jueves, marzo 31, 2011

Japón: el desastre que sí se podía haber evitado


Cronología de una catástrofe

Se cumplen ya más de quince días desde que Japón sufriera un terremoto de proporciones colosales (8'9 en la escala de Richter, posteriormente elevado a 9 grados), el viernes 11 de marzo, seguido de un posterior tsunami que arrasó más de 500 kilómetros de costa que provocaron enormes tragedias personales y materiales.
La cifra de víctimas y desaparecidos provocada directamente por ambos cataclismos, en constante alza aún hoy en día, supera ya la cifra de 27.000 personas. 240.000 personas continúan alojadas en centros sociales o deportivos. Otras padecen cortes de luz y calefacción, en una de las principales potencias económicas del globo.
Lógicamente, hay desastres naturales que son difíciles de prever, si bien Japón es probablemente el lugar donde la especie humana acumula más saber sobre este tipo de tragedias merced a su propio devenir geológico. El país está asentado en la unión de dos placas oceánicas, lo que conlleva que sea una de las zonas sísmicas más activas del planeta. La palabra ‘tsunami' (maremoto) es una palabra japonesa extendida internacionalmente en su uso. Para los japoneses, desde hace centurias cuando menos, es conocido que a un fuerte terremoto le sigue un maremoto.

¿Qué pasó realmente aquel día?

Aunque se ha gastado mucha tinta asegurando que la central resistió bastante bien el terremoto, cada vez surgen más dudas al respecto. Según la propietaria de la central nuclear, la eléctrica TEPCO, y el Gobierno, las medidas de seguridad de la central se pusieron en marcha para llevar a cabo la parada progresiva de la misma. La cuestión es que llegó el tsunami ¡Y tenía que haber llegado el tsunami! Después de un fuerte terremoto, siempre viene un tsunami.
El lobby nuclear no ha dejado de decir desde ese día que ‘nadie podía esperar que llegase un terremoto tan fuerte'. En primer lugar, a lo largo del siglo XX ha habido terremotos aún más fuertes:

- Chile, 1960: 9,5 grados en la escala de Richter
- Alaska, 1964: 9,2 grados en la escala de Richter
- Sumatra, 1960: 9,1 grados en la escala de Richter
- Kamchatka, 1952: 9 grados en la escala de Richter

La ciencia, y el conocimiento en general, suponen el dominio sobre el saber pasado para anticiparse a problemas y sorpresas de este calibre. Y sí, eran de esperar, son de esperar de hecho en el futuro, terremotos incluso aún más fuertes que el de hace un par de semanas. Y es seguro que seguirán afectando a Japón, zona sísmica de primer orden ¿Qué geólogo serio no diría eso?
Parece que una vez que el golpe de mar impresionante golpeó a la central, ésta se quedó definitivamente sin electricidad, por lo que el sistema de refrigeración de los reactores dejó de funcionar y el complejo empezó a convertirse en una amenaza.
Pasaron cinco horas después del terremoto frente al Pacífico, pero menos de cuatro desde el tsunami. En TEPCO, la compañía eléctrica propietaria de la central, ya saben que los sistemas de refrigeración de los tres reactores de la central que estaban en funcionamiento (otros tres estaban en parada por revisión), los reactores 1, 2 y 3 de Fukushima, están fuera de control. TEPCO conoce el riesgo asociado a una prolongada parada, con el sobrecalentamiento aparejado sobre su combustible, pero la empresa oculta irresponsablemente durante un tiempo precioso el peligro.
Ahora bien, materialmente, sí sabemos que había recursos muy cercanos que podían haberse abierto paso en horas para iniciar las labores previas de conexión eléctrica que, posteriormente, tuvieron que tardar más de una semana en iniciarse. La VII Flota estadounidense, a la que el portaaviones Ronald Reagan pertenece, se encontraba a escasos 160km de la central mar adentro, y podía suministrar electricidad a través de un cable desde el mar.
Una vez llegados a este punto, hay un oscurantismo que a día de hoy no se ha esclarecido. No se sabe qué condiciones o negociaciones se llevaron a cabo a tres bandas entre la compañía, el Gobierno de los EE.UU. y el Gobierno japonés. Probablemente tengamos que esperar a que haya otra nueva filtración futura a través de Wikileaks.
En un contexto en el que la temperatura de diferentes reactores de la central aumentaba hasta un punto crítico (aunque la empresa propietaria ocultó al público esta informarción todo lo que pudo), el trabajar cerca de la central conllevaba ciertos riesgos. La medida que se ha presentado como ‘desesperada', de bombear agua desde el aire, y que se realizó días después, se podía haber efectuado el primer día, y probablemente pudo ser pedida por el Gobierno norteamericano al japonés para que sus soldados trabajasen con mayor seguridad.
Un ex ejecutivo de TEPCO ha cuestionado en The Wall Street Journal que la eléctrica tardara en inyectar agua de mar para refrigerar los reactores, y critica que durante el primer día la empresa tratara de salvar los reactores, con lo que perdió unas horas cruciales.
Sabemos fehacientemente, a través de los medios de comunicación, que el Gobierno norteamericano, como publicó la prensa española, llegó a mandar aviones para colaborar en la refrigeración de la central desde el aire. Esos aviones, en esas condiciones de doble cataclismo, nunca hubieran despegado sin el consentimiento inicial del Gobierno japonés. Lo cierto es que, posteriormente, el Gobierno japonés renunció a ese bombeo de agua con refrigerante, podemos suponer que por presiones de la empresa, que tiene una larga tradición de influencia sobre Gobiernos y jueces en Japón.
Entonces, antes de las explosiones posteriores, la empresa todavía aspiraba a controlar y reutilizar los reactores nucleares. No quería utilizar agua de mar en la refrigeración de la central porque aquella inutiliza los conductos eléctricos, dejando a los reactores prácticamente inservibles.
Independientemente de que muchos científicos se cuestionan la utilidad de estos bombeos de agua desde el aire, una vez que empieza una reacción nuclear descontrolada en cadena en el núcleo de los reactores (que es lo que parece haber ahora en uno o más reactores), en las primeras horas del accidente todavía no se había iniciado esa reacción debida al daño del núcleo.
El plan de la empresa era soltar vapor de los reactores sobrecalentados (¡Para ellos es un daño menor que se libere algo de radiación a la atmósfera!). Pero cuando sueltan este vapor radiactivo ocurre un problema: en los tres reactores que estaban en funcionamiento (en primer lugar en el número 1) no se evacua adecuadamente este vapor, que se descompone en sus partes constituyentes y se acumula entre el edificio de contención y el edificio del reactor (que rodea al anterior y a parte de las infraestructuras anexas a éste).
Se libera hidrógeno que explosiona con el oxígeno pero, debido al fallo de diseño de los reactores y de la central (que luego explicaremos más en detalle), lo hace dentro del edificio del reactor, con lo que se da un salto cualitativo: se dañan estructuras básicas que provocan fugas recurrentes del edificio de contención que, en teoría, era una cámara inexpugnable de más de dos metros de hormigón y acero.
Llegados a este punto, para entender cómo un problema de diseño básico (no de la Naturaleza), puede darse en la industria más peligrosa y delicada del planeta, demos un salto atrás para mejor entender toda la escalada de acontecimientos posteriores y por venir.

TEPCO, el Gobierno japonés y sus continuas mentiras durante años

TEPCO, la Tokyo Electric Power Co., propietaria de la planta en Fukushima, es la primera compañía eléctrica en Asia y está entre las más grandes del mundo. Su capacidad de producción llega a 64.487 megawatios MW). La mayor parte de la producción está representada por centrales térmicas. TEPCO tiene 25 centrales de ese tipo, para una capacidad total de producción de 38.189 MW. La capacidad de producción de sus tres plantas de energía nuclear (Kashiwazaki Kariwa, Fukushima Daiichi y Fukushima Dani) aportan 17.308 MW. En cambio, la cuota de producción de energías renovables de la multinacional es insignificante, 4 MW.
A su vez, en el conjunto de Japón, hay 54 reactores nucleares concentrados en 18 plantas, que producen anualmente 47.000 MW, representando la energía atómica el 29% de la energía producida por el país. Como vemos, tanto la energía atómica como TEPCO son muy importantes en la cadena de producción económica japonesa.
El año 2010 volvió a obtener beneficios que totalizaron 115 millones de yenes. Anteriormente, había sufrido pérdidas tanto en 2009 (-84 millones de yenes), como en 2008 (-150 millones de yenes), fruto, como veremos, de su anterior negligencia ante otro fallo en una central nuclear de su propiedad en el 2007.
El contexto de aquel accidente del 2007 recuerda, a una escala menor, a lo ocurrido ahora. Entonces, un terremoto de magnitud 6,8 Richter sacudió Japón causando daños a la planta de Kashiwazaki Kariwa, la más grande del mundo. Hubo un incendio. Las imágenes de humo fueron vistas saliendo de la central en directo por televisión durante una hora. El accidente causó la dispersión de más de 1000 litros de agua contaminada con sustancias radiactivas en el mar, aunque el Gobierno y la empresa en un primer momento hablaron solo de litro y medio.
Parece que para TEPCO, como veremos, la diferencia entre 1'5 y 1.000 depende muchas veces del griterío que se organice en la opinión pública. Más adelante veremos como con cifras mucho mayores lleva adelante lo que parece que es este macabro juego.
TEPCO se justificó diciendo que, cuando la planta fue construida en los años 70, no estaba constatada la presencia de la falla. Ese desconocimiento puede suscitar algunas dudas sobre la buena fe de los propietarios de TEPCO. Pero estas dudas se disipan rápidamente cuando conocemos que TEPCO tiene una muy bien ganada reputación de falta de transparencia.
Sólo cinco años antes, la alta gerencia tuvo que admitir haber falsificado los informes de seguridad de la energía por un período de más de 15 años, más de 200 informes en total. El presidente de la compañía tuvo que dimitir entonces. Hoy sabemos que esta fue una práctica habitual de todas las eléctricas japonesas: Hokoriku Electric o Chugoku Electric. Podemos preguntar: ¿Esto solo sucede en Japón?
El seísmo superó las bases de diseño de la nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, la mayor del mundo, de siete reactores nucleares frente a la costa. La aceleración medida en la tierra durante ese terremoto de "solo 6,8 grados" en la escala Richter fue de 680 metros/segundo. Las bases de diseño en el reactor 1, por ejemplo, solo contemplaban un terremoto con una aceleración de 273 metros/segundo.
Resultó que la planta se había construido cerca de una falla sísmica activa. Kashiwazaki Kariwa fue cerrada durante dos años. NISA, la agencia oficial nuclear japonesa, mantuvo cerrados los reactores dos años (han abierto escalonadamente) y pidió a TEPCO que revisara la seguridad de sus nucleares contra terremotos. Una parada que explica el rojo intenso de las cuentas de la compañía en 2008 y 2009.
Hay más casos. The Guardian informó que WikiLeaks había publicado un cable diplomático en el que un político japonés "de alto nivel" decía a los diplomáticos estadounidenses que el ministerio responsable de la energía nuclear en los gobiernos japoneses había "encubierto los accidentes nucleares y ocultado los verdaderos costes y problemas asociados con la industria nuclear".
Más aún: según sabemos ahora, un representante del OIEA dijo que las guías de seguridad sísmica se habían revisado sólo tres veces en los últimos 35 años, y que el OIEA debería de volverlos a examinar. El cable, también de Wikileaks, continúa: "Además, el informante señaló que los recientes terremotos en algunos casos han superado la base de diseño de algunas centrales nucleares, y que este un problema grave que está afectando el trabajo de seguridad sísmica."
La central accidentada de Fukushima estaba diseñada (nos dicen) para resistir un terremoto de magnitud 7 y un tsunami de olas de 5,7 metros. Sin embargo, la central es más antigua que la anteriormente mencionada de Kashiwazaki Kariwa, construida entre 1980 y 1996, y accidentada en el 2007 ¿El diseño de la central más antigua resiste un terremoto de más intensidad que la más nueva? Nuevamente, nos tenemos que creer lo que dice la empresa que, a estas alturas, no conserva una gran credibilidad.
El diseño de este tipo de sistemas de contención fue debatido desde su diseño en los años 60 por General electric. Fue puesto en duda por un informe oficial de los EE.UU. en 1972, un año después de que abriera el primer reactor de Fukushima. Pero, después del primero, el Fukushima 1 (construido en 1971), vinieron los demás: el Fukushima 3 (1976) y el Fukushima 4 (1976) y el Fukushima 2 (1974).
Es decir, lisa y llanamente, la empresa TEPCO, con la complicidad del Gobierno japonés, obvió informes claros y contundentes que afirmaban que su diseño era incorrecto. No es un olvido menor, tampoco será la primera vez que actúe así esta empresa.

