jueves, septiembre 30, 2021

La crisis de los combustibles paraliza a Gran Bretaña


Los medios de comunicación británicos advierten que la enorme suba de los precios mundiales del gas provocará un gran "invierno de descontento". Según la Oil & Gas UK, el precio del gas al por mayor se ha cuadruplicado, desde esta época del año pasado. 
 El aumento obedece que el almacenamiento de gas es bajo en la mayoría de los países, particularmente en Europa, cuando comienza una reactivación de las economías. Por otro lado, hay una mayor demanda en Asia, principalmente de China. Algunos periódicos como The Guardian señala que "A medida que los envíos de gas se han desplazado desde Europa hacia China, los flujos a Europa desde Rusia no han podido compensar el déficit"- El boicot de parte de Estados Unidos a la finalización del segundo gasoducto ruso que atraviesa el Mar Báltico hacia Alemania, ha sido respondido con un freno del fluido que pasa por Ucrania hacia Europa.
 La crisis es especialmente profunda en el mercado del Reino Unido, donde las compañías eléctricas no pueden trasladar a los consumidores el incremento de los precios mayoristas y decenas de ellas afrontan la amenaza de una quiebra este invierno. Nueve firmas han colapsado desde que empezó el año, lo cual expone a casi 1,5 millones de personas a nuevos contratos y tarifas mucho más elevadas. Se espera que los precios lleguen a un récord en octubre y prosiga en abril. Se estima que las aproximadamente 60 empresas de energía del Reino Unido podrían reducirse a 10 a finales de año. 
 La crisis del mercado de gas ya paralizó las fábricas del norte de Inglaterra y descarriló la cadena de suministro de dióxido de carbono, que es vital para las industrias de producción de alimentos, bebidas y carne. La financiera Bloomberg advierte que este aumento de los precios amenaza con detener la recuperación económica y un alza el precio de casi todo. 
 A esto se le suma que desde casi una semana se pueden ver largas filas de automóviles en muchas gasolineras británicas después de que British Petroleum (BP) anunciara que se vio obligada a cerrar "temporalmente" algunas de sus estaciones debido a la falta de combustible. A BP se sumaron otros distribuidores. La escasez de combustible se ha agravado por la escasez de conductores de vehículos de carga pesada, como consecuencia de los cambios de licencias a camiones extranjeros. Para tratar de solucionar el problema, el gobierno está ofreciendo visas “temporales” a 5.000 conductores extranjeros de camiones cisterna de combustible y a camiones de comida. Con la amenaza de que se vea interrumpido el rentable período navideño, se ha habilitados el ingreso a 5.500 camiones avícolas extranjeros. También está intentando recuperar alrededor de un millón de conductores de vehículos pesados de la industria, que se han ido debido a las intolerables condiciones de trabajo y los bajos salarios para lo que es un trabajo altamente calificado. Boris Johnson ha solicitado que el ejército del transporte de carga. 
 A medida que se acerca el invierno, la paranoia crece. Los analistas advierten que se está formando una “tormenta perfecta” para una crisis política y social de envergadura. 

 Mauri Colón 
 29/09/2021

Miles Davis, a 30 años de su muerte: “ponele cualquier nombre que se te ocurra”


El 28 de septiembre de 1991 fallecía el trompetista y compositor Miles Davis. 

 La anécdota no le es ajena a nadie, pero ¿qué impide repetirla otra vez? Con un set de improvisación que duró la media hora asignada por los organizadores y ante casi 600.000 personas, Miles Davis se presentó el 29 de agosto de 1970 en el festival de la isla Wight de Reino Unido. El cierre de la jornada estuvo a cargo de los Who, por lo que, junto a la agitación deshidratada y atiborrada de estupefacientes del público, debieron rondar muchas ganas de electricidad y distorsión. Le resultó más que sencillo absorber el alto voltaje de esa expectativa: acababa de lanzar, apenas unos meses atrás, “Bitches Brew”, un álbum para el que usó un montón de enchufes. Cuando pisó el escenario, las luces mortecinas del crepúsculo traspasaban el poder a la noche. Todo muy a tono con su fama de “príncipe de las tinieblas”, de la cual disfrutaba. El anunciador, que animaba los intervalos del espectáculo, quiso saber cómo se llamaba la música que la gente iba a escuchar. “Ponele cualquier nombre que se te ocurra”, contestó el trompetista, ofreciendo una muestra de su rechazo a lo previsible y a los encasillamientos.
 No faltan títulos explícitos en su discografía. Entre ellos se ubica “A tribute to Jack Johnson”, de 1971. El homenaje -cincuenta minutos ocupados solo por dos largos temas- excede la devoción que confesaba por el boxeo. Jack Johnson fue el primer afroamericano que consiguió, en 1908, el campeonato mundial de peso pesado, un triunfo al que se opuso el racismo. Acorralado por falsos cargos que años después lo condujeron finalmente a la cárcel, no le quedó más escapatoria que la de exiliarse. Miles Davis intentó poner contra las cuerdas al ninguneo y a la segregación que sufrió el pugilista. Y, lejos de que lo salvara la campana o de tirar la toalla, peleó nuevos rounds. Tras la publicación de “A tribute to Jack Johnson”, la crítica especializada le endilgó la paternidad del jazz-rock, una idea justificada por los riffs machacones de la guitarra y el ritmo arrollador de la batería. En un reportaje se le preguntó qué opinaba al respecto. Espetó una única respuesta: “no toco jazz-rock, yo toco negro”.
 Cada gesto artístico de Miles Davis dio lugar a una leyenda. Viene al caso rememorar la sesión de grabación de la banda sonora de “Ascensor para el cadalso”, un “film noir” de 1957 del francés Louis Malle. Inventó las diferentes piezas que la componen a medida que avanzaba la cinta y según lo que transcurría en las escenas. Retomó, de esta manera, la hazaña de aquellos instrumentistas que acompañaban en directo la proyección de obras del cine mudo. Así lo testificó un escritor invitado a observar la trastienda de la producción de la película. Era Boris Vian, a quien su romance incondicional con el movimiento musical al que Miles se hallaba suscripto, y del que él mismo formó parte como trompetista y cantante, lo llevó a polemizar con una desafortunada aseveración de Jean Paul Sartre: “El jazz es como las bananas, debe consumirse en el lugar en donde se produce”. Desde una de las butacas de la sala, Boris Vian pescó un detalle que le demostró la validez del concepto milesiano de que no existen los acordes equivocados. “En un momento dado, un trozo de piel se despegó de su labio para ir a colocarse en la boquilla. De igual manera que los pintores deben a veces al azar la calidad plástica de sus tonos, Miles aceptó con agrado ese nuevo elemento inaudito, en el sentido literal de la palabra: jamás escuchado”, describió en su reseña del evento. 
 A Miles la inspiración siempre lo encontró explorando filones por fuera de los lineamientos estilísticos que rigieron en distintos momentos. Antes de que culminase la década de 1950, por ejemplo, plasmó un clásico incombustible que rompió con todas las convenciones previas: “Kind of Blue”. Venía de redactar el acta de nacimiento del “cool” y acá botó la barcaza del jazz modal, a cuya cubierta se subieron un gran número de tripulantes. Logró tales prodigios con una fórmula que aplicó en sucesivas ocasiones, la de patear el tablero. Buscó fusiones -algunas desprolijas, hay que decir- con varios géneros: el funk (“On the Corner”, 1972), el rap (“Doo-Bop”, 1992), la electrónica (“Amandla”, 1989), el pop (“You’re Under Arrest”, 1985), la canción popular estadounidense (“Someday My Prince Will Come”, 1961) e incluso, asociado al arreglista canadiense Gil Evans y de la mano de George Gershwin, la ópera (“Porgy and Bess”, 1959). 
 Hasta la fecha todavía perdura una enorme zona de creaciones envuelta por el brillo de su aura (palabra con la que precisamente bautizó un ambicioso proyecto del último período durante el que se mantuvo activo). La vigencia de su legado, el que enseña a no desechar nada por anticipado, se comprueba en trompetistas contemporáneos tan disímiles como el suizo Erik Truffaz y el norteamericano Matt Lavelle, entre tantos otros y tantas otras. 
 En “Miles. La autobiografía”, un libro que escribió en colaboración con el poeta Quincy Troupe, se lee una advertencia de Miles Davis que no admite salvedades: “Los músicos deben tocar los instrumentos que mejor reflejen la época en que viven”. 

 Gastón Rama

Los capitalistas argentinos atesoran 200.000 millones de dólares


El problema no es la llamada "restricción externa", sino el parasitismo de la burguesía y la fuga de capitales. 

