presentaba como la versión criolla de la socialdemocracia, el progresismo de entonces, al igual que el de ahora, justificaba su decisión de salvar a la inmensa mayoría de los genocidas por el todavía latente peligro del partido militar, temerosos, como buenos leguleyos, de que fuera la movilización popular la que saldara cuentas con ellos. En la fase del alfonsinismo de apoyatura de los proyectos conservadores, cuyo punto de partida fue el Pacto de Olivos con Menem a fines del 93, Strassera fue como candidato de la UCR en lista a convencional constituyente por la Ciudad de Buenos Aires. En el 2003, Strassera se afilió al partido fundado por Leandro Alem, luego del sangriento final de la Alianza y De la Rúa. En el 2006 fue el abogado defensor de Aníbal Ibarra en el juicio político que terminó con su Gobierno luego de la tragedia de Cromañón.
En síntesis, funcionario judicial procesista, partícipe de un salvataje a los genocidas y sus cómplices, candidato de la UCR pactista con el menemismo, defensor del responsable político de un régimen corrupto que costó la vida de más de ciento noventa jóvenes, charlatán de feria del republicanismo gorila argentino. Hombre de hojalata con un traje gris, un Nisman sin glamour del radicalismo, Strassera tiene todos los pergaminos para ser ungido como un héroe de la democracia burguesa argentina.
Facundo Aguirre
Murió Julio César Strassera
Ayer, 27 de febrero, murió el ex fiscal que ganara notoriedad con el Juicio a las Juntas en 1985. Hoy los medios de difusión masiva, apenas conocida la noticia, tratan de canonizarlo como el “héroe de la democracia”. Pero ¿quién era Strassera?
Ayer, 27 de febrero, murió el ex fiscal que ganara notoriedad con el Juicio a las Juntas en 1985. Hoy los medios de difusión masiva, apenas conocida la noticia, tratan de canonizarlo como el “héroe de la democracia”. Pero ¿quién era Strassera?
El entonces presidente Raúl Alfonsín, que como Presidente de la Nación era también jefe de fiscales, nombró a Julio César Strassera (quien era fiscal desde la dictadura) para que presentara las “pruebas” contra los militares.
El fiscal no tardó en legitimar esos juicios amañados donde sólo se juzgaba a los jefes de las juntas militares, dejando impune a todos los responsables del genocidio: civiles, militares y los representantes de la Iglesia Católica. El ex fiscal, además, apuntaló la teoría de los dos demonios que construyó la CONADEP a pedido del gobierno de Alfonsín, y apoyada por el Partido justicialista. Teoría que igualaba el accionar de las organizaciones guerrilleras con el aparato estatal dominado por los militares. Reduciendo el genocidio a una guerra entre bandos. Además, el fiscal de los juicios a las Juntas, apoyó la ley de Obediencia Debida que prohibía enjuiciar al 90 por ciento de los genocidas (entre los que se encontraban Astiz y Etchecolatz) durante 17 años (1987-2004).
Pero durante la dictadura, juró por las actas del Proceso que los miembros de la Junta Militar suscribieron en el edificio Libertador, el día 24 de marzo de 1976. En esos años fue responsable de archivar las causas abiertas para investigar el asesinato de cinco curas palotinos.
Bajo el gobierno de Cristina se enfrentó a los K, cuando éstos en plena disputa con el grupo Clarín los denunciara por haberse apropiado de papel prensa durante la dictadura. El ex fiscal Strassera expresó que “no existían pruebas” de que Lidia Papaleo de Graiver hubiera sido obligada, en 1976, a firmar la entrega de las acciones de Papel Prensa a Clarín, La Nación y La Razón. La corpo lo entrevistó cada vez que necesitó de sus servicios para horadar al gobierno nacional. Mientras que los organismos de derechos humanos independientes y la izquierda denunciaban al ex fiscal por colaborador de la dictadura, defensor de la teoría de los dos demonios y la ley de Obediencia Debida.
Recientemente Strassera se sumó a la polémica que abrió Mauricio Macri cuando cuestionó a la Presidenta sobre el tema del manejo oficial de los derechos humanos. El jefe de Gobierno, había dicho que si llega a la Presidencia terminará con “el curro de los derechos humanos”. El ex fiscal salió apresurado a celebrar los dichos de Macri y sostuvo "Aplaudo lo que dijo Macri, porque dijo la verdad. Es el curro de los derechos humanos” y agregó "lo que pasó con la construcción de Schoklender y Hebe de Bonafini es un curro”.
Pero lo más terrible de sus declaraciones no tardaron en llegar, Strassera habló de las violaciones a los derechos humanos que realiza este gobierno. ¿Se refirió a los miles que no cuentan con viviendas? ¿a los crímenes de los Qom?, no. Tampoco se refirió al pueblo pobre que sufre miles de penurias, y menos aun a los hijos apropiados durante la dictadura. El ex fiscal sostuvo que “hoy en la Argentina no hay groseras violaciones de derechos humanos, salvo con los militares que tienen presos. Los derechos humanos, a mi juicio, son aún para los violadores de los derechos humanos. Y resulta que un homicida violador, con 70 años de edad va a su casa y un militar con 90 años, con una enfermedad terminal, tiene que estar detenido en la cárcel. Me parece una barbaridad”. Y en esta guerra de acusaciones cada uno dejó traslucir parte de la verdad. Strassera sostuvo que “El partido hoy gobernante avalaba la ley de autoamnistía, se negó a formar parte de la CONADEP, jamás se preocuparon por los Derechos Humanos. Nunca. Jamás. Ni Néstor Kirchner ni su mujer. Y ahora vieron el negocio y ¿ahora están desesperados por los Derechos Humanos? Me parece de una hipocresía gigantesca”.
En fin, Strassera siempre se puso al servicio de la burguesía argentina. Primero colaboró con una dictadura que para conservar el poder de la clase dominante se propuso aniquilar a una clase trabajadora que desde el Cordobazo ganaba en fuerza y combatividad y después, durante el gobierno de Alfonsín, se puso a las órdenes de éste para recomponer a las Fuerzas Armadas.
Rosa D´Alesio
Sovaldi, la voracidad de las farmacéuticas
Al año mueren 350 mil personas en el mundo por hepatitis C, pero hoy hay un medicamento muy eficaz que cura el 90 por ciento de los casos: el Sovaldi. Lo malo es que Gilead Scienses, la empresa farmacéutica que posee la patente, lo vende a un precio obsceno. En España, hay 900 mil afectados de hepatitis C y 10 mil muertos anuales, y el Sovaldi se pretendía vender a 60 mil euros por tratamiento. ¡Como un maldito automóvil de lujo!
Dentro de lo escandaloso del precio, el problema estalla cuando el Ministerio de Sanidad pretende restringir el acceso al Sovaldi sólo a casos muy graves, por razones económicas y no por criterios médicos. Finalmente Gilead acordó con Sanidad suministrar Sovaldi por 25 mil euros por tratamiento. Aún un precio abusivo y escandaloso a todas luces, sobre todo cuando los costos de producción oscilan de 50 a 100 euros por paciente de acuerdo con varios estudios.
Se trata de salvar vidas. ¿Cómo aceptar que se especule con oferta y demanda? Esa basura puede aceptarse con artículos de lujo innecesarios, pero no con la vida. Gilead es una voraz multinacional farmacéutica, creada en un paraíso fiscal, propiedad de grandes fondos de inversión mundiales con ramificaciones en la banca y trasnacionales.
Las trasnacionales de farmacia pretenden justificarse a menudo con el argumento de que dedican mucho dinero y años a la investigación para producir un nuevo medicamento, y han de cobrar caro para poder continuar investigando. Sería casi hermoso si no fuera un embuste. Vicenç Navarro, que ha trabajado años en sanidad pública de Estados Unidos, afirma que “la mayor parte de la investigación para producir un fármaco no la financia la industria farmacéutica, sino los centros de investigación públicos de Estados Unidos. La producción de los principales medicamentos se basa en los resultados de los institutos nacionales de la salud, los prestigiosos centros de investigación sanitaria del gobierno federal. La mayoría de costos de investigación no recaen en la industria farmacéutica, sino en el Estado”. Y añade que muchas empresas farmacéuticas además registran como gastos de investigación los que son de mercadotecnia, relaciones públicas y publicidad. Para hinchar más la factura final.
En España, la Coordinadora contra la Privatización de la Sanidad de Madrid asegura que el Sovaldi se desarrolló con fondos públicos. Y el blog La ciencia y sus demonios insiste en ello. Cuando se indaga sobre el financiamiento de los estudios de investigación, asegura, se averigua que todos, incluidos los básicos para el Sovaldi y otros antivirales patentados, han sido financiados durante más de 20 años por agencias públicas estadunidenses.
¿Por qué, tras financiar con dinero público la investigación básica, se transfiere al sector privado el desarrollo de los medicamentos y los beneficios monetarios? Porque el sector farmacéutico es tal vez uno de los más poderosos y de los más implacables.
El truco indecente de las farmacéuticas es registrar una molécula, una fórmula, como suya, patentarla. Y da igual si esa fórmula es fruto de su investigación, ha sido financiado con recursos públicos o la han robado a indígenas, como llevan haciendo hace décadas. Lo que les vale es que este sistema capitalista les reconoce una propiedad intocable.
De la voracidad y amoralidad de la industria farmacéutica hay mucho que hablar. Qué cabe esperar de esa industria lo indica una declaración del consejero delegado de Bayer, Marijn Dekkers, al responder por qué un fármaco suyo era muy caro: “En Bayer no desarrollamos un medicamento para los indios, sino para los pacientes occidentales que pueden permitírselo”.
Y el ganador del Premio Nobel de Química de 2009, Thomas Steitz, denunció hace tiempo que las farmacéuticas no invierten ni un centavo en investigar antibióticos que curen definitivamente, sino en medicamentos que el paciente haya de tomar toda la vida. “Muchas grandes farmacéuticas han cancelado sus investigaciones de antibióticos porque curaban a la gente y ellas quieren fármacos que haya que tomar siempre, no que curen”, declaró.
La industria farmacéutica es uno de los sectores económicos más potentes del mundo. Una lista de las 500 mayores empresas del mundo mostraba hace unos años que los beneficios de las 10 mayores farmacéuticas superaban los beneficios de las otras 490 empresas de la lista. De ello y de lo denunciado antes se deduce que son lo más voraz y amoral del actual capitalismo por desposesión.
Xavier Caño Tamayo
Dentro de lo escandaloso del precio, el problema estalla cuando el Ministerio de Sanidad pretende restringir el acceso al Sovaldi sólo a casos muy graves, por razones económicas y no por criterios médicos. Finalmente Gilead acordó con Sanidad suministrar Sovaldi por 25 mil euros por tratamiento. Aún un precio abusivo y escandaloso a todas luces, sobre todo cuando los costos de producción oscilan de 50 a 100 euros por paciente de acuerdo con varios estudios.
Se trata de salvar vidas. ¿Cómo aceptar que se especule con oferta y demanda? Esa basura puede aceptarse con artículos de lujo innecesarios, pero no con la vida. Gilead es una voraz multinacional farmacéutica, creada en un paraíso fiscal, propiedad de grandes fondos de inversión mundiales con ramificaciones en la banca y trasnacionales.
Las trasnacionales de farmacia pretenden justificarse a menudo con el argumento de que dedican mucho dinero y años a la investigación para producir un nuevo medicamento, y han de cobrar caro para poder continuar investigando. Sería casi hermoso si no fuera un embuste. Vicenç Navarro, que ha trabajado años en sanidad pública de Estados Unidos, afirma que “la mayor parte de la investigación para producir un fármaco no la financia la industria farmacéutica, sino los centros de investigación públicos de Estados Unidos. La producción de los principales medicamentos se basa en los resultados de los institutos nacionales de la salud, los prestigiosos centros de investigación sanitaria del gobierno federal. La mayoría de costos de investigación no recaen en la industria farmacéutica, sino en el Estado”. Y añade que muchas empresas farmacéuticas además registran como gastos de investigación los que son de mercadotecnia, relaciones públicas y publicidad. Para hinchar más la factura final.
En España, la Coordinadora contra la Privatización de la Sanidad de Madrid asegura que el Sovaldi se desarrolló con fondos públicos. Y el blog La ciencia y sus demonios insiste en ello. Cuando se indaga sobre el financiamiento de los estudios de investigación, asegura, se averigua que todos, incluidos los básicos para el Sovaldi y otros antivirales patentados, han sido financiados durante más de 20 años por agencias públicas estadunidenses.
¿Por qué, tras financiar con dinero público la investigación básica, se transfiere al sector privado el desarrollo de los medicamentos y los beneficios monetarios? Porque el sector farmacéutico es tal vez uno de los más poderosos y de los más implacables.
El truco indecente de las farmacéuticas es registrar una molécula, una fórmula, como suya, patentarla. Y da igual si esa fórmula es fruto de su investigación, ha sido financiado con recursos públicos o la han robado a indígenas, como llevan haciendo hace décadas. Lo que les vale es que este sistema capitalista les reconoce una propiedad intocable.
De la voracidad y amoralidad de la industria farmacéutica hay mucho que hablar. Qué cabe esperar de esa industria lo indica una declaración del consejero delegado de Bayer, Marijn Dekkers, al responder por qué un fármaco suyo era muy caro: “En Bayer no desarrollamos un medicamento para los indios, sino para los pacientes occidentales que pueden permitírselo”.
Y el ganador del Premio Nobel de Química de 2009, Thomas Steitz, denunció hace tiempo que las farmacéuticas no invierten ni un centavo en investigar antibióticos que curen definitivamente, sino en medicamentos que el paciente haya de tomar toda la vida. “Muchas grandes farmacéuticas han cancelado sus investigaciones de antibióticos porque curaban a la gente y ellas quieren fármacos que haya que tomar siempre, no que curen”, declaró.
La industria farmacéutica es uno de los sectores económicos más potentes del mundo. Una lista de las 500 mayores empresas del mundo mostraba hace unos años que los beneficios de las 10 mayores farmacéuticas superaban los beneficios de las otras 490 empresas de la lista. De ello y de lo denunciado antes se deduce que son lo más voraz y amoral del actual capitalismo por desposesión.
Xavier Caño Tamayo
¿Existió un Estado en Libia?
Como de costumbre, los vencedores de la OTAN pretenden reescribir la Historia. Según afirman, Libia nunca fue un Estado y Muammar el-Kadhafi fue un sanguinario dictador. En realidad, la Yamahiriya Árabe Libia fue creada según el modelo de los socialistas utópicos del siglo XIX, de quienes Kadhafi siempre fue un gran admirador. Se trataba, por consiguiente, de un Estado mínimo que resultó desgraciadamente incapaz de defenderse ante la agresión de la coalición imperialista.
Según el ahora presidente emérito de la República Italiana, Giorgio Napolitano, no es cierto que la guerra de 2011 destruyó el Estado libio. «Yo considero que nunca hubo en Libia un Estado, en el sentido moderno de la expresión», declaró Napolitano al hacer uso de la palabra en el Senado.
Hace sólo unos meses, el propio Napolitano había calificado Libia de «Estado fallido», un concepto creado por el Fondo para la Paz estadounidense. Pero ahora parece que lo ha pensado mejor: «Que se pueda hablar hoy de Estado fallido es algo que me deja perplejo. El ejercicio del poder autocrático y personal del presidente Kadhafi basado en un sistema de equilibrio entre la multitud de tribus no era un Estado.»
Así que, según Giorgio Napolitano, lo que había en la costa sur del Mediterráneo no era un Estado: la República Árabe de Libia, nacida en 1969 después de más de 30 años de dominación colonial italiana y de casi 20 años de monarquía espuria, inventada por Gran Bretaña y Estados Unidos. Estado que, después de abolir la monarquía, cerró en 1970 las bases estadounidenses y británicas y nacionalizó las propiedades de British Petroleum. Estado que –según reconocía el Banco Mundial en 2010– disponía de «un alto nivel de crecimiento económico», garantizando así –a pesar de las diferencias de desarrollo– el más alto nivel de vida en África y que proporcionaba trabajo a unos 2 millones de inmigrantes africanos. Estado que registraba «fuertes indicadores de desarrollo humano», entre los que se podía citar el acceso universal a la enseñanza primaria y secundaria y, para el 46% de la población, el acceso a la enseñanza universitaria. Un Estado cuyas inversiones hicieron posible el nacimiento de organismos que hubiesen podido hacer realidad la autonomía financiera de África: el Banco Africano de Inversiones (en Libia), el Banco Central Africano (en Nigeria) y el Fondo Monetario Africano (en Camerún).
Al reescribir la historia se está tratando de borrar todo eso y la Libia que existió de 1969 a 2011 se ve representada ahora como un no Estado, como una «multitud de tribus» –definición digna de una postal colonial– que se mantenían juntas únicamente por el poder de Kadhafi. Un poder que indudablemente existía, resultado de las fases históricas que Libia había atravesado, pero que se había relajado y descentralizado abriendo así la posibilidad de una evolución ulterior de la sociedad libia. Una Libia que, a raíz del levantamiento –en 2004– del embargo decretado por Estados Unidos y la Unión Europea, había reconquistado un espacio a nivel internacional.