Volvemos a hace dos semanas: accidentes en cadena

Después de la primera explosión del edificio del reactor 1, en Viena, la agencia internacional de la energía atómica (OIEA), en base a la información procedente de Tokio, tranquiliza al mundo. En la noche del 12, cuando en Japón es la mañana del 13, un comunicado de prensa anuncia que se "ha clasificado el accidente en el nivel 4 en la escala INES. Con consecuencias locales."
Pero la agencia nuclear francesa reporta una contradicción objetiva entre la seguridad que pretende traslucir el Gobierno de Tokio y las medidas que el mismo Gobierno tiene adoptadas sobre el terreno, que responden a una alarma mucho mayor. El Gobierno francés, participante de la principal multinacional mundial nuclear, Areva, con casi tres cuartas partes de la electricidad generada en Francia por potencia nuclear, estaba particularmente interesado en aparecer como ‘preocupado'.
Frente al secretismo tradicional del Gobierno japonés (e incluso, en el pasado, del Gobierno norteamericano en el accidente de Chernobyl, en 1986), en este asunto, como en el de la intervención imperial en Libia días atrás, el pequeño Napoleón que se considera Sarcozy, ha intentado aparecer con toda su demagogia. En este caso, apareciendo como el campeón de la información, para intentar que no se cumpliesen las previsiones electorales que finalmente se acabaron concretando hace 7 días, cuando su partido recibió un ridículo 17% en las elecciones locales francesas.
El 13 de marzo, el área de evacuación se extiende a 20 km y comienza la distribución de píldoras de yodo a la población. Mientras, el 14 de marzo, otra nueva explosión sacude el edificio del reactor 3. Esto demuestra que en Fukushima, tres días después, las operaciones de enfriamiento de los reactores no han producido ningún efecto. La agencia de noticias Kyodo afirmó entonces que se habían comenzado a fundir los dos reactores afectados. Inmediatamente, se supo que el combustible del reactor número 2 quedó al descubierto. Es solo entonces, el 14 de marzo, cuando el Gobierno japonés pidió ayuda a los organismos internacionales. Se perdieron tres días desde el terremoto (cuando probablemente la empresa disponía de datos sobre fallos estructurales en los reactores) y dos desde la primera explosión.
Desde entonces, TEPCO, el Gobierno japonés y, ahora, la Agencia Internacional de la Energía atómica (OIEA) han continuado, por ser generosos, transmitiendo información opaca y muy contradictoria. Ya entonces, la autoridad nuclear francesa habló de que el accidente se encuentra en el nivel 6 en la escala INES, donde el 7 es el máximo, "más allá de Three Miles Island, sin llegar a Chernóbil", los anteriores máximos desastres nucleares.
La prueba de que la empresa está desbordada, y ha ocultado información preciosa, es que al día siguiente hay otra nueva explosión de hidrógeno en el reactor número 2 y, de repente, se produce un incendio en las piscinas (producido por la evaporación de agua) de desechos radiactivos del reactor número 4, piscinas alojadas irresponsablemente ¡¡Encima! de los reactores en esta central, para ahorrar costes! El incendio de la piscina se traslada al reactor a las pocas horas.

De cómo el sacrificio de los operarios no puede evitar el desastre provocado por la compañía

La situación entonces desemboca en el pánico y la empresa retira a casi todos sus operarios, menos a un retén de 50 trabajadores que hacen su labor a obscuras, con trajes especiales y pesados, respirando por tubos, trabajando en tramos inundados para reparar conexiones eléctricas y laberínticas inutilizadas por la mala planificación y el afán de lucro..., En condiciones propias de guerra nuclear, se sacrifican de manera valerosa intuyendo (y en los días posteriores con pleno conocimiento) que van a recibir dosis radiactivas cancerígenas o letales.
Las piscinas de los reactores 5 y 6 comienzan entonces a calentarse, por la pérdida del agua que recubre al material radiactivo usado, por motivos que nadie explicó exactamente hasta hoy. Estos últimos hechos arrojan totalmente por la borda la versión dada tanto por TEPCO, como por el Gobierno, como por parte también de la OIEA, hasta el día de hoy.
En primer lugar, los reactores 4, 5 y 6 estaban apagados cuando se produjo el terremoto debido a una revisión. En segundo lugar, los reactores 5 y 6 se encuentran relativamente separados y a distancia de los otros 4.
Los retenes de 50 trabajadores van cambiándose. Varios de ellos, antes de acabar su turno, sobrellevarán sobre su cuerpo dosis 10.000 veces a las recomendadas. Hoy son ya más de 700 trabajadores, la mayoría de rangos bajos (lo cual no es casualidad), muchos de ellos jubilados que se han presentado voluntarios que, en el mejor de los casos, podrán morir de manera natural antes de desarrollar el inevitable cáncer que les afectará.
Sufren "niveles de radiación letales", según Gregory Jaczo, presidente de la Comisión Reguladora Nuclear de los EE.UU. Evidentemente, ese trabajo no se hace por dinero (no hay ninguna prima especial). Aquí, como vimos en Chile con los mineros hace meses, los valores humanos más nobles brotan en mitad de tanto engaño y afán de mezquindad: la abnegación, el sacrifico desinteresado y el heroísmo para salvar al colectivo, que son los valores que jamás podrán ser superados por ninguno de los otros partícipes en esta tragedia.
Naoto Kan, primer ministro, llegó a amenazar sin ningún pudor a TEPCO con multas y castigos si los operarios abandonaban la planta de Fukushima, queriendo convertir este sacrificio en algo parecido a una ejecución.
Para ayudar a ello, el Gobierno japonés decidió cambiar los pasados días la dosis máxima permitida legalmente (elevándola de 100 milisievert al año, a 250) que pueden recibir los trabajadores de una central nuclear. "Diecisiete trabajadores han recibido dosis de entre 100 y 180 milisievert", según el OIEA. En una zona con agua en la que se contaminaron tres empleados, el OIEA midió dosis de "400 milisievert por hora", lo que implica que en un cuarto de hora un trabajador recibiría la dosis de un año.
No hizo falta obligar a los obreros. El pueblo japonés encontrará una referencia moral en sus obreros cualitativamente más elevada que en sus gobernantes económicos y políticos:
"Mi padre se fue a la planta nuclear. Nunca había oído a mi madre llorar tanto. Pero nunca había estado tan orgullosa de él. Por favor papá, vuelve vivo" (Público, 26-03-2011).
El día 17 se puede por fin bombear agua por medio de helicópteros a los reactores de la central y a las piscinas recalentadas. La cuestión es que ahora, posiblemente, ya había empezado una reacción en cadena descontrolada en uno o varios de los reactores de la central nuclear. Ese método hubiera servido el primer día para tratar de trabajar con más seguridad, enchufando corriente eléctrica a la central para aprovisionar de energía a ésta y restablecer sus sistemas de refrigeración instalados, hoy inservibles por sucesivas explosiones, o por la corrosión producida por la cristalización continuada de la sal marina después de muchos días de acción de ésta.
Se empieza a bombear agua en el reactor número 3 porque este funciona con una mezcla de uranio más plutonio, mientras que el resto de reactores funcionan tan solo con uranio. El plutonio es mucho más radiactivo que el uranio, por lo que este reactor por sí solo, potencialmente es mucho más peligroso.
El fin de semana del 19 y 20 de marzo la atención mundial queda desplazada por la intervención imperialista en Libia. Hay resúmenes y balances dominicales pero las noticias, a partir del lunes siguiente, descienden en intensidad a pesar de que posiblemente estemos ante una reacción nuclear en cadena descontrolada en uno o más reactores nucleares. La "tranquilidad" venía dada, según nos explican, porque se enchufó un cable hasta las bombas de refrigeración en los días siguientes, en todos los reactores. La cuestión es que, una semana justa después, como veremos, los resultados son parcos en este aspecto.
El sábado 20, el Consejo de seguridad nuclear español informó de que Fukushima tenía otra piscina de combustible, "enorme", que acumulaba desechos conjuntos de los seis reactores "sobre la que no se había suministrado información hasta ahora".
Se detecta contaminación de diferentes tipos de alimentos en diferentes zonas cada vez más amplias, que acaban afectando a la región central donde se sitúa Tokio. El martes 22 la OMS dice que la contaminación de alimentos es un problema "grave". La contaminación afecta también a un depósito de agua de la capital japonesa.
El jueves 24 y el viernes 25, con todo el mundo concentrado en Libia, la información sobre Japón pasa a mínimos en la prensa, una escasa página en los principales medios, informando sobre la mejora de los acontecimientos y de la radiactividad con efectos pasajeros sobre algunos alimentos.
Súbitamente, en este último fin de semana, todo cambia: se informan de incrementos sustanciales en los niveles de radiactividad. Tres trabajadores pisan charcos de agua radiactiva de 30 cm de altura en el reactor 3 (el que contiene plutonio además de uranio), que contienen 10.000 veces más radicación de lo habitual. "Un nivel tan alto de radiación podría significar bien que la vasija de contención del reactor número 3 está dañada, bien que las barras de combustible están parcialmente fundidas. En cualquier caso, una tragedia" (Público, 26-03-2011). Fue Hidehiko Nishiyama, portavoz de la agencia de seguridad nuclear japonesa, NISA, quien barajó en público ambas posibilidades, con lo que hizo saltar todas las luces de alarmas.
Horas más tarde, como viene siendo habitual, rectificó en sentido contrario.
El primer ministro, Naoto Kan calificó entonces el estado de Fukushima de "muy grave" y su evolución de "impredecible". La esposa de Naoto Kan publicó el año pasado un libro titulado ¿Qué demonios va a cambiar en Japón ahora que tú eres primer ministro? Sin querer entrar en elucubraciones catastrofistas, pero simplemente teniendo en cuenta la opacidad y falta de credibilidad del personaje que utiliza semejantes expresiones, la situación actual parece pronosticar una situación donde puede haber un imprevisible drama, mayor del vivido hasta ahora.

El peligro de la radiación

Para aumentar la confusión, el Gobierno japonés, que hasta entonces había evacuado tan solo un perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central, creando otro perímetro de 30 kilómetros donde sí se podía residir voluntariamente, animó a las decenas de miles de personas que todavía sobrevivían entre los 20 y 30 kilómetros "encerrados en sus casas", a irse definitivamente. La Agencia de Seguridad Nuclear Japonesa (NISA) ha avisado de que pasarán meses, e incluso años, antes de que estas personas evacuadas pueden regresar a sus hogares.
El Gobierno norteamericano propuso despoblar un área mayor, de 80 kilómetros alrededor de Fukushima.
El día 15 de marzo se proporcionaron cifras oficiales por primera vez sobre el nivel de radiación registrados en la central: 400 milisieverts por hora. La cantidad que una persona promedio absorbe en un año de exposición a la radiactividad natural es de 2,4 milisieverts. El resultado ordinario de rayos X para un paciente ordinario es de una absorción de 1 milisievert.
En los últimos días ha cundido la desinformación sobre lo que significa realmente el peligro de la radiación. Se habla de exposición "segura", "inofensiva" o "menos que peligrosa". La verdad es que no hay ningún nivel de exposición a la radiación, por pequeño que sea, que resulte inofensivo. Toda agencia científica que regula la contaminación radioactiva está de acuerdo en este punto. Es decir, cualquier tipo de aumento de la radiación sobre lo ordinario es un crimen para la salud.
Evidentemente también hay una diferencia entre estar afectado intermitentemente por una fuente de baja radiación (o alta), que es grave, a que en tu cuerpo entre una partícula radiactiva (o muchas), que son ellas mismas fuentes de radiación. La demagogia, por no hablar de continua falacia, que en este sentido se está utilizando por parte de algunos responsables de determinadas agencias nucleares raya en lo criminal, minimizando el que se incrementen los niveles de radiación.
Las autoridades francesas estimaron hace unos días, el 23 de marzo, que Fukushima había liberado ya una décima parte de radiactividad de la que se liberó en Chernobyl, Estos datos no incluían las piscinas de combustible gastado.
Posteriormente, el Gobierno japonés, para contrarrestar el efecto del informe francés, ha estimado que las emisiones radiactivas de Fukushima suponen alrededor del 1% de las emisiones de Chernóbyl. Aunque estas cifras son difícilmente comparables por varias razones: en Fukushima, una parte de la radiación se ha originado en las piscinas de combustible gastado, lo que significa según los expertos que los elementos radiactivos liberados son significativamente de más larga duración y más peligrosos para la salud que los de Chernóbyl.
La última valoración comparativa con Chernóbyl corrió a cargo del Instituto Central de Meteorologìa y Geodinamica de Austria, una instituciòn oficial. Estimado este organismo que las emisiones de Fukushima ascienden al ¨20% de Chernobil, en yodo 131 y entre el 20 y el 60% en Cesio 137, utilizando datos de estaciones de mediciones de California y Japón.
Grossi, subdirector general adjunto de la OEIA, dijo el sábado 26 que no se producirá un nuevo Chernóbyl, porque allí "la liberación estuvo agravada por una explosión que liberó a la atmósfera una nube radiactiva monstruosa".
Ahora bien, aunque nunca ha habido un estudio serio sobre las consecuencias de Chernóbyl, fundamentalmente debido a la falta de recursos destinados a ello por la OEIA y la OMS, allí la liberación de energía radiactiva al espacio se paró cuando se vertió suficiente hormigón como para construir un sarcófago que encerrase al núcleo atómico de la central.
Diferentes expertos han reclamado ya esa solución para Fukushima. La cuestión es que ¿Haría falta hacer eso con un reactor, con dos...? No se sabe. La compañía eléctrica calla y el Gobierno también.
Por su parte, Greenpeace publicó este fin de semana un informe en el que eleva a nivel 7 el desastre de Fukushima, el mismo rango que Chernóbyl. Según el experto en seguridad nuclear Helmut Hirsch, la central japonesa ya ha liberado la suficiente cantidad de radiactividad como para ser calificado al máximo nivel según la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).
Tomando el estudio austríaco solo como aproximado:
- Aunque adoptemos el porcentaje más bajo de vertidos radiactivos que ha calculado
- Tomando como base que esto va a seguir así (liberación intermitente de radiactividad como la que hemos tenido), en el mejor de los casos, durante unas pocas semanas: la física teórica establece que una ‘reacción en cadena', tarda en controlarse semanas o meses.
- -Esperando ¡Ojalá! que se empiece a controlar la reacción que se haya podido generar y que empiece cuanto antes a enfriarse todos los reactores y todas las piscinas; entonces,...
... Al final, tendremos un nivel de radiación generada que, como mínimo, se va a acercar bastante al de Chernobyl.