 El presidente del Banco Central afirmó que uno de cada cinco dólares que circulan por el mundo fuera de Estados Unidos son atesorados por residentes argentinos. En una disertación que realizó en un congreso de profesionales de ciencias económicas, Miguel Pesce aseguró que «el país genera fuertes excedentes económicos» y estimó que hay unos 200.000 millones de dólares en billetes en Argentina.
 El titular de la entidad monetaria incurrió en una contradicción manifiesta, ya que insistió en que para que el país crezca «sostenidamente» las exportaciones anuales deberían promediar los 90.000 millones de dólares (un salto del 50% respecto de 2020), y en que “Argentina requiere de inversión extranjera no sólo porque es proveedora de dólares a la balanza de pagos deficitaria sino porque aporta tecnología e inversión; pero es cierto que el país genera fuertes excedentes económicos: los residentes argentinos son dueños de activos extranjeros por unos 400.000 millones de dólares y tenemos un saldo positivo de 150.000 millones”. 
 Es decir que terminó reconociendo que no es verdad que sufrimos una escasez de divisas o una «restricción externa». De hecho, agregó: «Lo que necesitamos es un mercado de capitales que convierta ese excedente en inversión». En conclusión, el problema es la huelga de inversiones que prima entre los capitalistas, lo que explica cómo es que hay más de medio PBI guardado en billetes norteamericanos «abajo del colchón». Este parasitismo es estructural e involucra por igual los años de «modelo productivo» de los Kirchner y de la «timba financiera macrista», ya que el propio Pesce resaltó que desde 2007 se importaron 170.000 millones de dólares en billetes desde Estados Unidos. 
 Por lo tanto, mientras a las familias trabajadoras del país les venden (desde ambos lados de la grieta) que no existe más alternativa que ir hacia un acuerdo con el FMI, mientras el Presupuesto 2022 presentado por Martín Guzmán en el Congreso contempla nuevo endeudamiento por 12.000 millones de dólares con organismos internacionales de crédito, y Alberto Fernández vuelve a pedir en una cumbre de la ONU mayor financiamiento; lo cierto es que en todos estos años de inflación, cepo cambiario, crisis de deuda y crecimiento de la pobreza la burguesía nacional multiplicó su atesoramiento en divisas. 
 El planteo de que los problemas de la economía nacional pueden resolverse incrementando las exportaciones se da de patadas con esta realidad que pinta el propio presidente del BCRA. Solo apunta a justificar una política basada en una serie de beneficios a los grandes pulpos ligados a la exportación, como se plasma en el proyecto de Ley de Hidrocarburos y la promesa de una norma similar para la agroindustria, la flexibilización del cepo y la eliminación de retenciones a las exportaciones de servicios, y se programan incentivos a las mineras y automotrices; pero todo eso únicamente busca garantizar «sostenidamente» los pagos de deuda. ¿Qué haría suponer que esas ganancias no redundarían una vez más en fuga de capitales y atesoramiento?
 Finalmente, el gobierno del Frente de Todos tuvo este año la bendición de un boom extraordinario de los precios internacionales de la soja y otros productos primarios, pero las tenencias líquidas del Central apenas se ubican en 1.400 millones de dólares, según la consultora ACM, cerrando un septiembre en que se gatillaron 1.900 millones al FMI y se dilapidaron 700 millones en operaciones para contener la brecha cambiaria. 
 El balance cambiario de agosto, publicado días atrás por la propia autoridad monetaria, demuestra que el mes registró un récord histórico de exportaciones debido a los altos precios de las commodities (no a mayores cantidades), pero sin embargo hubo una diferencia de casi 1.300 millones de dólares entre el valor de las ventas al exterior declaradas en la Aduana y las divisas que efectivamente se liquidaron, mientras que los importadores adelantaron el pago de 450 millones de dólares en relación al valor de mercadería efectivamente ingresada al país. Por lo demás, el informe volvió a mostrar los misérrimos niveles de inversión extranjera directa. 
 Estos típicos movimientos especulativos, característicos de los períodos en que se avizora la posibilidad de una devaluación, revelan que sin nacionalizar el comercio exterior todo auge exportador repetiría a priori los mismos patrones que vienen hundiendo al país en un declive secular desde hace décadas. A su vez, son estos sectores, desde Toyota y la UIA hasta las petroleras y Mercado Libre, los que ponen como condición para invertir que se concrete una reforma laboral que flexibilice los convenios colectivos de trabajo. Esto alecciona acerca de que la reactivación económica en términos capitalistas no partirá nunca de una mejora del poder de compra de los trabajadores, sino por el contrario de un mayor margen de explotación de la fuerza de trabajo y una maximización de la ganancia. Por eso no se cumplen las promesas de Alberto y Cristina sobre salarios y jubilaciones creciendo por encima de la inflación. 
 La huelga de inversiones condiciona todo el rumbo oficial. Refiriéndose a la masa ociosa de más de cuatro billones de pesos que acumula entre Leliq y pases pasivos el BCRA, Pesce expresó que “es dinero que necesitamos y la forma de resolver es que se canalice al financiamiento de las familias y de las empresas a través del sistema financiero y de capitales”. Pero la política de absorción de pesos circulantes (por la cual lleva pagados casi 900.000 millones de pesos en intereses a los bancos) garantiza que los especuladores de las finanzas puedan seguir haciendo negocios en medio de una depresión extraordinaria de inversiones que respondan a sus parámetros de rentabilidad y riesgo. Por eso vemos que en los títulos del Tesoro y del Banco Central están colocados casi el 90% de los depósitos del sistema bancario, lo que además de ser un impedimento de cualquier desarrollo productivo implica una altísima exposición a la solvencia del Estado, y podría hacer de una crisis de deuda soberana el disparador de una corrida bancaria. 
 Este parasitismo confirma que no hay un rumbo alternativo mientras la orientación central siga siendo buscar un acuerdo con el Fondo Monetario, a base de ajuste fiscal y de congraciarse con los reclamos de los capitalistas ligados a la exportación. Para terminar con la supuesta escasez de divisas y la bicicleta financiera, y abrir paso a un ciclo de inversión productiva y desarrollo nacional, es preciso cesar el pago de la deuda externa usuraria y fraudulenta, y nacionalizar la banca y el comercio exterior para que las riquezas del país sirvan a un plan económico debatido y dirigido por los trabajadores. 

 Iván Hirsch

Una polarización “izquierda-derecha” para el relato electoral

En un balance de las PASO, Fernando Rosso, el director de la Izquierda Diario, caracteriza que el comicio produjo una “polarización a los extremos” (Le Monde, 12/9). En la misma línea, Christian Castillo, le pone nombre a esta ´polarización´, pues asegura que el creciente descontento popular con el oficialismo, cuando está presente lo que fue la catástrofe macrista, daría lugar a una tendencia a la “polarización a izquierda y derecha”, nada menos que entre el FITU y los ´libertarios´ (LID, 19/9). Convertir a Milei en un polo de la crisis política (no digamos el mismo FITU) tiene un aspecto alucinante. Más interesante es la proposición de una polarización de orígen electoral, que no se manifestó social o políticamente antes de las elecciones. Los autores no dicen que se trata de una polaridad proletariado-burguesía sino “izquierda-derecha”, o sea dos categorías extraterrenales, de característica auto-proclamatorias. La caracterización es asimismo curiosa cuando las dos primeras fuerzas reunieron más del 70% de los votos, mientras que los ´polos´ en cuestión juntaron el 7% promedio nacional. La lucha que tendrían planteado los trabajadores no es contra el gobierno de los Fernández-Manzur, ni contra la oposición macrista-radical, sino contra el asesor del empresario Eurnekian. Como ocurre con toda polarización política efectiva, en Argentina habría quedado planteada una lucha por el poder, que el FITU no planteó ni de lejos en la campaña electoral. Polaridad mediante, el FITU se habría convertido en la “primera o segunda fuerza” real. Ninguno de los señalados describe la acción política del FITU que contribuyera a atraer a las masas al campo de un lucha de clases política, que es la única forma en que puede desarrollarse un polo revolucionario. No basta para eso la crisis de “los de arriba”. 
 La crisis del “extremo-centro” alude a una combinación política entre el albertismo y el larretismo, que en ningún momento, sin embargo, funcionó como gobierno ni tampoco como alianza parlamentaria o legislativa. El retroceso electoral del oficialismo se manifestó en la tasa de abstención, por un lado, y en el voto a JxC, por el otro. Lo destacado no es la memoria de lo que fue el gobierno macrista, sino la velocidad que adquirió su recomposición política, que tampoco es la misma que en 2019. Electoramente hablando, las de medio término ofrecen un espacio de crecimiento de la izquierda, pero todavía le falta pasar por una experiencia de elecciones ejecutivas. En 2017, el PTS conquistó la mayoría en Libertador General San Martín, Jujuy, que perdió en elecciones provinciales y nacionales subsiguientes. El mismo ciclo ocurrió en Mendoza y Salta, y también en Córdoba, aunque con menos notoriedad. 
 La crisis ha puesto en evidencia el agotamiento terminal del gobierno, lo cual lleva a una crisis de régimen político. Esto conlleva, en principio, a un derrumbe de los planes económicos, con un impacto extraordinario en las de condiciones de las masas. El volumen de las movilizaciones piqueteras son un anticipio de la potencialidad de ese impacto. Rosso y Castillo se han puesto de acuerdo en no mencionarlas, debido a su hostilidad histórica a los movimientos de los trabajadores sin empleo. Pero llama la atención esta omisión en la construcción que hacen de una situación pre-revolucionaria, de confrontación entre Del Caño, de un lado, y Milei, del otro. Lo que uno y otro denominan polarización no es más que el diseño de una reconfiguración del mapa electoral, efectuada con métodos arbitrarios. En esta línea electorera, el aparato del PO sostiene que una “movilización política, incluso reforzará a la izquierda como alternativa de cara a las elecciones de noviembre, por las bancadas que tenemos en juego y las que podemos conquistar” (Prensa Obrera, 16/9). La “movilización política” se refiere a convocar a un congreso del FIT-U. Un congreso encuadrado no es, por ciento, una movilización sino electoral, además de una maniobra de ese aparato para confrontar a un PTS que juzga mediático, con el Polo Obrero que responde al oficialismo. 
 Mientras la izquierda se debate en este oportunismo electoral, buscando su mejor diseño como receptora de votos de un electorado ´descontento´, el país asiste a un cimbronazo social y político. Un gobierno cada vez más desvencijado avanza hacia una ´implosión´ interna, con alcances hacia todo el régimen político. La ´implosión´ afecta ya a la Corte Suprema. La módica ´chequera´ electoral que habilitó el oficialismo sólo ofende a los trabajadores que vieron hundirse sus condiciones de vida durante la pandemia. El precario rearme oficial junto a algunos gobernadores procura rescatar del naufragio un acuerdo con el FMI. Esta crisis no encontrará salida con las elecciones de noviembre.

 Julián Asiner 
 29/09/2021

miércoles, septiembre 29, 2021

México: la lucha por Ayotzinapa continúa, siete años después


Movilizaciones y críticas al gobierno ante la falta de avances en la investigación.

 A siete años de la desaparición de cuarenta y tres estudiantes de la combativa escuela normal rural de Ayotzinapa, Guerrero, hubo nuevas movilizaciones en reclamo de justicia, en las que se escucharon críticas al gobierno actual por la falta de avances sustantivos en la investigación. 
 El 26 de septiembre de 2014, los alumnos de la escuela Isidro Burgos fueron raptados en un operativo que involucró a fuerzas de seguridad de varios niveles y al Ejército. Fue en la localidad de Iguala, a la que los alumnos habían acudido como parte de un viaje de recolección de fondos para poder asistir el 2 de octubre a la movilización que todos los años conmemora la masacre estudiantil de Tlateloco de 1968, en el Distrito Federal. 
 El gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto (PRI) encubrió a los responsables y fabricó un relato basado en confesiones arrancadas bajo tortura, para poner un punto final en el caso. Es que tempranamente se habían desatado manifestaciones masivas en todo el país en reclamo de la aparición con vida. Según aquella versión oficial (la llamada “verdad histórica”), los chicos fueron ejecutados por un cartel del narcotráfico y enterrados en un basurero próximo a la localidad de Cocula. El hallazgo de algunos restos de Alexander Mora Venancio en otro sitio, y más recientemente los de otros dos jóvenes (Christian Alfonso Rodríguez y Jhosivani Guerrero de la Cruz), hundieron esa versión. El entonces titular de la Agencia de Investigaciones Criminales, Tomás Zerón, quien participó personalmente de los interrogatorios, se encuentra actualmente prófugo en Israel.