En abril de 2009, en Washington, la secretaria de Estado Hillary Clinton estrechaba calurosamente la mano a uno de los hijos de Kadhafi mientras decía querer «profundizar y ampliar nuestra cooperación». Menos de 2 años más tarde, aquella misma Hillary Clinton iniciaba la campaña internacional contra Kadhafi, preparando así la posterior guerra.
Pero ahora, en el marco de la competencia por la próxima elección presidencial [estadounidense], los esqueletos comienzan a salir de los armarios.
Pruebas documentales, publicadas por el Washington Times y analizadas por la comisión del Congreso que investiga el asesinato del embajador de Estados Unidos perpetrado en Bengazi en 2012, demuestran que fue Hillary Clinton quien empujó la administración Obama a la guerra contra Libia «con pretextos falsos e ignorando los consejos de los comandantes militares».
En efecto, mientras la señora Clinton acusaba a Kadhafi de genocidio, las agencias de inteligencia estadounidenses indicaban en sus informes internos que «Kadhafi había dado la orden de no atacar a los civiles y de concentrarse en los rebeldes armados». Descubrimos así un informe, enviado por las autoridades libias a varios miembros del Congreso estadounidense en 2011, donde se documentan las entregas a los yihadistas libios de armas provenientes de Qatar con «la autorización de la OTAN».
En aquella época, el presidente Giorgio Napolitano declaraba que, «al no poder mantenernos indiferentes ante la reacción sanguinaria de Kadhafi», Italia se sumaba al «plan de intervención de la coalición bajo la conducción de la OTAN».
Manlio Dinucci
Il Manifesto
Patrice Lumumba: asesinato y traición en el Congo
El pasado enero se cumplieron 54 años de la muerte de Patrice Lumumba, Primer Ministro elegido por los congoleños de la historia de la República Democrática del Congo. Su asesinato, perpetrado por los intereses occidentales, entre otros, condenó al joven país independiente a una dictadura de hierro durante más de tres décadas.
El primer ministro fue nombrado héroe nacional en 1966 por orden de Mobutu Sese Seko, el mismo que llegado el momento no dudó en traicionarle. Patrice Émery Lumumba se ganó el respeto de su pueblo por su incesante lucha contra el colonialismo y sus exigencias de libertad, independencia e igualdad. Primero como periodista crítico con la situación del Congo y más tarde como activista por la independencia de su país. La batalla por estos principios dio sus frutos en 1960 cuando, inesperadamente, Bélgica entregaba la independencia al antiguo Congo Belga.
Al poco tiempo el pueblo congoleño reconoció los esfuerzos de Lumumba en las elecciones de ese mismo año, cuando fue elegido Primer Ministro. Sin embargo a su llegada al poder le esperaba un annus horribilis de dimensiones catastróficas. Por un lado, el regalo que Bélgica entregó meses antes era un caramelo envenenado: las condiciones de la independencia se basaron en que la República Democrática del Congo debía asumir la deuda belga en su territorio, por lo que el nuevo estado nacía endeudado. Esto provocó un naufragio de la economía congoleña producto del abandono belga, que retiró todos sus efectivos en los sectores de la sanidad, la educación o la administración (entre otros) sin dar tiempo a su reemplazo.
Fue traicionado en varias ocasiones y sus ideas políticas le costaron la muerte con el consentimiento de las potencias occidentales
Además, Bélgica a pesar de abandonar el Congo, no dudó un segundo en apoyar a los secesionistas de Katanga a fin de controlar las importantes fuentes minerales que allí se encontraban y de hecho llegaron a desplegar efectivos en la zona. Lumumba reclamó ante la ONU los derechos de soberanía e inviolabilidad de su territorio y exigió la expulsión inmediata de las tropas belgas. No obstante tanto la ONU como Estados Unidos dieron la espalda al gobierno congoleño, de forma que el primer ministro, en la lógica bipolar de la Guerra Fría, buscó el apoyo de la URSS.
Este acto puso en pie de guerra a sectores rebeldes en el interior del país y puso en funcionamiento a las agencias secretas de Bélgica, y sobre todo, de Estados Unidos, que no tenía ningún interés en que el corazón de África se convirtiera en un hervidero marxista que pudiera contagiar a todo un continente. A pesar de que Patrice Lumumba no comulgó con los ideales marxistas, y fue una pieza clave en el Movimiento de Países no Alineados, tuvo que tomar una decisión en una situación insostenible y donde el único aliado posible residía en Moscú.
La lista de enemigos de Patrice Lumumba no dejó de crecer desde su llegada al poder. Muchas de sus políticas no gustaron ni dentro ni fuera del país y acabaron por traicionarle. La primera de esas traiciones tuvo lugar pocos meses después de su llegada al poder, cuando el Presidente Joseph Kasa-Vubu, a través de una medida de dudosa legalidad, destituye al primer ministro y a su Gobierno.
Tras su destitución Lumumba sufrió una segunda traición: fue detenido por orden de Joseph-Désiré Mobutu, siguiendo las indicaciones de las agencias secretas de Estados Unidos y Bélgica. Sin embargo, y a pesar de que la implicación de la CIA estadounidense es evidente, el papel de algunos sectores congoleños es también innegable. Patrice Lumumba pasó sus últimos días secuestrado en algún lugar de la llanura Katangueña, sufriendo continuas torturas por parte de sus captores congoleños y europeos. Existen diferentes versiones sobre su asesinato, pero sea como fuere, el ex primer ministro fue acribillado a balazos por compatriotas congoleños el 17 de Enero de 1961 por orden de agentes europeos.
Finalmente, Patrice Émery Lumumba fue nombrado héroe nacional en 1966 por uno de aquellos que acabaron por traicionarle. Lo que Mobutu Sese Seko ignoraba es que los congoleños ya le habían reconocido ese honor muchos años antes, al convertirle en el primer ministro electo de la República Democrática del Congo, reconociendo sus esfuerzos de convertir a la RDC y a sus ciudadanos en un pueblo independiente y libre.
Pablo Arconada
Guin Guin Bali
Tecnología de la manipulación
Quienes mandan en los EEUU y detentan el poder real, también el de todo el planeta, son una manada de un centenar de locos de atar que creen que van sobrevivir al invierno atómico en los refugios construidos para este fin, por lo que buscan a como dé lugar la guerra contra Rusia, para luego despojarla de sus riquezas. Demás estar aclarar que entre ellos, sean demócratas o republicanos, no hay ni nunca hubo un sólo miembro del gobierno de Washington, que sólo se limita a cumplir sus órdenes. ¿Cómo han obtenido tal dominio en todos los ámbitos de la actividad humana? Pues porque son los dueños de Wall Street; de la gran banca mundial, en particular de la FED; de las grandes multinacionales, principalmente norteamericanas; del Complejo Militar Industrial, que está omnipresente en toda la extensión de los EEUU y para el que labora el 20% de su clase trabajadora. Son también los dueños de la gran prensa mundial, por lo que nadie en este mundo está libre de ser manipulado al antojo de estos maniacos, ya que se informa sólo de lo que este cogollo siniestro considera que debemos conocer y se encarga de convencernos de las bondades y virtudes del sistema capitalista. El periodista que desea triunfar en la gran prensa debe atenerse a cumplir sus reglas de juego y colaborar en la creación del mundo de la irrealidad y de la fantasía surrealista en que se vive, so pena de perder las prebendas que obtiene por colaborar mansamente. Con este método, la monstruosa maquinaria de propaganda que engatusa a la humanidad convence al mundo de que lo bermejo es blanco.
Si en Ecuador se multa a un periodista por difamación o en Venezuela falta jabón o en Cuba no se da facilidades a la oposición o en Argentina se suicida un juez o en Brasil se detecta corrupción en algún organismo público, el mundo entero va a conocer al detalle la versión interesada que sobre estos hechos propala la gran prensa, pero silencian en cambio que los pobres de estos países han mejorado su nivel de vida, sobre sus progresos en educación, salud o vivienda y se ocultan las barbaridades que los EEUU y sus aliados comenten alrededor del mundo. Los golpes de Estado que patrocinan, en especial este último de Venezuela, se niegan con sandeces del tipo: “Esas acusaciones, como todas las anteriores, son ridículas. Es una política de hace tiempo, Estados Unidos no apoya las transiciones políticas por medios no constitucionales. Las transiciones políticas deben deben ser democráticas, constitucionales, pacíficas y legales”. A otro perro con ese hueso, doña Jen Psaki, sus palabras sólo pueden causar la hilaridad del que tenga más de dos dedos de frente, pues el historial de ustedes en este campo es demasiado conocido. Si un periodista denuncia el genocidio de un millón de iraquíes, se lo acusa de ser un apólogo de Sadam Hussein, por lo que la mayoría prefiere callar. Se distorsiona los sucesos de Ucrania, se acusa a Rusia de haber invadido ese país sin presentar la mínima prueba y se oculta que el gobierno de Kíev es el producto de un golpe de Estado fascista auspiciado por los EEUU con el apoyo de la UE. Se presenta el conflicto del Donbás como si se diera entre ucranianos y prorrusos cuando en realidad se da entre nazis y antinazis ucranianos, que defienden sus derechos. Sobre los crímenes de guerra que los nazis de Kíev cometen en el Donbás no se sabe nada porque se emplea la mentira del silencio y no se envía periodistas a cubrir ese conflicto y se sostiene que lo que dice la prensa rebelde o la rusa es pura propaganda aunque esté documentada y testimoniada por miles de víctimas.
Conducen a ciegas al mundo hacia la Tercera Guerra Mundial porque se han tragado sus propias mentiras y no diferencian la propaganda del análisis serio ni conocen los límites de su poder real, por lo que creen poderlo abarcar todo. Pese a que los paralelismos históricos no siempre son válidos, aquí encajan muy bien las palabras de Lloyd George, ex Primer Ministro de Inglaterra, quien dijo sobre la Gran Guerra al editor del Manchester Guardian, C. P. Scott: “Si la gente realmente conociera la verdad la guerra se pararía mañana, pero por supuesto no la conocen y no pueden conocerla”. Algo así pasa en la actualidad, por lo que es buena idea confesarse y comulgar en estos días.
Rodolfo Bueno
Si en Ecuador se multa a un periodista por difamación o en Venezuela falta jabón o en Cuba no se da facilidades a la oposición o en Argentina se suicida un juez o en Brasil se detecta corrupción en algún organismo público, el mundo entero va a conocer al detalle la versión interesada que sobre estos hechos propala la gran prensa, pero silencian en cambio que los pobres de estos países han mejorado su nivel de vida, sobre sus progresos en educación, salud o vivienda y se ocultan las barbaridades que los EEUU y sus aliados comenten alrededor del mundo. Los golpes de Estado que patrocinan, en especial este último de Venezuela, se niegan con sandeces del tipo: “Esas acusaciones, como todas las anteriores, son ridículas. Es una política de hace tiempo, Estados Unidos no apoya las transiciones políticas por medios no constitucionales. Las transiciones políticas deben deben ser democráticas, constitucionales, pacíficas y legales”. A otro perro con ese hueso, doña Jen Psaki, sus palabras sólo pueden causar la hilaridad del que tenga más de dos dedos de frente, pues el historial de ustedes en este campo es demasiado conocido. Si un periodista denuncia el genocidio de un millón de iraquíes, se lo acusa de ser un apólogo de Sadam Hussein, por lo que la mayoría prefiere callar. Se distorsiona los sucesos de Ucrania, se acusa a Rusia de haber invadido ese país sin presentar la mínima prueba y se oculta que el gobierno de Kíev es el producto de un golpe de Estado fascista auspiciado por los EEUU con el apoyo de la UE. Se presenta el conflicto del Donbás como si se diera entre ucranianos y prorrusos cuando en realidad se da entre nazis y antinazis ucranianos, que defienden sus derechos. Sobre los crímenes de guerra que los nazis de Kíev cometen en el Donbás no se sabe nada porque se emplea la mentira del silencio y no se envía periodistas a cubrir ese conflicto y se sostiene que lo que dice la prensa rebelde o la rusa es pura propaganda aunque esté documentada y testimoniada por miles de víctimas.
Conducen a ciegas al mundo hacia la Tercera Guerra Mundial porque se han tragado sus propias mentiras y no diferencian la propaganda del análisis serio ni conocen los límites de su poder real, por lo que creen poderlo abarcar todo. Pese a que los paralelismos históricos no siempre son válidos, aquí encajan muy bien las palabras de Lloyd George, ex Primer Ministro de Inglaterra, quien dijo sobre la Gran Guerra al editor del Manchester Guardian, C. P. Scott: “Si la gente realmente conociera la verdad la guerra se pararía mañana, pero por supuesto no la conocen y no pueden conocerla”. Algo así pasa en la actualidad, por lo que es buena idea confesarse y comulgar en estos días.
Rodolfo Bueno
El cambio climático ya llegó
Los meteorólogos de la TV deberían decirlo fuerte y claro
El presidente Barack Obama emitió su tercer veto en los más de seis años que lleva de mandato, en rechazo del Proyecto de Ley S.1 (Proyecto de Ley del Senado Número Uno), la “Ley de aprobación del oleoducto Keystone XL”. Este fue el primer proyecto de ley aprobado por el nuevo Congreso con mayoría republicana en lo que va del año, en un intento por forzar la construcción de un oleoducto diseñado para trasladar arenas alquitranadas de Canadá a puertos estadounidenses en Texas para su exportación. Hace ya varios años que una amplia coalición internacional lucha contra el proyecto. El científico climático James Hansen, ex director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, escribió en The New York Times que si se construye el oleoducto, el clima tal como lo conocemos “será historia”.
Esta votación y este veto suceden al tiempo que gran parte de Estados Unidos se ve azotada por temperaturas extremadamente frías, con ciudades como Boston sacudidas por nevadas sin precedentes y estados sureños como Georgia experimentando la caída de nieve. Mientras tanto, la mayor parte de California se prepara para una sequía aún más fuerte. Los informativos de los canales de televisión corporativos invierten cada vez más tiempo en la cobertura del cada vez más caótico, costoso y, en ocasiones, letal clima. Pero fallan consistentemente en hacer la conexión entre las condiciones climáticas extremas y el cambio climático.
Los canales vuelcan millones de dólares en llamativos “Centros de monitoreo del clima” televisivos. Estos sets, con sus elegantes presentadores, están siendo convertidos en “Centros de monitoreo de fenómenos climáticos extremos”. Así como destacan de manera sensacionalista la expresión “condiciones climáticas extremas”, ¿por qué no destacan también los conceptos de “cambio climático” o “calentamiento global”? ¿Por qué no explican cómo el calentamiento global puede conducir a nevadas más fuertes o a temperaturas más bajas? La población depende sobre todo de la televisión para informarse, incluso en esta era de Internet. ¿De qué manera se pueden relacionar la sequía en California y el congelamiento de las Cataratas del Niágara, estando a miles de kilómetros de distancia? La gente no es tonta. La avalancha diaria de informes climáticos sensacionalistas debe incluir explicaciones de los cambios más profundos que ocurren en todo el planeta.
Basta con ver la publicidad que acompaña los informativos. A menudo vemos publicidades con gran producción, muy atrayentes, que describen lo limpia y maravillosa que es la industria de los combustibles fósiles. Pero ¿es así realmente? Veamos lo que pasó este mes mientras más de cien ciudades estadounidenses registraron temperaturas bajas récord: una explosión de una refinería de ExxonMobil al sur de Los Angeles sacudió los alrededores con el equivalente de un terremoto de magnitud 1,4. En Virginia Occidental, la “bomba” de un tren que transportaba petróleo se descarriló y explotó, encendiendo el cielo nocturno con enormes llamaradas y forzando la evacuación de dos ciudades. Dos días antes, otro tren se había descarrilado en Ontario, Canadá, y el incendio de sus vagones duró varios días.
Además de estas explosiones están las filtraciones, los derrames, la contaminación con aire tóxico que causa epidemias de asma en las comunidades afectadas. Y todas estas consecuencias de la industria de los combustibles fósiles son pequeñas cuando se las compara con la destrucción constante causada por el cambio climático, que sigue empeorando y podría llegar a ser irreversible.
El debate sobre el cambio climático ha terminado. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, ganador del premio Nobel, publicó un informe redactado por 800 científicos de 80 países, que resume los hallazgos de más de 30.000 ponencias científicas arbitradas y concluye:
“La influencia humana en el sistema climático es clara: cuanto más perturbemos nuestro clima, más nos arriesgamos a impactos graves, generalizados e irreversibles. Y tenemos los medios para limitar el cambio climático y construir un futuro más próspero y sustentable”. Comparemos esto con el puñado de científicos que niegan la realidad del cambio climático. Uno de sus paladines, Wei-Hock “Willie” Soon, del Centro de Investigaciones Astrofísicas Harvard-Smithsonian, recibió 1.200.000 dólares de la industria de combustibles fósiles, entre ellos del barón del petróleo Charles Koch, según una investigación realizada por Greenpeace y el Centro de Investigaciones Climáticas. El Dr. Soon no mencionó estas contribuciones y actualmente está siendo investigado por el Instituto Smithsoniano por posibles violaciones éticas.
Entre los que consideran que la ciencia es clara y que el debate está resuelto está nada menos que el Pentágono. Durante el gobierno de Obama, así como durante el del presidente anterior, George W. Bush, el Departamento de Defensa calificó al cambio climático como una importante amenaza a la seguridad nacional. Del mismo modo, las grandes compañías aseguradoras llevan cuidadosamente la cuenta de los desastres climáticos multimillonarios que suceden cada año, ya que estas catástrofes afectan su balance final.
