Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
domingo, noviembre 30, 2014
Tabaré Vázquez a un paso de la presidencia
Con un triunfo prácticamente asegurado del Frente Amplio en segunda vuelta, las últimas encuestas marcan una ventaja de entre 13 y 15% a favor de Vázquez-Sendic que alcanzaría entre el 53 y el 55% de los votos.
El escaso fervor electoral se cerró con la victoria frenteamplista del 26 de Octubre pasado. Desde ese entonces, en una campaña electoral que se caracterizó por ser la más apática y aburrida en muchas décadas, los presidenciables bajaron la intensidad de sus respectivas campañas.
Tabaré busca "ensancharse" hacia la derecha
Tabaré Vázquez, apoyado en el espaldarazo que significó el 48% de la primera vuelta y la mayoría en diputados, dedicó sus esfuerzos y su discurso a ensanchar su electorado hacia la derecha, generando a su vez más crisis en la oposición. Muestra de esto son las reuniones con dirigentes colorados de primera línea como Amado o Facello, ambos del sector Vamos Uruguay de Pedro Bordaberry. Esto terminó con la renuncia de Fernando Amado a ese sector. La postura de Bordaberry de apoyo a Lacalle Pou a su vez generó rechazo en minoritarios pero importantes sectores del partido de los ex presidentes Sanguinetti y Batlle. Algunos dirigentes de segunda línea en el interior del país no recomiendan el voto por ninguno de los candidatos, otros ya anunciaron que votarán a Vázquez-Sendic, y recientemente en Canelones un grupo de "batllistas" pidió el ingreso al Movimiento de Participación Popular de Mujica. Una muestra de la profunda crisis del histórico partido del estado que ya tiene a personajes como Borrelli, Scavarelli, Rondan, o Costa, apoyando al candidato frenteamplista desde la primera vuelta. En este sentido, la estrategia de Vázquez está siendo dirigida a desarticular a la oposición, teniendo un discurso atrayente tanto para los sectores blancos "wilsonistas", como para colorados "batllistas".
A nivel discursivo Vázquez marcó el giro a la derecha con sus spots televisivos comprometiéndose a "combatir la delincuencia y la inseguridad", donde explícitamente reconoce que en la era de gobiernos frenteamplistas se ha tecnificado a la policía y se ha aumentado el presupuesto para la represión. Así, el Frente Amplio como parte de los progresismos regionales se muestra capaz de neutralizar a la derecha tomando parte de su agenda y llevándola a cabo.
La oposición en repliegue y sin claro rumbo
Por su parte Lacalle Pou intentó combinar su discurso "Por la positiva" (y su convocatoria a "las mayorías sociales") con una leve confrontación programática en lo que respecta a los impuestos (planteando que el FA aumentará la carga impositiva sobre la clase media), y "alertando" sobre lo perjudicial de un nuevo gobierno con mayorías propias en el parlamento. Pero cualquiera sea la estrategia a utilizar, el clima que se respira en la fórmula blanca es de confusión y derrota en toda la línea. Es por esto que ya en noviembre casi no hicieron actos, no pagaron "militancia" en las calles, y no realizaron repetidos spots televisivos. Ante el multitudinario cierre de campaña del Frente Amplio en el Parque Batlle de Montevideo, la fórmula nacionalista eligió refugiarse en San Carlos, una pequeña localidad del Departamento de Maldonado. Una verdadera retirada en orden que buscará que los números de la derrota sean lo más benévolos posible.
Un candidato que "da garantías"
Uno de los puntos fuertes de la campaña electoral frenteamplista fue el haberse mostrado como un polo de "certezas", frente a lo que sería la aventura del joven candidato derechista. Tanto Tabaré en las riendas del gobierno, como Astori desde la línea económica expresan "un rumbo seguro", frase repetida hasta el hartazgo. Es una consigna con múltiples significados, pero centralmente va dirigido a la clase media que quiere un futuro de estabilidades y "progreso", a los empresarios que ven un próximo período con peligrosas turbulencias y buscarán mantener su margen de ganancia, y hacia los trabajadores que buscarán no perder lo conquistado e ir por más.
Ya desde Febrero cuando Vázquez anunció su candidatura, tanto la banca internacional, como los gerentes y dueños de las firmas más importantes del país saludaban su postulación. Es que es el hombre que puede disciplinar a las distintas alas internas del FA, y con ello a los sindicatos, y negociar y dialogar con los empresarios para dar lugar a sus demandas. En este sentido, el Frente Amplio como partido de la administración estatal viene a cumplir un rol aún más eficiente que el Partido Colorado, ya que no solo posee hegemonía sobre las capas medias urbanas y sobre importantes franjas de sectores pobres, sino también conserva hegemonía propia en los principales sindicatos. A propósito de la discusión de moda de la última semana, más que un populismo burgués propiamente dicho, la metamorfosis del FA en el gobierno va hacia un "batllismo con control sindical".
La Izquierda Diario
La descomposición del régimen mexicano
A la crisis de la figura de Peña Nieto y su partido, el PRI, se suma la generada al interior del PRD con la renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas. De conjunto se configura un escenario de graves fracturas en el régimen político mexicano.
Al triunfo de la burguesía terrateniente en 1917 y la promulgación del marco jurídico y político que sentarían las bases del nuevo estado mexicano, nació un pacto político-militar que intentaba institucionalizar la vida política nacional en torno a la promulgación de la Constitución mexicana. Era el supuesto fin del caudillismo regional que limitaba la centralización de la política de la clase dirigente y el desarrollo de un proyecto de nación acorde a las demandas del capitalismo mundial.
Fue hasta 1929 –con el nacimiento del Partido Nacional Revolucionario (PNR)- que Plutarco Elías Calles concretaba la aspiración del conservador Venustiano Carranza que, contradictoriamente, tuvo que morir para que su idea fuera desarrollada y llevada hasta el final por Álvaro Obregón. Sin embargo, nacían así las bases de un nuevo caudillismo autoritario (bonapartista) que sería la base de los gobiernos “revolucionarios” posteriores y de partido hegemónico en la vida política nacional. Desde entonces, el partido y el régimen (y en cierta forma el estado) significaban lo mismo.
Sobre esa base, la burguesía nacional pudo consolidar un estado fuerte que permitió el desarrollo de una economía nacional -dependiente y subordinada al imperialismo- y una nueva burguesía.
Ese estado basado en una importante intervención en la economía y con empresas estatales estratégicas bajo su control, tenía una relativa fortaleza que le permitía negociar con el imperialismo en condiciones de relativa independencia (como fue durante el gobierno del General Cárdenas en los años ‘30).
Pero se basaba fundamentalmente en una gran base social de masas, producto de la política del Estado Benefactor que le daba el consenso necesario para imponerse autoritariamente ante los minoritarios sectores disidentes: de esa manera se impuso sobre las luchas de ferrocarrileros en 1958-59, magisteriales en los ‘60 y mineras en los ‘70 (entre otras); asesinó al líder agrarista Rubén Jaramillo en 1962, realizó las masacres estudiantiles de 1968 y 1971; los numerosos fraudes electorales (como el de 1988); o la “guerra sucia” contra los grupos armados en los años ’70 y ‘80. Con la reforma electoral de 1977 se legitimó ante las masas reforzando su rol hegemónico.
Pero el agotamiento de este sistema político –producto de la antidemocracia y la mayor entrega al imperialismo (fundamentalmente al estadounidense, a quien en 1978 pertenecía el 79 % de las 4359 empresas extranjeras en el país) que impedían la resolución de las viejas demandas democráticas (estructurales y superestructurales)-, empezó a mostrar profundas contradicciones.
En un sentido, la crisis abierta en el PRI en 1986 con la formación de la Corriente Democrática encabezada por Cárdenas y su posterior ruptura en 1988, muestran ese agotamiento de las instituciones creadas al triunfo un del ala burguesa de la revolución sobre los ejércitos campesinos.
Pero fue hasta la crisis del PRI en 1994-99, donde, semejando a la etapa previa a la creación del PNR, la clase dirigente dirimió sus diferencias de manera sangrienta, de la descomposición del llamado “partido de estado”.
Sin embargo, nunca había existido una movilización que debilitara tanto a un presidente (en la época “posrevolucionaria”) como la actual, que muestra la crisis de hegemonía de este partido sobre las masas. Una crisis que tiende a crear más fricciones entre las clases; ente los gobernantes y los gobernados; que muestra la impotencia de la clase dominante y sus gobierno por sacar de las calles a los miles y miles que empezaron reclamando la aparición de los “43 de Ayotzinapa” y ahora piden que se vaya el presidente Peña Nieto, y el PRI.
El régimen con graves fracturas
Hoy no bastan las medidas autoritarias ni las maniobras tradicionales del poder. Se perdió la credibilidad del gobierno y los partidos políticos. Las acciones represivas generan más descontentos. El plan de seguridad anunciado recientemente por Peña Nieto, no satisfizo ni a los movilizados ni a los empresarios.
La naturaleza autoritaria del PRI y su presidente le impide hacer concesiones elementales a los que lo cuestionan por el crimen de Iguala; no ofreció ninguna renuncia de su gabinete; ninguna muestra de humildad (la autocrítica); todo lo contrario, mayor centralización de los cuerpos policiacos y control político de la población (cartilla de identidad).
Y, aunque existe un acuerdo nacional entre el PRI, el PAN y el PRD por preservar las instituciones (principalmente la presidencial, la disputa entre los partidos porque la crisis política los deja mal posicionados para las elecciones del 2015), los roces entre ellos mismos, abonan –indirectamente- a la polarización nacional.
En ese contexto, la pérdida del rol del PRD como partido opositor al gobierno (una oposición funcional a esta democracia degradada y los planes imperialistas), es un duro golpe al régimen político. La reciente renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas al partido que fundó en 1988, profundiza la crisis de este partido cada vez más identificado con el gobierno, y ahora con grupos del narcotráfico.
Es una decisión que aísla a la dirección perredista, y la exhibe como muy ligada al gobierno; es tardía pues el desprestigio acompaña a Cárdenas por su permanencia en una organización que hace tiempo se había alejado de los objetivos que se trazó como partido de izquierda electoral y se parecía cada vez más a su rival en el poder. Y por más que trate de recomponerse con críticas al gobierno, su carácter antidemocrático, corrupto y ahora asesino, lo descarta como “pata izquierda” de un régimen de derecha. Este es un elemento de crisis política para la clase dominante.
Pero la descomposición del estado, del régimen y del gobierno mexicano, no puede ser resueltos por la misma clase que llevó a este nivel la barbarie política y social.
Es una crisis que plantea un cambio radical donde las masas, de forma independiente decidan -una vez echando al basurero de la historia estas instituciones de los ricos- libremente su destino.
Pero, pese al gran desgaste del gobierno y del régimen de la alternancia, la debilidad de la dirección política y de una propuesta estratégica del movimiento popular, le permiten a la burguesía buscar nuevas vías (tal vez con concesiones del gobierno impensables en otro momento, pero no por ello, de fondo) para desviar el descontento y mediatizar las legítimas demandas de los que hoy por miles demandan ¡fuera Peña Nieto!
Mario Caballero
México D.F.
Al triunfo de la burguesía terrateniente en 1917 y la promulgación del marco jurídico y político que sentarían las bases del nuevo estado mexicano, nació un pacto político-militar que intentaba institucionalizar la vida política nacional en torno a la promulgación de la Constitución mexicana. Era el supuesto fin del caudillismo regional que limitaba la centralización de la política de la clase dirigente y el desarrollo de un proyecto de nación acorde a las demandas del capitalismo mundial.
Fue hasta 1929 –con el nacimiento del Partido Nacional Revolucionario (PNR)- que Plutarco Elías Calles concretaba la aspiración del conservador Venustiano Carranza que, contradictoriamente, tuvo que morir para que su idea fuera desarrollada y llevada hasta el final por Álvaro Obregón. Sin embargo, nacían así las bases de un nuevo caudillismo autoritario (bonapartista) que sería la base de los gobiernos “revolucionarios” posteriores y de partido hegemónico en la vida política nacional. Desde entonces, el partido y el régimen (y en cierta forma el estado) significaban lo mismo.
Sobre esa base, la burguesía nacional pudo consolidar un estado fuerte que permitió el desarrollo de una economía nacional -dependiente y subordinada al imperialismo- y una nueva burguesía.
Ese estado basado en una importante intervención en la economía y con empresas estatales estratégicas bajo su control, tenía una relativa fortaleza que le permitía negociar con el imperialismo en condiciones de relativa independencia (como fue durante el gobierno del General Cárdenas en los años ‘30).
Pero se basaba fundamentalmente en una gran base social de masas, producto de la política del Estado Benefactor que le daba el consenso necesario para imponerse autoritariamente ante los minoritarios sectores disidentes: de esa manera se impuso sobre las luchas de ferrocarrileros en 1958-59, magisteriales en los ‘60 y mineras en los ‘70 (entre otras); asesinó al líder agrarista Rubén Jaramillo en 1962, realizó las masacres estudiantiles de 1968 y 1971; los numerosos fraudes electorales (como el de 1988); o la “guerra sucia” contra los grupos armados en los años ’70 y ‘80. Con la reforma electoral de 1977 se legitimó ante las masas reforzando su rol hegemónico.
Pero el agotamiento de este sistema político –producto de la antidemocracia y la mayor entrega al imperialismo (fundamentalmente al estadounidense, a quien en 1978 pertenecía el 79 % de las 4359 empresas extranjeras en el país) que impedían la resolución de las viejas demandas democráticas (estructurales y superestructurales)-, empezó a mostrar profundas contradicciones.
En un sentido, la crisis abierta en el PRI en 1986 con la formación de la Corriente Democrática encabezada por Cárdenas y su posterior ruptura en 1988, muestran ese agotamiento de las instituciones creadas al triunfo un del ala burguesa de la revolución sobre los ejércitos campesinos.
Pero fue hasta la crisis del PRI en 1994-99, donde, semejando a la etapa previa a la creación del PNR, la clase dirigente dirimió sus diferencias de manera sangrienta, de la descomposición del llamado “partido de estado”.
Sin embargo, nunca había existido una movilización que debilitara tanto a un presidente (en la época “posrevolucionaria”) como la actual, que muestra la crisis de hegemonía de este partido sobre las masas. Una crisis que tiende a crear más fricciones entre las clases; ente los gobernantes y los gobernados; que muestra la impotencia de la clase dominante y sus gobierno por sacar de las calles a los miles y miles que empezaron reclamando la aparición de los “43 de Ayotzinapa” y ahora piden que se vaya el presidente Peña Nieto, y el PRI.
El régimen con graves fracturas
Hoy no bastan las medidas autoritarias ni las maniobras tradicionales del poder. Se perdió la credibilidad del gobierno y los partidos políticos. Las acciones represivas generan más descontentos. El plan de seguridad anunciado recientemente por Peña Nieto, no satisfizo ni a los movilizados ni a los empresarios.
La naturaleza autoritaria del PRI y su presidente le impide hacer concesiones elementales a los que lo cuestionan por el crimen de Iguala; no ofreció ninguna renuncia de su gabinete; ninguna muestra de humildad (la autocrítica); todo lo contrario, mayor centralización de los cuerpos policiacos y control político de la población (cartilla de identidad).
Y, aunque existe un acuerdo nacional entre el PRI, el PAN y el PRD por preservar las instituciones (principalmente la presidencial, la disputa entre los partidos porque la crisis política los deja mal posicionados para las elecciones del 2015), los roces entre ellos mismos, abonan –indirectamente- a la polarización nacional.
En ese contexto, la pérdida del rol del PRD como partido opositor al gobierno (una oposición funcional a esta democracia degradada y los planes imperialistas), es un duro golpe al régimen político. La reciente renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas al partido que fundó en 1988, profundiza la crisis de este partido cada vez más identificado con el gobierno, y ahora con grupos del narcotráfico.
Es una decisión que aísla a la dirección perredista, y la exhibe como muy ligada al gobierno; es tardía pues el desprestigio acompaña a Cárdenas por su permanencia en una organización que hace tiempo se había alejado de los objetivos que se trazó como partido de izquierda electoral y se parecía cada vez más a su rival en el poder. Y por más que trate de recomponerse con críticas al gobierno, su carácter antidemocrático, corrupto y ahora asesino, lo descarta como “pata izquierda” de un régimen de derecha. Este es un elemento de crisis política para la clase dominante.
Pero la descomposición del estado, del régimen y del gobierno mexicano, no puede ser resueltos por la misma clase que llevó a este nivel la barbarie política y social.
Es una crisis que plantea un cambio radical donde las masas, de forma independiente decidan -una vez echando al basurero de la historia estas instituciones de los ricos- libremente su destino.
Pero, pese al gran desgaste del gobierno y del régimen de la alternancia, la debilidad de la dirección política y de una propuesta estratégica del movimiento popular, le permiten a la burguesía buscar nuevas vías (tal vez con concesiones del gobierno impensables en otro momento, pero no por ello, de fondo) para desviar el descontento y mediatizar las legítimas demandas de los que hoy por miles demandan ¡fuera Peña Nieto!
Mario Caballero
México D.F.
México: Las masas reclaman la aparición con vida
La cuarta jornada global por la aparición con vida de los estudiantes mexicanos tuvo como epicentro una gigantesca concentración que abarrotó el Zócalo del Distrito Federal y sus alrededores. Cientos de miles de personas acompañaron a los familiares que arribaron a la capital, después de una caravana que recorrió todo el país. En el interior mexicano hubo protestas muy importantes en los distritos empobrecidos del sur. En el caso de Guerrero, una columna de 4 mil docentes bloqueó los accesos al aeropuerto de Acapulco. Más de 150 escuelas y universidades pararon el 20 de noviembre, lo mismo que los telefónicos, en tanto que algunos gremios -como Electricistas- participaron de las movilizaciones. La docencia es el sector más activo del movimiento obrero: en Oaxaca llevan cinco meses de ocupación del Zócalo provincial, resistiendo la aplicación de la reforma educativa, y en Guerrero impulsan las acciones de protesta junto a familiares y estudiantes normalistas.
Las consignas más coreadas en la jornada del 20 fueron "Aparición con vida" y "Fuera Peña Nieto", un planteo recogido por muchos familiares en sus intervenciones. El repudio a la corrupción también estuvo muy presente.
"Orden y seguridad"
El presidente Peña Nieto se recluyó en Campo de Marte para la conmemoración de la Revolución Mexicana. Allí se mostró con el jefe de las Fuerzas Armadas, que le expresó su respaldo. En consonancia con él, el presidente de la Corte Suprema hizo un llamado al "orden, seguridad y paz''. La Coparmex, central patronal mexicana, exhortó al Presidente a reprimir los bloqueos, piquetes y ocupaciones de edificios que recorren el país (y que incluyó uno de los edificios de la cámara patronal). La burocracia sindical de la CTM, adscripta al PRI, ha hecho, en varias regionales, llamados explícitos a no participar de las movilizaciones. Peña Nieto recibió también un espaldarazo del Parlamento Europeo a las -vergonzosas- investigaciones oficiales por Ayotzinapa, mientras que el Wall Street Journal reveló que las fuerzas norteamericanas continúan cooperando con sus pares mexicanas en tareas de “seguridad interna”. Las reformas privatistas del Pacto por México, así como el desafío que implica la movilización popular, unen por ahora al imperialismo, la burguesía y la burocracia sindical en el sostenimiento de Peña Nieto.
Lo mismo vale para la oposición, que está implicada en las acusaciones por el asesinato. El PRD experimenta la crisis más importante de su historia. El descrédito en que ha caído -el ex alcalde de Iguala pertenecía a su fuerza- ya tiene su expresión en las encuestas hacia las elecciones legislativas de 2015.
Represión abierta
En este cuadro, el Presidente decidió mostrar los dientes al pueblo movilizado, con una acción ejemplificadora: once manifestantes fueron detenidos y enviados a prisiones de máxima seguridad en Veracruz, bajo la insólita imputación de tentativa de homicidio, motín y asociación delictiva.
El macizo apoyo institucional que recibe Peña Nieto debe ser matizado a la luz de las tendencias disolventes que implica el entrelazamiento de los carteles del narcotráfico y el poder político y económico. Hay cuatro estados intervenidos por las fuerzas federales. La Coparmex ya ha dicho que "la inseguridad avanza y da señales de riesgo de diluir el entusiasmo logrado con las reformas recién aprobadas" (La Jornada, 23/11), y añade que "el 37 por ciento de las unidades económicas del país ha sido afectado por el incremento de la delincuencia incluidas las extorsiones a empresarios (...) el secuestro y el robo constante de maquinaria en las constructoras" (ídem).