 Protestas 

Para exigir justicia, este domingo hubo una movilización en el Distrito Federal, desde el Angel de la Independencia hasta el Zócalo. En la misma hubo reproches al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. “Ya llevamos tres años (de este gobierno) y no sabemos el paradero de nuestros hijos, se ha logrado identificar a dos jóvenes [se refiere a Rodríguez y Guerrero de la Cruz] y van varias órdenes de aprehensión libradas contra algunos altos funcionarios que hicieron mal su trabajo. ¿Pero qué pasa con los demás jóvenes?, ¿dónde están?, ¿qué pasó con ellos?, ¿quiénes se los llevaron y por qué? Son preguntas que este gobierno no ha podido responder, por lo tanto seguimos en la incertidumbre y con el dolor insoportable que de nuestra alma a menudo pasa a nuestra mente”, señala el documento de los familiares leído por Hilda Leguideño e Hilda Hernández (La Jornada, 27/9). 
 También el domingo, marcharon 1.500 personas en Iguala, encabezadas por el Comité de Padres de Familia de los 43, donde las críticas hacia el presidente mexicano fueron aún más duras. “Que ya deje de estarse burlando de los 43 padres (…) y que se pongan a hacer algo porque le quedó grande el puesto” (ídem), dijo Bertha Nava, la mamá de Julio César Mondragón Fontes, quien fue asesinado esa noche de 2014. Simultáneamente, estudiantes de las normales rurales marcharon en varios estados y denunciaron tanto la falta de justicia como el recorte presupuestario sobre sus liceos. 
 Algunos familiares aseguran que las autoridades “vacilan” (ídem) cuando se les plantea investigar a las fuerzas armadas. La Fiscalía General, en tanto, se demora con las detenciones. Aún hay 40 órdenes de aprehensión pendientes, sobre un total de 89. Y 21 personas ligadas al caso murieron o fueron asesinadas (Página 12, 27/9). Manuel Vázquez Arellano, sobreviviente de la noche de Iguala, quien este año se convirtió en diputado por el oficialista Morena, reconoció en un reportaje con el diario argentino la escasez de avances.
 El gobierno de Andrés Manuel López Obrador no puede ir a fondo en la investigación debido a sus lazos con las fuerzas armadas, que mantienen intacto su poder. El mandatario de la nación azteca formó una fuerza de seguridad de 100 mil hombres, la Guardia Nacional, en base a la Policía Militar, la Policía Naval y la Policía Federal (una de sus tareas es reprimir la migración a los Estados Unidos). Dicha fuerza, inclusive, será transferida desde la órbita de la secretaría de Seguridad a la de Defensa. A la vez, en 2020 AMLO autorizó a las fuerzas armadas a participar en tareas de seguridad interior hasta 2024, pese a que están comprometidas en los crímenes de la así llamada “guerra contra el narcotráfico”. 

 De Ayotzinapa a Nochixtlán

 En las vísperas del séptimo aniversario de las desapariciones de Ayotzinapa, hubo novedades en la investigación de otro de los hechos luctuosos del gobierno de Peña Nieto, la masacre de Nochixtlán. Ocurrió en 2016, cuando seis maestros que participaban de los piquetes de la CNTE (central sindical docente) contra una reforma educativa, en Oaxaca, fueron asesinados por las fuerzas de seguridad. Dos mandos policiales acaban de ser detenidos, pero el Comité de Víctimas por Justicia y Verdad 19 de Junio advierte que la Fiscalía General de la República está tratando de cortar allí la cadena de responsabilidades, blindando al poder político, en el que incluyen, además del expresidente, al exgobernador Gabino Cué Monteagudo y al excomisionado nacional de seguridad Renato Sales Heredia, que ahora ocupa un cargo como fiscal general en Campeche (La Jornada, ídem).
 El esclarecimiento de los hechos de Ayotzinapa y de Oaxaca dependen de la movilización popular y la organización independiente de los familiares de las víctimas, ya que el Estado no se va a condenar a sí mismo.
 A los 43, en un nuevo aniversario de su desaparición, les decimos presente. Ahora y siempre.

 Gustavo Montenegro

Javier Milei confiesa que quiere integrarse a la casta política


Dijo que “no descarta” una fórmula con Patricia Bullrich de cara al 2023. 

 En una entrevista con El Diario Ar, el candidato porteño de Avanza la Libertad, el fascista Javier Milei, hizo una declaración en la que mostró la hilacha rápidamente. Dijo que de cara a las elecciones de 2023, “no descarta una fórmula con Patricia Bullrich”. Esto tira por la borda sus verborrágicos ataques contra la “casta política”, y confirma lo que señalamos previamente: que al economista no le molesta ser un factor de presión dentro de la interna de Juntos por el Cambio. Y que, de igual forma, no solo es falso que esté por fuera del régimen político, sino que es su expresión más reaccionaria. 
 Milei postula que su “línea divisoria” es (lo que él llama) la socialdemocracia. Dentro de ella ubica (en un discurso delirante) desde el Frente de Izquierda – Unidad hasta al gobierno o el ala “dialoguista” de Juntos por el Cambio. Pero, señala, “a Bullrich la ve en su patio”. Esto es interesante, porque dentro de su “patio”, Milei señala que ve también al peronismo republicano, a los “halcones” de Juntos por el Cambio y a los menemistas. 
 Esta confesión de parte ratifica lo ocurrido el día de las elecciones primarias. Una vez finalizados los comicios, en su acto en el hotel Grand View, Javier Milei señaló que “el liberalismo obtuvo casi un 25% en la Ciudad”. El candidato, no obstante, había alcanzado un 14% de los votos. El casi 11% restante se debe a que incluyó dentro de su tropa a la elección realizada por López Murphy dentro de la interna de Juntos por el Cambio. Son elementos que dan cuenta del fiasco de su discurso contra la “casta política”, ya que no le hace asco a darle la mano a figuras recicladas que representan lo más aberrante del régimen político. Milei no está “por fuera del sistema”; está por dentro y busca alinearse con represores consagrados como Patricia Bullrich, que estuvo con Menem, con De la Rúa, con Carrió y en el gobierno de Macri. O con ajustadores feroces como López Murphy, que en sus quince días como ministro de Economía del expresidente De la Rúa atinó un plan de reducción del déficit fiscal a base de machacar jubilaciones y salarios públicos, despedir trabajadores del Estado, recortar el presupuesto en salud y educación y continuar el sendero privatista del menemismo.
 Pero esto no es novedoso. Milei y los “liberales” reivindican abiertamente a nivel internacional a figuras como Trump o Bolsonaro, que detrás de una pose “outsider” son también parte de la casta política. Aquello que presentan como “disruptivo” frente al andamiaje de la democracia burguesa no es otra cosa que métodos fascistas, como la formación de grupos de choque, la promoción de las Fuerzas Armadas en los asuntos internos o la represión brutal contra los inmigrantes. Pero vale señalar, a su vez, que estas experiencias cuantifican el fracaso del modelo que defienden Milei y sus adeptos. En Estados Unidos, la principal potencia imperialista, no hubo un repunte económico. Más bien al contrario. Durante el mandato de Trump la crisis capitalista hizo profundos estragos, que llevaron el desplome social incluso por debajo de los niveles alcanzados con el crack financiero del 2008/09. Otro tanto sucede con Bolsonaro, que abandonará la presidencia envuelto en una crisis política sin parangón y enormes movilizaciones populares en su contra. 
 Detrás del cuento de “achicar el Estado para que despegue la economía” se encubre una agenda de rescatar a los capitalistas de la contracción económica, liquidando décadas de conquistas históricas de los trabajadores para otorgar todo tipo de subsidios y estímulos al empresariado. Lo que los Milei quieren achicar son los derechos laborales, las jubilaciones, la salud y la educación; todo en pos de engrosar los paquetes fiscales para socorrer a los grupos capitalistas. Una eventual candidatura Milei – Bullrich, por tanto, no tiene absolutamente nada de novedoso. Es la expresión más acabada de la crisis capitalista: el brote de fenómenos de lo más reaccionarios y fascistas. Desde el Frente de Izquierda – Unidad tuvimos siempre la responsabilidad de señalar a estos libertruchos como tales, advirtiendo a los trabajadores cuál es su verdadero contenido político y preparándolos para enfrentar su avance.

Manuel Taba 

Julián Domínguez y la búsqueda de recomponer lazos con el capital agrario


El nuevo ministro de Agricultura busca dejar atrás lo choques con la Mesa de Enlace por la exportaciones de carne. 

 Julián Domínguez llegó al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca para reemplazar a Luis Basterra, como parte del recambio de gabinete tras la derrota electoral. El nuevo elenco, más derechista, responde a la necesidad de profundizar la orientación de avanzar incondicionalmente en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, como se expresa en el Presupuesto 2022. En lo que respecta al campo, este cambio de nombres busca acercar posiciones con la Sociedad Rural y los grandes pooles del agronegocio. Durante la primera semana de su mandato, Domínguez -que proviene de la zona núcleo sojera del interior bonaerense- se ocupó de dejar en claro esto. 
 El martes pasado el nuevo ministro participó del seminario de la Asociación de la Cadena de Soja y declaró que llega al cargo con la «disposición a trabajar para que la Argentina pueda recuperar el nivel de sueños e iniciativas que nos planteamos hace diez años, de alcanzar 70 millones de toneladas», lo cual significa un incremento de más del 50% de la producción actual -que se encuentra en 43 millones de toneladas. Esto agravará el deterioro de los suelos por desertificación, y requiere de desmontes y atropellos sobre las comunidades para que avance la frontera sojera. Según el Inta, cada 40.000 toneladas de soja producidas el suelo pierde 8.700 toneladas de nutrientes naturales (nitrógeno, fósforo, azufre, potasio y magnesio), de los cuales sólo se repone el 37% con fertilizantes. 
 Según la Secretaría de Agroindustria (2020), en la Argentina se desperdician 16 millones de toneladas de alimentos anualmente, lo que representa el 12,5% de la producción agroalimentaria del país. Mientras casi la mitad de la población está debajo de la línea de la pobreza, estos datos demuestran el fracaso de los gobiernos para sacar de la miseria a la población durante los últimos 30 años. Sin embargo, la correlación de estos datos con la profundización del modelo sojero es taxativa: la soja transgénica y el uso de agrotóxicos, junto al monopolio de las semillas en manos de las multinacionales, produce daños graves en la salud de los trabajadores, como cáncer, malformaciones y daños neuronales en niños y hasta causa la muerte. 
 Otro de los objetivos declarados por Domínguez es poner en marcha el Plan Ganadero, para dar por finalizado el conflicto del gobierno con el campo sobre las limitaciones a las exportaciones de carne. El gobierno de Alberto Fernández busca aumentar a 85% el cupo de exportación, que hoy se encuentra en 50%, y además ofrecerá incentivos fiscales y beneficios crediticios al sector cárnico, en línea con lo planteado por el Consejo Agroindustrial Argentino. Nada de esto garantiza una mayor inversión en el sector, pero sí confiesa que no hay siquiera perspectiva de que “vuelva el asado” a la “mesa de los argentinos”. 
 Todos estos anuncios fueron aplaudidos por Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural, quien destacó que Julián Domínguez “es un dialoguista”. Su llegada al ministerio fue saludada también por la Mesa de Enlace. Sin embargo, nada de esto anula que existen tensiones ente los beneficios oficiales a las grandes exportadoras del complejo cerealero-oleaginoso y los terratenientes y productores agropecuarios, como se expresa en que la propia Mesa de Enlace pidió que el gobierno nacional dé marcha atrás con la habilitación del trigo transgénico HB4 y las 50.000 hectáreas ya sembradas. 
 Lo que queda claro es que el gobierno de Alberto Fernández busca despejar tensiones con el campo. Como sucedió con el recule en la intervención de Vicentin o en la fijación de precios al aceite e insumos claves de la fabricación de alimentos como son el maíz y el trigo, todo el discurso de la soberanía alimentaria es abandonado cuando se choca con intereses del gran capital y se busca ofrecer garantías de repago al FMI vía incentivos a las exportaciones. 
 La capitulación constante ante el capital agrario retrata a un gobierno que se dice “nacional y popular” pero desarrolla un plan de ajuste dictado por el Fondo Monetario, y profundiza el sometimiento a los grandes pooles de siembra, los terratenientes y las multinacionales que tienen el monopolio del paquete tecnológico para la producción rural. Estos capitalistas son, además, quienes fugan la mayor parte de sus ganancias producidas sin dejar beneficios para el país. De hecho, todo el boom exportador de este año se debió exclusivamente a los altos precios de la soja y demás commodities, mientras que cayeron las cantidades y hasta el rendimiento por hectárea (reflejando una desinversión). 
 Para lograr un real desarrollo nacional, que venga acompañado de una reinversión de la renta agraria en función de las necesidades sociales productivas, se requiere romper con el FMI y el no pago de la deuda externa, y la nacionalización del comercio exterior. Es la dirección opuesta a la que viene a desarrollar Julián Domínguez, como parte de un gobierno que condena a millones al hambre.