Últimas y preocupantes noticias: se incrementa dramáticamente la radiación

Se han publicado los primeros análisis de contaminación radiactiva del suelo: A 40km de Fukushima se han medido 163,000 Bq/kg de cesio-137 y 1.170.000 Bq/kg de yodo. La NISA (Agencia de Seguridad Nuclear Japonesa) estima que el suelo tiene que ser "reemplazado".
La contaminación de la tierra en la región, con niveles del isótopo cancerígeno cesio 137, que tiene una vida media de 30 años, es comparable con Chernóbyl, según Tetsuji Imanaka, del Instituto de Investigación de reactores en Osaka.
El OIEA afirmó el sábado 26 que es probable que esté dañada la contención del reactor 3, el que usa uranio y plutonio como combustible, lo que lo convierte en potencialmente mucho más radiactivo que el resto.
TEPCO prefiere una explicación más alambicada: "la fuga radiactiva detectada en el agua es mayor de lo esperado", lo que puede demorar el enfriamiento de rector numero tres, ya que el problema parece proceder de la piscina de refrigeración (según la empresa, esto es lo que nos tenemos que creer).
Los niveles de radiación en el mar, en las cercanías de la costa, facilitados por TEPCO, se han incrementado dramáticamente:
- El martes 22 de marzo: el nivel de yodo 131 fue 126 veces el del tope legal
- El 24 de marzo: 145 veces más alto que el del tope legal.
- El 26 de marzo fue de 1.250 veces más alto que el del tope legal.
- El 27 de marzo fue de 1.850 veces más alto que el del tope legal.
Los niveles increíbles alcanzados el sábado fueron valorados por TEPCO simplemente como "relativamente altos". De hecho, hoy ya no ha sido TEPCO, sino la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa, NISA (organismo oficial ligado a la industria nuclear japonesa) quien ha informado, aunque, como luego veremos, ha sido desmentida posteriormente por la propia TEPCO.
El portavoz de la Agencia citada, NISA, Hidehiko Nishiyama, afirmó hoy domingo que beber medio litro de agua dulce con el actual nivel de radiactividad expondría a una persona a la dosis máxima permitida en un año. Claramente, no pueden negar la evidencia de los riesgos para la salud humana, que han sido públicamente dados a conocer en el público por otros medios científicos. Ahora bien, intentan minimizar y desviar riesgos a largo plazo en otros ámbitos:
"Nishiyama descartó que la contaminación suponga una amenaza para la vida marina y la seguridad en el consumo de pescado. ‘Hablando en general, el material radiactivo soltado al mar será dispersado por las corrientes, así que haría falta mucho más para que las algas y la vida marina lo absorbieran' "(web El País, 27-03-2011).
Las mediciones aportadas anteriormente están basadas en yodo radiactivo, cuya radiactividad se reduce a la mitad en ocho días. TEPCO afirmó anteayer: "para cuando la gente coma productos del mar, las cantidades habrán disminuido probablemente de forma significativa". Al parecer, para la gente de Japón, la que más pescado consume del mundo y que más sabe de su arte culinario, el comer el pescado ¡¡A los 8 días de ser pescado para recibir sólo la mitad de la radiación 1850 veces permitida para la salud, es algo posible y natural!!
Lo que hay que decir también es que, según las mediciones de TEPCO del sábado (no del domingo, cuando debieron de aumentar mucho más), los niveles de cesio 137, que tiene un ciclo de reducción de su vida de unos 30 años, multiplicaban por 79,6 veces el máximo legal.
Hoy, domingo 27, el OIEA ha comunicado que se ha detectado la presencia de yodo 131, cesio 137 y cesio 134 a niveles como los de la zona del reactor 3, donde tres trabajadores resultaron heridos el jueves cuando entraron en contacto con agua radiactiva a un nivel 10.000 veces superior al normal.
Después de los esfuerzos y los sacrificios sobrehumanos de los trabajadores, la web de El País informa hoy domingo de resultados desalentadores y muy preocupantes:
"Desde hace más de dos semanas, Japón trata de restablecer el suministro eléctrico, sin que ayer lo hubiera conseguido totalmente en cuatro de los seis reactores. Sí logró llevar líneas eléctricas, pero con las tres explosiones registradas, los equipos están dañados. Esas explosiones se produjeron por la salida de hidrógeno -un gas explosivo- desde el reactor. El OIEA afirmó ayer que es probable que esté dañada la contención del reactor 3, el que usa uranio y plutonio como combustible, lo que lo convierte en mucho más radiactivo que el uranio del resto.
"El humo negro que aparece ocasionalmente de los reactores procede presumiblemente de cortocircuitos al intentar encender las bombas. Después de dos semanas, ya tienen luz dos de las salas de control, lo básico, pero en esta situación se considera una gran noticia. Además, ya hay inyección de agua dulce y comienza a usar el sistema normal de refrigeración. Aunque ya no se recurre a la desesperada solución de lanzar agua desde helicópteros, más de dos semanas después nadie es capaz de predecir la evolución y aún queda una larga tarea por delante. Las piscinas de combustible gastado, altamente radiactivo, se han visto dañadas."
"En la central, los técnicos continuaron trabajando para estabilizar los reactores, tras las sospechas surgidas el viernes pasado de que la unidad 3 -de un total de seis- podría haber sufrido una grieta.
"En el reactor 2 han sido detectados niveles de radiación 10 millones de veces superiores a los normales, según informa TEPCO, la compañía que opera la planta, lo que ha obligado a evacuar a los técnicos que trabajaban para intentar repararlo. TEPCO señala que estos niveles se han detectado en el agua acumulada en el edificio en que se encuentra la turbina del reactor.
"TEPCO ha detectado hasta 400 milisievert en la superficie del agua acumulada en el edificio que alberga la turbina del reactor 3, un nivel que puede provocar daños a la salud si se recibe en un intervalo corto. También preocupan las grandes cantidades de líquido irradiado en los reactores 2 y 4 (...)
"En el reactor 1, la profundidad del agua tóxica era de 40 centímetros, mientras que en el 3, el lugar donde sufrieron quemaduras dos operarios, alcanzaba 1,5 metros."
Según la agencia local Kyodo, en los edificios de turbinas hay zonas inundadas con agua altamente contaminada, que en algunos lugares alcanza una profundidad de hasta 1,8 metros.
Siguiendo el ritual que lleva practicando desde hace tiempo, TEPCO informó en una rueda de prensa posterior que se ha errado en las mediciones hechas públicas horas antes: "Se ha producido una confusión entre el yodo 134 y el cobalto 56", ha declarado Sakae Muto, vicepresidente de la empresa.
TEPCO volverá a realizar un análisis de los niveles de radiación. No obstante, se mantiene la evacuación de los trabajadores.

¿Cuál es la situación actual?

Resumiendo, a pesar de la desinformación o no, tenemos, diseccionando los datos opacos que lanzan la OIEA, el Gobierno japonés y TEPCO:
- Piscinas de desechos tóxicos dañadas
- Reactor número 2 donde puede haber habido fusión parcial del núcleo
- Reactor número 3 que parece agrietado (y con declaraciones anteriores donde se sospechaba que también había fusión parcial del núcleo)
Rafael Grossi, subdirector general adjunto de la OIEA, decía el sábado 26 a El País que "la situación en la central de Fukushima es grave" y que "en cualquier momento" puede degradarse ¿Qué significa esto a estas alturas? Esperamos que no lo que imaginamos.
Hasta ahora, la estrategia ha sido restablecer la conexión eléctrica (seriamente dañada por los problemas que hemos mencionado) para refrigerar de esta manera a los reactores, los cuales no sabemos con exactitud hasta qué punto están dañados, aunque los niveles altísimos de radiación de los dos últimos días sugieren un daño estructural en algún lado.
Hirose Takashi es un experto en energía nuclear que concedió una entrevista, parte de la cual apareció en REBELIÓN (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=124946 ). En ella ofrece su testimonio:
"Si se quiere enfriar un reactor con agua, hay que hacer circular el agua por dentro para sacar el calor, cualquier otra cosa no tiene sentido. La única solución es el restablecimiento del suministro eléctrico. Lo otro [verter agua encima del reactor] es como volcar agua en la lava (...) Durante una semana han estado volcando agua allí. Y el agua es salada. Si pones agua salada en un horno caliente, ¿qué pasa? Produces sal. La sal entra en las válvulas y las paraliza (...)"
Esta entrevista es de ¡Hace más de una semana!... Parece que, ahora, se ha empezado con agua destilada a volver a enfriar dos de los cuatro reactores afectados por explosiones. Pero, independientemente de eso, la situación en los reactores 1,2 y 3 es problemática, con altísimos niveles de radiactividad.
Si esto no funciona, pueden hacer falta medidas más drásticas como enterrar la central en arena y hormigón. Nuevamente, parece haber un problema de prestigio de la compañía, del Gobierno, y hasta de la OIEA para resistirse a esta opción ¡Sería la solución Chernóbyl! ¡Y Japón no es Chernóbyl! ¡Ni la OIEA es igual que la agencia nacional de seguridad nuclear soviética! Más adelante veremos que no es sólo una cuestión de prestigio.

Sí hay otra versión sobre lo sucedido. Sí hay otras alternativas

En un artículo aparecido en la web REBELIÓN de Alejandro Nadal, aparecido originalmente en el mexicano La Jornada, encontramos el siguiente análisis:
"Las fotografías, videos e imágenes de satélites (por ejemplo en la página www.isis-online.org) no contienen la evidencia de los destrozos que provocó el tsunami en la costa al norte de Fukushima. Ni los árboles en los estacionamientos, ni los patios de la planta tienen la huella del tsunami. Los escombros que aparecen se deben a las violentas explosiones de hidrógeno que destruyeron los edificios de los reactores 1 y 3.
"Una buena parte de la propaganda del lobby nuclear descansa sobre esta versión de los hechos. Pero la evidencia revela que si hubo un tsunami en Fukushima, tuvo que ser mucho más débil que en Minamisoma o Sendai (distantes unos setenta kilómetros al norte de la planta). Por lo tanto, se abren dos hipótesis inquietantes. Primero, es posible que un tsunami de menor fuerza efectivamente inundó los sistemas de enfriamiento y los depósitos de combustible de los motores diesel (respaldo del sistema principal). Pero eso significa que las plantas eran mucho más frágiles de lo que nos quiere hacer creer el lobby nuclear. En este caso, TEPCO quedaría (otra vez) mal parada por su negligencia. Nada nuevo para TEPCO.
"La segunda hipótesis es que el colapso en los sistemas de refrigeración fue provocado por el terremoto. En ambos casos, queda expuesta la falacia del lobby nuclear. Las plantas no son robustas y no funcionaron como se supone que deben hacerlo en caso de un terremoto".
Cada vez cobra más fuerza la idea de que el terremoto jugó un papel muy importante a la hora de dañar la estructura básica de la central, tanto de sus reactores activos como apagados, junto con sus piscinas de desechos radiactivos. El maremoto, posiblemente, tuvo los efectos originalmente explicados. Pero lo que hay que investigar hasta el final es si la empresa sabía que el terremoto había afectado de manera vital a la planta antes.

