jueves, marzo 31, 2022

"El Frente de Izquierda no apoya ningún proyecto que implique pagarle y legitimar al FMI" // Del Plá

"El gobierno no da respuestas al hambre y la pobreza" // Eduardo Belliboni

Referéndum en Uruguay: el gobierno se impone por un pelo


El “Sí” a la derogación de la LUC fue derrotado por escaso margen 

 El “Sí” a la derogación de la Ley de Urgente Consideración (LUC) fue derrotado por escaso margen en el referéndum realizado este domingo en Uruguay, al no alcanzar el 50% de los votos que necesitaba. Cosechó el 48,8%, frente al 49,8% del “No” promovido por la coalición de derecha gobernante -al que se le suma el 1,3% de los votos en blanco.
 De derecha a izquierda, hubo una coincidencia en hablar de una “fiesta de la democracia” (Guido Manini Ríos, de Cabildo Abierto) o una “democracia renovada” (Carolina Posse, intendente de Montevideo y miembro del Frente Amplio), cuando lo cierto es que queda en pie un paquete de medidas que ataca las libertades democráticas de la población y el derecho a organización de los trabajadores. La LUC, aprobada por el parlamento a mediados de 2020, incluye un cercenamiento del derecho a huelga, la prohibición de los piquetes, mayores atribuciones para la policía en la identificación y revisión de los ciudadanos, una regla de ajuste fiscal y la posibilidad de cierre de algunas áreas de la petrolera estatal Ancap, entre otros puntos.
 La aprobación de este megapaquete desató una campaña por la derogación de la LUC por parte de organizaciones obreras, estudiantiles y de derechos humanos. La conducción del PIT-CNT, central sindical ligada al Frente Amplio, terminó lanzando una campaña por un referéndum, pero no contra la totalidad de la LUC (más de 400 normas, algunas de ellas aprobadas por el FA), sino contra 135 leyes. 
 En poco tiempo se consiguieron 800 mil firmas, superando el piso necesario para lograr la convocatoria. La campaña fue de menor a mayor y le ha dado un susto al gobierno, que esperaba una victoria más cómoda. El “Sí” se impuso en Montevideo, Canelones y Paysandú. 
 La dirección del Frente Amplio jugó un rol de contención en el proceso. Lo concibió no como un complemento de la lucha en las calles y la organización en los lugares de trabajo contra el gobierno, sino como un sustituto. El FA busca mostrarse ante la burguesía como oposición responsable y actúa con el eje puesto en las elecciones presidenciales de 2024, sosteniendo en el camino al gobierno ajustador. 
 El máximo dirigente del Frente Amplio, Fernando Pereira, sostuvo en vísperas del referéndum que “independientemente del resultado nos tenemos que sentar a buscar consensos que puedan posibilitar leyes que tengan mayores apoyos que apenas una mitad” (El País de Montevideo, 23/3), una orientación conciliadora e incluso de colaboración que ratificó en su discurso posterior al cierre de las urnas. 
 De este modo, el FA actúa como un freno y esteriliza la bronca y la disposición a la lucha que han tenido una nueva expresión en la importante votación lograda por el “Sí” en el plebiscito.
 Explotando esta línea contemporizadora del FA, el gobierno de Luis Lacalle Pou aprovecha para avanzar con su agenda ajustadora. Tras la ratificación de la LUC, aspira a una reforma de la seguridad social que implicaría un aumento de la edad jubilatoria a los 65 años (con 30 años de trabajo). El gobierno ya viene de instrumentar recortes en jubilaciones y pensiones. 
 La mayoría de la dirección del PIT-CNT está subordinada al planteo contemporizador del FA. El plan de lucha que rehuyen es insoslayable para enfrentar el ajuste. Los piquetes y el derecho a huelga no son cuestiones que se puedan deponer por el resultado de un referéndum; son derechos irrenunciables de la clase trabajadora en su enfrentamiento con el Estado. 
 En medio de una agudización de la crisis económica mundial, de una inflación creciente que impacta sobre todo en el precio de los alimentos, el movimiento obrero necesita ganar las calles en defensa de sus reivindicaciones. No se puede esperar a 2024. Al ajuste de Lacalle Pou hay que derrotarlo en tiempo real. 

 Gustavo Montenegro

17,5 millones de argentinos viven en la pobreza


Según los datos del Indec sobre el segundo semestre 2021. 

 El Indec acaba de publicar los datos de pobreza y de indigencia correspondientes al segundo semestre 2021, del cual se desprende que el 37,3% de los argentinos es pobre y el 8,2% indigente. El gobierno, por su parte, se vanagloria por esta leve mejoría en relación al semestre anterior, cuando estamos hablando de índices muy elevados que tenderán a agravarse conforme avancen las medidas dictadas por el FMI. 
 Proyectado a la población total, estamos hablando de 17,4 millones de pobres en Argentina. En términos de hogares, el 27,9% yace bajo la línea de pobreza (con un ingreso medio de $46.712) y el 6,1% se encuentra sumido en la indigencia (con $20.633 como ingreso medio), es decir, no llega a cubrir con sus ingresos la canasta alimentaria. 
 El cuadro varía según las franjas etarias: la pobreza alcanza el 51,4% entre los menores de 14 años; el 44,2% entre las personas de 15 a 29 años y el 32,6% entre quienes tienen desde 30 años a 65. Asimismo, el índice de indigencia es del 12,6%, 10,4% y 6,7% respectivamente para estos tres grupos poblacionales. Como vemos, las infancias en nuestro país son las más golpeadas por esta realidad. 
 Con todo, la tentativa de mostrar este panorama desolador como un progreso en relación a la anterior medición carece de seriedad. Más aún si reparamos en que las cifras exhibidas son anteriores a que tuviera lugar el pico inflacionario del primer trimestre 2022, que hundió en la miseria a nuevas capas de la población. Ni hablar de los tarifazos en los servicios, la devaluación y aumentos en el combustible que vendrán como parte de la agenda pactada con el FMI, la cual terminará de derrumbar los ingresos de los trabajadores, con un gobierno empecinado en fijar pautas salariales a la baja y perpetuar la precarización laboral. 
 A su turno, la caída de 4,7% en el índice de pobreza respecto al mismo semestre del 2020 no tiene nada de meritorio, ya que la comparación se realiza sobre un período signado por el cierre parcial del aparato productivo -fruto de la pandemia- y sus consecuencias sociales. Por otra parte, recordemos que en el segundo semestre del 2021 tuvieron alguna incidencia las migajas preelectorales que lanzó el gobierno.
 De todas maneras, vale detenerse en que, “rebote” económico mediante luego de la fuerte caída del 2020, la reducción en el índice de pobreza fue magro. Sucede que la “recuperación” del empleo de la cual se jacta el oficialismo se dio fundamentalmente en el terreno de la informalidad laboral, donde la remuneración promedio equivale a la mitad de un sueldo en blanco. A su vez, operó el desmadre inflacionario que el gobierno fue incapaz de controlar, e incluso incentivó por medio de naftazos y fomentando las presiones sobre el tipo de cambio al momento de vaciar las reservas para el pago de la deuda.
 Los voceros oficialistas destacan los resultados del nuevo informe, adelantando que Alberto Fernández buscará asirse del supuesto “descenso” en los niveles de pobreza para justificar un recorte en la asistencia social y avanzar en nuevas medidas de ajuste contempladas en el acuerdo con el Fondo. Sin embargo, el escenario sigue siendo alarmante, sobre todo considerando que las estadísticas del Indec no incluyen, al momento de calcular la canasta de pobreza, gastos fundamentales que debe afrontar una familia -como el pago del alquiler- con lo existe un subregistro de ese indicador. 
 Abajo el ajuste del gobierno y el FMI, impulsemos un plan de lucha para salir de la pobreza. Esto es, pelear por un salario igual a $130 mil, por paritarias sin techos con aumentos indexados a la inflación, trabajo bajo convenio para todos, prohibición de despidos y suspensiones y reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Los índices mencionados reafirman la necesidad de un paro nacional. 
 En esa perspectiva, decenas de miles de luchadores nucleados en la Unidad Piquetera, quienes combaten la pobreza todos los días en sus barrios, se encuentran acampando frente a las puertas de Desarrollo Social por trabajo y alimentos. Contrastando con la parálisis de las organizaciones obreras oficialistas y las direcciones sindicales, cómplices del ajuste. 