 Martín Vacas Vignolo

Salta: el colapso de la salud pública

El gobierno de Sáenz ha tomado la decisión de avanzar en su política aperturista dado el descenso de los contagios. 

 Sin embargo, los hospitales están al máximo de su capacidad, pero no con casos de covid-19 sino con pacientes con otras patologías crónicas. La nueva escalada de apertura genera las condiciones para agravar esta crisis en el sistema de salud público, aun cuando ya se encuentran en la provincia casos registrados de las variantes MU y Delta. 
 Marcelo Nallar, gerente del hospital Oñativia, denunció que los principales hospitales de la capital se encuentran abarrotados de pacientes secuelados que transitaron covid-19 y con pacientes oncológicos, diabéticos, con obesidad, entre otros. Como los pacientes con enfermedades crónicas no fueron atendidos durante todo el 2020, la situación se ha agravado y por lo mismo necesitan atención permanente e intensiva. El sostenimiento del régimen de gerenciamiento y autogestión ha acentuado la crisis en el sistema de salud pública y el gobierno provincial sigue sin colocar los recursos necesarios aun cuando propicia, con esta nueva apertura, la agudización de esta crisis.
 El gobierno provincial habilitó los boliches y bares bailables en un 50% de su capacidad, con “burbujas” de hasta 8 personas. El turismo en Salta ya no solo estará habilitado para los habitantes argentinos, se extiende a los extranjeros. Los que arriben a la provincia desde el extranjero ya no estarán obligados a un aislamiento preventivo si es que presentan esquema de vacunación completa. Los empresarios del turismo -boliches, gastronomía, casinos, servicios de viajes, hotelería- tienen su propia ley recientemente sancionada con un pack de beneficios que va desde eximiciones impositivas hasta subsidios y créditos sin intereses. El fin de semana pasado el ensayo de apertura de boliches se desmadró por falta de infraestructura de los locales bailables y descontrol de los empresarios de la noche. Los docentes están denunciando la plena apertura de la presencialidad escolar. 
 La mentada “recomposición económica” que traería aparejada la apertura indiscriminada propicia el mejor escenario para que circulen las variantes MU y Delta. Las vacunaciones con las dos dosis no superan el 30% y no hay una campaña en regla para fomentar la vacunación. El gerente del hospital Materno Infantil, Federico Mangione, informó que ya registraron 9 casos de la variante Delta -entre los contagiados hay profesionales de la salud- sin nexo epidemiológico (El Tribuno, 22/9), lo cual significa que hay circulación comunitaria, señalan los infectólogos. También se explicó que, desde el momento en que el 1% del total de los positivos es Delta pasan de cuatro a seis semanas para que esa prevalencia tenga 20% de Delta y de 10 a 12 semanas para que tenga más del 80% de prevalencia. Eso pasó, por ejemplo, en Reino Unido. El gobernador del poncho rojo y negro hace caso omiso a los informes de los especialistas. 
 La provincia se encuentra con una “economía frágil” según el ministro de Economía Roberto Dib Ashur. Aun así, están dispuesto a seguir beneficiando al capital local con tarifazos al pueblo salteño.
 La masa de recursos debe colocarse en la salud para terminar con la autogestión y gerenciamiento, y así asegurar la plena atención sistemática de pacientes con enfermedades crónicas como los oncológicas quienes denuncian la falta y retraso de medicamentos para los tratamientos. La exigencia de los testeos masivos está más vigente que nunca al igual que una campaña en regla de vacunación inmediata. Hay que asegurar un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar y un subsidio al desocupado del 80% de esa canasta familiar. Reducir las horas de trabajo de los trabajadores de la salud sin afectar el salario y la integración de todos los profesionales y trabajadores de la salud a la planta permanente. Debemos ir por la suspensión de la presencialidad escolar mientras dure la pandemia. 

 Olga Céspedes 
 25/09/2021

martes, septiembre 28, 2021

🖋️ Economía del conocimiento, anuncios para CEO's más felices

🕰️ La lucha antifacista y los Arditi del Popolo

Los berlineses se pronuncian por la “expropiación” de viviendas a las grandes inmobiliarias


La capital alemana enfrenta una crisis habitacional motivada por la especulación inmobiliaria. 

 Con el 57% de los votos afirmativos contra el 39% por el “no”, los berlineses pusieron de manifiesto su acuerdo con la expropiación de 240.000 viviendas en manos de grandes empresas inmobiliarias. La votación tuvo lugar por medio de un referéndum no vinculante, en la capital alemana, donde un 80% de los habitantes son inquilinos y donde la especulación inmobiliaria ha disparado los precios de los alquileres, bloqueando el acceso popular a las viviendas.
 La iniciativa ciudadana “Expropiar Deutsche Wohnen & Co” –en honor a la empresa que domina el mercado con unas 113.000 viviendas- logró superar las 170.000 firmas necesarias para el tratamiento del referéndum, que tuvo lugar el pasado domingo junto a las elecciones federales. La misma plantea la adquisición compulsiva, con dinero público, de unas 240.000 propiedades (alrededor del 15% de las viviendas en venta en Berlín) en manos de empresas privadas que poseen más de 3.000 viviendas. 
 Se trata de una práctica similar a la que ya realiza la ciudad de Berlín, que hace algunas semanas compró a las empresas Deutsche Wohnen y Vonovia unas 14.750 viviendas y 450 locales, por alrededor de 3.000 millones de dólares, para intervenir contra la suba de los precios de los alquileres en la ciudad. Estas, y otras 6.000 casas sociales adquiridas en 2019, serán distribuidas entre las empresas públicas de vivienda de la ciudad.
 La salvedad es que, de realizarse la expropiación, esto supondría el pago de dichas viviendas por debajo de los valores de mercado, inflados al ritmo del avance de la especulación inmobiliaria en la ciudad capital de Alemania. La iniciativa plantea la creación de una entidad de derecho público que se financiaría ante los bancos hipotecando el valor de los terrenos y pisos “expropiados”, para pagarle a los especuladores inmobiliarios y que luego se refinanciaría con el pago proveniente de los alquileres.

 Viviendas vs especulación: una crisis sin fronteras 

Como ocurre en las principales ciudades céntricas de la Argentina, entre otras cosas, el precio de los alquileres de Berlín ha ido en aumento con la extensión de los grandes capitales inmobiliarios y el ingreso de las sedes de las principales empresas en la ciudad. 
 Las empresas y desarrolladores inmobiliarios son promotores de grandes edificaciones lujosas y departamentos suntuosos, inaccesibles para la mayoría de la población y que en gran medida se encuentran deshabitados, en una ciudad con el 80% de inquilinos y que fuera catalogada, hace años, como una de las “más baratas” de Europa.
 El precio de los alquileres aumentó un 85% entre 2007 y 2019 y se estima que para 2030 se necesitarían unas 200.000 nuevas propiedades para atender la demanda de viviendas. Mientras que la construcción avanza lento y se encuentra centrada en proyectos inmobiliarios de alto poder adquisitivo, lo que aumenta la presión económica contra los trabajadores y la población e ingresos medios. 

 Sin acuerdo político 

En abril de este año, el Tribunal Constitucional Federal de Alemania dio marcha atrás a la decisión del gobierno berlinés, en manos de los socialdemócratas (SPD) –en coalición con los Verdes y Die Linke («La Izquierda»)- de fijar un tope a los aumentos de los alquileres durante cinco años. 
 Ahora pendería la misma amenaza de avanzarse en una “expropiación”, ya que los cálculos de las compensaciones económicas varían dependiendo de quién las haga. Mientras que el gobierno estima necesarios unos 36.000 millones de euros, lo que representaría un jugoso negocio para los especuladores, los activistas valúan el costo entre 8.000 y 11.000 euros, y otros especialistas se sitúan en el medio entre ambos. Los activistas se fundan en el artículo 15 de la Constitución alemana, aunque de difícil realización sin un consenso parlamentario, lo que supondría eventuales negociaciones con el capital inmobiliario y un negocio multimillonario. 
 Entre los principales impulsores de la iniciativa se encuentran organizaciones de inquilinos de Berlín y fue apoyada por Die Linke, que hizo campaña abierta por el voto al “sí” en el referéndum, lo que le permitió conservar la mayoría de sus votos en la ciudad, ante un escenario nacional de retroceso electoral. Los Verdes, que han crecido nacionalmente, se han mostrado vacilantes en su apoyo a la iniciativa. Mientras que el Partido Social Demócrata, que lidera la coalición en la ciudad, la rechaza, de igual forma que el resto de la oposición. 
 El voto de la población berlinesa es otra exteriorización del rechazo a los negocios inmobiliarios y de la crisis habitacional en curso. La iniciativa “Expropiar Deutsche Wohnen & Co” aparece como una solución limitada, realizable solo en los marcos de un desfalco público y nuevos negocios para los capitalistas.
 El voto positivo debería convertirse en una real expropiación de los expropiadores, empresas que adquirieron gran parte de los terrenos edificados a precios viles en el 2.000 cuando los liquidó la ciudad de Berlín para pagar sus deudas, o que se hacen de ellos aprovechándose de las dificultades económicas de la población. El derecho a la vivienda y la planificación urbana debe estar en manos de los trabajadores, no de los especuladores privados.

