sábado, marzo 31, 2018

"Las guerras comerciales son buenas" – Trump amenaza la frágil economía mundial



En la última semana, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump anunció su intención de aumentar los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, amenazando con iniciar una guerra comercial peligrosa con el resto del mundo. Esta podría hundir a la economía mundial en otra profunda depresión. Los comentarios recientes de Trump en Twitter constituyen nada menos que una declaración de guerra comercial - del país capitalista más poderoso del mundo.
Estos no son tweets vacuos. Son extremadamente graves y también extremadamente peligrosos para la economía mundial. Esta disputa podría escalar fácilmente y sumir al mundo capitalista en una depresión profunda, como en la década de 1930. Los inversores y los gobiernos están nerviosos, por expresarlo suavemente.
Así, en un tweet del pasado 2 de marzo, Donald Trump dijo:
“Cuando un país (EEUU) está perdiendo muchos miles de millones de dólares en el comercio con prácticamente todos los países con los que hace negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar. Por ejemplo, cuando tenemos un déficit de $100 mil millones con cierto país y se hacen los listos, no comerciamos más; y nosotros a ganar a lo grande ¡Es fácil!”
Después de todo, no fue el Crash de Wall Street el causante de la Gran Depresión, sino la introducción de políticas y aranceles para empobrecer al vecino lo que llevó a las guerras comerciales. Esto a su vez, fue lo que causó un colapso sin precedentes en el comercio mundial, que sólo encontró una solución con la Segunda Guerra Mundial.
Hemos explicado repetidamente que hemos entrado en un período convulsivo con cambios bruscos y repentinos El desafío de Trump es otro ejemplo de esto.

Trump está jugando con fuego

Trump está jugando con fuego, pero esto no es nada nuevo. El aumento previsto en los aranceles del 25 por ciento en las importaciones de acero y del 10 por ciento en las de aluminio invitará a tomar represalias a otros países, incluidos China y la Unión Europea. Canadá, Brasil, Corea del Sur y México sufrirán el mayor golpe. Trudeau dijo que la medida era “absolutamente inaceptable" y prometió represalias. Wang Hejun, un funcionario del Ministerio de Comercio de China dijo que la imposición de aranceles por tales motivos era una insensatez:
"El espectro de la seguridad nacional es muy amplio y sin una definición clara podría fácilmente llevar a abusos. Si al final la decisión de los Estados Unidos perjudica los intereses de China, sin duda tomaremos las medidas necesarias para proteger nuestros legítimos derechos."
Trump respondió diciendo que impondría tarifas aún más elevadas. China, que posee la mitad de la producción de acero del mundo, también se ve afectada por la sobreproducción y el exceso mundial de acero por lo que está tratando de desprenderse de éste en los mercados mundiales a precios bajísimos. Esto está golpeando a los EEUU. Algunos en los EEUU, como es lógico, se oponen a tal 'dumping'; mientras que Europa ya impuso dos docenas de medidas antidumping contra las exportaciones de acero de China.
Pero las implicaciones del comportamiento de Trump tienen un mayor alcance. Trump está amenazando con derribar todo el sistema de comercio mundial construido desde la guerra.
¡No es extraño que el anuncio haya hundido las bolsas de todo el mundo! Wall Street en el momento de escribir, sufrió la cuarta caída consecutiva

Mendigar a tu prójimo

El anuncio de Trump va mucho más allá de las tarifas impuestas a las lavadoras y paneles solares, según lo propuesto en enero. Ha invocado la seguridad nacional como la base de nuevas barreras comerciales. Trump parece referirse realmente a los negocios:
En otro tweet, Donal Trump expresó:
“Debemos proteger a nuestro país y nuestros trabajadores. Nuestra industria del acero está en mal estado. ¡SI NO TIENES ACERO, NO TIENES UN PAÍS!”
Este era un compromiso para cumplir sus promesas de campaña en defensa de los trabajadores y de la industria de los Estados Unidos de la injusta competencia extranjera.
La reacción fue predecible. Cecilia Malmström, comisionada de comercio de la UE, dijo que la Unión Europea no tiene más remedio que impugnar esos aranceles e imponer los suyos propios y otras medidas de represalia. “Nos arriesgamos a ver un efecto dominó peligroso a partir de esto", dijo. “No me gusta usar las palabras 'guerra comercial', pero no veo cómo [las acciones de EEUU] no puedan interpretarse como parte de un comportamiento bélico", dijo Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea. Él sugirió que podrían afectar a productos estadounidenses como las motocicletas Harley-Davidson, el whisky bourbon y la ropa vaquera. Los funcionarios de la UE elaborarán una lista de hasta 2.800 millones de euros que abarcan a más de 100 bienes estadounidenses que podrían sufrir represalia, que incluirá acero de EEUU y productos agrícolas como arroz, maíz, zumos de naranja y arándanos. Estos entrarían en vigencia dentro de los 90 días posteriores a la aplicación de cualquier tarifa de los EEUU. Roberto Azevêdo, director general de la OMC, advirtió que el mundo corría el riesgo de caer en una guerra comercial. “El potencial de escalada es real", dijo. "Una guerra comercial no interesa a nadie”.
"Pero seamos claros: nadie ganaría una guerra comercial", explicó Ben Inker de GMO.

Daño, inflación e incertidumbre

El FMI lanzó una declaración instando a la calma. “Las restricciones de importación anunciadas por los Estados Unidos probablemente causen daños no sólo fuera de los EEUU sino también a la misma economía de los EEUU, incluidas sus manufacturas y en la construcción, que son los principales usuarios de aluminio y acero", dijo Gerry Rice, portavoz del Fondo.
"Esto realmente podría ser un gran problema", dijo Brad McMillan, director de inversiones para la Red Financiera de la Commonwealth. “El efecto neto de los aranceles... será el daño económico, mayor inflación y mayor incertidumbre geopolítica".
Electrolux, el mayor fabricante de electrodomésticos de Europa, dijo que estaba suspendiendo $ 250 millones de inversión en una fábrica de cocina en Tennessee que había anunciado en enero."Estamos preocupados sobre el impacto que las tarifas podrían tener en la competitividad de nuestras operaciones estadounidenses", afirmó la compañía sueca.
Ivan Scalfarotto, un alto funcionario comercial italiano, dijo: “Esto no tiene justificación... y está perjudicando a la economía mundial”, apuntando a los € 4.800 millones en acero que Italia exportó a EEUU en 2017, así como a los € 1.000 millones en aluminio. “Nuestros productores no están contentos y tienen razón de no estarlo. Pero esto no se trata sólo de proteger nuestro interés nacional, se trata de proteger nuestras reglas."
El Instituto Americano del Hierro y del Acero dijo que estaba “complacido" con el anuncio de las tarifas. “The Aluminium Association” dijo que “apreciamos" el compromiso del presidente de ayudar a la industria.

América primero

Pero Trump no está preocupado por los efectos en otros países. Él sólo está preocupado por los intereses estadounidenses, tal como él lo ve. Su lema es 'América primero' y al infierno el resto del mundo. Como él dijo: “Las guerras comerciales son buenas".
En sus primeros días en el cargo, vetó la Asociación Trans-Pacífico, el mayor acuerdo comercial en una generación. Tiene la intención de revisar el TLCAN, el “peor acuerdo en la historia".
En junio de 1930, el presidente Hoover promulgó la Ley Smoot-Hawley que impuso aranceles contundentes a los productos importados. Canadá y Europa tomaron represalias con la introducción de aranceles proteccionistas, que sirvieron para profundizar la Depresión, a medida que el comercio mundial colapsaba.
Claramente, dada la intensificación del comercio mundial desde entonces, las consecuencias de una guerra comercial hoy son mucho peores que en la década de 1930. Todos los países están inextricablemente unidos a la cadena del capitalismo mundial. Todos los países están subordinados al mercado mundial.
Trump fue elegido al prometer “volar el sistema", y podría estar en camino de hacerlo. Si se lo desafía con una demanda en la OMC, Trump podría decidir ignorarla. Esto, a su vez, ayudaría a socavar toda la base del comercio internacional.
La administración estadounidense dijo que 2018 sería el año en que acumularía tropas comerciales en las murallas. Esto es material peligroso.

El mundo se desploma

"Hoy es un gran día para Estados Unidos", declaró Peter Navarro, autor de “Muerte a manos de China”, que actúa como asesor comercial del presidente. "Ese es el genio de Trump", dijo.
El anuncio también está relacionado con la guerra civil en relación a la política comercial dentro de la Casa Blanca, donde los aislacionistas están ganando terreno. Esto no tiene precedentes.
Por lo tanto, es probable que veamos una mayor escalada de las tensiones globales. Hemos ingresado en un territorio donde las luces rojas parpadean. Cegado por su propio “genio", Trump está siendo impulsado a una guerra comercial como nunca antes habíamos visto desde la década de 1930.
Estas acciones pueden convertirse en el catalizador de una recesión mundial. Han pasado diez años desde el comienzo de la recesión mundial de 2008, que fue la más profunda desde la década de 1930, y todavía nos afecta en la actualidad.
Sobre la base de un ciclo comercial de diez años, estamos a punto para otra recesión en breve. El momento exacto es difícil de predecir, si no imposible, ya que hay muchos factores involucrados. A esto hay que sumar que el sistema capitalista ha llegado a sus límites y se ha agotado claramente. La presente 'recuperación' es la más débil de la historia. Este es un síntoma de su declive terminal.

Sobreproducción

El sistema capitalista ha estado sujeto a crisis periódicas de sobreproducción, donde el limitado poder adquisitivo de las masas entra en colisión con la expansión cada vez mayor de las fuerzas productivas.
Los capitalistas superan esta contradicción invirtiendo las ganancias del trabajo no pagado a la clase trabajadora [la Plusvalía]. Esto sirve para expandir el mercado. Sin embargo, el aumento de la inversión simplemente da como resultado una mayor capacidad productiva y una mayor producción de productos básicos para su venta. Como el capitalismo está motivado por la maximización de las ganancias, la caída de las ventas tendrá como resultado la caída de las ganancias, lo que provocará una crisis.
Como explicó Marx en El Capital (volumen 3):
"La causa última de todas las crisis reales sigue siendo la pobreza y el consumo restrictivo de las masas en comparación con la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas de tal manera que sólo el poder absoluto del consumo de la sociedad sería su límite".
Por lo tanto, en última instancia, la causa de la crisis capitalista es la sobreproducción y el limitado poder adquisitivo de las masas.
Por supuesto, hay muchas otras contradicciones inherentes al sistema capitalista, pero la tendencia a la sobreproducción es la principal.

Sentados sobre montañas de dinero

Una de las principales consecuencias de la caída de 2008 fue el rescate del capitalismo por el Estado. Esto también significó la introducción de la austeridad en todas partes. Sin embargo, los recortes en los niveles de vida experimentados por la clase trabajadora también significaron un recorte en el mercado para los capitalistas.
Esta “falta de demanda" tuvo un efecto de reducción de la inversión. ¿Por qué invertir cuando no se puede usar la capacidad que ya se tiene?
Por lo tanto, a pesar de las tasas de interés históricamente bajas y la abundancia de dinero barato, no ha significado una mayor inversión por parte de las grandes empresas. Gran Bretaña, está sentada en una montaña de efectivo de 700 mil millones de libras. Donde invierten dinero es en ganancias improductivas. Las empresas han estado comprando sus propias acciones para engordar sus precios. Los accionistas se hacen más ricos, pero no han hecho nada socialmente útil.
Los capitalistas se han convertido en una clase parasitaria de rentistas. Quieren ganar dinero no por medios productivos sino simplemente a través de la especulación. Las inversiones rentables en la producción se han agotado a medida que el “exceso de capacidad" se generaliza. ¿Por qué molestarse en producir, cuando se puede ganar más dinero con el manejo de arriesgados activos financieros?
Los administradores de activos operan como los buitres del capitalismo, apoderándose de las compañías, despojándolas de sus activos y arrojando a los trabajadores al paro. La centralización y concentración del capital continúa a medida que las adquisiciones se vuelven endémicas.
Una pequeña élite mueve su capital alrededor del mundo al capricho de la clase multimillonaria, lo que le da al proceso un carácter aún más convulsivo e impredecible. El capitalismo monopolista, donde un puñado de corporaciones gigantes domina la economía mundial, ha llevado a la sociedad a un callejón sin salida.