El empeño del régimen en su autopreservación contrasta con la energía de los familiares, y las fuerzas que los acompañan, en la lucha por la aparición con vida de los 43 normalistas, y por poner fin al infierno de las desapariciones y masacres sistemáticas del narco Estado burgués mexicano.
Gustavo Montenegro
Fiebre del oro: ¿Por qué Europa retira sus reservas de oro del extranjero?
Países Bajos ha retirado de Estados Unidos una cantidad de oro equivalente a 5.000 millones de dólares. La crisis financiera de Europa ha obligado a otros países del continente a repatriar las reservas en oro que guardan en bancos de extranjeros.
El desbalance en la emisión de billetes por parte de la mayoría de los bancos centrales ha provocado que muchos países de Europa se planteen si las reservas de oro que guardan en el extranjero están seguras.
El banco central de los Países Bajos, De Nederlandsche Bank, ha sido uno de los últimos bancos en retirar sus reservas de oro de los bancos extranjeros. El pasado 21 de noviembre el banco declaró que 612,5 toneladas del oro que mantenía en Estados Unidos habían vuelto a Ámsterdam. La medida, asegura el portavoz de la entidad, tiene como objetivo redistribuir las reservas de oro holandesas de manera más eficaz y equilibrada.
"Con estas acciones nuestro banco se une a otros bancos centrales que actualmente ya guardan sus reservas en sus propios países", afirma el banco holandés. "Esto, junto a una distribución más equilibrada de las reservas, permitirá a los bancos europeos devolver la confianza a sus inversores y a la opinión pública", cita las palabras de un portavoz del banco holandés Investing.com.
En este momento el 31% de las reservas de oro de los Países Bajos están depositadas en Ámsterdam, el 31% en Nueva York, el 20% en Ottawa (Canadá) y el 18% en Londres.
El 30 de noviembre Suiza celebrará un referendo llamado 'Salvemos nuestras reservas de oro'. Si en este referendo se aprueba la decisión de repatriar las reservas de oro que el país helvético guarda en el extranjero (concretamente en Canadá y el Reino Unido), el Banco Nacional Suizo tendría que reconvertir la quinta parte de sus activos en efectivo, según The Guardian.
En Francia algunas voces también exigen que el oro galo vuelva a casa. Concretamente, la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, hizo un llamamiento para que el Banco Central de Francia repatriara sus reservas del extranjero. La líder mandó una carta abierta a Christian Noyer, gerente del Banque de France, para que la entidad lleve a cabo una auditoría de 2.435 toneladas de oro físico.
Lo mismo trató de hacer Berlín el año pasado al declarar el plan de llevar de vuelta a Alemania el oro desde Estados Unidos y Francia. Pero su intentó fracasó este verano cuando Alemania finalmente decidió mantener en el extranjero sus reservas de oro, que en total equivalen a 635.000 millones de dólares. A día de hoy Alemania guarda solo el 31% de su oro en el Bundesbank, con sede en Fráncfort; el resto del oro lo tiene repartido entre Londres (13%), París (11%) y Nueva York (45%).
RT
El desbalance en la emisión de billetes por parte de la mayoría de los bancos centrales ha provocado que muchos países de Europa se planteen si las reservas de oro que guardan en el extranjero están seguras.
El banco central de los Países Bajos, De Nederlandsche Bank, ha sido uno de los últimos bancos en retirar sus reservas de oro de los bancos extranjeros. El pasado 21 de noviembre el banco declaró que 612,5 toneladas del oro que mantenía en Estados Unidos habían vuelto a Ámsterdam. La medida, asegura el portavoz de la entidad, tiene como objetivo redistribuir las reservas de oro holandesas de manera más eficaz y equilibrada.
"Con estas acciones nuestro banco se une a otros bancos centrales que actualmente ya guardan sus reservas en sus propios países", afirma el banco holandés. "Esto, junto a una distribución más equilibrada de las reservas, permitirá a los bancos europeos devolver la confianza a sus inversores y a la opinión pública", cita las palabras de un portavoz del banco holandés Investing.com.
En este momento el 31% de las reservas de oro de los Países Bajos están depositadas en Ámsterdam, el 31% en Nueva York, el 20% en Ottawa (Canadá) y el 18% en Londres.
El 30 de noviembre Suiza celebrará un referendo llamado 'Salvemos nuestras reservas de oro'. Si en este referendo se aprueba la decisión de repatriar las reservas de oro que el país helvético guarda en el extranjero (concretamente en Canadá y el Reino Unido), el Banco Nacional Suizo tendría que reconvertir la quinta parte de sus activos en efectivo, según The Guardian.
En Francia algunas voces también exigen que el oro galo vuelva a casa. Concretamente, la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, hizo un llamamiento para que el Banco Central de Francia repatriara sus reservas del extranjero. La líder mandó una carta abierta a Christian Noyer, gerente del Banque de France, para que la entidad lleve a cabo una auditoría de 2.435 toneladas de oro físico.
Lo mismo trató de hacer Berlín el año pasado al declarar el plan de llevar de vuelta a Alemania el oro desde Estados Unidos y Francia. Pero su intentó fracasó este verano cuando Alemania finalmente decidió mantener en el extranjero sus reservas de oro, que en total equivalen a 635.000 millones de dólares. A día de hoy Alemania guarda solo el 31% de su oro en el Bundesbank, con sede en Fráncfort; el resto del oro lo tiene repartido entre Londres (13%), París (11%) y Nueva York (45%).
RT
Entrevista al historiador y economista Renán Vega Cantor: El general Alzate es el prisionero de guerra de más alto rango capturado por la insurgencia
Mario Hernandez (MH): Damos comienzo a “¿Sin salida?” programa que este año recibió el Premio Lanín de Oro al Mejor Programa de Economía en FM a raíz de la entrevista que hiciéramos con Claudio Katz a comienzos del año en oportunidad de producirse la megadevaluación en nuestro país.
Estamos en comunicación con el Profesor Renán Vega Cantor en la ciudad de Bogotá, Colombia, quien nos acompañara como columnista en “Metrópolis” durante varios meses hace un par de años cuando residió en nuestro país. La llamada de hoy tiene que ver con la situación generada por la captura del general Rubén Darío Alzate y otras cuatro personas por las FARC, poniendo en entredicho por parte del gobierno colombiano las conversaciones de paz, que se llevan adelante hace dos años en La Habana. ¿Qué nos podés comentar sobre este hecho?
Renán Vega Cantor (RVC): Lo primero es que hay una gran desinformación tanto en Colombia como en el exterior. En este último caso responde a una serie de confusiones conscientemente buscadas por el gobierno y el Estado colombianos que consisten en presentar el hecho como una ruptura al proceso de paz ocasionada por la acción de las FARC cuando, desde que se iniciaron los diálogos hace dos años, el gobierno aclaró que iba a negociar en medio de la guerra, pese a que en reiteradas ocasiones las FARC han realizado varios ceses unilaterales del fuego.
En realidad, el gobierno de Santos está incumpliendo con una de las condiciones para llevar a cabo el diálogo y de acuerdo a esto, los hechos del teatro de guerra aquí en Colombia, no tendrían nada que ver con el diálogo en La Habana, cuamdo las FARC han seguido al pie de la letra estas indicaciones.
Ahora, cuando por primera vez el gobierno santista se ve lesionado seriamente desde el punto de vista militar y simbólico, unilateralmente, decide darle una patada a la mesa de negociaciones, rompiendo con las mismas condiciones que había fijado. El que incumplió los acuerdos hasta el momento es el régimen colombiano y no le importó.
Una segunda gran confusión es que este hecho es presentado como un secuestro cuando en realidad se trata de un prisionero de guerra, ya que estamos hablando del militar de más alto rango que en estos 50 años de conflicto armado en Colombia ha caído en manos de cualquier grupo insurgente. Pensemos más o menos como si en el caso de las guerras de invasión que libra Estados Unidosen distintos lugares del mundo, hubiera sido capturado un alto militar de la OTAN o el Pentágono. Algo similar es lo que acaba de suceder y, desde luego, es una bofetada al triunfalismo del ejército colombiano, de las Fuerzas Armadas y el Estado, que prácticamente decían que la insurgencia estaba derrotada militarmente.
Entonces, se quiere presentar como si fuera un vulgar secuestro lo que ha sido un acto de guerra que jamás se ha suspendido en Colombia y donde una de las partes tiene todo el derecho a proceder como lo han hecho las FARC, capturando a uno de sus enemigos, un alto representante de las Fuerzas Armadas que, además, es un militar contrainsurgente preparado en EE. UU., con treinta años de experiencia, con una hoja de vida al servicio del Estado colombiano.
Cuando estamos hablando de una guerra, lo estamos haciendo también en términos de lo que implica en cuanto a violación de los Derechos Humanos, represiones y otro tipo de delitos nunca reconocidos como tales.
A Las Fuerzas Armadas les convendría que Alzate muera o se prolongue su captura
MH: He leído que está prevista la entrega de este militar, que las FARC habrían entregado las coordenadas para devolverlo.
RVC: Hoy se han liberado otros dos militares profesionales que fueron capturados en combate por las FARC hace un par de semanas en un hecho donde el ejército pretendía emboscarlas y en esta ocasión le salió mal, siendo capturados estos dos militares que fueron entregados hoy al Comité Internacional de la Cruz Roja.
Algo similar está programado hacer con el general que fue hecho prisionero, pero este es un hecho que no les cae muy bien a las Fuerzas Armadas empezando por el Ministerio de Defensa.
Hay una ofensiva militar en la zona donde fue capturado el general Alzate. Estamos hablando de un terreno selvático, el Departamento del Chocó, que es una de las zonas más pobres de Colombia y el mundo, donde se han registrado los más altos índices de miseria en el mundo, una zona donde cae agua prácticamente todos los días y paradójicamente ninguno de sus municipios tiene agua potable. Donde hay una desnutrición y analfabetismo generalizados, en un territorio lleno de riquezas.
Esta es una zona donde desde hace muchos años tiene presencia la insurgencia y allí fue donde capturaron al general del ejército colombiano y, por supuesto, ni las Fuerzas Armadas ni el ejército colombianos están dispuestos a facilitar su devolución ya que les convendría que terminara con su muerte o la prolongación de su captura, porque eso les ayudaría a desprestigiar los diálogos.
La extrema derecha del país está tratando de capitalizar este hecho a su favor y lo que dificulta la entrega son los operativos y bombardeos que realiza el ejército colombiano en la zona que se militarizó en los últimos ocho días más de lo conocido, con la presencia de entre 5000 y 7000 miembros del ejército colombiano de todas las fuerzas de aire, mar y tierra, con bombardeos y combates terrestres. Obviamente, en un escenario de guerra de esta naturaleza, resulta muy difícil garantizar la vida de los prisioneros en poder de las FARC.
MH: Hace unos días leía un artículo de nuestro común amigo, el sociólogo norteamericano de izquierda James Petras, que señalaba que si bien por un lado se desarrollan conversaciones de paz en La Habana, los asesinatos de militantes populares han continuado en Colombia.
RVC: Por desgracia es la pura realidad. Cuando hablamos de guerra en Colombia, no lo hacemos de un conflicto estrictamente militar, en términos convencionales, sino que tiene un componente militar y otro social y político que supone perseguir a todos aquéllos que para el establishment representan un peligro, según la Ley anticomunista, el enemigo interior.
Durante los dos años que han cumplido los diálogos de paz, casi no hubo un solo día en que no haya sido asesinado un dirigente campesino, sindical, de Derechos Humanos, estudiante o cualquier persona que tenga un sentimiento anticapitalista, que pretenda luchar por un mundo y una sociedad distintos en Colombia. Esto ha pasado porque además de la guerra estrictamente militar contra la insurgencia, está también la que se libra contra todos aquéllos que puedan representar una alternativa teórica o hipotética al estado de cosas que se vive en nuestro país.
Es sorprendente la cantidad de asesinatos de defensores de Derechos Humanos o de campesinos que reclaman tierras y lo hacen en las condiciones estrictamente legales establecidas por el Estado colombiano.
Los diálogos de paz en La Habana conciernen a todos los colombianos y latinoamericanos
MH: El pasado 15 de noviembre, en la Universidad Autónoma de Colombia, se ha llevado adelante un acto multitudinario con la representación de numerosas organizaciones políticas, sociales y culturales donde se configuró el acta de nacimiento del Frente Amplio por la Paz, la Democracia y la Justicia Social.
RVC: Esa actividad forma parte de distintos esfuerzos de distintos sectores de la sociedad colombiana que plantean que la cuestión de los diálogos de La Habana no es estrictamente privativa de la insurgencia y el Estado colombianos, sino que nos concierne a todos los habitantes de este país y yo diría de nuestro continente latinoamericano. La guerra colombiana no es solo local, ha adquirido una dimensión internacional.
En ese sentido, cualquier esfuerzo por alcanzar una paz digna y honorable para tratar de construir un país medianamente decente, que es lo que se puede en Colombia en primera instancia, es un objetivo absolutamente necesario para tratar de pensar un proyecto diferente en el ámbito político colombiano.
En distintos lugares del país en los últimos dos años, se han realizado diferentes esfuerzos por movilizar a importantes sectores de la población para tratar de concientizarlos sobre la importancia de la paz.
En Colombia el cese del enfrentamiento militar tiene muchos enemigos. En primer lugar estamos hablando que sus Fuerzas Armadas que están entre los quince ejércitos más grandes del mundo, una fuerza de 500.000 personas, incluyendo el ejército y la policía, que tienen un radio de influencia de entre 3 y 4.000.000 de personas. Estamos hablando de una casta militar muy poderosa que se ha nutrido gracias a la guerra. Si ésta finaliza, tarde o temprano, las Fuerzas Armadas tienen que reducirse, cambiar las funciones que han desempeñado en los últimos 60 años y empezar a perder gran parte del poder que tienen y se basa en un presupuesto inflado y dirigido al enfrentamiento militar de entre 5 y 6 puntos del PBI, más elevado que el de Estados Unidos en términos relativos en gastos militares.
Mario Hernandez
Estamos en comunicación con el Profesor Renán Vega Cantor en la ciudad de Bogotá, Colombia, quien nos acompañara como columnista en “Metrópolis” durante varios meses hace un par de años cuando residió en nuestro país. La llamada de hoy tiene que ver con la situación generada por la captura del general Rubén Darío Alzate y otras cuatro personas por las FARC, poniendo en entredicho por parte del gobierno colombiano las conversaciones de paz, que se llevan adelante hace dos años en La Habana. ¿Qué nos podés comentar sobre este hecho?
Renán Vega Cantor (RVC): Lo primero es que hay una gran desinformación tanto en Colombia como en el exterior. En este último caso responde a una serie de confusiones conscientemente buscadas por el gobierno y el Estado colombianos que consisten en presentar el hecho como una ruptura al proceso de paz ocasionada por la acción de las FARC cuando, desde que se iniciaron los diálogos hace dos años, el gobierno aclaró que iba a negociar en medio de la guerra, pese a que en reiteradas ocasiones las FARC han realizado varios ceses unilaterales del fuego.
En realidad, el gobierno de Santos está incumpliendo con una de las condiciones para llevar a cabo el diálogo y de acuerdo a esto, los hechos del teatro de guerra aquí en Colombia, no tendrían nada que ver con el diálogo en La Habana, cuamdo las FARC han seguido al pie de la letra estas indicaciones.
Ahora, cuando por primera vez el gobierno santista se ve lesionado seriamente desde el punto de vista militar y simbólico, unilateralmente, decide darle una patada a la mesa de negociaciones, rompiendo con las mismas condiciones que había fijado. El que incumplió los acuerdos hasta el momento es el régimen colombiano y no le importó.
Una segunda gran confusión es que este hecho es presentado como un secuestro cuando en realidad se trata de un prisionero de guerra, ya que estamos hablando del militar de más alto rango que en estos 50 años de conflicto armado en Colombia ha caído en manos de cualquier grupo insurgente. Pensemos más o menos como si en el caso de las guerras de invasión que libra Estados Unidosen distintos lugares del mundo, hubiera sido capturado un alto militar de la OTAN o el Pentágono. Algo similar es lo que acaba de suceder y, desde luego, es una bofetada al triunfalismo del ejército colombiano, de las Fuerzas Armadas y el Estado, que prácticamente decían que la insurgencia estaba derrotada militarmente.
Entonces, se quiere presentar como si fuera un vulgar secuestro lo que ha sido un acto de guerra que jamás se ha suspendido en Colombia y donde una de las partes tiene todo el derecho a proceder como lo han hecho las FARC, capturando a uno de sus enemigos, un alto representante de las Fuerzas Armadas que, además, es un militar contrainsurgente preparado en EE. UU., con treinta años de experiencia, con una hoja de vida al servicio del Estado colombiano.
Cuando estamos hablando de una guerra, lo estamos haciendo también en términos de lo que implica en cuanto a violación de los Derechos Humanos, represiones y otro tipo de delitos nunca reconocidos como tales.
A Las Fuerzas Armadas les convendría que Alzate muera o se prolongue su captura
MH: He leído que está prevista la entrega de este militar, que las FARC habrían entregado las coordenadas para devolverlo.
RVC: Hoy se han liberado otros dos militares profesionales que fueron capturados en combate por las FARC hace un par de semanas en un hecho donde el ejército pretendía emboscarlas y en esta ocasión le salió mal, siendo capturados estos dos militares que fueron entregados hoy al Comité Internacional de la Cruz Roja.
Algo similar está programado hacer con el general que fue hecho prisionero, pero este es un hecho que no les cae muy bien a las Fuerzas Armadas empezando por el Ministerio de Defensa.
Hay una ofensiva militar en la zona donde fue capturado el general Alzate. Estamos hablando de un terreno selvático, el Departamento del Chocó, que es una de las zonas más pobres de Colombia y el mundo, donde se han registrado los más altos índices de miseria en el mundo, una zona donde cae agua prácticamente todos los días y paradójicamente ninguno de sus municipios tiene agua potable. Donde hay una desnutrición y analfabetismo generalizados, en un territorio lleno de riquezas.
Esta es una zona donde desde hace muchos años tiene presencia la insurgencia y allí fue donde capturaron al general del ejército colombiano y, por supuesto, ni las Fuerzas Armadas ni el ejército colombianos están dispuestos a facilitar su devolución ya que les convendría que terminara con su muerte o la prolongación de su captura, porque eso les ayudaría a desprestigiar los diálogos.
La extrema derecha del país está tratando de capitalizar este hecho a su favor y lo que dificulta la entrega son los operativos y bombardeos que realiza el ejército colombiano en la zona que se militarizó en los últimos ocho días más de lo conocido, con la presencia de entre 5000 y 7000 miembros del ejército colombiano de todas las fuerzas de aire, mar y tierra, con bombardeos y combates terrestres. Obviamente, en un escenario de guerra de esta naturaleza, resulta muy difícil garantizar la vida de los prisioneros en poder de las FARC.
MH: Hace unos días leía un artículo de nuestro común amigo, el sociólogo norteamericano de izquierda James Petras, que señalaba que si bien por un lado se desarrollan conversaciones de paz en La Habana, los asesinatos de militantes populares han continuado en Colombia.
RVC: Por desgracia es la pura realidad. Cuando hablamos de guerra en Colombia, no lo hacemos de un conflicto estrictamente militar, en términos convencionales, sino que tiene un componente militar y otro social y político que supone perseguir a todos aquéllos que para el establishment representan un peligro, según la Ley anticomunista, el enemigo interior.
Durante los dos años que han cumplido los diálogos de paz, casi no hubo un solo día en que no haya sido asesinado un dirigente campesino, sindical, de Derechos Humanos, estudiante o cualquier persona que tenga un sentimiento anticapitalista, que pretenda luchar por un mundo y una sociedad distintos en Colombia. Esto ha pasado porque además de la guerra estrictamente militar contra la insurgencia, está también la que se libra contra todos aquéllos que puedan representar una alternativa teórica o hipotética al estado de cosas que se vive en nuestro país.
Es sorprendente la cantidad de asesinatos de defensores de Derechos Humanos o de campesinos que reclaman tierras y lo hacen en las condiciones estrictamente legales establecidas por el Estado colombiano.
Los diálogos de paz en La Habana conciernen a todos los colombianos y latinoamericanos
MH: El pasado 15 de noviembre, en la Universidad Autónoma de Colombia, se ha llevado adelante un acto multitudinario con la representación de numerosas organizaciones políticas, sociales y culturales donde se configuró el acta de nacimiento del Frente Amplio por la Paz, la Democracia y la Justicia Social.