Nosotros acusamos... al capitalismo

En cualquier caso, la actuación de la empresa (como de otras tantas de su ramo) está probada como criminal desde hace décadas, y como tal debe ser juzgada.
Hay más casos. Construir una central nuclear en una falla, teniendo en consideración el nivel de conocimientos técnicos actuales, es una muestra de la negligencia que recorre el sistema de explotación económico en que vivimos. La planta nuclear de Tokai, a mitad de camino de Tokio y Fukushima, está en la unión de dos fallas locales, al igual que la mencionada antes y accidentada en el 2007 de Kashiwazaki Karina. Lógicamente, con la sabiduría actual, el peligro de que haya un desastre todavía mayor que el de Fukushima es mayor en estas dos plantas. Supone un acto de irresponsabilidad no cerrarlas de inmediato.
Construir una central nuclear a pie de playa, en el lugar mismo de donde proviene la palabra ‘tsunami' ¿Cómo es posible? ¿Por qué se han ubicado en Japón tantos reactores al lado del mar en una zona propensa a maremotos? La Union of Concerned Scientists lo ha documentado con precisión: por razones económicas. No hay que pagar por el agua del mar, sale muy barata, rebaja costes y aumenta beneficios, especialmente en un país sin ríos de caudal importante.
La negligencia y falta de previsión es escandalosa y solo puede ser atribuible racionalmente al ocultamiento de información básica por motivos de prestigio que ponen en cuestión el diseño básico de esta central (es decir, de otras muchas en todo Japón), que deberían así ser cerradas de inmediato, lo que pondría en la picota a casi todas las grandes eléctricas japonesas, con consecuencias importantes para el resto de multinacionales exportadoras japonesas. Esto, a su vez, también afectaría a esta industria a nivel mundial, y a la producción mundial a corto plazo. No hace falta explicar que la mayoría de centrales nucleares del mundo no cuentan con las medidas de seguridad que existen en Japón, ni las más generales, ni las más particulares contra los seísmos.
La situación generada por la locura de la producción capitalista, que lleva a la búsqueda mezquina del máximo de beneficios por parte de las multinacionales, ha llevado a una confabulación enorme de ocultación de la realidad, que afecta al conjunto del poder establecido en Japón y que, tal como revelan los cables de Wikileaks, no es nueva en absoluto.
Para el Estado japonés, a su vez, con una Deuda pública que llega ya al 204% del PIB, con daños que reparar por el doble cataclismo natural que puede que asciendan al 8% de su PIB, el tener que hacer frente a una factura suplementaria para limpiar y hacer frente al cierre de las centrales japonesas va a suponer una dolorosa carga.
El modelo japonés entró probablemente en una nueva crisis. Varias centrales nucleares deben ser cerradas ya y eso plantea un coste decisivo sobre los costes energéticos de las industrias instaladas allí, buena parte de las cuáles pueden pensar en deslocalizar parte de la producción. Evidentemente, va a haber resistencias a admitir esta situación.
Con los datos en la mano, todos los organismos internacionales y buena parte de los nacionales de seguridad nuclear, han perdido toda credibilidad por su ligazón material a los intereses de los capitalistas del sector. En la industria más delicada y peligrosa; en el país que tecnológicamente más nos maravilló en los últimos 50 años; en el país donde, con todas estas condiciones junto con su riesgo geológico, más seguros tenían que haber sido los protocolos de seguridad, éstos han fallado una y otra vez ¡Y hubo avisos! ¡Vaya si los hubo!
¿Cómo podemos confiar en este sistema? ¿Qué industria es segura? ¿Qué alimentación es sana y segura? Preguntémonos a nosotros mismos lo que implica la lógica de la dominación del capital financiero, de las grandes empresas y compañías de seguros, que solo buscan sus resultados a corto plazo. Hoy en día, la calidad de muchos productos se resiente en demasía, debido a la presión del corto plazo del capital financiero, ni siquiera los antaño prestigiosos grupos industriales realizan una inversión de recursos con visión a largo plazo. La propia crisis del capital financiero, cuyos valores ficticios son sostenidos por los Gobiernos cueste lo que cueste, amenaza con devorar y arrastrar tras de sí a muchos grupos industriales. Este es el capitalismo senil en todo su apogeo.
La cuestión es que, bajo el capitalismo, ni siquiera la industria concebida y planificada a más largo plazo, se libra de que está concebida "para buscar beneficios" y "más beneficios que la competencia".
Todo está en cuestión para estos grandes propietarios que quieren más y más. Si miramos a nuestro alrededor, desde la energía, hasta la salud, la jubilación, el ocio... Y, finalmente, el medio ambiente y, con él, el futuro físico de nuestros hijos. El capitalismo nos lleva a un callejón sin salida y, en definitiva, a la crisis del planeta.

Miguel Jiménez – Lucha de Clases (España)

Violencia Semiótica contra Hugo Chávez

Ofensivas digitales para incriminar, calumniar y desmoralizar...

Manipulan videos, manipulan dibujos, manipulan fotografías... para ridiculizar, descalificar y criminalizar
Es difícil calcular el número de imágenes (visuales, sonoras o literarias), que circulan por todas partes, para ridiculizar la jerarquía política, la autoridad moral y el aliento revolucionario del presidente de Venezuela. No caeremos aquí en la trampa de reproducir alguna de esas imágenes pero tampoco caeremos en la trampa de guardar silencio ni escaparemos a la responsabilidad de dar la batalla semiótica que nos toca en el escenario mundial de Guerra Simbólica. En última instancia no tendremos miedo de denunciar... (con miedosos ya están plagadas muchas universidades, casi todas las sectas y muchas burocracias). ¿Suena esto a bravuconada?, ¿A belicismo?, ¿Suena, acaso, a “poco científico”?, ¿Suena a poco serio?. Veamos.
El repertorio de las agresiones simbólicas contra el presidente Hugo Chávez, obedece a los protocolos ideológicos más ortodoxos de la “Guerra de IV Generación”. Se trata de perpetrar un crimen que, al ridiculizar u ofender al presidente de la nación, atenta contra la voluntad democrática de un pueblo. Y viceversa. Golpe bajo con las intenciones más perversas. Algunos dirán que es cosa del “sentido del humor”, otros dirán que “ejercen su libertad de expresión”, algunos más dirán que se trata de una “forma didáctica” de ejercer la disidencia y la crítica... Hay canallas “tecnificados” que usan computadoras, cámaras de video, fotografías... los hay que ponen cámaras escondidas, micrófonos y dispositivos para la intercepción de correos electrónicos. No faltan los que espían los ordenadores e incluso los que espían e intervienen los “mail” y los “chats”. Cualquier cosa les sirve para sembrar focos de violencia simbólica cuyo objetivo sea “quemar”, ridiculizado, a un mandatario democrático en hoguera de la manipulación tecnológica y la “plaza pública” del espionaje. Incluso de lo más privado.
Las imágenes manipuladas son un relato claro de las perversiones que anidan en las mentes de quienes financian y/o realizan iconografías para la ofensiva oligarca. Muchos están altamente tecnificados y consiguen piezas cargadas con volúmenes inexpugnables de violencia psíquica. Usan cualquier escena, de la vida real, de la intimidad, del espacio público... nada detiene a los fines aviesos. Basta con que la imagen ofrezca un flanco, un gesto, una debilidad... una intimidad, para que se lo use como arma descalificadora, ridiculizante y desmoralizante. Se subordina la tecnología al goce de la degeneración y emerge de semejante coctel una galería monstruosa de iconos o animaciones constitutivos de un arsenal de ideas y gráficas explícitamente terroristas. Muchos se hacen cómplices simplemente con las risotadas soeces. Hacen reinar la mentira. Así se empieza.
Hasta hoy, para los nada escrupulosos espías financiados por oligarcas, vale oro -como receta bélica convencional- el golpe moral de someter a ridículo, exhibir como cadáver o mostrar en “actos impúdicos”... la imagen de un líder. Si este es un líder transformador y revolucionario... les inspira mayores odios. Para ellos “todo vale” (menos los argumentos racionales, claro). Para ellos toda desazón, todo descorazonamiento, todo miedo y toda duda son terreno codiciado. Su “Alma Mater” es el dinero y su fin último es desmovilizar al enemigo sin importar qué obscenidad haya que usar. Hay ejemplos a raudales y se gasta, en ello, millonadas monstruosas. El objetivo es sembrar el caos, sustituir los valores, obligar a creer en lo falso. Representar una tragedia, la muerte, lo irreversible... y destruir la moral y la conciencia del otro. Especialmente si es socialista.
Se trata de mancillar la imagen del líder, se trata de quebrar la dirección, se trata de quitar las ganas y degenerar los procesos revolucionarios que se desarrollan en el interior de la lucha de clases. Todo sirve para semejante inmundicia: Literatura, cine, teatro... televisión... todos sometidos para que reflejen y ensalcen los intereses más bajos, más retrógrados. Se trata de sembrar e inculcar, en la conciencia colectiva, el miedo, el desconcierto, las dudas, la desconfianza y la sorna con tufo de violencia, sadismo y traición. En concreto: cualquier tipo de inmoralidad.
Su idea es sembrar el mundo con caos y confusión y que eso que parezca un “paraíso” donde la violencia contra los pueblos sea activa y constante, déspota, corrupta... domine la falta total de principios, la muerte de la honradez y la honestidad que serán ridiculizadas, innecesarias y convertidas en causa de represión. Mundo donde reina el descaro, la insolencia, el engaño y la mentira... la sangre todo lo envuelve, las degeneraciones sexuales se naturalizan con tufos de alcoholismo, drogadicción, miedo irracional, traición, fascismo y enemistad entre los pueblos, desconfianza entre las personas y sobre todo el reino del odio cultivado pertinazmente. A Hugo Chávez se lo agrede inmisericordemente desde cualquier posición. No importa si son locutores, lectores de noticias, sacerdotes o catedráticos. Abren la boca preñada con odio para ridiculizar, por ejemplo, con tonitos sarcásticos... para manipular fotografías, videos o audio... para calumniarlo, desacreditarlo y sentenciarlo a convertirse en “desecho de la historia” producto (según no pocas mentes homicidas) de alguna bala o algún recurso como los que, incluso por televisión, se le han vaticinado. Todo queda en la impunidad. En sus intenciones más abyectas los manipuladores de imágenes y sonidos (de imaginarios incluso magnicidas) ponen por “target” a los jóvenes para corromperlos, desmoralizarlos y pervertirlos. Ya hay videojuegos al respecto.
Podríamos formar un expediente del horror inmenso si juntásemos, sólo, en una casuística latinoamericana todas las formas de agresión simbólica contra Hugo Chávez que se publican a diario. Todas las risitas mañaneras de los lebreles periodísticos, todas las noticias deformadas para exhibirlo como “ineficiente”, “autoritario”, “dictador” y “comunista”. Todas las fotografías, los “pies de fotos”, los videos y las pistas de sonido, prefabricadas para que se vea lo “intransigente”, lo “antidemocrático”, lo “amenazador” que es Chávez. Podemos estudiarlo y debemos denunciarlo, a los cuatro vientos y a voz en cuello. Debemos ejercitar la denuncia y entrenar la contraofensiva. Debemos cumplir nuestras tareas, por razón de justicia y por el bien de todos... mientras echamos nuestras barbas a remojar porque todos podemos ser la próxima víctima. Sonría nos están filmando.