Ahogados en deudas

Se suponía que los gobiernos y los bancos estaban reduciendo los niveles de deuda, que se habían vuelto peligrosamente altos. Pero con dinero barato, los niveles de deuda han seguido aumentando.
El stock total de la deuda soberana de los países de la OCDE ha aumentado de 25 billones de dólares en 2008 a más de 45 billones este año. La relación deuda / PIB en la OCDE promedió el 73 por ciento el año pasado, y sus miembros debieran tomar prestados 10,5 billones de libras de los mercados este año. Debido a que gran parte de la deuda acumulada después de la crisis financiera se prevé que venza en los próximos años, las naciones desarrolladas tendrán que refinanciar el 40% de su saldo de deuda total en los próximos tres años, dijo la OCDE. Esto conducirá a una mayor turbulencia.
William White, presidente del comité de revisión económica y de desarrollo de la OCDE, escribió:
"La política monetaria global ha sido 'ultra fácil' durante muchos años. Sin embargo, está quedando claro que ahora está atrapada en una trampa de la deuda producto de su propia creación.
"Simplemente cruzando los dedos y rezando para que 'nunca llegue a suceder' parecería imprudente, por decir poco.
"Continuar en el camino monetario actual es ineficaz y cada vez más peligroso. Pero cualquier reversión también implica grandes riesgos. Se deduce que las probabilidades de que otra crisis explote continúan aumentando”.
Incluso algunos estrategas del capital son conscientes de que se avecina otra crisis. Pero no tienen salida. Hagan lo que hagan estará mal. Aumentar las tasas de interés, como algunos están haciendo, hará que la carga de la deuda sea intolerable. Aquellas empresas que dependen de crédito barato se hundirán. Esto en sí mismo podría precipitar una nueva depresión.
“Esta necesidad de acción preparatoria se amplifica, dado que nuestro alcance para reaccionar con políticas macroeconómicas anticíclicas ahora es limitada”, continúa White.”Estas políticas pueden desatar el desorden que deseamos evitar. Mucho mejor prepararse para lo peor, incluso cuando esperamos lo mejor”. (Financial Times, 18/2/18)

Capital ficticio

"La esperanza brota eterna en el pecho humano", dijo Shakespeare. Los capitalistas se aferran a falsas esperanzas ya que no hay forma de evitar las contradicciones del sistema capitalista. Sin embargo, es más bien como el fantasma omnipresente de Banquo en Macbeth que los persigue.
Todo apunta a una enorme depresión. Al igual que antes del colapso de 1929 o de la recesión de 2008, vemos un 'mercado alcista'. Los mercados actuales se han ido por las nubes y no se corresponden con la realidad económica.
En términos de la relación precio / ganancias ajustada cíclicamente de Robert Shiller, las valoraciones de la bolsa estadounidense son tan altas como en 1929. “Esto debería ser un motivo de preocupación, no de jactancia", escribió Martin Wolf en el Financial Times.(30/1/18)
El mercado de valores se basa en gran medida en el capital ficticio, que son valores no respaldados por la riqueza real. Está impulsado puramente por la especulación, como en el pasado. Las obligaciones garantizadas por deudas [apalancamiento] y otras “armas financieras de destrucción masiva" de la crisis anterior han resurgido, esta vez con explosivos más peligrosos.
Las deudas están aumentando, mientras que los salarios reales están estancados o cayendo. Las ganancias corporativas son saludables, pero los salarios se reducen y la producción es plana. Han hecho todo lo posible para extraer al máximo las últimas ganancias del trabajo no pagado a la clase trabajadora. La inversión en la industria está estancada. Después de todo, la 'recuperación' ha durado nueve años y no tiene mucho más recorrido.

En el filo de la navaja

Cualquier accidente puede desencadenar una depresión. Y cuando llegue, será contagiosa. Será un acontecimiento mundial. La globalización simplemente significará una crisis globalizada. Todos los valores ficticios acumulados en la última década serán destruidos a medida que los mercados bursátiles colapsen a nivel mundial. Esto tendrá un efecto dominó en la economía real, ya que la producción se detendrá y el crédito se agotará.
Cuando Estados Unidos introdujo la Ley Smoot-Hawley en 1930, principalmente para proteger la agricultura estadounidense, la caída ya estaba en marcha. Sin embargo, las restricciones impuestas a la agricultura tuvieron resultados devastadores en Europa Central. Estas economías se habían endeudado hasta las cejas con los bancos franceses y británicos. Cuando dejaron de pagar, provocaron una crisis bancaria que causó bancarrotas en los Estados Unidos.
Con los aranceles impuestos por otros países, todo escapó fuera de control. Los gobiernos se lanzaron a una devaluación competitiva para mantener su participación en el mercado menguante. La depresión había producido rivalidades en todas partes. Fue esto lo que convirtió una caída en un colapso del comercio mundial y en la Gran Depresión.

El sistema está quebrado

Todo esto refleja el callejón sin salida del sistema capitalista. La propiedad privada de los medios de producción, junto con el Estado-nación, se han convertido en barreras gigantescas para el desarrollo económico.
La última recesión de 2008 representó un punto de inflexión fundamental. Marcó el comienzo de una época de crisis, turbulencia y agitación. Introdujo austeridad y ataques masivos contra la clase trabajadora. Este es el significado de la crisis capitalista. El sistema ya no puede permitirse las reformas del pasado. Las contrarreformas están en el orden del día.
Esto ha resultado en una reacción violenta contra el capitalismo. Existe una creciente ira y amargura en la sociedad dirigida contra los ricos y miembros de la clase dominante. Esto explica la enorme polarización de clase dentro de la sociedad. El viejo orden se está desmoronando y los partidos capitalistas están en crisis.
Esto explica el apoyo al Partido Laborista y a Corbyn, quienes parecen ofrecer una alternativa. Marx explicó que el Viejo Topo de la Revolución excavaría su camino bajo tierra y que al final irrumpiría en la superficie.
Una nueva depresión del capitalismo y una posible nueva Depresión tendrán efectos devastadores, mucho más salvajes que en el período anterior. Millones se politizarán mientras buscan una salida a la crisis.
Todos los intentos de parchear el sistema capitalista estarán condenados. No hay salida para la clase trabajadora sobre la base del capitalismo.
Sólo una economía planificada socialista, bajo el control democrático de la clase trabajadora, puede ofrecer una salida real y duradera. Sólo si abolimos el afán de lucro y la tiranía de la “economía de mercado" podremos usar el talento y los recursos de la sociedad para el bienestar de todos.
Las amenazas de Trump personifican la crisis del sistema. Si cumple con sus amenazas de imponer elevados aranceles, entonces pueden cumplirse todos los presagios siniestros. Como en la década de 1930, el sistema capitalista descenderá en una espiral descendente catastrófica. Sólo la transformación socialista de la sociedad puede salvar a la humanidad de semejante desastre.