Justo cuando la población necesita más información sobre estos temas, algunas de las mayores organizaciones de noticias están reduciendo el personal asignado a la cobertura del clima. El pasado mes de octubre, la NPR, la cadena de radios públicas de Estados Unidos, redujo su personal a cargo de la cobertura del ambiente y el cambio climático de cuatro personas a solamente una, que ahora trabaja a medio tiempo. En 2013, The New York Times desarticuló su equipo especializado en temas ambientales, que estaba integrado por nueve personas.
No hay eventos meteorológicos que sean por sí solos prueba del cambio climático, pero las tendencias son claras. Los meteorólogos, particularmente los de los noticieros televisivos, tienen el deber de declarar los hechos tal como son: el cambio climático es real; es una amenaza planetaria y se pueden hacer muchas cosas al respecto.
Amy Goodman y Denis Moynihan
Democracy Now!
El presidente Barack Obama emitió su tercer veto en los más de seis años que lleva de mandato, en rechazo del Proyecto de Ley S.1 (Proyecto de Ley del Senado Número Uno), la “Ley de aprobación del oleoducto Keystone XL”. Este fue el primer proyecto de ley aprobado por el nuevo Congreso con mayoría republicana en lo que va del año, en un intento por forzar la construcción de un oleoducto diseñado para trasladar arenas alquitranadas de Canadá a puertos estadounidenses en Texas para su exportación. Hace ya varios años que una amplia coalición internacional lucha contra el proyecto. El científico climático James Hansen, ex director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, escribió en The New York Times que si se construye el oleoducto, el clima tal como lo conocemos “será historia”.
Esta votación y este veto suceden al tiempo que gran parte de Estados Unidos se ve azotada por temperaturas extremadamente frías, con ciudades como Boston sacudidas por nevadas sin precedentes y estados sureños como Georgia experimentando la caída de nieve. Mientras tanto, la mayor parte de California se prepara para una sequía aún más fuerte. Los informativos de los canales de televisión corporativos invierten cada vez más tiempo en la cobertura del cada vez más caótico, costoso y, en ocasiones, letal clima. Pero fallan consistentemente en hacer la conexión entre las condiciones climáticas extremas y el cambio climático.
Los canales vuelcan millones de dólares en llamativos “Centros de monitoreo del clima” televisivos. Estos sets, con sus elegantes presentadores, están siendo convertidos en “Centros de monitoreo de fenómenos climáticos extremos”. Así como destacan de manera sensacionalista la expresión “condiciones climáticas extremas”, ¿por qué no destacan también los conceptos de “cambio climático” o “calentamiento global”? ¿Por qué no explican cómo el calentamiento global puede conducir a nevadas más fuertes o a temperaturas más bajas? La población depende sobre todo de la televisión para informarse, incluso en esta era de Internet. ¿De qué manera se pueden relacionar la sequía en California y el congelamiento de las Cataratas del Niágara, estando a miles de kilómetros de distancia? La gente no es tonta. La avalancha diaria de informes climáticos sensacionalistas debe incluir explicaciones de los cambios más profundos que ocurren en todo el planeta.
Basta con ver la publicidad que acompaña los informativos. A menudo vemos publicidades con gran producción, muy atrayentes, que describen lo limpia y maravillosa que es la industria de los combustibles fósiles. Pero ¿es así realmente? Veamos lo que pasó este mes mientras más de cien ciudades estadounidenses registraron temperaturas bajas récord: una explosión de una refinería de ExxonMobil al sur de Los Angeles sacudió los alrededores con el equivalente de un terremoto de magnitud 1,4. En Virginia Occidental, la “bomba” de un tren que transportaba petróleo se descarriló y explotó, encendiendo el cielo nocturno con enormes llamaradas y forzando la evacuación de dos ciudades. Dos días antes, otro tren se había descarrilado en Ontario, Canadá, y el incendio de sus vagones duró varios días.
Además de estas explosiones están las filtraciones, los derrames, la contaminación con aire tóxico que causa epidemias de asma en las comunidades afectadas. Y todas estas consecuencias de la industria de los combustibles fósiles son pequeñas cuando se las compara con la destrucción constante causada por el cambio climático, que sigue empeorando y podría llegar a ser irreversible.
El debate sobre el cambio climático ha terminado. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, ganador del premio Nobel, publicó un informe redactado por 800 científicos de 80 países, que resume los hallazgos de más de 30.000 ponencias científicas arbitradas y concluye:
“La influencia humana en el sistema climático es clara: cuanto más perturbemos nuestro clima, más nos arriesgamos a impactos graves, generalizados e irreversibles. Y tenemos los medios para limitar el cambio climático y construir un futuro más próspero y sustentable”. Comparemos esto con el puñado de científicos que niegan la realidad del cambio climático. Uno de sus paladines, Wei-Hock “Willie” Soon, del Centro de Investigaciones Astrofísicas Harvard-Smithsonian, recibió 1.200.000 dólares de la industria de combustibles fósiles, entre ellos del barón del petróleo Charles Koch, según una investigación realizada por Greenpeace y el Centro de Investigaciones Climáticas. El Dr. Soon no mencionó estas contribuciones y actualmente está siendo investigado por el Instituto Smithsoniano por posibles violaciones éticas.
Entre los que consideran que la ciencia es clara y que el debate está resuelto está nada menos que el Pentágono. Durante el gobierno de Obama, así como durante el del presidente anterior, George W. Bush, el Departamento de Defensa calificó al cambio climático como una importante amenaza a la seguridad nacional. Del mismo modo, las grandes compañías aseguradoras llevan cuidadosamente la cuenta de los desastres climáticos multimillonarios que suceden cada año, ya que estas catástrofes afectan su balance final.
Justo cuando la población necesita más información sobre estos temas, algunas de las mayores organizaciones de noticias están reduciendo el personal asignado a la cobertura del clima. El pasado mes de octubre, la NPR, la cadena de radios públicas de Estados Unidos, redujo su personal a cargo de la cobertura del ambiente y el cambio climático de cuatro personas a solamente una, que ahora trabaja a medio tiempo. En 2013, The New York Times desarticuló su equipo especializado en temas ambientales, que estaba integrado por nueve personas.
No hay eventos meteorológicos que sean por sí solos prueba del cambio climático, pero las tendencias son claras. Los meteorólogos, particularmente los de los noticieros televisivos, tienen el deber de declarar los hechos tal como son: el cambio climático es real; es una amenaza planetaria y se pueden hacer muchas cosas al respecto.
Amy Goodman y Denis Moynihan
Democracy Now!
Gobiernos progresistas y movimientos sociales, un reencuentro imprescindible
Los procesos políticos progresistas que han venido hegemonizando el escenario latinoamericano los últimos quince años viven momentos cruciales. Cuestiones que afectan al eje vertebrador de las identidades programáticas e históricas de las fuerzas que componen estos gobiernos están encima de la mesa, tornándose objeto de disputa, no sólo frente a los enemigos de los procesos, situados en la derecha, el neoliberalismo y, en no pocos casos, en el golpismo, sino también en el ámbito interno de las complejas redes y movimientos que han venido ejerciendo un rol de sostén externo de las políticas de esta oleada progresista, y que suponen su expresión más genuinamente popular.
El 11 de diciembre de 2014, el Ministerio de Inclusión Económica y Social de Ecuador trasladaba a la CONAIE, organización que encabezó con altas dosis de combatividad la resistencia al modelo neoliberal en los años noventa, la finalización del derecho de usufructo del que gozaba sobre su histórica sede en Quito, lo que se ha interpretado como un ataque motivado por sus posturas críticas respecto a la línea de priorización de grandes proyectos de desarrollo que parece ganar peso, no sin debate, en el seno del ejecutivo de Correa en los últimos tiempos.
En Brasil, tras un proceso electoral caracterizado por la convulsión derivada de las protestas desencadenadas en los prolegómenos del Mundial, y en el que la victoria del PT se produjo por un margen del 3%, el nombramiento de Joaquim Levy como ministro de Hacienda ha levantado una oleada de críticas en los sectores que han venido apoyando el proceso por la izquierda, dada la orientación abiertamente neoliberal que se prevé que se le imprimirá a un ministerio estratégico. El nuevo ejecutivo cuenta también con una ministra de Agricultura, Katia Abreu, ligada al agronegocio y a la patronal del sector, y frontalmente enemistada con uno de los sostenes históricos del Partido de los Trabajadores: el MST.
Son dos ejemplos que ilustran la encrucijada histórica que enfrentan la práctica totalidad de procesos progresistas.
Una de las claves del éxito de estos procesos estriba en la capacidad para trazar amplias alianzas sociales que incluyan, además de los sectores históricamente excluidos por el modelo depredador de capitalismo dependiente, a parte importante de las capas intermedias, así como a sectores del mundo de la empresa perjudicados por el proceso de financiarización y desindustrialización acelerada de la economía, derivado de la implementación del esquema neoliberal y de ajuste estructural durante los ochenta y noventa. Esto habría posibilitado la generación de amplios consensos en torno al rechazo de un modelo que sólo beneficiaba a una élite oligárquica, la cual a su vez quedó, en la práctica totalidad de países de la región, aislada políticamente por su identificación con un esquema de gobierno que se había demostrado nefasto para los intereses del común de la ciudadanía.
Aun así, el sostén más sólido de los procesos en curso lo encontramos en los sectores populares históricamente más afectados por el modelo: indígenas, trabajadoras informales, desocupadas, pequeño campesinado y proletariado rural, etc. La CONAIE, que en los noventa tumbó tres gobiernos neoliberales en Ecuador; las organizaciones cocaleras, en cuyo seno fermentó el liderazgo de Evo Morales y que, junto con la luchas contra la privatización del agua y del gas de principios del siglo XXI, gestaron el magma popular que dio la victoria al MAS en 2006; piqueteras, desocupadas y pequeñas ahorradoras en Argentina; el MST, a la vanguardia de una movilización que cristalizaría en la victoria de Lula en 2002, y que hizo de la ocupación de tierras un modelo de desobediencia referencial para la izquierda mundial.
Esto es, la estrecha ligazón entre la movilización encabezada por los sectores populares más castigados por el ajuste neoliberal y las posteriores victorias electorales de la izquierda que han dado lugar al ciclo posneoliberal en América Latina. No se puede entender este ciclo (ni las conquistas que ha supuesto en materia de políticas sociales en favor de sectores hasta entonces absolutamente desprotegidos, de recomposición de los equilibrios de poder respecto a las transnacionales y los poderes financieros en términos de fortalecimiento de la soberanía, o de introducción de la cuestión medioambiental en las perspectivas gubernamentales), si no partimos del papel protagonista y catalizador de los movimientos sociales.
Es la agenda promovida por estos movimientos y su asunción por los gobiernos de cambio lo que permitió la cristalización de programas de ruptura con el modelo dominante, situando en el centro de las prioridades estratégicas oficiales la superación del esquema primario-exportador ligado a la extracción masiva de recursos, generador de insostenibles impactos socioambientales y responsable de un deterioro de los términos de intercambio que da lugar a la perpetuación de asimetrías estructurales en el marco de los flujos globales de comercio e inversión. Esto es especialmente manifiesto en aquellos países en los que la cosmovisión indígena está más presente, y en los que los movimientos sociales han impregnado con la misma la acción gubernamental, como Ecuador y Bolivia.
En la actualidad, dada la caída de los precios internacionales de las materias primas, la reducción de los ingresos obtenidos de la exportación está generando dificultades a los gobiernos para sostener los programas sociales que precisan las mayorías empobrecidas. Asimismo, la alianza con sectores sociales intermedios y empresariales genera imperativos políticos que, en un contexto de reducción de recursos, pueden resultar incompatibles con las exigencias derivadas de un programa de ruptura de modelo, generándose disfunciones en la implementación de medidas ligadas al paradigma del Buen Vivir o del Socialismo del Siglo XXI, dos de los marcos conceptuales que referencian las propuestas impulsadas desde los movimientos sociales.
En esta encrucijada histórica, surgen propuestas de abandono de los elementos más rupturistas, abogando por hacer de la necesidad virtud y convertir la extracción y exportación de materias primas en el eje de la acción de gobierno, renunciando a medio plazo a la modificación de la matriz productiva. La reacción desde los movimientos sociales apunta a un resquebrajamiento de la sintonía y la unidad de acción con los gobiernos, al percibir un deslizamiento en favor de estos grupos sociales de extracción menos popular en el seno de las alianzas que sustentan a los mismos, expresado en las dificultades y dudas para profundizar en elementos programáticos originalmente vinculado a los proyectos de gobierno.
En esta coyuntura crucial, es necesario dotar de un nuevo impulso estratégico a los procesos en marcha, cuya derrota en favor del retorno a esquemas neoliberales (que reaparecen en la región aprovechando las dificultades) supondría una catástrofe para unas clases subalternas que disfrutan de derechos humanos básicos que les eran negados y que se han tornado sujeto político consciente y hegemónico, en un proceso de empoderamiento colectivo que no puede ser tirado por la borda pese a las dificultades. Para ello es necesario recuperar el diálogo y la sintonía gobierno-movimientos, pues estos constituyen la base social más sólida y fiable de los proyectos de cambio al representar genuinamente al pueblo despojado por la barbarie neoliberal.
Gorka Martija, investigador del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad
El 11 de diciembre de 2014, el Ministerio de Inclusión Económica y Social de Ecuador trasladaba a la CONAIE, organización que encabezó con altas dosis de combatividad la resistencia al modelo neoliberal en los años noventa, la finalización del derecho de usufructo del que gozaba sobre su histórica sede en Quito, lo que se ha interpretado como un ataque motivado por sus posturas críticas respecto a la línea de priorización de grandes proyectos de desarrollo que parece ganar peso, no sin debate, en el seno del ejecutivo de Correa en los últimos tiempos.
En Brasil, tras un proceso electoral caracterizado por la convulsión derivada de las protestas desencadenadas en los prolegómenos del Mundial, y en el que la victoria del PT se produjo por un margen del 3%, el nombramiento de Joaquim Levy como ministro de Hacienda ha levantado una oleada de críticas en los sectores que han venido apoyando el proceso por la izquierda, dada la orientación abiertamente neoliberal que se prevé que se le imprimirá a un ministerio estratégico. El nuevo ejecutivo cuenta también con una ministra de Agricultura, Katia Abreu, ligada al agronegocio y a la patronal del sector, y frontalmente enemistada con uno de los sostenes históricos del Partido de los Trabajadores: el MST.
Son dos ejemplos que ilustran la encrucijada histórica que enfrentan la práctica totalidad de procesos progresistas.
Una de las claves del éxito de estos procesos estriba en la capacidad para trazar amplias alianzas sociales que incluyan, además de los sectores históricamente excluidos por el modelo depredador de capitalismo dependiente, a parte importante de las capas intermedias, así como a sectores del mundo de la empresa perjudicados por el proceso de financiarización y desindustrialización acelerada de la economía, derivado de la implementación del esquema neoliberal y de ajuste estructural durante los ochenta y noventa. Esto habría posibilitado la generación de amplios consensos en torno al rechazo de un modelo que sólo beneficiaba a una élite oligárquica, la cual a su vez quedó, en la práctica totalidad de países de la región, aislada políticamente por su identificación con un esquema de gobierno que se había demostrado nefasto para los intereses del común de la ciudadanía.
Aun así, el sostén más sólido de los procesos en curso lo encontramos en los sectores populares históricamente más afectados por el modelo: indígenas, trabajadoras informales, desocupadas, pequeño campesinado y proletariado rural, etc. La CONAIE, que en los noventa tumbó tres gobiernos neoliberales en Ecuador; las organizaciones cocaleras, en cuyo seno fermentó el liderazgo de Evo Morales y que, junto con la luchas contra la privatización del agua y del gas de principios del siglo XXI, gestaron el magma popular que dio la victoria al MAS en 2006; piqueteras, desocupadas y pequeñas ahorradoras en Argentina; el MST, a la vanguardia de una movilización que cristalizaría en la victoria de Lula en 2002, y que hizo de la ocupación de tierras un modelo de desobediencia referencial para la izquierda mundial.
Esto es, la estrecha ligazón entre la movilización encabezada por los sectores populares más castigados por el ajuste neoliberal y las posteriores victorias electorales de la izquierda que han dado lugar al ciclo posneoliberal en América Latina. No se puede entender este ciclo (ni las conquistas que ha supuesto en materia de políticas sociales en favor de sectores hasta entonces absolutamente desprotegidos, de recomposición de los equilibrios de poder respecto a las transnacionales y los poderes financieros en términos de fortalecimiento de la soberanía, o de introducción de la cuestión medioambiental en las perspectivas gubernamentales), si no partimos del papel protagonista y catalizador de los movimientos sociales.
Es la agenda promovida por estos movimientos y su asunción por los gobiernos de cambio lo que permitió la cristalización de programas de ruptura con el modelo dominante, situando en el centro de las prioridades estratégicas oficiales la superación del esquema primario-exportador ligado a la extracción masiva de recursos, generador de insostenibles impactos socioambientales y responsable de un deterioro de los términos de intercambio que da lugar a la perpetuación de asimetrías estructurales en el marco de los flujos globales de comercio e inversión. Esto es especialmente manifiesto en aquellos países en los que la cosmovisión indígena está más presente, y en los que los movimientos sociales han impregnado con la misma la acción gubernamental, como Ecuador y Bolivia.