 Marcelo Mache

Alemania despide a Merkel con la peor elección histórica para su partido


Las elecciones alemanas arrojaron como dato más sobresaliente la caída de la Democracia Cristiana (CDU) y de su aliado bávaro (CSU), que realizaron la peor elección de su historia. Con el 24% de los votos, quedan ligeramente por debajo de la socialdemocracia y retroceden un 30% con respecto a las elecciones federales de 2017, además de perder 50 escaños en el parlamento.
 La socialdemocracia (SPD) obtuvo casi el 26% de los sufragios, aproximadamente cinco puntos más que en la votación federal anterior. Otro ganador fueron los verdes, que si bien no quedaron en el primer puesto, como en su momento estimaron algunas encuestas, consiguieron el tercer lugar gracias a un salto de más del 60% en su caudal que los llevó a casi el 15%. Los liberales terminaron cuartos (11,5%), con una votación semejante a la anterior. Los dos extremos del tablero político, la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD), y Die Linke, retroceden. La formación filonazi cayó del tercer al quinto puesto, con poco más del 10% de los votos, que sigue siendo un número considerable. Y Die Linke se despeñó hasta el 5%, contra el 9% de la vez anterior (en 2009 había llegado a su pico, con el 12%).
 Hasta el momento, la democracia cristiana y la socialdemocracia venían gobernando juntos. Estos resultados plantean la posibilidad de una nueva coalición en el poder. El SPD ya anunció su deseo de lograr una mayoría en el parlamento con los verdes y los liberales. Pero la CDU-CSU intentará seducir a esos mismos partidos. Se abre ahora un intenso período de negociaciones que podría extenderse incluso hasta fin de año. 

 Un primer análisis 

Estos comicios estaban marcados por la retirada de la canciller Angela Merkel, que gobernó casi los últimos 16 años. Armin Laschet, su delfín, no tuvo éxito. Pero no es un problema de figuras. Después de todo, la mandataria saliente le expresó públicamente su apoyo a lo largo de la campaña, y en las federales de 2017, con Merkel al frente, la derecha ya había retrocedido.
 En estos comicios en particular, la CDU sufre el impacto la pandemia y la crisis económica. En 2020, el PBI cayó un 5%, y aunque ahora hay una recuperación, se pronostica que el 2021 cerrará con un aumento del producto del 2,5%, con lo cual todavía no hay una recuperación completa. 
 Por otra parte, Alemania viene experimentando un deterioro de las condiciones sociales, como fruto de las políticas de ajuste y precarización laboral. Hay un crecimiento de la pobreza entre menores de edad y jubilados. 
Un encarecimiento de los alquileres. El desempleo es relativamente bajo, pero a costa de una multiplicación de los llamados “mini-empleos”, puestos precarios originalmente pensados para estudiantes que ya abarcan a 7 millones de trabajadores sobre un total de 40 (Clarín, 17/9). 
 Pese a ser socio de las políticas de ajuste, y al hecho de que las reformas más brutales fueron aplicadas entre 1998 y 2005 por un canciller socialdemócrata (Gerard Schröeder), el SPD logró canalizar parcialmente el rechazo al gobierno, con una pequeña recomposición electoral. Algunos medios señalan que su candidato, Olaf Scholz, hizo campaña prometiendo un aumento del salario mínimo a 12 euros.
 De todos modos, si hacemos un análisis histórico, veremos que tomados de conjunto, los dos partidos tradicionales, la CDU y el SPD, que han gobernado el país las últimas décadas, han dejado de concentrar en la última década la inmensa mayoría de los votos, y han emergido nuevas fuerzas a su derecha y a su izquierda. Es una manifestación política de las últimas crisis mundiales. 
 Los verdes, como señalábamos, es el partido que más crece en esta elección de 2021. Canaliza el crecimiento del movimiento ambiental. Días antes del comicio, hubo una gigantesca movilización, como parte de la huelga internacional por el clima, encabezada por la referente sueca Greta Thunberg. Es importante señalar que los verdes alemanes son una fuerza completamente adaptada al régimen político, disponible a acuerdos con el mejor postor, sea la derecha o la socialdemocracia. 
 La extrema derecha (AfD) ha encontrado un límite en su vertiginoso crecimiento electoral, cuyas causas habrá que sondear con mayor profundidad. Ese crecimiento había comenzado en el este del país, cuyas diferencias con el oeste, tras la reunificación, son palpables aún 30 años después (mayor desempleo y menores ingresos). Además, promovió una línea xenófoba ante la oleada de refugiados de los últimos años, transformándolos en un chivo expiatorio frente a la crisis. Por el momento, la línea radicalizada y euroescéptica de la AfD no logra ser dominante en la burguesía alemana, lo que le pone un límite a su desarrollo. No obstante lo cual, sus registros electorales siguen siendo considerables.
 En cuanto a Die Linke, también merecen un análisis más detenidos sus resultados, pero es probable que la coalición se haya visto afectada por su falta de una delimitación política seria con la socialdemocracia, con la que cogobiernan, por ejemplo, en Turingia. Un dato interesante es que Die Linke conserva su caudal electoral en Berlín, donde llega al 14% de los votos. En esa ciudad, fue la única formación política que estuvo a favor del “sí” en el referéndum triunfante por la expropiación de viviendas ociosas para bajar el precio de los alquileres. 

 Lo que viene

 El nuevo canciller alemán se enfrentará a un cuadro continental complejo, en el que Merkel cumplía un papel muy relevante. Tras el paquete de rescate de 2020 y la suspensión de los límites de déficit presupuestario dentro de la Unión Europea (UE), a raíz de la pandemia, ahora está en discusión su restablecimiento. El endeudamiento se ha disparado a más del 100% para los 19 países del euro, y en el caso de naciones como Italia y Grecia ese número se eleva a 160 y 200%, respectivamente (France 24, 10/9). Pero la reinstauración de esas metas de austeridad podría tener un efecto recesivo. Se reeditarán, inevitablemente, las disputas que ya se vieron el año pasado entre el eje franco-alemán, el bloque de los llamados países «frugales», y los del sur. 
 A las tensiones dentro de la UE, se suman las que hay con Estados Unidos. Merkel ha secundado las críticas de Emmanuel Macron al pacto militar de Estados Unidos con el Reino Unido y Australia. Ambos mandatarios, también, cuestionaron al presidente Joe Biden por la retirada de Afganistán y pusieron reparos ante el intento del norteamericano de encolumnarlos en una política más agresiva hacia China. Quedan pendientes, a su vez, la resolución de disputas arancelarias en torno al acero y al aluminio. En el plano interno, tanto la socialdemocracia como la derecha han empezado a cortejar a los liberales para la formación del nuevo gobierno. Por eso, vale la pena señalar que su líder, Christian Linder, quien tiene la aspiración de ser ministro de finanzas, es partidario de un férreo control de las finanzas públicas (El País, 27/9), o sea del desarrollo de políticas de ajuste. 
 En el último período se han desarrollado algunas luchas del movimiento obrero en Alemania, como las huelgas de los conductores de trenes, pero no ha habido una irrupción generalizada. Preparar la intervención de los trabajadores es la clave frente a la etapa que se viene. 

 Gustavo Montenegro

Jubilaciones y Leliqs: los jubilados financian a los bancos


El Estado nacional se ahorró $190.403 millones en haberes con los que pagó una parte de los $814.190 de intereses de Leliqs.

 En lo que va del 2021, el Estado recortó el gasto previsional en un cuarto de lo que utilizó para pagar los intereses de las Leliqs y pases el BCRA. La noticia la difundió un informe del centro de estudios Idesa, que estimó que el ahorro en las jubilaciones y pensiones fue de $190.403 millones en comparación a los $814.190 millones que se pagó a los tenedores de los títulos de las letras.
 El hecho desdice al propio presidente Alberto Fernández, que en la campaña presidencial de 2019 prometió “dejar de pagar los intereses de las Leliq para aumentar un 20% las jubilaciones”. Sin embargo, las prioridades oficiales durante la gestión fueron contrarias, sobre todo si se tiene en cuenta que el aumento de las jubilaciones hasta agosto rondó el 36%, mientras que la inflación en el mismo periodo se ubicó en 51%. 
 También confirma que quienes iban a “combatir la timba financiera del macrismo” se convirtieron en sus facilitadores. Gracias a las altas tasas de interés -de 34% para las Leliq- y bajo la premisa de intentar mantener la pax cambiaria y evitar una corrida del dólar, el BCRA engrosó vigorosamente las letras emitidas hasta alcanzar la suma de 3,9 billones, que explica el pago de 814.190 millones en concepto de intereses en casi 10 meses, superando los gastos estatales en salarios y salud durante el mismo periodo.
 Los grandes beneficiarios de estos negocios son los bancos, que encuentran una excelente oportunidad para invertir los pesos de los ahorristas, pero que trae consecuencias para el conjunto de los trabajadores ya que culmina por encarecer los créditos del sistema bancario y aumentando la inflación debido a que el BCRA recurre a la emisión monetaria para poder cancelar los distintos pagos.
 Las jubilaciones han sido particularmente perjudicadas por el aumento de la inflación. El aumento del 35% no le ganará a la inflación, que advierten rondará el 50%. Así es como al día de hoy, más de la mitad de los jubilados cobran los haberes mínimos equivalentes a $25.922, es decir ubicados por debajo de la línea de indigencia. En cambio, el gasto dirigido al pago de intereses de Leliq y letras desde julio de 2020 a julio de este año había aumentado un 89%. 
 Ni siquiera la derrota en las Paso logró modificar el rumbo fondomonetarista del gobierno. El bono que ahora distintos sectores plantean otorgar seguirá el tono ajustador del posible IFE 4, que consta de una sola cuota de $15.000, pero será incluso menor: se espera un monto de $6.000. Mientras, el aumento de la mínima -gatillado por el aumento del salario mínimo vital y móvil- que cobran más de un millón de jubilados para los próximos dos meses será de $318. 
 El nuevo bono jubilatorio sigue la lógica del otorgado en abril y mayo de este año y busca esconder la liquidación de la movilidad jubilatoria debido a la nueva fórmula responsable de desvincular los aumentos de la inflación, ya que perpetúan el desgaste de las jubilaciones por no incorporar dichos montos a las actualizaciones. Junto a este paquete de medidas, el gobierno anticipó que permitirá acceder a una jubilación a trabajadores desocupados o bajo regímenes informales que cumplan 30 años de aportes y que no alcancen la edad jubilatoria, pero con haberes entre el 50 y el 80%. 
 Lo que parece una medida en favor de cierta recomposición en realidad implica una quita, sobre todo si se tiene en cuenta que la jubilación anticipada ya tenía dictamen en la Comisión Previsional de la Cámara de Diputados con el 100% de los haberes, mientras cientos de trabajadores siguen sin poder jubilarse. Corresponde una moratoria automática y universal y garantía de acceso de quienes trabajan de manera informal a una jubilación, que sea financiado con aportes de las patronales que se beneficiaron durante los últimos años con la precarización laboral.
 El gobierno busca recomponer su imagen de ajustadores seriales repartiendo pequeños bonos y aumentos, pero que no lograrán mejorar los índices de pobreza porque son una reedición de medidas que ya fracasaron en el pasado. La política oficial de rescate de los capitalistas a través de los fondos públicos se profundizó durante la gestión de Alberto Fernández, responsable de vaciar los presupuestos de salud, educación y disminuir el gasto social para atender la pandemia en detrimento de las condiciones de vida. 
 Es necesaria una jubilación mínima de $67.000, movilidad automática indexada a la inflación y a los salarios, restitución de los aportes patronales, moratoria general para quienes no tienen aportes en blanco. 