Rob Sewell

Brasil: La crisis en el Estado burgués y el asesinato de Marielle



De repente, pero sólo de repente, parece que todo el mundo está hablando de lo mismo: la muerte de Marielle Franco es inadmisible, es necesario defender la democracia. Pero las apariencias pueden ser engañosas y detrás de la aparente unanimidad, hay una brecha insalvable.
Marielle, militante del PSOL [Partido del Socialismo y la Libertad] y concejal de Río de Janeiro, acababa de ser elegida portavoz del Comité de la Comisión de la Cámara Municipal para investigar y analizar la intervención estatal hecha por medios militares, de la seguridad en Río de Janeiro. Ella denunció los abusos que se cometían por la Policía Militar (PM), en particular, por uno de los batallones que ganó la fama del batallón que más mata en Río.
Y poco después de que las denuncias se incrementaran, ella fue ejecutada por un francotirador con "experiencia", según la policía civil. Las multitudes que salieran a las calles a protestar gritaron, como todos los periódicos informaron, "Marielle presente". Sin embargo, dos de los gritos lanzados por la multitud fueron duramente criticados por los periódicos burgueses que cínicamente piden investigar los hechos: "Fuera Temer" y "Por el fin de la intervención militar." Y otro grito, que desaparece de casi todos los periódicos (sólo hay una referencia en la Folha de Sao Paulo, dentro del artículo), ya fue popularizado desde las manifestaciones de 2013: "¡No acabó! ¡Tiene que acabar! ¡Quiero que el fin de la policía militar".
Sí, detrás de la aparente unanimidad de las denuncias de las muertes de negros y residentes de las favelas, de la criminalidad que sólo hace aumentar, la vieja lucha de clases sale a la escena y hace su entrada en el dolor y en la revuelta: Quiero el final de la policía militar - el aparato del gobierno que reprime y mata generalizadamente a los que se manifiestan.
Durante las manifestaciones de 2013, un grito se oía en las plenarias y asambleas de estudiantes: "en los cerros, las balas son de verdad, no son de caucho". Y mientras los periódicos destacan las muertes "en el asfalto", en los cerros la represión se desata fuerte contra los trabajadores y la población más pobre.
El ejemplo típico es el de la Villa Kennedy, creada a partir de favelas desplazadas del centro de la ciudad, con financiación de la "Alianza para el progreso" del imperialismo norteamericano. La favela siempre fue un lugar de miseria y, con la expansión del narcotráfico, pasó a ser un lugar muy interesante para ese tipo de negocio. Y el Ejército, encargado de la seguridad, resolvió que la favela sería un laboratorio para experimentar cómo se daría la represión. Día tras día, ellos iban, retiraban los mostradores del narcotráfico, fotografiaban a los moradores, comprobaban los documentos, desaparecían por la noche y el narcotráfico volvía. Al día siguiente, la misma escena.
Hasta que el ayuntamiento dirigido por el Obispo Crivela de la Iglesia Universal resolvió "ayudar" a los favelados. Mandó fiscales que llegaron y destruyeron todo el comercio "ilegal". Esto quiere decir, los residentes que trabajaban duro de sol a sol, vendiendo café, pastel, o cualquier otra cosa, vieron sus establecimientos destruidos. Y el Ejército estaba allí cuidando de la seguridad de los "fiscales".
¿Todo en la legalidad? Si fuera en la Zona Sur, los fiscales llegarían educadamente, multarían al establecimiento y darían un plazo para que el dueño recurriera o retirara sus bienes. Pero, el pobre es pobre, el proletario es proletario, la burguesía (aunque sea pequeña) es burguesía, y el trato es diferente. El rigor más allá de la ley se abate sobre los proletarios.
De repente, no más que de repente, ¿una concejal cumple su papel y denuncia la violencia del Estado? ¿Cómo es eso? ¿Cómo eso es posible? En Río, ciertamente eso no es posible y la concejal del PSOL es ejecutada por cumplir su papel. La burguesía entra en shock.
El Estado de Río sufre con la privatización de los servicios públicos, especialmente el de salud, donde puestos y hospitales funcionan gracias a contratos con empresas que gestionan todo: contratan médicos, enfermeros, auxiliares, limpieza y seguridad y compran los medicamentos, ropa de cama, los alimentos. En los periódicos a menudo aparecen las denuncias de contratos no cumplidos, contratos millonarios o de médicos, enfermeros y auxiliares trabajando sin recibir salarios.
Las concesionarias de carreteras consiguen exenciones de impuestos. El metro es una concesión privada, pero para comprar nuevos vagones o ampliar las líneas el que invierte es el Estado. En otras palabras, el gobierno aporta todo: línea, estaciones, vagones, y la concesionaria sólo se queda con el beneficio.
En el sistema de jubilación de los empleados públicos, una farsa gigantesca. Como el Instituto de Previsión está con deudas, todos los ingresos del Estado con los royalties de petróleo se dan en garantía para un préstamo hecho a un banco de EE.UU. que deposita mensualmente la cantidad a pagar a los jubilados... o no. El resultado es que el dinero que podría ayudar al pueblo en salud, educación y transporte va directo a los Estados Unidos.
La seguridad en las calles de la Zona Sur y Centro se garantiza mediante contratos llamados de Lapa Legal, Centro Legal, Copacabana Legal, donde los comerciantes locales pagan a los policías fuera de servicio para que patrullen los barrios, con armas, esposas y uniformes cada uno diferente del otro.
La Guardia Municipal tiene una actuación en la que los camellos huyen, porque cuando son atrapados el resultado es siempre la pérdida de mercancía, sin recibo o documentación, que puede engordar a los guardias o puede simplemente ser revendida a otro camello protegido.
Los autobuses de la familia Barata, los microbuses, las furgonetas controladas por milicias, sirven para enriquecer los bolsillos de empresarios que no pagan impuestos mientras el pueblo sufre en los "quentones" y los conductores trabajan en días de 40°C a la sombra con el motor del autobús hirviendo a su lado. Los proletarios mueren temprano en estas condiciones insalubres, sufren con asaltos y robos en sus autobuses, mientras los dueños de las empresas se casan y bautizan a sus hijos en ceremonias que salen en las columnas sociales, generalmente en los salones del Copacabana Palace.
Y, para completar, el Carnaval. Todos bailan, y bailan principalmente los altos dignatarios del país y del Estado, confraternizando con "bicheros" y con traficantes de drogas que controlan el desfile de las escuelas de samba y se atreven a mostrarse a la luz del día, aunque contra ellos existan autos de prisión. Después de todo, todo es Carnaval y la policía no se acordará de arrestar al padrino de la escuela de samba ¡justo en día de fiesta! Y todo sigue maravilloso, mientras que en los cerros el pueblo sufre, muere de enfermedades, de desesperación, bajo las balas de policía y de los traficantes, donde nunca se sabe quién es quién y es mejor quedarse callado antes que morir.
Y como Marielle no se calló frente a las muertes y abusos en los cerros, ella murió. Murió a manos del aparato de Estado, murió como mueren los trabajadores en los cerros, murió y el mundo se cayó, porque los gobernantes sintieron que tal vez habían ido demasiado lejos.
La TV Globo, en la noche del día 14 no se decidía a dar la noticia. El fútbol se extendió hasta donde no daba más. El locutor anunció que entraría el noticiero y luego el reality show BBB, pero cortó y sin ningún comercial comenzó el BBB. Nada de noticias. Media hora después, la orden de cómo dar la noticia vino de arriba y fue cumplida: Marielle fue ejecutada y puede haber sido la banda podrida de la policía.
Al día siguiente, editoriales de los principales diarios burgueses condenaron la ejecución y, el Estado de São Paulo advirtió que ese no debe ser el camino a seguir. La burguesía tiene claro que no puede llevar la lucha de clases a una guerra civil. Eliminar físicamente a los líderes populares en la actual situación política nacional e internacional, antes de convertir a Brasil en una Colombia (donde ya ocurrió que miles de líderes políticos y sindicales han sido asesinados), haría estallar una revolución en Brasil. La burguesía prefiere que la lucha de clases continúe expresándose a través de la vía institucional, donde ella tiene el control, define las reglas, etc. Esta ejecución fue un salto en la oscuridad, organizada y promovida por un sector del aparato de represión sin el apoyo de las fracciones dominantes de la burguesía nacional. Es por eso que los principales órganos de prensa burgueses adoptaron ese tono.
Entonces la indignación estalló en el país, con actos en las principales capitales, donde la exigencia central era el fin de la PM. Y los periódicos transmitieron, informaron de las manifestaciones y omitieron la consigna. Pero se hizo hincapié en destacar la "defensa de la democracia", la importancia de la concejal que defendía a los negros, las mujeres, los gays, etc.
En San Pablo la indignación con la Reforma Previsional del Ayuntamiento y con la represión en la Cámara de los Concejales, se unió a la rabia por el asesinato de Marielle. Más de 100.000 en las calles, reuniendo a profesores, empleados municipales, trabajadores y jóvenes que juntos cantaban por el fin de la PM y de la represión.
En Río, el acto empezó con el velatorio de Marielle y del conductor Anderson, en la Cámara de los Concejales, en el centro de la ciudad, a las 11 de la mañana bajo el sol abrasador. También el coro se repite pidiendo el fin de la represión y de la PM. Un acto convocado frente a la Asamblea Legislativa, otro frente a la Candelaria y el pueblo que toma las calles pasa por encima de cualquier división y empuja a todo el mundo de vuelta a Cinelândia. El tránsito para en el centro de la ciudad y la PM no tuvo coraje de aparecer o reprimir. El pueblo tomó las calles, indignado, desde la mañana hasta la noche. Decenas de miles participaron, imposible contar entre los que llegaron a las 11 de la mañana y se fueron más temprano, y los que llegaron más tarde y hasta las 8 de la tarde el movimiento continuaba: unas personas llegaban y otras se iban, cansadas, pero con la certeza de que participaron en la lucha y que nuevas luchas vendrán. La burguesía puede gritar en sus periódicos, sus radios y televisiones contra el pueblo que gritaba "Fuera Temer" e intentar ocultar los gritos de "PM asesina". Pero el pueblo estaba allí, ellos aprendieron y ellos volverán. La lucha enseña mucho más que millares de manuales.
El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), todos se pronunciaban en defensa de la democracia y decían que las ideas de Marielle no podían morir. Hasta el semi-presidente que se sienta en la silla del Palacio del Planalto, Temer, vino a hablar en defensa de la democracia. Sí, todos juntos, en tanto que sólo queremos "limpiar la barbarie", cortar la banda podrida y olvidar los gritos de los jóvenes y oprimidos.
En la propia izquierda, las entrevistas y discursos recuerdan en todo momento la "defensa de la democracia". La Esquerda Marxista destaca, como un punto fuera de la curva, pero un punto que se conecta inmediatamente con todos los trabajadores y jóvenes, y con la nota de la Asociación de Jueces para la Democracia:
“Las muertes de Marielle y Anderson fueron, hay que repetirlo, muertes de odio, de odio a la democracia. La falsa democracia brasileña permite que una persona como Marielle sea elegida, pero no que exista y mucho menos que resista. Por la real posibilidad de la participación de agentes estatales en el exterminio de Marielle y Anderson, y sus familias y amigos: la AJD, Asociación de Jueces para la Democracia, exige una investigación independiente”.
Sí, es lo mínimo que se puede exigir. Al final, mientras las fracciones de la burguesía se debaten para decidir si será la Policía Civil, la Policía Federal o la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) quien va a comandar las investigaciones, cuando las fracciones del propio aparato de Estado se preguntan cuál es el tamaño del corte que va a permitir cesar el cuestionamiento del propio Estado sin desmontar demasiado el aparato represor, ¿cuál es la mejor forma de conducir todo eso? La AJD coloca el dedo en la herida: ¿cómo es posible aceptar que los responsables del crimen sean los mismos que van a determinar el crimen? En realidad, todo el aparato represivo del Estado sólo se orienta a defender la propiedad privada de los medios de producción, sirve para atacar a los trabajadores y jóvenes, pero no garantiza la seguridad de nadie (las 60 mil muertes anuales por bala lo demuestran).
La vida es dura para los jóvenes de las periferias, para los hijos de la clase proletaria. Desempleados, víctimas de una política de encarcelamiento masivo, asesinados en su día a día, tengan o no conexión con cualquier tipo de tráfico. El ejemplo de los estudiantes y trabajadores ejecutados por la policía, el joven que enseñaba en la iglesia, muestran muy bien que el aparato sabe distinguir la ropa y el color: se mata más negros y pobres. La muerte de Marielle muestra que cuando se logra tener un mínimo de voz para denunciar eso, usted entra en la lista de los marcados para morir.
La burguesía no puede en modo alguno modificar a fondo su aparato represor. En medio de una operación de renovación en la política (Operación Lava Jato) que intenta colocar a políticos "más baratos" como conductores del proceso, ahora se enfrenta a la revuelta popular. Por eso la Red Globo decide dedicar el 80% de su noticiero en el horario de máxima audiencia a la muerte de Marielle, por eso hace un clip de un minuto de homenaje a Marielle. Y los periódicos, los comentaristas de radio y TV, critican a los que gritan "Fuera Temer" en las manifestaciones, a los que gritan contra la intervención en Río, y queriendo que todos se encuadren en la defensa de las instituciones podridas de la Nueva República.
Nuestro papel, como marxistas, comunistas del PSOL, es explicar. Explicar que la violencia de este Estado en crisis no va a disminuir, sólo tiende a aumentar. Que las convulsiones aumentarán y que sólo la autoorganización de los trabajadores, en comités de autodefensa puede ofrecer alguna perspectiva de defenderse de los traficantes de drogas y de la policía. En el ínterin, mientras no sea posible construir los comités, mientras esta discusión tenga que aflorar, es necesario exigir lo mínimo que gritan los manifestantes: ¡Por el fin de la Policía Militar! ¡Investigación independiente y castigo a los culpables! ¡Fin de la Intervención en Río, Fuera Temer y Pezão!

Esquerda Marxista (CMI-Brasil)

¿Cómo se prepara Cuba para “vivir sin Castro”?



Basado en un texto de Iroel Sánchez - Blog "La pupila insomne" / Al Mayadeen.
“Cuba se prepara para vivir sin Castro”, leemos como mensaje clonado en toda la prensa corporativa. Y es que el próximo 19 de abril, la recién electa Asamblea Nacional elegirá al nuevo presidente o presidenta del país, que –ciertamente- ya no se apellidará Castro. Edición: Ana Gil

CNN no pudo callan ni manipular a valiente periodista defensor de la Revolución... en Miami



En la reciente entrevista a Edmundo García, periodista cubano de izquierdas residente en EEUU, la CNN no calculó bien. No contó con su magistral manejo del formato y los tiempos televisivos, que le permitieron convertir el espacio marginal ofrecido por un gran medio a las opiniones favorables a la Revolución cubana, en un concentrado informativo de altísima densidad política. Algunas de las palabras de García que tuvo que digerir el presentador de CNN: "¿Quién ha convertido a Yoani Sánchez en una persona relevante? La CNN, los premios que le dan a través de la USAID, el Grupo Prisa... Realmente es una declaración de guerra fría lo que llevan a cabo los medios internacionales en relación a la política cubana. El Gobierno cubano no le hace el juego a la bobería y a la subversión, da la respuesta en el día y hora que entiende, y esa es la razón por la cual ustedes quizá no reciben más atención: por falta de profesionalidad, muchas veces por falta de ética, por tergiversaciones..."

