martes, septiembre 26, 2023

Grecia, una reforma laboral esclavista


Protesta en Atenas 

El parlamento griego aprobó el viernes 22 una reforma laboral que implica un brutal ataque contra los trabajadores: habilita un segundo trabajo parcial de 5 horas, que lleva la jornada a 13 horas diarias; permite a las empresas imponer un sexto día laboral, los sábados o domingos (totalizando 78 horas semanales); autoriza a cambiar los horarios laborales hasta con 24 horas de anticipación, según las “necesidades de la producción”; introduce los contratos para “empleados de guardia”, sin horario fijo, quienes serán notificados de sus tareas y condiciones de labor apenas 24 horas antes de las mismas; se extiende el período de prueba a seis meses; y se autoriza el despido sin previo aviso durante el primer año de contrato. Además, como cláusula antisindical, se penaliza con hasta seis meses de cárcel y 5.000 euros de multa a quienes impidan, durante un paro, realizar tareas a otros trabajadores –una protección de las actividades rompehuelgas de las patronales. 
 Este paquetazo antiobrero fue aprobado por los 158 diputados que responden a Nueva Democracia, el partido de gobierno dirigido por el primer ministro Kyriakos Mitsotakis. Esta fuerza derechista ganó con el 40% de los votos las elecciones de junio y formó un gobierno en solitario, gracias a un bonus de 50 legisladores que recibió como fuerza más votada, después de unos primeros comicios en mayo que no le dieron mayoría absoluta de escaños a ningún partido. La oposición, tanto de centroizquierda como de derecha, votó en contra de la reforma. El jueves 21 hubo un paro de 24 horas de Adedy, la central de los trabajadores del sector público, acompañado de una movilización a la Plaza Syntagma, en Atenas, y en otras ciudades griegas. La GSEE, central de trabajadores privados, ni siquiera convocó a una medida de fuerza. 
 Debido a la profundidad del ataque, la reforma griega se transforma en un modelo para los gobiernos y los capitalistas de todo el viejo continente. 
 La clase trabajadora griega aún se encuentra golpeada por la experiencia desmoralizante de Syriza, que accedió al poder con un discurso de izquierda pero aplicó, entre 2015 y 2019, los planes de ajuste de la Troika (FMI, Comisión Europea, Banco Central Europeo), y terminó generando las condiciones para un regreso de la derecha al poder. En la última elección, Syriza obtuvo el 18% de los votos, lo que llevó a su líder y exprimer ministro, Alexis Tsipras, a presentar su renuncia a la dirección partidaria. En las recientes elecciones internas para elegir a su sucesor, se impuso Stefanos Kasselakis, una figura de poca trayectoria que cuenta con un pasado como empleado de Goldman Sachs. 
 A raíz de un tremendo accidente ferroviario a fines de febrero, en que perdieron la vida 57 personas en el trayecto que une Atenas con Tesalónica, hubo importantes movilizaciones de la juventud, una huelga ferroviaria y dos paros generales. En las calles, se apuntó contra el vaciamiento y la privatización de los ferrocarriles, que involucra a las últimas gestiones de gobierno (Pasok, Syriza y Nueva Democracia). 
 Esa gran lucha marca un camino para enfrentar la nueva reforma laboral y lograr su anulación. 

 Gustavo Montenegro

Hollywood: ¿el fin de la huelga de guionistas?


Unos 11.500 guionistas de Hollywood deberán votar si aceptan o no los términos del acuerdo -que aún ignoran- alcanzado en la noche del domingo entre su sindicato Writer's Guild of America (WGA) y los grandes estudios. Si se aprobara, pondría fin a la huelga más larga en la historia del gremio y a la huelga más larga de Hollywood en más de 70 años. 
 En principio, este martes la directiva sindical votó el acuerdo y recién ahora su contenido se trasladará a las bases. “Hemos llegado a un acuerdo provisorio con la alianza que reúne a los estudios tradicionales y a las plataformas de streaming (AMPTP)”, sostiene la carta enviada por el sindicato estadounidense de guionistas de cine y televisión (WGA). 
 “Podemos decir con gran orgullo que este acuerdo es excepcional y que proporciona un progreso significativo para los autores y guionistas de todos los sectores. Esperamos poder compartir con ustedes los detalles de lo que hemos logrado, pero no podemos hacerlo hasta que no hayamos puesto el punto en la última i”, continúa la carta de la WGA. 
El acuerdo deberá ser ratificado por el voto online de los afiliados. Aunque uno de los negociadores del sindicato, el guionista Adam Conover, lo calificó como “excepcional, con ganancias significativas y protección para todos los guionistas”, los medios coinciden en que el clima entre los trabajadores es de “cautela". 
 En plena negociación el WGA levantó oficialmente los piquetes. Fue el domingo, con la excusa de la festividad religiosa de Yom Kipur, pero no pocos afiliados volvieron a plantarse frente a las puertas de Amazon, Disney y las grandes compañías. Cautela. 
 La que no se mostró cautelosa es la patronal, que puso toda la carne en el asador sentando directamente a los grandes gerentes en la negociación. Apenas anunciado el acuerdo el lunes, las acciones de Warner Bros. Discovery, Paramount, Disney y Netflix subieron alrededor de un 2%. 
 Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, también celebró la noticia: “Felicito a la WGA y a la AMPTP por el acuerdo que permitirá a los escritores volver a contar sobre nuestro país, nuestro mundo y todos nosotros”, escribió. “Este acuerdo es un testimonio del poder de la negociación colectiva. No hay nada más fuerte que empleadores y empleados que se unan de buena fe para negociar un acuerdo que fortalezca a la empresa y brinde a los trabajadores el salario, los beneficios y la dignidad que merecen”, agregó Biden en una señal del peso que alcanzó el paro a las grandes compañías de entretenimiento y del esfuerzo de su administración por mantener las huelgas y la sindicalización de vastos sectores de trabajadores norteamericanos dentro de los cauces de la burocracia sindical. 
 Los guionistas cumplieron cinco meses de paro por aumento de salarios, contra la disminución de trabajadores en las redacciones y porque se fijen restricciones drásticas al uso de la inteligencia artificial. Otro reclamo clave es el pago de los llamados “derechos residuales” cada vez que se retransmitan algunas obras. 
 El fin de la huelga permitiría que algunos programas nocturnos de horario central vuelvan a emitirse, pero las conversaciones entre los estudios y los sindicatos de actores (SAG-AFTRA), siguen interrumpidas. Todos dan por sentado que la patronal, una vez que logró romper el frente único de los huelguistas, ahora los convocará.
 La directiva de SAG AFTRA felicitó a sus colegas, dijo que va a “examinar” el acuerdo y ratificó que el gremio continúa instando a los ejecutivos “a regresar a la mesa y hacer el trato justo que nuestros miembros merecen y exigen”. 

 Olga Cristóbal 
 26/09/2023

Las medidas de Massa y la hiperinflación


Con el subsidio de 20.000 pesos para trabajadores recientemente despedidos y los anuncios en puerta para los informales, el paquete de medidas “sociales” anunciado por Sergio Massa en las últimas semanas estaría superando el 1% del producto bruto –unos 6 mil millones de dólares. Los anuncios son el reconocimiento de que el bloque peronismo-kirchnerismo-renovador ha perdido una parte fabulosa del apoyo electoral con que contaba. Aunque Massa salió a una cabalgata desesperada para recuperar ese voto, no se advierten variaciones sustanciales en las encuestas. Los beneficios sociales de las medidas recientes serán ‘comidos’ por la inflación creciente y la hiper. 
 La diseminación de bonos y exenciones de impuestos personales son una confesión de la amplitud alcanzada por el derrumbe social. Después de anunciar beneficios para los trabajadores en relación de dependencia, los funcionarios de Massa se dieron cuenta que quedaba afuera la mitad de la fuerza laboral. El 'alivio' de ganancias para monotributistas, que beneficiará a profesionales y muchos trabajadores con relación laboral encubierta, es solamente una “actualización de escala”. 
 Hay, sin embargo, otro paquete, que no es anunciado. Sólo por la compra de bonos del Tesoro a “precio conveniente” a los acreedores privados, el Banco Central lleva emitidos 2,5 billones de pesos, a 350 pesos el dólar. Son 6.2 mil millones de dólares. Esta fuga de la deuda en pesos del Tesoro anuncia una nueva corrida cambiaria; el gobierno perderá los 5 mil millones de dólares que ha invertido para contener la suba. Sobre esto último no abren la boca quienes critican como “inflacionaria” la eliminación del impuesto a la 'ganancia' de la cuarta categoría. Lo cierto es que la hiperinflación en marcha anulará las medidas sociales que benefician al trabajador y potenciarán las de los que han recomenzado la acumulación de dólares. 

 Desenlace

 El reboleo de medidas sociales de Massa es una movida que pretende remontar la cuesta del derrumbe electoral. Pero el ministro-candidato no desconoce el cimbronazo devaluatorio e hiperinflacionario que se ha desatado desde la devaluación de agosto. Por de pronto, el escenario de agosto se repetirá en noviembre, antes de un eventual balotaje, cuando el desembolso prometido por el FMI tendrá como condición, de nuevo, la megadevaluación. En cuanto a las tarifas, después del congelamiento por 90 días, se prevé un piso del 20% de aumentos para después del balotaje. Mientras critican a lo que llaman el “despilfarro” electoral, Bullrich y Milei prometen salidas que lucen inviables. Al desplome de la deuda local se suma el de la deuda externa, que ha caído un 14% desde su nivel de 30 centavos por dólar. Junto a la suba de la tasa de interés internacional, estas caídas inviabilizan una dolarización ‘indolora’, como sería si pudiera financiarla, y la convierte en catastrófica, porque le queda solamente la hiperinflación. De otro lado, la suba de los seguros contra defolt aumenta la presión de quienes ganarían sumas enormes de dinero con un cese de pagos de Argentina Los especuladores descuentan un concurso de acreedores con el debut del nuevo gobierno, trátese de Massa, Bullrich o Milei. 
 La burocracia se ha servido de las medidas sociales para reforzar el apoyo al gobierno y a su candidato. El apoyo a Massa significa un mayor cerrojo a la movilización de los sindicatos. Quienes piden ese apoyo en nombre del ‘mal menor’, desprecian el ‘mal mayor’ que provoca contra la lucha de los trabajadores. Mientras tanto, Barrionuevo y Cavalieri apuestan a una victoria de Milei. Es que la burocracia no tiene otro partido ni bandera que la hostilidad a los trabajadores.
 Massa intenta disimular el verdadero alcance de la crisis y de sus perspectivas. Por cierto, lo que tenemos por delante no es un horizonte de reformas sociales, sino un choque de carácter decisivo entre el Estado y el capital, de un lado, y la clase obrera, del otro. Las elecciones sólo serán un peldaño de esa crisis. 