 Lucía Cope

lunes, septiembre 27, 2021

Hegemonía y contrainsurgencia «soft» - Néstor Kohan

 

 Hipótesis, tesis, bibliografía y polémicas en torno al libro HEGEMONIA Y CULTURA EN TIEMPOS DE CONTRAINSURGENCIA «SOFT» (Editorial Ocean Sur y Editorial Ciencias Sociales).
 Gramsci en el siglo XXI. La herencia rebelde de Daniel Hopen, Haroldo Conti, Rodolfo Walsh, Raymundo Gleyzer y Fernando Martínez Heredia: un programa antiimperialista para la cultura. El papel de la contrainsurgencia “soft” y los “golpes blandos” en medio de una crisis mundial multidimensional. La ofensiva imperialista contra la Revolución Cubana y los diversos procesos populares de Nuestra América. El intento por construir “Nuevas derechas” e “izquierdas gelatinosas” a través de ONG’s financiadas por instituciones contrainsurgentes del imperialismo. El legado de Fidel, el Che y Gramsci: desafíos para las nuevas generaciones.

Alan Woods on the History of Philosophy

“La Sesenta”: un documental sobre una lucha obrera

El documental La Sesenta-Crónicas de una lucha obrera, realización del colectivo de cine político Silbando Bembas, retrata en lenguaje cinematográfico dos momentos de lucha fuerte, de todas las que ha realizado hasta la actualidad, uno de los planteles de personal más combativos del gremio del transporte: los trabajadores de la línea 60 de colectivos. 
 En los últimos años los trabajadores de la 60 han protagonizado luchas gremiales de diversa índole: reclamos salariales, defensa de los puestos de trabajo (la tradicional línea, de la que se supo decir que llevaba “a todos lados”, ha perdido al menos 19 ramales) y también condiciones seguras de trabajo. Este último contexto es el que ha llevado a un enfrentamiento aguerrido de los choferes y demás trabajadores de la 60 con la empresa del Grupo DOTA. A fines de 2016, David Ramallo, mecánico de la empresa, pierde la vida a causa de la desidia patronal respecto de las condiciones de seguridad en los puestos de trabajo. El documental aborda también la lucha del 2015, en la que los trabajadores sostuvieron épicamente cuarenta y dos días de huelga a raíz del despido de Ariel Benítez. El enfrentamiento con la patronal y el Estado (kirchnerista) puso a prueba los nervios y la paciencia de los compañeros de trabajo, a la vez que colocó, blanco sobre negro, por ejemplo, el rol del Estado y los sindicatos en el conflicto. Justamente, uno de los aportes de mayor importancia de la película es mostrar que la complicidad de los sindicatos y del Estado con las patronales no es exclusividad del macrismo sino que tuvieron plena vigencia en el kirchnerismo. 
 En el caso de David Ramallo, el impacto por la muerte del compañero, la inmediata claridad respecto del desprecio patronal por la situación laboral material del personal, llevaron a una lucha por el reclamo de justicia para el compañero fallecido y su familia, y una exigencia de condiciones seguras para todos.
 Por otra parte, el desarrollo de estas luchas, su éxito en términos de conciencia, compromiso y participación, además del logro de una cantidad de objetivos (con altibajos, como en toda lucha: tal el despido de diez compañeros en el conflicto por David Ramallo), están directamente vinculados a la organización que el cuerpo de delegados trabajó con mucha paciencia en los años previos a ambos conflictos, haciendo escuela de intervención sindical con talante combativo. 
 El documental recoge esas gestas para relatarlas en la voz de uno de sus protagonistas, en un lenguaje claro, apoyado con profusión de imágenes relevadas por Silbando Bembas. Esta compañía audiovisual surgió a finales de 2007 en la carrera de Comunicación Social de la UBA, con la intención de intervenir de modo militante “en diversas luchas populares de carácter sindical, socioambiental, de género, de derechos humanos y contra el gatillo fácil, entre otras, desde donde construyó otros dos largometrajes”. La claridad política en la actividad del grupo estriba en su intención de contribuir con su cine a la lucha de clases, “que no tenga una orientación comercial, sino cultural, política, artística, que le permita al público de la clase trabajadora verse representado”, según palabras de Lucía Casado, una de sus integrantes de Silbando Bembas, a la agencia Télam.
 El guión del filme está basado en las crónicas de los conflictos registradas por un joven maestranza de la empresa, Santiago Menconi, volcadas en su libro Sesentazo; crónicas de un lockout. De hecho, son dos los libros que el cuerpo de delegados ha editado, en una excelente iniciativa para consolidar en la memoria la historia de lucha del conjunto de los trabajadores de la conocida línea de colectivos. Las crónicas de Menconi se imbrican con las imágenes tomadas por los realizadores durante los conflictos, complementadas por tomas espontáneas de trabajadores con sus celulares, e incluso con imágenes captadas por cámaras de seguridad de la misma empresa. 
 La película relata el crimen laboral de Ramallo y la subsiguiente lucha, y da un salto a la formidable lucha del año anterior, en la que UTA estuvo groseramente ausente, cuando no franca y violentamente en contra, y la complicidad del Estado con la patronal, no sólo por las conciliaciones obligatorias sino por el desalojo de la ocupación de la sede de Barracas y la represión de Berni en Panamericana y 197. Contada en primera persona por Menconi –que extrapola con su voz las palabras que había volcado en su libro– y por los mismos compañeros en huelga –con lo cual tenemos a trabajadores contándole a otros trabajadores su propia historia–, retrata el dolor de los compañeros y la familia por la muerte del mecánico, la camaradería refractada en organización y lucha, las asambleas y los métodos desplegados: pasaje gratis, paro, festivales artísticos, ollas populares, etc. Un acampe en un puente de Barracas aporta momentos particularmente emotivos, blues de por medio, que tiene como compositor e intérprete a uno de los trabajadores en lucha. Bien dice Néstor Marcolín (delegado de la 60) que el Estado y las patronales abominan de los trabajadores con inquietud artística, y desalientan con la explotación ese desarrollo. 
 También repasa el método de la lenta y paciente construcción de una agrupación sindical combativa que ha desplazado a fuerza de conciencia y perseverancia a las burocracias en la conducción sindical de los trabajadores de la empresa. Finalmente, en lo que el filme se impone como un planteo de los trabajadores con absoluta vigencia, se pone de manifiesto el claro ataque que se viene espesando en estos días: la inminencia de una nueva reforma previsional y una feroz reforma laboral. Las palabras de Rodolfo Walsh, que funcionan como prólogo tanto al libro como al documental -ineludible para todo trabajador y para todo luchador-, colocan bien uno de los sentidos profundos del trabajo de Menconi y Silbando Bembas, al rescatar para la memoria -cuestión de fundamental importancia- la experiencia de lucha de los compañeros de la 60:
 “Nuestras clases dominantes siempre han procurado que no tengamos historia, doctrina, héroes, ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas". 
 La conciencia y la lucha constituyen el camino para rescatar, defender y preservar la memoria de la clase, que es a su vez insumo para la conciencia de clase y la lucha hacia la emancipación social.
 “La Sesenta” se puede ver actualmente en la plataforma Cine.Ar 

 Sandra Gutiérrez y Ceferino Cruz 
 23/09/2021

Estados Unidos: trabajadores audiovisuales preparan la huelga general naciona

Luego de arduas negociaciones con la la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que han llegado a un callejón sin salida, el IATSE, sindicato que aglutina a trabajadores audiovisuales y afines, prepara una votación nacional con el fin de que sus afiliados aprueben una huelga general nacional en Estados Unidos. 

 Súper explotación, pandemia y huelga general 

La IATSE, es, en sus siglas completas, la Alianza Internacional de Empleados de Escenarios Teatrales, Técnicos de Imágenes en Movimiento, Artistas y Oficios Afines de los Estados Unidos, sus Territorios y Canada. Fundada en 1893, aglutina a 150.000 técnicos, artesanos y artesanos en la industria del entretenimiento, incluyendo teatro en vivo, producción cinematográfica y televisiva, transmisiones y ferias comerciales. 
 Mediante un duro comunicado, ha salido a denunciar la situación de híper explotación que viven sus afiliados, perpetuada por las grandes productoras de cine y de streaming y que creció exponencialmente durante la pandemia. 
 Dan cuenta de que a las larguísimas y extenuantes jornadas laborales se le suma el hecho de que no se respetan los mínimos descansos para comer o entre los días laborales y los fines de semana. En cuanto a los salarios, los mismos son muy bajos para los oficios peores pagos y a los trabajadores de ciertos proyectos de streaming de “nuevos medios” se les paga menos, incluso en producciones con presupuestos que compiten o superan a los de los éxitos de taquilla lanzados tradicionalmente. 
 Textualmente, el comunicado denuncia que “es incomprensible que el AMPTP, un conjunto que incluye megacorporaciones de medios de comunicación con un valor colectivo de billones de dólares, afirme que no puede proporcionar a los equipos detrás de escena las necesidades humanas básicas como dormir lo suficiente, descansos para comer y salarios dignos.” Es decir: los ritmos de producción que exigen las productoras se vuelven incompatibles con el desarrollo de una vida mínimamente digna. Y continúa: “la explosión del streaming combinada con la pandemia ha elevado y agravado las condiciones laborales, lo que ha llevado a 60.000 trabajadores detrás de escena cubiertos por estos contratos a un punto de ruptura.” Esto, dicen, a costa de su salud y su seguridad debido al Covid. En la “tierra de las oportunidades” los trabajadores audiovisuales no soportan ni un segundo más la voracidad capitalista con la que productoras que facturan fortunas están destruyendo sus más elementales derechos, no solamente laborales, sino humanos.
 En respuesta a esta situación desesperante, “los miembros de IATSE se están movilizando en preparación para una votación de autorización de huelga a nivel nacional.” Este llamado puso el dedo en la llaga y está comenzando a recorrer el mundo. 