El “Régimen” no cae, el socialismo en Cuba sigue su camino

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca dio al traste con una nueva política del nuevo gobierno de EE.UU hacia Cuba. El nuevo presidente, el 16 de junio de 2017, en Miami, destruyó de un plumazo todo el camino que ya se había alcanzado en la última etapa de la administración de Barack Obama.
Después de los pronunciamientos de Mario Díaz-Balart y Marco Rubio, quienes ejercieron más presión en la aplicación de políticas agresivas contra Cuba, seguidamente, el auditorio reunido en el Teatro Manuel Artime, escuchó las palabras del presidente Donald Trump: “Estoy cancelando todo el acuerdo bilateral del último gobierno. Estoy anunciando una nueva política, como prometí durante la campaña, y firmaré ese contrato en esa mesa en solo un momento… Aplicaremos la prohibición sobre el turismo. Aplicaremos el bloqueo”, y poco después firmó el memorando y derogó la directiva presidencial emitida por Obama para la normalización de las relaciones entre ambos países.
Las palabras del presidente norteamericano recuerdan a las instrucciones que el Secretario de Guerra de ese país, Mr. J. G. Breckenridge escribió al Mayor General Nelson A. Miles, jefe del Ejército norteamericano, quien llevó la contienda contra Cuba hace 119 años: “Debemos concentrar el bloqueo, de modo que el hambre y su eterna compañera la peste, minen a la población civil y diezmen al ejército cubano.”
Desde enero de 1959 no han faltado todo tipo de agresiones contra el pueblo cubano. El muestrario va desde el amparo a delincuentes y asesinos del régimen batistiano, infiltración de agrupaciones criminales, disparos con armas de fuego contra la población civil costera, entrenamiento y financiación de bandas terroristas cuyos actos han causado la muerte a 3478 personas y la discapacidad de otros 2099; organización y planificación de atentados contra la economía cubana, puesta en marcha de programas de incentivo a la deserción en sectores estratégicos, ataques biológicos a la agricultura y población cubanas, financiación a programas de subversión ideológica y para impulsar la oposición (mal llamados “disidentes”) que residente tanto dentro como fuera de Cuba, hasta la ejecución de constantes campañas mediáticas de descrédito, tergiversación y mentiras sobre la Revolución cubana y su dirección histórica.
Como dijo Fidel Castro en la Plaza de la Revolución, el 2 de enero de 1961, “El imperialismo se convirtió en jefe de la contrarrevolución… ”
Los grandes medios fueron el instrumento, de la CIA y elementos contrarrevolucionarios, para llevar a cabo las campañas mediáticas, haciéndose eco de ellas con el objetivo de crear una opinión desvirtuada sobre la Revolución cubana y sus conquistas.
La Operación Northwood, emitida por el General de Brigada William H. Craig al General de Brigada Edward Lansdale, el 2 de febrero de 1962, en un memorando titulado "Posibles Acciones para Provocar, Hostigar o Perturbar Cuba”, consistió en el lanzamiento de rumores por radio, efectuar ataques contra la Base Militar en Guantánamo, bombardear embarcaciones estadounidenses, acosar con aviones llevando la insignia cubana a vuelos civiles de EE.UU o crear terrorismo en Miami para culpar a Cuba y eso facilitara una invasión militar.
Además, no faltaron los planes hollywoodenses con la Operación “Dirty Trick”, la cual consistía en culpar a Cuba si por cualquier error de cálculos mecánico o técnico fracasaba la primera misión estadounidense al espacio “Mercury 6”.
Tampoco se puede pasar por alto las demenciales acusaciones de John Bolton, quien siendo entonces Subsecretario de Estado para el Control de Armas y la Seguridad Internacional en el 2002, se le ocurrió categorizar a La Habana como parte del “eje del Mal” y que, junto a otros países, podía “ser bombardeado en cualquier momento”; mucho más porque este chiflado creyó que los avances de la biotecnología y medicina cubanas era el engendro de un programa para el desarrollo de armas biológicas de destrucción masiva.
Este maniático de las conspiraciones pronunció las siguientes declaraciones en el Heritage Foundation: “He aquí lo que sabemos: Estados Unidos considera que Cuba está llevando a cabo al menos una labor ofensiva limitada de investigación y desarrollo de guerra biológica. Cuba ha proporcionado tecnología de doble uso a otros estados renegados. Nos preocupa que esa tecnología pueda respaldar programas de armas biológicas en esos estados. Exhortamos a Cuba a que cese toda cooperación aplicable a las armas biológicas con los estados renegados y a que respete plenamente todas sus obligaciones en virtud de la Convención sobre las Armas Biológicas.”
Es muy seguro que en su paranoia y complicidad de los grandes medios, se olvidaron que Cuba fue objeto de ataques biológicos desde Estados Unidos en más de una ocasión: la roya de la caña (1978), la fiebre porcina africana (1971), la conjuntivitis hemorrágica (1979), la fiebre hemorrágica o dengue del serotipo 02 (1981), disentería o bacteria shigella serotipo 01 (1984), la roya del café (1984), la sigatoka negra (1990), el pulgón negro (1992), el minador de los cítricos (1993), la Broca del Cafeto (1993), el thrips palmi karny, de la variedad “Diamand” (1996) y el síndrome gastroentérico transmisible del cerdo (2002) el cual se supo en las investigaciones que su cepa original se había logrado en EEUU en 1999.
Para colmo, el señor John Bolton llega reciente al gabinete de Donald Trump como Asesor de Seguridad Nacional, cuando por las redes corre una de las últimas tramas: los no probados “ataques acústicos a diplomáticos estadounidenses” en la Embajada en La Habana y que, según autoridades estadounidenses, algunos funcionarios sufrieron problemas auditivos, cognitivos, visuales, de equilibrio e insomnio.
No faltaron los sitios que multiplicaron sus especulaciones fatídicas con mentiras como INFOBAE, diario digital argentino acostumbrado a beneficiar la postura norteamericana en temas de conflictos, publicando supuestas muestras de sonidos que grabaron en la Embajada estadounidense en La Habana; pero siendo muy llamativo que algunos funcionarios plantearon en entrevistas que nunca lograron percibir dichos sonidos.
Donald Trump, en su constante psicosis de entuertos políticos y escándalos, tomó la decisión de expulsar de EE.UU a 15 diplomáticos cubanos, afectando los servicios consulares cubanos en ese país; así también retiró la mayoría de sus diplomáticos de la Embajada en La Habana.
Sin embargo, lo paradójico es que hasta el acérrimo partidario de hacer campañas contra Cuba, el diario El País, este 20 de marzo, ha reconocido que “la supuesta agresión sónica no ha podido ser documentada. No se publicaron los partes médicos de las víctimas, ni los equipos utilizados para enfermarlas. La embajada instaló grabadoras en los domicilios de su personal sin resultado alguno; tampoco lo obtuvieron los agentes del FBI desplazados. La acusación pareció inspirarse en una película de James Bond, dijeron los expertos en acústica consultados por The New York Times.”
Hasta el mismísimo FBI no ha podido encontrar prueba alguna que inculpe al gobierno cubano, después de meses de viajes a La Habana e investigaciones. El Informe interino de la División de Operaciones Tecnológicas del FBI, fechado el 4 de junio de 2017, y al cual tuvo acceso la Associated Press (AP), la misma agencia hizo referencia a que “el FBI probó la hipótesis de que ondas audibles, infrasónicas o ultrasónicas pudieran haber sido utilizadas clandestinamente para herir a estadounidenses en Cuba y no encontró evidencia alguna”.
¿Entonces por qué el gobierno de EEUU mantiene la crisis diplomática con Cuba? Todo indica que el verdadero deseo era crear la crisis, precisamente, de romper la positiva dinámica que se había creado de acercamientos y acuerdos en diversas esferas.La farsa de los “ataques” era crear incomodidad, descontento en esa parte de la población cubana que busca viajar a Estados Unidos para mantener contacto con sus familiares. Hoy en día, los cubanos que viajan hacia ese país, se ven obligados a viajar primero a Colombia para efectuar allí la entrevista de solicitud de visado, de la cual pueden ser rechazados muy a pesar de haberse gastado una fortuna en el viaje y estancia en Colombia.
Esta es otra operación de maquinaciones que intenta crear una opinión tergiversada de la realidad de los hechos… o mejor dicho… de las claras intenciones del gobierno de Estados Unidos de crear un conflicto que facilite cualquier acción de agresión contra Cuba.
No saben ya qué inventar y el llamado “régimen” cubano no cae; y por supuesto que no caerá, sino que cada vez se fortalece más con la participación social, con la población y las nuevas generaciones haciendo más suya la propia Revolución que comenzaron los líderes históricos y asegurando que Cuba sigue su camino en la construcción del socialismo.
Es más que sabido que las páginas de la historia de Cuba están y, lamentablemente, estarán llenas de peligros por las agresiones que provienen desde suelo de Estados Unidos y que gozan del visto bueno de su gobierno y la CIA.
Cuba y su pueblo son las verdaderas víctimas y el único delito es el simple hecho de trazarse un rumbo diferente y poner al servicio de la humanidad su carácter internacionalista y solidario. El gobierno cubano siempre ha demostrado la voluntad de establecer relaciones bilaterales basadas en el respeto mutuo e igualdad de condiciones, pero solo los enemigos de ese proceso socialista y sus lacayos (entre ellos los grandes medios) son los que quedan anquilosados y enfocan su rabia e impotencia en componendas contra Cuba.
Fidel Castro dejó bien claro lo que significa la Revolución cubana, ese 2 de enero de 1961, en la Plaza de la Revolución: “Si quisiéramos medir el mérito de nuestra Revolución y el valor de nuestra Revolución, bastaría observar el odio que contra ella sienten los grandes intereses reaccionarios del mundo; bastaría observar el odio que contra ella siente el peor y más explotador de los imperialismos modernos; bastaría observar el odio que contra ella siente la prensa más reaccionaria del mundo”.

Gustavo de la Torre Morales, cubano residente en Catalunya, miembro de la dirección de la Asociación de Cubanos en Cataluña José Martí.

viernes, marzo 30, 2018

Macri montó un show para anunciar más de 10 millones de pobres



El organismo difundió los datos de pobreza e indigencia. Persisten los problemas estructurales en los hogares. El Gobierno festejó los datos, pero aún hay 11 millones de pobres.

El Indec publicó ayer que la pobreza descendió a 25,7 % y la indigencia fue de 4,8 % en el segundo semestre de 2017. Si se proyecta más allá de los 31 aglomerados del organismo la pobreza golpeó a 11,4 millones.
Macri brindó una conferencia de prensa ayer en Olivos, tras conocerse el dato del Indec. El mandatario afirmó "estos datos confirman que tenemos una meta clara que es reducir la pobreza" y agregó "es una noticia que da esperanzas para el futuro", junto a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
El presidente festejó los datos porque la pobreza descendió de 30,3 % en el segundo semestre de 2016 a 25,7 % en el mismo período del año pasado. La comparación es entre un momento de deterioro de la economía como fue el 2016 contra el 2017, etapa que coincide con el período electoral y de mejora de la actividad.
En el resto del país de verifican regiones más críticas en materia de pobreza como en los partidos del Gran Buenos Aires que trepa al 29,5 % o el noreste, 33,2 %. En Gran Resistencia la pobreza fue de 39,2 % y en Santiago del Estero-La Banda 38,3 %. Poco hay para celebrar con porcentajes que superan el 30 % de pobreza.

Cuestionamientos a la estimación

La medición de pobreza e indigencia que realiza el Indec es una pobreza monetaria, es decir por insuficiencia de ingresos. El organismo establece dos líneas de ingresos que es la Canasta Básica Alimentaria (quienes no puedan adquirir los alimentos básicos para cubrir sus necesidades de calorías), los que perciban menos de estos ingresos son indigentes, y la Canasta Básica Total que calcula los alimentos, otros productos y servicios básicos como ropa y transporte, quienes tengan ingresos inferiores son considerados pobres.
Tras el apagón estadístico del Indec y la interrupción de datos de pobreza por el kirchnerismo desde 2013 el macrismo recién publicó el informe correspondiente al segundo trimestre de 2016 cuando la pobreza fue del 32,2 % y no estimaron los datos del primer trimestre de 2016.
Luego el organismo comenzó a difundir los datos de manera semestral. Para el segundo semestre de 2016 la pobreza alcanzó al 30,3 %, pero el Indec aclaraba en su informe “con estos resultados se reinicia la serie semestral de pobreza e indigencia. Los mismos no deben ser comparados con los del segundo trimestre de 2016 antes difundidos”.
El año pasado un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) cuestionó la medición de pobreza realizada por el Indec. Advirtieron problemas metodológicos, y las modificaciones de la encuesta permanente de hogares (EPH), que no permite hacer comparaciones con la anterior. Además, alertaron inconsistencias en los aglomerados urbanos o provincias y en la construcción de canastas básicas utilizadas para estimar las necesidades básicas de la población pobre.
Según Cepa el “aumento de activos y disminución de inactivos en la población según la nueva proyección poblacional, aumenta los ingresos promedio del hogar y de la población total. Al haber, en promedio, más miembros activos en un hogar en lugar de inactivos la probabilidad que los ingresos de ese hogar sean mayor, es más alta”.