 Marcelo Ramal 
 26/09/2023

La superficialidad de la ideología libertaria - 25/9/23

¿Por qué la derecha odia a Myriam Bregman?

Let Cuba Live!: Un millón de firmas y 500 videos

lunes, septiembre 25, 2023

La jornada laboral de Massa: caballo de Troya de la flexibilización


Entre la batería de proyectos que propuso Sergio Massa para relanzar su campaña como candidato presidencial, se encuentra la propuesta de reducción de la jornada laboral. Argentina, con una Ley de Contrato de Trabajo que estipula una semana laboral de 48 horas, se encuentra entre los países que superan los límites que recomienda la OIT. 
 Para demostrar que no se trata de un mero arrebato de campaña, Massa se referencia en los diversos proyectos presentados por el peronismo, como el de Hugo Yasky que plantea llevar la semana laboral a 40 horas, y los de Ormaechea y Recalde, que disponen una semana laboral de 36 horas, en ambos casos, sin afectar el salario. 
 En el contexto de una inflación que destruye el salario real día a día, el hambre obliga a trabajar en más de un empleo o hacer horas extra.
 En la Argentina actual no se cumplen ni siquiera las 48 horas semanales. No sólo debido a que los trabajadores en negro superan el 40 % del total y están, por lo tanto, por fuera de la legislación laboral. Las horas extra no son la excepción, sino la norma en cada vez más empresas y los acuerdos con los sindicatos habilitan jornadas más extendidas en varios gremios. La mayoría de las patronales no respetan ni el doble pago de las horas extra ni el descanso de fin de semana desde el mediodía del sábado que establece la Ley de Contrato de Trabajo.
 Pero el problema no es solo lo inocuo que sería esta medida debido a los salarios de miseria y al incumplimiento de los derechos laborales, sino que sirve de excusa para una reforma laboral completa. 
 El proyecto de Claudia Ormaechea, por ejemplo, con un cambio en la sintaxis le otorga una concesión a las patronales largamente reclamada. La actual Ley de Contrato de Trabajo establece que "Integrarán la jornada de trabajo los períodos de inactividad a que obliguen la prestación contratada, con exclusión de los que se produzcan por decisión unilateral del trabajador”. Es decir que, ante un inconveniente que impida la actividad, ese tiempo se considera parte de la jornada y debe ser remunerado como tal, a menos que el trabajador decida no trabajar sin motivos. El proyecto de Ormaechea, en cambio, establece que "Integrarán la jornada los periodos de inactividad a que obligue la prestación contratada, con exclusión de los que se produzcan por decisión del empleador, las pausas necesarias en razón de la actividad o función, las que respondan a razones de salubridad, y las dispuestas para alimentación, sin perjuicio de otras que pudieran establecerse en las convenciones colectivas de trabajo o en los contratos individuales". 
 Por lo tanto, de un plumazo, la bancaria y diputada de la Unión por la Patria le otorga a la patronal la posibilidad de considerar fuera de la jornada laboral no solo la hora de almuerzo, sino los tiempos muertos ocasionados por cualquier cosa que interrumpa la actividad. Un corte de luz, una fuga de gas, o la decisión patronal de frenar por exceso de stock, pueden interrumpir el trabajo y el empleador puede considerar esos tiempos muertos, que no son responsabilidad del trabajador, como horas no trabajadas. Este párrafo no se entiende bien si es un error de redacción, ya que parece ir en contra del espíritu del resto del proyecto de ley, o una decisión deliberada, pero en cualquier caso modifica la actual normativa en detrimento de los trabajadores, y le permitiría a la patronal manipular a su antojo y necesidades el tiempo de cada trabajador. 
 Como antecedente, tenemos la Ley de reducción de jornada laboral votada este año en Chile, que empezó como un proyecto del PC en defensa del derecho al tiempo de ocio y terminó estableciendo las reivindicaciones de las patronales en materia de flexibilización que le quedaron pendientes a Pinochet: el derecho a modificar constantemente la jornada laboral en función de las necesidades de producción.
 El derecho al tiempo de ocio es una reivindicación que los trabajadores levantamos desde los inicios del capitalismo, pero sin un salario igual al costo de la canasta familiar es letra muerta, y el gatopardismo de los nacionales y populares nos obliga a estar alertas ante cualquier tentativa de reforma laboral.

 Luciana Diaz 
 25/09/2023

Estados Unidos: la burocracia “extiende” la huelga automotriz para bloquear la huelga general


La huelga lanzada por el sindicato de trabajadores de la industria automotriz estadounidense (UAW por sus siglas en inglés) cumplió una semana este viernes y se extendió a 38 plantas autopartistas y centros de distribución. Mediante una conferencia seguida por el canal de Facebook de la UAW por miles de trabajadores de las plantas, el presidente del sindicato ha pedido a los trabajadores de 38 fábricas de General Motors y Stellantis de 20 Estados diferentes del país que abandonen sus puestos de trabajo, dejando al margen los nuevos paros a Ford, argumentando el progreso en las negociaciones (El País, 22/9). Sin embargo, Ford despidió a 600 operarios mientras se desarrollan los paros.
 La metodología de la burocracia sigue siendo “golpear para negociar”, tratando de hacer el menor daño posible a las patronales. “El impacto de la primera semana de huelgas, que comenzaron el viernes pasado, ha sido moderado para los fabricantes de automóviles, en parte debido a las tácticas del UAW de atacar sólo ciertas fábricas”, señala Financial Times (22/9). Hasta el viernes solo estaban afectadas tres plantas de un total de 70 de las tres grandes firmas. Los paros tampoco son totales en estas plantas, sino que son acciones puntuales que afectan las líneas, obligando que se pare la producción de hecho. Lo que el UAW llama una “huelga de pie”, en la que los miembros del sindicato en instalaciones individuales se retiran mientras otros permanecen en el trabajo, tiene sus raíces en las huelgas continuas del movimiento sindical inicial de Estados Unidos. Sin embargo, los expertos señalan que la huelga “amenaza con revivir la escasez de la cadena de suministro que ha afectado a la industria automotriz en los últimos años, donde una pequeña interrupción puede causar un caos en todo el sistema” (FT, 19/9).
 La UAW reclama un aumento de sueldo del 46 % en cuatro años -aunque, según algunos, esta cifra podría flexibilizarse por debajo del 40 %-; una semana laboral de 32 horas con 40 horas de salario; el restablecimiento de las pensiones tradicionales con prestaciones definidas para los nuevos contratados y compensaciones por la inflación, entre otras reivindicaciones.
 Las patronales sostienen sus posiciones de fondo, planteando que las reivindicaciones de los trabajadores son inviables en el contexto actual. Mientras tanto llevan adelante una política de despidos y suspensiones. “El miércoles, Stellantis dijo que planea despedir temporalmente a 68 trabajadores en una planta de mecanizado afectada por la huelga del UAW en una fábrica de Jeep en Toledo, Ohio, y otros 300 podrían verse afectados en sus instalaciones en Kokomo, Indiana, por una huelga similar” (The Wall Stret Journal, 20/9). “El viernes Ford despidió a unos 600 trabajadores que no estaban en huelga en Michigan. GM ha advertido que podría paralizar una planta en Kansas debido a los efectos en cadena de la huelga de trabajadores en una planta de ensamblaje en Missouri, despidiendo a unos 2.000 trabajadores” (FT, 19/9). 
 La burocracia de la UAW viene de una profunda crisis que derivó en un recambio en su conducción por parte de su ala reformista. Shawn Fain, el actual presidenten del sindicato, ganó las elecciones en marzo con poco más del 50 % de los votos. En julio, prescindió del apretón de manos que tradicionalmente se organiza para los medios de comunicación entre líderes sindicales y ejecutivos del sector automovilístico y optó por visitar varias plantas. El director ejecutivo de Ford, Jim Farley, dijo la semana pasada, poco antes de que comenzara la huelga, que no había recibido una contraoferta del UAW, una situación que la compañía no había visto en 80 años. Durante las últimas décadas las condiciones laborares y salariales de los trabajadores de la industria automotriz norteamericana han caído en picada. El entrelazamiento entre las direcciones de los sindicatos y las patronales ha sido explícita en los últimos años, la renovación de la dirección fue precedida por “un escándalo de corrupción que resultó en sentencias de prisión para múltiples dirigentes sindicales y personal de Fiat Chrysler America, el predecesor de Stellantis” (ídem), es decir, precipitada por el agotamiento de la vieja burocracia. 
 La huelga de la UAW es un capítulo con peso propio en la crisis politica estadounidense y de la pelea presidencial de noviembre. La administración de Biden realizó una maniobra propia del albertismo: luego de un tibio apoyo al UAW, anunció que mandaría a Detroit una delegación de la Secretaría de Trabajo para intentar mediar en el conflicto, pero finalmente reculó con el argumento de “permitir que las conversaciones avancen” (WSJ,20/9). El viernes, en su conferencia, Fain ´apuró´ a Biden, invitándolo a que se sume a los piquetes. Biden respondió que visitaría Michigan la próxima semana “y se solidarizará con los hombres y mujeres de la UAW mientras luchan por una parte justa del valor que ayudaron a crear”.
 Por su parte, Berni Sanders ha realizado mítines en puerta de fábrica dando un fuerte apoyo a la UAW, con un discurso centrado en lo desproporcionado de la distribución de la riqueza entre los CEO y los trabajadores. “La lucha que libra el UAW tiene mucho que ver con el escandaloso nivel de avaricia y arrogancia corporativa por parte de los altos ejecutivos de la industria automotriz y sus amos de Wall Street” (Fox News, 22/9). 
 Por su parte Donal Trump relanza su campaña en las internas del partido republicano y “planea dar un discurso en Detroit el 27 de septiembre ante una multitud de trabajadores sindicalizados, saltándose el segundo debate presidencial republicano, dijo un asistente el lunes, y en lugar de eso se metió en la disputa entre los trabajadores en huelga y los principales fabricantes de automóviles de Estados Unidos. (…) Trump ha criticado duramente las políticas de vehículos eléctricos del presidente Joe Biden e instó a los trabajadores automotrices a respaldar su candidatura.” (El País 19/9).