Fernando Buen Abad Domínguez

miércoles, marzo 30, 2011

Un comentario sobre la vigencia del marxismo y de la propiedad social


El proceso político de transformación socialista abarca no solo el ámbito de la economía, sino también el de la ética, el derecho, la organización, la cultura. Si el capitalismo es el predominio del egoísmo, el socialismo es el predominio de la solidaridad, si el capitalismo es el predominio de la explotación, el socialismo lo es de la justicia, si el capitalismo es el predominio de la competencia, el socialismo lo es de la colaboración, si el capitalismo es el predominio de la irracionalidad, el consumismo y el lujo, el socialismo lo es de la racionalidad, el consumo saludable y el bienestar general, si el capitalismo es el predominio del mercado, en el socialismo debe predominar el plan, si el capitalismo es el predominio de la propiedad privada, el socialismo es el predominio de la propiedad social.
Los dos componentes del título de este artículo están estrechamente vinculados por la finalidad práctica del pensamiento de Carlos Marx, revelada en síntesis en la trascendente tesis 11 sobre Feuerbach, en la que alude a la transformación entendida como práctica, como actividad que incluye el pensamiento abstracto y la teoría y no como un “hacer” desprendido de la racionalidad.
En efecto, hablar de marxismo es hablar de la superación del modo de producción capitalista, es hablar de revolución, de cambio y no solo de crítica del capitalismo real. Por ello, hablar de marxismo con un sentido práctico es también encarar el reto de superar la propiedad privada y la cultura mercantil capitalista que ésta genera.
Creo que es obligado reconocer que si bien la preocupación acerca del marxismo o de los marxismos posteriores a Marx no es nueva, sí adquirió mucha mayor notoriedad después del derrumbe del sistema socialista de Europa del Este y de la confusión que cundió en todo el mundo progresista.
Comparto la idea de los que piensan que el fracaso del experimento socialista eurooriental nacido con la revolución de Octubre de 1917, no fue solo un fracaso “de los soviéticos” ni “del campo socialista”: fue, esencial e históricamente hablando, un fracaso de toda la humanidad; fracasó aquel socialismo como componente de la realidad mundial nacida de aquella revolución primigenia y fue particularmente un fracaso mayor para la izquierda consciente y radicalmente anticapitalista. Eso explica en parte por qué muchos los asumimos con sus defectos y vimos en el antisovietismo una posición contrarrevolucionaria y también por qué –aun reconociendo sus deficiencias, errores, insuficiencias y excesos- no nos sentimos reivindicados con el fracaso de la URSS, sino debilitados. Pero si bien la vida ha comprobado con creces que no estamos “mejor” ahora, también ha sacado a la superficie de modo dramático el costo social y político de los errores y, simultáneamente, que ese fracaso no lo fue del “marxismo” y menos aún “de la obra de Marx”, aunque lógicamente al analizarlo nos remitimos inevitablemente al pensamiento fundador y su producción posterior.
Ahora bien, ¿por qué nos interesa debatir sobre el marxismo, cuando estamos en medio de tanta incertidumbre y crisis en el planeta? Creo, en primer lugar, que es por la convicción de que el marxismo tiene todavía mucho por hacer en este mundo porque sigue sirviendo a los propósitos de la política revolucionaria, la de hoy, la de un mundo cambiado y cambiante.
Un primer asunto es precisamente éste: el marxismo posterior a Marx sólo puede tomar su marxismo, el de Marx, en relación con un mundo cambiado y cambiante, pero no escogiendo pedazos de este que consideremos “buenos” porque en tal caso no podríamos hablar de “marxismo” sino de interpretaciones parciales y descontextualizadas de un pensamiento, una de cuyas principales virtudes, si no la principal, es su integralidad. El otro aspecto es tener en cuenta el carácter abierto de este sistema filosófico, por lo que un abordaje que imponga límites, terminaría inevitablemente en posiciones dogmáticas que acabarían necesitando un marxismómetro que revelase cuánto marxismo hay en un pensamiento, en un enfoque, en un ensayo, etc. y claro está se necesitarían los especialistas en marxismometría para hacer las mediciones y otorgar calificaciones.
La esencia holística del marxismo es el fundamento de su principal fortaleza teórica, es intrínsecamente multi, trans e interdisciplinaria, exige ver la sociedad desde las perspectivas económica, política, jurídica, cultural, ética, estética, antropológica, etc., integralidad que no siempre ha sido asumida por el sujeto de la construcción socialista con el rigor que imprimió Marx a su estudio de la historia, a su crítica del capitalismo, a su perspectiva del socialismo, lo que ha traído importantes desfases en la vida cotidiana resultantes de la falta de articulación práctica de las actividades socioeconómica, organizativa, jurídica normativa e ideológica política; precisamente al análisis de este particular hemos dedicado buena parte de los esfuerzos para estudiar los problemas de la transición socialista (2) .
El marxismo posterior a Marx, si lo consideramos como sistema integral, puede enfocársele desde su característica de ser cosmovisión, teoría de la historia, el ser guía para pensar una sociedad histórica y culturalmente definida, una región, o una actividad humana, por ejemplo: la Economía, el Derecho, la Ética, y verse también como ideología. Todos estos enfoques, claro está, están interrelacionados.
El marxismo, en tanto expresión teórica, totalizadora, es ciencia y como tal está necesitada de incorporar constantemente los nuevos datos de la realidad, de mantener su carácter abierto, de autocrítica y superación ante los nuevos conocimientos, incluyendo aquellos que pueden determinar cambios en su epistemología. La complejidad que hoy se reconoce en la relación sujeto – objeto, que a mi modo de ver se exagera en ocasiones hasta el extremo de diluirse uno en otro caotizando al conocimiento, impone, sin embargo, un reto para la epistemología que no puede ser obviado.
El marxismo como ideología exige una visión integral de la realidad social y convoca a una actitud revolucionaria desde una perspectiva de regularidad que parte de considerar la finitud inevitable del sistema socioeconómico capitalista y del modo capitalista de vida como un resultado natural de la evolución de la historia. Aquí se nos presenta una disyuntiva. No habría Carlos Marx sin Hegel. La modernidad que se levantó sobre las bases del modo capitalista de vida construyó su subjetividad, generó sus filósofos, la filosofía clásica alemana no cerró con Feuerbach, cerró con Marx. Marx, al pensar la crítica del capitalismo estaba criticando también a la modernidad de entonces, a su modernidad, y al postular como inevitable el postcapitalismo en forma de socialismo, también estaba postulando una nueva modernidad o, si se quiere, una postmodernidad, obviamente de signo y contenido muy diferente a la ya pasada moda “postmoderna” y dado su fundamento filosófico hegeliano, ese cambio era visto en una dialéctica de la negación que para nada evocaba una etapa desprendida de la sociedad anterior, sino, como recordara en su Crítica al Programa de Gotha, “con las manchas del parto”.
La ideología marxista es un sistema de principios, teorías, ideas y valores construido sobre la base del convencimiento y prueba del carácter finito del modo de producción y de vida del capitalismo. Por esta razón –en rigor- no toda ideología anticapitalista es necesariamente una ideología marxista tal como Marx vio la historia, pero sí en muchísimos puntos de contacto, no solo por este particular, sino por muchos otros, porque una ideología política revolucionaria es siempre un sistema vivo de ideas, valores, códigos, convicciones, actitudes, y el marxismo en tanto ideología, solo puede existir realmente en una sociedad concreta, histórica y culturalmente definida, solo puede existir, para decirlo con palabras de Isabel Rauber, mestizado, de lo contrario estaríamos ante una pura abstracción de escaso sentido práctico y la ideología, como enseña Fidel, es conciencia y actitud de lucha. (3)
Las preocupaciones e incertidumbre que muchos asumen respecto del futuro de la humanidad llevan a estas personas que rechazan al capitalismo como sistema, que sufren y reflejan sus contradicciones, a luchar contra este, aun sin el convencimiento de que necesariamente está condenado a desaparecer. Pero en tanto postura anticapitalista, esta posición va al encuentro del marxismo y construye sus sentidos con fundamentos muchas veces coincidentes con este, pero se detienen en el concepto de la desaparición ineluctable del sistema, como necesidad histórica, como regularidad.
Lo anterior nos lleva a otra pregunta bien diferente: ¿qué tan importante es para la práctica que las personas reconozcan como cierta tal regularidad? Cabe pensar incluso que no esperar que el devenir histórico determine el cambio implica asumir mayor responsabilidad por parte de ese sujeto anticapitalista, que, por así decirlo, “se queda solo” sin la ayuda del demiurgo de la necesidad histórica y por ello está probablemente en mejor capacidad de prepararse para las incertidumbres, para pensar y reaccionar ante lo casual, y asumir nuevas actitudes prácticas, algo que –dicho sea una vez más- no tiene por qué no ser también una actitud positiva de quienes sí reconocen esa regularidad.
Ni Marx ni Engels tuvieron posibilidad de participar de una práctica de construcción socialista, no pudieron, por tanto, continuar su labor teórica alrededor de tal experiencia. Su legado se circunscribe al desarrollo de la concepción materialista de la historia, el estudio a fondo del capitalismo, el descubrimiento de sus contradicciones, de las lógicas internas que generan las potencialidades para su necesaria superación, pero no tenían ni podían tener idea de cómo en un país subdesarrollado y bloqueado como Cuba, por ejemplo, podía organizarse la producción y alcanzarse la eficiencia. Siendo como eran, científicos, se alejaban de la especulación. Solo llegaron a plantear algunos criterios acerca de cómo podría ser la distribución. Lenin participó en los primeros intentos de organizar el funcionamiento socioeconómico del socialismo en la antigua URSS, con las conocidas etapas de comunismo de guerra y la NEP (4) , pero vivió poco tiempo después de iniciado este proceso, nos legó su análisis del imperialismo e importantes trabajos acerca de la NEP, pero tampoco él tuvo una práctica dilatada, suficiente, como para sistematizar y generalizar algunas experiencias.
Si reconocemos que el marxismo hay que verlo en relación con un mundo cambiante y cambiado, a la pregunta ¿cuál marxismo? hay que anteponerle la pregunta ¿cuál realidad?, ¿qué ha cambiado en el mundo? No podemos aquí pretender el imposible de señalar siquiera todos los cambios fundamentales, sino asomarnos al problema. Muchos entonces nos hacemos preguntas como estas: ¿Cuál y cómo es hoy el sujeto del cambio revolucionario?, ¿Cómo se construye el poder del cambio?, ¿Cómo se expresa hoy la relación economía–sociedad?, ¿Cómo ver hoy el determinismo económico “en última instancia”?

Acerca del papel del marxismo

El marxismo tiene que dar cuenta hoy de las transformaciones que han ocurrido y siguen ocurriendo en el mundo en lo tocante a la estructura socioclasista. La contradicción capital–trabajo, obviamente vigente, se interpretó muchas veces de modo reduccionista, colocando en el polo capital a la burguesía y en el polo trabajo al obrero, la visión mecanicista de esta oposición, llevó incluso a definir como esencialmente “bueno” al obrero y esencialmente malo al “burgués”, recordemos de nuestra práctica las planillas con la pregunta: “origen social”.
El desarrollo del capitalismo ha producido también cambios en los trabajadores, los cambios han llegado al enfrentamiento de los obreros que pelean entre sí por mantener el trabajo, la competencia ha calado hasta la médula a toda la sociedad, no es que sea un fenómeno nuevo en la historia, los trabajadores mejor remunerados hace años se distancian de su clase y también se han puesto entre ellos zancadillas, pero el capitalismo tardío ha empleado, y hábilmente, además de sus armas económicas, las extraeconómicas, las armas de la ideología y ha terminado culpando al individuo de las miserias del sistema y con muchos individuos aceptando las culpas y reconociéndose “incapaces” y “perdedores”.
Mientras, han surgido nuevos actores sociales no necesariamente directamente vinculados -como tales actores- a la función económica del capital, al metabolismo económico, a la producción de bienes y servicios bajo la explotación capitalista, pero sí indirectamente y sufriendo las contradicciones del sistema en su etapa de perversión y sus disímiles vías de parasitar en la sociedad, y le han nacido al capitalismo tardío nuevos enterradores cuyas vías de participación y empoderamiento ya no vienen del modo decimonónico ni como fue en el pasado siglo. No puede decirse que los obreros serán los enterradores, que son los únicos que no tienen nada que perder sino sus cadenas, o que son los encargados por el devenir de ocuparse de acabar con el capitalismo una vez que se apropian de la ciencia del cambio. De igual manera es fundamental la recuperación y relanzamiento de la experiencia y las tradiciones de lucha de los trabajadores. Todo ello introduce muchísimas interrogantes y desafíos acerca de la función de las organizaciones políticas, los modos de articulación, las formas de lucha, las vías de empoderamiento, etc.
Lo anterior conduce a otra reflexión acerca de cómo considerar la construcción del poder para el cambio. Este ya no puede verse sólo como atributo básico “de una clase con sus aliados”. En las nuevas circunstancias históricas no pierde centralidad el trabajo como polo opuesto e imprescindible del capital, pero sin perderse o diluirse el concepto de clase en el presente la centralidad se agranda y el capital que fue otrora el trasfondo y fundamento económico de un modo de vida y de un cambio progresista, aparece hoy como un gigantesco cuerpo parasitario que se relaciona de modo dañino con la humanidad y con la naturaleza. En consecuencia, el desarrollo hoy del marxismo plantea a la izquierda el estudio, seguimiento, elucidación de las nuevas formas de construcción y ejercicio del poder para el cambio, desarrollo y consolidación de un nuevo modo de vida.
Lo dicho nos lleva de la mano a rever el tema recurrente del determinismo económico. El determinismo económico de Marx se inscribía en la lógica del desarrollo de las fuerzas productivas, ellas eran las generadoras del cambio inevitable, pero ese ángulo hay que verlo detenidamente, porque la influencia de los procesos económicos en la vida social tiene características específicas y regulares, independientemente del grado y nivel de su desarrollo. No albergamos dudas al afirmar que cuando hay crisis en la actividad económica, esta se refleja en la sociedad en su conjunto con fuerza que determina direcciones de la historia, tampoco dudamos de la estrecha en insoluble relación de los procesos económicos con los procesos sociales en general y nos dirigimos a estudiar los eslabones mediadores cuando queremos elucidarla, pero también debemos plantearnos ante los nuevos problemas que se presentan hoy ¿Qué corresponde al marxismo como ideología política, como guía para la acción superadora del capitalismo, como ciencia del cambio? ¿Debemos, para decirlo en buen cubano, “seguir la rima”, enfocar la sociedad que queremos construir sobre la base de competir con capitalismo para “producir más” y “consumir más” porque de lo contrario no lo derrotaríamos, o debemos plantearnos una crítica profunda y específica en cada sociedad de la producción y el consumo que heredamos del capitalismo y forjar un modo de vida, una cultura, auténticamente nuevas, superiores? Digo esto, sin dejar de tener en cuenta las deudas de consumo básico elementales que se heredan con el subdesarrollo o con las injusticias y desigualdades del capitalismo en los propios países desarrollados y que el emprendimiento por una nueva sociedad no puede soslayar.
Uno de los temas más importantes, en los que en la experiencia socialista mundial ha olvidado la integralidad del pensamiento de Carlos Marx es el referido a las formas de organizar la propiedad social.
Ha quedado suficientemente claro que el capitalismo no es “el fin de la historia”, ahora bien, si no es superado por algo –y valga la redundancia- “superior”, acabará con la historia, que no es lo mismo, pero como dijo el poeta, es igual.
En consecuencia, el socialismo está hoy más que nunca a la orden del día. También ha quedado claro que no habrá una única forma de existencia del socialismo, sino tantas como condicionen las diferentes sociedades que emprendan tal camino de transformación de la sociedad.
El proceso político de transformación socialista abarca no solo el ámbito de la economía, sino también el de la ética, el derecho, la organización, la cultura. Si el capitalismo es el predominio del egoísmo, el socialismo es el predominio de la solidaridad, si el capitalismo es el predominio de la explotación, el socialismo lo es de la justicia, si el capitalismo es el predominio de la competencia, el socialismo lo es de la colaboración, si el capitalismo es el predominio de la irracionalidad, el consumismo y el lujo, el socialismo lo es de la racionalidad, el consumo saludable y el bienestar general, si el capitalismo es el predominio del mercado, en el socialismo debe predominar el plan, si el capitalismo es el predominio de la propiedad privada, el socialismo es el predominio de la propiedad social.
Cuando una sociedad ha acumulado suficiente fuerza, organización e inteligencia y emprende el camino socialista desde el predominio de la propiedad privada, podrá avanzar progresivamente en su socialización. Donde ya –como es en la realidad cubana- predomina la propiedad social y hay casi medio siglo de hábitos y experiencias acumulados en su organización, administración y funcionamiento, estoy convencido que lo sensato no es retroceder privatizando masivamente la pequeña y mediana empresa bajo el supuesto de que es el único modo de asegurar el estímulo a la tan necesaria eficiencia.
Pensar así, sería dejar de lado la integralidad que caracteriza al marxismo. Téngase en cuenta que siendo Cuba un país subdesarrollado, la pequeña y mediana empresa abarcan una parte importante del contingente de trabajadores que asegura la producción nacional. Pasar esa propiedad a manos privadas, además de plantear un complejo dilema ético, jurídico y político generado por las preguntas: ¿a manos de quién van a pasar? ¿Por qué? ¿cómo quedarían después de eso las políticas sociales?, etc.; significaría, en el hipotético caso de que así fuere, que cientos de miles de trabajadores y sus familias pasarían, por decisión de la propia voluntad socialista, al bando del mercado, el individualismo y la competencia mercantil, recreándose el motor reproductor de valores capitalistas y la base socioeconómica de rearticulación de una ideología capitalista dependiente, superada en lo fundamental por el proceso revolucionario de 1959. Es una falacia pensar que el problema tiene solución estratégica en los impuestos que controlarían esa propiedad privada.
Pero la única forma de existir la propiedad social en el socialismo, no es la de su administración estatal, verticalista y centralizada, y el hecho de aceptarla como fundamento de la construcción económica socialista no significa que con ello deja de existir automáticamente la ley del valor. No solo porque esta predomina en el mundo real y obliga a una sociedad subdesarrollada y de economía abierta, necesitada del comercio internacional a subordinar su metabolismo socioeconómico en buena medida a esa ley, sino –y en mi criterio básicamente- porque en la propia sociedad cubana, luego de medio siglo de transformaciones socialistas no ha sido eliminada –ni lo podrá ser por largo tiempo- la psicología de intercambio de equivalentes que han generado en la especie humana siglos y milenios de práctica mercantil.
También es fundamental -en mi criterio- tener en cuenta que la economía cubana no tiene otro modo de procurar la eficiencia si no asume conscientemente la necesidad de ser una economía mixta, en la que predomine la propiedad social, pero en la que se conjuguen diferentes tipos y formas de propiedad: privada, mixta, cooperativa, la propiedad social administrada por el Estado o con la modalidad de asociación, etc. y articular toda su armazón social económica, jurídica, política, ideológica, ética, sobre la base de esta realidad.
La existencia de la propiedad privada puede asumirse excepcionalmente también en empresas grandes o medianas y pautarse por un tiempo determinado siempre según la conveniencia social y ser más amplia en la pequeña propiedad (como lo es hoy la de la tierra de los pequeños agricultores o la de los cuentapropistas). (5)
En resumen, entre los conceptos vigentes del pensamiento de Marx está el de la superación de la propiedad privada (sobre lo cual Engels en “Principios del comunismo” afirmó que sería un proceso gradual) como base de la superación del capitalismo por el socialismo. Pero la propiedad social en el socialismo no será eficiente si no adopta las formas que pauta la realidad social, si no se organiza de manera tal que los colectivos laborales estén adecuadamente estimulados material y moralmente para trabajar con eficiencia y eficacia, para generar iniciativas, para propiciar la creatividad. Ello requiere una diversidad de formas de organización del trabajo y los salarios que ponga en manos de los colectivos muchas funciones que hoy están en estructuras que no se relacionan directamente con los procesos productivos y que, por tanto, no pueden tener la necesaria sensibilidad para adoptar las mejores decisiones.
Cada forma organizativa, empresa, unidad de producción, de servicios, etc. si es eficiente estará organizada de manera específica, diferente en la medida correspondiente de todas las demás incluso de aquellas que hacen una producción similar de bienes o de servicios; de forma adecuada a su tecnología, vías de realización comercial de la producción, condiciones socioeconómicas y geográficas en la que están sus instalaciones y se realiza su trabajo, etc.
El socialismo es un proyecto consciente de transformación de la realidad en el que corresponde tener participación a la sociedad en su conjunto, algo impensable sin un sistema de ideas compartido básicamente por la mayorías, que sustente la conjugación de los esfuerzos sociales en dirección a dejar atrás el modo capitalista de producción y de vida y forjar uno nuevo, superior, sistema de ideas, ideología, cuyas líneas maestras constituyan la orientación fundamental de los cambios. La ideología de la transformación revolucionaria de la sociedad cubana se nutre de las experiencias de su construcción, de los aportes de la sociedad en su conjunto, de los avances en la economía política y de la teoría general del socialismo en Cuba, cuya tarea principal será entonces la de contribuir a la estructuración sistémica del metabolismo socioeconómico de la sociedad en transición socialista, enigma cuyas respuestas no encontraremos en los clásicos.