 Sofía Hart

miércoles, marzo 30, 2022

Chile: el fracaso concluyente de la Convención Constitucional

Durante este lunes, los voceros de la Convención Constituyente anunciaron que habrían llegado a un acuerdo para votar la redacción de un nuevo régimen político. El sistema bicameral vigente sería reemplazado por un Congreso Nacional compuesto por una Cámara de Diputados y una Cámara de las Regiones. Han coincidido con el proyecto los bloques independientes e izquierdistas: el nuevo oficialismo (Apruebo Dignidad); y la derecha, “Chile Vamos”. Según los voceros, se trataría de establecer un "bicameralismo asimétrico", con preeminencia de la Cámara de Diputados. 
 El acuerdo aparece luego de semanas de parálisis, que hizo planear la posibilidad de que no se logre consagrar una nueva Constitución. Los convencionales habían rechazado 93 de los 96 artículos de la propuesta de establecer un "Congreso Plurinacional" que presentó la Comisión de Sistema Político. La parálisis giró en torno a las atribuciones del Ejecutivo y a la continuidad o no del Senado. El régimen actual otorga al Senado un poder de veto a las reformas parciales de la Constitución que presente el Ejecutivo. 
 El poder de veto del Senado es especialmente conflictivo para Boric, porque tiene mayoría de la derecha, que bloquearía el proyecto del nuevo gobierno de una reforma tributaria que permita recaudar el equivalente a cuatro puntos adicionales del PIB. Boric reclama ese dinero para subsidiar las jubilaciones, en especial de quienes han retirado sus ahorro de las AFP por la pandemia; establecer un sistema de pensiones paralelas a las AFP; condonar las deudas bancarias de los estudiantes universitarios que accedieron al CAE (Crédito con Aval del Estado); subsidiar un aumento del salario mínimo y la disminución de la jornada laboral; y crear un plan de salud público -en Chile la atención sanitaria en los recintos públicos es paga- entre otros. 
 Se espera que la reforma sea presentada por el Ejecutivo a mediados de año. La derecha ya anunció su decisión de vetarla. 
 Si el Senado llegara a desaparecer con la nueva Constitución, el gobierno de Boric se ha comprometido a darle un tiempo más de "gracia" o vigencia como parte de un periodo de "adaptación" (probablemente cuatro años más). Como moneda de cambio, Boric tiene expectativas de aumentar sus atribuciones presidenciales a través de la nueva Constitución. 
 La Convención tiene plazo hasta el 5 de julio de este año para entregar el borrador definitivo de la nueva Constitución, luego de haber obtenido una prórroga respecto al vencimiento original en abril próximo. Durante la semana pasada, diputadas del Frente Amplio e "independientes" presentaron un nuevo proyecto de reforma del proceso constitucional que busca una segunda prórroga hasta el mes de octubre. 
 En los términos expuestos, se puede decir con certeza que la Convención ha fracasado. Incluso si logra redactar una nueva Constitución, el nuevo régimen político que se establezca será apenas un maquillaje de la anquilosada Constitución de Pinochet –que cumplió ampliamente su objetivo en las tres décadas de la "transición".

 Javiera Sarraz 
 29/03/2022

China: la guerra, el aumento de contagios y la política “covid zero”


El país Chino viene registrando un aumento en el número de contagios, sin embargo, siguen siendo menores al resto de Occidente. La cantidad de confirmados en el día de hoy es de 10.000 casos.
 Recientemente se confinó a la ciudad de Shenyang -se deben respetar los horarios de entrada y salida y se mantienen los protocolos de distanciamiento social y el uso de barbijo-, tras detectar 47 casos positivos de la nueva variante de Ómicron, BA.2. Las transmisiones se reportaron en una planta de BMW. El sábado de reportaron dos muertes, las primeras en un año.
 "El resurgimiento más reciente en China no significa que la política y las medidas de respuesta del país a la COVID-19 sean ineficaces” advirtió Liang Wannian, jefe de la Comisión Nacional de Salud de China.
 Beijing también confinó a su población luego de una suba de contagios. Jerome Kim, el director general del Instituto Internacional de Vacunas, en el Sur de Korea, dijo que “la política de Beijing de confinamientos y testeos masivos será mucho más difícil de mantener”. Sugirió además que Beijing podía aprender de Korea del Sur y Singapore, en su política de “liberación controlada”, donde se mantiene el distanciamiento social, pero priorizando la vacunación y los tratamientos. El porcentaje de vacunados con ambas dosis es del 87% de la vacuna Sinopharm. 
 Bajo el mandato de Xi Jinping, el país se ha volcado más a sí mismo, promoviendo autosuficiencia y defendiendo el desarrollo en áreas como los semiconductores y otras tecnologías. El retraso al reconocimiento de las vacunas ARNm parece ser un ejercicio político: “no sabemos cómo se toman las decisiones hoy en China pero una mejor vacuna sin duda ayudaría a mantener la política cero covid”, dijo Jin Dongyan, virólogo de la Universidad de Hong Kong. 
 Por otro lado, los confinamientos han creado problemas en los planes económicos de Beijing, que están tratando de orquestar la deuda generada por la guerra entre Rusia y Ucrania, mientras el país trata de conseguir un crecimiento del 5.5%. La exigencia de las empresas -en conjunto con Occidente- de presionar a China, para que adopte una política de convivencia con el virus, responde a la necesidad del país en torno al crecimiento de su economía. 

 La guerra y las sanciones económicas 

El comercio entre China y Rusia ha crecido aceleradamente. Alcanzó un nuevo máximo de casi USD 147.000 millones el año pasado. Durante la última visita de Putin a China el mes pasado, los dos países habían anunciado el aumento de su comercio a USD 250.000 millones para el 2022, además de firmar acuerdos comerciales a largo plazo, especialmente en el sector energético. China es actualmente el mercado más grande para las exportaciones rusas, como petróleo, gas carbón y productos agrícolas. Es inevitable que el comercio entre la Unión Europea y China disminuya a la luz de las sanciones. 
China es afectada negativamente por los aumentos de alimentos y energía. “China es un gran importador de commodities y hay un efecto en términos de intercambio que tomará recursos de los negocios y de la gente, que tendrá menos para gastar en bienes domésticos” dijo Bert Hofman, un exdirector de China en el Banco Mundial, para el Financial Times. 
 Además, China solía restringir importaciones provenientes de ciertas áreas de Rusia debido a las preocupaciones sanitarias. Sin embargo, el mismo día que comenzó la guerra, las autoridades aduaneras de China anunciaron el levantamiento de todas las restricciones sobre el trigo y cebada rusos. El propio FMI dijo que el panorama económico mundial es ahora de una extraordinaria incertidumbre, que los precios de los commodities y la energía aumentarán las presiones inflacionarias y que, si el conflicto militar escala, los efectos serán devastadores.
 Las medidas sanitarias no pueden leerse por fuera del contexto político. La presión de Occidente y las empresas para que el país adopte una posición más aperturista, en conjunto con la disputa del dominio de las farmacéuticas sobre las vacunas, se conjugan con el desarrollo de la guerra que modifica las relaciones internacionales. La protección de la salud y las condiciones materiales de la población son relegadas a un segundo plano.