Efecto elecciones y empleo precario

La medición del Indec al calcular la pobreza monetaria, oculta otras carencias que tienen los sectores más vulnerables como el problema de la vivienda, educación, salud, otras. Sólo se observa si las personas perciben ingresos superiores a la línea de pobreza.
El segundo semestre de 2017 coincidió con el período electoral. En octubre y noviembre hubo una recomposición del poder adquisitivo de los salarios ya que las paritarias impactaron en mayor proporción durante la campaña electoral.
Según un cálculo de La Izquierda Diario, en 2017 el salario real en el promedio aumentó 1,8 % mientras que en diciembre del año pasado el poder de compra estuvo por debajo de diciembre de 2016. La suba de los precios y los nuevos tarifazos en el último mes del año provocaron que los salarios volvieran a quedar viejos.
Eduardo Donza, Investigador Especialista en Trabajo y Desigualdad de la Universidad Católica de Argentina (UCA) expresó a La Izquierda Diario que “era previsible la reducción de la pobreza al compararlo con el 2016. La disminución de la pobreza corresponde a que en 2017 la economía se reactivó con la obra pública y el empleo en el sector creció. Se reactivó el mercado de trabajo, disminuyó la tasa de desocupación por un aumento del empleo. Pero se registraron más cuentapropistas, trabajadores no registrados, changas que generaron un ingreso mensual”.
La obra pública impulsada con fines electorales traccionó la economía y se incorporaron trabajadores al sector. Esto significó ingresos para los trabajadores que en 2016 estaban desocupados por las medidas recesivas del Gobierno.
El organismo el martes dio a conocer los datos de informalidad laboral. El empleo no registrado aumentó a 34,2 % en el cuarto trimestre de 2017, la suba del empleo informal y precario también incidieron en la reducción de la pobreza. Los desocupados del 2016 se incorporaron al mercado de trabajo, con “changas”, hay más monotributistas, empleadas domesticas. Ahora cuentan con un ingreso, pero sigue siendo una situación inestable. Si la economía vuelve a contraerse esos empleos se pierden rápidamente.
Leopoldo Tornarolli explicó en el blog CEDLAS “en menor o mayor medida es un resultado esperable partiendo de la situación de 2016: las estadísticas más recientes de mercado laboral muestran una clara mejora entre 2016 y 2017; la todavía alta tasa de inflación disminuyó bastante entre esos años; y las políticas sociales que transfieren ingresos a los sectores más vulnerables se mantuvieron sin mayores cambio en dicho período”. Hay que recordar que el año pasado, año electoral el Gobierno también lanzó los créditos del ANSES con la tarjeta Argenta, una política destinada a reanimar el consumo de cara a las elecciones a costa de endeudar a las familiar con tasas de interés altas.

La pobreza estructural y la desigualdad

La UCA analiza además de pobreza por ingresos, la pobreza multidimensional, que investiga la ausencia de derechos como la alimentación, cobertura de salud, servicios básicos, vivienda, educación, sistema de seguridad social y el acceso a la comunicación e información.
En el tercer trimestre de 2017, la universidad estimó que la pobreza multidimensional afectó a más de la mitad de los hogares, el 64,5 % padecía al menos una de estas carencias; y el 41,3 % al menos dos carencias. El 34,1 % de los hogares no cuenta con servicios básicos como conexión de red de agua corriente, o red cloacal o fuente de energía; el 34,7 % no tiene recursos educativos y el 21,4 % no vive en una vivienda digna.
Otra variable para tener en cuenta es la distribución del ingreso. Según datos del Indec, en el tercer trimestre de 2017 (último dato disponible) la mitad de los ocupados ganaba menos de $ 12.000 y el 70 % ganaba menos de $ 16.000.
La brecha de ingresos entre el 10 % de la población más pobre y el 10 % de la población más rica era de 20 veces. Esto significa, que una persona que se encuentra entre el 10 % de la población con ingresos per cápita más elevados recibe 20 veces más que una persona que está entre el 10 % que tiene ingresos más bajos.
Cambiemos celebró el dato de pobreza porque es uno de los pocos que tiene para mostrar de una economía que crece débil y con desequilibrios. Una foto de pobreza que es parcial cuando se observan los problemas estructurales que viven millones de familias y la desigualdad que hay con los sectores más acomodados. La lista de medidas que tomó el macrismo en beneficio de las grandes patronales es extensa, mientras para los trabajadores y los sectores populares sólo llegaron migajas presionados por ganar las elecciones.
La aceleración de la inflación con los nuevos tarifazos, el dólar que el Gobierno dejó correr y ahora contiene, paritarias a la baja y un poder adquisitivo que se erosiona incidirán en el próximo dato de pobreza.

Mónica Arancibia
@monidi12

El ministro Aranguren tiene su plata afuera porque "no confía en la Argentina"



El ministro de Energía Juan José Aranguren declaró que tiene sus ahorros afuera porque todavía no se recuperaron las condiciones de "confianza" en la Argentina.

Sería difícil sorprenderse de que no lleguen inversiones al país, y de que la mayor parte de los empresarios prefieran poner en el exterior, preferentemente en paraísos offshore, las ganancias que obtienen de sus negocios acá (solamente en los dos años que lleva de gobierno Macri hubo una salida fuga neta de capitales de 30 mil millones de dólares según datos del Banco Central). El "ejemplo" que ofrecen los funcionarios del gobierno nacional invita justamente a mantener la plata afuera, bien lejos de los vaivenes locales.
Es lo que confirmó este jueves por la mañana el ministro de Energía Juan José Aranguren. En conversaciones con Radio con Vos, reconoció que sigue teniendo su dinero afuera. El funcionario tiene el 83% de su fortuna de $ 104,7 millones en dos cajas de ahorro en el exterior: una en euros (en Holanda) con $ 27,6 millones y otra en los Estados Unidos con $ 60,3 millones, según la declaración jurada que presentó el año pasado.
Aranguren está lejos de ser el único. Casi la mitad de los activos de los principales funcionarios del gobierno están en el exterior, según se desprende de sus declaraciones juradas.
Lo más sorprendente son las razones ofrecidas por el ministro para esta decisión. A pesar de llevar dos años siendo parte del gabinete de Mauricio Macri, para Aranguren no habría todavía suficientes motivos para tener confianza en el país. "Eso tiene que ver con la confianza que hemos perdido en la Argentina", sostuvo.
Como relativizando el alcance de sus reparos con el país, el funcionario agregó "casi todo lo que tengo afuera fue producto de una bonificación que recibía de mi anterior empleador, de acciones de esa empresa que estaba en el exterior". Aranguren, ex CEO de Shell, entró en estos dos años en numerosos "conflictos de intereses" (eufemismo para no decir que gobiernan para las empresas de las que siguen siendo dueños o accionistas) estuvo en la mira por mantener las acciones de la petrolera aún cuando ya había asumido como ministro.
Aranguren intentó desligar su comportamiento respecto de sus ahorros de las motivaciones que podrían tener los empresarios para invertir en el país. "Nadie pide inversiones. Cuando una inversión viene a la Argentina, ¿ud cree que viene para hacer beneficencia o va al país para hacer una rentabilidad?". Pero lo cierto es que, tal vez porque los números de rentabilidad no dan tanto como le pedirían a un proyecto en la Argentina, seguramente por esa misma falta de "confianza" que manifiesta el ministro, las inversiones llegan a cuentagotas, y se concentran mayormente en sectores donde el gobierno asegura ganancias exorbitantes, como la energía o la construcción alimentada por la obra pública y próximamente por los proyectos de Participación Público-Privada.
La respuesta del ministro sintetiza toda una lógica, que es la del gobierno pero también la del empresariado "nacional". Las riquezas obtenidas de la explotación del trabajo y los recursos naturales, y reforzadas con subsidios y otras transferencias públicas costeadas mediante impuestos que gravan proporcionalmente más al pueblo trabajador, buscan ponerlas a buen resguardo en plazas extranjeras.
Más allá de que para la tribuna algunos ministros puedan cuestionar que los empresarios no inviertan (no es el caso de Aranguren en esta entrevista), saben bien por qué no lo hacen. El gobierno de los CEOs y dueños actúa igual con sus jugosos activos.

Esteban Mercatante
@estebanm1870

La revolución rusa pasó por aquí. Seis notas sobre Octubre y el cine occidental



Se trata de una obra colectiva con textos de Pelai Pagès i Blanch, Javier Maestro, Chris Ealham, Arturo Zoffmann Rodríguez,Ángel García Pintado, Pierre Broué, Daniel Bensaïd, Pepe Gutiérrez-Álvarez y de Andreu Nin

Preludio monárquico. Dentro de su propia lógica, el cine “comercial” (con su variante televisiva) ha buscado en la “Madre Rusia” argumentos entre los que destacan, a) diversos episodios más o menos fastuosos de reyes, reinas, princesas y otros altos personajes de la historia de la monarquía 1/; b) evocaciones aventureras situadas entre los cosacos, realizadas en muchos casos en clave próximas al “western” 2/; 3) diferentes adaptaciones literarias de prestigio de la literatura del siglo XIX 3/…También cabría añadir unas cuantas expresiones fílmicas de rusofobia. 4/ En cuanto a la historia y las consecuencias de la revolución de Octubre de 1917… En principio, esta actitud no debería de resultar extraño. De hecho, Hollywood apenas sí se han realizado aportaciones dignas de mención sobre la propia revolución norteamericana de 1776. Maltrató la revolución francesa de 1789, normalmente desde un enfoque “centrista” en el que los revolucionarios son los que son peor tratados. La excepción ha sido la revolución mexicana, que es la que tenido más “buena prensa”, quizás porque desde Juárez (William Dieterle, 1939) ha servido como metáfora de discursos inaplicables en otras historias. 5/
Dentro del vasto territorio de este acontecimiento, la parte que trata de la crisis y caída de los Romanov sí cuenta con un apartado nutrido. Recordemos que en su momento, la abdicación del Zar suscitó muy pocas lágrimas. Ulteriormente, la imagen monárquica rusa más manifiesta en el cine como en muchas otras partes fue la de la derrota y el exilio de la aristocracia y de altos mandos militares, algunos obligados a doblar la cerviz en oficios que estimaban como “indignos”. Era el “retrato” que, por ejemplo, tenían en mente Franco y señora en Dragon Rapide (1986) en los prolegómenos de su compromiso con el golpe militar-fascista del 36, de ahí que exigen al conspirador y potentado Juan March que les garantice una fortuna en Suiza en caso de fracaso. De hecho el exilio quedó como parte del paisaje de una derrota devastadora que causó el “pánico social” consiguiente. En esta zona el cine ha mostrado cierta predilección por dos historias complementarias por el monje siberiano Rasputín (1869-1916) y por la princesa Gran Duquesa Anastasia Nikoláyevna Románova (1901-1918) presunta superviviente de una familia real que se creía por encima de la historia.
Se cuenta que el primero se formó en una secta cristiana que combinaba el masoquismo con las alegrías sexuales, amén de un curandero cuyo prestigio le llevó a la Corte donde se convirtió en el favorito de la zarina después de sus ayudas para curar al zarevich, afectado de hemofilia. Todo él, pero sobre todo sus hazañas sexuales (su enorme pene está expuesto en un museo), así como el curso de una trayectoria que concluye con su asesinato, crearon una leyenda sobre la que se ha creado una filmografía singular en la que destaca Rasputin and the Empress (1932, USA), obra del ruso blanco exiliado Richard Boleslawski (Boleslaw Srednicki). Su mayor originalidad radicó en la presencia del trío formado John, Ethel y Lionel Barrymore, así como la suma de problemas judiciales que tuvo que enfrentarse la MGM ya que buena parte de los protagonistas seguían vivos. El listado es abrumador: Rasputín (Adolf Trotz,1932) pensada para el lucimiento del gran Conrad Veidt; La tragédie impériale (Marcel L’Herbier, 1937, Francia) en la que el destacado actor judío Harry Baur (luego víctima de los nazis, acaparó la atención del público con su creación; el de Pierre Brasseur, en Raspoutine (Georges Com­bret, Francia, 1958); de Edmund Purdom en Les nuits de Raspou­tine (Pierre Chenal, 1960 Francia-Italia); el más perturbador fue el de Christopher Lee (Rasputin: The Mad Monk (Don Sharp, 1966, RU) que tiene un “toque” de la Hammer; amén de Rasputín, su verdadera historia es una miniserie HBO (USA, 1996) a pesar de la presencia de actores como Alan Rickman, Greta Scacchi, Ian McKellen; finalmente está la costosa miniserie franco-rusa: Raspoutine (Josée Dayan, 2011) un proyecto casi inevitable desde que Gérard Depardieu se instaló en Rusia huyendo de la Hacienda francesa, para lo que contó con Fanny Ardant en el papel de la zarina Alejandra.
Sobre la princesa amnésica sobresale la Anastasia (1956, USA) del interesante Anatole Litvak que se benefició de la reaparición de Ingrid Bergman (que se llevó el Oscar), así como del soporte de unos eficientes Yul Brynner, Helen Hayes y Akim Tamiroff, etc. La trama comienza descri­biéndonos la situación de la ciu­dad de San Petersburgo en momento en el que anuncia el plei­to mencionado, no describiéndo­se las escenas que constituyen el gran misterio de este caso: ¿cómo se salvó Anastasia del fusilamiento de toda su familia?, ¿cómo vivió desde 1917 a 1923?, etc. Anna Anderson tuvo una vida amarga, muy distinta a la del cine. Era una mujer enferma, aterrorizada, con manías persecutorias que se prestó a un montaje que la película adorna con talento. Dejando abierto un apunte que reduce la revolución a la ejecución de una familia real en base a la cual se trataba de establecer una leyenda aristocrática en la que el pueblo actúa como mera extra y la revolución como una amenaza. Los motivos que mueven al colectivo zarista quedan ocultos detrás de esta singular mujer. Una pobre amnésica que tiene unos rasgos y unos andares que crean la duda. Su éxito se inscribe en línea de una suerte de subgéneros “de princesas” que conoció en la década de los cincuenta un importante “revival” (Sissi, ¿Dónde vas Alfonso XII?)
En cuanto a la exitosa Anastasia (Don Bluth y Gary Goldman, 1997, USA) en dibujos animados y producida por la Fox –aunque esté muy extendido el error de atribuirla a Disney– podría figurar entre las mayores falsificaciones de la historia del cine. Por supuesto, todas ellas a favor de “la Casa Real” y hasta ahora, colorín colorado la historia de Anna Anderson se ha acabado, aunque quizás valga la pena reseñar una curiosidad: La flaqueza del bolchevique (Manuel Martín Cuenca, España, 2003), la historia de Pablo López (Luis Tosar), un tipo que trabaja en un banco de inversiones y desprecia el ambiente en que vive hasta que descubre la belleza de las hijas del zar, y se enamora platónicamente de una chica de quince años. Su princesa.