En la actualidad, dada la caída de los precios internacionales de las materias primas, la reducción de los ingresos obtenidos de la exportación está generando dificultades a los gobiernos para sostener los programas sociales que precisan las mayorías empobrecidas. Asimismo, la alianza con sectores sociales intermedios y empresariales genera imperativos políticos que, en un contexto de reducción de recursos, pueden resultar incompatibles con las exigencias derivadas de un programa de ruptura de modelo, generándose disfunciones en la implementación de medidas ligadas al paradigma del Buen Vivir o del Socialismo del Siglo XXI, dos de los marcos conceptuales que referencian las propuestas impulsadas desde los movimientos sociales.
En esta encrucijada histórica, surgen propuestas de abandono de los elementos más rupturistas, abogando por hacer de la necesidad virtud y convertir la extracción y exportación de materias primas en el eje de la acción de gobierno, renunciando a medio plazo a la modificación de la matriz productiva. La reacción desde los movimientos sociales apunta a un resquebrajamiento de la sintonía y la unidad de acción con los gobiernos, al percibir un deslizamiento en favor de estos grupos sociales de extracción menos popular en el seno de las alianzas que sustentan a los mismos, expresado en las dificultades y dudas para profundizar en elementos programáticos originalmente vinculado a los proyectos de gobierno.
En esta coyuntura crucial, es necesario dotar de un nuevo impulso estratégico a los procesos en marcha, cuya derrota en favor del retorno a esquemas neoliberales (que reaparecen en la región aprovechando las dificultades) supondría una catástrofe para unas clases subalternas que disfrutan de derechos humanos básicos que les eran negados y que se han tornado sujeto político consciente y hegemónico, en un proceso de empoderamiento colectivo que no puede ser tirado por la borda pese a las dificultades. Para ello es necesario recuperar el diálogo y la sintonía gobierno-movimientos, pues estos constituyen la base social más sólida y fiable de los proyectos de cambio al representar genuinamente al pueblo despojado por la barbarie neoliberal.
Gorka Martija, investigador del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad
Malcom X sigue aquí. Una historia de cine
Es verdad que el potente movimiento del “nacionalismo negro” en los EEUU fue derrotado, neutralizado por la represión pero también integrado. Pero no lo es menos que esta derrota no fue, no pudo ser, definitiva ya que los factores sociales y políticos fundamentales, siguieron presentes. Una muestra de ello lo tenemos en los acontecimientos recientes, otra en la revalorización de algunos de sus portavoces. En primer lugar, del más radical: Malcom X. El hombre que proclamó: Nuestro objetivo es la libertad completa, la libertad completa, la igualdad completa. Por todos los medios necesarios”.
Como es sabido, en su trazos generales, el movimiento por los derechos civiles y por los derechos integrales de los afronorteamericanos, se dividió entre una mayoría que apostó por las vías pacíficas, en tanto que una minoría importante entendió que esto no era suficiente. El debate ha seguido abierto por ese Guadiana que ha seguido siendo la resistencia a la prepotencia racista desde entonces más refinada y se ha manifestado bajo diversos formatos. Uno de ellos, sin duda el que más nos ha llegado entre nosotros, ha sido el cine. Lo fue en su momento y lo siguió siendo. Entre los diversos cineastas que han abordado el asunto de la lucha de esa minoría que es neta mayoría en las cárceles, ha sido Spike Lee, tan interesante como discutido y discutible.
Spike Lee fue el que llevó las imágenes de la “autobiografía” de Malcom X a las pantallas de todo el mundo, a todas las casas. No fue lo que se dice una empresa fácil, requirió mucho esfuerzo, el más importante fue conseguir un buen guión. Durante años barajó diversas propuestas, la primera y la más importante fue el escrito por James Baldwin cuando los acontecimientos aún estaban frescos. Hubo otra tentativa por parte del prestigioso Calder Willingham habitual de Kubrick. Por su parte Sidney Lumet, un representante de la “izquierda dura” (así tildaban las autoridades neoliberales a los irreductibles), le encargó una adaptación al incisivo y brillante David Mamet, pero el proyecto les venía muy grande, las condiciones todavía no estaban dadas. Se habla de otro escrito por Charles Fuller, el guionista de Historia de un soldado, una de las mejores películas de Norman Jewison, arquetipo de la “izquierda blanda”, pero muy sensible a la cuestión antirracista.
Spike Lee que siguió persistiendo en el proyecto durante años, rescató el de James Baldwin, el mejor escritor afro de su generación. Baldwin sabía muy bien de que iba el tema, conocía a Alex Haley jr., el autor que construyó la “autobiografía” de Malcom y célebre autor de Raíces, la serie que fue mil leguas más allá que Hollywood en la reconstrucción histórica de la trata de negros, con toda seguridad la página más infame de la historia humana, clave para entender la situación ulterior del continente africano. James Baldwin también había tratado con Malcolm X; incluso podría llegar a decirse que eran buenos amigos. Lee declaró sobre él “…no creo que haya mejor escritor que Baldwin para capturar el espíritu de Harlem y sus gentes. Creció en Harlem, era un afroamericano, reconocido defensor de los derechos humanos y un gran escritor". Tenía todos los ingredientes. El único punto en el que el guión flaqueaba era en el último acto, donde debería quedar perfectamente explicada la ruptura entre Malcolm X y Elijah Muhammad. O sea el único que llegaba hasta el final de la cuestión. Sin embargo, el guión definitivo lo firmó el propio Spike Lee en colaboración del blackliste Arnold Perl, entre otras cosas, coautor del guión de El Graduado. Eso sí, ambos se apoyaron en el de Baldwin, y buscaron un enfoque más espectacular. El referente era el gran ccine de David Lean, una gran producción que no se olvidaba de los personajes.
El estreno de Malcolm X en 1992 causó una auténtica sensación. Sus enemigos eran los que ahora dominaban el escenario económico, político y mediático, se quedaron muy sorprendidos. Creían que ya se habían echado siete llaves sobre la tumba de Malcom X, un tipo que no permitía palabras bonitas y halagos a los herederos como en el caso de Martín Luther King, quien también tuvo su película pero que no molestó a nadie. Se limitaron a rebajar los contenidos y no pasó nada. En su trabajo, Spike Lee demostró que habían trabajado los perfiles, la documentación, pero sobre todo que no admitía ninguna rebaja. El punto de mira estaba en las luchas de los sesenta, de ahí la presencia de Nelson Mandela ya preocupado por contener la radicalidad de los movimientos por abajo. El propósito de Lee era llevar a la pantalla la más fiel y completa visión de la figura del líder negro, algo que, en su opinión, “el paso del tiempo no ha hecho más que ayudarme. Sabemos quiénes fueron los asesinos…” Ahora podían llegar hasta el final, recrear ante las cámaras qué fue lo que provocó la ruptura entre Malcolm X y Elijah Muhammad», continúa Lee.
Tanto un empeño como otro se apoyan en la Aulobiografía de Malcolm X tal como fue narrada a Alex Haley, por lo tanto, parten de un profundo respeto al libro de Haley, que es lo mismo que decir que lo hacen a las propias palabras de Malcolm X que pudo revisar el original. Por su parte, el autor de Haz lo que debas, procuró ofrecer un mayor dinamismo a un proyecto de 2001, que habría sido más largo de no interponerse la Warner, por motivos propios pero –a mi juicio- razonables: la película habría quedado mucho mejor como una miniserie televisiva, lástima que no se haya pensado en un nuevo montaje.
En un principio, Lee pretendió regir de los esquemas del biopic, lo suyo es incuestionablemente un homenaje, un alegato pensado para su tiempo, para lo que ya estaba sucediendo, sucedería y sucederá. Su propósito combativo está bien claro, también lo está que, a pesar de sus limitaciones, es que lo consiguió. No es poca cosa que las sucesivas generaciones puedan acceder al conocimiento vivo, rico e intenso de uno de los personajes más emblemáticos de su tiempo, alguien que iluminó su época como lo hicieron Patricio Lumumba, Martín Luther King, Ché Guevara, etcétera. Alguien que era demasiado integro, demasiado lúcido, demasiado combativo para que pudiera caminar por las avenidas de Nueva York sin que una de esas tramas que también saben cocinar en Washington, acabara con él.
Pepe Gutiérrez-Álvarez
Como es sabido, en su trazos generales, el movimiento por los derechos civiles y por los derechos integrales de los afronorteamericanos, se dividió entre una mayoría que apostó por las vías pacíficas, en tanto que una minoría importante entendió que esto no era suficiente. El debate ha seguido abierto por ese Guadiana que ha seguido siendo la resistencia a la prepotencia racista desde entonces más refinada y se ha manifestado bajo diversos formatos. Uno de ellos, sin duda el que más nos ha llegado entre nosotros, ha sido el cine. Lo fue en su momento y lo siguió siendo. Entre los diversos cineastas que han abordado el asunto de la lucha de esa minoría que es neta mayoría en las cárceles, ha sido Spike Lee, tan interesante como discutido y discutible.
Spike Lee fue el que llevó las imágenes de la “autobiografía” de Malcom X a las pantallas de todo el mundo, a todas las casas. No fue lo que se dice una empresa fácil, requirió mucho esfuerzo, el más importante fue conseguir un buen guión. Durante años barajó diversas propuestas, la primera y la más importante fue el escrito por James Baldwin cuando los acontecimientos aún estaban frescos. Hubo otra tentativa por parte del prestigioso Calder Willingham habitual de Kubrick. Por su parte Sidney Lumet, un representante de la “izquierda dura” (así tildaban las autoridades neoliberales a los irreductibles), le encargó una adaptación al incisivo y brillante David Mamet, pero el proyecto les venía muy grande, las condiciones todavía no estaban dadas. Se habla de otro escrito por Charles Fuller, el guionista de Historia de un soldado, una de las mejores películas de Norman Jewison, arquetipo de la “izquierda blanda”, pero muy sensible a la cuestión antirracista.
Spike Lee que siguió persistiendo en el proyecto durante años, rescató el de James Baldwin, el mejor escritor afro de su generación. Baldwin sabía muy bien de que iba el tema, conocía a Alex Haley jr., el autor que construyó la “autobiografía” de Malcom y célebre autor de Raíces, la serie que fue mil leguas más allá que Hollywood en la reconstrucción histórica de la trata de negros, con toda seguridad la página más infame de la historia humana, clave para entender la situación ulterior del continente africano. James Baldwin también había tratado con Malcolm X; incluso podría llegar a decirse que eran buenos amigos. Lee declaró sobre él “…no creo que haya mejor escritor que Baldwin para capturar el espíritu de Harlem y sus gentes. Creció en Harlem, era un afroamericano, reconocido defensor de los derechos humanos y un gran escritor". Tenía todos los ingredientes. El único punto en el que el guión flaqueaba era en el último acto, donde debería quedar perfectamente explicada la ruptura entre Malcolm X y Elijah Muhammad. O sea el único que llegaba hasta el final de la cuestión. Sin embargo, el guión definitivo lo firmó el propio Spike Lee en colaboración del blackliste Arnold Perl, entre otras cosas, coautor del guión de El Graduado. Eso sí, ambos se apoyaron en el de Baldwin, y buscaron un enfoque más espectacular. El referente era el gran ccine de David Lean, una gran producción que no se olvidaba de los personajes.
El estreno de Malcolm X en 1992 causó una auténtica sensación. Sus enemigos eran los que ahora dominaban el escenario económico, político y mediático, se quedaron muy sorprendidos. Creían que ya se habían echado siete llaves sobre la tumba de Malcom X, un tipo que no permitía palabras bonitas y halagos a los herederos como en el caso de Martín Luther King, quien también tuvo su película pero que no molestó a nadie. Se limitaron a rebajar los contenidos y no pasó nada. En su trabajo, Spike Lee demostró que habían trabajado los perfiles, la documentación, pero sobre todo que no admitía ninguna rebaja. El punto de mira estaba en las luchas de los sesenta, de ahí la presencia de Nelson Mandela ya preocupado por contener la radicalidad de los movimientos por abajo. El propósito de Lee era llevar a la pantalla la más fiel y completa visión de la figura del líder negro, algo que, en su opinión, “el paso del tiempo no ha hecho más que ayudarme. Sabemos quiénes fueron los asesinos…” Ahora podían llegar hasta el final, recrear ante las cámaras qué fue lo que provocó la ruptura entre Malcolm X y Elijah Muhammad», continúa Lee.
Tanto un empeño como otro se apoyan en la Aulobiografía de Malcolm X tal como fue narrada a Alex Haley, por lo tanto, parten de un profundo respeto al libro de Haley, que es lo mismo que decir que lo hacen a las propias palabras de Malcolm X que pudo revisar el original. Por su parte, el autor de Haz lo que debas, procuró ofrecer un mayor dinamismo a un proyecto de 2001, que habría sido más largo de no interponerse la Warner, por motivos propios pero –a mi juicio- razonables: la película habría quedado mucho mejor como una miniserie televisiva, lástima que no se haya pensado en un nuevo montaje.
En un principio, Lee pretendió regir de los esquemas del biopic, lo suyo es incuestionablemente un homenaje, un alegato pensado para su tiempo, para lo que ya estaba sucediendo, sucedería y sucederá. Su propósito combativo está bien claro, también lo está que, a pesar de sus limitaciones, es que lo consiguió. No es poca cosa que las sucesivas generaciones puedan acceder al conocimiento vivo, rico e intenso de uno de los personajes más emblemáticos de su tiempo, alguien que iluminó su época como lo hicieron Patricio Lumumba, Martín Luther King, Ché Guevara, etcétera. Alguien que era demasiado integro, demasiado lúcido, demasiado combativo para que pudiera caminar por las avenidas de Nueva York sin que una de esas tramas que también saben cocinar en Washington, acabara con él.
Pepe Gutiérrez-Álvarez
La Iglesia y sus dineros
El cardenal de la ciudad alemana de Colonia, Rainer Maria Woelki, ha pegado el grito de alarma ante la enorme crisis de la Iglesia Católica en toda Europa. Y propone, como única solución a la crisis en que se vive, que los católicos se reúnan y tomen fuerza en pequeñas comunidades. Dijo textualmente: “Formar e integrar comunidades de la fe. Necesitamos tales tanques de la creencia que nos salven de la enorme crisis en que vivimos”. Y agregó: “Esas instituciones se convertirán en lugares pastorales que se unirán a los colegios, los lugares para niños y las escuelas. Así mantendremos los lazos con la familia”. El cardenal expresó que los domingos sólo concurre a misa entre el 7 y el 12 por ciento de los ciudadanos anotados como católicos. Los domingos, las iglesias están semivacías. El cardenal comenzó su disertación con las palabras de Cristo en la Cruz: “Dios mío, mi Dios, por qué me has abandonado”. Las palabras del cardenal provocaron gran inquietud en la comunidad católica alemana. Es que, por primera vez, un cardenal dice palabras tan duras y realistas sobre la situación mundial del catolicismo. Sin ninguna duda, la Iglesia en sí tiene que cambiar su política hacia adentro y hacia afuera. El obispo Woelki salió a la palestra a dar el grito de alarma: “No tengo dudas de que la Iglesia Católica debe cambiar. Volver a las bases, sus bases. Mucho fue muy estable en nuestras vidas, lo que hoy necesitamos es una nueva forma de Iglesia que nos lleve a asegurar la calidad del trabajo pastoral”. En la más grande diócesis de Alemania, la del Rin, cayó el número de miembros de la Iglesia Católica, desde 1980 a 2013, de medio millón de fieles a 200.000. Y la concurrencia a misa es de apenas el diez por ciento. Y el cardenal agregó: “Si queremos una Iglesia con futuro no tenemos que refugiarnos en la jaula del pasado”. Señaló que “hay que unir todas las tareas en la Iglesia, desde el jardín de infantes hasta Cáritas, desde el cuidado del alma hasta las conserjerías de las escuelas y hasta los hospitales”. Y volvió a insistir en la formación de pequeños grupos de doctrina.
El catolicismo pierde adherentes, pero es una de las instituciones más poderosas en dinero del mundo. Por ejemplo, el Obispado de Renania declaró el pasado año poseer fondos por 3350 millones de euros. La mayor parte de ellos está invertido en negocios financieros, alrededor de 2400 millones de euros. Su posesión en propiedades fue calculada oficialmente en 646 millones de euros. Para el 2015, la Iglesia Católica espera ganancias de 595 millones de euros. En total, en 2013, tuvo entradas por 831 millones de euros, principalmente en papeles de la Bolsa y ganancias por inmuebles. El Estado alemán paga a la Iglesia Católica, por mantener sus escuelas, tres millones de euros y también paga parte de los sueldos de los trabajadores que realizan tareas para la Iglesia.
El Obispado sostiene que su trabajo se realiza sin estar orientado a ganancias, pero sus negocios del pasado año cerraron con una suma positiva de 59 millones de euros.