 Florencia Suárez 
 28/03/2022

"Un fondo para pagarle al Fondo”


Nadie ha atribuido demasiada seriedad al proyecto de los senadores kirchneristas para constituir “un fondo para pagarle al FMI”, con un impuesto del 20% sobre los activos en dólares no declarados. Cristina Kirchner le ha reclamado ayuda para el proyecto al embajador norteamericano, a sabiendas de que Estados Unidos no modificará sus normas de secreto bancario. Mucho menos lo harán los paraísos fiscales, a donde recalan -por “derecha”- las casas matrices de la gran burguesía argentina. Tenaris, la empresa internacional de Techint, tiene su sede en Luxemburgo, no en Buenos Aires. En las últimas décadas, han proliferado zonas y hasta ciudades libres de impuestos en el mundo entero. 
 En el mejor de los casos, el proyecto kirchnerista ha sido interpretado como un blanqueo de capitales, pero no es ese el objetivo. Se trata de un slogan del cristinismo en la disputa por el gobierno. Hace mucho que Cristina se ha ubicado, en el campo del pago de la deuda al FMI. La deuda pública externa es un derecho que el capital levanta sobre los explotados de los países endeudados. 
 El proyecto K delata la duplicidad con la cual el kirchnerismo navega sobre la monumental crisis política en curso. 

 Marcelo Ramal 
 29/03/2022

martes, marzo 29, 2022

El capitalismo que nos vigila

"La dolarización nos llevaría a la devaluación de los 90" // Gabriel Solano en el Canal de la Ciudad