Darío L. Machado Rodríguez, licenciado en Ciencias Políticas, Dr. En Ciencias Filosóficas, miembro del Consejo Editorial de la Revista Cuba Socialista.

Notas:

1) Eliminada por el autor
2) Puede consultarse: Darío L. Machado Rodríguez, “¿Es posible construir el socialismo en Cuba?”, Editora Política, La Habana, 2004 y “La persona y el programa del socialismo en Cuba”, Editorial Vadell y Hnos., Caracas, 2010.
3) La ideología de la revolución cubana es resultado también del mestizaje y encarna las líneas maestras de un proyecto de socialidad, lo que constituye una fortaleza del propio proceso, incluye objetivos, finalidades, ideales y también sueños que mañana pueden ser realidad si hay la conciencia que oriente los esfuerzos por convertirlos en verdad en el futuro. Lo anterior evidentemente no ha sido entendido o no es compartido por Julio César Guanche, quien en su ensayo „La verdad no se ensaya. Revolución, ideología y política en Cuba“, publicado por la página de Rebelión en Internet, escribe en la página 7: “La cuestión de las mayúsculas define lo esencial: de quién es la Revolución, ¿del sujeto o de «la ideología»?, ¿del ciudadano o de la «naturaleza»? La mayúscula hace que la ideología funcione como la racionalización de la política, como metajustificación del comportamiento de «La Revolución». «En tanto instrumento de transformación consciente de la sociedad, la ideología de la Revolución Cubana desempeña un papel decisivo en la correcta solución de los problemas sociales, orienta sus acciones ante la realidad cambiante». He aquí un sueño que produce monstruos: la ideología haciendo las veces de programa infalible de gobierno.” (Ver: http://www.rebelion.org/, Libros Libres)
No es necesario referirse a su interpretación de las mayúsculas, pero es imprescindible aclarar que lo que cita de mi libro “Cuba. Ideología Revolucionaria.” está fuera de contexto, a continuación transcribo un tramo mayor del texto que rodea a su cita, aunque el referente más amplio es lógicamente el propio libro:
La ideología de la Revolución Cubana no es un resultado acabado, se enriquece y transforma al calor del propio proceso de desarrollo social, y es deber de sus portadores preservarla de derrotas. En su vínculo indisoluble con el proceso social cubano, a la ideología de la Revolución Cubana le es inherente el constante enriquecimiento y transformación, el desarrollo.
Al proceso de creación de ideas y valores ideológicos, al desarrollo de la ideología del proceso revolucionario cubano contribuyen no solo los ideólogos, los cuadros, militantes, científicos, trabajadores de la esfera espiritual, sino también la opinión pública, las masas, los individuos, los grupos sociales.
Como dijimos, esta puede verse como resultado y como proceso. En tanto instrumento de transformación consciente de la sociedad, la ideología de la Revolución Cubana desempeña un papel decisivo en la correcta solución de los problemas sociales, orienta sus acciones ante la realidad cambiante. En el proceso de afrontar con soluciones nuevas los nuevos problemas es donde se enriquece y desarrolla la propia ideología.
Otra característica es la complejidad creciente de la actividad ideológica consciente. Está condicionada por el desarrollo científico-técnico, el desarrollo cultural general, e ideológico, en particular de las masas, por complejidades específicas de cada etapa y coyuntura, y por el desarrollo de los métodos y medios de la actividad ideológica. (Ver Darío L. Machado Rodríguez, “Cuba. Ideología Revolucionaria”, Editora Política, La Habana, 2000, pp. 178-179.).
Su valoración acerca de que ello es „un sueño que produce monstruos: la ideología haciendo las veces de programa infalible de gobierno.“ es cuando menos difícil de entender. Espero, sí, que su escrito sirva para invitar a la lectura de mi libro, que ciertamente hoy escribiría de otro modo en más de un aspecto, pero sin renunciar al papel de la ideología de la revolución cubana, a sus valores, sus principios, sus ideales y su ética, como instrumento decisivo en la orientación del proceso revolucionario cubano y no estrecha y forzadamente „haciendo las veces de programa infalible de gobierno“.
4) Nueva Política Económica, “NEP“ por sus siglas en ruso ( Nóvaia Ekonomícheskaia Política) . Política económica, impulsada por V.I.Lenin y el Partido Comunista a partir de 1921, en sustitución del comunismo de guerra y su fundamento: el sistema de contingentación. La NEP basada en las relaciones monetario-mercantiles perseguía impulsar la producción, en particular la agrícola.
5) Ver capítulo Propiedad social y mercado en la sociedad cubana actual, en Darío L. Machado Rodríguez, “¿Es posible construir el socialismo en Cuba?”, Editora Política, La Habana, 2004, pp.119 – 143.

Honduras sublevada contra el régimen


Ataque a la sede del STIBYS

La violenta represión desatada la mañana de hoy (30 de marzo) por el régimen opresor de Porfirio Lobo, no ha detenido la gran movilización popular que se ha extendido en todo el país, en el marco del Paro Cívico Nacional decretado por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Pero ha dejado como saldo el ataque violento a la sede del STIBYS, disparos a matar en el Bajo Aguán y decenas de heridos en todo el territorio nacional.
Honduras amaneció hoy semiparalizada, con cortes de carreteras en todo el país. Desde primeras horas de la mañana llegaban informaciones de las diferentes movilizaciones que estaban paralizando el tráfico nacional e internacional.
En la capital Tegucigalpa, la población en resistencia se desplazó en varios puntos de la ciudad, tomándose las principales arterias y los puentes vehículares.
Mientras tanto, centenares de maestros y maestras, que luchan para que no se privatice la educación y contra la brutal represión desatada en las últimas dos semanas, se reconcentraron frente las instalaciones de la Corte Suprema de Justicia, exigiendo la liberación de 20 colegas acusados de manifestación ilícita y sedición.
Ante esta nueva demostración de fuerza y capacidad de movilización del pueblo hondureño, el régimen sucedáneo del golpe de Estado mostró nuevamente su verdadera cara, al reprimir por segunda semana consecutiva al pueblo en resistencia.
“Están reprimiendo en todo el país, sin embargo la gente está resistiendo en Progreso, San Pedro Sula, Santa Rosa de Copán, Olancho, Colón, aquí en la capital y en muchos otros lugares. Han vuelto a tomarse las carreteras y siguen luchando”, dijo a Sirel, la coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), Bertha Cáceres.
“Estamos peor que en los primeros días del golpe de Estado, sin embargo la gente ha aprendido y tiene una mayor capacidad de respuesta a la represión.
Estamos defendiendo nuestros derechos, nuestra territorialidad y nuestras conquistas. Estamos convencidos de que esta movilización permanente no va a parar”, aseveró Cáceres.
La directiva del COPINH condenó también la política hipócrita de Estados Unidos, que sigue financiando los cuerpos represivos del Estado y mantiene sus tropas desplazándose en territorio hondureño.