Las cifras lo dicen todo: en 2013, la Iglesia Católica del Obispado de Colonia declaró una fortuna de 3350 millones de euros. Si comparamos eso con lo que ganó el hombre más rico del mundo, Bill Gates, que tiene una fortuna de 63.000 millones de euros, no nos quedan palabras.
Pero, a pesar de ese dinero y de ese poder, el número de católicos en Alemania va disminuyendo día por día. La juventud no acompaña a las religiones. A medida que fallecen los ancianos que concurrían a misa van quedando vacíos los bancos de las iglesias. Un futuro, pues, pleno de interrogantes.
Lo mismo ocurre con las librerías, pero por motivos económicos. En Alemania vemos con dolor que no pasa un día sin que cierre una librería. Claro, el libro es reemplazado por la pantalla. Siempre una librería menos en las grandes ciudades. El libro dejó de ser protagonista pese a la defensa sin fronteras a que es sometido el tema por los intelectuales. Y entonces vienen las grandes penas, una fuente de sabiduría menos. Estas deberían ser financiadas por la sociedad misma. Da pena ver estos templos de la cultura tan visitados antes, hoy casi vacíos. Sí. La sociedad debería defenderlas con todas sus fuerzas y medios. Por eso ha causado verdadera indignación que la Iglesia Católica, propietaria del local de la librería más conocida de Frankfurt, de casi un siglo de existencia, haya conminado a sus libreros a dejar el local que les alquilaba porque se negaron a pagar un aumento del alquiler. La librería se llama Carolus y era el lugar más querido de escritores y lectores. Que la existencia de las librerías dependa del alquiler del local es increíble. Es una historia de la superficialidad, declaró un representante de la asociación de libreros. Actualmente se piensan leyes que defiendan la existencia de librerías y que no dependan de la suba de los alquileres de los locales. Allí sería importante la intervención del Estado a través de sus organismos de la Cultura. Otras iniciativas establecen que sea el Estado el que expropie los locales de las librerías y financie los alquileres. La cultura del libro debe sobrevivir. Así como hay que mantener los bancos de las plazas. Defender la calidad de vida e impedir que el ser humano se convierta en un sonámbulo de la pantalla.
Osvaldo Bayer
Desde Bonn, Alemania
viernes, febrero 27, 2015
Syriza y PODEMOS: ¿gramscianos o althusserianos?
Se habla mucho del eurocomunismo y de la herencia gramsci-togliattiana de Syriza y PODEMOS. Se dice incluso que PODEMOS basa su discurso y política en "los postulados de Antonio Gramsci" (un Gramsci deformado hasta el extremo por Laclau y Mouffe).
En cambio, yo diría, sin miedo a ser extravagante, que estos muchachos son más "althusserianos" que gramscianos. Y esto debe tomarse en un sentido más metafórico que conceptual (aunque veremos que la metáfora se basa en algo real).
En su libro de 1974, La Lección de Althusser (LOM Ediciones, Santiago de Chile, 2013), Jacques Rancière (influenciado por la experiencia de la "revolución cultural" china y del propio Mayo francés) realizaba una crítica del pensamiento del intelectual "díscolo" del PCF y concluía que el "althusserismo" era un "pensamiento del orden".
Oponiendo la ciencia contra la ideología y la línea correcta del "partido de la clase obrera" contra los estudiantes "izquierdistas y pequeño-burgueses", Althusser ponía en práctica una defensa del orden universitario tanto como de la burocracia del PCF, contra la revuelta del `68 y contra todo espíritu subversivo en general.
La idea de "lucha de clases en la teoría" aparece en este contexto como la máxima expresión de la reivindicación de la división de trabajo manual e intelectual y el reaseguro de la posición más cómoda para los intelectuales dentro de ella. Una especie de stalinismo culto que se dedica a distinguir ideas burguesas de proletarias "científicamente", mientras en la práctica convalida la labor gris del aparato burocrático.
La crítica de Rancière fue lapidaria y tenía un momento de especial lucidez cuando analizaba la formulación por Althusser de la poco feliz teoría de los Aparatos Ideológicos del Estado (que tantos perjuicios generara al marxismo como beneficios a los asaltantes de cargos públicos, lo voy a repetir hasta el hartazgo).
Rancière observaba que, después de que el movimiento del Mayo francés hubiera puesto en cuestión el rol de las instituciones educativas en la reproducción de la ideología dominante (incluyendo a los intelectuales del PCF), Althusser descubre como algo novedoso los Aparatos Ideológicos del Estado, formulación que según él tendría algún tipo de antecedente en la temática gramsciana de la organización de la cultura (a la que remeda pobremente). Se preguntaba entonces Rancière cómo podía ser que la teoría surgiera de otra teoría y no del movimiento de lucha real. Y concluye que, consecuente con su "pensamiento del orden", Althusser procedía con el siguiente presupuesto: El 68 no existió.
El 68 no existió: Otro motivo para considerar a Althusser mucho más cerca de Benedetto Croce que el propio Gramsci, a quien Althusser acusaba de "crocianismo".
El libro de Rancière es muy interesante y sirve como disparador no solamente para comprender contextualizadamente el "althusserismo" sino también para reflexionar en líneas generales sobre la trayectoria de los PC’s de Occidente.
Porque el moderantismo ("pensamiento del orden") fue un rasgo común tanto al PCF, como al PCI, como al PCE. Santiago Carrillo, dirigente histórico del PCE lo resumió bien en una entrevista con Pablo Iglesias al referirse al rol del PCE en la salida del franquismo: "garantizamos la transición a la democracia y evitamos una nueva guerra civil" (la frase no es textual, pero dice más o menos eso). El PCI, por su parte, jugó un rol conservador en el "largo ’68" italiano, expulsando a los que llamaban en sus filas a apoyar las luchas obreras, como a los fundadores de Il Manifesto en 1970.
Los simpatizantes abiertos o solapados del stalinismo pueden decir "otra vez los trotskistas denunciando la traición". Sin embargo, creo que no pasa por ahí. No estamos analizando el accionar de una burocracia que es "muy mala" sino la colonización de las organizaciones obreras tradicionales por obra y gracia del capitalismo (a la que la burocracia fue funcional).
Porque si el Estado de Bienestar representaba un compromiso entre la burguesía y la clase obrera de las metrópolis para conceder algunos importantes derechos a cambio de que no haya nuevas revoluciones, lo cual a su vez daba fuerza a los PC de Europa occidental, el compromiso no era eterno y la burguesía, en lugar de agradecer a los stalinistas los servicios prestados, fue por un objetivo más ambicioso: asimilar totalmente las organizaciones reformistas en regímenes políticos conservadores.
La evolución "moderada" de los PC en la segunda posguerra (que podemos resumir un poco groseramente en la frase "del Frente Popular a la Unidad Nacional") más que la genialidad de grandes estrategas (como ahora nos quieren hacer creer) expresa esta presión creada por la "guerra de conquista" llevada adelante por el capitalismo sobre las organizaciones obreras tradicionales.
Visto desde este ángulo, el "eurocomunismo" no sería una tentativa novedosa de combinar democracia y socialismo, sino un salto en la "socialdemocratización" de los PC, correlativa con la "neoliberalización" de los viejos PS.
Ahora bien ¿qué clase de lectura sobre el último ascenso obrero y de la juventud que tuvo lugar en el viejo continente expresa la reivindicación actual del eurocomunismo?
Mi respuesta sería: Una lectura "moderada", que pone la mirada en el momento pretendidamente ecuménico e invisibiliza el de la lucha.
Y puede resumirse precisamente en la frase con que Rancière sintetizaba el "pensamiento del orden" de Althusser: El 68 no existió.
Podríamos agregar: porque si hubiera existido no podríamos reivindicar a los Partidos Comunistas y su eurocomunismo.
El problema, con todo, no es la interpretación del pasado (sin duda importante), sino la estrategia a llevar adelante en el presente. Como puede verse tanto en el discurso de Iglesias, como en la política que está llevando adelante el gobierno de Tsipras, la frase El 68 no existió tiene hoy un contenido muy concreto: la prioridad de los acuerdos y maniobras por arriba, por sobre la movilización de la clase trabajadora y el pueblo desde abajo, incluso para defender su propio programa de reformas.
En resumen, un pos-togliattismo que tiene más deuda con el "pensamiento del orden" de Althusser que con "la lucha por la hegemonía" gramsciana.
Juan Dal Maso
Artículo publicado originalmente en el Blog: Los galos de Asterix
El cinismo de los medios internacionales, la derecha continental y del imperialismo con respecto a Venezuela
Venezuela no solo se ha visto tensionada en lo que se refiere a la situación interna, sino que ha estado en el centro de la atención de los medios mundiales, la derecha proimperialista del continente y de otras regiones del mundo con el imperialismo yanqui a la cabeza, cuyo centro ha sido terciar apoyando férreamente a favor de la derecha proimperialista local buscando condenar al Gobierno nacional con un completo cinismo que no tiene parangón, que demuestra que no le interesan realmente los derechos democráticos de los pueblos, sino aprovechar cualquier situación en función de sus intereses reaccionarios y de sometimiento.
Los medios internacionales exigiendo injerencia en Venezuela
A nivel internacional, medios de mucho peso y de incidencia en las decisiones en las políticas de los principales gobiernos y centros de poder, han salido con líneas políticas buscando influir en los gobiernos de países centrales ya sea para que se interfiera directamente en los asuntos internos de Venezuela como también para presionar cada vez más para que se busque el aislamiento del Gobierno de Maduro. Así desde la revista estadounidense Foreing Policy, en un artículo titulado “A Crackdown in Caracas”, publicado luego que el arresto del alcalde opositor derechista Antonio Ledezma tensionara la situación nacional, planteaba el 23/02 que este hecho “marca una nueva senda peligrosa en la escalada de la crisis política y económica de Venezuela, cuya solución se vuelve más difícil de visualizar con cada semana que pasa”, planteando que por la política que lleva a cabo Maduro “hace que sea prácticamente imposible para los venezolanos abordar los desafíos de su país por su propia cuenta” en clara alusión a la injerencia extranjera, rematando que “la respuesta de la comunidad internacional a la reciente ofensiva ha sido mediocre , con la mayoría de los países que expresan ‘preocupación’ por el aumento de la polarización de Venezuela, sin llegar a condenar al gobierno de plano”. Y el miércoles publicaba otro artículo titulado “The Curse of Chávez’s Ghost”, pero este más referente a la situación económica planteando que “la Venezuela de Nicolás Maduro se está cayendo a pedazos”.
El 22/02, el New York Times publicaba un ostensivo artículo cuyo título se prefiguraba amenazante “Amid a Slump, a Crackdown for Venezuela”, apunta hacia acciones severas contra Venezuela, y donde defiende al Gobierno de Obama de las acusaciones que le hace Maduro, planteando que “el Departamento de Estado ha impugnado las denuncias del Sr. Maduro”, y “que Estados Unidos no está promoviendo disturbios en Venezuela”. Dos días después el New York Times, publicaba un editorial titulado “Conspiracy Claims in Venezuela” en el que llamaba a ““Articular una opción atractiva y viable para un gobierno autoritario y errático como el del Sr. Maduro... Con tantos líderes de la oposición enfrentando cargos, obviamente, no será una tarea fácil. Pero si la comunidad internacional continúa defendiendo esta causa, e insista que una elección justa sea llevada a cabo, podría ser posible”, y planteando que “Los temores de un golpe de estado del Sr. Maduro parecen ser una estrategia de desviación por un estadista maniático que es incapaz de hacer frente al pésimo estado de la economía de su país”.
Por su parte, el influyente diario financiero de Nueva York, The Wall Street Journal, publicaba este jueves también un Editorial titulado “Meltdown in Venezuela”, en el que plantea que "ya es hora de que Estados Unidos y sus aliados comiencen a llamar por su nombre a la tiranía que hay en Venezuela" sugiriendo su aislamiento para buscar debilitarlo. Del otro lado del atlántico, el semanario The Economist, de Inglaterra, en su edición impresa que comienza a circular este fin de semana publica un artículo titulado “A slow-motion coup” en el que plantea que “el régimen ‘bolivariano’ de Venezuela se tambalea del autoritarismo a la dictadura” y que “la oposición merece ayuda” sugiriendo que si no se consigue la liberación de Ledezma y Leopoldo López se debe “suspender Venezuela de organizaciones regionales, como la Unión Sudamericana, que exigen a sus miembros que sean democracias”.
Por su parte, el diario El País del Estado Español, en su edición de este viernes 27, publica un Editorial titulado “Ayudar a Venezuela” en el que sostiene que “Si los actores internos son incapaces, no ya de alcanzar una solución sino de ponerse en el camino correcto para lograrlo, al menos deberían escuchar propuestas y atender a los gestos que les llegan desde el exterior”. Y así, se pueden ir sumando más medios internacionales, en un coro de voces que procuran políticas agresivas contra Venezuela.
El papel del imperialismo y la derecha continental
El jefe del Departamento de Estado, de Estados Unidos, declaraba este miércoles ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes que "Venezuela sigue marchando en la dirección equivocada y tomando las opciones equivocadas", en un segundo llamado de atención al país, reiterando por otra parte que “Estamos trabajando en este momento con el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento del Tesoro, para implementar las previsiones de la ley de sanciones, y nos estamos moviendo lo más rápido posible. He elevado el problema sobre Venezuela a líderes de la región”. Ya el viernes de la semana pasada el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, había declarado que “el Departamento de Estado están controlando de cerca esta situación y consideran herramientas que puedan estar disponibles que encaucen al Gobierno de Venezuela en la dirección hacia la que ellos creen que debería dirigirse". Y solamente en lo que va del año, el gobierno de Obama ha emitido más de 50 declaraciones de carácter injerencista en lo que va del año.
En esta línea se fueron expresando una serie de partidos del continente en solidaridad con la derecha venezolana, en general alineados en el derechismo, así el día de ayer “El pleno de la Cámara de Diputados de Brasil aprobó una ‘moción de repudio’ contra el Gobierno de Venezuela”, una moción fue presentada por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), incluso votó a favor el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del vicepresidente del país, Michel Temer. Por su parte, en México, los senadores del conservador Partido Acción Nacional (PAN) “consideran necesaria una visita de jefes de Estado a Venezuela para promover el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, al mismo tiempo adelantaban que “impulsarán en el Senado esta misma semana un punto de acuerdo para exhortar al Gobierno federal a tomar medidas más contundentes en el papel que asume en el contexto internacional”, exhortando que “la OEA asuma un papel activo ante la crisis del país sudamericano”.
Desde Uruguay, Luis Lacalle Pou, líder del Partido Nacional (PN), principal fuerza opositora de Uruguay, le reclamaba al gobierno de Mujica el guardar silencio y no repudiar al Gobierno de Maduro, y ser "contundente con lo que está pasando en Venezuela en todos los organismos internacionales”. Y así se podrían ir enumerando una serie de dirigentes políticos del continente expresándose en el mismo tono, como el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, el dirigente político argentino Sergio Massa, el ex presidente chileno Sebastián Piñera, el ex presidente Andrés Pastrana, entre muchos otros.
En Europa, la Eurocámara, abrirá un debate sobre situación en Venezuela a petición del Partido Popular Europeo, al que seguirá una resolución por escrito que los eurodiputados votarán en marzo en Estrasburgo. Este mismo miércoles también el llamado “Club de Madrid” que agrupa a ex Jefes de Estado y de Gobierno de 60 países, según ellos mismos declaran, también llamaron a condenar al Gobierno venezolano, en el mismo momento que lo hacía la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, esposa del ex presidente del Gobierno español José María Aznar (quien también se había expresado en condenar al Gobierno de Maduro), en un Foro de Intercambio entre Alcaldes Españoles y Alcaldes de América Latina.
Las cuentas con el Gobierno de Maduro solo le corresponden al pueblo trabajador
Hay un cinismo del imperialismo y la derecha continental que frente a gobiernos de derecha y alineados con el imperialismo que son campeones en violar los derechos humanos y represores del pueblo trabajador, como el caso más reciente de México donde está reciente el escandaloso caso de la desaparición de 43 estudiantes con la responsabilidad del Estado, no vemos este nivel de condena unánime ni de “preocupación” por los derechos humanos. Lo que demuestra de fondo que no le interesan realmente los derechos democráticos de los pueblos sino aprovechar cualquier circunstancia para condenar a un gobierno que no se alinea con los dictámenes imperialistas.
Es claro que no se puede avalar de manera alguna la represión gubernamental, como lo hemos sostenido y argumentado en todo momento, pues esto implica el fortalecimiento de la fuerzas de represión del Estado, la misma fuerza que es descargada, con más saña incluso, contra las luchas de la clase obrera y el pueblo pobre de nuestro país. Pero no se le debe otorga ninguna validez ni potestad alguna al imperialismo estadounidense para pretender ser los ‘sancionadores’ del gobierno venezolano en pos de apoyar a una fracción burguesa que aspira a gobernar el país como es la MUD, y que seguramente hará un gobierno igual o peor de violador de los derechos democráticos.
El pueblo trabajador, los campesinos, los sectores de las barriadas populares, son los que vienen padeciendo una situación que cada vez más les golpea sus ingresos, en medio de la escasez y el desabastecimiento, y sobre ellos es que se viene descargando una crisis que no generaron. Por parte del Gobierno de Maduro, como ya hemos venido escribiendo en este diario, las medidas propuestas en curso no son más que ajustes por etapas hasta el momento, pero se hacen sentir, además de devaluaciones en curso que hacen bajar fuertemente los ingresos populares y el salario real. La oposición derechista aglutinada en la MUD, conclama por planes económicos para “salir de la crisis” que están en dirección de profundizar los ajustes que ya viene aplicando el Gobierno.