Biden: extendamos la guerra hasta Moscú


Biden, el presidente de Estados Unidos, se tomó un mes entero para hacerse presente en el territorio de la guerra. Se autoinvitó a una reunión del Consejo Europeo, con el propósito de meter presión contra los miembros díscolos de la Alianza (Alemania, Italia, Francia, Hungría), para aterrizar luego en Polonia. En Varsovia, definió que el objetivo estratégico del imperialismo norteamericano en esta guerra es el “cambio de régimen” en Rusia. Para evitar cualquier confusión acerca de sus dichos caratuló a Putin como “criminal de guerra”. La declaración suscitó rechazos en los principales Estados de la UE, aunque no en todos, por ejemplo los Estados del Báltico, la misma Polonia, por supuesto, e incluso Rumania. Entretanto, Clarín (25/3) titulaba que “La Otan despliega 40 mil soldados adicionales frente a Rusia” y, al día siguiente, que “La Otan extiende de cuatro a ocho países sus bases militares en Europa del Este”. Antes de ese discurso, Biden había pronunciado otro, considerablemente más significativo, que la prensa internacional ha ocultado. Ante el personal militar norteamericano en Polonia, en especial la unidad de tropas aerotransportadas (82nd Airbone unit), las llamó “a marchar sobre Ucrania”: “Heading over to Ukraine” (Asia Times, 27/3). Coincidentemente, el Pentágono ha decidido revisar su negativa a entregar cazas F-5 a los Estados que limitan con Rusia, para que puedan proveer a las fuerzas armadas de Ucrania del stock de aviones que tienen en su poder en la actualidad. En Política Obrera nos hemos adelantado en señalar esta estrategia de guerra de parte Estados Unidos -“cambio de régimen”-, repetidamente, desde la invasión de Rusia. Biden lo había dejado claro en el discurso de inauguración del año legislativo de EEUU, ante el aplauso enfervorizado del Congreso. Para Estados Unidos, la llamada guerra de Ucrania es una guerra mundial. En contraste con la posición norteamericana, otros países de la Otan alientan y hospedan “conversaciones de paz” entre Zelensky y Putin. El presidente de Ucrania ha formulado una detallada propuesta para un cese del fuego y una retirada de Rusia. Admite que Ucrania no se incorpore a la Otan, aunque nada dice de la Unión Europea, que no es solamente un bloque económico (hay que recordarlo) sino esencialmente político –que une a la eurozona con otros Estados, fuertemente dependientes de Estados Unidos. No resigna ningún territorio en beneficio de Rusia y advierte que cualquier acuerdo será sometido a un referendo popular. Como garantía del cumplimiento del acuerdo plantea la protección del artículo 5 de la Otan, que la obligaría a intervenir en forma directa en caso de una agresión. Se trata, para Putin, de un planteo inaceptable, que apunta a un compromiso en función de los cambios que se produzcan en el territorio. En este sentido refuerza la confrontación militar, bajo el disfraz de un intento de detener la masacre humanitaria. 
 Rusia, por su lado, ha anunciado una alteración de los objetivos militares, que ya no serían la ocupación de Kiev, la capital de Ucrania, y el reemplazo de Zelensky por un gobierno designado por Putin, sino completar la ocupación efectiva del este del país, en una línea que va desde el norte, Bielorrusia, al sur, los puertos del Mar Negro. En este caso también se trata de un reforzamiento de la guerra, dado que en esa zona se encuentra combatiendo la tercera parte del ejército de Ucrania. La modificación anunciada tampoco aleja la guerra en torno a Kiev y al oeste de Ucrania, porque liberaría tropas ucranianas para pelear en el oriente del país. 
 El impasse de la guerra, en lo que tiene que ver con el terreno, agudiza el enfrentamiento militar y acentúa también la crisis política en ambos bloques en guerra. El destino de Ucrania no se decide en sus fronteras, como pretenden algunos enfoques infantiles en la izquierda, sino en una guerra de alcance mundial. Tanto la Otan como Putin han admitido la posibilidad de recurrir, de acuerdo a las circunstancias, al uso de bombas nucleares ´tácticas´, con el curioso argumento de que su potencia destructiva sería inferior a la descargada sobre Japón en 1945. Victoria Nuland, la subsecretaria de Estado norteamericana, acaba de admitir en el Senado del país, que EE. UU. tiene biolaboratorios secretos en Ucrania, que no estaba dispuesta a revelar. Esta amenaza suma poderosos factores para impulsar una movilización internacional contra las potencias que protagonizan un conflicto militar mundial -por “un cambio de régimen”, sí, a nivel mundial: el gobierno de los trabajadores y el establecimiento de repúblicas socialistas. 
 Aunque los gobiernos de la Otan han reafirmado que el ataque contra sus Estados sería respondido por toda la alianza, no han expresado una posición común para el caso de ataques ´aislados´, por ejemplo, contra convoyes que transporten armas para Ucrania o campos de entrenamiento y arsenales cerca de la frontera contra este país. Para quienes suponen que una guerra mundial no puede ser certificada hasta que no supere el territorio ucraniano, el requisito quedaría satisfecho. No advierten que la guerra es mundial en el campo de los ataques cibernéticos, que afectan la movilización de los aparatos militares que chocan en el terreno, y en el campo económico-político, porque golpean la capacidad de financiamiento de la guerra y del sustento económico de la industria y de la población. Las sanciones económicas han provocado una desorganización fabulosa del mercado mundial; crisis financieras de los Estados; hambre y hambrunas y, por supuesto, realineamientos políticos y militares internacionales. En España, el establecimiento de un ´cepo´ al precio de los derivados del trigo y el maíz ha desatado un levantamiento de los sectores agrarios. Un informe parlamentario prevé, en Gran Bretaña, un tarifazo de gas y luz del 50%, en abril, y otro 50%, en octubre; Alemania piensa cerrar sencillamente los grifos y racionar el consumo. El aumento del precio de los fertilizantes amenaza crear una inflación enorme de costos del agro, con el agravante de que su distribución se encuentra acaparada por tres pulpos internacionales. Si la guerra se prolonga, Rusia perdería, como consecuencia de las sanciones, el 15% del PBI. El informe que advierte acerca de esta perspectiva no señala lo que ocurriría si Biden impone “un cambio de régimen” y el Estado ruso entra en caos.
 La guerra ha dado ya sus primeros largos pasos en Asia, donde India y China actúan en común para prevenir la instalación de la Otan en el área Indo-Pacífico (algo por demás notable, cuando India integra una alianza con Japón, Australia y Estados Unidos). La califican como “tan peligrosa como la expansión a Europa del este”. India ha rechazado las sanciones contra Rusia y ha vuelto a descartar el dólar en su comercio recíproco; el rechazo es compartido por Brasil y Sudáfrica. China ha desarrollado un sistema de pagos independiente. Tampoco Israel boicotea a Rusia, para impedir que se desmorone el acuerdo de hecho que han alcanzado sobre Siria. Más allá de esto, Biden busca revitalizar la industria petrolera de Venezuela e Irán, para contrarrestar las consecuencias de las sanciones contra Rusia, pero necesita para ello el acuerdo de China y de Rusia, que son parte de los países garantes de un acuerdo energético con Irán. La economía mundial en su conjunto ha sido ´reseteada´ al ´modo´ guerra. El Citibank acaba de bloquear un pago de deuda de la siderúrgica rusa Severstal, para ponerla en situación de default, sin importar el perjuicio que significa para los acreedores internacionales. 
 Para el gobierno norteamericano (ver NYT, en Clarín, 26/3), “se agota la diplomacia” –una observación singular en medio de una guerra. Estados Unidos se ha venido preparando largamente para ella: “a lo que venimos haciendo para ayudarlos desde 2014, armas y entrenamiento” (The Washington Post, La Nación, 27/3). Antes de que se reúnan las condiciones para arribar a un compromiso diplomático, por fuerza inestable, la guerra se agravará en todos los terrenos en disputa con la intención, por cada parte, de mejorar sus cartas de negociación. Es un curso intolerable para el conjunto de la humanidad. Un sector de la prensa ve en la agudización de la guerra y del derrumbe económico un campo orégano para el fascismo en Europa y en Estados Unidos. 
 Para la izquierda internacionalista, en la que se inscribe Política Obrera, la prolongación de la guerra en el tiempo y la extensión de ella en la geografía, plantea una lucha de conjunto contra el imperialismo mundial y sus Estados. La Otan y EE. UU. representan, en esta guerra, al imperialismo mundial; es la fuerza animadora principal de esta guerra, en confrontación con un Estado potente militarmente, en apariencia, pero con el rango de cuarta o quinta potencia en el escenario histórico. La oligarquía rusa apila su capital en Londres –está más cerca de la Otan que de Moscú-. Putin ha fracasado en el propósito de reinsertar a Rusia en el mercado mundial y en Europa –el episodio final fue el bloqueo al funcionamiento del gasoducto NordStream2 -2.800 km de caño-, un intento por construir un eje económico con Alemania. Es una guerra por los espolios de Rusia, que solamente puede ser combatida por la unión internacional de los trabajadores, y no por el intento reaccionario y chovinista, como es el de Putin, de alcanzar el status de un imperialismo de comarca. 
 La guerra ha repuesto en el escenario histórico a la Revolución de Octubre de 1917, de un modo ´sui generis´. Al poner en discusión de nuevo el destino de un Estado tan peculiar como el ruso, resurgió la agenda de una unión de repúblicas independientes, atacada por Putin y repudiada por la Otan, que históricamente sólo pudo asegurar una revolución obrera y socialista. En la actualidad, la independencia de Ucrania está condicionada por la guerra entre la Otan del imperialismo mundial, por un lado, y la Rusia oligárquica, capitalista y autocrática, del otro. Solamente puede re-emerger como resultado de una victoria internacional de los trabajadores contra Washington, Bruselas y Moscú. En resumen, propugnamos la derrota de todos los Estados y gobiernos que impulsan, protagonizan y se alinean con esta guerra. 
 En las vísperas del aniversario de la guerra de Malvinas, ella también una guerra de la Otan, es muy oportuno señalar que Argentina y todo el Atlántico sur se encuentran envueltos y afectados por la guerra actual. Malvinas es hoy una plaza militar de la Otan contra China, que ha incorporado a varios países de Sudamérica a su red de inversiones y comercio conocida como Ruta de la Seda. Pretende un lugar en los puertos, como ya reclamó a Montevideo, y en el mar –pesca y petróleo-. Tiene a la segunda mayor cerealera de Argentina e intereses en Vaca Muerta. Esta configuración explica la aparición de la IV Flota norteamericana, destinada al Atlántico sur. El dislocamiento que ha provocado la guerra actual en Argentina es enorme; la coloca ante una declaración de default en tiempo inmediato, y la amenaza de una hiperinflación. Propugnamos, con mayor énfasis, en esta guerra: fuera el imperialismo yanqui, por una Unión Socialista de América Latina. 

