Por sus eventos desfilan anualmente los principales políticos de uno y otro partido, como Obama, Trump, Hillary Clinton o Ted Cruz. Distintas investigaciones afirman que la influencia política de AIPAC supera incluso la del lobby armamentístico o del rifle.
AIPAC recibe mensualmente unos 15 millones de dólares en donaciones de organizaciones “filantrópicas” de magnates y empresarios proisraelíes. Entre los donantes principales se encuentran la Koret Foundation, el Charles and Lynn Schusterman Family Foundation, y el Paul E. Singer Foundation, entre otras organizaciones ultradrechistas. El lobby no recauda fondos directamente. Lo hacen sus miembros, y la cantidad de dinero que canalizan hacia los candidatos políticos es difícil de rastrear.
El AIPAC cuenta con más de cien mil miembros, una red de diecisiete oficinas regionales y una vasta reserva de donantes.
Desde octubre de 2023, las “donaciones” se han incrementado sustancialmente. Los datos surgen de un estudio del Centro Howard para el Periodismo de Investigación de la Universidad de Maryland, que analizó miles de registros desde 2012.
AIPAC lleva gastados más de 24 millones de dólares en “contribuciones” a políticos norteamericanos. Gran parte de esos recursos se destina a financiar las campañas de candidatos sionistas para bloquear en las primarias la reelección de legisladores críticos del apoyo norteamericano a Israel.
Varios de los representantes demócratas que criticaron la política israelí y el apoyo financiero y militar de Biden a la invasión a Gaza perdieron en las primarias contra rivales, generosamente financiados por el AIPAC. Es el caso de la enfermera afroamericana Cori Bush, que debía renovar su banca y fue derrotada por el proisraelí Wesley Bell en Missouri. Otro tanto le ocurrió al docente afroamericano Jamaal Bowman, derrotado por el prosionista George Latimer en Nueva York. Bell obtuvo más de ocho millones de dólares del AIPAC y otros grupos, mientras que derrotar a Bowman le costó al lobby hasta 14,5 millones de dólares. Otro caso es el del exrepresentante Andy Levin (Demócrata por Michigan), un progresista. El AIPAC logró su derrota en 2022.
Jaime Caro, historiador de la universidades Autónoma de Madrid y Columbia, asegura que el AIPAC "dirige la política internacional de Estados Unidos sobre Israel para todo lo que se refiere a apoyo internacional y apoyo armamentístico. En el caso de Bell y Bowman, lo que se hizo fue meterle una cantidad insana de dinero, unos 18 millones de dólares. Si eso lo puede hacer en una campaña menor, imagínate que en unas presidenciales. Se dice que está aportando en torno a los 100 millones de dólares a ambos partidos", afirma Caro.
En la última década, una de las herramientas fue financiar cientos de viajes a Israel. Después de la invasión a Gaza, entre marzo y setiembre de 2024, el tur se intensificó: 71 congresistas y funcionarios de la Cámara de Representantes fueron invitados a un viaje que incluye entrevistas con Netanyahu, su gabinete y autoridades militares.
Por lo menos tres de cada cuatro viajes fueron realizados por funcionarios que tienen un papel importante en la formulación de políticas y la redacción de leyes.
El legislador Glenn Ivey (demócrata por Maryland) viajó dos veces desde setiembre de 2023 y “se benefició de 6 millones de dólares del AIPAC en su primera candidatura al Congreso en 2022”. El aporte le permitió derrotar en las primarias a la excongresista Donna Edwards.
Los viajeros contraen un escandaloso compromiso de reserva. Cuando se le preguntó a Ivey si sus viajes en junio 2024 había contemplado la posibilidad de una solución de dos Estados dijo que se supone que no debe compartir los detalles de las reuniones.
Para eludir una ley de 2007 que limita la participación directa de los lobbies en la mayoría de los viajes patrocinados de forma privada, AIPAC apela a una filial benéfica, la American Israel Education Foundation.
Los viajes a Israel son sólo una pieza de una estrategia múltiple para promover los intereses de Israel. El AIPAC organiza una conferencia anual para cargos electos en la zona de Washington D.C. El exdiputado Brian Baird (Demócrata por Washington), que pagó con su banca haber criticado la invasión sionista a Gaza en 2009, calificó la conferencia anual de AIPAC como “la mayor reunión de miembros del Congreso” aparte del Estado de la Unión, el discurso anual que el presidente dirige a una sesión conjunta de la Cámara de Representantes y el Senado.
AIPAC gastó más de 3 millones de dólares en grupos de presión el año pasado, y su gasto en 2024 la sitúa actualmente entre el 3 por ciento más alto de todos los grupos de presión rastreados por OpenSecrets. En el ciclo electoral 2022 habían canalizado una suma combinada de 50,9 millones de dólares, según OpenSecrets.
El Howard Center se puso en contacto con más de 30 miembros actuales y anteriores de la Cámara y personal de la Cámara que viajaron a Israel entre 2012 y 2023, incluidos 23 miembros y personal que viajaron con AIPAC al menos una vez. Los únicos viajeros del AIPAC que accedieron a una entrevista fueron Ivey y Baird.
Entre los logros promocionados en su sitio web, el AIPAC atribuye a sus esfuerzos de los últimos años la financiación continuada por el Congreso de miles de millones en ayuda militar y de seguridad incondicional a Israel y el aumento de las sanciones a Irán. El AIPAC también ha presionado al Congreso para limitar la capacidad de particulares y empresas de participar en la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra empresas israelíes, dirigida por palestinos, y apoya que Israel continúe la guerra en Gaza hasta que el ejército y el gobierno de Hamás sean desmantelados.
Los “representantes del pueblo”, en Estados Unidos y donde se mire, no son más que paniaguados de los factores de poder. El régimen democrático es solo un disfraz para engañar a los trabajadores, una farsa.
Olga Cristóbal
03/11/2024