STIBYS bajo asedio

Durante la brutal represión ordenada por el régimen hondureño, la sede del combativo Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS) ha sido violentamente atacada, con un saldo de varios heridos y detenidos.
“Las organizaciones sindicales y populares tomaron las carreteras frente al STIBYS desde las 6:30 de la mañana. A las 10:30 centenares de efectivos policiales y militares nos atacaron con bombas lacrimógenas y tanquetas lanza-agua, cargadas con líquido urticante. Comenzaron a golpear salvajemente a las personas y a perseguirlas por los barrios cercanos a nuestra sede”, dijo a Sirel, el vicepresidente del STIBYS, Porfirio Ponce.
Muchas personas buscaron refugio en la sede del STIBYS. Eso no detuvo la violencia criminal.
“Desde la calle empezaron a disparar bombas lacrimógenas dentro de nuestra sede. Ya no se podía respirar, muchas personas fueron trasladadas al hospital y hay detenidos.
Pese a la represión no nos van a intimidar, ni a detener. Vamos a seguir con esta lucha, que es del pueblo hondureño en defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, de las conquistas sociales, por la educación y salud pública, contra las políticas neoliberales.
Este régimen –continuó Ponce- surge de un proceso viciado y es continuación del golpe. En Honduras no hay institucionalidad, y los poderes fácticos que controlan el país quieren llegar hasta las últimas consecuencias.
Pero aquí hay un pueblo que no se va a callar. Ya llevamos más de dos semanas siendo reprimidos y seguimos en la calle. Mañana vamos a movilizarnos nuevamente y hacemos un llamado a la solidaridad internacional para que denuncie lo que está pasando”, concluyó el vicepresidente del STIBYS.
Mientras se terminaba de redactar esta nota, el dirigente magisterial y directivo nacional del FNRP, Wilfredo Paz, comunicó a Sirel que la policía abrió fuego contra los manifestantes en el Bajo Aguán. El saldo es de varios heridos.
“La policía nos desalojó con violencia y comenzaron a perseguir a las personas disparando balas vivas. La gente se reagrupó y trató de volver a cortar la carretera en la zona de Sonaguera”.
Hay decenas de heridos a lo largo y ancho del país, la policía disparó contra profesores, campesinos y miembros de la Resistencia”. Además la policía invadió la Universidad Autónoma de Honduras, con igual hostilidad, los estudiantes están resistiendo pero el cerco es cada vez mayor.

Giorgio Trucchi

Moshe Lewin: El “testamento” de Lenin


Este texto es el capítulo VI de El último combate de Lenin, obra clave de Moshe Lewin, autor sobre el que hemos tratado ya en varias ocasiones en Kaosenlared. Fue editada por Lumen, Barcelona, 1970 en traducción de Esther Busquets para la colección Palabra en el tiempo que dirigía Santiago vilanova, uno de los líderes universitarios más reconocidos de OC-Bandera Roja…
Moshe Lewin estudió historia, filosofía y francés en la Universidad de Tel Aviv y luego en la Sorbona, y también fue profesor de historia en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos. Entre sus libros anteriores, algunos traducidos al castellano, cabe mencionar El campesinado y el poder soviético, la citada El último combate de Lenin, La formación del sistema soviético, La gran mutación soviética, y finalmente, El siglo soviético, que sería, junto con el último Lenin, los únicos que yo sepa, que se tradujeron al castellano. Así pues, El siglo soviético se puede considerar como su “testamento”, y en su introducción, Lewin se despacha a gusto con la prepotencia “liberal” y con la presunción –tan repetida- que el acceso a los nuevos archivos convertían en obsoletos los grandes estudios operados por autores de los sesenta como los mencionados.
En una reseña aparecida en Viento Sur con ocasión del fallecimiento del historiador franco polaco, se hace mención de sus obras en francés y en inglés, una lista en la que se distinguen:
1) La grande mutation soviétique, Ed. La Découverte (1989); La formation du système soviétique, Ed. Gallimard (1987); Le dernier combat de Lénine, Ed. de Minuit (1967) (en español también está publicado El último combate de Lenin en Editorial Lumen, descatalogado).
2). Russia-USSR-Russia. The Drive and Drift of a Superstate, Ed. New Press (1994) y Russian Peasants and Soviet Power: a Study of Collectivization, Ed. Norton & Co (1975). Y otras dos obras de una gran importancia para los debates socio-político-económicos: Political Undercurrents in Soviet Economic Debates, Plusto Press (1975); Stalinism and the Seeds of Soviet Reform. The Debates of the 1969s, Pluto Press (1991).
El texto también hace hincapié en que “algunos militantes, no muy numerosos, antiestalinistas, pero comunistas, socialistas-revolucionarios –comprometidos en la acción política y social antes de 1968, fecha mitológica que ha sustentado otro mito pseudo-sociológico: “la generación de 1968”, del que algunos se reivindican fraudulentamente –la obra El último combate de Lenin tuvo importancia. El último combate de Lenin permitió reforzar sus críticas frente al sistema estalinista revalorizando a la vez las aprensiones del Lenín “que tocaba a su fin”. Al mismo tiempo, destacaba las fuerzas y las debilidades del aparato analítico de los comunistas críticos desde comienzos de los años 1920”.
Un tema viejo por supuesto, pero sobre el que estamos obligados a buscar más luz, siempre más luz.