 Jorge Altamira
 28/03/2022

La guerra y la pandemia en aumento


La pandemia ha sido relegada a un segundo plano debido al contexto de guerra con Ucrania. “Los repuntes de los casos COVID-19 pueden ser la punta del iceberg”, alerta la OMS. “Sabemos que cuando aumentan los casos, también lo hacen las muertes. Es de esperar que haya brotes y subidas de casos locales, sobre todo en áreas donde se haya retirado las medidas de prevención”, agregan. La tasa de vacunación de ambos países está muy lejos de cifras óptimas aconsejadas por la OMS. Rusia, el país de la vacuna Sputnik V, presenta una tasa de población vacunada del 49 % con dos dosis. Con respecto a Ucrania solo llega al 34%. Se han levantado todos los protocolos de aislamiento por Covid. 
 La prolongación de la guerra y las sanciones económicas por parte del resto de Europa y Estados Unidos crea incertidumbre sobre la capacidad de producción y logística de Rusia para su vacuna –Sputnik- y su principio activo, lo que hace que sus campañas de vacunación sean inciertas en los 71 países que la aplican. Por otro lado, la OMS ha aplazado la aprobación de la vacuna Sputnik hasta después del final de la guerra. Rusia se encuentra en el puesto número 7 de cantidad de muertos por la pandemia en el mundo. 
 La guerra en Ucrania ha provocado que el 50% de las empresas cierren por completo, mientras el resto está siendo forzado a trabajar por debajo de sus capacidades. El PNUD pide, además, ayuda humanitaria inmediata, para mantener en funcionamiento las estructuras de gobernanza y servicios básicos. Los fondos son destinados a financiar los gastos que implica una guerra mundial, desfinanciando los gastos en salud. 
 Rusia es el tercer país con mayor gasto militar en el mundo, 61.710 millones USD. En lo que va del conflicto la moneda rusa (el rublo) se ha desplomado, la bolsa de valores está cerrada, las tasas de interés se duplicaron. El Banco Central de Rusia decidió mantener las tasas al 20%, el mayor nivel en casi dos décadas, y advirtió que “la economía del país se está deteriorando y está entrando en una fase de transformación estructural a gran escala que estará acompañada por un periodo de alta inflación”. Agencias de calificación de riesgo y organismos internacionales han advertido que el país está al borde de caer en el default. A este panorama se suma la salida de unas 400 empresas occidentales del país. Toyota, Volkswagen y Mercedes suspendieron la fabricación de autos. “Las sanciones impuestas a Rusia no significan su aislamiento, el mundo es demasiado grande para que EE. UU. y Europa puedan aislar a un país como Rusia” declaró el portavoz del gobierno ruso, Dmitri Peskov. Además agregó que habrá “aumento de todos los pagos sociales en el futuro cercano”.
 En este contexto, ¿cuánto dinero es destinado a los gastos Covid en pandemia y al mantenimiento de los servicios de salud? Los últimos informes sobre la inversión del PBI del país en el gasto público marcaron una caída del 5% en 2019, al 3% en 2020 cuando, además, comenzó la pandemia. En 2021, según un informe del Ministerio de Finanzas de la Federación Rusa, los gastos para los “cuidados de salud” fueron de 1,4 billones de rublos, mientras los destinados a defensa fueron de 3,5 billones. En el día de la fecha suman unos 70 ataques a hospitales, ambulancias y médicos en Ucrania. Neve Gordon, profesor de derecho internacional en la Universidad de Queen Mary en Londres, señala que “los hospitales y unidades sanitarias se han convertido en un blanco estratégico de ataque”. 
 Por su parte, Alemania dio un giro de 100.000 millones de euros para mejorar su ejército y una inversión anual en Defensa de más del 2% del producto interior bruto. Cumple así con la exigencia de la OTAN de intervenir en el conflicto. 
 Ambas posiciones en conflicto -Rusia de un lado, la OTAN del otro- llevan a la inversión militar para desarrollar una guerra de característica mundial. La disputa por liderar el nuevo reparto del mundo deja a la población arrojada a la muerte. 

 Florencia Suárez 
 28/03/2022

Se agudiza la crisis de la burocracia sindical


Luego de la fractura de la UOM. La caída de Antonio Caló, jerarca de la UOM durante 18 años, ha sido caracterizada como un “sismo sindical”. Tomó por sorpresa a todo el mundo; el propio Caló había reservado una cena en un exclusivo restaurante de Puerto Madero para celebrar el triunfo.Infogremiales señaló lo sucedido en la UOM Capital como el “velorio sindical” de Caló. Este error de cálculo generalizado prendió todas las alarmas en la CGT. 

 Sindicato por sindicato 

“Roberto Fernández, jefe de los colectiveros de la UTA desde 2008, observó de reojo lo que sucedió con Caló en la UOM. Hace cuatro años, cuando logró otra reelección, le surgió una inesperada interna de su mismo riñón. Miguel Bustinduy, por entonces secretario de Organización, se abrió y lo desafió con una lista opositora que no logró validez en medio de intentos de impugnación de los comicios en la Justicia. Además, la izquierda echó raíces, sobre todo en la línea 60, del Grupo DOTA, un sector empresario que se había entusiasmado con el surgimiento de una oposición a Fernández. Con apoyo de los Moyano, y con más adherentes que cuando desafió a su jefe, Bustinduy buscará este año destronar a Fernández de la UTA, uno de los gremios cuyo estatuto fija restricciones casi imposibles de cumplir para cualquier opositor. En 2019, el referente opositor encabezó una violenta toma de la sede gremial, que quedó destrozada.” (La Nación, 25/3). 
 El articulista omite aspectos centrales de la crisis, como el esquema de subsidios al transporte, algo que está puesto en la mira del acuerdo con cel FMI: el quiebre de la directiva de la UTA nacional expresa una profunda disputa entre los principales pulpos del transporte por los subsidios del Estado. 
 Por otra parte, “en el sector aeronáutico también se están gestando recambios generacionales que podrían hacer caer a dos gigantes, como Pablo Biró, del gremio de pilotos (Apla), o Rubén Fernández, de los jerárquicos (Upsa). Después de diez años sin una oposición, Biró se medirá con Diego Pérez Bariggi, hijo de Jorge Pérez Tamayo, también número uno del gremio antes de que asumiera Biró. Mientras que Fernández, que pretende un quinto mandato, rivalizará con Pablo Fresco, un militante de la Juventud Sindical que comulga con los Moyano. Ambas disputas se resolverán en mayo”. El jefe de los Gastronómicos, Luis Barrionuevo, enfrenta una crisis terminal expresada en las principales seccionales, algo similar a lo ocurrido con Caló. La lista de Barrionuevo fue derrotada en la seccional de Mar del Plata, una de las más emblemáticas, y enfrenta la quiebra con la Seccional Capital Federal, a partir de la división con Dante Camaño, que resistió el intento de intervención. 
 En la industria vitivinicola, existe un profundo movimiento en los viñedos y en las principales fábricas del país, que surgió a partir de las autoconvocatorias para luchar por las paritarias. El mismo fenómeno recorre a los trabajadores de la Salud -que recurrieron a autoconvocatorias para luchar contra la superxplotación en la pandemia-, en el citrus de Tucumán.
 “Diferente es lo que sucede con Armando Cavalieri, el jefe del Sindicato de Empleados de Comercio que ya resolvió dejar este año la conducción de Capital Federal y en 2023 la de la Federación, que reúne a todos los gremios mercantiles del país. Cavalieri tiene 86 años y su última reelección estuvo nublada de sospechas. Derrotó por 461 votos a Ramón Muerza, delegado de los supermercados Coto, ex secretario de Organización del gremio y aliado hoy de los Moyano. Convencido de que esta vez se le dará, Muerza buscará en septiembre próximo la revancha, aunque su rival lo más probable es que no sea Cavalieri, sino Carlos Pérez, director de la obra social y mano derecha del eterno líder” (ídem). 

 Los Moyano 

La amenaza llega incluso a los Moyano, en apariencia los más blindados ante cualquier atisbo de oposición: “Hugo Moyano tiene 78 años y su heredero natural es su hijo Pablo, número dos de los camioneros y actual integrante del triunvirato de mando de la CGT. El linaje no detiene, sin embargo, las elucubraciones que hierven cuando surge en el debate sobre lo que podría venir en la era post-Hugo. El chubutense Jorge Taboada, Omar Pérez y Marcelo Aparicio (hoy alejado por un problema de salud) son tres de los nombres que podrían hacer sombra. Pero Pablo Moyano está hoy más incómodo por el protagonismo y la injerencia que adquirieron en la vida interna de la organización tres de sus medios hermanos: Hugo (h.), Facundo y Jerónimo, este último hijo de Liliana Zuleta y flamante secretario de la Juventud a pesar de que jamás manejó un camión.” 