RVC: Esa actividad forma parte de distintos esfuerzos de distintos sectores de la sociedad colombiana que plantean que la cuestión de los diálogos de La Habana no es estrictamente privativa de la insurgencia y el Estado colombianos, sino que nos concierne a todos los habitantes de este país y yo diría de nuestro continente latinoamericano. La guerra colombiana no es solo local, ha adquirido una dimensión internacional.
En ese sentido, cualquier esfuerzo por alcanzar una paz digna y honorable para tratar de construir un país medianamente decente, que es lo que se puede en Colombia en primera instancia, es un objetivo absolutamente necesario para tratar de pensar un proyecto diferente en el ámbito político colombiano.
En distintos lugares del país en los últimos dos años, se han realizado diferentes esfuerzos por movilizar a importantes sectores de la población para tratar de concientizarlos sobre la importancia de la paz.
En Colombia el cese del enfrentamiento militar tiene muchos enemigos. En primer lugar estamos hablando que sus Fuerzas Armadas que están entre los quince ejércitos más grandes del mundo, una fuerza de 500.000 personas, incluyendo el ejército y la policía, que tienen un radio de influencia de entre 3 y 4.000.000 de personas. Estamos hablando de una casta militar muy poderosa que se ha nutrido gracias a la guerra. Si ésta finaliza, tarde o temprano, las Fuerzas Armadas tienen que reducirse, cambiar las funciones que han desempeñado en los últimos 60 años y empezar a perder gran parte del poder que tienen y se basa en un presupuesto inflado y dirigido al enfrentamiento militar de entre 5 y 6 puntos del PBI, más elevado que el de Estados Unidos en términos relativos en gastos militares.
Mario Hernandez
La nueva deuda externa 2014
En los últimos tiempos, la administración Kirchner viene sugiriendo la idea que el gobierno no quiere volver a una política de endeudamiento externo de la Argentina.
Hay toda una serie de declaraciones por parte de los más altos funcionarios a este respecto: desde la presidenta de la Nación al Jefe de Gabinete Capitanich y desde el Ministro de Planificación De Vido al Ministro de Economía Kicillof.
Los discursos oficiales, sin embargo, no se compadecen con las acciones que está adoptando el gobierno K ni con la expectativa de arreglo de la cuestión de los holdouts – que implica obviamente más deuda externa - en el contexto de la Hoja de Ruta Boudou la que, sobre la base del Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010, tiene como objetivo final la vuelta del país al Mercado Internacional de Capitales.
Un ambiguo planteo gubernamental acerca de este tema - que es muy específico y que, como tal, no permite darle muchas vueltas al asunto - sirve de marco al divorcio o marcada diferencia entre las declaraciones y los hechos:
a) La administración CFK ha comenzado a pagar este año los laudos perdidos ante el CIADI con nuevos títulos de Deuda Externa. Hasta ahora se han reconocido unos 1.000 MD por este concepto (cinco casos con empresas norteamericanas y uno con British Gas) pero quedan abiertas otras 20 demandas contra la Argentina – todas ellas también con altas probabilidades de ser perdidas – por un monto conjunto de 10.000 MD o más.
b) El gobierno ha emitido fuerte deuda externa este año para el pago de la indemnización a Repsol por la expropiación de las acciones de YPF, por unos 11.000 MD (6.000 MD de Capital más 5.000 de intereses).
c) La administración Kirchner llegó, también en el corriente año, a un arreglo por allanamiento con el Club de París del orden de los 10.000 MD (9.700), que conlleva el pago en cuotas anuales de deudas atrasadas, intereses acumulados, punitorios y multas. La mitad de estas deudas serían provenientes de la época del Proceso Militar y están siendo investigadas por la Justicia Argentina en la Causa Olmos II (como ya lo fueron en la Olmos I, que tiene sentencia del juez Ballestero), pero el gobierno no ha objetado su legitimidad.
d) Desde mediados de año el gobierno ha comenzado a emitir nueva deuda en bonos que son tomados por acreedores privados: 2.000 MD, en pesos, por Bonar 2016/2017 y otros 2.000 MD, bajo modalidad dollar-linked, por Bonad 2016/2018; aunque todos bajo legislación argentina.
e) La administración K, por último, viene declarando su voluntad de pago a los holdouts que ganaron el caso testigo de los Fondos Buitre (FB) ante los tribunales de Nueva York. Esta causa, que arrastra inevitablemente el reclamo del resto de los holdouts, se estima terminaría costándole al país pagos externos por entre 20 y 30.000 MD, por todo concepto (bonos reclamados a valor nominal, intereses acumulados, punitorios y penalidades por el diferimiento de ejecución de las sentencias, honorarios y gastos).
Todos estos rubros constituyen lógicamente nueva Deuda Externa. Una deuda que está siendo tomada por este gobierno y a la que debe sumarse las extraordinarias cifras de endeudamiento autorizadas por las leyes de Presupuesto 2014 y 2015 que, en su conjunto, sobrepasan los 100.000 MD por ejercicio (de las cuales no se tiene idea de la magnitud efectivizada debido a la falta de información sobre la evolución de la Deuda Pública Indirecta: Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios).
La mayoría de estas colocaciones – como se ha dicho – se hacen con el objeto de regularizar deudas atrasadas y pagar juicios con bonos de deuda externa, para volver entonces al Mercado Internacional de Capitales a los efectos de tomar más deudas. A menos que el gobierno tratara ahora de hacer lo contrario.
Las evidencias, empero, muestran realidades diferentes a los discursos oficiales.
El Partido de la Deuda está posicionándose en forma cada vez más fuerte a medida que aumenta la vulnerabilidad financiera y política del gobierno Kirchner.
A caballo de la tradicional receta neoliberal de “no emitan dinero, emitan deuda”, después del último golpe de mercado – de fines de Setiembre – se observa una serie de movimientos oficiales orientados a volver al Mercado Internacional para colocar Deuda Externa en función de la Hoja de Ruta Boudou.
No parece casual que esta muy delicada circunstancia haya coincidido con un nuevo episodio de salud de la presidenta.
El Estado tiene tres fuentes básicas de financiamiento: 1. La Recaudación Tributaria, 2. La Emisión controlada de Dinero y 3. La Deuda Pública.
Cuando la fuente Deuda se encuentra en niveles impagables y se vive refinanciando obligaciones a la vez que asumiendo sistemáticamente más deuda nueva – como en el caso argentino – las otras dos fuentes de fondos (Recaudación y Emisión) se terminan usando para sostener el costo de la tercera, con una mayor carga de sus servicios por Capital e Intereses.
Con la importantísima característica identificativa de que los vencimientos de Capital no se cancelan en forma neta sino que se pagan íntegramente con nuevas deudas (más de 40.000 MD de vencimientos por año); y que incluso una parte de los Intereses – que suman entre 10 y 12.000 MD en total y se abonan en efectivo – se capitaliza por anatocismo (unos 1.000 MD anuales).
Tal es el problema de fondo de la trampa de Deuda Perpetua en que está metida la Argentina y que la llamada Década Ganada no ha podido resolver; antes bien, es el problema que ha terminado llevando las cosas a un “giro de 360◦”: una suerte de vuelta al punto de partida donde, después de haber “desagotado” Deuda Externa con Deuda intra-Estado – pagándole a los acreedores, según la presidenta, 190.000 MD en 10 años - viene ahora el momento de cumplir el “pacto con el Diablo” y volver al Mercado de Capitales.
Es decir, que visto en la perspectiva de la gestión de gobierno K, la Deuda intra-Estado – que es deuda impagable transferida al Sector Público que compromete la capitalización y el financiamiento del Fisco – habría servido así como “préstamo puente” interno para reducir los montos de endeudamiento externo y volver entonces a contraer nueva deuda internacional.
Tal es el dilema que la administración Kirchner tiene que enfrentar hoy: el de volver o no volver al Mercado externo de Capitales para tomar más Deuda.
Si verdaderamente el gobierno quisiera salir del Sistema de la Deuda hoy tiene la posibilidad de hacerlo, o al menos de intentarlo: 1. Blanqueando el Default, con la consiguiente suspensión de pagos, 2. Disponiendo la Auditoría de la Deuda, creando la Comisión Investigadora de la Legitimidad de la Deuda que prevé la reciente Ley 26.984, y 3. Determinando el quantum de la Deuda Legítima y la verdadera capacidad de pago del país para encarar una re-estructuración forzosa y no voluntaria de toda la Deuda.
Pero esto contradice el discurso del gobierno Kirchner, que no quiere reconocer el fracaso del Megacanje 2005 y, por ende, el peligro de tener que “salir” de la actual Crisis de Deuda – una vez más - con más Endeudamiento; como ya ocurrió en el 2002 con los títulos de deuda para cubrir la pesificación asimétrica y como estaba previsto que ocurriera después del Megacanje Kirchner-Lavagna, que estaba orientado a preparar una rápida vuelta al mercado internacional de capitales, cosa que todavía no se ha producido a raíz de la crisis de los holdouts.
Fue en este contexto, y como tareas preparatorias de la Hoja de Ruta Boudou, que el gobierno Kirchner encaró durante el corriente año el nuevo mecanismo de pago con bonos de los laudos perdidos ante el CIADI y la indemnización a Repsol por la expropiación de acciones de YPF, el pago en cuotas de la totalidad de los reclamos por atrasos y recargos con el Club de París, las nuevas emisiones de bonos Bonar 2016/2017 en pesos y Bonad 2016/2018 en dollar linked, así como las negociaciones en curso para empezar a pagar a los holdouts con bonos adicionales.
El momento es, por ello, sumamente delicado para la administración K a los fines de salvar su imagen frente a las contradicciones entre el discurso y las realidades.
Es el viejo dilema del “tren que va a Rosario”: el señor decía que no quería ir a Rosario pero se sube al tren que va a Rosario. Durante el viaje despotrica reiterando que no le gusta y que no va a ir a Rosario... pero cuando el tren llega a destino se tiene que bajar en Rosario.
A través de toda una serie de acciones tardías, improvisadas e inconsistentes con el objeto de llegar al 2015 - como supuesta “fecha salvadora” frente a las cláusulas RUFO/MFC – el gobierno CFK está adoptando, en los hechos, medidas que lo acercarían cada vez más a las exigencias de los acreedores, ya sea en forma directa o bien soportando que las mismas se produzcan con el simple “acomodamiento de los hechos”:
a) Se sostiene un retraso cambiario relativo como ancla anti-inflacionaria y especialmente como garantía de pago de la Deuda Externa, actual y futura.
b) Se mantienen altas tasas de interés locales que, con estabilidad y/o retraso del tipo de cambio, favorecen la mayor rentabilidad de los capitales financieros.
c) Se difiere el problema del sinceramiento cambiario mientras el retraso mejora los precios de los productos importados y el valor del giro de utilidades y dividendos al exterior, que se acumulan a través de la Deuda Externa Privada.
d) Se estimula el consumo tratando de compensar el cuadro de desaceleración y/o recesión derivado del aumento del costo financiero - público y privado - sobre la Economía.
e) Se continúa el endeudamiento cuasi-fiscal en gran escala del Banco Central (BCRA) emitiendo dinero sin respaldo que se usa para comprar reservas – divisas que luego se prestan al gobierno para pagar más Deuda Externa – y para dar Adelantos Transitorios permanentes al Tesoro, mientras el grueso de estas emisiones monetarias se absorbe por medio de Lebac que pagan un 29 % de interés anual a los grandes bancos privados.
f) Se generan ganancias financiero-bancarias extraordinarias vía revalorización por tenencia de las carteras dolarizadas de Bancos y Aseguradoras después de la devaluación de Enero, por aumento de las tasas de interés de referencia, por la prolongada tolerancia con las operaciones de arbitraje por Contado con Liquidación (CCL) y por dólar Bolsa o MEP, por los altibajos especulativos en Bolsa liderados por inversores financieros locales y particularmente extranjeros (con los fondos de inversión de George Soros y Daniel Loeb a la cabeza), etc.
g) Se conceden altísimas autorizaciones presupuestarias de nueva Deuda para financiar Obras Públicas y de Infraestructura, e incluso Gasto Público Corriente por medio de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) del Poder Ejecutivo que ya elevaron en más de un 20 % las partidas totales del Presupuesto 2014 original.
h) Se produce una caída del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones por Inflación superior a la suba de los ingresos y por desfase financiero en la percepción de las liquidaciones correspondientes.
i) Se contiene parcialmente las presiones de aumento de precios a través de un proceso de desaceleración económica: una suerte de Recesión relativa como forma de freno a la Inflación.
j) Se ejecuta un plan de ajuste fiscal encubierto, que se lleva a cabo más por la vía de los Ingresos que por reducción de los Gastos: alta presión tributaria (Impuesto a las Ganancias, Impuesto al Cheque, IVA, Retenciones, gravámenes provinciales y municipales), aumento generalizado de Precios/Tarifas de Servicios Públicos y aumento de la Deuda Pública (con la carga creciente de sus servicios de capital e intereses).
Es muy probable que la proximidad de las fiestas de Fin de Año, el comienzo de las vacaciones de Verano y, sobre todo, el uso de distractivos de prensa (escándalo Boudou, cholulismo político, artificial clima pre-electoral, proyectos parlamentarios varios, etc.) surtan su efecto ante la opinión pública, como producto de la tradicional colaboración y complicidad de la tríada oficialismo-oposición-medios.
Pero al gobierno K se le acerca el comienzo del 2015 y, con ello, el momento de la verdad acerca de las realidades que tiene que afrontar a partir de esa fecha en materia de nueva Deuda Externa.
Y el interrogante acerca de cómo será el replanteo público de este problema es grande porque - tal como están las cosas - esto “no cierra” o, mejor dicho, cierra con más Deuda.
Héctor Giuliano
Notas:
1) Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos respectivamente y se consignan siempre con redondeo.
2) En su reciente discurso ante la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) – del 25.11 - la presidenta Cristina Kirchner se jactó de haber conseguido comprar la mayoría accionaria de YPF con la ventaja de “pagar 5.000 MD entregando únicamente papelitos, porque – según dijo - en realidad es lo que se entregó: los bonos...”.
Estos “papelitos” a los que hizo referencia CFK son nueva Deuda Externa por miles de millones de dólares de capital e intereses que van a tener que ser pagados por el Estado (aunque no bajo su gobierno, que la contrajo, sino por el o los que lo sucedan).
3) La presidenta ha dicho algo en este sentido: en su discurso ante la CAC – citado en la nota anterior – CFK destacó que “toda la deuda que estamos pagando no es deuda de infraestructura, es deuda financiera”, trazando así una diferencia en la naturaleza del endeudamiento.
El párrafo completo de lo que dijo la presidenta es el siguiente:
“El sistema financiero internacional, no está muy dedicado a financiar obras de infraestructura. De hecho, toda la deuda que estamos pagando, no es deuda de infraestructura, es deuda financiera que se tomó desde 1976 adelante, que también se siguió tomando después cuando se estatizó la deuda de los privados, que pasó al sector público en el año 82, cuando luego vino la convertibilidad, que fue la segunda etapa grande de endeudamiento financiero para poder sostenerla y, finalmente, la tercera etapa que fue el megacanje.”
Aquí se omite decir – entre otras cosas - que también se está pagando la deuda del Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 (por capital, intereses, anatocismo y cupones PBI) y que la deuda externa privada que fue estatizada y de cuyo pago se lamenta la presidenta fue aceptada por su gobierno pese a que está siendo investigada por la justicia argentina (siendo que la mayoría se encuentra comprendida precisamente dentro de las deudas consolidadas con el Club de París).
En su discurso ante la CAC la presidenta agregó:
“Y estos capitales, que es cierto hay en el mundo, no los veo muy dispuestos a financiar obras públicas; sí los veo dispuestos a endeudar a los países y a financiar gasto público. Porque el negocio, no está en que un país crezca, el negocio está en que un país se endeude porque a partir de que se…fusionaron bancos comerciales en bancos de inversión, comenzó a cambiar el perfil del sistema financiero internacional. Y no para bien, sino para mal.”
Más allá de la confusa forma de expresión de CFK, estas afirmaciones no son muy consistentes que digamos con las acciones de su gobierno.
El Presupuesto aprobado para el 2015 autoriza la toma de deuda pública por unos 134.000 MD (133.600) y la mayoría es deuda externa: 46.100 MD por Operaciones de Crédito Público (básicamente refinanciación de pasivos), 50.300 MD para Infraestructura/Obras Pública y 37.200 MD para operaciones de crédito pluri-anuales, cuya continuidad compromete a futuras administraciones.
Estrictamente hablando, todo préstamo es Deuda Financiera, independientemente de su destino cualitativo.
El razonamiento que diferencia la deuda financiera del financiamiento de obras de infraestructura no es muy claro desde el punto de vista práctico porque, como decimos, la deuda externa contraída para Inversiones Públicas también es Deuda Financiera - es endeudamiento público para financiar Gastos de Capital, en lugar de hacerlo con recursos propios - porque la mayor parte de la deuda del Estado se contrae hoy para financiar el Déficit Financiero Fiscal y porque no hay forma de liberarse de la refinanciación permanente de la deuda acumulada porque la misma es impagable y constituye un “costo hundido” sin capacidad de repago.
De modo que tratar de discriminar la deuda del Estado frente a un cuadro de situación existente y frente a perspectivas ciertas de más endeudamiento futuro no permite una fácil diferencia práctica ya que la capacidad fiscal de repago – distinta en uno u otro caso por la existencia de retornos sobre la inversión – tiene que aplicarse a la masa de una deuda conjunta.
Este criterio de diferenciar Deuda Pública “buena” y “mala” es muy difícil de aplicar en nuestro caso y deja abierta la puerta para seguir justificando la asunción de nuevas deudas, aunque las mismas terminen después sin poder ser pagadas y, por ende, se incorporen entonces al quantum del endeudamiento perpetuo de la Argentina.
Hay toda una serie de declaraciones por parte de los más altos funcionarios a este respecto: desde la presidenta de la Nación al Jefe de Gabinete Capitanich y desde el Ministro de Planificación De Vido al Ministro de Economía Kicillof.
Los discursos oficiales, sin embargo, no se compadecen con las acciones que está adoptando el gobierno K ni con la expectativa de arreglo de la cuestión de los holdouts – que implica obviamente más deuda externa - en el contexto de la Hoja de Ruta Boudou la que, sobre la base del Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010, tiene como objetivo final la vuelta del país al Mercado Internacional de Capitales.
Un ambiguo planteo gubernamental acerca de este tema - que es muy específico y que, como tal, no permite darle muchas vueltas al asunto - sirve de marco al divorcio o marcada diferencia entre las declaraciones y los hechos:
a) La administración CFK ha comenzado a pagar este año los laudos perdidos ante el CIADI con nuevos títulos de Deuda Externa. Hasta ahora se han reconocido unos 1.000 MD por este concepto (cinco casos con empresas norteamericanas y uno con British Gas) pero quedan abiertas otras 20 demandas contra la Argentina – todas ellas también con altas probabilidades de ser perdidas – por un monto conjunto de 10.000 MD o más.
b) El gobierno ha emitido fuerte deuda externa este año para el pago de la indemnización a Repsol por la expropiación de las acciones de YPF, por unos 11.000 MD (6.000 MD de Capital más 5.000 de intereses).
c) La administración Kirchner llegó, también en el corriente año, a un arreglo por allanamiento con el Club de París del orden de los 10.000 MD (9.700), que conlleva el pago en cuotas anuales de deudas atrasadas, intereses acumulados, punitorios y multas. La mitad de estas deudas serían provenientes de la época del Proceso Militar y están siendo investigadas por la Justicia Argentina en la Causa Olmos II (como ya lo fueron en la Olmos I, que tiene sentencia del juez Ballestero), pero el gobierno no ha objetado su legitimidad.
d) Desde mediados de año el gobierno ha comenzado a emitir nueva deuda en bonos que son tomados por acreedores privados: 2.000 MD, en pesos, por Bonar 2016/2017 y otros 2.000 MD, bajo modalidad dollar-linked, por Bonad 2016/2018; aunque todos bajo legislación argentina.
e) La administración K, por último, viene declarando su voluntad de pago a los holdouts que ganaron el caso testigo de los Fondos Buitre (FB) ante los tribunales de Nueva York. Esta causa, que arrastra inevitablemente el reclamo del resto de los holdouts, se estima terminaría costándole al país pagos externos por entre 20 y 30.000 MD, por todo concepto (bonos reclamados a valor nominal, intereses acumulados, punitorios y penalidades por el diferimiento de ejecución de las sentencias, honorarios y gastos).
Todos estos rubros constituyen lógicamente nueva Deuda Externa. Una deuda que está siendo tomada por este gobierno y a la que debe sumarse las extraordinarias cifras de endeudamiento autorizadas por las leyes de Presupuesto 2014 y 2015 que, en su conjunto, sobrepasan los 100.000 MD por ejercicio (de las cuales no se tiene idea de la magnitud efectivizada debido a la falta de información sobre la evolución de la Deuda Pública Indirecta: Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios).