 El paralelismo con Argentina 

Argentina ha sido un país elegido históricamente por productoras internacionales para realizar todo tipo de producciones, como sucedió hace años con la publicidad. Las jornadas laborales que podían llegar a casi un día entero de trabajo corrido, los descansos casi nulos entre un día de filmación y el otro o el pago en negro han sido moneda corriente de este fenómeno.
Ahora, parece que el fenómeno se repetiría: el excelente nivel de mano de obra, los bajos salarios, los altos niveles de desocupación y el precio del dólar convierten a Argentina en tierra fértil para que las productoras de streaming, esas que denuncia el IATSE, vengan con su esquema de súper explotación a exprimir a artistas, técnicos, etc. 
 Los trabajadores audiovisuales de Argentina debemos estar alertas para ponernos en pie de lucha frente a este escenario. 

 Matias Melta 
 26/09/2021

La “platita” que devuelven y el “platal” que nos sacaron

Un ´paquete´ que no resuelve la miseria social ni la crisis política.

 El candidato ´todista” Daniel Gollán fue escrachado por prometer “platita en el bolsillo de la gente”, la manera punteril de aludir al paquete oficial destinado a remontar la derrota electoral. En algo, sin embargo, no se equivocó: las medidas anunciadas apenas alcanzan a ser “platita”, es decir, una gota en el océano del empobrecimiento general. 
 El paquete oficial representa unos 160.000 millones de pesos. En esa cuenta se inscribe el aumento del salario mínimo, que impacta sobre los planes sociales –que pasarán de 14.500 a 16.000 pesos. Luego, para llegar al 82% del nuevo piso salarial, las jubilaciones mínimas deberán recibir la “friolera” de …318 pesos más. Es bueno recordar que la canasta familiar alcanza ya los 140.000 pesos. 
 En cuanto a jubilaciones, se anuncia un bono de 6.000 pesos para aquellos que cobren por debajo de dos haberes mínimos. En los últimos tres años y medio, la caída del poder de compra de las jubilaciones se sitúa entre el 21 y el 29%. Es un despojo mensual de entre 5.000 y 10.000 pesos, de acuerdo al monto jubilatorio que se considere. El bono oficial “devuelve”, ¡sólo durante un mes! el dinero confiscado en estos años, para seguir arrebatándolo una vez pasadas las elecciones y el paquete “social”. 
 En la “cuenta” del gobierno, se anota también el ajuste en el mínimo no imponible para el pago de ganancias sobre el salario. En realidad, esa “corrección” enmienda –tardíamente- la erosión sufrida por el mínimo anterior como consecuencia de una inflación del 3-4% mensual. Pero el estado no devuelve a los afectados ese despojo retroactivo, el cual, además, comienza a ´correr´ de nuevo hasta la próxima ´corrección´ del mínimo, que tendrá lugar en enero. 
 El gobierno anuncia también un IFE acotado de 15.000 pesos, que sólo cubriría al 30% de los que lo percibieron en 2020. Mientras tanto, ha decidido desconocer todos los compromisos contraídos con las organizaciones sociales en relación a los planes Potenciar Trabajo. 
 Como ocurre con todos los paquetes “sociales”, adentro de la bolsa hay una generosa dosis de subsidios a la patronal. Entre un 25 y 30% de los 160.000 millones adicionales corresponden a ello: por caso, la extensión de los Repro y moratorias e incentivos en favor del llamado sistema “Pyme”, el cual, por diferentes mecanismos, terminan siendo transferidos a las grandes empresas capitalistas que tienen a las pequeñas como proveedoras. 
 Ahora bien: el gobierno señala que estas medidas “corrigen” el ajuste fiscal que tuvo lugar durante todo el 2021, y que sólo sacaron a la luz después de la derrota electoral del 12 de setiembre. ¿ Es asi? El presupuesto 2021 le asignó un 21% de incremento al rubro “Prestaciones Sociales” , donde se incluyen las jubilaciones y todos los gastos del llamado ´desarrollo social´. La inflación interanual, sin embargo resultó del 52%. La ´brecha´ del 31% entre uno y otro índice determinó, entre enero y julio de este año, un ajuste fiscal de 870.000 millones de pesos, es decir, cinco veces y media lo que gastarán en el paquete electoral. En cambio, quienes sí accedieron a una indexación puntillosa son los acreedores de la deuda pública, tanto los del Tesoro como los del Banco Central: los vencimientos del segundo semestre de la deuda indexada –por inflación o por el dólar- alcanzan a 1,8 billones de pesos, más de diez veces el paquete “electoral”. Los intereses por Leliqs, que remuneran a los bancos privados por la absorción de los pesos que emite el Banco Central, representan otro billón de pesos. Gollán tiene razón: al lado de esta retribución usuraria, los jubilados y desocupados sólo recibirán “platita”. 

 Siempre el FMI 

El carácter impostor del paquete oficial demuestra que el eje rector del gobierno y del régimen político no se aparta del acuerdo con el FMI. Las medidas “por única vez” dejan en pie la arquitectura del ajuste que ya se ha perpetrado. Pero por las mismas razones, el kirchnerismo descuenta una nueva derrota electoral en noviembre, y está preparando, con insinuaciones facciosas, la próxima crisis de gabinete. En este caso, el pato de la boda será Martín Guzmán, que ya inició su riña particular con Cristina Kirchner. Según informan los diarios de este domingo, nada menos que Martín Redrado, el candidato de la “señora” al ministerio de Economía, se encuentra en Washington discutiendo los “términos y condiciones” de un acuerdo con el Fondo. En el plano económico, está la exigencia de una unificación cambiaria “al menos parcial”, lo que plantearía una devaluación en regla para el dólar oficial. Luego, la elevación de la tasa de interés, como premisa para el ingreso de fondos especulativos. Las consecuencias recesivas de estas medidas son incuestionables. En el plano político, el Fondo ha refrendado la exigencia de una ley del Congreso que avale el acuerdo, e incluso un “acuerdo político” entre el vapuleado gobierno F F y la oposición. 
 A la vuelta de las elecciones, por lo tanto, asoma una nueva crisis política y un cimbronazo social. El plan “platita” es una tentativa burda y sin futuro de encubrir esta perspectiva, que debe ser puesta de manifiesto ante el conjunto de la clase obrera, como punto de partida de una campaña de plenarios y deliberaciones en la perspectiva de un congreso obrero.

 Marcelo Ramal 
 26/09/2021

domingo, septiembre 26, 2021

Luis “Lacayo” Pou, el fusible provocador de la Casa Blanca

El presidente derechista uruguayo Luis Lacalle Pou, en todas las escalas, ha hecho los deberes para posicionarse como un fiel representante de los poderes concentrados del Uruguay y provocador lacayo de la Casa Blanca. 
 Tanto en la ONU, en la CELAC y en la Exposición Rural del Prado, donde los dueños del campo hacen sus demostraciones y mucho lobby agropecuario, el primer mandatario cumplió a pie juntillas los designios de la oligarquía local y de los organismos internacionales, alineado con la derecha más reaccionaria del continente.
 El raid de Lacalle Pou se inició en la Expo Prado. Allí lo esperaban los directivos de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), el embajador de Israel y varios dirigentes y militantes del Partido Nacional. Se mostró complaciente con el sector agropecuario, sector en el que su partido es bastión y que, además, gobierna 15 de 19 departamentos.
 Durante la VI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Lacalle Pou confrontó con Cuba, Venezuela y Nicaragua al afirmar que en estos países no se respetaban los derechos humanos. 
 La puesta en escena de Lacalle Pou logró su cometido: ser tendencia en redes sociales, aparecer en varios medios de comunicación latinoamericanos y mundiales, y enviar un mensaje claro a los Estados Unidos, “estoy con ustedes”. 
 A su coro se sumo Mario Abdo, presidente de Paraguay, que justamente estuvo reunido con Lacalle Pou y el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el estdaodunidense Claver-Carone días antes de la cumbre. A su vez, el cabecilla del BID declaró que “Uruguay es uno de los laboratorios de reinversión para América Latina”:
 ¿Sorprenden las declaraciones de Lacalle Pou en la CELAC? Para nada. En su asunción como presidente, Lacalle no invitó a los mandatarios de los países a los que confrontó en la CELAC y cada vez que puede dice que Cuba y Venezuela son una dictadura. 
 La jugada de Lacalle demuestra tres cosas. Primero, lo deja en evidencia por la planificación de su disputa, incluso citando un fragmento de la canción de la gusanera de Miami “Patria y vida”.
 La segunda, le puede volver como búmeran. Uruguay no se caracteriza por ser un país con grandes tragedias ni violaciones a los derechos humanos como sucedieron en las manifestaciones de Chile y Colombia, pero bastó con abrir las puertas de la cárcel para descubrir que a un presidario lo tuvieron secuestrado dentro de la misma por casi 50 días y los resultados son escalofriantes, al estilo de campo de concentración. 
 La tercera, demuestra la hipocresía y la doble vara con la que se maneja Lacalle Pou. Silencio ante lo que ocurre en China porque es el primer socio comercial, y lleva una gran relación con Iván Duque de Colombia y con Mario Abdo de Paraguay, quienes, obviamente, no se caracterizan por ser paladines de los derechos humanos y la democracia.
 Este miércoles 22 dio su discurso en la 76ª Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Desde Cancillería se afirmó que “el discurso es un gran secreto del Presidente” y desde el diario oficialista El País, que “las palabras del Presidente no iban a pasar desapercibidas.” 
 Bueno, todo lo contrario. Fue un discurso anodino, sin ningún tipo de profundidad y que pasará a la historia sin pena ni gloria. Volvió a reiterar lo de los derechos humanos sin nombrar a ningún país en específico, pero se entiende que va en la tónica de confrontación contra Venezuela, Cuba y Nicaragua.
 ¿Quizá también se refería a Israel por sus ataques a Palestina, a Arabia Saudita, a Qatar por su vejación a los trabajadores que están construyendo los estadios para el Mundial de Fútbol de 2022, al magnicidio de Haití o solo a los gobiernos que no le son afines ideológicamente? 
 Se reunió con el CEO de la organización judía B’nai B’rith, Dan Mariaschin, quien comentó desde Nueva York a El País, que la reunión con el presidente Lacalle Pou “fue excelente”.
 “Cubrimos varios temas en los que compartimos interés, incluida la situación en el Medio Oriente. Hablamos de votar en las Naciones Unidas sobre temas relacionados con los problemas de Oriente Medio”, comentó, agregando que compartieron la preocupación por las amenazas del terrorismo a nivel mundial, pero también especialmente en América Latina. 
 Tras la reunión con Mariaschin, Lacalle Pou, comunicó personalmente al embajador israelí en Montevideo, Yoed Magen, que el país no asistirá a la conferencia de Naciones Unidas, conocida como Durban IV. La primera conferencia de Durban, celebrada del 31 de agosto al 8 de septiembre de 2001, estuvo marcada por profundas divisiones sobre los temas del antisemitismo, el colonialismo y la esclavitud y Estados Unidos y varios países europeos siguieron los pasos de Israel, no participando de ella. Uruguay será el primer país de la región que no asistirá. 
 La agenda del presidente continuó con una reunión con el enviado especial de Estados Unidos para el cambio climático, John Kerry y luego una bilateral con el presidente de Colombia, Iván Duque, con quien tiene una relación personal desde hace largo tiempo. 
 Además de estas reuniones, en Nueva York Lacalle se reunió con directivos de 30 fondos de inversión “para vender a Uruguay” (Lacalle Pou dixit), como si el país fuera un producto. 
 El camino de Lacalle Pou es claro: dinamitar el Mercosur, plantear pleitos en la CELAC y defender a la OEA, alinearse con los gobiernos afines al Departamento de Estado de EEUU y, a la interna, liberalizar a Uruguay a través de Tratados de Libre Comercio (TLC), desmantelar el Estado, quizá de manera no tan brutal como otrora lo hiciera su padre Luis Alberto Lacalle Herrera. 