 “Todas las plantas deberían estar en huelga” 

 Cuando Fain se dirigió a los trabajadores automotrices en Facebook Live el lunes, algunos se preguntaron si una salida en masa ejercería más presión sobre los fabricantes de automóviles. “Todas las plantas deberían estar en huelga, no sólo las plantas seleccionadas”, recoge FT el testimonio de Richard Davis, que trabaja en una planta de ensamblaje de Ford en Kansas City, Missouri, durante la transmisión de Facebook Live. “Huelga significa huelga. Así es como me criaron. No más plazos, simplemente hazlo”. Jim Davis, de Detroit, dijo que permanecer en el trabajo es como darles a los tres fabricantes de automóviles de Detroit una extensión del contrato anterior. "Me siento mal porque sólo algunos de nosotros estamos en las líneas", escribió Davis. "En mi opinión, nos hace parecer débiles" (FT,19/9).
 La clase obrera norteamericana comienza a discutir la huelga general. 

 Sebastián Chirino 
 25/09/2023

domingo, septiembre 24, 2023

Apertura de las Jornadas "Pasado y Presente, a 60 años". Debates sobre Mariátegui

Seminario "50 años de Ctera" // Escuelas voucher: el planteo de Milei y el fracaso en Chile

Charla debate con Jorge Altamira: "La crisis política y los trabajadores"

La disputa por el peaje en la Hidrovía es ajena a los intereses de los trabajadores


Sobre el conflicto entre los gobiernos de Argentina y Paraguay.

 Los gobiernos de Argentina y Paraguay se encuentran sumergidos en un conflicto diplomático desatado por el cobro de un peaje en un tramo de la Hidrovía Paraná-Paraguay, establecido por el gobierno argentino desde enero de 2023. 
 Los funcionarios argentinos alegan la realización de inversiones en mantenimiento, dragado y balizamiento por alrededor de 70 millones de dólares (es el número que indicó el ministro de Transporte, Diego Giuliano) en los últimos trece años, y entienden que llegó la hora del reembolso. Se habilitó, por tanto, una tarifa en el tramo Santa Fe norte, que es muy circulado por barcazas de origen guaraní. 
 El Estado paraguayo se opuso al establecimiento del peaje, al que considera una medida unilateral, y logró sumar a Brasil, Bolivia y Uruguay a una nota de rechazo. Además, a modo de contragolpe, decidió quedarse con una parte del excedente energético de Yacyretá que hasta ahora vendía a la Argentina. Con esta última decisión, se superpusieron dos conflictos, el de la Hidrovía y el de las deudas cruzadas por la represa binacional. 
 Yacyretá es un complejo hidroeléctrico conjunto en la frontera, que empezó a construirse en los ’80 y se finalizó en los ’90, con financiación del Estado argentino. Fue bautizado por el expresidente argentino Carlos Menem como el “monumento a la corrupción”, debido a opacos manejos que lo llevaron de los 1.500 millones de dólares presupuestados originalmente a un costo total de más de 10 mil millones de dólares. 
 El acuerdo por Yacyretá establece que la mitad de la energía producida corresponde a cada Estado, pero, como Paraguay no necesita toda su parte, vende una porción del excedente a Argentina y Brasil.
 Paraguay reclama a la Argentina una deuda de 150 millones de dólares por la energía no paga. El gobierno argentino, por su parte, viene retaceando los desembolsos porque le reprocha a Paraguay que está discriminando a la Argentina, cobrándole un precio superior que a Brasil (26 dólares el MHw, contra 18 dólares el MHw, respectivamente, según las fuentes locales –La Política Online, 18/9). 
 A su vez, el ministro y candidato Sergio Massa sacó a relucir la deuda que Paraguay tendría en concepto de la construcción de Yacyretá por parte de la Argentina. En 2017, por un acuerdo entre los gobiernos de Mauricio Macri y Horacio Cartes, Asunción reconoció una deuda de 4 mil millones de dólares. 
 La energía paraguaya no se vende a buen precio. Por el tratado de Itaipú de 1973, firmado por las dictaduras de Alfredo Stroessner y Emilio Garrastazú Medici, Brasil se ha quedado con el 90% de la producción energética de esa represa binacional, comprando a muy bajo precio el excedente energético que no usa Paraguay. Se estima que “el precio irrisorio que paga Brasil a Paraguay por consumir su parte de energía significó una pérdida de 75,4 mil millones de dólares desde que comenzó a operar Itaipú. Es la suma que hubiera acumulado si Brasil pagaba a precio de mercado” (Clarín, 2/8/19). La venta a precios menores a los de mercado, se alega, es para cancelar deuda por la puesta en pie de la obra. En 2009, Asunción y Brasilia acordaron una triplicación del pago. 
 En el caso de Yacyretá, los precios ya mencionados que pagan Brasil y Argentina a Asunción pueden compararse con los entre 60 y 100 dólares por MHw que Uruguay pagó este año a Brasil por importaciones energéticas (Ambito Financiero, 17/4). 

 Intereses patronales

 El enfrentamiento bilateral entre Paraguay y Argentina es ajeno a los intereses de los trabajadores de ambos países. El gobierno de Santiago Peña salió en defensa de las patronales paraguayas, que no quieren pagar el canon en la vía fluvial.
El gobierno argentino defiende la realización de obras que favorecen, principalmente, la competitividad de la oligarquía nativa y las multinacionales agroexportadoras, en una zona en que además operan una gran cantidad de puertos privados. 
 Las inversiones en dragado de las últimas décadas han servido, por ejemplo, para acercar los buques a la carga. “Eso abarató los costos y fue una revolución para el producto agropecuario nacional” (El Economista, 1/6). 
 Como telón de fondo, aparece la cuestión del control de la codiciada Hidrovía. Estados Unidos quiere alejar a toda costa a empresas chinas de una potencial concesión. Transitoriamente, está a cargo del Estado argentino, tras el vencimiento de un contrato con la belga Jan de Nul y la argentina Emepa, en 2021. En el mes de mayo, los embajadores de Bélgica y Estados Unidos visitaron las dragas que la firma belga tiene en Corrientes, en lo que fue interpretado como un mensaje a la Casa Rosada (ídem). 
 El gobierno argentino se jacta de haber estatizado la vía fluvial, que fue entregada a manos privadas por el menemismo, en 1995, pero en realidad solo controla la administración, ya que sigue subcontratando a los belgas para el dragado, y a Emepa para el balizamiento (ídem). Los trabajadores argentinos y paraguayos no se deben dejar arrastrar en esta pelea entre las patronales y gobiernos de sus respectivos países.

 Gustavo Montenegro

Las elecciones en un marco explosivo


El último tramo de la campaña electoral se desarrolla en un marco explosivo. De acuerdo a datos oficiales del primer semestre, “la pobreza pasó de 36,5 % a 40,1 % en un año. Representa unos 1.7 millones más de pobres”. En agosto, la devaluación del 23 % del peso oficial provocó un salto inflacionario del 12,8 % y un porcentaje similar para septiembre. Esto ocurre cuando, en el mismo período, el desempleo ha caído al 6,2 por ciento y ha crecido el Producto Bruto Interno. Algo más de un 80 % de los obreros registrados percibe salarios inferiores a la línea estadística de la pobreza. En noviembre, a más tardar, cuando está prevista una nueva reunión con el FMI, el desembolso de fondos para que Argentina continúe pagando la deuda con el organismo estará condicionado a otra devaluación, mucho mayor que la reciente. Esa es la medida fundamental, asegura el FMI, para que se reduzca la brecha entre la cotización del peso oficial con el paralelo.
 Las modificaciones al impuesto a las ganancias para asalariados, monotributistas y autónomos representan un aumento importante en el salario de bolsillo. Pero al igual que el descuento del IVA para una canasta de productos, hasta 18 mil pesos, apenas morigeran la enorme confiscación sufrida por trabajadores y jubilados. “Los ingresos se desplomaron 12,7 %”, titula La Nación, desde que asumió el Gobierno de los Fernández. Pero esto es sólo una parte de la historia, porque en el caso de los asalariados ya habían perdido un 14,7 % bajo el macrismo; el kirchnerismo le sumó otro 14.9%. Son números de catástrofe. Pero se trata apenas de promedios – los trabajadores no registrados o aquellos no calificados han visto perder el doble de sus ingresos reales. Un lugar prominente en esta escala descendente la ocupan los jubilados, que cobrarán un ajuste menor al 15% -el índice del trimestre abril-junio- cuando la inflación se habrá triplicado en el trimestre corriente. 
 Argentina es un excelente laboratorio del llamado “efecto derrame” – pero de abajo hacia arriba. Bajo el gobierno de la "redistribución progresiva del ingreso", ha tenido lugar la mayor redistribución negativa que se tenga conocimiento – ni qué decir si se añade el período macrista. Esta confiscación económica de la fuerza de trabajo explica en gran parte el crecimiento del PBI, incluido el aumento de la Inversión Bruta. En el marco de la salida de la cuarentena, ha tenido lugar un incremento fenomenal de la tasa de ganancia –que mide la masa de beneficios producidos sobre el capital invertido. La curva ascendente de la plusvalía explica la supervivencia política del gobierno Fernández –precaria, pero supervivencia al fin. Un proceso inverso en Brasil, o sea con una recesión industrial, determinó el golpe de estado contra la petista Dilma Roussef. En vísperas de las elecciones el proceso se invierte –el FMI estima una caída del PBI, en Argentina, para 2024, del 2,6 % en el año. 
 La crisis financiera, con esta inversión de tendencia industrial, se ha tornado terminal. Argentina se encuentra en default virtual. El endeudamiento interno, en lo que se refiere al del Banco Central con el sistema bancario y los fondos de corto plazo (Leliq, pases y depósitos en los bancos) ha colapsado. Las perspectivas optimistas acerca de las exportaciones están condicionadas a una gran devaluación y a la adopción de un único tipo de cambio. Antes de salir de este pozo profundo, habrá que caer todavía mucho más. Mientras la burguesía exportadora se verá fuertemente beneficiada con una devaluación, pasará lo contrario con la que produce para el mercado interno, que además de la caída del consumo personal se verá afectada por el encarecimiento de la materia prima a industrializar. En cualquier caso, los pronósticos positivos hay que tomarlos con prudencia, porque el mercado mundial no luce tan promisorio. El precio de la soja ha caído por debajo de los 500 dólares la tonelada. Lo fundamental es, sin embargo, la crisis gigantesca del sector inmobiliario en China, que afecta a los bancos, y el derrumbe en Alemania, como consecuencia de la guerra de la OTAN y Rusia, que ha dejado a su industria fuera de competencia. Si Alemania se ve forzada a recurrir al subsidio de la industria y a promover una devaluación del euro, la arquitectura monetaria y económica de la UE se verá fuertemente afectada. De otro lado, el mantenimiento de altas tasas de interés a nivel internacional, presionará a la baja los precios de las materias primas y creará una crisis de liquidez para los estados y compañías fuertemente endeudados. 
 Los cambios en ganancias, para la cuarta categoría, responden a una maniobra política significativa. Es que el beneficio al estrato superior y más calificado procura dividir a las distintas categorías de trabajadores en cuanto a la necesidad de entrar rápidamente en acción. Como se ha escuchado decir por estos días, “en fábrica las cosas se han calmado un poco, pero los barrios son un volcán”. Los corresponsales de los diarios argentinos en el exterior adjudican a los financistas con los que se informan “que el escenario en Argentina es convulsivo”. No solamente abajo sino también arriba. Para Eduardo Eurnekian, de la Corporación América, mentado padrino de Milei, el pseudolibertario se ha ido de mambo. No le gustó para nada que Milei ataque a los BRICS (Brasil, China, Rusia, India, Sudáfrica), de los que Argentina depende financiera y comercialmente. Tampoco a Bulgheroni, asociado a los chinos en petróleo, y con inversiones en Asia Central. Eurnekian no dijo nada, lamentablemente, del planteo de Milei de convertir a Malvinas en una Hong Kong, o sea en una plaza financiera off shore, pero custodiada por la OTAN. Los "capitanes de la industria" y los bancos se ciñen al apoyo a Bullrich-Petri, el más señalado, sin embargo, para el descenso en la primera o única vuelta del 23 de octubre que viene. 
 Quien haya presenciado el debate entre candidatos a vicepresidente en A2V (TN) pudo comprobar que no quisieron ventilar nada de este escenario ni de cómo pretenden encararlo – ni siquiera Del Caño, quien concluyó con un patético "Ni cómplices ni sometidos", evitando el lenguaje inclusivo. En la campaña de agitación de nuestro partido, Política Obrera, la agenda fundamental será plantear una acción de masas contra la catástrofe que se avecina. 