 Pablo Busch 
 28/03/2022

De regreso


El fallecimiento de Madeleine Albright, primera mujer titular del Departamento de Estado, la semana pasada, provocó elogios nostálgicos de EE.UU. y su misión como «líder del mundo libre». Casi nadie en los circuitos oficiales recordó que, en 1996, en entrevista con CBS News, justificó la muerte de medio millón de niños a causa de las sanciones estadounidenses a Irak al declarar que «el costo valía la pena». La imagen es de agosto de 1998 durante una visita a soldados desplegados en Bosnia. (AP)
 Joe Biden prometió que America está de regreso, y pues, hay que reconocer promesas cumplidas: Estados Unidos está regrese, y regrese y regresando. 
 Primera escala de un viaje de regreso, repleto de nostalgia: el retorno a la guerra fría. Los rusos han retomado su papel de los malos de la película, Washington está de regreso como guardián mundial de la democracia; ay, todo como en los viejos tiempos. Ah, y a la vez, también ha regresado eso que se hacía en esos buenos tiempos: los cambios de régimen. 
 En su discurso en Polonia, elaborado para ser proclamado histórico de inmediato, comparado con el de JFK en Berlín y el de Reagan sobre el muro (los grandes discursos de la gran guerra fría), Biden culminó con la frase, en referencia a Putin: este hombre no debe permanecer en el poder. La Casa Blanca difundió el discurso con el grandioso y nostálgico título de: Esfuerzos unidos del mundo libre en apoyo del pueblo de Ucrania. 
 Poco después, altos funcionarios de la Casa Blanca aclararon a medios, sin humor, que el presidente no estaba proponiendo un cambio de régimen cuando dijo que Putin no debe permanecer en el poder. Al parecer aún no tienen una frase nueva para diferenciar lo que dijo el estadunidense después de que Washington acusó al ruso de tener ese mismo objetivo en Ucrania. Pero Estados Unidos está de regreso con una práctica que ha usado durante más de un siglo aunque, eso sí, siempre en nombre de la democracia. 
 Políticos como Biden, quienes no aceptan responsabilidad para nuestros bien documentados crímenes de guerra, pulen sus credenciales morales al demonizar a sus adversarios. Saben que las posibilidades de que Putin enfrente la justicia es cero. Y saben que las posibilidades de que ellos mismos enfrenten la justicia es cero, afirma el periodista y autor Chris Hedges en Scheerpost.com. Los estadunidenses nunca han tenido que rendir cuentas, incluso en casos en los que fueron acusados por librar guerras de agresión criminales bajo las leyes pos-Nuremburg; la mismísima acusación que ellos ahora hacen contra Rusia. Hedges explica que nuestros crímenes de guerra no cuentan, y tampoco cuentan las víctimas de nuestros crímenes de guerra. Y esta hipocresía hace que un mundo basado en reglas, uno que cumpla con el derecho internacional, sea imposible. 
 El fallecimiento de Madeleine Albright, la primera mujer canciller de Estados Unidos, la semana pasada, también provocó elogios nostálgicos de Estados Unidos y su misión sagrada como líder del mundo libre. Casi nadie en los circuitos oficiales recordó que en 1996, ella justificó oficialmente, en entrevista con CBS News, la muerte de medio millón de niños a causa de las sanciones estadunidenses contra Irak al declarar que el costo valía la pena (aunque ella después insistió que fue una declaración estúpida). 
 Tampoco se ha recordado, que durante la presidencia de Clinton, en 1999, Albright fue la principal halcón en la guerra que lanzó a la OTAN encabezada por Estados Unidos contra Serbia –sin autorización de la ONU–, en la cual bombardearon zonas civiles enteras en Belgrado y otros lugares durante 78 días.
 Pocos años después, el entonces senador Biden votaría a favor de la invasión a Irak impulsada por George W. Bush, otra guerra no autorizada por la ONU, no provocada. O sea, mucho de lo mismo de lo que ahora se acusa a Moscú. 
 Pero para gran parte de la cúpula política, este regreso a tiempos tipo guerra fría es bienvenido. Pueden desempolvar la retórica vieja ya bien ensayada, incluyendo alertas sobre la amenaza nuclear presentada por los enemigos del mundo libre. 
 Hay un pequeño problema: los rusos ya no son comunistas o marxistas; entonces tienen que eliminar esos términos de la narrativa oficial, pero aparentemente no todos en este país se han dado cuenta: como protesta contra la invasión rusa a Ucrania, la Universidad de Florida removió el nombre de Karl Marx de una de sus salas de estudios. Aparentemente nadie les informo que Marx era alemán, no ruso.
 Estados Unidos ha regresado… ¿o retrocedido?

 David Brooks | 29/03/2022 | 
 Fuentes: La Jornada

lunes, marzo 28, 2022

El acuerdo con el FMI ya se hace sentir: inflación y crisis política

USA : Invasor de la libertad

La teoría de la “guerra interna”: del discurso de los militares de los ’70 a los “libertarios” en 2022


La teoría de la “guerra interna”: del discurso de los militares de los ’70 a los “libertarios” en 2022 

 El pasado 23 marzo el diputado de la provincia de Buenos Aires Nahuel Sotelo junto a Castello de Avanza Libertad, partido de Luis Espert, presentaron dos proyectos en el marco del 46 aniversario de último golpe militar. Un proyecto proponía dejar de utilizar la cifra de 30 mil desaparecidos en documentos institucionales, argumentando que serían menos los desaparecidos y otro proyecto proponía homenajear a los militares “víctimas” de los ataques subversivos.
 La construcción del pasado reciente está atravesada por las luchas por las memorias, dichas luchas son la expresión de las disputas en el escenario de lucha social por los derechos humanos y las libertades democráticas. Siguiendo al historiador Emilio Crenzel, la historia de la memoria no es el resultado directo de la voluntad de poder, sino más bien es el producto de las iniciativas de verdad y justicia del movimiento de derechos humanos. 
 Los dichos de los autodenominados libertarios no tienen nada de autoría propia, sino que expresan el discurso del Estado durante la última dictadura en el intento de ganar el discurso hegemónico ante el avance de las denuncias a nivel nacional e internacional sobre sobre la situación de los detenidos y desaparecidos. 