La mayoría de estas colocaciones – como se ha dicho – se hacen con el objeto de regularizar deudas atrasadas y pagar juicios con bonos de deuda externa, para volver entonces al Mercado Internacional de Capitales a los efectos de tomar más deudas. A menos que el gobierno tratara ahora de hacer lo contrario.
Las evidencias, empero, muestran realidades diferentes a los discursos oficiales.
El Partido de la Deuda está posicionándose en forma cada vez más fuerte a medida que aumenta la vulnerabilidad financiera y política del gobierno Kirchner.
A caballo de la tradicional receta neoliberal de “no emitan dinero, emitan deuda”, después del último golpe de mercado – de fines de Setiembre – se observa una serie de movimientos oficiales orientados a volver al Mercado Internacional para colocar Deuda Externa en función de la Hoja de Ruta Boudou.
No parece casual que esta muy delicada circunstancia haya coincidido con un nuevo episodio de salud de la presidenta.
El Estado tiene tres fuentes básicas de financiamiento: 1. La Recaudación Tributaria, 2. La Emisión controlada de Dinero y 3. La Deuda Pública.
Cuando la fuente Deuda se encuentra en niveles impagables y se vive refinanciando obligaciones a la vez que asumiendo sistemáticamente más deuda nueva – como en el caso argentino – las otras dos fuentes de fondos (Recaudación y Emisión) se terminan usando para sostener el costo de la tercera, con una mayor carga de sus servicios por Capital e Intereses.
Con la importantísima característica identificativa de que los vencimientos de Capital no se cancelan en forma neta sino que se pagan íntegramente con nuevas deudas (más de 40.000 MD de vencimientos por año); y que incluso una parte de los Intereses – que suman entre 10 y 12.000 MD en total y se abonan en efectivo – se capitaliza por anatocismo (unos 1.000 MD anuales).
Tal es el problema de fondo de la trampa de Deuda Perpetua en que está metida la Argentina y que la llamada Década Ganada no ha podido resolver; antes bien, es el problema que ha terminado llevando las cosas a un “giro de 360◦”: una suerte de vuelta al punto de partida donde, después de haber “desagotado” Deuda Externa con Deuda intra-Estado – pagándole a los acreedores, según la presidenta, 190.000 MD en 10 años - viene ahora el momento de cumplir el “pacto con el Diablo” y volver al Mercado de Capitales.
Es decir, que visto en la perspectiva de la gestión de gobierno K, la Deuda intra-Estado – que es deuda impagable transferida al Sector Público que compromete la capitalización y el financiamiento del Fisco – habría servido así como “préstamo puente” interno para reducir los montos de endeudamiento externo y volver entonces a contraer nueva deuda internacional.
Tal es el dilema que la administración Kirchner tiene que enfrentar hoy: el de volver o no volver al Mercado externo de Capitales para tomar más Deuda.
Si verdaderamente el gobierno quisiera salir del Sistema de la Deuda hoy tiene la posibilidad de hacerlo, o al menos de intentarlo: 1. Blanqueando el Default, con la consiguiente suspensión de pagos, 2. Disponiendo la Auditoría de la Deuda, creando la Comisión Investigadora de la Legitimidad de la Deuda que prevé la reciente Ley 26.984, y 3. Determinando el quantum de la Deuda Legítima y la verdadera capacidad de pago del país para encarar una re-estructuración forzosa y no voluntaria de toda la Deuda.
Pero esto contradice el discurso del gobierno Kirchner, que no quiere reconocer el fracaso del Megacanje 2005 y, por ende, el peligro de tener que “salir” de la actual Crisis de Deuda – una vez más - con más Endeudamiento; como ya ocurrió en el 2002 con los títulos de deuda para cubrir la pesificación asimétrica y como estaba previsto que ocurriera después del Megacanje Kirchner-Lavagna, que estaba orientado a preparar una rápida vuelta al mercado internacional de capitales, cosa que todavía no se ha producido a raíz de la crisis de los holdouts.
Fue en este contexto, y como tareas preparatorias de la Hoja de Ruta Boudou, que el gobierno Kirchner encaró durante el corriente año el nuevo mecanismo de pago con bonos de los laudos perdidos ante el CIADI y la indemnización a Repsol por la expropiación de acciones de YPF, el pago en cuotas de la totalidad de los reclamos por atrasos y recargos con el Club de París, las nuevas emisiones de bonos Bonar 2016/2017 en pesos y Bonad 2016/2018 en dollar linked, así como las negociaciones en curso para empezar a pagar a los holdouts con bonos adicionales.
El momento es, por ello, sumamente delicado para la administración K a los fines de salvar su imagen frente a las contradicciones entre el discurso y las realidades.
Es el viejo dilema del “tren que va a Rosario”: el señor decía que no quería ir a Rosario pero se sube al tren que va a Rosario. Durante el viaje despotrica reiterando que no le gusta y que no va a ir a Rosario... pero cuando el tren llega a destino se tiene que bajar en Rosario.
A través de toda una serie de acciones tardías, improvisadas e inconsistentes con el objeto de llegar al 2015 - como supuesta “fecha salvadora” frente a las cláusulas RUFO/MFC – el gobierno CFK está adoptando, en los hechos, medidas que lo acercarían cada vez más a las exigencias de los acreedores, ya sea en forma directa o bien soportando que las mismas se produzcan con el simple “acomodamiento de los hechos”:
a) Se sostiene un retraso cambiario relativo como ancla anti-inflacionaria y especialmente como garantía de pago de la Deuda Externa, actual y futura.
b) Se mantienen altas tasas de interés locales que, con estabilidad y/o retraso del tipo de cambio, favorecen la mayor rentabilidad de los capitales financieros.
c) Se difiere el problema del sinceramiento cambiario mientras el retraso mejora los precios de los productos importados y el valor del giro de utilidades y dividendos al exterior, que se acumulan a través de la Deuda Externa Privada.
d) Se estimula el consumo tratando de compensar el cuadro de desaceleración y/o recesión derivado del aumento del costo financiero - público y privado - sobre la Economía.
e) Se continúa el endeudamiento cuasi-fiscal en gran escala del Banco Central (BCRA) emitiendo dinero sin respaldo que se usa para comprar reservas – divisas que luego se prestan al gobierno para pagar más Deuda Externa – y para dar Adelantos Transitorios permanentes al Tesoro, mientras el grueso de estas emisiones monetarias se absorbe por medio de Lebac que pagan un 29 % de interés anual a los grandes bancos privados.
f) Se generan ganancias financiero-bancarias extraordinarias vía revalorización por tenencia de las carteras dolarizadas de Bancos y Aseguradoras después de la devaluación de Enero, por aumento de las tasas de interés de referencia, por la prolongada tolerancia con las operaciones de arbitraje por Contado con Liquidación (CCL) y por dólar Bolsa o MEP, por los altibajos especulativos en Bolsa liderados por inversores financieros locales y particularmente extranjeros (con los fondos de inversión de George Soros y Daniel Loeb a la cabeza), etc.
g) Se conceden altísimas autorizaciones presupuestarias de nueva Deuda para financiar Obras Públicas y de Infraestructura, e incluso Gasto Público Corriente por medio de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) del Poder Ejecutivo que ya elevaron en más de un 20 % las partidas totales del Presupuesto 2014 original.
h) Se produce una caída del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones por Inflación superior a la suba de los ingresos y por desfase financiero en la percepción de las liquidaciones correspondientes.
i) Se contiene parcialmente las presiones de aumento de precios a través de un proceso de desaceleración económica: una suerte de Recesión relativa como forma de freno a la Inflación.
j) Se ejecuta un plan de ajuste fiscal encubierto, que se lleva a cabo más por la vía de los Ingresos que por reducción de los Gastos: alta presión tributaria (Impuesto a las Ganancias, Impuesto al Cheque, IVA, Retenciones, gravámenes provinciales y municipales), aumento generalizado de Precios/Tarifas de Servicios Públicos y aumento de la Deuda Pública (con la carga creciente de sus servicios de capital e intereses).
Es muy probable que la proximidad de las fiestas de Fin de Año, el comienzo de las vacaciones de Verano y, sobre todo, el uso de distractivos de prensa (escándalo Boudou, cholulismo político, artificial clima pre-electoral, proyectos parlamentarios varios, etc.) surtan su efecto ante la opinión pública, como producto de la tradicional colaboración y complicidad de la tríada oficialismo-oposición-medios.
Pero al gobierno K se le acerca el comienzo del 2015 y, con ello, el momento de la verdad acerca de las realidades que tiene que afrontar a partir de esa fecha en materia de nueva Deuda Externa.
Y el interrogante acerca de cómo será el replanteo público de este problema es grande porque - tal como están las cosas - esto “no cierra” o, mejor dicho, cierra con más Deuda.
Héctor Giuliano
Notas:
1) Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos respectivamente y se consignan siempre con redondeo.
2) En su reciente discurso ante la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) – del 25.11 - la presidenta Cristina Kirchner se jactó de haber conseguido comprar la mayoría accionaria de YPF con la ventaja de “pagar 5.000 MD entregando únicamente papelitos, porque – según dijo - en realidad es lo que se entregó: los bonos...”.
Estos “papelitos” a los que hizo referencia CFK son nueva Deuda Externa por miles de millones de dólares de capital e intereses que van a tener que ser pagados por el Estado (aunque no bajo su gobierno, que la contrajo, sino por el o los que lo sucedan).
3) La presidenta ha dicho algo en este sentido: en su discurso ante la CAC – citado en la nota anterior – CFK destacó que “toda la deuda que estamos pagando no es deuda de infraestructura, es deuda financiera”, trazando así una diferencia en la naturaleza del endeudamiento.
El párrafo completo de lo que dijo la presidenta es el siguiente:
“El sistema financiero internacional, no está muy dedicado a financiar obras de infraestructura. De hecho, toda la deuda que estamos pagando, no es deuda de infraestructura, es deuda financiera que se tomó desde 1976 adelante, que también se siguió tomando después cuando se estatizó la deuda de los privados, que pasó al sector público en el año 82, cuando luego vino la convertibilidad, que fue la segunda etapa grande de endeudamiento financiero para poder sostenerla y, finalmente, la tercera etapa que fue el megacanje.”
Aquí se omite decir – entre otras cosas - que también se está pagando la deuda del Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 (por capital, intereses, anatocismo y cupones PBI) y que la deuda externa privada que fue estatizada y de cuyo pago se lamenta la presidenta fue aceptada por su gobierno pese a que está siendo investigada por la justicia argentina (siendo que la mayoría se encuentra comprendida precisamente dentro de las deudas consolidadas con el Club de París).
En su discurso ante la CAC la presidenta agregó:
“Y estos capitales, que es cierto hay en el mundo, no los veo muy dispuestos a financiar obras públicas; sí los veo dispuestos a endeudar a los países y a financiar gasto público. Porque el negocio, no está en que un país crezca, el negocio está en que un país se endeude porque a partir de que se…fusionaron bancos comerciales en bancos de inversión, comenzó a cambiar el perfil del sistema financiero internacional. Y no para bien, sino para mal.”
Más allá de la confusa forma de expresión de CFK, estas afirmaciones no son muy consistentes que digamos con las acciones de su gobierno.
El Presupuesto aprobado para el 2015 autoriza la toma de deuda pública por unos 134.000 MD (133.600) y la mayoría es deuda externa: 46.100 MD por Operaciones de Crédito Público (básicamente refinanciación de pasivos), 50.300 MD para Infraestructura/Obras Pública y 37.200 MD para operaciones de crédito pluri-anuales, cuya continuidad compromete a futuras administraciones.
Estrictamente hablando, todo préstamo es Deuda Financiera, independientemente de su destino cualitativo.
El razonamiento que diferencia la deuda financiera del financiamiento de obras de infraestructura no es muy claro desde el punto de vista práctico porque, como decimos, la deuda externa contraída para Inversiones Públicas también es Deuda Financiera - es endeudamiento público para financiar Gastos de Capital, en lugar de hacerlo con recursos propios - porque la mayor parte de la deuda del Estado se contrae hoy para financiar el Déficit Financiero Fiscal y porque no hay forma de liberarse de la refinanciación permanente de la deuda acumulada porque la misma es impagable y constituye un “costo hundido” sin capacidad de repago.
De modo que tratar de discriminar la deuda del Estado frente a un cuadro de situación existente y frente a perspectivas ciertas de más endeudamiento futuro no permite una fácil diferencia práctica ya que la capacidad fiscal de repago – distinta en uno u otro caso por la existencia de retornos sobre la inversión – tiene que aplicarse a la masa de una deuda conjunta.
Este criterio de diferenciar Deuda Pública “buena” y “mala” es muy difícil de aplicar en nuestro caso y deja abierta la puerta para seguir justificando la asunción de nuevas deudas, aunque las mismas terminen después sin poder ser pagadas y, por ende, se incorporen entonces al quantum del endeudamiento perpetuo de la Argentina.
sábado, noviembre 29, 2014
El programa de Pablo Iglesias para humanizar el capitalismo español
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, presentó este jueves junto a sus asesores económicos, Vicenç Navarro y Juan Torres, los primeros lineamientos de su programa económico. Las medidas propuestas no van más allá de un programa desarrollista con reforma fiscal, una vieja receta de la socialdemocracia. El programa de Pablo Iglesias para humanizar el capitalismo español
Las primeras líneas del programa económico de Podemos llegan tras varios meses de indefinición y ambigüedad. El documento de poco menos de 70 páginas presentado este jueves, y desarrollado por Navarro y Torres a pedido de Pablo Iglesias, compendia las principales ideas económicas de Podemos, que sintetizando giran alrededor de cuatro ejes: un “plan de choque contra la crisis”, incrementando el gasto público; una “reforma fiscal”, para aumentar la recaudación; un “cambio en el sistema productivo” que fortalezca a las empresas españolas, y una “reestructuración ordenada de la deuda”, negociada con los mercados.
El primer punto apunta fundamentalmente a aumentar el gasto público, una vieja y conocida fórmula –aceptada por cualquier economista no-neoliberal-, para disminuir los efectos de la crisis económica. Es lo que se llama una medida “anti-cíclica”.
El gasto público de los países de la Eurozona está fuertemente restringido por el pacto de Maastricht, que exige a los países miembros no superar el déficit presupuestario de 3% del PIB. Este límite deberá ser respetado por cualquier gobierno que no esté dispuesto a romper con la UE, como es el caso de Podemos. Por ello, para mantener en línea el presupuesto, los economistas de Podemos proponen aumentar la recaudación fiscal a través de impuestos a las grandes empresas y combatiendo el “fraude fiscal”.
La reforma fiscal significaría una modificación de la estructura impositiva, que actualmente en el Estado español es fuertemente regresiva. Esto implicaría subir los impuestos a la renta del capital y a la riqueza, algo que preocupa a la burguesía española. Sin embargo, Iglesias se ha encargado de tranquilizarlos bajando los decibeles al asunto: “¿quiénes tienen que tener miedo? Los que no pagan impuestos”, declaró el líder de Podemos la semana pasada.
Además, los portavoces de Podemos han dejado claro que su intención es discutir el programa económico con diferentes sectores de la sociedad, y especialmente con los empresarios que “apuestan al crecimiento económico de España”.
En cuanto al cambio de sistema productivo propone estimular el desarrollo de la industria de bienes con alto valor agregado, para que la economía española dependa menos de la venta de materias primas y de la construcción.
La intención que persigue este plan es reposicionar la economía española al interior de la Eurozona. Para los economistas de Podemos, esto podría hacerse combinando la inversión estatal mediante mayor recaudación impositiva y el estímulo de la inversión privada. Más allá de lo dudoso de la viabilidad de este esquema, Pablo Iglesias y su equipo de economistas presentan como gran aliado se su política económica al empresariado español con “vocación emprendedora”.
A cambio, claro está, obtendrá grandes privilegios y beneficios.
Finalmente, el tema de la deuda. Aquéllos que se habían entusiasmado con los discursos iniciales de Podemos y su programa para las elecciones europeas defendiendo el “no pago” de la deuda ilegítima, hoy se han visto definitivamente desilusionados. La propuesta de Podemos es establecer una “auditoría” que determine qué parte de la deuda es legítima, para luego negociar una reestructuración ordenada con los mercados financieros. Es comprensible. Una actitud firme en cuanto al no-pago de una deuda que se sabe totalmente ilegítima, traería la rebelión de los principales capitales imperialistas, tanto nacionales como extranjeros, socios claves en “un proyecto económico para la gente”, como se llama el documento.
Podemos se va transformando así en una opción política asimilable y digerible para los poderes reales del capitalismo español. Para no dejar lugar a dudas de esta perspectiva, Navarro dijo durante la presentación del documento: “nos consideramos socialdemócratas, esa es nuestra tradición política”.
Aunque llegue insuflado de rasgos populistas y un poco de demagogia, Pablo Iglesias y Podemos proponen en definitiva una vía de salida para humanizar y reformar el maltrecho sistema capitalista en el Estado español.
No por nada el periodista Wolfgang Münchau, escribió hace pocos días en su columna del Financial Times, que “Podemos y otras formaciones de izquierda radical son los únicos que ofrecen un plan coherente de reestructuración de la deuda, ya que el centro-izquierda no se atreve a aplicarlo”, y hasta recomienda: “Podemos debería organizarse a nivel de la eurozona.”
Diego Lotito
Madrid | @diegolotito
Estados Unidos-Israel: grandes aliados, profundos rivales
El Estado judío en el Levante es una carga que no deberíamos tener que soportar
Hoy [24 de noviembre 2014] es la fecha límite para el cierre de un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear. Nadie debería sorprenderse de que Israel señale esta fecha con una amenaza de atacar a Irán sin tener en cuenta el resultado de las negociaciones. Así dice el informe de portada del Jerusalem Post:
"Israel ha salido con una dura advertencia pública a sus aliados en un argumento claro: Las propuestas actuales garantizan la perpetuación de una crisis, dejando a Israel la sola opción de utilizar la fuerza militar contra Irán como la única salida lógica".
Esto es una mentira, y es notoriamente reconocido como tal: los israelíes no tienen la capacidad militar para eliminar a todos los sitios nucleares de Irán sin la ayuda estadounidense. Aparte de eso, sin embargo, ellos nunca atacan a los que son capaces de devolver el golpe de manera significativa, por lo que podemos calificar esta última amenaza como otras tantas bravuconadas. Y aquí hay que preguntarse: ¿es esta la forma en que se supone actúa un aliado, con el cual, supuestamente disfrutamos una "relación especial"?
La realidad es que Israel es nuestro mayor amigo y nuestro peor rival.
Durante décadas, los israelíes han vivido de nuestra generosidad sin tener que ofrecer algo de valor a cambio -a menos que su interferencia en la política estadounidense se considere de valor-. Les hemos entregado más de 3 mil millones de dólares al año como tributo, nos hemos mantenido al margen mientras someten a sus ilotas palestinos a condiciones no vistas desde el apartheid de Sudáfrica, y sonreímos con tolerancia, como se haría con un niño revoltoso, mientras ruidosamente nos escupe en la cara a cada oportunidad. Y, ¿qué hemos conseguido a cambio? Insultos, interferencias y amenazas directas, por no hablar de una de las más eficaces (y desagradables) operaciones de espionaje llevadas a cabo en nuestro territorio por una potencia extranjera.
Durante años, el "Partido de la Guerra" ha estado acusando a Teherán de ejecutar un programa secreto de armas nucleares, aunque no hay evidencia convincente de que alguna vez se haya producido. Los israelíes y su baza internacional -en particular el grupo terrorista MEK- han hecho su mejor esfuerzo en manipular hasta falsificaciones convincentes, aunque en vano. Han hecho rodar todo tipo de interferencia con el fin de evitar la normalización de las relaciones entre Estados Unidos e Irán. Su objetivo: asegurar que el monopolio regional de Israel sobre las armas nucleares quede intacto.
Aparte de Corea del Norte, Israel es la única potencia nuclear que ha logrado salirse con la suya burlando a la comunidad internacional sobre este tema. Los iraníes se sometieron a un estricto régimen de inspecciones que llevará, sin duda, la atención del mundo a las armas de destrucción masiva en manos del liderazgo de Israel, una clase política considerada por los observadores externos cada vez más extremista. Los israelíes han logrado mantener lo que se conoce como "ambigüedad nuclear " negándose firmemente a rubricar el Tratado de No Proliferación, junto con Corea del Norte, pero no hay absolutamente nada ambiguo sobre el poder destructivo de su arsenal.