 Jorge Altamira
 22/09/2023

El debate vicepresidencial en “A dos voces”


El debate entre los cinco candidatos a vicepresidente, organizado por TN, fue, antes que nada, una serie de ‘spots’ televisivos, que pueden luego ser reproducidos por “las redes”. Quien más ha usado este método de recortar intervenciones para acomodarlas a los tiempos de las aplicaciones ha sido la cohorte de Milei. 
 Cada contrincante se sirvió del minuto concedido en el arranque para definir sus posiciones. Villarruel pegó primero señalando que “los otros cuatro candidatos [suman] 76 años viviendo de la política”. Luis Petri, vice de Patricia Bullrich, prometió “orden y terminar con el kirchnerismo”, mientras que Agustin Rossi exaltó un crecimiento “inédito” del empleo. Florencio Randazzo, vice de Schiaretti, llamó a “terminar con la grieta” y Nicolás del Caño del FIT-U denunció “el ajuste y el FMI”. Fue una repetición de fórmulas conocidas. 
 Ninguno de los candidatos centró su intervención en el inminente desenlace de la monumental crisis política y económica, a pesar de que la elección del próximo gobierno ha sido reiteradamente señalada como el tiro de partida para una gran operación de rescate financiero, con consecuencias terribles para la población trabajadora. Nadie se metió con las perspectivas de una catástrofe –tipo 1989 o 2001, aunque su estallido será el desafío de las nuevas autoridades. Esta ‘omisión’ -si cabe el término- permitió a unos y otros llenar la pantalla con acusaciones recíprocas sobre delitos pasados. Quien podía haber centrado el debate en esta línea era Villarruel, cuya corriente es un emergente de esta crisis terminal. Pero a lo largo de dos horas, la dolarización fue mencionada sólo por Petri, para denunciar que Milei había “reculado en chancletas” en cuanto a ese propósito. Del Caño apuntó en forma consistente a una salida electoral que refuerce a la izquierda en el Congreso, pero se abstuvo consecuentemente de dar una orientación política para una acción de masas derivada de la crisis. 

 Los “bloques”

 En la discusión económica cada candidato decidió destacar un aspecto aislado de la situación general, no una caracterización de conjunto. El oficialista Rossi fue más lejos, pues reivindicó una acción de gobierno que se llevó puestos al presidente y a la vice y que marcha sin pausa a la hiper. Es que el descenso módico del desempleo o la eliminación del impuesto al salario o la devolución parcial del IVA, no corrige siquiera la tendencia general; Massa, si gana, ya tiene comprometida otra devaluación. Todos los rubros de ingresos de los trabajadores están en caída libre. En uno de sus intercambios Rossi aseguró que “vamos a echar al FMI”, lo que para un kirchnerista sólo significa que va a pagar toda la cuenta del préstamos y sus intereses usurarios, algo por otra parte absolutamente imposible. Al día siguiente, el INDEC informó de “una dramática suba de la pobreza”, con datos anteriores a la última devaluación. El horno no está para bollos. 
 La “libertaria” Villarruel reclamó achicar el gasto y frenar la emisión –de dolarización nada. No dijo qué gasto ni qué emisión, en momentos en que el mundo capitalista entero gasta de lo lindo, en guerra por supuesto, y emite a cuatro manos, frente a los aumentos de intereses de la deuda pública. La omisión de la dolarización no es, sin embargo, un recule; Milei la ratificará en el debate presidencial. Pero era inoportuno traerla a la mesa en la semana en que Rosatti, el presidente de la Corte, dictó una sentencia unilateral de inconstitucionalidad fuera del ámbito judicial. Muy hábil la ‘periodista’ que ‘entrevistó’ a Videla, pateó la pelota afuera. La candidata sí insistió, sin sombra de duda, con el planteo de una contrarrevolución en las relaciones laborales, algo que unifica a todos los partidos patronales. En lo que parece un furcio, Villarroel señaló que “a los argentinos no les interesan mis ideas políticas”, algo que confirman todas las encuestas. LLA se vende al mejor postor, ese es su único programa. Eurnekian le sacó tarjeta roja por el ataque de Milei a los BRICS, con los que cuenta la Corporación América para hacer grandes negocios, en especial de infraestructura. 
 Petri como Randazzo repitieron la monserga de un Banco Central “independiente”. Sobre el impuesto al salario, Petri denunció que “beneficia a los jerarcas sindicales” –una ‘gaffe’, porque la burocracia gana mil salarios mínimos, no quince. Por su parte, Del Caño, denunció que “mientras te ajustan, los empresarios ganan” y reclamó un aumento salarial para trabajadores y jubilados, a sabiendas que eso no es competencia del Congreso sino de una lucha decidida y de conjunto de los trabajadores. Ni rozó el planteo de una huelga general. Para la izquierda, toda tribuna es una tribuna de lucha de clases, no de recolección de votos al márgen de esa lucha. Del Caño no denunció el descalabro económico y la disolución de su moneda, ni planteó una estrategia para esta circunstancia extraordinaria. El debate sirvió para exponer el agotamiento del izquierdismo electorero. La denuncia de “la politiquería”, con la esperanza de encajar en el “clima de época”, es un supremo embuste, porque los políticos y sus partidos son herramientas fundamentales de la clase capitalista para cooptar a los trabajadores y dividir sus filas. 
 En el bloque sobre “rol del Estado y conflictividad social” cada uno eligió frases de ocasión. Rossi advirtió que “las mujeres van a ser las primeras perjudicadas”, no por la crisis sino por el desalojo de las feministas K, corresponsables de la miseria general. Destacó, sin sonrojarse, las“medidas que achican la brecha entre los géneros”, como la moratoria a los jubilados – sin señalar la estafa en las liquidaciones jubilatorias, ni las apelaciones judiciales de la Anses contra los jubilados. 
 Villarruel prometió “ni sacar ni aumentar planes” sino reemplazarlos por empleo “ordenadamente”. Lo mismo que ya había propuesto Rossi, con salarios similares a los planes. Sobre las mujeres denunció que los cuatro ‘machirulos’ que la rodeaban le habían faltado el respeto toda la noche. Petri advirtió contra “pasar de un populismo de izquierda a uno de derecha", y que “los que organicen piquetes irán presos”. Logró ponerse a la derecha de Milei. En la pelea de planteos irrelevantes Randazzo compitió con Del Caño cabeza a cabeza. Para el primero, es necesario “todo el mercado que sea posible y todo el Estado que sea necesario”, mientras que el representante del FIT-U sentenció que “con más Estado o más mercado, ganan los empresarios”. Esto último es una recaída en el ‘trotskismo liberal’ o ‘liberal trotskismo’ que inauguró Solano, que no distingue las medidas capitalistas del Estado de aquellas que está forzado a implementar, como la eliminación del impuesto al salario, que el mismo Del Caño tuvo que votar. Al interpelar a Villarroel eligió reivindicar la ley de Educación Sexual Integral, cuya currícula la confecciona el Estado “de los empresarios”. Bajo el capitalismo, el Estado no es patrimonio de ninguna clase de empresarios, sino su instrumento, en última instancia, debido a la dominación de las relaciones de explotación capitalista. En otro cruce con Petri sobre la minería, Del Caño se quejó de que “los recursos no queden en las provincias”, y condenó el extractivismo, en defensa del agua, sin decir que está monopolizado por bodegueros y grandes viñateros. Descolgado de toda su intervención anterior, Del Caño recitó su “pertenencia al socialismo y al gobierno de trabajadores”. El socialismo no es, sin embargo, una identidad, porque se convierte en utopía, sin un método histórico de lucha para emancipar a las fuerzas productivas de la explotación del hombre por el hombre.
 En el bloque de “seguridad y defensa” nadie habló de la guerra de la OTAN. En un ‘intercambio’ previo, Rossi había criticado la posición de los pseudolibertarios sobre Malvinas. Del Caño le escapó al asunto, porque defiende, con el MST e IS, la autonomía nacional de Ucrania, en condiciones de protectorado de la OTAN. Del Caño dejó pasar A2V para convocar a los trabajadores a una lucha internacional contra la guerra, demostrando un crudo provincialismo político. 