Las cuentas con las violaciones de los derechos democráticos, con los corruptos funcionarios del gobierno nacional y sus actos de represión -que caen siempre con más saña sobre la clase trabajadora-, las habrá de ajustar solo el pueblo trabajador de nuestro país, no los gobiernos de la burguesía imperialista norteamericana ni la derecha internacional.
Milton D’León
Caracas
Los medios internacionales exigiendo injerencia en Venezuela
A nivel internacional, medios de mucho peso y de incidencia en las decisiones en las políticas de los principales gobiernos y centros de poder, han salido con líneas políticas buscando influir en los gobiernos de países centrales ya sea para que se interfiera directamente en los asuntos internos de Venezuela como también para presionar cada vez más para que se busque el aislamiento del Gobierno de Maduro. Así desde la revista estadounidense Foreing Policy, en un artículo titulado “A Crackdown in Caracas”, publicado luego que el arresto del alcalde opositor derechista Antonio Ledezma tensionara la situación nacional, planteaba el 23/02 que este hecho “marca una nueva senda peligrosa en la escalada de la crisis política y económica de Venezuela, cuya solución se vuelve más difícil de visualizar con cada semana que pasa”, planteando que por la política que lleva a cabo Maduro “hace que sea prácticamente imposible para los venezolanos abordar los desafíos de su país por su propia cuenta” en clara alusión a la injerencia extranjera, rematando que “la respuesta de la comunidad internacional a la reciente ofensiva ha sido mediocre , con la mayoría de los países que expresan ‘preocupación’ por el aumento de la polarización de Venezuela, sin llegar a condenar al gobierno de plano”. Y el miércoles publicaba otro artículo titulado “The Curse of Chávez’s Ghost”, pero este más referente a la situación económica planteando que “la Venezuela de Nicolás Maduro se está cayendo a pedazos”.
El 22/02, el New York Times publicaba un ostensivo artículo cuyo título se prefiguraba amenazante “Amid a Slump, a Crackdown for Venezuela”, apunta hacia acciones severas contra Venezuela, y donde defiende al Gobierno de Obama de las acusaciones que le hace Maduro, planteando que “el Departamento de Estado ha impugnado las denuncias del Sr. Maduro”, y “que Estados Unidos no está promoviendo disturbios en Venezuela”. Dos días después el New York Times, publicaba un editorial titulado “Conspiracy Claims in Venezuela” en el que llamaba a ““Articular una opción atractiva y viable para un gobierno autoritario y errático como el del Sr. Maduro... Con tantos líderes de la oposición enfrentando cargos, obviamente, no será una tarea fácil. Pero si la comunidad internacional continúa defendiendo esta causa, e insista que una elección justa sea llevada a cabo, podría ser posible”, y planteando que “Los temores de un golpe de estado del Sr. Maduro parecen ser una estrategia de desviación por un estadista maniático que es incapaz de hacer frente al pésimo estado de la economía de su país”.
Por su parte, el influyente diario financiero de Nueva York, The Wall Street Journal, publicaba este jueves también un Editorial titulado “Meltdown in Venezuela”, en el que plantea que "ya es hora de que Estados Unidos y sus aliados comiencen a llamar por su nombre a la tiranía que hay en Venezuela" sugiriendo su aislamiento para buscar debilitarlo. Del otro lado del atlántico, el semanario The Economist, de Inglaterra, en su edición impresa que comienza a circular este fin de semana publica un artículo titulado “A slow-motion coup” en el que plantea que “el régimen ‘bolivariano’ de Venezuela se tambalea del autoritarismo a la dictadura” y que “la oposición merece ayuda” sugiriendo que si no se consigue la liberación de Ledezma y Leopoldo López se debe “suspender Venezuela de organizaciones regionales, como la Unión Sudamericana, que exigen a sus miembros que sean democracias”.
Por su parte, el diario El País del Estado Español, en su edición de este viernes 27, publica un Editorial titulado “Ayudar a Venezuela” en el que sostiene que “Si los actores internos son incapaces, no ya de alcanzar una solución sino de ponerse en el camino correcto para lograrlo, al menos deberían escuchar propuestas y atender a los gestos que les llegan desde el exterior”. Y así, se pueden ir sumando más medios internacionales, en un coro de voces que procuran políticas agresivas contra Venezuela.
El papel del imperialismo y la derecha continental
El jefe del Departamento de Estado, de Estados Unidos, declaraba este miércoles ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes que "Venezuela sigue marchando en la dirección equivocada y tomando las opciones equivocadas", en un segundo llamado de atención al país, reiterando por otra parte que “Estamos trabajando en este momento con el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento del Tesoro, para implementar las previsiones de la ley de sanciones, y nos estamos moviendo lo más rápido posible. He elevado el problema sobre Venezuela a líderes de la región”. Ya el viernes de la semana pasada el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, había declarado que “el Departamento de Estado están controlando de cerca esta situación y consideran herramientas que puedan estar disponibles que encaucen al Gobierno de Venezuela en la dirección hacia la que ellos creen que debería dirigirse". Y solamente en lo que va del año, el gobierno de Obama ha emitido más de 50 declaraciones de carácter injerencista en lo que va del año.
En esta línea se fueron expresando una serie de partidos del continente en solidaridad con la derecha venezolana, en general alineados en el derechismo, así el día de ayer “El pleno de la Cámara de Diputados de Brasil aprobó una ‘moción de repudio’ contra el Gobierno de Venezuela”, una moción fue presentada por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), incluso votó a favor el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del vicepresidente del país, Michel Temer. Por su parte, en México, los senadores del conservador Partido Acción Nacional (PAN) “consideran necesaria una visita de jefes de Estado a Venezuela para promover el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, al mismo tiempo adelantaban que “impulsarán en el Senado esta misma semana un punto de acuerdo para exhortar al Gobierno federal a tomar medidas más contundentes en el papel que asume en el contexto internacional”, exhortando que “la OEA asuma un papel activo ante la crisis del país sudamericano”.
Desde Uruguay, Luis Lacalle Pou, líder del Partido Nacional (PN), principal fuerza opositora de Uruguay, le reclamaba al gobierno de Mujica el guardar silencio y no repudiar al Gobierno de Maduro, y ser "contundente con lo que está pasando en Venezuela en todos los organismos internacionales”. Y así se podrían ir enumerando una serie de dirigentes políticos del continente expresándose en el mismo tono, como el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, el dirigente político argentino Sergio Massa, el ex presidente chileno Sebastián Piñera, el ex presidente Andrés Pastrana, entre muchos otros.
En Europa, la Eurocámara, abrirá un debate sobre situación en Venezuela a petición del Partido Popular Europeo, al que seguirá una resolución por escrito que los eurodiputados votarán en marzo en Estrasburgo. Este mismo miércoles también el llamado “Club de Madrid” que agrupa a ex Jefes de Estado y de Gobierno de 60 países, según ellos mismos declaran, también llamaron a condenar al Gobierno venezolano, en el mismo momento que lo hacía la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, esposa del ex presidente del Gobierno español José María Aznar (quien también se había expresado en condenar al Gobierno de Maduro), en un Foro de Intercambio entre Alcaldes Españoles y Alcaldes de América Latina.
Las cuentas con el Gobierno de Maduro solo le corresponden al pueblo trabajador
Hay un cinismo del imperialismo y la derecha continental que frente a gobiernos de derecha y alineados con el imperialismo que son campeones en violar los derechos humanos y represores del pueblo trabajador, como el caso más reciente de México donde está reciente el escandaloso caso de la desaparición de 43 estudiantes con la responsabilidad del Estado, no vemos este nivel de condena unánime ni de “preocupación” por los derechos humanos. Lo que demuestra de fondo que no le interesan realmente los derechos democráticos de los pueblos sino aprovechar cualquier circunstancia para condenar a un gobierno que no se alinea con los dictámenes imperialistas.
Es claro que no se puede avalar de manera alguna la represión gubernamental, como lo hemos sostenido y argumentado en todo momento, pues esto implica el fortalecimiento de la fuerzas de represión del Estado, la misma fuerza que es descargada, con más saña incluso, contra las luchas de la clase obrera y el pueblo pobre de nuestro país. Pero no se le debe otorga ninguna validez ni potestad alguna al imperialismo estadounidense para pretender ser los ‘sancionadores’ del gobierno venezolano en pos de apoyar a una fracción burguesa que aspira a gobernar el país como es la MUD, y que seguramente hará un gobierno igual o peor de violador de los derechos democráticos.
El pueblo trabajador, los campesinos, los sectores de las barriadas populares, son los que vienen padeciendo una situación que cada vez más les golpea sus ingresos, en medio de la escasez y el desabastecimiento, y sobre ellos es que se viene descargando una crisis que no generaron. Por parte del Gobierno de Maduro, como ya hemos venido escribiendo en este diario, las medidas propuestas en curso no son más que ajustes por etapas hasta el momento, pero se hacen sentir, además de devaluaciones en curso que hacen bajar fuertemente los ingresos populares y el salario real. La oposición derechista aglutinada en la MUD, conclama por planes económicos para “salir de la crisis” que están en dirección de profundizar los ajustes que ya viene aplicando el Gobierno.
Las cuentas con las violaciones de los derechos democráticos, con los corruptos funcionarios del gobierno nacional y sus actos de represión -que caen siempre con más saña sobre la clase trabajadora-, las habrá de ajustar solo el pueblo trabajador de nuestro país, no los gobiernos de la burguesía imperialista norteamericana ni la derecha internacional.
Milton D’León
Caracas
Hablar de “Cincuenta sombras de Grey”, es hablar de la violencia de género
“Lo preocupante del contenido de esta película es el no reconocer los actos abusivos en la dinámica relacional entre un hombre y una mujer, y sin ser capaces de cuestionar la imposición (…) poniendo la figura de mujer como un objeto, validando la violencia y reproduciéndose los estereotipos”.
Desde hace algún tiempo, hemos venido escuchando la famosa novela “Cincuenta Sombras de Gray” la que hace unos meses fue llevada a los cines, siendo una de las películas más vistas de los últimos tiempos.
La película nos muestra a un multimillonario, guapo, conquistador, con un amplio reportorio sexual, el que habría tenido experiencias traumáticas sexuales en la infancia y satisface sus deseos sexuales a través de juegos erotizados bajo la dinámica amo – sumisa, quien se enamora de una mujer pobre, virgen, de 23 años, estudiante y trabajadora, con historia de abandono en la infancia quien habría sido criada por un padrastro, porque su madre vivía ya con su cuarta pareja. Entonces me pareció una extraña película de amor.
Ahora bien, esta introducción analizada desde el enfoque de género, nos habla de una película que tiende a reproducir los estereotipos masculinos y femeninos entendidos como creencias sobre las características de los roles típicos que los hombres y las mujeres tienen que tener y desarrollar en una etnia, cultura o en una sociedad marcando una evolución diferente para hombres y mujeres justificando, muchas veces, una discriminación hacia estas últimas. Estas diferencias, se trasforman en dificultades que dentro del proceso de socialización nos separan de los hombres atribuyendo más poder a los hombres y desvaloración a las mujeres.
Christian y Anastasia, personajes principales del films, son una pareja cuya dinámica relacional está basada en una relación de poder desigual entre él y ella la que podríamos denominar “Violencia de Género”. Y lo podemos reconocer desde un inicio de la película, donde las tácticas y estrategias de seducción basadas en el poder y la dominación de Christian Grey a Anastasia llaman la atención: por ejemplo, a partir de una entrevista realizada por ella al multimillonario, éste luego se aparezca en el trabajo de Anastasia, una modesta ferretería y durante una fiesta ella se encuentre bebiendo alcohol y él llega a salvarla separándola drásticamente de sus amistades.
Él la ama tanto que la quiere proteger, Christian poco a poco, comienza a controlar la vida de la protagonista, separándola de sus amigos y familia, aislándola socialmente. Le dice cómo actuar, beber, comer, tipos de anticonceptivos y manipular hacía sus placeres sexuales.
El control como prueba de amor. Christian se aparece en los lugares menos pensados, a la protagonista le coarta el hablar, a la expresión, opinar, soñar, …como de la nada le regala un notebook e instala en su hogar sin su autorización y vende su único medio de trasporte su auto ¿sin preguntarle antes?
La violencia de género, se refiere a todo acto que se ejerce contra la mujer por el simple hecho de serlo y que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual, psicológico o emocional, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, independiente que esto se de en el ámbito público o privado.
Esta película enseña a las mujeres que el dolor y la sumisión son eróticos, y a los hombres que las mujeres quieren un hombre que las controle. Perpetuando los estándares de abuso peligrosos y sin embargo se le presenta como una historia romántica y erótica para las mujeres”.
Lo preocupante del contenido de esta película es el no reconocer los actos abusivos en la dinámica relacional entre un hombre y una mujer, y sin ser capaces de cuestionar la imposición, el poder disfrazados a través de encantos seductores y actos eróticos mercantiles, poniendo la figura de mujer como un objeto, validando la violencia y reproduciéndose los estereotipos de los cuales nos ha costado siglos deconstruir.
La propuesta de un “contrato” de Christian a Anastasia para tener una relación entre ambos cuyas expectativas eran desiguales, pues ella seducida por la belleza de Crhistian, el dinero y condición de salvador acepta sus condiciones. Algunas cláusulas del contrato que muestra la película: Anastasia debía comer lo que la nutricionista de Grey indique, los anticonceptivos deberían ser sugeridos por la ginecóloga de él, que no debía consumir alcohol y las relaciones sexuales solo serían con él y en el ámbito de la sexualidad negociar con la posición amo – sumisa. Estos indicadores son el el claro ejercicio de la violencia que refleja la asimetría existente en las relaciones de poder entre hombres y mujeres, que perpetúa la subordinación y desvalorización de lo femenino frente a lo masculino.
En las escenas erotizadas Christian, inmensamente millonario, se presenta como “la fantasía sexual” más interesante para las mujeres. Pero realmente es una persona gravemente dañada. Es nuestra sociedad podríamos decir que fue víctima de violación, ya que a los 15 años mantuvo una relación sumisa-dominante con una amiga de su madre, que como afirma, le dejó “perdido y con 50 sombras”.
Durante la película las escenas eróticas muestran a Anastasia como una “mujer objeto”, pues ella nunca tuvo la posibilidad de practicar los juegos sexuales hacía Christian, ella debía acomodarse y ceder a sus placeres sexuales. La violencia y la sexualidad no tienen la misma raíz, porque no son lo mismo, en realidad son opuestos, placer y abuso son vivencias contrarias, sentirse querida y sentirse usada, sentirse dueña de sí misma y propiedad del otro son contrario, no se debe permitir que estas sensaciones se mezclen.
Cada mujer debe buscar y experimentar lo que desea y que ese proceso de experiencia propia le dirá si está bien o mal para ella. Es la propia mujer la que debe descubrir y elegir lo que le gusta pero a la vez asumir la plena responsabilidad de los actos a nivel personal como social. Estos actos eróticos mercantiles y la violencia se relacionan pues se ejerce una sexualidad violenta y machista. Promueve la imagen de la mujer esclava y del hombre poderoso y activo.
Es por eso que esta película y su contenido reproductor de roles estereotipados entre un hombre y una mujer de cuya relación evidencia la violencia de género deben ser cuestionadas pues daña y no nos deja ser libres. En todas las sociedades del mundo han hecho de la erotización una mercantilización dirigida a estimular el placer sexual.
La mercantilización del placer no solo significa vender y comprar, sino que del proceso creativo personal y que esté ligado más bien a los estímulos de los medios de comunicación, cuyas imágenes son violencias, machistas, racistas y destructivas ligando el placer sexual al sometimiento de la mujer esto se presenta como sin voluntad propia cuyo objeto debe satisfacer deseos violentos de quien se somete.
Es por eso la invitación a reflexionar sobre los motivos del record de venta de las “Sombras de Grey” y a pensar que nos pasa a mujeres y hombres al sobrevalorar estos actos de seducción con indicadores tan abusivos, controladores y manipuladores sindicados como “actos de amor” en una sociedad que parecía haber deconstruido los roles tradicionales y estereotipados, donde la Convención para la Eliminación de todas formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) suscrita en muchos países había generado la creación de políticas públicas para erradicación de la violencia en contra de la mujer, sin embargo, observamos a través de la opinión pública y record de venta de la novela y película que la violencia aún se mantiene perpetuando el abuso, control y la manipulación como parte de las relaciones entre hombres y mujeres.
Jovania Lizana Cortés
El Desconcierto
Desde hace algún tiempo, hemos venido escuchando la famosa novela “Cincuenta Sombras de Gray” la que hace unos meses fue llevada a los cines, siendo una de las películas más vistas de los últimos tiempos.
La película nos muestra a un multimillonario, guapo, conquistador, con un amplio reportorio sexual, el que habría tenido experiencias traumáticas sexuales en la infancia y satisface sus deseos sexuales a través de juegos erotizados bajo la dinámica amo – sumisa, quien se enamora de una mujer pobre, virgen, de 23 años, estudiante y trabajadora, con historia de abandono en la infancia quien habría sido criada por un padrastro, porque su madre vivía ya con su cuarta pareja. Entonces me pareció una extraña película de amor.