"Ambigüedad" no es un concepto que se aplica a Israel en estos días. No hay duda acerca de cuál es su posición o en lo que ha devenido. Su último despropósito: sacar de la Ley Fundamental donde se declara una democracia y poner en cambio "los árabes no están incluidos en dicha ley". O, como The Age publica: "
"La propuesta significaría que Israel ya no se define en sus leyes básicas como ‘judío y democrático’, sino como ‘la patria nacional del pueblo judío’".
Lo que el gran liberal clásico israelí Yeshayahu Leibowitz llamó correctamente la tendencia "judeo-nazi” en la vida política de ese país, ahora ha pasado al primer plano: no pretende ya ser la elegante pequeña democracia de Oriente Medio. No, está saliendo del armario como fanáticos étnico religiosos, al igual que sus homólogos a pocos kilómetros de distancia en el Estado Islámico. Junto con la nueva ley, el primer ministro Benjamin Netanyahu anunció la introducción de una legislación para despojar a los activistas árabes que se manifiesten como "anti-Israel" de su ciudadanía israelí, junto con toda su familia. Y así nace el Estado judío de Israel en el Levante.
En el pasado, el lobby de Israel ha ofrecido una serie de argumentos en favor de mantener la “especial relación” entre Israel y los EE.UU. Y mientras que los factores estratégicos militares y geopolíticos eran una gran parte de su rutina durante la época de la guerra fría, con el colapso del comunismo esto se hizo menos importante y una nueva línea del partido salió a la luz: la afirmación de que compartimos valores importantes con los israelíes, especialmente los relacionados con la democracia liberal, es decir, la tolerancia, la diversidad, etc. Sin embargo, la verdad del asunto es que Israel ya no es una democracia liberal. En efecto, a medida que se aprietan los tornillos sobre la población palestina, el Estado judío en el Levante se está convirtiendo en la imagen especular de sus autoritarios vecinos árabes.
En la política como en el sector inmobiliario, el factor dominante es la localización, ubicación, emplazamiento. En la elección de Oriente Medio como el lugar de su "nación judía", los primeros sionistas se aseguraron que su estado perdería finalmente el contacto con sus raíces europeas y se convertiría en otro estado despótico del Medio Oriente. Se dice que los colonos judíos han transformado la tierra, pero en realidad ocurrió lo contrario: la tierra los transformó.
Los israelíes piensan que son inmunes a la condena. Piensan que pueden continuar torturando a los palestinos, provocando guerras interminables, y auspiciando la clase de racismo flagrante por el cual Hungría fue sancionada por ser un Estado "intolerante". Y teniendo en cuenta el comportamiento de la clase política en Estados Unidos y Occidente, tienen toda la razón para pensar que este tipo de "excepcionalismo israelí" se va a mantener, pero están viviendo dentro de una ilusión.
El lobby de Israel está perdiendo su dominio: el pueblo estadounidense - inclinado previamente a apoyar a Israel irrestrictamente - muestra signos de despertar al peligro que representa nuestra política exterior centrada en Israel. En Europa, donde el lobby de Israel siempre ha sido más débil, están en serios problemas. La reciente masacre de los israelíes en Gaza ha hecho mucho para abrir los ojos de una nueva generación a la verdadera naturaleza del Estado judío en el Levante. Es por eso que la campaña de boicot y desinversión dirigida a Israel está tomando fuerza, a pesar de los esfuerzos frenéticos de los sectores complaciente a Israel a para difamarla e incluso prohibirla. (Sí, las políticas intolerantes del Estado judío en el Levante también se están colando en los Estados Unidos, una perspectiva repugnante, por cierto).
Israel hoy es una tiranía en el orden de la antigua Sudáfrica, con un factor añadido: están armados con armas nucleares. Como tal, los israelíes representan una amenaza para la paz del mundo, una mucho más peligrosa por lejos de lo que Irán podría ser. Su influencia perniciosa sobre la política estadounidense es la gran mecha en la aljaba del Partido de la Guerra. Al final, cuando los estadounidenses se rebelan contra el régimen de guerra perpetua, esta será su perdición.
Justin Raimondo, director editorial de Antiwar.com, e investigador asociado en el Randolph Bourne Institute. És editor colaborador de The American Conservative, y escribe una columna mensual para Chronicles . Es el autor de Reclaiming the American Right: The Lost Legacy of the Conservative Movement , con una introducción por el Prof. George W. Carey, un Prólogo de Patrick J. Buchanan, y ensayos críticos de Scott Richert y David Gordon ( ISI Libros , 2008).
Hoy [24 de noviembre 2014] es la fecha límite para el cierre de un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear. Nadie debería sorprenderse de que Israel señale esta fecha con una amenaza de atacar a Irán sin tener en cuenta el resultado de las negociaciones. Así dice el informe de portada del Jerusalem Post:
"Israel ha salido con una dura advertencia pública a sus aliados en un argumento claro: Las propuestas actuales garantizan la perpetuación de una crisis, dejando a Israel la sola opción de utilizar la fuerza militar contra Irán como la única salida lógica".
Esto es una mentira, y es notoriamente reconocido como tal: los israelíes no tienen la capacidad militar para eliminar a todos los sitios nucleares de Irán sin la ayuda estadounidense. Aparte de eso, sin embargo, ellos nunca atacan a los que son capaces de devolver el golpe de manera significativa, por lo que podemos calificar esta última amenaza como otras tantas bravuconadas. Y aquí hay que preguntarse: ¿es esta la forma en que se supone actúa un aliado, con el cual, supuestamente disfrutamos una "relación especial"?
La realidad es que Israel es nuestro mayor amigo y nuestro peor rival.
Durante décadas, los israelíes han vivido de nuestra generosidad sin tener que ofrecer algo de valor a cambio -a menos que su interferencia en la política estadounidense se considere de valor-. Les hemos entregado más de 3 mil millones de dólares al año como tributo, nos hemos mantenido al margen mientras someten a sus ilotas palestinos a condiciones no vistas desde el apartheid de Sudáfrica, y sonreímos con tolerancia, como se haría con un niño revoltoso, mientras ruidosamente nos escupe en la cara a cada oportunidad. Y, ¿qué hemos conseguido a cambio? Insultos, interferencias y amenazas directas, por no hablar de una de las más eficaces (y desagradables) operaciones de espionaje llevadas a cabo en nuestro territorio por una potencia extranjera.
Durante años, el "Partido de la Guerra" ha estado acusando a Teherán de ejecutar un programa secreto de armas nucleares, aunque no hay evidencia convincente de que alguna vez se haya producido. Los israelíes y su baza internacional -en particular el grupo terrorista MEK- han hecho su mejor esfuerzo en manipular hasta falsificaciones convincentes, aunque en vano. Han hecho rodar todo tipo de interferencia con el fin de evitar la normalización de las relaciones entre Estados Unidos e Irán. Su objetivo: asegurar que el monopolio regional de Israel sobre las armas nucleares quede intacto.
Aparte de Corea del Norte, Israel es la única potencia nuclear que ha logrado salirse con la suya burlando a la comunidad internacional sobre este tema. Los iraníes se sometieron a un estricto régimen de inspecciones que llevará, sin duda, la atención del mundo a las armas de destrucción masiva en manos del liderazgo de Israel, una clase política considerada por los observadores externos cada vez más extremista. Los israelíes han logrado mantener lo que se conoce como "ambigüedad nuclear " negándose firmemente a rubricar el Tratado de No Proliferación, junto con Corea del Norte, pero no hay absolutamente nada ambiguo sobre el poder destructivo de su arsenal.
"Ambigüedad" no es un concepto que se aplica a Israel en estos días. No hay duda acerca de cuál es su posición o en lo que ha devenido. Su último despropósito: sacar de la Ley Fundamental donde se declara una democracia y poner en cambio "los árabes no están incluidos en dicha ley". O, como The Age publica: "
"La propuesta significaría que Israel ya no se define en sus leyes básicas como ‘judío y democrático’, sino como ‘la patria nacional del pueblo judío’".
Lo que el gran liberal clásico israelí Yeshayahu Leibowitz llamó correctamente la tendencia "judeo-nazi” en la vida política de ese país, ahora ha pasado al primer plano: no pretende ya ser la elegante pequeña democracia de Oriente Medio. No, está saliendo del armario como fanáticos étnico religiosos, al igual que sus homólogos a pocos kilómetros de distancia en el Estado Islámico. Junto con la nueva ley, el primer ministro Benjamin Netanyahu anunció la introducción de una legislación para despojar a los activistas árabes que se manifiesten como "anti-Israel" de su ciudadanía israelí, junto con toda su familia. Y así nace el Estado judío de Israel en el Levante.
En el pasado, el lobby de Israel ha ofrecido una serie de argumentos en favor de mantener la “especial relación” entre Israel y los EE.UU. Y mientras que los factores estratégicos militares y geopolíticos eran una gran parte de su rutina durante la época de la guerra fría, con el colapso del comunismo esto se hizo menos importante y una nueva línea del partido salió a la luz: la afirmación de que compartimos valores importantes con los israelíes, especialmente los relacionados con la democracia liberal, es decir, la tolerancia, la diversidad, etc. Sin embargo, la verdad del asunto es que Israel ya no es una democracia liberal. En efecto, a medida que se aprietan los tornillos sobre la población palestina, el Estado judío en el Levante se está convirtiendo en la imagen especular de sus autoritarios vecinos árabes.
En la política como en el sector inmobiliario, el factor dominante es la localización, ubicación, emplazamiento. En la elección de Oriente Medio como el lugar de su "nación judía", los primeros sionistas se aseguraron que su estado perdería finalmente el contacto con sus raíces europeas y se convertiría en otro estado despótico del Medio Oriente. Se dice que los colonos judíos han transformado la tierra, pero en realidad ocurrió lo contrario: la tierra los transformó.
Los israelíes piensan que son inmunes a la condena. Piensan que pueden continuar torturando a los palestinos, provocando guerras interminables, y auspiciando la clase de racismo flagrante por el cual Hungría fue sancionada por ser un Estado "intolerante". Y teniendo en cuenta el comportamiento de la clase política en Estados Unidos y Occidente, tienen toda la razón para pensar que este tipo de "excepcionalismo israelí" se va a mantener, pero están viviendo dentro de una ilusión.
El lobby de Israel está perdiendo su dominio: el pueblo estadounidense - inclinado previamente a apoyar a Israel irrestrictamente - muestra signos de despertar al peligro que representa nuestra política exterior centrada en Israel. En Europa, donde el lobby de Israel siempre ha sido más débil, están en serios problemas. La reciente masacre de los israelíes en Gaza ha hecho mucho para abrir los ojos de una nueva generación a la verdadera naturaleza del Estado judío en el Levante. Es por eso que la campaña de boicot y desinversión dirigida a Israel está tomando fuerza, a pesar de los esfuerzos frenéticos de los sectores complaciente a Israel a para difamarla e incluso prohibirla. (Sí, las políticas intolerantes del Estado judío en el Levante también se están colando en los Estados Unidos, una perspectiva repugnante, por cierto).
Israel hoy es una tiranía en el orden de la antigua Sudáfrica, con un factor añadido: están armados con armas nucleares. Como tal, los israelíes representan una amenaza para la paz del mundo, una mucho más peligrosa por lejos de lo que Irán podría ser. Su influencia perniciosa sobre la política estadounidense es la gran mecha en la aljaba del Partido de la Guerra. Al final, cuando los estadounidenses se rebelan contra el régimen de guerra perpetua, esta será su perdición.
Justin Raimondo, director editorial de Antiwar.com, e investigador asociado en el Randolph Bourne Institute. És editor colaborador de The American Conservative, y escribe una columna mensual para Chronicles . Es el autor de Reclaiming the American Right: The Lost Legacy of the Conservative Movement , con una introducción por el Prof. George W. Carey, un Prólogo de Patrick J. Buchanan, y ensayos críticos de Scott Richert y David Gordon ( ISI Libros , 2008).
Burkina Faso: Las revueltas populares y el recuerdo de Sankara
En este caso, no fue un típico golpe militar reaccionario, sino que una revuelta popular desplazo de la máxima jefatura de Burkina Faso al presidente que venía gobernando desde hacía 27 años, Blaise Compaoré. Su intención de modificar un artículo de la Constitución, para que mediante el apoyo del Congreso, el cual dominaba, pudiera continuar durante 5 años más en el Gobierno, sirvió para la decantación de todo un malestar social que dominaba entre el pueblo burkinabé.
La situación actual, en lo que hace más 30 años se conocía como Alto Volta, se encuentra al parecer en un cierta estabilidad y se ha firmado un acuerdo entre los militares -que asumieron la jefatura del Estado en la persona de Isaac Zida- y partidos políticos opositores, organizaciones de la sociedad civil y líderes religiosos, para avanzar hacia una transición con un gobierno bajo el mando de un civil, Michael Kafando, y que deberá llamar a elecciones en el plazo de 12 meses.
Por su parte, el accionar de instituciones panafricanas como la Unión Africana y la Comunidad Económica de África Occidental, han asumido un rol muy activo para fortalecer el proceso de transición hacia una regularización constitucional y el llamado a elecciones.
Burkina Faso es parte del África Subsahariana occidental y limita con Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín, Níger y Mali. Con un población de más de 17 millones de personas, es reconocido como uno de los países más pobres del mundo y sus indicadores sociales muestran parte de esas penurias. Se encuentra entre los países con mayor mortalidad infantil del mundo con 80 muertes de niños en su primer año de vida entre mil nacidos vivos, la expectativa de vida ronda los 56 años en promedio y el PBI per cápita se encuentra en los 670 dólares por año, según datos del Banco Mundial. Además según el ranking que realiza el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del Índice de Desarrollo Humano, Burkina Faso se encuentra el lugar 183 de 187 países que forman parte de este relevo estadístico.
En esas tierras dominaba desde el siglo XIV el Reino Mossi, el cual logró extenderse hacia lo que actualmente es Mali y Ghana, alcanzando su mayor despliegue un par de siglos después. Luego vinieron las razias para obtener esclavos para las producciones intensivas en fuerza de trabajo del otro lado del Atlántico y la Conferencia de Berlín de 1898 en donde las grandes potencias del momento establecieron los límites del reparto imperialista de todo el continente africano. Francia fue el país que controló toda esta región, en lo que se denominó el África Occidental Francesa, luego debido a necesidades de administrativas decidió dividir esta gran región y creó lo que se llamó Alto Volta, que en 1960 alcanzó formalmente la independencia, aunque el poder de tutelaje galo continua hasta nuestros días.
Sin embargo, hubo un breve período, en la por sí escueta historia independiente de este país, que marcó a fuego no sólo a Burkina Faso sino a toda África. Luego de una tumultuosa vida institucional posindependencia signada por varios golpes militares, llega al poder el Capitán Thomas Sankara como líder del movimiento de mandos medios y subalternos del Ejército que impone un proceso revolucionario en la antigua colonia francesa.
Entre los cambios que impulsó hubo algunos de orden simbólico entre los que se puede señalar el reemplazo del nombre de Alto Volta por el de Burkina Faso, una conjunción de dos vocablos de lenguas autóctonas (moore y dyula) que significa “La Patria de los Hombres Integros”. Además se estableció una nueva bandera y un nuevo himno nacional que en la parte del estribillo termina con la expresión “Patria o Muerte, Venceremos”. Estas transformaciones eran una clara expresión del carácter marcadamente antiimperialista que se proponía el gobierno encabezado por Sankara. La lucha contra la corrupción, la búsqueda de un desarrollo endógeno con un reparto más equitativo de las tierras, una firme defensa del ambiente, las mejoras en la infraestructura sanitaria y en el sistema educativo, la reivindicación decidida de la igualdad de las mujeres y una fuerte apuesta a la organización y acción conjunta de todos los países africanos (principalmente su propuesta de no pago de la deuda), fueron los puntos más altos de los planteos del proceso revolucionario que se inició en 1983.
El segundo al mando dentro del Consejo Revolucionario era el mismísimo Blaise Compaoré, quien había urdido el movimiento sedicioso que permitiría llegar al gobierno a Sankara, el cual se encontraba preso por orden del gobierno ulteriormente depuesto. Como mano derecha del Jefe de Estado era el responsable de las relaciones con Francia y Costa de Marfil (el bastión del imperialismo francés en el África Subsahariana) y desde allí volvió a planificar un nuevo golpe, en este caso contra su propio compañero.
La traición se ejecutó el 15 de octubre de 1987, cuando un comando de hombres bajo órdenes de Compaoré asesinó al Thomas Sankara y a 13 de sus allegados. Luego de ello, se impuso una “rectificación” de la revolución, con apariencias de continuidad pero que más temprano que tarde comenzó a mostrar su verdadera cara. Las políticas del FMI y del Banco Mundial comenzaron a aplicarse sin restricciones, restaurando los privilegios de las élites tradicionales, revirtiendo las nacionalizaciones, impulsando la “economía de mercado” y “fomentando la iniciativa privada”. Por otro lado, impuso una transición hacía un gobierno constitucional para alcanzar ciertos visos de legitimidad democrática, aunque todos los procesos electores fueron tildados de fraudulentos por la oposición. Sin embargo, el apoyo que otorgaban los veedores internacionales solventaba la continuidad de Compaoré en la presidencia.
El Continente Africano ha sufrido, durante toda la historia en la que el capitalismo ha sido dominante como forma de organización económica y social a escala planetaria, la constante disputa de los poderes globales por sus recursos. En la actualidad es el terreno en donde más se ven enfrentados los intereses de China, como poder ascendente mundial, y los Estados Unidos, como principal potencia (la respuesta militarista para enfrentar al ébola se enmarca en esta situación). Claro está que estas disputas han traído pocos réditos a los pobladores africanos, más bien todo lo contrario. Es posible entender entonces porque varios líderes antiimperialistas africanos han sido asesinados, como el caso de Patrice Lumumba, Amilcar Cabral y el propio Thomas Sankara, entre otros, o brutalmente combatidos como fue Mandela.
La necesidad de un fortalecimiento de la unidad de los países africanos con vistas a alcanzar una verdadera posición independiente aparece como un requisito indispensable para revertir años de saqueos, explotación y muerte. Asimismo, la necesidad de articular acciones con el resto de los países del mundo que ocupan un lugar similar en el esquema del capitalismo mundial, recorre un camino similar. La experiencia del Che Guevara en el Congo, después de la victoria de la Revolución Cubana, podrá haber resultado aventurera, sin embargo poseía el valor fundamental de marcar una noción estratégica vital para las luchas de los pueblos oprimidos del mundo.
Marcelo Righetti
La situación actual, en lo que hace más 30 años se conocía como Alto Volta, se encuentra al parecer en un cierta estabilidad y se ha firmado un acuerdo entre los militares -que asumieron la jefatura del Estado en la persona de Isaac Zida- y partidos políticos opositores, organizaciones de la sociedad civil y líderes religiosos, para avanzar hacia una transición con un gobierno bajo el mando de un civil, Michael Kafando, y que deberá llamar a elecciones en el plazo de 12 meses.
Por su parte, el accionar de instituciones panafricanas como la Unión Africana y la Comunidad Económica de África Occidental, han asumido un rol muy activo para fortalecer el proceso de transición hacia una regularización constitucional y el llamado a elecciones.
Burkina Faso es parte del África Subsahariana occidental y limita con Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín, Níger y Mali. Con un población de más de 17 millones de personas, es reconocido como uno de los países más pobres del mundo y sus indicadores sociales muestran parte de esas penurias. Se encuentra entre los países con mayor mortalidad infantil del mundo con 80 muertes de niños en su primer año de vida entre mil nacidos vivos, la expectativa de vida ronda los 56 años en promedio y el PBI per cápita se encuentra en los 670 dólares por año, según datos del Banco Mundial. Además según el ranking que realiza el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del Índice de Desarrollo Humano, Burkina Faso se encuentra el lugar 183 de 187 países que forman parte de este relevo estadístico.
En esas tierras dominaba desde el siglo XIV el Reino Mossi, el cual logró extenderse hacia lo que actualmente es Mali y Ghana, alcanzando su mayor despliegue un par de siglos después. Luego vinieron las razias para obtener esclavos para las producciones intensivas en fuerza de trabajo del otro lado del Atlántico y la Conferencia de Berlín de 1898 en donde las grandes potencias del momento establecieron los límites del reparto imperialista de todo el continente africano. Francia fue el país que controló toda esta región, en lo que se denominó el África Occidental Francesa, luego debido a necesidades de administrativas decidió dividir esta gran región y creó lo que se llamó Alto Volta, que en 1960 alcanzó formalmente la independencia, aunque el poder de tutelaje galo continua hasta nuestros días.