Moshe Lewin: El “testamento” de Lenin

Las notas que Lenin empezó a dictar el 23 de diciembre tenían por objeto, como manifiesta él mismo ya en la primera línea, proponer al próximo congreso del Partido la realización de “una serie de cambios en nuestro sistema político”.1 Enumera con extrema concisión las razones que le llevan a proponer estos cambios: la dirección del país deberá hacer frente sin duda a un encadenamiento de circunstancias poco favorables, puesto que la lucha se agravará en el terreno internacional. Es preciso en primer lugar reforzar la unidad del Comité Central, a fin de que sea capaz de cumplir la urgente tarea que representa la reorganización o mejor la reconstrucción del aparato estatal, a fin también de impedir que el Partido sucumba al peligro que le acecha: la escisión susceptible de producirse como consecuencia de las luchas entre grupos o entre personalidades. Según Lenin está en peligro la estabilidad del Partido. Y a este problema concede él la prioridad.
Primer remedio: un importante aumento del número de miembros del Comité Central haría que esta asamblea fortaleciera “varios millares de veces” la estabilidad del Partido. Lenin propone asimismo “otorgar, bajo ciertas condiciones, carácter legislativo a las decisiones del Gosplan, avanzando así en el sentido de las posiciones del camarada Trotsky, hasta cierto punto y bajo ciertas condiciones”.2 Estos conceptos sólo pueden comprenderse insertándolos en el conjunto del plan de Lenin, pero, lo que aquí nos interesa, es el papel que las notas jugaron en el desarrollo de las relaciones entre los jefes y de sus luchas.
La primera nota, la del 23 de diciembre —lo hemos sabido recientemente— fue enviada directamente a Stalin, y estaba destinada a los miembros del Buró Político. Es probable que Stalin no la mostrara a nadie. 3 Este nuevo indicio de aproximación a Trotsky era inconfundible: se trataba, en efecto, de un tema (el Gosplan) que había sido motivo de litigio entre Lenin y Trotsky durante todo el año 1922. Seguirían otras notas, que habrían podido tranquilizar a Stalin si las hubiera visto. Pero no fueron comunicadas a nadie durante algún tiempo; eran, por indicación de Lenin, “categóricamente secretas”
Las divergencias más serias y la escisión que podía resultar de ellas —los enemigos del régimen tenían razón en contar con ella— podían tener dos orígenes. Uno consistía en la misma base social del régimen. Todo el sistema se basen la alianza entre los obreros y los campesinos: si ésta fallaba, era “inútil hablar siquiera de la estabilidad de nuestro Comité Central”. Pero esta eventualidad era lejana e improbable. El peligro más inmediato residía en las relaciones personales en la cumbre del poder. “Más de la mitad del peligro de escisión” que Lenin quería remediar dependía de las relaciones entre Stalin y Trotsky. Después de haber llegado a esta comprobación profética, Lenin esboza los retratos de seis personalidades: Stalin y Trotsky, Zinóviev y Kamenev, Bujarin y Piatakov. Estas notas, redactadas los días 23 y 24 de diciembre —cuando el estado del enfermo era alarmante en extremo , revelan un doloroso esfuerzo de reflexión y Ponderación, para expresar lo esencial sin frustrar a causa de una palabra imprudente el objetivo perseguido: la continuidad y la estabilidad del poder en manos de un Partido unido.
De los dos hombres más jóvenes, Bujarin y Piatakov, uno es un brillante teórico, favorito del Partido, y el otro posee voluntad y gran capacidad Pero también tienen defectos. El pensamiento de Bujarin no es enteramente marxista, “ya que hay en él algo de escolástico (no ha aprendido nunca, y creo que nunca ha comprendido plenamente, la dialéctica)” Piatakov, por su parte, está “demasiado ligado al lado administrativo de las cosas para que se le pueda Confiar una cuestión política importante”. Sin embargo, al tener respectivamente treinta y cuatro y treinta y dos años, todavía estaban a tiempo ambos de corregir sus defectos.
Respecto a Zinoviev y Kamenev, hay una sola observación, cuya interpretación provoca, sin embargo, ciertas dificultades. Se trata de su “episodio de Octubre”, de su actitud en el momento del golpe de Estado: “Evidentemente no fue fortuita, pero no debe invocarse más contra ellos personalmente que el no-bolchevismo de Trotsky”. ¿Por qué esta alusión al pasado? ¿Significa una advertencia? ¿Una disculpa? ¿Ambas cosas a la vez? Quizá Será más fácil responder a estas preguntas a la luz de los retratos que Lenin traza de Stalin y de Trotsky, Cuyos caracteres opuestos podían provocar una escisión súbita y no intencionada:
“El camarada Stalin, al convertirse en secretario general, ha concentrado en sus manos un poder inmenso, pero no estoy seguro de que sepa Usar siempre de él con la necesaria prudencia Por otra parte, el camarada Trotsky, tal como lo ha demostrado su lucha contra el Comité Central en la cuestión del comisa nado de vías y comunicaciones se distingue no sólo por su capacidad excepcional —personalmente es en forma incontestable el hombre más capaz del actual Comité Central, sino también por una excesiva confianza en sí mismo y por una tendencia algo excesiva a Considerar sólo el lado puramente administrativo de las cosas.” 5
La idea de que Stalin y Trotsky eran los dos grandes jefes podía con motivo —por la categoría que se otorgaba a Stalin— asombrar al país, herir a Trotsky y sorprender desagradablemente a Zinóviev y a Kamenev que, durante unos años, en el futuro triunvirato, iban a creerse los más fuertes. Por parte de Lenin significaba quizá la comprobación de dos nuevos factores: la importancia del cargo de secretario general creado escasamente ocho meses atrás, y la posibilidad para su detentador de haber adquirido en tan poco tiempo un poder inmenso. Puede observarse asimismo que el paralelo entre Trotsky y Stalin se formula en tales términos que no se puede descubrir en él la menor preferencia, ya que las cualidades que se reconocen a Trotsky tienen como Contrapartida importantes defectos. ¿Cuál era la gravedad de su “tendencia a considerar sólo el lado puramente administrativo de las cosas”? Es preciso analizar las cualidades que Lenin exigía a un verdadero jefe: las pone de relieve en sus notas sobre el Gosplan. Los días 27, 28 y 29 de diciembre, Lenin enumera y repite con insistencia cuáles eran en su opinión las cualidades que se requerían para dirigir toda gran institución del Estado, las mismas que sin duda debían exigirse a los hombres que ocupaban los cargos supremos.
El jefe, según Lenin, debe poseer una sólida preparación científica en una de las ramas de la economía o de la tecnología, debe ser capaz de captar “una realidad global”, debe poder ejercer cierta atracción sobre la gente a fin de guiar y controlar su trabajo. Al mismo tiempo, debe estar dotado de capacidad organizativa y administrativa. Pero, “la coincidencia de estas dos cualidades en una sola persona se encuentra raramente y no es indispensable”. En una institución como el Gosplan, el aspecto administrativo era secundario De los dos hombres que formarían un equipo ideal, era el científico, hombre reflexivo y a la vez dotado para las relaciones humanas, quien debería ser el jefe. Lenin creía sin duda haber encontrado así la fórmula ideal para la dirección del Estado. No insistiría tanto si sólo se tratara de mantener a Krijijanovsky a la cabeza del Gosplan, poniéndole de adjunto a Piatakov. Ahora bien, Trotsky y Stalin no formaban un tandeo de este tipo. En lugar de complementarse se empeñarían en excluirse mutuamente.
Era sin duda injusto reprochar a Trotsky una actitud que respondía a las circunstancias de la guerra civil y que representaba entonces una fuerza y una garantía de éxito. En circunstancias distintas, Trotsky era más capaz de abordar los problemas del Estado y de la revolución de una forma científica que el resto de Los miembros del Comité Central. Podía perfectamente captar “una realidad global” como Lenin exigía de un jefe modelo. Por el contrario, era dudoso que tuviera “poder de atracción”, y, por otra parte, Lenin sabía que carecía de ciertas cualidades de político en un sentido más estricto: flexibilidad con los hombres, afición a la táctica, capacidad de maniobra, habilidad para navegar en la “cocina” política de la dictadura sin inhibiciones ni excesivos escrúpulos. El desarrollo de los acontecimientos demostró que Trotsky era incapaz de jugar este juego, y con mayor razón de salir airoso de él. Lenin tenía razón en dudar de sus facultades de político, aunque las críticas formuladas contra él no lo fueran en términos muy explícitos. En resumen, la posición de Trotsky resulta algo disminuida por las consideraciones del “testamento”, en especial porque no se le sitúa en un plano superior a Stalin y porque su no-bolchevismo, aun no debiendo “ser invocado personalmente contra él”, no deja de ser mencionado.
Si Lenin no encuentra aparentemente nada concreto que reprochar a Stalin, hace, no obstante, una reserva en cuanto a él: ¿sabrá utilizar con suficiente prudencia el inmenso poder que detenta? Pero, en la práctica, esta reserva, cualquiera que fuera el valor de la intuición que la inspiraba, no tenía gran importancia política en estos primeros días de 1923 y no podía perjudicar a Stalin. Supongamos por un momento que la redacción de las notas se hubiera detenido aquí y que hubieran sido leídas seguidamente en la tribuna de un congreso del Partido: hubieran parecido dominadas por un afán de equilibrio, por la voluntad de mantener el statu quo, para evitar la escisión. En efecto, salta a la vista el carácter intencionado del reparto equitativo de elogios y censuras. Lenin no podía legar su poder; no era un monarca. No se sentía autorizado a proponer un delfín al Partido, aunque el problema de su sucesión ya le hubiera preocupado antes de su enfermedad. En espera de la hora de “entregar la guardia” se esforzaba en no perjudicar la cohesión de su partido con una preferencia personal demasiado marcada. Y, en el momento de dictar estas primeras notas, seguramente no tenía todavía ninguna. Aunque ya entonces simpatizaba más con Trotsky, tenía que ocultarlo para no envenenar las relaciones entre los dirigentes. No podía ignorar la actitud hacia Trotsky de sus antiguos compañeros de lucha, la de Zinóviev y de Kamenev, la de Stalin y diversos grupos de militantes. Su no-bolchevismo le había perjudicado a menudo en numerosas querellas a propósito de las cuales Lenin había tenido que emplear todo su prestigio para defenderlo. No podía pensar en imponerlo como heredero, tanto menos cuanto que, hasta formarse una nueva opinión de Stalin, no había considerado la hipótesis de un heredero único.
En suma, Lenin sugería en este estadio que los dos altos jefes, Stalin y Trotsky, conservaran ambos su preeminencia, que Zinóviev y Kamenev siguieran en segunda posición, ya que la debilidad que habían mostrado ante una gran prueba no era fortuita y podía por tanto repetirse, que los dos jóvenes, Bujarin y Piatakov, por último, quedaran en tercera Posición a la espera de su perfeccionamiento. Pero, como no se podía resolver mejor la situación, el Partido debía permanecer atento y vigilar a sus jefes, puesto que no estaban exentos de defectos y sus rivalidades podían acarrear consecuencias fatales. Tampoco había que olvidar controlar el uso que Stalin hiciera de su poder. Para ejercer estos controles, era preciso reforzar la competencia y el prestigio del Comité Central. Pero, para apreciar la clarividencia de Lenin, es preciso observar que en aquel entonces ya señalaba el “detalle” que iba a trastornarlo todo, este “poder inmenso” de Stalin que dejaba en clara desventaja a los otros cinco personajes, detalle sobre el cual no hacía ningún comentario de momento, pero del que más tarde extraería consecuencias, al volver sobre el problema de las personalidades tras haber reflexionado largamente sobre las cuestiones de fondo.
En efecto, puesto que su estado de salud todavía se lo permite, Lenin prosigue su trabajo y, diez días después de la redacción de las primeras notas, cuando su atención estaba vuelta ya hacia otros horizontes, añade, el 4 de enero de 1923, un último escrito a su “testamento”, que trastorna por completo todo el prudente equilibrio de los primeros textos, o, mejor, corrige el desequilibrio de hecho del que daba cuenta en forma implícita. Lenin propone apartar a Stalin de sus funciones de secretario general:
“Stalin es demasiado rudo, y este defecto, plenamente soportable en la relaciones entre nosotros, comunistas, se hace intolerable en las funciones de secretario general. Por esta razón, propongo a los camaradas que reflexionen sobre la forma de desplazar a Stalin de este cargo, y de nombrar en su lugar a un hombre que, en todos los aspectos, se distinga de él por su superioridad, es decir, que sea más paciente, más leal, más educado y más atento con los camaradas, menos caprichoso, etc.” 6
¿No serían estas palabras expresión de una brusca reacción ante un hecho irritante? Puede sentirse la tentación de relacionarlas con la grave afrenta de Stalin a Krupskaya ocurrida el 22 de diciembre. Stalin no la habría cometido si no hubiera sabido que el león estaba herido de muerte, y Lenin, por su parte, como iba a expresarlo en una carta escrita a Stalin dos meses después, no era hombre que perdonara estas impertinencias: “No tengo intención de olvidar tan fácilmente lo que se ha hecho contra mí, y ni que decir tiene que lo que se hizo contra mi esposa lo considero como si se hubiera hecho contra mí”.7 La conmoción que corría el peligro de provocar en Lenin si éste se enteraba de lo sucedido era una razón suficiente para impedir que Krupskaya se lo contara en los últimos días de diciembre, cuando estaba demasiado gravemente enfermo.
Por aquel entonces, Krupskaya desahogó su indignación quejándose amargamente a Kamenev en una carta que reproducimos en el anexo V. Pero pudo revelar el incidente a su marido unos días más tarde, ya espontáneamente ya acosada a preguntas por él, en el caso de que Lenin hubiera notado en ella algún signo de aflicción especial. Lenin, furioso, habría dictado de inmediato esta nota en la que sólo habla de los defectos de carácter de Stalin, sin hacerle reproches de orden político. Los presentadores de las Obras suponen que Krupskaya no había contado el hecho a Lenin hasta principios del mes de marzo. Pero esta versión, como cualquier otra, no puede tenerse por cierta. Por otra parte, sabemos lo suficiente sobre Lenin para encontrar a las declaraciones de Ilitch contra Stalin una explicación que cuadre mejor a su carácter, a su conciencia de jefe responsable, para quien la política se antepone a cualquier otra consideración.
El estudio de la primera nota del “testamento” muestra claramente cuál era la preocupación más acuciante de Lenin, y algunos otros datos lo confirman. Es vano suponer que una ofensa personal cometida contra su mujer —no olvidemos que considera la rudeza “plenamente soportable” en las relaciones entre los comunistas —le hubiera podido impulsar a un acto político capaz de trastornar las relaciones de fuerza en el seno del Comité Central. Para realizarlo tenía graves razones de otra índole. Para convencerse de ello basta estudiar las notas sobre la cuestión nacional y sobre la autonomización dictadas los días 30 y 31 de diciembre, cuestiones que, fiel a su plan de trabajo, aborda una semana después del comienzo de sus dictados.
Este texto cuenta entre los más importantes del “testamento”, y sin duda es el más significativo en cuanto nos permite medir la profundidad de la crisis que Lenin atravesaba en este período, a la vez que su honestidad intelectual y su audacia política. Es incluso verosímil pensar que sus tribulaciones a propósito de los negocios públicos fueran de tal magnitud que precipitaran el progreso de su enfermedad.
Las consideraciones sobre la cuestión nacional empiezan con una autocrítica: “Por lo que parece soy muy culpable ante los obreros de Rusia por no haber ¡intervenido en forma suficientemente áspera y enérgica en este famoso problema de autonomización que se denomina diríamos, oficialmente, el problema de la Unión de las Repúblicas Socialistas soviéticas 8 sigue una larga justificación personal, especialmente por las circunstancias de la enfermedad, y después la descripción del efecto revelador producido por el informe de Dzherjinski. ¡la violencia de Ordjonikize se desató, pues, hasta tal extremo que había sido capaz de golpear a un oponente comunista! “En qué lodazal nos hemos hundido!”. Al conocer Rusia su burocracia “apenas matizada de espíritu soviético”, al conocer sobre todo, el carácter de “este hombre auténticamente ruso, este chauvinista gran-ruso, esencialmente dañino y agresivo que es el típico burócrata ruso”. Lenin ha podido darse cuenta de que su regimen no ha hecho necesario para defender a las naciones minoritarias contra la invasión de los cabos de vara, de los dzerjimordy rusos. Pero la crítica va más lejos: las filas de los culpables no están formadas únicamente, como había creído, por los tránsfugas del antiguo aparato de opresión; el régimen soviético, los jefes más altos del Partido, habían seguido un comportamiento auténticamente imperialista, aunque fuese sólo en los detalles. Lenin sabía perfectamente, y no temía decirlo, que una situación así, que descubría con consternación, reducía a la nada el valor de “toda la sinceridad de principio, toda la defensa de principio de la lucha contra el imperialismo” proclamadas por el Partido.
Esto era tanto más grave cuanto que “el día que llega será precisamente un día en que los pueblos oprimidos por el imperialismo despertarán definitivamente, y empezará una lucha decisiva y difícil para su liberación”. Era inútil añadir que la sinceridad socialista y revolucionaria del Partido era objeto de graves sospechas si se consideraban las actuaciones que Lenin no dejó de estigmatizar en lo sucesivo.
Según Lenin, los jefes del Partido no han comprendido siquiera el primer principio que debía guiarlos a dar una solución al problema de las nacionalidades dentro de un espíritu internacionalista. El proletariado debía, en su propio interés, conquistar la confianza de los pueblos alógenos. Estos experimentaban una profunda desconfianza respecto a la nación mayoritaria, que les había inferido ofensas hirientes y repetidas injusticias; de suerte que si la gran nación se contenta con proclamar una simple igualdad formal, su actitud puede calificarse de burguesa. Para reparar las injusticias cometidas contra las pequeñas naciones, la gran nación de los antiguos opresores está obligada a admitir cierta desigualdad en su propio detrimento, está obligada a practicar una especie de autodiscriminación para compensar la desigualdad de hecho que sigue existiendo en la vida en detrimento de las pequeñas naciones. Es preciso redoblar las atenciones, las concesiones y las medidas prudentes en beneficio de los pueblos pequeños. Esta no era precisamente la política de Stalin, Ordjonikjdze y Dzherjinski Lenin los condena en términos de una tal severidad que no deja duda en cuanto a su profunda hostilidad política hacia ellos y hacia los que actúan como ellos. Stalin es acusado de una precipitación fatal y de una cólera nefasta contra el pretendido “social-nacionalismo”.
Dzherjinski había dado muestras de esta actitud “auténticamente rusa” que caracteriza a los extranjeros rusificados; responsable de una comisión investigadora, ha dado pruebas de un prejuicio imperdonable, y los trabajos de su comisión deben considerarse nulos y deben rehacerse “para corregir esta enorme masa de irregularidades y de juicios preconcebidos que contienen sin duda”. Lenin acusa resueltamente a Ordjonjidze y a Stalin de haber actuado como brutales gran-ruso de haber infringido las reglas del internacionalismo proletario y de haber naufragado en una actitud imperialista. Exige así un “castigo ejemplar” para Ordjonikidze —según Trotsky se trataba de expulsarlo del Partido, al menos temporalmente- y asimismo una inculpación oficial de Stalin y de Dzherjinski política- mente responsables. Al propio tiempo, vuelve contra los propios acusadores el calificativo de “desviacionistas”. 9
Reconoce que todo el proyecto de autonomización “era probablemente injusto en su esencia y prematuro”, admite el mantenimiento de la Unión, pero siempre que se esté dispuesto a hacer marcha atrás, si la experiencia lo muestra necesario, y a dejar subsistir de la Unión solamente la fusión de la política exterior y la defensa, mientras sería necesario “en todos los otros campos reconstituir la independencia completa de los antiguos comisarios" es decir, a partir del próximo congreso de los Soviets, volver a las relaciones que existían anteriormente Es legítimo suponer como lo hace el historiador norteamericano Pipes, que si Lenin no hubiera sido abatido definitivamente en el mes de marzo, “la estructura final de la Unión Soviética habría sido distinta de la que Stalin iba a darle posteriormente" 10.
Puede emitirse una hipótesis análoga en lo que respecta al conjunto de estructuras del régimen soviético. Entretanto, señalemos que Lenin dictaba estas reflexiones sobre la autonomización precisamente en el momento en que comenzaba el congreso de los Soviets que ratificó la solución sobre la que Lenin abrigaba tantas dudas. Fotieva afirma que esto no sucedió por casualidad, ya que Lenin “experimentaba un creciente sentimiento de inquietud en cuanto a la solución correcta de la cuestión nacional”.11 La crítica de la politica de nacionalidades llevada a cabo por Stalin y de u comportamiento con los georgianos explican suficientemente el cambio de actitud de Lenin que le llevó a la idea de destituir a Stalin. Lenin se había formado ya su opinión. En lo sucesivo, sólo le guiarían consideraciones de orden táctico en la elección de los métodos y de los plazos adecuados para la defensa de sus nuevas ideas.

Notas

1. Sotch (Obras Completas de Lenin)., t, 45, pág. 343.
2 Ibíd.
3 IbId., págs. 593-594.
4 Ibid.,., págs. 592-593. Las notas debían prepararse en cinco ejemplares —uno para los archivos secretos, uno para Lenin, tres para Krupskaya y debían ponerse en sobres sellados. Voloditeheva reveló estos detalles en 1929. Sólo Lenin tenía derecho a abrir estos sobres y, después de su muerte, Krupskaya. Pero Voloditcheva no osó escribir en los sobres las fatídicas palabras “después de su muerte”.
5. Ibíd., pág. 345
6 Ibíd., pág. 351.
7 Sotch., t. 54, pág. 337. Esta carta podrá leerse más adelante
8 Sotch., t. 45, pág. 356.
9. Ver más adelante, capítulo VII.
10. Pipes, op. cit. Pág, 276
11. Fotieva, op. Cit., pág. 50..

Pepe Gutiérrez-Álvarez