 Episodio I 

El “minuto final” de cada candidato fue ‘aprovechado’, por Rossi, para proponer “futuro o pasado”, desde el pasado; Villarroel invitó a ser “protagonistas de la epopeya del Siglo XXI” y Del Caño, a “no aceptar la resignación, ni cómplices ni sometidos”. Es una agenda derrotista. Es el “temor” que Myriam Bregman había expresado antes, en el mismo programa. Veremos qué nos ofrecerán los pretendientes a la presidencia, la semana próxima.

 Federico Fernández
 21/09/2023

Los desastres ambientales recientes y la acción depredadora del capital


Tras el terremoto de Marruecos y el ciclón en Libia. 

 Recientemente tuvieron lugar en el norte de África dos hechos calamitosos para los pueblos de Libia y Marruecos. En el primer país el ciclón Daniel tuvo como consecuencia treinta mil evacuados, diez mil desaparecidos y cinco mil muertos. En Marruecos, región donde no son habituales los sismos, un terremoto produjo 2.500 víctimas fatales. 
 El ciclón que afectó a Libia es el resultado del traslado de un fenómeno propio del sudeste asiático, como son los monzones, a la zona del Mediterráneo. Las consecuencias humanitarias se agravaron como resultado de la ausencia de una infraestructura adecuada para asistir a las víctimas, como resultado del sometimiento al imperialismo de estas naciones africanas.
 La temperatura en el planeta ha subido hacia 1,5º en relación al periodo previo a la revolución industrial, por la depredación ambiental y climática que la voracidad capitalista ha desarrollado en combinación con la superexplotación de la fuerza de trabajo obrera, y las guerras del pasado y del presente cuya función es la defensa de su tasa de beneficio. 
 Por ejemplo, los datos del proyecto global del carbono que dirigía el ya desaparecido Centro de Análisis de la Información sobre dióxido de Carbono del Departamento de Energía de Estados Unidos indican que ese país ha sido el mayor productor de dióxido de carbono desde 1750. Estados Unidos ha emitido más CO2 que toda la Union Europea, el doble que China, ocho veces más que India. Las principales emisoras de carbono fueron las potencias coloniales, es decir, los países imperialistas de Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia; todas ellas sumadas, con la décima parte de la población mundial, han emitido más de la mitad de carbono. 
 Es que, como ya demostramos en artículos sobre la cuestión en ediciones anteriores de Prensa Obrera y En Defensa del Marxismo Nº59, lo que está en el centro del problema es la tasa de beneficio del capital -ya que una mayor inversión en energías no dependientes del carbono suponen una mayor proporción de capital constante-, circunstancia que es decisiva para la imposibilidad, bajo este régimen, de combatir esta contaminación en crecimiento. 

 Erupciones volcánicas y sismos, también son consecuencia de la anarquía criminal del capital

 Iniciamos este articulo haciendo referencia a los cataclismos recientes ocurridos en Marruecos y Libia, que con sus diferentes características tienen no obstante una raíz común, o acaso existe una altísima probabilidad de que la tengan. Es que el derretimiento de hielos, como fruto del aumento de la temperatura terrestre, aumenta el nivel del mar y produce dos fenómenos aparentemente antagónicos, pero igualmente perjudiciales, como inundaciones y sequías, y también terremotos y tsunamis. 
 Bill Mac Guire, geofísico del University College of London, ha observado que glaciares y capas de hielo permanentes en las regiones polares, al derretirse, han dado lugar a una enorme presión sobre el lecho de roca y creado un rebote sobre las fallas geológicas y los depósitos de magma. Sus consecuencias son erupciones volcánicas y sismos. 
 A su turno Claire Cooper, vulcanóloga, ha estudiado cómo en 12.500 años la retirada de los glaciares ha sido causal del levantamiento de la corteza terrestre, facilitando que el magma llegue a la superficie. Podemos observar que aunque se trate de un fenómeno milenario, y no siempre ha sido la emisión de CO2 la causante de estos fenómenos, sí cabe señalar que sin duda contribuye a incrementarlo. Para sostener esto la citada vulcanóloga ha incursionado en investigaciones realizadas en la península de Kamchatka, en Islandia, y en la región cordillerana de Chile. En el mismo sentido han hecho investigaciones con conclusiones similares Andrea Hampel, de la Universidad de Leibniz, Hannover, y la geofísica de origen sueco, Rebekka Steffen, cuyos estudios han determinado conclusiones de la misma índole en el sentido de que en el sur de Alaska se ha perdido un kilómetro vertical de hielo, con el consecuente crecimiento del nivel del mar. 
 Para que se vea que lo dicho no carece de objetividad, el propio Banco Mundial ha señalado que el cambio climático (con sus desastres incluidos) hasta el año 2050 va a provocar el desplazamiento de 216 millones de personas. Cabe agregar los efectos de la explotación anárquica de tala de bosques (actividades forestales) y la explotación agrícola.
 La anarquía del capital, su lógica inevitable, consistente en la obtención de superbeneficios, en el contexto de un agravamiento de los choques interimperialistas de orden comercial, financiero y bélico, que revelan el crecimiento de la tendencia a la guerra mundial, contexto en el que se desenvuelve la contaminación ambiental creciente con sus coadyuvantes consecuencias, esto es: crisis climática, sequías e inundaciones, sismos, etc., revelan un régimen cuyo único destino es la barbarie, en su desplome y descomposición. 
 Nos queda enfrentarlo en todos los planos dando una respuesta de conjunto consistente en combatir esa barbarie con el socialismo a escala mundial, esto es con la supresión de la explotación del trabajo humano y de todo interés opuesto al progreso y la felicidad humanas, que implica e incluye la defensa de la naturaleza. 

 Roberto Gellert

Ajuste fiscal, pero canilla libre para intereses de deuda: Massa, un buen discípulo del FMI


El gobierno estaría “sobrecumpliendo” las metas pactadas, con más hambre, pobreza y fuga de capitales. 

 El gobierno nacional acumuló en los primeros ocho meses del año un déficit fiscal primario de $2,3 billones (1,3% del PBI), según informó la Secretaría de Hacienda, cumpliendo con las metas pactadas por el FMI a base de un ajuste sobre el gasto público y social y contra los trabajadores, y al tiempo que avanza el desfinanciamiento y la fuga de capitales con el pago de los servicios de deuda. 
 El acumulado hasta agosto “sobrecumple” las metas fiscales en unos $30.000 millones, con un último mes donde el déficit primario alcanzó los $36.964 millones (0,02% del PBI). El gobierno aún debe llagar al objetivo de déficit fiscal del 1,9% de meta anual fijado por el Fondo, lo que adelanta que seguirá promoviendo beneficios a las patronales para garantizar el ingreso de recursos a costa de los trabajadores, como sucedió con las distintas versiones del dólar soja.
 Este sobrecumplimiento muestra a las claras que las medidas limitadas y de temporada como la devolución parcial del IVA en alimentos u otras como Ganancias se hacen con parte de lo que el gobierno le quita a los trabajadores por otro lados, y no con una afectación de los intereses capitalistas. 
 Como dato relevante, el déficit financiero, que integra los pagos de servicio de deuda pública y entre los montos significativos de la deuda externa, ascendió en el mes de agosto a $384.504,5 millones, siendo la principal fuente de desfalco de la economía nacional.
 Para el mes de agosto el gobierno acusa una reducción del gasto primario interanual del 8,5% junto a un crecimiento de los recursos, particularmente vía una recaudación favorecida por la disparada inflacionaria y la continuidad del impuesto más regresivo: el IVA. El gasto primario acumulado alcanza una caída del 5,2% en términos reales. 
 Ya en el informe elaborado por el FMI el organismo estipulaba que el gobierno debía avanzar en una reducción del gasto público del 11% para el segundo semestre del año, lo que redunda en más recortes a la asistencia social y a los comedores populares, liberación de tarifas, restricciones a la obra pública, etc. 
 Una muestra de esta política de ajuste contra los que menos tienen es lo que ocurre con la caída real del salario mínimo, que algunas consultoras privadas miden en una baja del 55% del poder adquisitivo desde 2015 hasta la actualidad, como resultado de un ataque sistemático de los distintos gobiernos capitalistas. 
 Algo similar ocurre con las jubilaciones, con la minina en $131.000 más el bono de miseria que se paga en tres cuotas de $15.000: un total que se encuentra muy por debajo de la canasta básica de pobreza de $284.687 (agosto) y una canasta de jubilados que supera esta cifra. 
 El crecimiento interanual de las prestaciones de la seguridad social “creció” un 134,3%, incluyendo todos los bonos y recursos extraordinarios, contra una inflación interanual en los alimentos del 146,4%. 
 En la medición interanual del periodo enero-agosto caen las transferencias al sector energético un 20,7% y los del transporte un -16,8%, pero no a costa de las patronales de ambos sectores, sino a costa de los trabajadores con tarifazos en las boletas y aumentos periódicos en el transporte público. 
 En este cuadro de cosas, el gobierno postergó la presentación el Proyecto de Presupuesto 2024 con el compromiso de negociar los términos del ajuste con la fuerza que resulte ganadora en las próximas elecciones presidenciales.
 Massa, Milei y Bullrich discuten como cumplir o sobrecumplir las metas del FMI contra los intereses de los trabajadores, destruyendo los salarios e ingresos populares, el empleo y atacando a las condiciones de vida de la población trabajadora. La clase obrera precisa de un programa de intervención independiente ante la crisis, terminando con el desfalco del FMI y el capital financiero y con la orientación ajustadora de este gobierno y los que se proponen para suceder a Massa en la ejecución del ajuste. 