Sin embargo, hubo un breve período, en la por sí escueta historia independiente de este país, que marcó a fuego no sólo a Burkina Faso sino a toda África. Luego de una tumultuosa vida institucional posindependencia signada por varios golpes militares, llega al poder el Capitán Thomas Sankara como líder del movimiento de mandos medios y subalternos del Ejército que impone un proceso revolucionario en la antigua colonia francesa.
Entre los cambios que impulsó hubo algunos de orden simbólico entre los que se puede señalar el reemplazo del nombre de Alto Volta por el de Burkina Faso, una conjunción de dos vocablos de lenguas autóctonas (moore y dyula) que significa “La Patria de los Hombres Integros”. Además se estableció una nueva bandera y un nuevo himno nacional que en la parte del estribillo termina con la expresión “Patria o Muerte, Venceremos”. Estas transformaciones eran una clara expresión del carácter marcadamente antiimperialista que se proponía el gobierno encabezado por Sankara. La lucha contra la corrupción, la búsqueda de un desarrollo endógeno con un reparto más equitativo de las tierras, una firme defensa del ambiente, las mejoras en la infraestructura sanitaria y en el sistema educativo, la reivindicación decidida de la igualdad de las mujeres y una fuerte apuesta a la organización y acción conjunta de todos los países africanos (principalmente su propuesta de no pago de la deuda), fueron los puntos más altos de los planteos del proceso revolucionario que se inició en 1983.
El segundo al mando dentro del Consejo Revolucionario era el mismísimo Blaise Compaoré, quien había urdido el movimiento sedicioso que permitiría llegar al gobierno a Sankara, el cual se encontraba preso por orden del gobierno ulteriormente depuesto. Como mano derecha del Jefe de Estado era el responsable de las relaciones con Francia y Costa de Marfil (el bastión del imperialismo francés en el África Subsahariana) y desde allí volvió a planificar un nuevo golpe, en este caso contra su propio compañero.
La traición se ejecutó el 15 de octubre de 1987, cuando un comando de hombres bajo órdenes de Compaoré asesinó al Thomas Sankara y a 13 de sus allegados. Luego de ello, se impuso una “rectificación” de la revolución, con apariencias de continuidad pero que más temprano que tarde comenzó a mostrar su verdadera cara. Las políticas del FMI y del Banco Mundial comenzaron a aplicarse sin restricciones, restaurando los privilegios de las élites tradicionales, revirtiendo las nacionalizaciones, impulsando la “economía de mercado” y “fomentando la iniciativa privada”. Por otro lado, impuso una transición hacía un gobierno constitucional para alcanzar ciertos visos de legitimidad democrática, aunque todos los procesos electores fueron tildados de fraudulentos por la oposición. Sin embargo, el apoyo que otorgaban los veedores internacionales solventaba la continuidad de Compaoré en la presidencia.
El Continente Africano ha sufrido, durante toda la historia en la que el capitalismo ha sido dominante como forma de organización económica y social a escala planetaria, la constante disputa de los poderes globales por sus recursos. En la actualidad es el terreno en donde más se ven enfrentados los intereses de China, como poder ascendente mundial, y los Estados Unidos, como principal potencia (la respuesta militarista para enfrentar al ébola se enmarca en esta situación). Claro está que estas disputas han traído pocos réditos a los pobladores africanos, más bien todo lo contrario. Es posible entender entonces porque varios líderes antiimperialistas africanos han sido asesinados, como el caso de Patrice Lumumba, Amilcar Cabral y el propio Thomas Sankara, entre otros, o brutalmente combatidos como fue Mandela.
La necesidad de un fortalecimiento de la unidad de los países africanos con vistas a alcanzar una verdadera posición independiente aparece como un requisito indispensable para revertir años de saqueos, explotación y muerte. Asimismo, la necesidad de articular acciones con el resto de los países del mundo que ocupan un lugar similar en el esquema del capitalismo mundial, recorre un camino similar. La experiencia del Che Guevara en el Congo, después de la victoria de la Revolución Cubana, podrá haber resultado aventurera, sin embargo poseía el valor fundamental de marcar una noción estratégica vital para las luchas de los pueblos oprimidos del mundo.
Marcelo Righetti
jueves, noviembre 27, 2014
Un giro en la crisis mundial
Aunque numerosos comentaristas ven en la caída de los precios internacionales del petróleo la oportunidad para una reactivación de la economía mundial, lo cierto es que anuncia un período catastrófico para numerosos países que han sobrevivido a la crisis gracias a la elevada renta minera. Entre principios de siglo y una fecha reciente, el barril de petróleo había subido de 10 a 150 dólares -con una recaída muy fuerte en 2009, hasta una cotización media de 100 dólares antes del desplome a 75 dólares. Ahora, el derrumbe, en pocas semanas, ha sido superior, en algunos casos, al 25 por ciento. Con la excepción de Estados Unidos, los cambios en los precios internacionales no repercuten en los precios internos y son, por lo tanto, inocuos para reactivar el consumo final. Ocurre que la mayor parte de los gobiernos necesitan los impuestos a los combustibles para hacer frente al pago de la deuda pública y al rescate de los bancos. Si bien el precio corriente continúa elevado en cualquier comparación, su impacto negativo sobre la tasa de beneficio de las compañías petroleras es muy fuerte debido al aumento de los costos que acompañó el alza de precios, sea por un reparto de la renta entre todos los sectores que intervienen en la producción (servicios tecnológicos), sea por la incorporación de yacimientos que exigen procesos más caros, sea por el incremento de las inversiones. La caída del precio del petróleo replica la de todos los rubros de minerales metalíferos y alimentos. Este giro modifica el curso de la crisis mundial porque da de lleno en la periferia, en el mismo momento en que se ha hecho más aguda en Europa y Japón. En principio, esta tendencia empalma a la crisis mundial actual con la de los años 30 del siglo pasado, la cual se caracterizó, de entrada, por una fuerte crisis agraria y el colapso del comercio exterior de los países de menor desarrollo.
La caída del precio internacional del petróleo es atribuida a diversos factores: una caída de la demanda de China y Europa, un fuerte aumento de la producción de combustibles no convencionales en Estados Unidos y hasta una recuperación de la producción en Libia y en Irak. La crisis de sobreproducción en China es decisiva, porque la presencia económica de China ha sido un factor fundamental en la expansión del mercado mundial. China se encuentra, asimismo, en las vísperas de un estallido financiero. Del otro lado, la elevadísima renta petrolera había abierto espacio para la producción costosa de gas y petróleo no convencionales en Estados Unidos. En el mercado norteamericano, el precio del gas ha caído al límite de la rentabilidad. El descenso del precio de la nafta en el surtidor -o del gas para la industria y la calefacción- se verá opacado por el cierre de yacimientos, cuya productividad es declinante. El boom de los combustibles en Estados Unidos fue alentado por las bajísimas tasas de interés, que permitieron financiar inversiones que a otras tasas habrían sido prohibitivas. De victimario en la pelea del petróleo, Estados Unidos podría convertirse en víctima, en el caso de que se cumpla el anhelo de la banca central de aumentar los tipos de interés. Si esto no ocurriera por la presión de la industria, se habría bloqueado el intento oficial de evitar ordenadamente un estallido financiero internacional.
Una “guerra del petróleo”
Un factor esencial en el derrumbe de la renta petrolera es, obviamente, Arabia Saudita, la cual se niega a restringir la oferta de combustibles para detener la caída del precio, para no beneficiar a sus competidores. Se podría decir que se ha entablado una suerte de guerra del petróleo entre Estados Unidos y Arabia Saudita, porque aunque los norteamericanos aún no exportan, sí han dejado de importar. Los sauditas tienen espaldas para aguantar una guerra de precios, pero hasta cierto punto: aunque tiene los costos más bajos del mundo, el presupuesto del Estado depende como nunca de los ingresos del petróleo. Una disminución de los subsidios públicos desestabilizaría el orden político en el agitadísimo Medio Oriente.
Los eslabones débiles incandescentes de esta crisis son Brasil, Rusia y Venezuela. Los costos de Petrobras y de PDVSA superan cómodos los precios actuales del petróleo; en estos niveles ambas empresas son inviables. El problema es que, además, tienen deudas gigantescas y son fuentes de financiamiento de Estados con deudas aún mayores. Las acciones de Petrobras cotizan a la mitad de su pico; los brasileños han sido advertidos de esta catástrofe con bastante antelación, cuando quebró el aventurero nacional y popular de Brasil, Eike Batista, un Cristóbal López agrandado del país vecino. En Rusia ocurre todo esto con el agravante de que varias compañías internacionales han abandonado su asociación con compañías rusas, en el marco de las sanciones de la Otan por la crisis de Ucrania. La oligarquía rusa ha hecho causa común con el capital internacional y está fugando capitales de Rusia en gran escala; el rublo ha perdido en 30% de su valor en tres meses. Todo esto vale también para Ecuador o Bolivia. La crisis brasileña afectará a todo su vecindario. Como se ha dicho arriba, está en picada todo el universo de materias primas.
La principal repercusión, de una aproximación de la crisis mundial en curso a la de los años '30, será sobre el comercio mundial, porque reforzará las tendencias hacia la autarquía económica, y esto a una crisis del sistema monetario internacional. El 'ascenso' del partido republicano en Estados Unidos cobra relevancia, en este contexto, porque es el abanderado de la guerra comercial. Y naturalmente de la guerra interna -ahí está el juicio de Ferguson.
Jorge Altamira
Guerra sin cuartel en Ucrania
“Ofensiva final” de la OTAN
Introducción
Hay signos evidentes que indican la inminencia del estallido de una gran guerra en Ucrania. Una guerra promovida activamente por los países de la OTAN con el apoyo de sus aliados y clientes en Asia (Japón) y Oriente Próximo (Arabia Saudí). Estará caracterizada por una ofensiva militar a gran escala contra la región suroriental de Dombas -donde se sitúan las repúblicas populares ucranio-rusas de Donets y Lugansk, de aspiraciones separatistas- con la intención de deponer al gobierno elegido democráticamente, desarmar a las milicias populares y acabar con los guerrilleros de la resistencia y su base ciudadana, desmantelando a las organizaciones populares representativas y participando en la limpieza étnica de millones de ciudadanos bilingües ucranio-rusos. El próximo ataque militar de la OTAN a la región de Dombas es una continuación y una extensión del golpe de Estado violento de Kiev, que derrocó en febrero de este año al gobierno electo.
La junta de Kiev y sus gobernantes clientelares recientemente “elegidos”, así como sus patrocinadores de la OTAN, están resueltos a llevar adelante una gran purga con tal de consolidar el gobierno dictatorial del títere Poroshenko. Las recientes elecciones patrocinadas por la OTAN excluyeron la participación de varios de los partidos políticos que tradicionalmente habían apoyado a las grandes poblaciones minoritarias del país y fueron boicoteadas en la región de Dombas. Esta farsa electoral de Kiev sentó las bases para el siguiente movimiento de la OTAN, que tiene como objetivo convertir a Ucrania en una gigantesca base militar multifuncional de EE.UU., para poder llegar al corazón de Rusia y servir como una nueva colonia del capital alemán, suministrando a Berlín cereales y materias primas y sirviendo de mercado cautivo para los bienes manufacturados alemanes.
Occidente está siendo barrido por una fiebre bélica y las consecuencias de esta locura se agravan con el paso de las horas.
Señales de guerra: Campaña de propaganda y de sanciones, cumbre del G-20 y refuerzos militares
El redoble oficial de guerra, iniciado por la junta de Kiev y sus milicias fascistas, resuena a diario en todos los medios de comunicación occidentales. Los principales creadores de propaganda y los portavoces de los gobiernos publican o anuncian nuevos relatos manipulados sobre el aumento de las amenazas militares rusas a sus vecinos y las incursiones transfronterizas en Ucrania. Se “informa” de nuevas incursiones rusas desde las fronteras nórdicas y los estados bálticos al Cáucaso. El gobierno sueco contribuye a aumentar el nivel de histeria al hablar de un misterioso submarino “ruso” cerca de la costa de Estocolmo, sin llegar a identificarlo o localizarlo (ni, por supuesto, a confirmar su “observación”). Estonia y Lituania afirman que aviones militares rusos han violado su espacio aéreo, aunque tampoco llegan a confirmar la noticia. Polonia expulsa a “espías rusos”, sin pruebas ni testigos. Al mismo tiempo, los ejércitos de estados clientelares de la OTAN desarrollan ejercicios militares conjuntos a gran escala a lo largo de las fronteras rusas, en los países bálticos, Polonia, Rumania y Ucrania.
La OTAN está enviando enormes cargamentos de armas a la junta de Kiev, así como asesores de las “fuerzas especiales” y expertos en contrainsurgencia, en anticipación de un ataque a gran escala contra los rebeldes de Dombas.
El régimen de Kiev nunca ha llegado a cumplir en alto el fuego acordado en Minsk. Según la oficina del Derechos Humanos de la ONU, un promedio de 13 personas –civiles en su mayoría- han muerto cada día desde la firma del alto el fuego de septiembre. Los informes de la ONU hablan de 957 personas asesinadas en ocho semanas, la inmensa mayoría de ellas por las fuerzas armadas de Kiev.
Por su parte, el régimen de Kiev ha suprimido todos los servicios públicos y sociales básicos a las “Repúblicas Populares”, incluyendo la electricidad, el combustible, las pensiones, los suministros médicos, y los salarios a funcionarios, profesores, personal sanitario y trabajadores municipales, además de bloquear la banca y el transporte.
La estrategia consiste en estrangular aún más la economía, destruir la infraestructura y forzar a un éxodo masivo de refugiados desde las ciudades densamente pobladas de la frontera hacia Rusia, para luego lanzar ataques masivos, con misiles y artillería, por tierra y aire contra los centros urbanos y las bases rebeldes.
La junta de Kiev ha dispuesto una movilización total en las regiones occidentales, acompañada de furiosas campañas de adoctrinamiento contra los rusos y los ortodoxos del este, destinadas a atraer a los matones más violentos de la extrema derecha chovinista e incorporar brigadas militares filonazis a las tropas de choque de vanguardia. La utilización cínica de milicias fascistas irregulares “liberará” a la OTAN y a Alemania de cualquier responsabilidad por el terror y las atrocidades inevitables de la campaña. Este sistema de “denegación verosímil” reproduce las tácticas de los nazis alemanes, cuyas hordas de ucranianos fascistas y croatas de la Ustacha fueron notorias durante sus campañas de limpieza étnica.
El G-20 y la OTAN: Apoyo a los bombardeos de Kiev
Con el fin de aislar y debilitar la resistencia en Dombas y garantizar la victoria de los inminentes bombardeos del ejército ucraniano, la Unión Europea y Estados Unidos están intensificando sus presiones económicas, militares y diplomáticas sobre Rusia para que esta abandone a las recientes democracias populares de la región sudeste de Ucrania, que tienen en Moscú a su principal aliado.
La escalada de sanciones económicas contra Rusia está diseñada para debilitar la capacidad de la resistencia de Dombas de defender sus hogares, pueblos y ciudades. Cada uno de los envíos de suministros médicos básicos y de alimentos que realiza Rusia a la población sitiada crea nuevos estallidos de histeria, porque contrarrestan la estrategia de la OTAN destinada a matar de hambre a los partisanos y a su base popular para obligarles a someterse a o provocar un éxodo en busca de la seguridad tras la frontera rusa.
Después de sufrir una serie de derrotas, el régimen de Kiev y sus estrategas de la OTAN decidieron firmar un “protocolo de paz”, el denominado acuerdo de Minsk, para detener el avance de las tropas de la resistencia de Dombas hacia las regiones del sur y proteger a los soldados y milicias de Kiev que resistían en bolsas aisladas en el este. Los acuerdos de Minsk tenían como objetivo permitir que la junta de Kiev formara su ejército, reorganizara sus mandos e incorporara a las diversas milicias nazis a sus filas como preparación para la “ofensiva final”. El refuerzo del ejército en el interior y la escalada de sanciones de la OTAN en el exterior serían dos aspectos de la misma estrategia: el éxito de un ataque frontal a la resistencia democrática de Dombas depende de la reducción del apoyo militar ruso por causa de las sanciones internacionales.
La hostilidad despiadada de la OTAN hacia el presidente Putin se puso claramente de manifiesto en la cumbre del G-20 en Australia. Las amenazas políticas y los insultos públicos de los presidentes y primer-ministros de la OTAN, especialmente, Merkel, Obama, Cameron, Abbott y Harper, fueron un complemento del incremento del bloqueo destinado a producir el hambre entre los rebeldes y los centros de población sitiados del sudeste. Tanto las amenazas económicas del G-20 contra Rusia y el aislamiento diplomático de Putin como el bloqueo económico de Kiev son preludios de la “Solución Final” de la OTAN: la aniquilación física de cualquier vestigio de resistencia en Dombas, de la democracia popular y de sus lazos culturales y económicos con Rusia.
Kiev depende de que sus mentores de la OTAN impongan nuevas severas sanciones contra Rusia, especialmente si la invasión que planea se encuentra con una resistencia firme y bien armada, reforzada por el respaldo ruso. La OTAN cuenta con que la recientemente reforzada capacidad militar pueda destruir con eficacia los centros de resistencia del sudeste.
La OTAN se ha decantado por una campaña de “todo o nada”: apoderarse de toda Ucrania o, si no lo consigue, destruir al incontrolable sudeste, arrasar a su población y su capacidad productiva y emprender una guerra económica (y posiblemente también armada) sin cuartel contra Rusia. La canciller Angela Merkel apoya dicho plan, a pesar de las quejas de los empresarios alemanes, que ven caer en picado sus exportaciones a Rusia. El presidente Hollande también ha ofrecido su respaldo haciendo oídos sordos a las protestas de los sindicalistas franceses, preocupados por los miles de empleos que se perderán en los astilleros. El primer ministro británico, David Cameron, está deseando una guerra económica contra Rusia y ha sugerido que los banqueros de la City londinense deberían encontrar nuevos canales para blanquear las ganancias ilícitas de los oligarcas rusos.
La respuesta rusa
Los diplomáticos rusos buscan desesperadamente un compromiso que permita a la etnia ruso-ucraniana del sudeste Ucrania retener cierta autonomía dentro de una federación y recuperar su influencia dentro de la “nueva” Ucrania resultante del golpe de Estado. Los estrategas militares rusos han proporcionado ayuda logística y militar a la resistencia con el fin de evitar otra masacre similar a la que tuvo lugar en Odessa, cuando fascistas ucranianos asesinaron a miles de conciudadanos de etnia rusa. Por encima de todo, Rusia no puede permitirse tener bases militares conjuntas de la OTAN y los nazis de Kiev a lo largo de su frontera común, con capacidad para imponer el bloqueo de Crimea y forzar un éxodo de las personas ruso-ucranianas de la región de Dombas. Con Putin a la cabeza, el gobierno ruso ha intentado proponer compromisos que permitieran la supremacía económica occidental sobre Ucrania, pero sin ceder ante la expansión de la OTAN y la absorción de Kiev.
Esta política de conciliación ha fracasado una y otra vez.
El “régimen de compromiso” democráticamente elegido en Kiev fue derrocado en febrero de 2014 tras un golpe de Estado violento que instaló en el poder a una junta favorable a la OTAN.
Kiev ha violado el acuerdo de Minsk impunemente, con el apoyo de las potencias de la OTAN y de Alemania.
La reciente cumbre del G-20 en Australia actuó como un coro demagógico contra el presidente Putin. El encuentro crucial de cuatro horas entre Putin y Merkel resultó un completo fiasco ya que Alemania se limitó a seguir a pies juntillas la consigna de la OTAN.
Finalmente, Putin respondió ampliando la disposición de tropas aéreas y terrestres listas para intervenir a lo largo de sus fronteras, al tiempo que aceleraba el acercamiento económico de Moscú hacia Asia.
Pero lo más importante es que el presidente Putin ha anunciado que Rusia no puede quedarse al margen y permitir la masacre de todo un pueblo en la región de Dombas.
El inminente bombardeo que Poroshenko prepara contra la población del sudeste de Ucrania ¿tiene como objetivo provocar una respuesta de Rusia ante la crisis humanitaria? ¿Se enfrentará Rusia a la ofensiva de Kiev -dirigida por la OTAN- arriesgándose a una ruptura total con Occidente?