Ahora bien, esta introducción analizada desde el enfoque de género, nos habla de una película que tiende a reproducir los estereotipos masculinos y femeninos entendidos como creencias sobre las características de los roles típicos que los hombres y las mujeres tienen que tener y desarrollar en una etnia, cultura o en una sociedad marcando una evolución diferente para hombres y mujeres justificando, muchas veces, una discriminación hacia estas últimas. Estas diferencias, se trasforman en dificultades que dentro del proceso de socialización nos separan de los hombres atribuyendo más poder a los hombres y desvaloración a las mujeres.
Christian y Anastasia, personajes principales del films, son una pareja cuya dinámica relacional está basada en una relación de poder desigual entre él y ella la que podríamos denominar “Violencia de Género”. Y lo podemos reconocer desde un inicio de la película, donde las tácticas y estrategias de seducción basadas en el poder y la dominación de Christian Grey a Anastasia llaman la atención: por ejemplo, a partir de una entrevista realizada por ella al multimillonario, éste luego se aparezca en el trabajo de Anastasia, una modesta ferretería y durante una fiesta ella se encuentre bebiendo alcohol y él llega a salvarla separándola drásticamente de sus amistades.
Él la ama tanto que la quiere proteger, Christian poco a poco, comienza a controlar la vida de la protagonista, separándola de sus amigos y familia, aislándola socialmente. Le dice cómo actuar, beber, comer, tipos de anticonceptivos y manipular hacía sus placeres sexuales.
El control como prueba de amor. Christian se aparece en los lugares menos pensados, a la protagonista le coarta el hablar, a la expresión, opinar, soñar, …como de la nada le regala un notebook e instala en su hogar sin su autorización y vende su único medio de trasporte su auto ¿sin preguntarle antes?
La violencia de género, se refiere a todo acto que se ejerce contra la mujer por el simple hecho de serlo y que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual, psicológico o emocional, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, independiente que esto se de en el ámbito público o privado.
Esta película enseña a las mujeres que el dolor y la sumisión son eróticos, y a los hombres que las mujeres quieren un hombre que las controle. Perpetuando los estándares de abuso peligrosos y sin embargo se le presenta como una historia romántica y erótica para las mujeres”.
Lo preocupante del contenido de esta película es el no reconocer los actos abusivos en la dinámica relacional entre un hombre y una mujer, y sin ser capaces de cuestionar la imposición, el poder disfrazados a través de encantos seductores y actos eróticos mercantiles, poniendo la figura de mujer como un objeto, validando la violencia y reproduciéndose los estereotipos de los cuales nos ha costado siglos deconstruir.
La propuesta de un “contrato” de Christian a Anastasia para tener una relación entre ambos cuyas expectativas eran desiguales, pues ella seducida por la belleza de Crhistian, el dinero y condición de salvador acepta sus condiciones. Algunas cláusulas del contrato que muestra la película: Anastasia debía comer lo que la nutricionista de Grey indique, los anticonceptivos deberían ser sugeridos por la ginecóloga de él, que no debía consumir alcohol y las relaciones sexuales solo serían con él y en el ámbito de la sexualidad negociar con la posición amo – sumisa. Estos indicadores son el el claro ejercicio de la violencia que refleja la asimetría existente en las relaciones de poder entre hombres y mujeres, que perpetúa la subordinación y desvalorización de lo femenino frente a lo masculino.
En las escenas erotizadas Christian, inmensamente millonario, se presenta como “la fantasía sexual” más interesante para las mujeres. Pero realmente es una persona gravemente dañada. Es nuestra sociedad podríamos decir que fue víctima de violación, ya que a los 15 años mantuvo una relación sumisa-dominante con una amiga de su madre, que como afirma, le dejó “perdido y con 50 sombras”.
Durante la película las escenas eróticas muestran a Anastasia como una “mujer objeto”, pues ella nunca tuvo la posibilidad de practicar los juegos sexuales hacía Christian, ella debía acomodarse y ceder a sus placeres sexuales. La violencia y la sexualidad no tienen la misma raíz, porque no son lo mismo, en realidad son opuestos, placer y abuso son vivencias contrarias, sentirse querida y sentirse usada, sentirse dueña de sí misma y propiedad del otro son contrario, no se debe permitir que estas sensaciones se mezclen.
Cada mujer debe buscar y experimentar lo que desea y que ese proceso de experiencia propia le dirá si está bien o mal para ella. Es la propia mujer la que debe descubrir y elegir lo que le gusta pero a la vez asumir la plena responsabilidad de los actos a nivel personal como social. Estos actos eróticos mercantiles y la violencia se relacionan pues se ejerce una sexualidad violenta y machista. Promueve la imagen de la mujer esclava y del hombre poderoso y activo.
Es por eso que esta película y su contenido reproductor de roles estereotipados entre un hombre y una mujer de cuya relación evidencia la violencia de género deben ser cuestionadas pues daña y no nos deja ser libres. En todas las sociedades del mundo han hecho de la erotización una mercantilización dirigida a estimular el placer sexual.
La mercantilización del placer no solo significa vender y comprar, sino que del proceso creativo personal y que esté ligado más bien a los estímulos de los medios de comunicación, cuyas imágenes son violencias, machistas, racistas y destructivas ligando el placer sexual al sometimiento de la mujer esto se presenta como sin voluntad propia cuyo objeto debe satisfacer deseos violentos de quien se somete.
Es por eso la invitación a reflexionar sobre los motivos del record de venta de las “Sombras de Grey” y a pensar que nos pasa a mujeres y hombres al sobrevalorar estos actos de seducción con indicadores tan abusivos, controladores y manipuladores sindicados como “actos de amor” en una sociedad que parecía haber deconstruido los roles tradicionales y estereotipados, donde la Convención para la Eliminación de todas formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) suscrita en muchos países había generado la creación de políticas públicas para erradicación de la violencia en contra de la mujer, sin embargo, observamos a través de la opinión pública y record de venta de la novela y película que la violencia aún se mantiene perpetuando el abuso, control y la manipulación como parte de las relaciones entre hombres y mujeres.
Jovania Lizana Cortés
El Desconcierto
“El fin del socialismo real”: Respuesta de Adolfo Sánchez Vázquez a Octavio Paz
Debate entre Adolfo Sánchez Vázquez y Octavio Paz realizado en 1990 durante el Encuentro “La experiencia de la libertad”. Video recuperado en el homenaje por el centenario de Adolfo Sánchez Vázquez.
Argentina y Brasil: derechas gemelas
La derecha latinoamericana nunca estuvo tan débil. Pierde sucesivamente elecciones en países como Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela, El Salvador. Nunca estuvo tanto tiempo desalojada del gobierno en esos países como ha estado en este siglo.
Las trasformaciones sociales llevadas a cabo por los gobiernos de esos países, los avances en los procesos de integración independientes respecto a los Estados Unidos de América (EUA), la recuperación del rol activo del Estado, han llevado al aislamiento de la derecha en la región. El fracaso de los gobiernos neoliberales y su incapacidad de formular otra alternativa, hacen con que paguen el precio de los daños causados por ese modelo y voten en contra de los que lo representan.
Los EUA siempre han jugado con la división y la competencia entre gobiernos de la región para mantener su poder. Fue así, por ejemplo, a lo largo de todo el proceso de renegociación de las deudas de los países, que nunca han logrado hacerla colectivamente.
Golpe durísimo en ese jugo fue la sólida alianza establecida entre los gobiernos de Argentina y Brasil, con la elección de Lula y de Néstor Kirchner para presidir dos de los tres más grandes países de la región. Esa alianza, que nunca fue tan sólida entre Argentina y Brasil, es el eje a partir de la cual los procesos de integración regional se consolidan y se expanden, factor del más grande aislamiento de EUA en América Latina.
Las derechas argentina y brasileña tienen enormes similitudes, porque ambas se han reorganizado alrededor de los dos más importantes gobiernos populares que han tenido esos países en el siglo XX: los de Perón y de Getulio Vargas. Por ello son derechas elitistas, oligárquicas, racistas, antinacionales.
Es la derecha la que intentó tumbar a Vargas en 1954 y lo llevó al suicidio. Es la que tumbó a Perón en 1955 y llevó Argentina a iniciar el ciclo de las acciones militares gorilas en la región. Es la derecha la que dio finalmente el golpe en Brasil en 1964 e instauró la más larga dictadura militar en la región. Es la misma derecha que intentó hacer lo mismo en 1966 en Argentina, pero vio frustrado su golpe. Tuvo que volver a la carga en 1976, para cerrar el círculo de terror de las dictaduras en el Cono Sur.
Es la misma derecha que no se resigna a que sean gobiernos populares – que no por acaso se identifican con los gobiernos de Perón y de Vargas – los que rescaten a Argentina y Brasil de los desastres producidos por la derecha durante las dictaduras militares y los gobiernos neoliberales. De nuevo sienten que la promoción de los derechos de las grandes mayorías populares dan la base de sostén a esos gobiernos y profundizan su odio a esos gobiernos y a sus bases populares.
Los pretextos son similares: la situación económica seria caótica, como si la que han dejado como herencia a estos gobiernos no fuera catastrófica. La corrupción, como si no fueran sus gobiernos militares y neoliberales los que han protagonizado los casos de corrupción más grandes de la historia de esos países, especialmente en los procesos de privatización de los bienes públicos.
Amenazan con nuevos golpes, con impeachment –procesos en los que solo ellos creen -, porque no tienen confianza en obtener mayoría para triunfar en las elecciones, a pesar de contar con el monopolio de los medios de comunicación como su gran triunfo. Lo hacen como forma de intentar desgastar a los gobiernos de Cristina y de Dilma. No tienen formas democráticas, transparentes, de oponerse a los gobiernos de esas dos grande mujeres latinoamericanas, mujeres de trayectoria, de coraje, de compromiso con la defensa de los intereses populares, de sus países y de América Latina.
Ni tienen razones, ni apoyo para cualquier intento de derrumbar a esos gobiernos. De lo que tratan es de poner obstáculos a que los programas sociales de esos gobiernos sigan adelante, superando las terribles herencias que han recibido de la derecha y consolidando cada vez más el apoyo popular a sus gobiernos.
Los medios de comunicación internacionales suelen reflejar lo que la prensa de derecha de esos países publica diariamente, contribuyendo a difundir una versión falsa de lo que realmente pasa. Son estos poderosos grupos monopolistas de los medios internacionales – que tienen en el Wall Street Journal, Financial Times, The Economist, El País algunos de sus órganos más conocidos- los que se hacen eco de la guerra que las derechas latinoamericanas hacen diariamente, buscando crear imágenes internacionales negativas de esos gobiernos. Felizmente ya hay órganos alternativos, que permiten que la verdadera cara no solo de Argentina y de Brasil, sino también de Uruguay, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba, puedan llegar a sectores cada vez más amplios de la opinión pública mundial.
Emir Sader, sociólogo y cientista político brasileño, es coordinador del Laboratório de Políticas Públicas de la Universidade Estadual do Rio de Janeiro (Uerj).
Las trasformaciones sociales llevadas a cabo por los gobiernos de esos países, los avances en los procesos de integración independientes respecto a los Estados Unidos de América (EUA), la recuperación del rol activo del Estado, han llevado al aislamiento de la derecha en la región. El fracaso de los gobiernos neoliberales y su incapacidad de formular otra alternativa, hacen con que paguen el precio de los daños causados por ese modelo y voten en contra de los que lo representan.
Los EUA siempre han jugado con la división y la competencia entre gobiernos de la región para mantener su poder. Fue así, por ejemplo, a lo largo de todo el proceso de renegociación de las deudas de los países, que nunca han logrado hacerla colectivamente.
Golpe durísimo en ese jugo fue la sólida alianza establecida entre los gobiernos de Argentina y Brasil, con la elección de Lula y de Néstor Kirchner para presidir dos de los tres más grandes países de la región. Esa alianza, que nunca fue tan sólida entre Argentina y Brasil, es el eje a partir de la cual los procesos de integración regional se consolidan y se expanden, factor del más grande aislamiento de EUA en América Latina.
Las derechas argentina y brasileña tienen enormes similitudes, porque ambas se han reorganizado alrededor de los dos más importantes gobiernos populares que han tenido esos países en el siglo XX: los de Perón y de Getulio Vargas. Por ello son derechas elitistas, oligárquicas, racistas, antinacionales.
Es la derecha la que intentó tumbar a Vargas en 1954 y lo llevó al suicidio. Es la que tumbó a Perón en 1955 y llevó Argentina a iniciar el ciclo de las acciones militares gorilas en la región. Es la derecha la que dio finalmente el golpe en Brasil en 1964 e instauró la más larga dictadura militar en la región. Es la misma derecha que intentó hacer lo mismo en 1966 en Argentina, pero vio frustrado su golpe. Tuvo que volver a la carga en 1976, para cerrar el círculo de terror de las dictaduras en el Cono Sur.
Es la misma derecha que no se resigna a que sean gobiernos populares – que no por acaso se identifican con los gobiernos de Perón y de Vargas – los que rescaten a Argentina y Brasil de los desastres producidos por la derecha durante las dictaduras militares y los gobiernos neoliberales. De nuevo sienten que la promoción de los derechos de las grandes mayorías populares dan la base de sostén a esos gobiernos y profundizan su odio a esos gobiernos y a sus bases populares.
Los pretextos son similares: la situación económica seria caótica, como si la que han dejado como herencia a estos gobiernos no fuera catastrófica. La corrupción, como si no fueran sus gobiernos militares y neoliberales los que han protagonizado los casos de corrupción más grandes de la historia de esos países, especialmente en los procesos de privatización de los bienes públicos.
Amenazan con nuevos golpes, con impeachment –procesos en los que solo ellos creen -, porque no tienen confianza en obtener mayoría para triunfar en las elecciones, a pesar de contar con el monopolio de los medios de comunicación como su gran triunfo. Lo hacen como forma de intentar desgastar a los gobiernos de Cristina y de Dilma. No tienen formas democráticas, transparentes, de oponerse a los gobiernos de esas dos grande mujeres latinoamericanas, mujeres de trayectoria, de coraje, de compromiso con la defensa de los intereses populares, de sus países y de América Latina.
Ni tienen razones, ni apoyo para cualquier intento de derrumbar a esos gobiernos. De lo que tratan es de poner obstáculos a que los programas sociales de esos gobiernos sigan adelante, superando las terribles herencias que han recibido de la derecha y consolidando cada vez más el apoyo popular a sus gobiernos.
Los medios de comunicación internacionales suelen reflejar lo que la prensa de derecha de esos países publica diariamente, contribuyendo a difundir una versión falsa de lo que realmente pasa. Son estos poderosos grupos monopolistas de los medios internacionales – que tienen en el Wall Street Journal, Financial Times, The Economist, El País algunos de sus órganos más conocidos- los que se hacen eco de la guerra que las derechas latinoamericanas hacen diariamente, buscando crear imágenes internacionales negativas de esos gobiernos. Felizmente ya hay órganos alternativos, que permiten que la verdadera cara no solo de Argentina y de Brasil, sino también de Uruguay, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba, puedan llegar a sectores cada vez más amplios de la opinión pública mundial.
Emir Sader, sociólogo y cientista político brasileño, es coordinador del Laboratório de Políticas Públicas de la Universidade Estadual do Rio de Janeiro (Uerj).
Estados Unidos acelera el golpe en Venezuela
El plan golpista denominado Operación Jericó fue abortado por los órganos de seguridad bolivarianos los días 11 y 12 de febrero pasados. Entre los objetivos contemplados por el plan estaba el ataque o bombardeo al Palacio de Miraflores, el Ministerio de Defensa y Telesur. Dicen que en la guerra la primera víctima es la verdad y ya Estados Unidos ha tenido que sufrir varias veces importantes derrotas mediáticas, como en el golpe contra el presidente Hondureño Manuel Zelaya, gracias a las verdades difundidas por Telesur desde el terreno. Los principales implicados en la conspiración fueron detenidos, entre ellos militares retirados y en activo. Sus declaraciones y la investigación de los hechos condujeron días después al arresto y encausamiento de Manuel Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas.
Hace alrededor de un año también fue detenido Leopoldo López, quien poco antes había llamado desde Miami a “adelantar la salida del gobierno… y que Nicolás Maduro tiene que salir antes que tarde de la Presidencia de Venezuela…como vamos a esperar seis años más…no podemos asumir una actitud propia de un sistema democrático”. López es el responsable del desencadenamiento en enero de 2015 de “La salida”, un plan desestabilizador que inició con protestas estudiantiles de universidades privadas y rápidamente tomó un cariz de extrema violencia, que costó la vida a 43 personas, entre ellas militantes chavistas y miembros de los cuerpos de seguridad. En las llamadas guarimbas(barricadas donde se utilizaba una violencia feroz contra simpatizantes chavistas, miembros de cuerpos de seguridad o simples transeúntes) intervinieron activamente mercenarios, incluyendo paramilitares colombianos, entre ellos francotiradores que con sus disparos ocasionaron varias muertes. En el caso de los graves disturbios en la ciudad de San Cristóbal fue fundamental la actuación de los paracos colombianos y de delincuentes pagados.