 Marcelo Mache

Rossi mintió para seguir encubriendo al genocida Milani


Sobre su respuesta a la negacionista Victoria Villarruel en el debate de candidatos a vicepresidente. 

 En el debate de candidatos a vicepresidente hubo un cruce particularmente curioso. Fue cuando, cínicamente, la abogada defensora de genocidas Victoria Villarruel corrió al oficialista Agustín Rossi -que se la pasó hablando en nombre de los derechos humanos y contra los represores- enrostrándole que el gobierno kirchnerista que él integraba puso al espía y criminal de lesa humanidad César Milani al frente del Ejército. La respuesta del segundo de Massa fue lisa y llanamente una mentira, que reafirma el encubrimiento y la impunidad. 
 Rossi era ministro de Defensa cuando Cristina Kirchner designó a Milani como jefe del Estado Mayor del Ejército, y según contestó “cuando aparecieron las denuncias sobre su actuación durante la dictadura militar dejamos en suspenso el tratamiento de su pliego en el Senado, y cuando esas denuncias no se fundamentaron lo ascendimos a teniente general. Milani recién fue acusado cuando nosotros nos fuimos del gobierno y en todas las causas en las que estuvo acusado salió absolutamente sobreseído”. Es decir que no solo faltó a la verdad acerca de su nombramiento, sino que incluso refrendó la defensa del genocida. 
 Lo cierto es que en 2013, cuando Milani fue ascendido por CFK al comando del Ejército, pesaban sobre él denuncias por crímenes y desapariciones cometidas durante el Operativo Independencia en Tucumán y durante la dictadura militar en La Rioja. Rossi lo sabe perfectamente, porque él mismo como ministro salió a defenderlo en enero de 2014 diciendo que las acusaciones por delitos de lesa humanidad tenían “una carga claramente política” y que el tratamiento del pliego había sido “muy politizado”. 
 Las primeras denuncias habían sido realizadas 30 años antes en la Comisión Provincial de Derechos Humanos de La Rioja. Fue por el secuestro y torturas sufridas por Pedro Olivera y su hijo Ramón Olivera a pocos meses del golpe. Ya en un informe publicado en 1987 por dicho organismo se dejaba constancia de la participación de Milani en el accionar represivo. Durante su paso como capo del Ejército se sucedieron las maniobras (incluyendo el apartamiento de un fiscal) para evitar citarlo a indagatoria en la causa que investigaba la desaparición del soldado Alberto Ledo en Tucumán en 1976, siendo que el militar fue quien falsificó un acta de deserción para encubrir su desaparición. 
 Todavía a mediados de 2015, habiendo ya renunciado Milani, organismos de derechos humanos y partidos políticos nucleados en el Encuentro Memoria Verdad y Justicia presentaron un amicus curiae ante el congelamiento del caso. Para entonces, en la previa al 24 de marzo de 2014, una audiencia pública organizada por los diputados del Frente de Izquierda había recogido incluso nuevas denuncias, como la de Verónica Matas, quien allí relató por primera vez su secuestro. Poco después se conocería además el caso del secuestro y torturas en 1976 del periodista riojano Plutarco Schaller y su hijo Oscar, militante secundario. 
 Milani recién fue juzgado en 2019 por crímenes cometidos en el centro clandestino de detención que funcionó en el Instituto de Rehabilitación Social de la ciudad de la Rioja, a cargo del Batallón de Ingenieros Constructores 141 al que pertenecía Cesar Milani. En 2022 estuvo en el banquillo de los acusados por el caso Ledo. En ambos juicios fue absuelto escandalosamente, en otro eslabón de la impunidad. 
 Este repaso no solo desmiente a Rossi, lo incrimina. Mientras compara a Villarruel con Astiz y la señala como “infiltrada contra la democracia”, él sigue encubriendo a un jerarca de los servicios de inteligencia del Ejército que participó del espionaje a las organizaciones populares en el Proyecto X bajo el gobierno de Cristina Kirchner, y duplicó el presupuesto para los espías en su paso como mandamás militar. Las coincidencias con los planteos actuales de Milei y Villarruel no son casualidad, sino la demostración de que si los negacionistas se envalentonan hoy es en buena medida porque hace ya una década que hasta el kirchnerismo perfila la política de rehabilitación política de las Fuerzas Armadas. 
 En la vereda opuesta, desde la izquierda y organizaciones de derechos humanos independientes movilizamos incansablemente con la consigna “Fuera Milani”, denunciando que era parte de una política represiva contra el pueblo. Hoy, de nuevo, se trata de ganar la calle. 

 Iván Hirsch

La Conquista del Desierto, o el Estado expropiador que reivindican los “libertarios”


Milei y Villarruel solo defienden la propiedad privada de los terratenientes y capitalistas. 
 Un genocidio contra los pueblos originarios. 

Javier Milei es un apologista de la “Argentina liberal” de fines del siglo XIX. En esta línea, Victoria Villarruel, su compañera de fórmula, reivindica la Conquista del Desierto llevada a cabo por el expresidente Nicolás Avellaneda y su ministro de guerra Julio Argentino Roca. Detrás de las posiciones de la dupla “libertaria” sobre el libre mercado y la defensa de la propiedad privada, se esconde su enaltecimiento de un régimen oligárquico que usó la fuerza del Estado para exterminar y expropiar a los pueblos originarios en beneficio de los terratenientes y capitalistas.
 La Conquista del “Desierto” fue una campaña militar desenvuelta por el gobierno de Avellaneda y más tarde continuada por el del expresidente Roca a través de la cual se aniquiló, expulsó y esclavizó a pueblos originarios (mapuche, tehuelche, ranquel, etc) para entregar las tierras de la pampa húmeda a grandes terratenientes-capitalistas. 
 Fueron exterminados miles de indígenas y se utilizó a muchísimos de los que quedaron vivos como mano de obra semiesclava (y a mujeres y niños como siervas y siervos de las familias oligárquicas). Las comunidades que sobrevivieron fueron empujadas a poblar los barrios más pobres del sur del país y/o proletarizadas forzosamente. 
 “No hubo conquista alguna sino un paseo militar a lo largo del cual se consumó una masacre, porque el Ejército argentino ya estaba dotado del rémington y cañones de retrocarga y el guerrero araucano no disponía más que de su lanza de coligue y otras armas primitivas (Prensa Obrera, 1/7/2017). 
 Avellaneda y Roca llevaron adelante una política planificada de asesinato en masa de pueblos oprimidos; se trató de un verdadero genocidio. En este plano, Milei y Villarruel son consecuentes con sus posiciones políticas moldeadas por las tendencias más barbáricas del capitalismo. Ellos también defienden, salvando las distancias, el genocidio contra la clase obrera que llevó adelante la última dictadura militar argentina. 
 Pero, a la vez, esto muestra la impostura que subyace detrás de sus planteos sobre la intervención estatal. Es que la Campaña del Desierto significó la intervención del Estado “liberal” con métodos guerreristas para expropiar la propiedad de las comunidades originarias en beneficio de oligarcas parásitos latifundistas. Milei y Villarruel solo defienden la propiedad privada burguesa. La propiedad privada de los trabajadores los tiene sin cuidado. Como producto de esta política, entre 1876 y 1930, mil quinientos terratenientes se hicieron de 41.787.000 de hectáreas. Varios de ellos recibieron entre 200.000 y 2,5 millones de hectáreas, que fueron utilizadas en gran medida para el sistema de invernada de ganado. Así, el latifundio se extendió como formación social. Asimismo, el Ejército argentino se consolidó como un factor político de primer orden en el marco de la formación del Estado nacional. También se consolidó el conventillo, en el cual migrantes vivieron hacinados. 
 Para dimensionar el atraso que resultó de los gobiernos de los próceres liberales que reivindica Milei basta comparar este caso con el de Estados Unidos, donde los pueblos indígenas también fueron arremetidos por el Estado yanqui, pero se promovió una colonización hecha por granjeros y sus familias, que recibieron tierras de 64 hectáreas, para impulsar la agricultura capitalista. En Argentina, en cambio, se entregaron las tierras a un puñado de oligarcas. 
 La clase dominante argentina expropió con métodos brutales esos territorios para terminar de incorporarse al mercado mundial como socia menor (y semicolonia) del imperialismo británico. De este proceso se fue conformando el capitalismo atrasado y dependiente que tiene Argentina hoy. 

 Continuidad 

Hoy en día, las tierras continúan estando acaparadas mayormente por un puñado de terratenientes y capitalistas, que han venido contando con el respaldo policial-militar de los distintos gobiernos democráticos de las últimas décadas. Protegen la extranjerización de las tierras en beneficio de grandes burgueses como Lewis y Benetton. Esto también se ve en la entrega de Vaca Muerta a las multinacionales.
 Es que Milei y Villarruel no son los únicos que defienden este estado de cosas; también lo hacen personajes como Massa, CFK y Bullrich. Bajo sus gobiernos, las comunidades originarias han sido fuertemente reprimidas, y en algunos casos esas ofensivas políticas terminaron con desapariciones y asesinatos de luchadores (Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, por ejemplo).
 Solo una reorganización social encabezada por la clase trabajadora puede resolver las demandas de los pueblos originarios, ya que es la única clase social dispuesta a expropiar a los capitalistas-terratenientes y terminar con el saqueo del país por parte de las potencias imperialistas. El Partido Obrero lucha por esta perspectiva. 

 Nazareno Suozzi

Organizar la lucha y votar al Frente de Izquierda


Preparan un gobierno de guerra contra los trabajadores. 

 Con la derrota del kirchnerista Jorge Capitanich en el Chaco, el peronismo perdió el gobierno de seis provincias en lo que va de las elecciones de este año. Quedan a definir tres más el 22 de octubre. Si a esto se suma que en las Paso Massa salió tercero y perdió en casi todas las provincias, lo del peronismo es una catástrofe. 
 La crisis del peronismo es más que electoral. La mayor parte de los gobernadores despegó las elecciones provinciales de las nacionales previendo que no había ningún candidato capaz de hacer que el peronismo retenga la presidencia después del desastroso gobierno del Frente de Todos, del trío de los Fernández y Massa. También pusieron candidatos propios en las listas de concejales de Milei, según confesó Berni -entre otros. 
 Barrionuevo, uno de los burócratas sindicales más repodridos, decidió pasarse con armas y bagajes a apoyar la campaña del liberfacho a cambio de que le aseguren la cartera de Trabajo y la administración de los fondos de las obras sociales. No sería el único, los vasos comunicantes entre la burocracia sindical y Milei tienden a acrecentarse. Esto es un golpe a la campaña de Massa y termina de configurar la crisis del PJ. Se podrá decir que la burocracia no se ha privado de cambios de bandos, todos recuerdan a Moyano padre aliado a Macri, pero la repetición no le quita gravedad, la acrecienta.