James Petras
Introducción
Hay signos evidentes que indican la inminencia del estallido de una gran guerra en Ucrania. Una guerra promovida activamente por los países de la OTAN con el apoyo de sus aliados y clientes en Asia (Japón) y Oriente Próximo (Arabia Saudí). Estará caracterizada por una ofensiva militar a gran escala contra la región suroriental de Dombas -donde se sitúan las repúblicas populares ucranio-rusas de Donets y Lugansk, de aspiraciones separatistas- con la intención de deponer al gobierno elegido democráticamente, desarmar a las milicias populares y acabar con los guerrilleros de la resistencia y su base ciudadana, desmantelando a las organizaciones populares representativas y participando en la limpieza étnica de millones de ciudadanos bilingües ucranio-rusos. El próximo ataque militar de la OTAN a la región de Dombas es una continuación y una extensión del golpe de Estado violento de Kiev, que derrocó en febrero de este año al gobierno electo.
La junta de Kiev y sus gobernantes clientelares recientemente “elegidos”, así como sus patrocinadores de la OTAN, están resueltos a llevar adelante una gran purga con tal de consolidar el gobierno dictatorial del títere Poroshenko. Las recientes elecciones patrocinadas por la OTAN excluyeron la participación de varios de los partidos políticos que tradicionalmente habían apoyado a las grandes poblaciones minoritarias del país y fueron boicoteadas en la región de Dombas. Esta farsa electoral de Kiev sentó las bases para el siguiente movimiento de la OTAN, que tiene como objetivo convertir a Ucrania en una gigantesca base militar multifuncional de EE.UU., para poder llegar al corazón de Rusia y servir como una nueva colonia del capital alemán, suministrando a Berlín cereales y materias primas y sirviendo de mercado cautivo para los bienes manufacturados alemanes.
Occidente está siendo barrido por una fiebre bélica y las consecuencias de esta locura se agravan con el paso de las horas.
Señales de guerra: Campaña de propaganda y de sanciones, cumbre del G-20 y refuerzos militares
El redoble oficial de guerra, iniciado por la junta de Kiev y sus milicias fascistas, resuena a diario en todos los medios de comunicación occidentales. Los principales creadores de propaganda y los portavoces de los gobiernos publican o anuncian nuevos relatos manipulados sobre el aumento de las amenazas militares rusas a sus vecinos y las incursiones transfronterizas en Ucrania. Se “informa” de nuevas incursiones rusas desde las fronteras nórdicas y los estados bálticos al Cáucaso. El gobierno sueco contribuye a aumentar el nivel de histeria al hablar de un misterioso submarino “ruso” cerca de la costa de Estocolmo, sin llegar a identificarlo o localizarlo (ni, por supuesto, a confirmar su “observación”). Estonia y Lituania afirman que aviones militares rusos han violado su espacio aéreo, aunque tampoco llegan a confirmar la noticia. Polonia expulsa a “espías rusos”, sin pruebas ni testigos. Al mismo tiempo, los ejércitos de estados clientelares de la OTAN desarrollan ejercicios militares conjuntos a gran escala a lo largo de las fronteras rusas, en los países bálticos, Polonia, Rumania y Ucrania.
La OTAN está enviando enormes cargamentos de armas a la junta de Kiev, así como asesores de las “fuerzas especiales” y expertos en contrainsurgencia, en anticipación de un ataque a gran escala contra los rebeldes de Dombas.
El régimen de Kiev nunca ha llegado a cumplir en alto el fuego acordado en Minsk. Según la oficina del Derechos Humanos de la ONU, un promedio de 13 personas –civiles en su mayoría- han muerto cada día desde la firma del alto el fuego de septiembre. Los informes de la ONU hablan de 957 personas asesinadas en ocho semanas, la inmensa mayoría de ellas por las fuerzas armadas de Kiev.
Por su parte, el régimen de Kiev ha suprimido todos los servicios públicos y sociales básicos a las “Repúblicas Populares”, incluyendo la electricidad, el combustible, las pensiones, los suministros médicos, y los salarios a funcionarios, profesores, personal sanitario y trabajadores municipales, además de bloquear la banca y el transporte.
La estrategia consiste en estrangular aún más la economía, destruir la infraestructura y forzar a un éxodo masivo de refugiados desde las ciudades densamente pobladas de la frontera hacia Rusia, para luego lanzar ataques masivos, con misiles y artillería, por tierra y aire contra los centros urbanos y las bases rebeldes.
La junta de Kiev ha dispuesto una movilización total en las regiones occidentales, acompañada de furiosas campañas de adoctrinamiento contra los rusos y los ortodoxos del este, destinadas a atraer a los matones más violentos de la extrema derecha chovinista e incorporar brigadas militares filonazis a las tropas de choque de vanguardia. La utilización cínica de milicias fascistas irregulares “liberará” a la OTAN y a Alemania de cualquier responsabilidad por el terror y las atrocidades inevitables de la campaña. Este sistema de “denegación verosímil” reproduce las tácticas de los nazis alemanes, cuyas hordas de ucranianos fascistas y croatas de la Ustacha fueron notorias durante sus campañas de limpieza étnica.
El G-20 y la OTAN: Apoyo a los bombardeos de Kiev
Con el fin de aislar y debilitar la resistencia en Dombas y garantizar la victoria de los inminentes bombardeos del ejército ucraniano, la Unión Europea y Estados Unidos están intensificando sus presiones económicas, militares y diplomáticas sobre Rusia para que esta abandone a las recientes democracias populares de la región sudeste de Ucrania, que tienen en Moscú a su principal aliado.
La escalada de sanciones económicas contra Rusia está diseñada para debilitar la capacidad de la resistencia de Dombas de defender sus hogares, pueblos y ciudades. Cada uno de los envíos de suministros médicos básicos y de alimentos que realiza Rusia a la población sitiada crea nuevos estallidos de histeria, porque contrarrestan la estrategia de la OTAN destinada a matar de hambre a los partisanos y a su base popular para obligarles a someterse a o provocar un éxodo en busca de la seguridad tras la frontera rusa.
Después de sufrir una serie de derrotas, el régimen de Kiev y sus estrategas de la OTAN decidieron firmar un “protocolo de paz”, el denominado acuerdo de Minsk, para detener el avance de las tropas de la resistencia de Dombas hacia las regiones del sur y proteger a los soldados y milicias de Kiev que resistían en bolsas aisladas en el este. Los acuerdos de Minsk tenían como objetivo permitir que la junta de Kiev formara su ejército, reorganizara sus mandos e incorporara a las diversas milicias nazis a sus filas como preparación para la “ofensiva final”. El refuerzo del ejército en el interior y la escalada de sanciones de la OTAN en el exterior serían dos aspectos de la misma estrategia: el éxito de un ataque frontal a la resistencia democrática de Dombas depende de la reducción del apoyo militar ruso por causa de las sanciones internacionales.
La hostilidad despiadada de la OTAN hacia el presidente Putin se puso claramente de manifiesto en la cumbre del G-20 en Australia. Las amenazas políticas y los insultos públicos de los presidentes y primer-ministros de la OTAN, especialmente, Merkel, Obama, Cameron, Abbott y Harper, fueron un complemento del incremento del bloqueo destinado a producir el hambre entre los rebeldes y los centros de población sitiados del sudeste. Tanto las amenazas económicas del G-20 contra Rusia y el aislamiento diplomático de Putin como el bloqueo económico de Kiev son preludios de la “Solución Final” de la OTAN: la aniquilación física de cualquier vestigio de resistencia en Dombas, de la democracia popular y de sus lazos culturales y económicos con Rusia.
Kiev depende de que sus mentores de la OTAN impongan nuevas severas sanciones contra Rusia, especialmente si la invasión que planea se encuentra con una resistencia firme y bien armada, reforzada por el respaldo ruso. La OTAN cuenta con que la recientemente reforzada capacidad militar pueda destruir con eficacia los centros de resistencia del sudeste.
La OTAN se ha decantado por una campaña de “todo o nada”: apoderarse de toda Ucrania o, si no lo consigue, destruir al incontrolable sudeste, arrasar a su población y su capacidad productiva y emprender una guerra económica (y posiblemente también armada) sin cuartel contra Rusia. La canciller Angela Merkel apoya dicho plan, a pesar de las quejas de los empresarios alemanes, que ven caer en picado sus exportaciones a Rusia. El presidente Hollande también ha ofrecido su respaldo haciendo oídos sordos a las protestas de los sindicalistas franceses, preocupados por los miles de empleos que se perderán en los astilleros. El primer ministro británico, David Cameron, está deseando una guerra económica contra Rusia y ha sugerido que los banqueros de la City londinense deberían encontrar nuevos canales para blanquear las ganancias ilícitas de los oligarcas rusos.
La respuesta rusa
Los diplomáticos rusos buscan desesperadamente un compromiso que permita a la etnia ruso-ucraniana del sudeste Ucrania retener cierta autonomía dentro de una federación y recuperar su influencia dentro de la “nueva” Ucrania resultante del golpe de Estado. Los estrategas militares rusos han proporcionado ayuda logística y militar a la resistencia con el fin de evitar otra masacre similar a la que tuvo lugar en Odessa, cuando fascistas ucranianos asesinaron a miles de conciudadanos de etnia rusa. Por encima de todo, Rusia no puede permitirse tener bases militares conjuntas de la OTAN y los nazis de Kiev a lo largo de su frontera común, con capacidad para imponer el bloqueo de Crimea y forzar un éxodo de las personas ruso-ucranianas de la región de Dombas. Con Putin a la cabeza, el gobierno ruso ha intentado proponer compromisos que permitieran la supremacía económica occidental sobre Ucrania, pero sin ceder ante la expansión de la OTAN y la absorción de Kiev.
Esta política de conciliación ha fracasado una y otra vez.
El “régimen de compromiso” democráticamente elegido en Kiev fue derrocado en febrero de 2014 tras un golpe de Estado violento que instaló en el poder a una junta favorable a la OTAN.
Kiev ha violado el acuerdo de Minsk impunemente, con el apoyo de las potencias de la OTAN y de Alemania.
La reciente cumbre del G-20 en Australia actuó como un coro demagógico contra el presidente Putin. El encuentro crucial de cuatro horas entre Putin y Merkel resultó un completo fiasco ya que Alemania se limitó a seguir a pies juntillas la consigna de la OTAN.
Finalmente, Putin respondió ampliando la disposición de tropas aéreas y terrestres listas para intervenir a lo largo de sus fronteras, al tiempo que aceleraba el acercamiento económico de Moscú hacia Asia.
Pero lo más importante es que el presidente Putin ha anunciado que Rusia no puede quedarse al margen y permitir la masacre de todo un pueblo en la región de Dombas.
El inminente bombardeo que Poroshenko prepara contra la población del sudeste de Ucrania ¿tiene como objetivo provocar una respuesta de Rusia ante la crisis humanitaria? ¿Se enfrentará Rusia a la ofensiva de Kiev -dirigida por la OTAN- arriesgándose a una ruptura total con Occidente?
James Petras
Putin: un discurso histórico
Hay discursos que sintetizan una época. El que pronunciara Winston Churchill en el Westminster College, en Missouri, en marzo de 1946 es uno de ellos. Allí popularizó la expresión “cortina de hierro” para caracterizar a la política de la Unión Soviética en Europa y, según algunos historiadores, marcó con esa frase el inicio de la Guerra Fría. Antes, en abril de 1917, un breve discurso de Lenin al llegar de su exilio suizo a la Estación Finlandia de San Petersburgo anunciaba, ante la sorpresa de su entusiasta audiencia animada por los acordes de La Marsellesa, que la humanidad estaba pariendo una nueva etapa histórica, pronóstico que habría de confirmarse en Octubre con el triunfo de la Revolución Rusa. En Nuestra América, un papel semejante cumplió “La historia me absolverá”, el célebre alegato con el que, en 1953, el joven Fidel Castro Ruz se defendió de las acusaciones del dictador cubano Fulgencio Batista por el asalto al Cuartel Moncada.
En esta línea habría que agregar el discurso pronunciado por Vladimir Putin el 24 de octubre de este año en el marco del XIº Encuentro Internacional de Valdai, una asociación de políticos, intelectuales y gobernantes que anualmente se reúnen para discutir sobre la problemática rusa y, en esta ocasión, la preocupante situación mundial. [1] Las tres horas insumidas por el discurso de Putin y su amplio intercambio de opiniones con algunas personalidades de la política europea -entre ellos el ex primer ministro de Francia, Dominique de Villepin y el ex canciller de Austria Wolfgang Schuessel- o con académicos de primer nivel, como el gran biógrafo de Keynes, Robert Skidelsky, fue convenientemente ignorado por la prensa dominante. El líder ruso habló claro, sin medias tintas y abandonando de partida el lenguaje diplomático. Es más, al inicio de su discurso recordó la frase de uno de ellos que decía que “los diplomáticos tienen lenguas para no decir la verdad” y que él estaba allí para expresar sus opiniones de manera franca y dura para, como ocurriera después, confrontarlas con las de sus incisivos interlocutores a quienes también les hizo unas cuantas preguntas. Discurso ignorado, decíamos, porque en él se traza un diagnóstico realista y privado de cualquier eufemismo para denunciar el aparentemente incontenible deterioro del orden mundial y los diferentes grados de responsabilidad que les cabe a los principales actores del sistema. Como de eso no se debe hablar, y como el mundo tiene un líder confiable y eficaz en los Estados Unidos piezas oratorias como las de Putin merecen ser silenciadas sin más trámites. Un breve comentario en el New York Times al día siguiente, con énfasis en algunos pasajes escogidos con escandalosa subjetividad; algunas notas más con las mismas características en el Washington Post y eso fue todo. El eco de ese discurso en América Latina, donde la prensa en todas sus variantes está fuertemente controlada por intereses norteamericanos, fue inaudible. Por contraposición, cualquier discurso de un ocupante de la Casa Blanca que asegure que su país es una nación “excepcional” o “indispensable”, o que difame a líderes o gobiernos que no caen de rodillas ante el mandato estadounidense corre mucha mejor suerte y encuentra amplísima difusión en los medios del “mundo libre”.
¿Qué dijo Putin en su intervención? Imposible reseñar en pocas páginas su discurso y las respuestas a los cuestionamientos hechos por los participantes. Pero, con el ánimo de estimular una lectura de ese documento resumiríamos algunas de sus tesis como sigue a continuación. Primero, ratificó sin pelos en la lengua que el sistema internacional atraviesa una profunda crisis y que contrariamente a relatos autocomplacientes -que en Occidente minimizan los desafíos del momento- la seguridad colectiva está en muy serio peligro y que el mundo se encamina hacia un caos global. Opositores políticos quemados vivos en el sótano del Partido de las Regiones por las hordas neonazis que se apoderaron del gobierno en Ucrania, el derribo del vuelo MH17 de Malasya Airlines por parte de la aviación ucraniana y el Estado Islámico decapitando prisioneros y blandiendo sus cabezas por la Internet son algunos de los síntomas más aberrantes de lo que según un internacionalista norteamericano, Richard N. Haass, es la descomposición del sistema internacional que otros, situados en una postura teórica y política alternativa, como Samir Amin, Immanuel Wallerstein, Chalmers Johnson y Pepe Escobar, prefieren denominar “imperio del caos.” Esta ominosa realidad no se puede ocultar con bellos discursos y con los trucos publicitarios a los cuales son tan afectos Washington y sus aliados. El desafío es gravísimo y sólo podrá ser exitosamente enfrentado mediante la cooperación internacional, sin hegemonismos de ningún tipo.
Segundo, en su exposición Putin aportó un detallado análisis del decadente itinerario transitado desde la posguerra hasta el fin de la Guerra Fría, el surgimiento del fugaz unipolarismo norteamericano y, en su curva descendente después del 11-S, las tentativas de mantener al actual (des)orden internacional por la fuerza o el chantaje de las sanciones económicas como las aplicadas en contra de Cuba por más de medio siglo, Irak, Irán, Corea del Norte, Siria, Costa de Marfil y ahora Rusia. Un orden que se cae a pedazos y, como lo anunciaba el título del Encuentro, que se debate entre la creación de nuevas reglas o la suicida aceptación de la fuerza bruta como único principio organizador del sistema internacional. De hecho nos hallamos ante un mundo sin reglas o con reglas que existen pero que son pisoteadas por los actores más poderosos del sistema, comenzando por Estados Unidos y sus aliados, que dan por desahuciada a las Naciones Unidas sin proponer nada a cambio. La Carta de las Naciones Unidas y las decisiones del Consejo de Seguridad son violadas, según Putin, por el autoproclamado líder del mundo libre con la complicidad de sus amigos creando así una peligrosa “anomia legal” que se convierte en campo fértil para el terrorismo, la piratería y las actividades de mercenarios que ora sirven a uno y luego acuden a prestar sus servicios a quien le ofrece la mejor paga. Lo ocurrido con el Estado Islámico es paradigmático en este sentido.
Tercero, Putin recordó que las transiciones en el orden mundial “por regla general fueron acompañadas si no por una guerra global por una cadena de intensos conflictos de carácter local.” Si hay algo que se puede rescatar del período de la posguerra fue la voluntad de llegar a acuerdos y de evitar hasta donde fuese posible las confrontaciones armadas. Hubo, por cierto, muchas, pero la temida guerra termonuclear pudo ser evitada en las dos mayores crisis de la Guerra Fría: Berlín en 1961 y la de los misiles soviéticos instalados en Cuba en 1962. Posteriormente hubo importantes acuerdos para limitar el armamento nuclear. Pero esa voluntad negociadora ha desaparecido. Lo que hoy prevalece es una política de acoso, de bullying, favorecida por un hipertrofiado orgullo nacional con el cual se manipula a la opinión pública que así justifica que el más fuerte –Estados Unidos- atropelle y someta a los más débiles. Si bien no menciona el dato, en el trasfondo de su discurso se perfila con claridad la preocupación por la desorbitada expansión del gasto militar estadounidense que, según los cálculos más rigurosos, supera el billón de dólares (o sea, un millón de millones de dólares) cuando al desintegrarse la Unión Soviética los publicistas del imperio aseguraron urbi et orbi que el gasto militar se reduciría y que los así llamados “dividendos de la paz” se derramarían en programas de ayuda al desarrollo y combate a la pobreza. Nada de eso tuvo lugar.
Cuarto, al declararse a sí mismos como vencedores de la Guerra Fría la dirigencia norteamericana pensó que todo el viejo sistema construido a la salida de la Segunda Guerra Mundial era un oneroso anacronismo. No propuso un “tratado de paz”, en donde se establecieran acuerdos y compromisos entre vencedores y vencidos, sino que Washington se comportó como un “nuevo rico” que, embriagado por la desintegración de la Unión Soviética y su acceso a una incontestada primacía mundial, actuó con prepotencia e imprudencia y cometió un sinfín de disparates. Ejemplo rotundo: su continuo apoyo a numerosos “combatientes de la libertad” reclutados como arietes para producir el “cambio de régimen” en gobiernos desafectos y que a poco andar se convirtieron en “terroristas” como los que el 11-S sembraron el horror en Estados Unidos o los que hoy devastan a Siria e Irak. Para invisibilizar tan gigantescos errores la Casa Blanca contó con “el control total de los medios de comunicación globales (que) ha permitido hacer pasar lo blanco por negro y lo negro por blanco.” Y, en un pasaje de su discurso Putin se pregunta: “¿Puede ser que la excepcionalidad de los Estados Unidos y la forma como ejerce su liderazgo sean realmente una bendición para todos nosotros, y que su continua injerencia en los asuntos de todo el mundo esté trayendo paz, prosperidad, progreso, crecimiento, democracia y simplemente tengamos que relajarnos y gozar? Me permito decir que no.”
Quinto, en diversos tramos de su alocución y del intercambio de preguntas y respuestas con los participantes Putin dejó sentado muy claramente que Rusia no se cruzará de brazos ante las amenazas que se ciernen sobre su seguridad nacional. Utilizó para transmitir ese mensaje una elocuente metáfora para referirse, indirectamente, a los planes de la NATO de rodear a Rusia con bases militares y para responder a las inquietudes manifestadas por algunos de los presentes acerca de una eventual expansión imperialista rusa. Dijo que en su país se le tiene gran respeto al oso “amo y señor de la inmensidad de la taiga siberiana, y que para actuar en su territorio ni se molesta en pedirle permiso a nadie. Puedo asegurar que no tiene intenciones de trasladarse hacia otras zonas climáticas porque no se sentiría cómodo en ellas. Pero jamás permitiría que alguien se apropie de su taiga. Creo que esto está claro.” Esta observación fue también una respuesta a una caracterización muy extendida en Estados Unidos y Europa que menosprecia a Rusia -y antes a la Unión Soviética- como “un Alto Volta (uno de los países más pobres y atrasados de África) con misiles”. Sin dudas que el mensaje fue muy claro y despojado de eufemismos diplomáticos, en línea con su confianza en la fortaleza de Rusia y su capacidad para sobrellevar con patriotismo los mayores sacrificios, como quedó demostrado en la Segunda Guerra Mundial. Dijo textualmente: “Rusia no se doblegará antes las sanciones, ni será lastimada por ellas, ni la verán llegar a la puerta de alguien para mendigar ayuda. Rusia es un país autosuficiente.”