Tiempo incierto. En el tiempo paralelo de la revolución, los EEUU dieron un salto decisivo en su curso imperial siguiendo la estela británico. Internamente, el gobierno norteamericano trató de establecer un “cordón sanitario” contra “la subversión”, con una aparatosa campaña policial que entonces se justifica con la ecuación rojos-extranjeros, aún quedaba cierto tiempo para la adopción del comodín “antitotalitario”. 6/ El personaje más representativo de esta campaña del miedo fue sin duda Edgar J. Hoover, al que algunos analistas han atribuido no pocos puntos en común entre la biografía de Hoover con la de Stalin, y forma parte del telón de fondo de J. Edgar (2011, USA), obra del inclasificable Clint Eastwood con Leonardo DiCaprio, parte destacada de una filmografía el siniestro personaje, clave en la creación de montajes de “alarma social” que les permite justificar la caza de “rojos” y “subversivos”. 7/ En J. Edgar esta manera de actuar se ejemplifica con la campaña preventiva contra el “virus” de la revolución, y que resulta ejemplificada acusar interesadamente a Emma Goldman de ser ”la mujer más peligrosa del mundo”. Una vez expulsada de su país de adopción, esta regresó junto con Alexander Berkman a su país de origen. Llega la Rusia revolucionaria ajenos al hecho de que el tiempo que había precedido la guerra del 14, ya había acabado. 8/
En los tiempos que siguen, Hollywood no se posicionó especialmente más allá de algún título ignoto o de algún documental en el que la principal acusación a la revolución era haber firmado la paz con Alemania. La industria siguió fiel a su liberalismo interesado en sus negocios. Sin el menor ánimo de tener problema con los mercados. Esto explica que permitiera que Josef von Sternberg rodara La última orden considerada como una obra mayor de su autor, esta película combina el presente en Hollywood, donde un famoso director de origen ruso prepara un film melodramático sobre un general zarista, y sus amores con una revolucionaria, Natacha (Evelyn Brent), que dará la vida por él, con el pasado aún reciente en la Rusia en llamas. Los dos personajes masculinos repiten su presencia en los dos tiempos pero con fortuna adversa; el director del teatro imperial de Kiev encarcelado por sus ideales revolucionarios -le espeta una frase aun hoy, por desgracia, de candente actualidad: «no hace falta valor para enviar a los otros al combate y a la muerte»– es, después, un famoso director de Hollywood (William Powell, que llegó a exigir en su contrato que nunca más sería dirigido por Sternberg), y el imponente y mayestático general zarista que dispone de la vida y la muerte de sus subordinados es en América un viejo desempleado con un tic nervioso -consecuencia de la explosión que estuvo a punto de causarle la muerte-, que actúa como extra y que deberá asumir su propio papel dirigiendo el ataque (esa “última orden”) y muriendo de un colapso, fundiendo de esta manera representación y vida. Vista en contraste con la última (y sin duda la peor) película de Sternberg, Amor a reacción (1957), uno de los exponentes más tópicos del cine anticomunista del momento, La última orden aparece casi como un alegato revolucionario.
El toque irónico clasista lo puso Tovarich (Anatole Litvak, 1937) cuya sinopsis podía ser: un matrimonio perteneciente a la familia real rusa (Claudette Colbert y Charles Boyer,) tiene que emigrar de su país a consecuencia de la revolución bolchevique, para instalarse en París donde deciden establecerse para comenzar una nueva vida. Esto significa que tienen que buscan un trabajo y se emplean en el hogar de una adinerada familia, pero sus formas cortesanas los delatarán enseguida, lo que provocará más de una situación paradójica. De alguna manera se sugiere que lo de trabajar no deja de ser una forma de “redención” Pero sin duda la más célebre es Ninotchka (Ernst Lubitsch, 1939) es una referencia en clave de humor que se apoya en un guión escrito por Charles Brackett, Billy Wilder, Walter Reisch…El punto de mira es el moralismo y la estrechez de una burocracia sumisa y cínica. Aparece representada por tres “camaradas” (inenarrables Bela Lugosi, Sig Ruman, Felix Bressart) que tratan de obtener dinero para el Gobierno ruso mediante la venta unas joyas confiscadas se instalan en un hotel de lujo mientras los tribunales franceses deciden quién es el verdadero propietario de las joyas. Entonces el gobierno comunista envía a la inflexible ‘Ninotchka’ Ivanovna Yakushov (Greta Garbo) para arreglar las cosas, aunque finalmente acaba rendida a los encantos de la “dolce vita” parisina, un título que no tiene poco o nada que ver con el alegato de contra el nazismo, To Be or Not to Be (1942, USA), aunque no han faltado quienes han tratado de homologarla. En la misma línea se sitúa aunque muy por debajo Camarada X Camarada X (King Vidor, 1942, USA) pensada para el lucimiento de la pareja formada Clark Gable, Hedy Lamarr, más unos secundarios (Oskar Homolka, Felix Bressart, Sig Ruman) en la misma onda que el modelo de Lubitsch, tantas veces copiado siempre bajo el mismo criterio: la comparación entre realidades completamente opuestas.
Otra variante singular es la representada por El agente británico (Michael Curtiz, 1934, RU) una adaptación cinematográfica de las memorias del agente británico Bruce Lokhart, quien hoy se sabe que estuvo detrás de la trama de actos terroristas contra los líderes bolcheviques, muy concretamente contra Lenin. El guión sigue la historia del tal Lokhart, que es representado como un agente al más alto nivel que había prestado grandes servicios a la coalición antibolchevique. Detenido y excarcelado a cambio de varios oficiales soviéticos que estaban en manos de los británicos, Lokhart aunque fue juzgado y sentenciado a una muerte, consiguió ser canjeado. En el film, Trotsky fue interpretado por el versátil J. Carroll Naish, en tanto que Lokhart tuvo el rostro del carismático Leslie Howard, un actor y cineasta de notable personalidad. Aunque está claro quienes son los malos, los bolcheviques siguen teniendo rasgos humanos como los tendrán en otra incursión británica en el mismo contexto: La condesa Alexandra (1937, RU), adaptación de una novela de James Hilton (Horizontes perdidos) filmada por Jacques Feyder con Marlene Dietrich y Robert Donat como estrellas protagonistas. Donat encarna a un joven periodista inglés expulsado de Rusia por escribir un artículo antizarista y es persuadido por un agente del Servicio Secreto Británico para unirse a los miembros del movimiento revolucionario. Cuando este triunfa, Fotheringill interroga a la bella prisionera Alexandra, que resulta ser la hija del ministro zarista por cuyo asesinato sufrió destierro en Siberia. Ambos se enamoran perdidamente y deciden escapar juntos. El amor supera los antagonismos. En su momento fue un proyecto demasiado costoso para la época, tanto que a la mismísima Marlene Dietrich no pudieron abonarle sus emolumentos al completo. Esto no impidió que apareciera envuelta en gaseosos vestidos o suntuosos trajes de noche, o simplemente asomando sus bellezas entre las espumas de la bañera. Está claro que lo que importa no es precisamente la revolución, pero se trata de una producción impensable apenas una década más tarde.
En aquel entonces, tanto las cancillerías como los portavoces de las clases dominantes aprecian mucho más el “realismo” de Stalin que intransigencia de Trotsky condenado vivir en un “planeta sin visado”.

Stalin en Hollywood. Después del ataque japonés a la base estadounidense de Pearl Harbor, Hollywood apostó fuerte por la intervención lo que significó un mayor apoyo al cine antifascista que hasta entonces se había producido contra corriente. Los grandes estudios eran amantes de la “neutralidad”, pero se adaptaron inmediatamente al nuevo ciclo: centenares de películas de todos los géneros, desde el cine bélico al musical pasando por la comedia romántica, defendían la intervención en la II Guerra Mundial y de paso la adopción de temáticas que incluían la apología de la URSS resistente e incluso de la guerrilla antijaponesa en China. Para ello contaron con los profesionales más izquierdistas que veían –como era propio en la izquierda mayoritaria- a la Rusia de Stalin desde un punto de vista idealizado. Esta coyuntura de circunstanciales afinidades soviética es ulterior a la batalla de Stalingrado, librada entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943, fue uno de los momentos más determinantes de la II Guerra Mundial. Más, a partir de ese momento, al que se sumó más tarde la batalla de miles de tanques y tropas rusas en Kursk, signó la derrota definitiva de Alemania, que empezó a retroceder hasta quedar apretada en su propio territorio. El ascenso del nazismo –hasta entonces “irresistible”- quedó sellado. No pudo hacer más maniobras disolventes ni atragantes, fue un final infernal sobre el que el cine ha producido obras de la entidad de Enemigo en puertas (2000, USA, RU, Irlanda y Alemania) que se cuenta entre las mejores del irregular Jean-Jacques Annaud, convirtiendo el abismal contexto de la contienda casi un western con miras telescópicas.
En este contexto, la administración Rooselvelt entiende que –ahora sí- había que tomar partido y se moviliza por todo los medios, entre ellos el del cine produciendo títulos de la importancia de Misión en Moscú, (Michael Curtiz), The North Star (Lewis Milestone), Song of Russia (Gregory Ratoff), Días de gloria (Jacques Tourneur) o Contraataque (Zoltan Korda) con Paul Muni. Las cuatro se estrenaron en 1943, en los años posteriores. Los principales estudios (Warner, Fox, Metro-Goldwyn-Mayer, Columbia y RKO) hicieron sus propias contribuciones a este idilio en el que no hubo lugar para muchos matices. También la Gran Bretaña contribuyó a la causa con una producción importante: The Demi–Paradise (1943), obra gubernamental del conservador Anthony Asquith (Pigmalion) con un pletórico Laurence Olivier encarnando a un ingeniero ruso que viaja a Londres para iniciar la fabricación de una hélice revolucionaria de su invención. Allí se enamora de una mujer de la alta sociedad, al tiempo que ha de perfeccionar su invento y convencer a los inversores de las bondades de su producto. Este es un comisario que además de resultar tan eficiente como Ninotchka, muestra un excelente humor.
La más comprometida fue la primera realizada por el mismo equipo técnico de Casablanca. Se basaba en la adaptación del alegato proestalinista “sin complejos” de Joseph M. Davies, concebido con un testimonio de estilo campechano, como si fuera un héroe sacado de las películas de Frank Capra sobre el “New Deal”. Este no sólo se defiende vehementemente la intervención, también se justifican las purgas el trotskismo y el bujarinismo (caracterizado como la “Quinta Columna” al servicio de Hitler) y la invasión de Finlandia. Un final con tintes religiosos acaba de redondear un conjunto tan desconcertante La estrella del norte, escrita por Lillian Hellman y dirigida con oficio por Lewis Milestone. Parece hecha a la medida de la propaganda de “Los amigos de la URSS”, con una descripción de un colectivismo agrario tan seráfico que no hay ni mosquitos. Su filosofía se entendía en la misma línea que otras destacadas contribuciones antifascistas en una época que desde la ignorancia, la URSS de Stalin aparecía como la última fortaleza antifascista mientras liberales y socialdemócratas optaban por el “apaciguamiento”. Sus responsables más idealistas fueron represaliados como “antifascistas prematuros”, creyeron de buena fe en todo aquello aunque algunos comenzaron a tomar sus distancias desde el pacto germano-soviético. Quizás el caso más emblemático fue el de John Howard Lawson, condenado a prisión por desacato al Comité de Actividades Antiamericanas. Lawson había escrito Blockade (William Dieterle, 1936) que denunciaba los bombardeos sobre la población civil de la España republicana. La trepidante intriga de Berlín Express (Jacques Tourneur), estrenada en 1948, representó el canto de cisne de este efímero idilio.