 Inestabilidad política en proceso 

Para recuperar la iniciativa Massa ha salido con una serie de medidas tendientes a paliar la caída de los ingresos como resultado de la devaluación del 22% del 14 de agosto y el aumento de la inflación. Algunas de ellas recogen fuertes reclamos, como la eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios, pero todo tiene gusto a poco frente al derrumbe de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población. 
 En esta crisis del PJ hay un hecho que se destaca: es el derrumbe del kirchnerismo. Perdió Santa Cruz, “su provincia”; cayó uno de sus pocos “presidenciables”, Capitanich, y lo más importante: a Cristina no le dio el cuero para presentarse. Kicillof, el mimado de la vice, decidió jubilarla cuando pidió “otra música” y la mandó al arcón de la historia junto a Perón, Evita y Néstor. El peronismo no tiene dirección y su candidato es un hombre de la embajada yanqui importado de la UCeDé. Como se ve, una crisis de fondo. 
 Juntos por el Cambio está festejando los triunfos provinciales, algunos sumamente importantes. A Jujuy, Mendoza, Corrientes y CABA, las provincias que ya gobernaba, agregó Santa Fe, Chaco, Chubut, San Luis y San Juan, y muy posiblemente sume Entre Ríos. Sin embargo este buen recuento de victorias no le augura un desempeño electoral exitoso de su candidata Patricia Bullrich. La apelación a Melconian para jugar una carta de peso -el apoyo de un sector de la patronal nucleada en la Fundación Mediterránea- la ha confinado a los planteos de una postulante al Ministerio de Seguridad o de Trabajo, dos puestos que tuvo y fracasó en ambos. 
 Pero los triunfos provinciales han abierto una crisis en Juntos por el Cambio: en la mayoría de las provincias gobiernan radicales. Si Bullrich no entra al balotaje –lo que hoy es probable- la ruptura de la alianza queda planteada; la UCR no tendría motivos para secundar a un PRO que solo gobierna CABA y que podría sumar Entre Ríos. 

 Milei “a la casta”

 Sobre esta crisis de las principales construcciones políticas patronales, resultado del fracaso de 40 años ininterrumpidos de gobiernos de quienes integran esos agrupamientos, progresa la candidatura derechista de Javier Milei, que pregona poner “punto y aparte” a un régimen que ha acrecentado el derrumbe nacional y el de los que habitan el país. Ese es su “fuerte”. 
 Pero Milei tiene un sometimiento al imperialismo yanqui. Se embloca sin tapujos con Estados Unidos en la guerra comercial, y no solo comercial, contra China; se congracia con los kelpers contra el reclamo de la soberanía argentina en Malvinas, y pregona a favor de Israel y la expulsión definitiva de los palestinos. Milei es un hombre de los fondos de inversión y el capital financiero internacional. 
 Todo esto provoca una alerta entre un amplio sector de los trabajadores que se saben víctimas del “ajuste mayor” que le aseguró al FMI, de la liquidación de derechos laborales -como la indemnización-, de la destrucción del sistema jubilatorio y de la educación y la salud públicas. En otros sectores hay un rechazo a su desprecio por los problemas ambientales, sus amenazas contra las protestas y luchas, los ataques a los derechos de las mujeres y las libertades democráticas, que su candidata a vice Villarruel se ha encargado de explicitar en su apoyo a la dictadura genocida y la propuesta de incorporar a las fuerzas armadas para intervenir en la represión interna.
 A su vez provoca alarma entre los capitalistas, e incluso el imperialismo, no por sus planteos antiobreros y oscurantistas, sino por las limitaciones de su construcción política. Por eso Milei ha empezado a negociar un futuro gobierno con todas las castas –la política, la judicial, la religiosa, la empresarial, la sindical, etc. 
 De triunfar Milei debería gobernar con provincias en manos del peronismo o del radicalismo, lo mismo las intendencias, sin mayoría en el congreso nacional, ni peso en legislaturas o concejos deliberantes; sería un hecho inédito en el régimen nacido hace 40 años.

 Crisis política espejo de la crisis económica 

La crisis política es una expresión de una crisis económica que se agudiza a pasos acelerados. Las reservas disponibles están 10.000 millones de dólares abajo, es decir, son negativas. La deuda comercial cada vez más abultada. La importación está parada. La salida con una devaluación para paliar la falta de dólares conduce a una hiperinflación. El FMI ha recibido reclamos –incluso de funcionarios del gobierno norteamericano- para que denuncie el acuerdo con Argentina por incumplimiento, lo cual no sería otra cosa que hacer lo que un sector del capital internacional –y también nacional- reclama: Argentina debe ser mandada al default y proceder a un rearmado del país sobre la liquidación de gran parte del capital actuante. Es decir, Argentina debe tocar fondo. Es esto lo que está atrás de la división que envuelve a la clase capitalista: quién paga el costo. 
 Las elecciones son parte de esta situación. Lo que es claro es que cualquiera sea el resultado lo que se viene es una política de guerra contra los trabajadores, en eso no hay división. Lo cual significa enfrentar la reacción popular, por un lado, que en América Latina –y también en Argentina- ha sido con rebeliones masivas. Por el otro, encarar la división al seno de la propia clase capitalista. Milei busca convertir la adhesión que suscita hoy en autoridad para emerger como árbitro de este proceso. Massa busca que una entrada al balotaje le permita poner en acción el aparato de contención del peronismo, hoy en crisis. 
 El resultado electoral no va a aportar estabilidad política. Cuando hablan de poner en pie un “país normal”, que “funcione”, que “vuelva a ser potencia”, lo cierto es que Milei, Massa y Bullrich buscan el voto para poner en pie un gobierno de guerra contra los trabajadores. Y es en función de ello que planteamos la intervención y organización en las calles, y el voto al Frente de Izquierda el 22 de octubre. 

 Más que nunca, lucha e independencia política 

Por eso fuimos impulsores del frente único de las organizaciones piqueteras, los sindicatos combativos, las organizaciones de lucha y los partidos de izquierda en la jornada del 14 de setiembre, para rechazar en la calle el ajuste de Massa y la derecha de Milei y Bullrich. Por eso impulsamos la organización de la lucha de la educación, por el aborto legal con una movilización el próximo 28 de septiembre y por los derechos humanos con el Encuentro Antirrepresivo que convoca el Encuentro Memoria Verdad y Justicia el 30, entre otras iniciativas. 
 Esa orientación es fundamental para que los trabajadores no quedemos presa de las presiones de los propios capitalistas y sus políticos. A pesar de las diferencias entre los candidatos, que existen, el voto a Milei contra Massa o Bullrich será utilizado para preservar la esencia -los intereses capitalistas- de un régimen de decadencia, pobreza, entrega y liquidación de las condiciones de vida. El voto a Massa contra Milei lo usarán para dar mayor respaldo al ajustador, al responsable de haber creado dos nuevos millones de pobres en un año, a un representante del capital que quiere avanzar fuertemente contra los derechos de los trabajadores, en el deterioro del ambiente y en la criminalización de la protesta; es un golpe a las luchas contra el ajuste. Lo mismo sucede con Bullrich, una enemiga jurada de los trabajadores. 
 La defensa de los trabajadores requiere ganar las calles con la lucha y ganar la conciencia popular a una alternativa y una salida obreras y socialistas, por eso intervenimos llamando a votar e impulsar el voto al Frente de Izquierda Unidad, a todos sus candidatos, a Myriam Bregman para presidenta y a Vanina Biasi para Jefa de Gobierno de CABA.

 Eduardo Salas

viernes, septiembre 22, 2023

Diego Sacchi | Trabajo y cambio climático

“¿Cuál es la opción menos mala para los trabajadores? ¿Podrían votar a Massa?"

Pablo Anino | La crisis y las propuestas

Organizar la lucha y votar al Frente de Izquierda


Preparan un gobierno de guerra contra los trabajadores.

 Con la derrota del kirchnerista Jorge Capitanich en el Chaco, el peronismo perdió el gobierno de seis provincias en lo que va de las elecciones de este año. Quedan a definir tres más el 22 de octubre. Si a esto se suma que en las Paso Massa salió tercero y perdió en casi todas las provincias, lo del peronismo es una catástrofe. 
 La crisis del peronismo es más que electoral. La mayor parte de los gobernadores despegó las elecciones provinciales de las nacionales previendo que no había ningún candidato capaz de hacer que el peronismo retenga la presidencia después del desastroso gobierno del Frente de Todos, del trío de los Fernández y Massa. También pusieron candidatos propios en las listas de concejales de Milei, según confesó Berni -entre otros.
 Barrionuevo, uno de los burócratas sindicales más repodridos, decidió pasarse con armas y bagajes a apoyar la campaña del liberfacho a cambio de que le aseguren la cartera de Trabajo y la administración de los fondos de las obras sociales. No sería el único, los vasos comunicantes entre la burocracia sindical y Milei tienden a acrecentarse. Esto es un golpe a la campaña de Massa y termina de configurar la crisis del PJ. Se podrá decir que la burocracia no se ha privado de cambios de bandos, todos recuerdan a Moyano padre aliado a Macri, pero la repetición no le quita gravedad, la acrecienta. 