 Nicolás Centurión. Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

“El juego del calamar”: capitalismo explicito


El nuevo boom de Netflix funda su éxito en mostrar la crudeza de la supervivencia bajo el actual régimen social. 

 “El Juego del calamar” se ha convertido en el nuevo éxito de Netflix en todo el mundo, gracias a que logra escenificar la crudeza de la vida bajo el capitalismo y la dinámica de una sociedad putrefacta, tensando al límite y reuniendo en un mismo lugar todos sus antagonismos y contradicciones. 
 Del director surcoreano Hwang Dong-hyuk, la serie es protagonizada en su país y relata la historia de un grupo de personas endeudadas y llevadas al límite que aceptan participar de una serie de juegos de la infancia -seis en total-, cuyo ganador se hará acreedor de un premio millonario para saldar sus deudas y empezar de cero. La primera salvedad es que la competencia es a muerte y que solo podrán retirarse si la mayoría accede a hacerlo. 

 La ficción del libre albedrío 

El juego se basa en la premisa de que los participantes (delincuentes, estafadores, apostadores, personas en la ruina, enfermos terminales, caídos en desgracia, etc.) han aceptado voluntariamente su ingreso al juego, pero se trata de una ficción. Los propios acontecimientos demuestran, más temprano que tarde, que no existe libertad cuando pesa sobre uno su supervivencia material.
 En este punto, la selección de participantes no deja de ser una muestra de la población lumpenizada, y desplazada de toda “oportunidad”, bajo el régimen social capitalista. Comenzando por el propio protagonista, cuya desgracia personal se inicia tras ser despedido de una importante fábrica y haber protagonizado una huelga derrotada. Sin acceso al trabajo, a la medicina, al crédito, ni oportunidades de ningún tipo, este sustrato representa a la población marginada, proyectando las consecuencias de un “juego social” que se practica a diario.
 La libertad se presenta como en la sociedad actual, ocultando la compulsa material de la realidad subyacente: la pobreza, la exclusión social y las necesidades económicas más elementales, insatisfechas e inalcanzables para la población.

 Iguales pero no tanto 

Otro aspecto que destaca la serie es que la selección de los juegos, por su simpleza y referencia a la infancia, y por su desconocimiento hasta iniciado cada uno de ellos, colocaría a los participantes en un plano de igualdad real ante el resto. Pero el juego demuestra todo lo contrario: la igualdad aparente esconde la desigualdad subyacente… otra vez.
 La serie resalta estas asimetrías en las dinámicas de los participantes, que se agruparán para su éxito bajo criterios sexistas, de fuerza, vitalidad, cultura y liderazgo. Nadie parte del mismo lugar, ni por aptitudes físicas ni por conocimientos previos, lo que quedará de manifiesto en los recursos y artimañas aplicados por y a cada participante. Algo que también expone la exclusión social y la posición desventajosa de miles de millones de personas en la actualidad. 
 La farsa de la igualdad se expresa también en la frustración de una supuesta igualdad de oportunidades, típica de la sociedad capitalista: la idea de que todos podemos arribar a buen puerto, si se dan las condiciones. Los participantes son rehenes recurrentes de esta ficción: a sabiendas que solo uno de ellos podrá salir con vida, no dejan de tropezar con la idea de compartir el botín con sus compañeros o de idear un futuro fuera del juego. 
 En este punto, la competencia (¿social?) romperá con todos los vínculos, relaciones y compromisos sociales: familia, amistades, amores, afinidades, etc. En el camino al “éxito” económico uno debe despojarse de su propia alma. 

 Descomposición social 

Los juegos aparecen instrumentados por unos operarios que esconden su identidad tras unas máscaras, con símbolos impresos (círculos, triángulos y cuadrados) que identifican sus labores: trabajadores, militares y líderes. Algo que sirve para identificar, primariamente, la esencia del Estado. Detrás de ellos se esconde una estructura al servicio de grandes capitalistas que financian la “competencia” y realizan sus apuestas para su ocio y disfrute.
 Esta estructura será la encargada de “limpiar” a los derrotados, con escenas crudas y propias del cine gore. También son quienes posarán impávidos ante hechos y circunstancias inducidos por los organizadores, que llevarán a acelerar los términos del juego. La mayor parte de estos hechos son achacados a los participantes ante la omisión de acción de las autoridades, tras lo que se oculta una clara responsabilidad del “Estado”… como en la vida real.
 “Pensé que el juego era una metáfora perfecta de nuestra sociedad altamente competitiva”, manifestó Hwang Dong-hyuk, quien se basó en cómics japoneses, como “Battle Royale”, “As the Gods Will” o “Alice in Borderland”, para desarrollar su historia, la cual fue enfriada durante más de 10 años y producida ahora por Netflix.
 En su conjunto, “El juego del calamar” es una metáfora cruda de la sociedad capitalista, donde los unos y los otros son obligados a competir, con o sin escrúpulos, en desigualdad manifiesta, con la esperanza de obtener la redención, y donde los “victoriosos” no llegarán exentos de responsabilidad. 

 Marcelo Mache

Las bibliotecas vaciadas


Según una declaración de un noticiero de euronews: “El sedentarismo afecta directamente al rendimiento del trabajador y a la productividad de las empresas”. Y, en consecuencia, también afecta al crecimiento económico oligárquico. Luego son buenos los gimnasios y malas la bibliotecas. 
 Centenares de miles de gimnasios están a rebosar. Toda aldea que se precie tiene su superpolideportivo aunque no tenga biblioteca alguna. Pero las pocas bibliotecas que existen en España están tan vaciadas como la España vaciada. Por ejemplo, la más importante biblioteca de España, la Biblioteca Nacional, situada en Madrid junto a la famosa estatua de Colón, esta vacía, según puede verse en la imagen adjunta. Mientras en sus afueras se acumulan con frecuencia las ignorantes masas del trifachito.
 ¿Pero es cierto que son buenos los gimnasios y el culto al cuerpo? El espíritu deportivo se encuentra completamente identificado con la competitividad más feroz y omnipresente en todas las esferas de nuestras vidas. Un espíritu inducido por los del crecimiento económico oligárquico porque ve, con cierto temor, el citado anuncio de euronews: “El sedentarismo afecta directamente al rendimiento del trabajador y a la productividad de las empresas”.
 Para que el crecimiento económico oligárquico se acelere (que es lo que obsesivamente buscan estos señores), es necesario que todos trabajen deprisa, que no se sedimenten, que no dejen de estar frenéticamente activos. Les es necesario que estén imbuidos del espíritu competitivo y “deportivo”. Que no cese esa dinámica del hábito de ver quién es el que más produce, el que más consume o el que más corre en el gimnasio, en la factoría, que esta idea de psicópatas con prisa no abandonen su cerebro. Por eso, por ejemplo, cuando un político, lacayo del suprapoder económico (el que le aupó en la carrera electoral) llega a ser alcalde, lo primero que se le ocurre es instalar un polideportivo en su pueblo que a buen seguro carece de biblioteca. En este sentido emergen como dos enclaves indispensables en cada pueblo, la existencia de una iglesia y la de un polideportivo, en ambos casos se trata de distraer y alejarse del ejercicio de la mente. 
 Por otra parte el culto al cuerpo o culturismo, además de potenciar éste lucrativo negocio del “espíritu deportivo competitivo”, forma parte de una verdadera religión, la religión“del gimnasio diario”,que nos anula la mente, el pensamiento, y a causa de ello tenemos dificultades para el sano deporte de pensar, que nos permitiría ver que nos están esclavizando con tantas prisas y con tanta actividad, ya hecha congénita. Para evitar estas perjudícales influencias, debemos mantener al menos unas posiciones mínimas: 
 Ver que hay que tener menos prisa, mucha menos. Por ejemplo, que hay que rebajar el valor del footing o de los masivos maratones, que no son tan sanos como dice esta moda. O dejar de usar el auto siempre que se pueda, que deberá ser sustituido por el sano deporte de la bicicleta. En resumen, hacer una sana vida sedentaria (aunque esté de moda decir lo contrario), que será sana siempre y cuando se realice de forma mesurada y no de modo extremado de quietud. En su lugar, el ejercicio debería consistir en paseos muy largos reflexionando en grupo y bajo frondosos árboles de un bosque inmenso repleto de manantiales naturales o por ejemplo practicando el sano senderismo no competitivo. 
 Para conseguir esto habrá que trabajar mucho menos, muchas menos horas de trabajo asalariado-enajenado y además repartir estas horas entre todos. Habrá que dedicar muchas menos horas a los gimnasios para disponer de más horas para la libertad de poder pensar y más horas para la lectura y el recreo de la adquisición de cultura. En este sentido, José Luis Sampedro nos dice “La libertad de expresión no sirve de nada si no hay libertad de pensamiento”, esto quiere decir que es indispensable tener tiempo libre para poder pensar y poder leer, y por supuesto bibliotecas. Habrá que consumir mucho menos, lo estrictamente necesario, para conseguirlo será preciso producir muchas menos mercancías y sobre todo muchas menos plusvalías y ganancias financieras. Además, así extraeremos muchos menos recursos naturales y dañaremos mucho menos a la naturaleza que nos da vida para todos y no sólo para unos pocos privilegiados. Al estar más sedentarios y dejar de movernos en un tráfico frenético, reduciremos mucho las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) como pueden ser el dióxido de carbono (CO2),el metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), etc. y gracias a ello el aire se volverá mucho más transparente y sano. 
 En conclusión, habrá que dedicar muchas menos horas de culto al gimnasio y muchas más horas constructivas y de recreo a las bibliotecas. O dicho de otra forma, llenar las bibliotecas y adquirir por otros medios textos de lectura que fueron vaciadas por el furor productivista-deportivo, potenciado por los señores del crecimiento económico oligárquico. 

 Julio García Camarero, doctor en Geografía por la Universidad de Valencia, ingeniero técnico forestal por la Universidad Politécnica de Madrid, exfuncionario del Departamento de Ecología del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y miembro fundador de la primera asociación ecologista de Valencia, AVIAT.