 La teoría de la guerra interna 

La dictadura militar se presentaba como salvadora de una Argentina en caos, en una guerra contra una “minoría subversiva”. Se trataba para los militares de una lucha revolucionaria contra un enemigo interno que se expresaba en toda persona que se organizaba sindicalmente, políticamente y en organizaciones sociales, culturales, barriales. A medida que la lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo tomaba fuerza, el gobierno dictatorial estructura la teoría “la guerra interna” sosteniendo que la misma había sino necesaria y destacando que fueron empujados a ella por el violento accionar de los subversivos. (Lvovich y Bisquert, 2008). 
 La guerra interna para estos neofascistas del siglo XXI hoy tiene por objetivo el ataque al movimiento piquetero, la organización de los trabajadores, el movimiento ambientalista, la lucha de las mujeres; son la expresión del negacionismo en todos los planos de las luchas populares. Como los militares en el pasado, buscan atacar toda expresión de organización que vaya contra los intereses de los sectores capitalistas y sus grandes negociados a costa del hambre del pueblo, la depredación ambiental, los salarios de hambre y la violencia a las mujeres y diversidades. 
 La lucha contra estas teorías represivas nos deja una primera conclusión: los enemigos de las libertades democráticas y los derechos de los sectores populares son quienes gobiernan para los mismos intereses que gobernó la junta militar: los capitalistas, la banca internacional, el FMI, que apostaron a los militares para exterminar a quienes luchaban contra su política de saqueo, negociados y pobreza y a favor de las mayorías populares. Los discursos abiertamente defensores de la represión hoy lo encarnan los llamados libertarios, pero los responsables de las políticas hambreadoras y represivas son el gobierno nacional del Frente de Todos y la oposición de Juntos por el cambio que acaban de acordar la entrega de la economía argentina al FMI.
 Afirma la historiadora Elizabeth Jelin que las memorias de los oprimidos surgen con una doble pretensión, la de dar la versión verdadera y la de reclamar justicia. La multitudinaria movilización en Plaza de Mayo contra la represión de ayer y de hoy, contra el pacto hambreador con el FMI es la expresión viva de la lucha por la memoria y la justicia, luchando por un cambio social al servicio de los trabajadores y los sectores populares como los hicieron la generaciones militantes y luchadoras surgidas al calor del Cordobazo. 

 Daiana Cabrera

 Crenzel, Emilio (2016): Entre la historia y la memoria. A 40 años del golpe de Estado en la Argentina.
 Jelin Elizabeth (1998): Los trabajos de la memoria. 
 Lvovich Daniel y Bisquert Jaqueline (2008): La cambiante memoria de la dictadura militar, UNGS

El FMI inaugura el “monitoreo” político


La aceptación del acuerdo con Argentina por parte del directorio del FMI estuvo precedida, según algunas fuentes, por una fuerte deliberación al interior de su directorio. La razón está a la vista, pues la crisis mundial y la guerra, de un lado, y un gobierno y un régimen político fracturados, del otro, han convertido al acuerdo con el FMI en un papel mojado. 
 Sólo por la suba del precio del gas natural, que Argentina debe importar en invierno, ha quedado cuestionada la reducción de subsidios a la energía. Incluso si hubiese un tarifazo del 70%, el gobierno se vería obligado a subir esos subsidios. El Fondo ya dice que es necesario un “recalibramiento” del programa. 

 ¿Significa eso que el FMI renunciará al ajuste fiscal?

 En las consideraciones que el Fondo difundió ayer, hizo una mención al “impacto de la inflación sobre la recaudación fiscal”. Se refiere a que la estampida de precios permitirá acrecentar la recaudación de impuestos al consumo. Los salarios y jubilaciones, en contrapartida, deberán subir por debajo de la inflación. Esa es, justamente, otra de las recomendaciones del “Board”: un manejo “prudente” (sic) para los haberes de los trabajadores activos y pasivos. La pretensión de recaudar choca, sin embargo, con el carácter recesivo del aumento de las tasas de interés y de la caída del salario. Algunos especialistas prevén paradas de plantas industriales por falta de energía. Otro factor recesivo es el reclamo a favor de acumular reservas, lo que requiere una baja de las importaciones para la industria. 
 El “Fondo” admite “riesgos excepcionalmente altos” en el acuerdo con Argentina. Exige un blindaje político al programa, ¿un cogobierno con el macrismo? Recogiendo el guante, Gerardo Morales reclamó a sus pares de JxC que no pateen el tablero, al menos por ahora.
 Más allá de la revisión de las cuentas del Tesoro, se ha puesto en marcha el tutelaje político del FMI, concretamente de Biden y la Otan. En cualquier caso, el FMI no renuncia al principio elemental del acuerdo, que es la dolarización de tarifas, una devaluación, miseria salarial y previsional. 

Marcelo Ramal 
 27/03/2022

domingo, marzo 27, 2022

Ucrania: el Ministerio de la Verdad

Encuentro de la juventud con setentistas: la militancia bajo la dictadura

Entrevista a Pablo Alabarces - Un muchacho como aquel


Un muchacho como aquel es el título del ensayo dedicado a Palito Ortega escrito por Pablo Alabarces y Abel Gilbert. ¿Invención mercantil o ídolo popular? ¿Colaboracionismo con la dictadura? ¿El heredero de Menem que se fue a tiempo? ¿Redención de Palito o patrimonialización estatal? Algunos de estos ejes abordamos en esta entrevista con uno de sus autores, Pablo Alabarces.

170 años de la batalla de Caseros


Nace la argentina semicolonial, de la mano del capital inglés y el imperio esclavista del Brasil.

 El 3 de febrero de 1852, la batalla de Caseros marcó el final del gobierno de Juan Manuel de Rosas. Su régimen, sin embargo, estaba agotado desde tiempo atrás. El rosismo había favorecido a la oligarquía terrateniente con su política de apoyo a la concentración ganadera, proletarización del gaucho y fortalecimiento del aparato coercitivo del Estado. Sin embargo, “esta misma oligarquía comprendía que la nueva situación del mercado mundial planteaba la necesidad de estructurar un Estado nacional para aprovechar las oportunidades de la nueva coyuntura internacional” (1). 
 Para expulsar del poder a Rosas, después de más de 20 años de gobierno, fue necesario un frente de diferentes sectores nacionales y extranjeros. El “Ejército Grande”, que era dirigido por Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, representaba a los propietarios terratenientes del litoral. También eran parte los exiliados unitarios Bartolomé Mitre y Domingo Sarmiento, que representaban a los comerciantes porteños. Apoyaron también el gobierno colorado uruguayo y el Imperio esclavista del Brasil. 
 Caseros terminó con el rosismo e inicio proceso donde la oligarquía porteña viro hacia los autodenominados liberales. En realidad se trataba de Unitarios procapital británico. El rosismo comenzó a desmoronarse, antes y después de la batalla del 3 de febrero de 1852. La política de entrega de la banda oriental, sumada a su política de bloqueo económico al litoral y al Paraguay, allananó el camino para que se formara el frente que lo derrotó en Caseros. 
 Todo el aparato estatal rosista se pasó en bloque al bando vencedor de Caseros, lo cual demuestra que la caída de Rosas era una necesidad de la clase dirigente y no una contingencia bélica como nos quieren explicar los revisionistas nacionales y populares. En los meses posteriores al 3 de febrero, Urquiza quiso unificar el país apoyado por los terratenientes del litoral y las clases dirigentes de interior. Nacionalizó por unos días la aduana de Buenos Aires. Y pretendía poner la ciudad como capital de la nación. El frente victorioso en Caseros, entre los liberales porteños y el federal entrerriano Urquiza, estaba compuesto de intereses contradictorios. Los terratenientes y comerciantes porteños no estaban dispuestos a perder su lugar como provincia dominante. 
 Los ingleses que tenían buenas relaciones con el Restaurador, eran partidarios del libre comercio fluvial en todo el litoral; al igual que el imperio del Brasil, un fuerte representante de los intereses británicos en la región. A pesar de que Rosas, apenas cayó en desgracia, se escondió en la casa de un diplomático inglés (huyó en un buque de guerra británico y pasó el resto de su vida como un pequeño propietario en el campo del Reino Unido) los ingleses simpatizaban más con los liberales que les ofrecían un marco de mayor entrega semicolonial. Desarrollando mucho más las exportaciones de materias primas y la importación de manufacturas británicas.
 Después de Caseros, en Buenos Aires los unitarios y federales se unen en el Partido Liberal para defender los privilegios porteños. Urquiza nombra un gobernador y cierra la legislatura porteña. El frente de Caseros voló por los aires y dio paso a otro periodo de las guerras civiles, entre porteños y el interior. Los porteños se levantan en armas el 11 de septiembre de 1852 expulsando a las fuerzas de Urquiza, para quedarse con la totalidad de los beneficios de la aduana. La misma recaudaba más que todas las otras provincias juntas por su activo y ascendente comercio con Europa. 
 De esta forma los liberales porteños se separan del resto del país. Lo cual reveló el carácter antinacional del mitrismo y de la burguesía porteña, que se oponía al proyecto urquicista de unificar el país: votar una Constitución y nacionalizar el puerto. En ese cuadro la victoria Mitrista solo fue posible a partir de la claudicación de Urquiza; quien prefirió seguir enriqueciéndose como socio menor de la provincia con mejor relación con el mercado mundial. 
 Pero la historia siempre se mira desde las necesidades del presente. Hoy los liberales reivindican a los Mitre. Presentan a la Argentina posterior a Caseros como una gran nación liberal, cuando en realidad se trató de una nación semicolonial del imperio británico. 
 Vladimir Lenin, en su libro El Imperialismo, definía a la Argentina como una “colonia comercial” de Inglaterra. Donde su dependencia económica (bancos, deuda, ferrocarriles) a los capitales ingleses le permitía a Inglaterra anexarse económicamente nuestro país sin violar su soberanía política. Esta entrega sistemática llevó a la argentina al subdesarrollo. 
 Los revisionistas nacionales y populares, que tratan de identificarse con Rosas, hoy pactan con el Fondo y van a un gobierno controlado por el FMI. Su política de ajuste y entrega de los recursos naturales, los ha hecho mirar con más cariño a Mitre y a su política reaccionaria y antinacional.