 Inestabilidad política en proceso 

Para recuperar la iniciativa Massa ha salido con una serie de medidas tendientes a paliar la caída de los ingresos como resultado de la devaluación del 22% del 14 de agosto y el aumento de la inflación. Algunas de ellas recogen fuertes reclamos, como la eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios, pero todo tiene gusto a poco frente al derrumbe de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población. 
 En esta crisis del PJ hay un hecho que se destaca: es el derrumbe del kirchnerismo. Perdió Santa Cruz, “su provincia”; cayó uno de sus pocos “presidenciables”, Capitanich, y lo más importante: a Cristina no le dio el cuero para presentarse. Kicillof, el mimado de la vice, decidió jubilarla cuando pidió “otra música” y la mandó al arcón de la historia junto a Perón, Evita y Néstor. El peronismo no tiene dirección y su candidato es un hombre de la embajada yanqui importado de la UCeDé. Como se ve, una crisis de fondo. 
 Juntos por el Cambio está festejando los triunfos provinciales, algunos sumamente importantes. A Jujuy, Mendoza, Corrientes y CABA, las provincias que ya gobernaba, agregó Santa Fe, Chaco, Chubut, San Luis y San Juan, y muy posiblemente sume Entre Ríos. Sin embargo este buen recuento de victorias no le augura un desempeño electoral exitoso de su candidata Patricia Bullrich. La apelación a Melconian para jugar una carta de peso -el apoyo de un sector de la patronal nucleada en la Fundación Mediterránea- la ha confinado a los planteos de una postulante al Ministerio de Seguridad o de Trabajo, dos puestos que tuvo y fracasó en ambos. 
 Pero los triunfos provinciales han abierto una crisis en Juntos por el Cambio: en la mayoría de las provincias gobiernan radicales. Si Bullrich no entra al balotaje –lo que hoy es probable- la ruptura de la alianza queda planteada; la UCR no tendría motivos para secundar a un PRO que solo gobierna CABA y que podría sumar Entre Ríos. 

 Milei “a la casta” 

Sobre esta crisis de las principales construcciones políticas patronales, resultado del fracaso de 40 años ininterrumpidos de gobiernos de quienes integran esos agrupamientos, progresa la candidatura derechista de Javier Milei, que pregona poner “punto y aparte” a un régimen que ha acrecentado el derrumbe nacional y el de los que habitan el país. Ese es su “fuerte”. 
 Pero Milei tiene un sometimiento al imperialismo yanqui. Se embloca sin tapujos con Estados Unidos en la guerra comercial, y no solo comercial, contra China; se congracia con los kelpers contra el reclamo de la soberanía argentina en Malvinas, y pregona a favor de Israel y la expulsión definitiva de los palestinos. Milei es un hombre de los fondos de inversión y el capital financiero internacional. 
 Todo esto provoca una alerta entre un amplio sector de los trabajadores que se saben víctimas del “ajuste mayor” que le aseguró al FMI, de la liquidación de derechos laborales -como la indemnización-, de la destrucción del sistema jubilatorio y de la educación y la salud públicas. En otros sectores hay un rechazo a su desprecio por los problemas ambientales, sus amenazas contra las protestas y luchas, los ataques a los derechos de las mujeres y las libertades democráticas, que su candidata a vice Villarruel se ha encargado de explicitar en su apoyo a la dictadura genocida y la propuesta de incorporar a las fuerzas armadas para intervenir en la represión interna.
 A su vez provoca alarma entre los capitalistas, e incluso el imperialismo, no por sus planteos antiobreros y oscurantistas, sino por las limitaciones de su construcción política. Por eso Milei ha empezado a negociar un futuro gobierno con todas las castas –la política, la judicial, la religiosa, la empresarial, la sindical, etc. 
 De triunfar Milei debería gobernar con provincias en manos del peronismo o del radicalismo, lo mismo las intendencias, sin mayoría en el congreso nacional, ni peso en legislaturas o concejos deliberantes; sería un hecho inédito en el régimen nacido hace 40 años. 

 Crisis política espejo de la crisis económica 

La crisis política es una expresión de una crisis económica que se agudiza a pasos acelerados. Las reservas disponibles están 10.000 millones de dólares abajo, es decir, son negativas. La deuda comercial cada vez más abultada. La importación está parada. La salida con una devaluación para paliar la falta de dólares conduce a una hiperinflación. El FMI ha recibido reclamos –incluso de funcionarios del gobierno norteamericano- para que denuncie el acuerdo con Argentina por incumplimiento, lo cual no sería otra cosa que hacer lo que un sector del capital internacional –y también nacional- reclama: Argentina debe ser mandada al default y proceder a un rearmado del país sobre la liquidación de gran parte del capital actuante. Es decir, Argentina debe tocar fondo. Es esto lo que está atrás de la división que envuelve a la clase capitalista: quién paga el costo. 
 Las elecciones son parte de esta situación. Lo que es claro es que cualquiera sea el resultado lo que se viene es una política de guerra contra los trabajadores, en eso no hay división. Lo cual significa enfrentar la reacción popular, por un lado, que en América Latina –y también en Argentina- ha sido con rebeliones masivas. Por el otro, encarar la división al seno de la propia clase capitalista. Milei busca convertir la adhesión que suscita hoy en autoridad para emerger como árbitro de este proceso. Massa busca que una entrada al balotaje le permita poner en acción el aparato de contención del peronismo, hoy en crisis.
 El resultado electoral no va a aportar estabilidad política. Cuando hablan de poner en pie un “país normal”, que “funcione”, que “vuelva a ser potencia”, lo cierto es que Milei, Massa y Bullrich buscan el voto para poner en pie un gobierno de guerra contra los trabajadores. Y es en función de ello que planteamos la intervención y organización en las calles, y el voto al Frente de Izquierda el 22 de octubre. 

 Más que nunca, lucha e independencia política 

Por eso fuimos impulsores del frente único de las organizaciones piqueteras, los sindicatos combativos, las organizaciones de lucha y los partidos de izquierda en la jornada del 14 de setiembre, para rechazar en la calle el ajuste de Massa y la derecha de Milei y Bullrich. Por eso impulsamos la organización de la lucha de la educación, por el aborto legal con una movilización el próximo 28 de septiembre y por los derechos humanos con el Encuentro Antirrepresivo que convoca el Encuentro Memoria Verdad y Justicia el 30, entre otras iniciativas. 
 Esa orientación es fundamental para que los trabajadores no quedemos presa de las presiones de los propios capitalistas y sus políticos. A pesar de las diferencias entre los candidatos, que existen, el voto a Milei contra Massa o Bullrich será utilizado para preservar la esencia -los intereses capitalistas- de un régimen de decadencia, pobreza, entrega y liquidación de las condiciones de vida. El voto a Massa contra Milei lo usarán para dar mayor respaldo al ajustador, al responsable de haber creado dos nuevos millones de pobres en un año, a un representante del capital que quiere avanzar fuertemente contra los derechos de los trabajadores, en el deterioro del ambiente y en la criminalización de la protesta; es un golpe a las luchas contra el ajuste. Lo mismo sucede con Bullrich, una enemiga jurada de los trabajadores. 
 La defensa de los trabajadores requiere ganar las calles con la lucha y ganar la conciencia popular a una alternativa y una salida obreras y socialistas, por eso intervenimos llamando a votar e impulsar el voto al Frente de Izquierda Unidad, a todos sus candidatos, a Myriam Bregman para presidenta y a Vanina Biasi para Jefa de Gobierno de CABA. 

 Eduardo Salas

El brote del virus Nipah en India


Por qué crecen las zoonosis en el mundo.
 El brote en Kerala, India, ya dejó dos muertos 

Un nuevo brote del virus Nipah en el estado indio de Kerala despertó preocupaciones a nivel global, en un mundo que aún no ha podido superar completamente el coronavirus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye al Nipah en su listado de amenazas epidémicas. 
 El Nipah es una zoonosis, un virus originado en murciélagos que puede contagiarse al hombre a través de la saliva o excrementos de los quirópteros, o por intermediación de animales de granja. Se detectó por primera vez en criadores de cerdos de Malasia y Singapur, en 1998 y 1999, cuando causó más de cien muertos y empujó al sacrificio de millones de animales, con lo que, además de su impacto sanitario, se transformó en un problema económico y alimentario. En la India hubo cinco brotes desde 2001. Produce algunos síntomas semejantes al Covid-19, como gripe, fiebre y dolor de cabeza, pero también puede provocar encefalitis. Hasta el momento, no hay una vacuna, lo que hace aún más importante las medidas de prevención e higiene. El nuevo brote de Kerala causó, por ahora, la muerte de dos personas. 
 La India es uno de los países que resultó más afectado por el coronavirus: el segundo en cantidad de casos, detrás de Estados Unidos, y el tercero en víctimas fatales, después de Estados Unidos y Brasil, con más de 500 mil muertos reconocidos oficialmente, una cifra que podría estar adulterada. En octubre de 2021, la OMS estimó en 4,7 millones el número de muertos en forma directa o indirecta. Esta catástrofe sanitaria se relaciona con el rápido abandono de las medidas de aislamiento social por parte del gobierno de Narendra Modi, así como por las deficiencias de su sistema de salud. India es actualmente el país más golpeado por el Arcturus, una variante del Covid-19 que hacia abril era responsable de unos 3 mil casos diarios. 
 En las últimas décadas asistimos a un desarrollo notable de las enfermedades zoonóticas. La OMS calcula, por ejemplo, que en la década que va de 2011 a 2021 hubo en Africa un salto del 63% en brotes de enfermedades de este origen, respecto a la década anterior (France 24, 15/9). 
 Este crecimiento responde a un avance sobre los hábitats naturales que pone en contacto más estrecho a los hombres con animales salvajes. El desarrollo de las vías de transporte, a su vez, facilita la diseminación de las enfermedades. 
 “No solo crece la deforestación y la urbanización de los hábitats naturales de los animales reservorios de varios virus, sino que también aumentan las posibilidades de transporte y expansión. Los saltos de virus a los humanos han sucedido siempre, pero ahora no se quedan en zonas rurales sino que tienen el potencial para llegar a las ciudades: las crisis del Ébola de 2014 son un ejemplo”, explica el artículo ya mencionado.
 La expansión de la frontera agrícola, el comercio de animales salvajes, las condiciones en que son criados los animales en las explotaciones ganaderas, y el cambio climático, estimulan las zoonosis. El carácter anárquico del capitalismo, con su sed insaciable de ganancias, impulsa esta situación, que se combina con el desmantelamiento de los sistemas sanitarios, propiciando un coctel letal. La superación del capitalismo, a través de un sistema social basado en una planificación del desarrollo económico por parte de los trabajadores, en armonía con el ambiente, es un componente central para la preservación del planeta y el fin de estas enfermedades. 

 Prensa Obrera