La cruzada anticomunista. Lo que se ha venido llamar maccarthysmo fue una restauración reaccionaria destinada a descabezar cualquier oposición de izquierda inscrita en la necesidad del Imperio de liderar el “mundo libre”, atribuyendo connotaciones comunistas a cualquier oposición a sus designios. Conviene no olvidar que el USAPC (Partido Comunista) era incapaz incluso de tener un parlamentario. Se trataba por lo tanto de un montaje contra toda la izquierda y el sindicalismo combativo. No resulta abusivo hablar de un “fascismo exterior” en la que, de un lado el capitalismo made in USA está por encima de cualquier sospecha, del otro todos los que se le oponen son o hacen juego al comunismo, cuya naturaleza “intrínsecamente perversa” justifica incluso las alianzas con dictaduras como la franquista en un pacto anticomunista en el que no faltó la bendición expresa de Hollywood. 9/
Después de una cierta resistencia inicial, las majors hollywoodienses apostaron fuerte al servicio de una política gubernamental que les garantiza las buenas críticas, incluso de las producciones más impresentables. Raramente consiguieron el éxito, jamás figuraron entre las más taquilleras y en algunos casos resultaron “veneno para la taquilla”. Su enfoque era el propio del formato de serie B, se atiene por lo general al esquema del “Thriller” de pesquisas (se descubre un “nido de comunistas” bajo la apariencia democrática) Pero por lo general se trataba de películas muy inferiores a las producciones antifascistas del ciclo anterior. Esta aseveración resulta extensible a la guerra de Corea, y no digamos a la del Vietnam, visitada casi en solitario por las Boinas verdes de John Wayne, uno de los títulos más infames de la historia del cine. 10/ El ciclo iniciado a finales de los años cuarenta con el emblemático título de El telón de acero (1948), llega hasta la serie de Rambo sin sobrepasar nunca los niveles de una cierta corrección, y lo hace a través de diversas variaciones en las que se incluyen temáticas originariamente pensadas contra el nazismo (Correo diplomático), episodios de la “guerra fría” (Destino Budapest, Rojo atardecer), melodramas familiares (Mi hijo John, Me casé con un comunista), alegatos abiertamente reaccionarios rechazando la Cuarta Enmienda a la que se acogían las víctimas (Big Jim McLain), variaciones sobre espionaje, sobre todo relacionadas con la fórmula de la Bomba Atómica que los USA habían probado “alegremente” en el Japón…11/
Se hace desde una orientación “totalitaria”, unilateral, sin oposición posible, el infierno son los comunistas…Un comunismo que no tiene nada que ver con la revolución rusa, que no necesita de más entidad histórica que la de los marcianos de “La guerra de los mundos”, con los que Orson Welles provocó un ola de pánico desde un emisora de radio. De hecho, los hilos eran manejados por el FBI que –significativamente- daba más importancia a lucha contra el “comunismo” que a la concedida contra el Ku Kux Klan o la Mafia. 12/
Sin duda una de sus variantes más constante y soterrada es la expresada a través del cine “religioso”, del más descaradamente constantiniano, expresión de un pacto con las Iglesias. El ejemplo más representativo fue Cecil B. de Mille que ya en Samson and Delilah, (1949, USA) donde describe la vida como un enfrentamiento entre la luz (la religión) y las tinieblas (el ateísmo). Este maniqueísmo resulta todavía más acentuada en el mitin revestido de prólogo de The Ten Comandments (1956, USA). Desde el nuevo “país elegido”, el gran Cecil establece claridad una competición entre el Egipto de los faraones alejado de Dios (el comunismo), y el pueblo de Israel o sea, los EEUU. No hay que olvidar las tramas de los creyentes perseguidos, un enfoque privilegiado desde el cine anticomunista realizado bajo el franquismo, un vaso comunicante que tendrá una expresión convergente en la exaltación de Fátima, tan querido por el franquismo La señora de Fátima (Rafael Gil, 1951, España) con su correspondencia made in Hollywood de The Miracle of Our Lady of Fatima (John Brahms,1952, USA), “cine de estampitas” con una “madre de Dios“ que advierte con el comunismo.

Trotsky en el exilio. Al igual que Lenin, Trotsky no dudó de su importancia para arrebatar a las masas de la ignorancia y de la Iglesia. En 1923 nos encontramos con este apunte: “El hecho de que hasta ahora no hayamos intervenido en el cine demuestra lo despistados e incultos que hemos sido, por no decir completamente estúpidos. El cine es un instrumento que se impone por sí mismo, es el mejor instrumento de propaganda (…) El cine debe servir de contrapeso a los atractivos del alcohol y la religión (…) la sala de cine de reemplazar a la taberna y la iglesia, ser un refuerzo para la educación de las masas”.
Pero desde un terreno amplio la conexión entre el anti-Stalin y el cine puede dividirse en tres tramos diferentes:
1) Su forzada y emblemática “ausencia” del Octubre (1927) que sí nos atenemos al testimonio del codirector de la película, Grigory A. Aleksandrov, fue el propio Stalin el responsable de que de 49.000 metros de cinta solamente quedaran 2.800; esto aparte de las calumnias estalinianas ulteriores inherentes a cualquier referencia en los países llamados socialistas;
2) Numerosos “cabos sueltos”, así en Manhattan melodrama (1934, W.S. Van Dyke USA), que trata de dos hijos traumatizados por la muerte de su padre producida en el curso de un tumulto provocado por un mitin ¡de Trotsky¡ en un parque público del país del dólar; en un Ernest Lubitsch menor Lo que piensan las mujeres (1941, USA) en la que un personaje extravagante (Harry Davenport), aparece y desaparece entre puerta y puerta gritando de tanto en tanto “!Viva Trotsky¡”; el envío de una postal a una muchacha con estas línea conllevará un verdadero calvario para un muchacho checoslovaco en La broma (Jaromil Jires, 1969) que adaptaba la conocida novela homónima de Milan Kundera.
3) El apartado referido a su estancia en México y su trágico final, comenzando por El asesinato de Trotsky (1972, RU), dirigida por un Joseph Losey extraviado. Quizás el detalle más singular de su estreno llegó desde la capital de Tailandia en su momento según noticia aparecida en el diario francés “Le Monde”. Al parecer la película fue estrenada como un alegato anticomunista, pero resultó que la franja más radicalizada comenzó a frecuentarla entre manifestación y manifestación. Según el cronista, el filme había provocado un debate sobre el significado del comunismo. La trama se queda en puertas. Presenta a un Trotsky (Richard Burton) declamatorio en un espacio difuso en el que sobresale la inmensa humanidad de Natalia (una apropiada Valentina Cortese)…
En señalar las conexiones de Frida. Naturaleza viva (Paul Leduc, 1985, México) y la Frida (Julie Taymor, 2002, USA), realizada a la mayor gloria de Salma Hayet en la que el eficiente Geoffrey Rush compone un retrato atento, pero de un trasfondo evanescente, imposible de describir sin todo si enorme trasfondo. El elegido (Antonio Chavarrias, 2016, España-México) de algunos valores parciales (la reconstrucción ambiental), pero que adolece del mismo problema que el Losey: se queda en puertas, no logra convencer. En cuanto a los documentales, y aquí entrarían al menos las dos entregas realizadas por Patrick Le Gall, 1. Revoluciones, 2. Exilios (Francia, 1988), que fueran emitidos en el programa de TV2 “La Noche Temática”, pero sobre todo el de Adolfo García-Videla: Trotsky y México. Dos revoluciones del siglo XX (México, 2005), coproducción entre la TV UNAM y el Museo Casa de León Trotsky, hasta ahora el mejor trabajo sobre este periodo.
Podría considerarse un punto y aparte la notable versión en dibujos animados de Rebelión en la granja (Gran Bretaña, 1955), de ciertos tintes trotskianos, aunque sin duda involuntarios. Se trató de una lograda adaptación de la inmortal obra de George Orwell. Sus autores (John Halas y Joey Batchelor), consiguieron aquí una verdadera obra maestra en el género. Esta película está teóricamente orientada al público infantil, pero la pueden degustar igualmente hasta los ancianos con más de ochenta años. Escrita al acabar la II Guerra Mundial, a Orwell le costó mucho encontrar una editorial que no fuese una de filiación “trotskista”. La razón no era, al menos no solamente, el prestigio que el PC estalinista mantenía entonces entre los laboristas, tampoco los conservadores se mostraron reacios: no querían tener problemas con sus aliados.