He visto en Caracas el indignado reclamo de miembros del Comité de Víctimas de las Guarimbas por que se haga justicia a los responsables de esos actos de violencia.
Ledezma, es el prototipo del político sin escrúpulos del viejo partido Acción Democrática. Como López, fue partícipe del derrotado golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez de 2002, pero ambos se beneficiaron de la generosa amnistía del comandante. De modo que sus actividades golpistas los convierten en reincidentes.
Al igual que Atilio Borón, cabe preguntarse si estos personajes hubiesen corrido igual suerte en Estados Unidos de haber intentado allí el derrocamiento del gobierno(www.cubadebate.cu/opinion/2015/02/22/conspirar-en-estados-unidos).
En su Doctrina de Seguridad Nacional de febrero de este año dice el presidente Obama: “Nosotros apoyamos a ciudadanos cuyo pleno ejercicio de la democracia está en peligro, como los venezolanos”. He aquí la explicación del extraordinario incremento de las acciones golpistas contra la Venezuela bolivariana, uno de los países más democráticos del mundo desde la llegada de Hugo Chávez a la presidencia.
El golpismo se intensificó sobre todo a partir de la elección del presidente Maduro en abril de 2013. Washington y las oligarquías decidieron a echar toda la carne al asador para destruir a la Revolución Bolivariana, aprovechando la muy sensible ausencia física de su líder histórico. Desde ese momento la violencia brota periódicamente con el telón de fondo de una colosal campaña mediática internacional de descrédito contra el gobierno bolivariano, aún mayor que la llevada a cabo desde la primera campaña electoral de Chávez(1998) hasta su deceso. Sus protagonistas principales son los principales diarios y televisoras de Estados Unidos y Europa, El País de Madrid y sus homólogos de la Sociedad Interamericana de Prensa, CNN en español, Televisa y sus iguales de la región,
¿Quién pagó y sigue pagando mercenarios por realizar acciones violentas en Venezuela?
La oposición venezolana detesta la democracia pero las instrucciones de Washington la llevan a transitar descaradamente de reiterados y –últimamente- constantes intentos de derrocar al gobierno bolivariano, al usufructo del “mejor sistema electoral del mundo” según la definición del ex presidente de Estados Unidos James. Carter. La oposición gobierna en unos cuantos estados, en numerosos municipios y tiene una importante, aunque minoritaria, representación en la Asamblea Nacional.
Parte importante de las acciones golpistas ha sido el desabastecimiento, provocado por los grandes empresarios que acaparan o contrabandean hacia Colombia los productos subsidiados de la canasta básica que compran con dólares vendidos a precio preferencial por el gobierno venezolano.
En la planificación del golpismo contra Venezuela participa activamente Estados Unidos y sus embajadas en Caracas y Bogotá. El gobierno bolivariano presentó un intercambio de correos electrónico entre el embajador yanqui en Colombia y la líder opositora María Corina Machado en que se evidencia un importante financiamiento enviado por aquel a esta para romper los “anillos de seguridad”, presuntamente del presidente Maduro y otros líderes revolucionarios.
Washington utiliza también a fundaciones como el Instituto Nacional Demócrata y el Instituto Nacional Republicano o solicita la colaboración de personajes de confianza como los ex presidentes Álvaro Uribe, Sebastián Piñera, Andrés Pastrana o Felipe Calderón para encubrir su liderazgo golpista. Renglón aparte merecen los legisladores cubanoestadunidenses Ileana Ross_Lehtinen, Mario Díaz Balart, Marcos Rubio y Robert Menéndez, todos distinguidos militantes de la contrarrevolución en Venezuela.
El propósito de los planes golpistas, si no tuvieran éxito a corto plazo, es crear una situación de angustia y disgusto en el pueblo venezolano que propicie la pérdida de la mayoría parlamentaria por el chavismo en las elecciones de este año y así crear un clima de anarquía e ingobernabilidad al presidente Maduro. Están jugando con fuego y se les pueden quemar las manos.
Ángel Guerra Cabrera
Twitter:@aguerraguerra
Hace alrededor de un año también fue detenido Leopoldo López, quien poco antes había llamado desde Miami a “adelantar la salida del gobierno… y que Nicolás Maduro tiene que salir antes que tarde de la Presidencia de Venezuela…como vamos a esperar seis años más…no podemos asumir una actitud propia de un sistema democrático”. López es el responsable del desencadenamiento en enero de 2015 de “La salida”, un plan desestabilizador que inició con protestas estudiantiles de universidades privadas y rápidamente tomó un cariz de extrema violencia, que costó la vida a 43 personas, entre ellas militantes chavistas y miembros de los cuerpos de seguridad. En las llamadas guarimbas(barricadas donde se utilizaba una violencia feroz contra simpatizantes chavistas, miembros de cuerpos de seguridad o simples transeúntes) intervinieron activamente mercenarios, incluyendo paramilitares colombianos, entre ellos francotiradores que con sus disparos ocasionaron varias muertes. En el caso de los graves disturbios en la ciudad de San Cristóbal fue fundamental la actuación de los paracos colombianos y de delincuentes pagados.
He visto en Caracas el indignado reclamo de miembros del Comité de Víctimas de las Guarimbas por que se haga justicia a los responsables de esos actos de violencia.
Ledezma, es el prototipo del político sin escrúpulos del viejo partido Acción Democrática. Como López, fue partícipe del derrotado golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez de 2002, pero ambos se beneficiaron de la generosa amnistía del comandante. De modo que sus actividades golpistas los convierten en reincidentes.
Al igual que Atilio Borón, cabe preguntarse si estos personajes hubiesen corrido igual suerte en Estados Unidos de haber intentado allí el derrocamiento del gobierno(www.cubadebate.cu/opinion/2015/02/22/conspirar-en-estados-unidos).
En su Doctrina de Seguridad Nacional de febrero de este año dice el presidente Obama: “Nosotros apoyamos a ciudadanos cuyo pleno ejercicio de la democracia está en peligro, como los venezolanos”. He aquí la explicación del extraordinario incremento de las acciones golpistas contra la Venezuela bolivariana, uno de los países más democráticos del mundo desde la llegada de Hugo Chávez a la presidencia.
El golpismo se intensificó sobre todo a partir de la elección del presidente Maduro en abril de 2013. Washington y las oligarquías decidieron a echar toda la carne al asador para destruir a la Revolución Bolivariana, aprovechando la muy sensible ausencia física de su líder histórico. Desde ese momento la violencia brota periódicamente con el telón de fondo de una colosal campaña mediática internacional de descrédito contra el gobierno bolivariano, aún mayor que la llevada a cabo desde la primera campaña electoral de Chávez(1998) hasta su deceso. Sus protagonistas principales son los principales diarios y televisoras de Estados Unidos y Europa, El País de Madrid y sus homólogos de la Sociedad Interamericana de Prensa, CNN en español, Televisa y sus iguales de la región,
¿Quién pagó y sigue pagando mercenarios por realizar acciones violentas en Venezuela?
La oposición venezolana detesta la democracia pero las instrucciones de Washington la llevan a transitar descaradamente de reiterados y –últimamente- constantes intentos de derrocar al gobierno bolivariano, al usufructo del “mejor sistema electoral del mundo” según la definición del ex presidente de Estados Unidos James. Carter. La oposición gobierna en unos cuantos estados, en numerosos municipios y tiene una importante, aunque minoritaria, representación en la Asamblea Nacional.
Parte importante de las acciones golpistas ha sido el desabastecimiento, provocado por los grandes empresarios que acaparan o contrabandean hacia Colombia los productos subsidiados de la canasta básica que compran con dólares vendidos a precio preferencial por el gobierno venezolano.
En la planificación del golpismo contra Venezuela participa activamente Estados Unidos y sus embajadas en Caracas y Bogotá. El gobierno bolivariano presentó un intercambio de correos electrónico entre el embajador yanqui en Colombia y la líder opositora María Corina Machado en que se evidencia un importante financiamiento enviado por aquel a esta para romper los “anillos de seguridad”, presuntamente del presidente Maduro y otros líderes revolucionarios.
Washington utiliza también a fundaciones como el Instituto Nacional Demócrata y el Instituto Nacional Republicano o solicita la colaboración de personajes de confianza como los ex presidentes Álvaro Uribe, Sebastián Piñera, Andrés Pastrana o Felipe Calderón para encubrir su liderazgo golpista. Renglón aparte merecen los legisladores cubanoestadunidenses Ileana Ross_Lehtinen, Mario Díaz Balart, Marcos Rubio y Robert Menéndez, todos distinguidos militantes de la contrarrevolución en Venezuela.
El propósito de los planes golpistas, si no tuvieran éxito a corto plazo, es crear una situación de angustia y disgusto en el pueblo venezolano que propicie la pérdida de la mayoría parlamentaria por el chavismo en las elecciones de este año y así crear un clima de anarquía e ingobernabilidad al presidente Maduro. Están jugando con fuego y se les pueden quemar las manos.
Ángel Guerra Cabrera
Twitter:@aguerraguerra
El Fuego, la obra maestra de Henri Barbusse, comunista en dos tiempos
La “Gran Guerra” señala como el final del siglo XIX y principios del siglo XX. Al menos según cierta historiografía. De lo que no hay duda es que produjo una ingente literatura antimilitarista, y El fuego (*) fue una de las mejores.
Su autor fue el actualmente olvidado, Henri Barbusse, que combatió como soldado de infantería. Fue desde la cama de un hospital que escribió la novela El fuego (1916), obra testimonial que causó una tremenda impresión y que ganó el Premio Goncourt. Esta compuesta por el “journal d’une escouade”, por un combatiente. Su redacción es de una brutalidad desconcertante, opuesto a cualquier retórica patriotera, propio hasta entonces en la literatura bélica y fundado en la escandalosa paradoja de la guerra soportada por quienes no la desean y nada ganan con ella, no solamente llevó al país al conocimiento de un nuevo autor, sino que provocó en Henri Barbusse una revelación que nunca más llegaría a alcanzar.
El fuego describe de una forma detalladísima los escenarios, uniformes, las trincheras, su vida en ellas, los momentos de lucha, el paisaje, y sobretodo que es para mi lo mejor, la “psique” de los personajes. Les otorga un rol definido, sin arquetipos ni tópicos sino con una humanidad difícil de encontrar en otras obras de la misma temática. Pero lo más chocante no es su grado de descripción, sino la frialdad y objetividad con la que narra los momentos más críticos de la vida de su compañía asediada por la muerte.
La sencillez prima por doquier, acerca al lector a una realidad que no da lástima sino que otorga al soldado anónimo un grado tal de heroísmo sólo por el hecho de soportar lo que soportaron. Es impresionante. Se sabía de la carestía del soldado francés en referencia a sus colegas (británicos,…) pero esta obra es el ejemplo de ello, en lo que hace referencia a pertrechos y régimen alimenticio, que es patético. Sólo el vino es respetado por su valor de acicate frente a la batalla. La única preocupación en cuanto a la logística es eso: que no falte el vino. Si falta el vino, la indisciplina y la rebeldía son los siguientes estadios en la vida de la trinchera.
Desde el punto de vista narrativo, se hace evidente la influencia de Émile Zola y se anticipó como prototipo de escritor comprometido. La obra era una implacable sátira social y, al mismo tiempo, la representación morbosa de la obsesión sexual y el terror de la muerte. De hecho, toda su obra posterior, en efecto, estuvo determinada por motivos políticos y sociales cada vez más apremiantes y que le indujeron incluso a trasladarse a Rusia, patria de su revolución. El carácter humanitario y antimilitarista de sus relatos inauguró una línea literaria de crónicas realistas que gozó de gran popularidad y se continuó, entre otros, en escritores como Enrich Mª Remarque, Ernest Hemingway o Curzio Malaparte.
El fuego está a la altura de otras grandes aportaciones, sobre todo por la frialdad con la que narra los episodios violentos, es brutal el grado de templanza observable en sus descripciones. Algo también destacable es la posición del narrador, su postura viene determinada por la resignación imperante en sus sentimientos y de la manera que asume el hecho de la guerra, como una estupidez. Ya al final asoman reflexiones de carácter confraternizador de las masas obreras y trabajadoras como las únicas que van a la guerra como corderos. Controvertida en su aceptación en Francia, no deja indiferente a nadie, de tal manera que El fuego resulta Imprescindible para cualquiera que trata de conocer la vida cotidiana de una tropa convertida en carne de cañón bajo el mando de una élite militar corrupta.
.:.
Hijo de padre francés y madre Inglés, Barbusse nació en Asnires-sur-Seine, Francia, en 1873. A pesar de que creció en una pequeña ciudad, se fue a París en 1889 a los 16 años – En 1914, a la edad de 41 años, se alistó en el ejército francés y sirvió contra Alemania en la Primera Guerra Mundial por invalidez del ejército tres veces , Barbusse serviría en la guerra durante 17 meses, hasta el final de 1915, cuando se trasladó permanentemente a una posición de oficina por daño pulmonar, el agotamiento y la disentería.
En los años siguientes publicó diversas obras de denuncia social como Claridad (1919), Resplandor del alba (1921), Palabras de un combatiente (1921), Fuerza(1925), y Los judas de Jesús (1927)…En 1921: El cuchillo entre los dientes (Le couteau entre les dents), un título que se hizo proverbial en la propaganda anticomunista que describía a los bolcheviques como monstruos con el cuchillo entre los dientes amenazando la vida de la buena gente, casi como Juan Carlos Monedero. En 1921, escribió un artículo para la revista Esperanto, Esperantista Laboristo.
Comunista de primera hora, escribió el Manifeste aux Intellectuels, Elevations, y otros, muestran un punto de vista más revolucionario. Entre estos, Le Couteau entre les dents, de 1921, marcó la cercanía de Barbusse al movimiento bolchevique y a la Revolución rusa. Se une en 1923 al Partido Comunista de Francia (PCF). Hasta se instaló en la Unión Soviética donde su obra fue editada por millones de ejemplares. En su fase más auténtica, Barbusse fue, junto con Romain Rolland, el principal fundador del movimiento y la revista Clarté (Claridad), que a antes del ascenso estalinista fue una revista muy abierta en la que colaboraron Anatole France, Léon Blum, Francis Carco, Stefan Zweig, Victor Serge y Jules Romains, estos últimos simpatizantes de Trotsky,
Como estalinista, Barbusse era un participante en el Congreso de los Amigos de la Unión Soviética en Moscú (1927). Lideró el Congreso Mundial contra la guerra imperialista y se dirigió al Comité Mundial contra la Guerra y el Fascismo, fundada en 1933 – Participó en los trabajos del Congreso Internacional de la Juventud y el Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura. En los años 1920 y 1930, también editó las revistas Monde y Progres civique, que publicó algunos de los primeros escritos de George Orwell. En 1934, Barbusse envió Egon Kisch a Australia para representar el Movimiento Internacional contra la Guerra y el Fascismo, como parte de su trabajo para la KOMINTERN. La exclusión éxito resultante de Egon Kisch de Australia por el gobierno australiano Conservador logró dinamizar el comunismo en Australia.
Pero su nombre figura en la primera línea de una violenta e infecta campaña de prensa contra su antiguo amigo Panait Istrati – un escritor rumano que había expresado críticas al Estado soviético en su obra Hacia la otra llama (Rusia al desnudo). También fue duramente criticado por su admiración por Stalin y sus actividades propagandísticas en nombre de la Unión Soviética por su antiguo camarada Víctor Serge, quien señaló que Barbusse había dedicado un libro a León Trotsky antes de que Stalin había ganado definitivamente la lucha de poder contra Trotsky, sólo para denunciar Trotsky como traidor después de la caída de este último del poder. Serge llama Barbusse un hipócrita que estaba decidido a estar en el lado ganador.
Barbusse era un esperantista, y fue presidente de honor del primer congreso de la Sennacieca Asocio Tutmonda. Mientras escribía una segunda biografía de Stalin en Moscú, Barbusse se enfermó de neumonía y falleció el 30 de agosto de 1935 está enterrado en Le Pere Lachaise, París. Su tumba ha sido objeto de vandalismo en los últimos años, con mucha gente duda de su tumba de Oscar Wilde. El escritor Lewis Gannet proclamó en un tono obviamente laudatorio: “Vamos a estar escuchando y leyendo de esta guerra en las próximas décadas Ninguno de nosotros todavía puede adivinar quién será. sus Tolstói, sus Barbusses, sus Remarques y sus Hemingway “
Antes de morir, Barbusse elaboró las biografías Lenin (1934) y Stalin (1935) ambas duramente criticadas por atenerse a la escuela de falsificación estaliniana, a la larga completamente desacreditada.
Será recordado por algunas obras, sobre todo por El fuego. En su momento, su prestigio entre los obreros comunistas fue enorme. Una enorme muchedumbre acudió a recibir y acompañar el cadáver hasta el cementerio parisino del Père LachaiseSus primeros estudios los realizó en el College Rollin donde obtuvo su vocación por las letras, incursionando en la poesía y posteriormente en el periodismo.
Pepe Gutiérrez-Álvarez
(*) Editorial Montesinos/ INTERVENCION CULTURAL, Mataró, 2014. ISBN: 9788492616442
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