En síntesis: se trata de uno de los discursos más importantes sobre el tema pronunciado por un jefe de estado en mucho tiempo y esto por muchas razones. Por su documentado y descarnado realismo en el análisis de la crisis del orden mundial, en donde se nota un exhaustivo conocimiento de la literatura más importante sobre el tema producida en Estados Unidos y Europa, refutando en los hechos las reiteradas acusaciones acerca del “provincianismo” del líder ruso y su falta de contacto con el pensamiento occidental. Por su valentía al llamar las cosas por su nombre e identificar a los principales responsables de la situación actual. Ejemplo: ¿quién arma, financia y recluta a los mercenarios del EI? ¿Quién compra su petróleo robado de Irak y Siria, y así contribuye a financiar al terrorismo que dicen combatir? Preguntas estas que ni el saber convencional de las ciencias sociales ni los administradores imperiales jamás se las formulan, al menos en público. Y que son fundamentales para entender la naturaleza de la crisis actual y los posibles caminos de salida. Y por las claras advertencias que hizo llegar a quienes piensan que podrán doblegar a Rusia con sanciones o cercos militares, como nos referíamos más arriba. Pero, a diferencia del célebre discurso de Churchill, al no contar con el favor del imperio y su inmenso aparato propagandístico camuflado bajo los ropajes del periodismo el notable discurso de Putin ha pasado desapercibido, por ahora. A cien años del estallido de la Primera Guerra Mundial y a veinticinco de la caída del Muro de Berlín Putin arrojó el guante y propuso un debate y esbozó los lineamientos de lo que podría ser una salida de la crisis. Ha pasado algo más de un mes y la respuesta de los centros dominantes del imperio y su mandarinato ha sido un silencio total. Es que no tienen palabras ni razones, sólo armas. Y van a continuar tensando las cuerdas del sistema internacional hasta que el caos que están sembrando revierta sobre sus propios países. Nuestra América deberá estar preparada para esa contingencia.
Atilio A. Boron
Alainet
Nota:
[1] Desgraciadamente ese discurso está sólo disponible en ruso y en inglés en el sitio web de la presidencia de Rusia. Una traducción al castellano fue realizada por Iñaki para el blog http://salsarusa.blogspot.com.ar/2014/11/discurso-de-putin-en-valdai.html
La versión revisada y corregida de ese primer esfuerzo de traducción del discurso de Putin se encuentra disponible en www.atilioboron.com.ar
Atilio Boron, director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (PLED), Buenos Aires, Argentina. Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2013. www.atilioboron.com.ar
En esta línea habría que agregar el discurso pronunciado por Vladimir Putin el 24 de octubre de este año en el marco del XIº Encuentro Internacional de Valdai, una asociación de políticos, intelectuales y gobernantes que anualmente se reúnen para discutir sobre la problemática rusa y, en esta ocasión, la preocupante situación mundial. [1] Las tres horas insumidas por el discurso de Putin y su amplio intercambio de opiniones con algunas personalidades de la política europea -entre ellos el ex primer ministro de Francia, Dominique de Villepin y el ex canciller de Austria Wolfgang Schuessel- o con académicos de primer nivel, como el gran biógrafo de Keynes, Robert Skidelsky, fue convenientemente ignorado por la prensa dominante. El líder ruso habló claro, sin medias tintas y abandonando de partida el lenguaje diplomático. Es más, al inicio de su discurso recordó la frase de uno de ellos que decía que “los diplomáticos tienen lenguas para no decir la verdad” y que él estaba allí para expresar sus opiniones de manera franca y dura para, como ocurriera después, confrontarlas con las de sus incisivos interlocutores a quienes también les hizo unas cuantas preguntas. Discurso ignorado, decíamos, porque en él se traza un diagnóstico realista y privado de cualquier eufemismo para denunciar el aparentemente incontenible deterioro del orden mundial y los diferentes grados de responsabilidad que les cabe a los principales actores del sistema. Como de eso no se debe hablar, y como el mundo tiene un líder confiable y eficaz en los Estados Unidos piezas oratorias como las de Putin merecen ser silenciadas sin más trámites. Un breve comentario en el New York Times al día siguiente, con énfasis en algunos pasajes escogidos con escandalosa subjetividad; algunas notas más con las mismas características en el Washington Post y eso fue todo. El eco de ese discurso en América Latina, donde la prensa en todas sus variantes está fuertemente controlada por intereses norteamericanos, fue inaudible. Por contraposición, cualquier discurso de un ocupante de la Casa Blanca que asegure que su país es una nación “excepcional” o “indispensable”, o que difame a líderes o gobiernos que no caen de rodillas ante el mandato estadounidense corre mucha mejor suerte y encuentra amplísima difusión en los medios del “mundo libre”.
¿Qué dijo Putin en su intervención? Imposible reseñar en pocas páginas su discurso y las respuestas a los cuestionamientos hechos por los participantes. Pero, con el ánimo de estimular una lectura de ese documento resumiríamos algunas de sus tesis como sigue a continuación. Primero, ratificó sin pelos en la lengua que el sistema internacional atraviesa una profunda crisis y que contrariamente a relatos autocomplacientes -que en Occidente minimizan los desafíos del momento- la seguridad colectiva está en muy serio peligro y que el mundo se encamina hacia un caos global. Opositores políticos quemados vivos en el sótano del Partido de las Regiones por las hordas neonazis que se apoderaron del gobierno en Ucrania, el derribo del vuelo MH17 de Malasya Airlines por parte de la aviación ucraniana y el Estado Islámico decapitando prisioneros y blandiendo sus cabezas por la Internet son algunos de los síntomas más aberrantes de lo que según un internacionalista norteamericano, Richard N. Haass, es la descomposición del sistema internacional que otros, situados en una postura teórica y política alternativa, como Samir Amin, Immanuel Wallerstein, Chalmers Johnson y Pepe Escobar, prefieren denominar “imperio del caos.” Esta ominosa realidad no se puede ocultar con bellos discursos y con los trucos publicitarios a los cuales son tan afectos Washington y sus aliados. El desafío es gravísimo y sólo podrá ser exitosamente enfrentado mediante la cooperación internacional, sin hegemonismos de ningún tipo.
Segundo, en su exposición Putin aportó un detallado análisis del decadente itinerario transitado desde la posguerra hasta el fin de la Guerra Fría, el surgimiento del fugaz unipolarismo norteamericano y, en su curva descendente después del 11-S, las tentativas de mantener al actual (des)orden internacional por la fuerza o el chantaje de las sanciones económicas como las aplicadas en contra de Cuba por más de medio siglo, Irak, Irán, Corea del Norte, Siria, Costa de Marfil y ahora Rusia. Un orden que se cae a pedazos y, como lo anunciaba el título del Encuentro, que se debate entre la creación de nuevas reglas o la suicida aceptación de la fuerza bruta como único principio organizador del sistema internacional. De hecho nos hallamos ante un mundo sin reglas o con reglas que existen pero que son pisoteadas por los actores más poderosos del sistema, comenzando por Estados Unidos y sus aliados, que dan por desahuciada a las Naciones Unidas sin proponer nada a cambio. La Carta de las Naciones Unidas y las decisiones del Consejo de Seguridad son violadas, según Putin, por el autoproclamado líder del mundo libre con la complicidad de sus amigos creando así una peligrosa “anomia legal” que se convierte en campo fértil para el terrorismo, la piratería y las actividades de mercenarios que ora sirven a uno y luego acuden a prestar sus servicios a quien le ofrece la mejor paga. Lo ocurrido con el Estado Islámico es paradigmático en este sentido.
Tercero, Putin recordó que las transiciones en el orden mundial “por regla general fueron acompañadas si no por una guerra global por una cadena de intensos conflictos de carácter local.” Si hay algo que se puede rescatar del período de la posguerra fue la voluntad de llegar a acuerdos y de evitar hasta donde fuese posible las confrontaciones armadas. Hubo, por cierto, muchas, pero la temida guerra termonuclear pudo ser evitada en las dos mayores crisis de la Guerra Fría: Berlín en 1961 y la de los misiles soviéticos instalados en Cuba en 1962. Posteriormente hubo importantes acuerdos para limitar el armamento nuclear. Pero esa voluntad negociadora ha desaparecido. Lo que hoy prevalece es una política de acoso, de bullying, favorecida por un hipertrofiado orgullo nacional con el cual se manipula a la opinión pública que así justifica que el más fuerte –Estados Unidos- atropelle y someta a los más débiles. Si bien no menciona el dato, en el trasfondo de su discurso se perfila con claridad la preocupación por la desorbitada expansión del gasto militar estadounidense que, según los cálculos más rigurosos, supera el billón de dólares (o sea, un millón de millones de dólares) cuando al desintegrarse la Unión Soviética los publicistas del imperio aseguraron urbi et orbi que el gasto militar se reduciría y que los así llamados “dividendos de la paz” se derramarían en programas de ayuda al desarrollo y combate a la pobreza. Nada de eso tuvo lugar.
Cuarto, al declararse a sí mismos como vencedores de la Guerra Fría la dirigencia norteamericana pensó que todo el viejo sistema construido a la salida de la Segunda Guerra Mundial era un oneroso anacronismo. No propuso un “tratado de paz”, en donde se establecieran acuerdos y compromisos entre vencedores y vencidos, sino que Washington se comportó como un “nuevo rico” que, embriagado por la desintegración de la Unión Soviética y su acceso a una incontestada primacía mundial, actuó con prepotencia e imprudencia y cometió un sinfín de disparates. Ejemplo rotundo: su continuo apoyo a numerosos “combatientes de la libertad” reclutados como arietes para producir el “cambio de régimen” en gobiernos desafectos y que a poco andar se convirtieron en “terroristas” como los que el 11-S sembraron el horror en Estados Unidos o los que hoy devastan a Siria e Irak. Para invisibilizar tan gigantescos errores la Casa Blanca contó con “el control total de los medios de comunicación globales (que) ha permitido hacer pasar lo blanco por negro y lo negro por blanco.” Y, en un pasaje de su discurso Putin se pregunta: “¿Puede ser que la excepcionalidad de los Estados Unidos y la forma como ejerce su liderazgo sean realmente una bendición para todos nosotros, y que su continua injerencia en los asuntos de todo el mundo esté trayendo paz, prosperidad, progreso, crecimiento, democracia y simplemente tengamos que relajarnos y gozar? Me permito decir que no.”
Quinto, en diversos tramos de su alocución y del intercambio de preguntas y respuestas con los participantes Putin dejó sentado muy claramente que Rusia no se cruzará de brazos ante las amenazas que se ciernen sobre su seguridad nacional. Utilizó para transmitir ese mensaje una elocuente metáfora para referirse, indirectamente, a los planes de la NATO de rodear a Rusia con bases militares y para responder a las inquietudes manifestadas por algunos de los presentes acerca de una eventual expansión imperialista rusa. Dijo que en su país se le tiene gran respeto al oso “amo y señor de la inmensidad de la taiga siberiana, y que para actuar en su territorio ni se molesta en pedirle permiso a nadie. Puedo asegurar que no tiene intenciones de trasladarse hacia otras zonas climáticas porque no se sentiría cómodo en ellas. Pero jamás permitiría que alguien se apropie de su taiga. Creo que esto está claro.” Esta observación fue también una respuesta a una caracterización muy extendida en Estados Unidos y Europa que menosprecia a Rusia -y antes a la Unión Soviética- como “un Alto Volta (uno de los países más pobres y atrasados de África) con misiles”. Sin dudas que el mensaje fue muy claro y despojado de eufemismos diplomáticos, en línea con su confianza en la fortaleza de Rusia y su capacidad para sobrellevar con patriotismo los mayores sacrificios, como quedó demostrado en la Segunda Guerra Mundial. Dijo textualmente: “Rusia no se doblegará antes las sanciones, ni será lastimada por ellas, ni la verán llegar a la puerta de alguien para mendigar ayuda. Rusia es un país autosuficiente.”
En síntesis: se trata de uno de los discursos más importantes sobre el tema pronunciado por un jefe de estado en mucho tiempo y esto por muchas razones. Por su documentado y descarnado realismo en el análisis de la crisis del orden mundial, en donde se nota un exhaustivo conocimiento de la literatura más importante sobre el tema producida en Estados Unidos y Europa, refutando en los hechos las reiteradas acusaciones acerca del “provincianismo” del líder ruso y su falta de contacto con el pensamiento occidental. Por su valentía al llamar las cosas por su nombre e identificar a los principales responsables de la situación actual. Ejemplo: ¿quién arma, financia y recluta a los mercenarios del EI? ¿Quién compra su petróleo robado de Irak y Siria, y así contribuye a financiar al terrorismo que dicen combatir? Preguntas estas que ni el saber convencional de las ciencias sociales ni los administradores imperiales jamás se las formulan, al menos en público. Y que son fundamentales para entender la naturaleza de la crisis actual y los posibles caminos de salida. Y por las claras advertencias que hizo llegar a quienes piensan que podrán doblegar a Rusia con sanciones o cercos militares, como nos referíamos más arriba. Pero, a diferencia del célebre discurso de Churchill, al no contar con el favor del imperio y su inmenso aparato propagandístico camuflado bajo los ropajes del periodismo el notable discurso de Putin ha pasado desapercibido, por ahora. A cien años del estallido de la Primera Guerra Mundial y a veinticinco de la caída del Muro de Berlín Putin arrojó el guante y propuso un debate y esbozó los lineamientos de lo que podría ser una salida de la crisis. Ha pasado algo más de un mes y la respuesta de los centros dominantes del imperio y su mandarinato ha sido un silencio total. Es que no tienen palabras ni razones, sólo armas. Y van a continuar tensando las cuerdas del sistema internacional hasta que el caos que están sembrando revierta sobre sus propios países. Nuestra América deberá estar preparada para esa contingencia.
Atilio A. Boron
Alainet
Nota:
[1] Desgraciadamente ese discurso está sólo disponible en ruso y en inglés en el sitio web de la presidencia de Rusia. Una traducción al castellano fue realizada por Iñaki para el blog http://salsarusa.blogspot.com.ar/2014/11/discurso-de-putin-en-valdai.html
La versión revisada y corregida de ese primer esfuerzo de traducción del discurso de Putin se encuentra disponible en www.atilioboron.com.ar
Atilio Boron, director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (PLED), Buenos Aires, Argentina. Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2013. www.atilioboron.com.ar
miércoles, noviembre 26, 2014
Ferguson: “No es un momento, es un movimiento”
La rapidez con la que Obama salió a dar respuesta a la resolución del gran jurado y la multiplicación de las movilizaciones, que el martes se extendieron a un centenar de ciudades norteamericanas, muestran tanto el alcance nacional como la profundidad política de la lucha contra la vigencia del racismo existente en la sociedad estadounidense.
La decisión de no presentar cargos contra el policía Darren Wilson, que asesinó al joven afroamericano Michael Brown en agosto pasado, encendió la ira de los manifestantes en Ferguson pero también se extendió como una ola de repudio por todo el país.
El caso de Brown es emblemático porque ya se convirtió en un ícono que supera ampliamente lo que se podría haber contabilizado como un asesinato más de un joven afroamericano por parte de un policía blanco. Ferguson actuó como catalizador: La brutalidad del asesinato de un joven desarmado, el encubrimiento inicial por parte de la policía, la represión brutal de las primeras manifestaciones, la militarización sin precedentes de la ciudad, y el racismo abierto de un Ku Klux Klan que se manifiesta libremente por las calles. Estos son solo algunos de los elementos que convirtieron este caso en el emblema de una nueva etapa, o más bien un nuevo movimiento, de la lucha contra el racismo.
Son los propios manifestantes de Ferguson los que expresan que no se trata de “un momento, sino de un movimiento”, es decir que no es solo la lucha puntual por justicia para Michael Brown, sino que es el disparador de un cuestionamiento profundo de un racismo social. Más aún, es el cuestionamiento a la idea de una sociedad posracial que llegó de la mano de la entrada de Obama a la Casa Blanca.
Como decíamos en este artículo, la construcción política de esa “ilusión” posracial fue “reforzada con la elección del primer presidente negro, que confunde la ampliación de derechos y un discurso políticamente correcto con la eliminación del racismo”. Ferguson no solo pega en el eje de flotación de esa ilusión, sino que abre la posibilidad y “plantea el interrogante de si la juventud negra será el nuevo emergente de la ‘generación de los movimientos’”.
Aunque es una pregunta de respuesta aún incierta, lo que ya se puede afirmar es que desde agosto se viene expresando un descontento entre sectores de la juventud afroamericana, que ya no responden a la autoridad de algunos de los “emblemas” de la lucha por los derechos civiles, como el Reverendo Al Sharpton, que venían actuando políticamente como figuras de desvío hacia una pasividad en los marcos del bipartidismo. Es decir evitar “rebeliones” al estilo de la de Los Angeles en 1992, al mismo tiempo que actuar como nexo entre la comunidad negra y el partido demócrata.
La desconfianza en Al Sharpton, al que algunos manifestantes echaron de las protestas en Ferguson, es muestra de este “choque generacional” y expresa la erosión de la legitimidad de líderes históricos del movimiento como así también una contratendencia a la carga simbólica e ideológica que ha producido sobre la “concepción posracial” la llegada de un afroamericano a la Casa Blanca.
Es por estos motivos que Obama se apresuró a hacer declaraciones a tan solo unos minutos de conocido el fallo del gran jurado. Su alocución estuvo destinada a fortalecer la idea de que la comunidad negra tiene que pelear en forma pacífica por sus derechos, repudiar a los revoltosos y subordinarse a lo que dictamine la justicia.
Tratando de hacer malabarismo, Obama afirmó que “en las últimas décadas hemos hecho grandes progresos en las relaciones raciales, he sido testigo de ello en mi propia vida, pero sigue habiendo problemas” y llamando a los manifestantes a realizar las protestas en paz, y condenando los disturbios de “una minoría” afirmó que “hay maneras de canalizar sus preocupaciones constructivamente".
Sin embargo el relato de Obama se mostró absolutamente efímero. Mientras aún daba su discurso la policía de Ferguson ya estaba disparando gases lacrimógenos sobre los manifestantes.
Como contraposición a este discurso de Obama, un sector de los manifestantes de Ferguson daba a conocer una carta abierta frente a la decisión del gran jurado, donde expresan lo siguiente:
“Durante 108 días, nos han aconsejado que dejemos que “el sistema funcione”, esperar y ver cuáles serían los resultados. Ya están los resultados. Y todavía no tenemos justicia. Esta pelea por la dignidad de nuestra gente, por la importancia de nuestras vidas, por la protección de nuestros niños y niñas, no comenzó con el asesinato de Brown y no terminará con este anuncio. El “sistema” en el que nos han dicho que nos apoyemos nos ha mantenido en los márgenes de la sociedad. Este sistema nos ha alojado en sus peores casas, ha educado a nuestros hijos e hijas en las peores escuelas, ha encerrado a nuestros hombres a niveles desproporcionados y ha avergonzado a nuestras mujeres por recibir el apoyo que necesitan para ser nuestras madres. Este sistema en el que nos han aconsejado creer nos ha decepcionado consistente, inequívoca y descaradamente, nos ha expulsado una y otra vez. Este mismo sistema en el que ustedes nos dicen que confiemos, el mismo sistema destinado a servir y proteger a la ciudadanía, una vez más ha asesinado a dos de nuestros hermanos desarmados [Akai Gurley en Brooklyn y un niño de doce años, Tamir Rice, en Cleveland] (…) Seguiremos luchando porque sin lucha no hay progreso. Seguiremos “interfiriendo en la vida”, porque si no “interferimos” tememos por nuestras vidas (…) Y hasta que este sistema sea desmantelado, hasta que el status quo que nos considera de menor valor que otros ya no sea aceptable o rentable, seguiremos luchando. Lucharemos. Protestaremos (…) Marchamos con un propósito. El trabajo continúa. Este no es un momento sino un movimiento. El movimiento vive.”
Esta carta abierta si bien refleja conclusiones de un sector que viene haciendo una experiencia de más de tres meses en Ferguson, es en líneas generales expresión de un descontento generalizado que ya superó ampliamente los límites de la ciudad y se comenzó a expandir a lo largo y ancho del país.
Son 108 días que parecen haber excedido el “momento” y estar dando lugar, efectivamente, a un nuevo “movimiento”.
Juan Andrés Gallardo
@juanagallardo1
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