Antes de la caída. En los años sesenta se opera un cambio en la perspectiva histórica. Comienza emblemáticamente con Spartacus (Stanley Kubrick, 1969), el primer “colosal” que ofrece un canto “a la revolución” en un tiempo marcado por la revolución cubana, la campaña por los Derechos Civiles y la emergencia de la “Nueva Izquierda”. Emergen el cine tercermundista (anticolonialista), la “nouvelle vague”, el cine nacional-popular italiano vive su mayor apogeo, se asiste al ”deshielo” en la URSS y en países del Este (Hungría, Polonia, Checoslovaquia), se refleja la revitalización de un cierto pensamiento crítico…Se vive un cierto hartazgo del anticomunismo que se expresa en aportes de carácter satírico: Un, dos, tres (Billy Wilder, 1961) que no deja pies con cabeza: Teléfono rojo, volamos hacia Moscú (Stanley Kubrick, 1964), que advierte al mundo sobre la estulticia de los que mueven los hilos de una “guerra fría” basada en el “equilibrio del terror” 14/; ¡Que vienen los rusos¡ ¡Que vienen los rusos¡ (Norman Jewison, 1966), que fue un considerable éxito de taquilla.
Es la época de Doctor Zhivago (1964), obra del reputado David Lean (Laurence de Arabia, 1952), que ofrece una cuidada adaptación de la novela de Borís Pasternak que desde una cierta distancia había sido un ilustra “compañero de ruta” del régimen y que incluso se había mostrado extrañamente comprensivo con Stalin. Con la ayuda de la fotografía y sobre todo de la música (Maurice Jarre) y del plantel de actores (algunos tan inolvidables como Juli Christie, Tom Courternay cuyo personaje hace la guerra desde un tren blindado como el que hizo célebre Trotsky, Alec Guinnes, etc), Lean cuenta una historia de amor “más grande que la vida” enmarcada en una historia que comienza con el “domingo sangriento” de 1905, atraviesa los desastres de la “Gran Guerra”, la revolución y la noche estaliniana para concluir con un encuentro intergeneracional situada en el retrato de una potente industrialización. Estrenada en España (donde se había rodado) bajo los auspicio de las obras benéficas de la sórdida señora de Franco, la película no fue precisamente interpretada en clave anticomunista, más bien lo contrario. Cabe recordar que en la década de Kruschev la URSS gozó según las estadísticas de una considerable simpatía popular. El film obtuvo cinco Oscar de Hollywood entre ellos a la mejor banda sonora, y seguramente es la contribución más famosa sobre la Rusia soviética entre la mayoría de la población.
Otra ambiciosa tentativa de combinar historia y espectáculo fue Nicolás y Alejandra (1971, USA), una cuidada obra del notable Franklin Schaffner, autor de brillantes alegatos críticos del alcance de El planeta de los simios (1968). Este ponderado retrato de la caída de los Romanov se apoyaba en el guión de James Goldman y Edward Bond que adoptaban la novela histórica del conservador Robert K. Massie (El amor y la muerte en la Rusia imperial), especialmente preocupado por la humanidad de los zares y familia con un visible distanciamiento de la vida y el sentir de la plebe. Los monarcas son tratados como unos seres humanos sensibles y dignos que fueron sobrepasados por los acontecimientos que les resultan extraños, incomprensibles. Robert K. Massie (y el propio Schaffner) muestra una clara afinidad con las propuestas “reformistas” del conde Serguéi Yúlievich Witte, ministro de Hacienda y que en la película encarna un eficiente Laurence Olivier, aunque quizás no esté de más recodar que Nicolás II se refirió a él diciendo: “No encargaría nunca más ningún tipo de trabajo a este hombre” A pesar de tener un papel más secundario, su Rasputín (el gigantesco Tom Baker) es el más memorable de la historia del cine, el mejor contextualizado. Su descripción de Lenin y de los bolcheviques sin embargo está repleta de prejuicios: son los que abren la caja de Pandora.
La culminación (al menos en lo a rigor y audacia política se refiere) de esta señalada series refiere será Reds (1980, USA), obra personal del más actor más izquierdista de Hollywood; Warren Beatty, que interviene como productor, director, guionista y protagonista absoluto en lo que se había convertido en una obsesión y que llegó en el peor de los momentos posibles: con el “contra neoliberal” Ronald Reagan en la Casa Blanca…La historia comienza con el periodista John Reed que acaba de vivir sus aventuras de reportero en el México insurrecto de Pancho Villa. Es un personaje de la izquierda radical que no tiene ningún reparo en arriesgar su vida por aquello en lo que cree. Durante la Revolución Rusa, en 1917, conoce a la escritora Louise Bryant (Diane Keaton), también férrea defensora de sus ideas feministas, y que se ha cansado de su marido. Ambos tienen un temperamento fuerte y decidido, en consonancia con un proceso revolucionario visto desde los esquemas de Hollywood, lejos de atmósfera propia del Octubre de Eisenstein. Pero Beatty no olvida que el mayor amor para Reed es la política lo que lleva a tomar parte en la revolución, en la creación de la nueva Internacional, en la creación del partido comunista norteamericano o en el Congreso de Bakú que conecta Octubre con las aspiraciones de los pueblos oprimidos. Es un incondicional pero no carece de pensamiento crítico, y discute con una Emma Goldman (Maureen Stapleton que ganó el Oscar) que se agarra a su idealismo sin considerar las “circunstancias”. Al final, Beatty congrega postestimonios de un buen número de testigos de la época, desde los cínicos hasta los que tratan de situar aquella revolución que conmovió el mundo sobre la cual John Reed escribió el mejor libro jamás escrito sobre cualquier revolución, una suma de vivencias que le llevaron a ser enterrado en el Kremlin aunque a finales de los años veinte Stalin retiró la obra. Reds fue galardonada con 3 Oscar. No obstante fue como un epitafio, luego el cine quedó mudo sobre el capítulo histórico más influyente del siglo XX.
El listado de títulos recientes que abordan la misma historia es más bien limitado. Anotemos la excelente Capitán Conan (Bertrand Tavernier, 1996, Francia), en la que los combatientes franceses que lucharon en los Balcanes contra los Imperios centrales, son ahora destinados como apoyo a los rusos blancos, partidarios del viejo orden zarista, en su conflicto con los bolcheviques. Otro referente fue el húngaro Miklós Jancsó, que utilizó simbóli­camente el tema en su película más reconocida Rojos y Blancos (1968, Hungría), incluyendo un grupo de partisanos húnga­ros en el bando bolchevique contra los zaristas apoyados por el imperialismo. En la inmensa planicie se produce la caza del hombre, la ejecución de prisioneros, los caballos en desbandada, un torbellino de acontecimientos. Igualmente cabe registrar la adaptación de la novela de Marguerite Yourcenar, Tiro de gracia, en la que el alemán Volker Schlóndorff invierte los papeles en un argu­mento cercano al del film soviético El 41…
En la España democrática las referencias a la revolución fueron bastante anecdóticas y superficiales como las ostentosas fotografías de Lenin en Asignatura pendiente (José Luis García, 1977) o Viva la clase media (José María González Sinde, 1980), aparecen como meros desafíos estéticos contra el franquismo.

Por Pepe Gutiérrez-Álvarez

Notas

1/ En especial: a) Pedro el Grande, clave en la “europeización” de la élite aristocrática, retratado en diversas ocasiones como la miniserie de Marvin J. Chomsky (1986) con Maximilian Schell. Fue producida por la cadena norteamericana NBC en colaboración con la Unión Soviética.; b) Catalina la Grande interpretada entre otras por Elizabeth Bergner, Hildegarde Kneff, Viveca Lindford. Jeanne Moreau, Catherine Zeta-Jones, esta bajo la batuta de Marvin J. Chomsky que repitió con El misterio de Anastasia (/TV, 1987), otra miniserie que ganó varios premios y que contó con un equipo profesional en el que sobresale la presencia señorial de la veterana Olivia de Havilland.…
2/ Quizás el título más conocido sea la decepcionante adaptación de Gogol, Taras Bulba (J. Lee Thompson, 1962) con Tony Curtis y Yul Brynner. Cabe recordar a Victor Tourjansky (1891-1976), cuya filmografía esta repleta de títulos del tipo Los bateleros del Volga (1959) y Los cosacos (1960), realizados en Italia con ciertos medios y actores famosos.
3/ Entre las escasas excepciones de interés, se pueden citar El capote (Albert Lattuada, 1952), Tempestad (idem, 1958), Los poseídos (Andrzej Wajda, 1988) según la novela de Fedor Dostoievsky que incide sobre el ciegos sectarismo de algunos revolucionarios y algunas de Tolstói, sobre cuya filmografía me remito a mi libro Lev Tolstói, aristócrata, cristiano y anarquista (Los Libros de la Frontera, Barcelona, 2011)
4/ Un tema poco estudiados. Entre las muestras made in USA podemos citar ejemplos tan ilustres como El conde Zaroff (The Most Dangerous Game, 1932, USA) que nos ofrece una pista sobre la crueldad de los terratenientes rusos o El mundo en sus manos (The World in His Arms, 1952, USA) en la que los rusos matan focas sin miramiento y los yanquis lo hacen de manera natural. Sin olvidar la muy modesta Hidalgo (California Conquest, 1952, USA), que nos cuenta como los rusos querían ocupar la tierra de California en el siglo XIX.
5/ El ejemplo de Los profesionales (Richard Brooks, 1966) más elaborado y representativo ya que rompe una lanza por la revolución en general y por el pueblo del Vietnam en particular.
6/ Sobre las variantes cínicas del concepto “totalitario” (una suerte de goma que la política exterior USA utiliza suprimiendo su punto de partida anticolonialista y según sus intereses incuestionables) me remito a ensayos como el de Enzo Traverso, El totalitarismo. Historia de un debate Buenos Aires, Eudeba, 2001; hay una versión en catalán)
7/ El propio presidente Truman, para nada sospechoso de “liberal”, acusó al Hoover de transformar al FBI en una policía secreta privada: “no queremos una policía secreta o Gestapo. El FBI está avanzando en esa dirección. Está interviniendo en escándalos sexuales y usando el chantaje (…) J. Edgar Hoover daría su ojo derecho para aferrarse al cargo, y todos los representantes y senadores tienen miedo de él”.
8/ Sobre la variada relación de Emma Goldman con el cine ofrece amplias referencias desde la admiración Richard Porton en Cine y anarquismo (Ed. Gedisa, Barcelona, 2001).
9/ Como resulta ostensible en el episodio hispano de la adaptación (ampliada) de Las nieves del Kilimanjaro (Henry King, 1952) en la que el trasunto de Ernest Hemingway (Gregory Peck), “descubre” a la República a través que un jefe comunista (con las características de Valentín González, “El Campesino” que mata por las espaldas a sus milicianos que huyen. Cabe pensar que algo tuvo que ver esta falsificación en el empeño de Gregory Peck para que la Columbia produjera una apología del maquis antifranquista en… Y llegó el día de la venganza (Fred Zinnemann, 1964, USA)
10/ La contribución de Hollywood a la guerra se hizo sin convicción, no hubo ningún título de interés salvo en los casos en los que el punto mira se centro en la propia tragedia de la guerra (es el caso de La colina de los diablos de acero, de Anthony Mann) o abiertamente pacifista como Himno de batalla, de Douglas Sirk, ambas de 1957) en relación a la guerra contra el Vietnam, hubo una inhibición en su momento. Luego se ofrecieron los puntos de vistas de los “halcones” (el abiertamente fascista de Sylvester Stallone, Chuck Norris y otros), y el de las “palomas”, bastante bien representado por la serie de Oliver Stone, sobre todo Nacido el 4 de julio (1989).
11/ Hollywood siempre se asomó al “holocausto” de Hiroshima y Nagasaki para tratar de justificar…Las excepciones críticas son escasas. A anotar El juego del halcón (John Schlesinger, 1985), en la que el personaje central justifica su colaboración con la URSS por el hecho de que los EEUU han sido el único país del mundo en lanzar bombas atómicas contra un población indefensa, y Daniel (Sidney Lumet, 1983) que trata de Daniel, hijo de Paul y Rochelle Isaacson, ejecutados en 1950, acusados de ser espías soviéticos en “el país de las libertades”, EE.UU. Daniel, en los años 60 está envuelto en el movimiento pacifista, y al que el comportamiento de sus progenitores ha marcado hondamente.
12/ Una buena muestra de esta preferencia se desprende de la propia acción en The FBI Story (Mervin LeRoy USA, 1959), donde el agente James Stewart cuenta su trabajo contra los comunistas sin necesidad de demostrar que estos fueran culpable de otra cosa. Hoover fue también llamado el “Himmler norteamericano” por su voluntad en fagocitar el “pánico social” para reforzar la presencia del FB en el Estado.
13/ Del mismo año data Zina (Ken McMullen RU), que evoca el final Zinaïda Bronstein Volkow, primera hija de su primer matrimonio y madre de Esteban Wolkow y la hace partiendo de sus crisis y su tratamiento psicoanalítico.
14/ Entre las películas que abordan las posibles consecuencias del equilibrio atómico se cuenta especialmente el Teléfono rojo…, de Kubrick, así como Fail Safe (Sidney Lumet, 1964), una sólida recreación de una alarma que obliga a los bombarderos estadounidenses que están en el aire a dirigirse con su carga hacia una ciudad soviética…, y Trece días (Roger Donaldson, 2000) que reconstruye desde el punto de vista del Imperio la crisis de los misiles de Cuba. En octubre de 1962, una serie de fotografías aéreas obtenidas por aviones norteamericanos revelaron que los soviéticos estaban instalando en la isla misiles que podrían alcanzar gran parte de los Estados Unidos. Para obligar a la URSS a desmantelarlos, el presidente John F. Kennedy y sus colaboradores decidieron el bloqueo de la isla…