 El fin del bloqueo y el pronunciamiento de Urquiza 

En 1851 el bloqueo anglofrancés sobre el puerto de Buenos Aires se había terminado. Rosas para ello entregó: “La independencia de Uruguay”. Los mismos ingleses admitieron: “Con Rosas no teníamos ninguna disputa, excepto la independencia de la República Oriental”. Rosas con la Vuelta de Obligado (1845) defendió el derecho de la clase de los terratenientes a continuar su explotación del país, sin tutelas. Esto consistió en un acto de soberanía nacional. Pero sobre todo defendió los intereses de la aduana porteña que le cobraba impuestos a los terratenientes del litoral, del resto del interior y también a la nación paraguaya. Para defender estos privilegios en 1849 entregó la verdadera causa nacional en juego, que era “la defensa de la Banda Oriental como parte constitutiva de la Confederación. O sea, un único Estado en ambas márgenes del Plata. Permitió así que se consagrara la escisión promovida por Gran Bretaña durante treinta años, con Portugal primero y con Brasil después, como fieles aliados” (2).
 De conjunto, el monopolio sobre la Aduana significó, para la clase de los hacendados de Buenos Aires y Rosas en particular, la llave maestra del poder. El tratado con Gran Bretaña permitió que Rosas prosiga con su política de impuestos. En este sentido, la Vuelta de Obligado fue el acto preparatorio de Caseros, porque condujo a la ruptura del frente único de los estancieros en el régimen federal. Rosas como gobernador de Buenos Aires ejercía la representación de las provincias ante el extranjero, según el pacto federal. Todos los años renunciaba a esta potestad a sabiendas que la misma sería rechazada. Pero el 1 de mayo de 1851, el pronunciamiento de Urquiza consistió en aceptar la renuncia de Rosas y asumir directamente las relaciones con el exterior de su provincia. 
 Urquiza fue respaldado por el gobernador correntino Benjamín Virasoro. Exigían la liberación del comercio fluvial, el fin de las aduanas interiores. “Bajo el rosismo los intereses estancieros y comerciantes del litoral crecieron bastante. Sobre todo durante el conflicto con Inglaterra y Francia, en este contexto probaron las delicias del libre comercio, como para seguir tolerando así nomás, que los estancieros porteños los explotaran con un puerto único” (3). 
 Pacho O’Donnell, un menemista hasta el final, que fue nombrado presidente del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico, durante el gobierno de CFK. Frente a los 170 años del pronunciamiento de Urquiza planteó: “Lo peor de Urquiza fue la traición a la Patria. Siendo jefe del ejército que Rosas había preparado para una guerra con Brasil, Urquiza se alía con el emperador de Brasil y da vuelta el ejército y la hace invadir su propio territorio para derrocar a Rosas (4)”. 
 El revisionismo está muy devaluado porque ha demostrado ser la otra cara nacional y popular de la historiografía oficial del Estado. Rosas entregó Banda Oriental en el tratado de 1849. También forzaba al Paraguay a pagar tributo al puerto de Buenos Aires por su comercio exterior. Y postergaba la unión nacional para no compartir los recursos de la aduana. En este sentido Rosas tampoco defendía la causa nacional. Se parecía mucho a su sucesor Bartolomé Mitre, que separó a Buenos Aires del resto del país para defender el monopolio de la aduana. 
 Urquiza consiguió el apoyo del imperio brasileño con tropas y préstamos. Los préstamos fueron otorgados por el banquero Maua, hombre del emperador brasileño y representante en toda la región de los intereses británicos. Los británicos tenían buenas relaciones comerciales con el Restaurador, según ellos mismos reconocían. Casi todos los artículos del campo y la ciudad eran de procedencia inglesa. Pero los emigrados Unitarios, Urquiza y los brasileños ofrecieron una mayor extensión de sus negocios y penetración de sus capitales. Los Colorados de Uruguay, prounitarios y brasileños, fueron activos colaboradores de la causa antirrosista. También formaron parte los Unitarios exiliados en Montevideo.

 La Batalla de Caseros

 El Ejército Grande contaba con 27.000 mil hombres. Primero ingresó en el Uruguay derrotando de inmediato a las tropas de Uribe sin combate. El mismo fue abandonado por Rosas, después del tratado de 1849. Luego ingresó en Santa Fe y avanzó hacia Buenos Aires. El gobernador santafesino huyó hacia la ubicación del Restaurador, pero no pudo evitar que se le sublevara una parte de la tropa. Rosas reagrupó a sus fuerzas y junto 25.000 hombres en su campamento de Santos Lugares. En la mañana del 3 de febrero, Rosas se entera de la deserción de su general en jefe Ángel Pacheco, quien se retiró con la excusa de estar enfermo. La moral en Santos Lugares estaba por el piso. Rosas asumió en forma personal la conducción de su ejército. 
 En el Ejército Grande en la función de boletinero y vestido con un raro uniforme de coronel francés “venía el ya célebre polemista Don Domingo Faustino Sarmiento. En la artillería un joven coronel que hacía versos malos y se llamaba Bartolomé Mitre. Ambos futuros presidentes de la república” (5). Las versiones de la participación de Mitre en la batalla de Caseros son muy diferentes. Él se atribuía un gran papel. Pero un anciano coronel de apellido Espíndola, que vivía en Entre Ríos, decía haberlo encontrado escondido tras un monte con su artillería. Al preguntarle qué hacía ahí, Mitre contestó: “estoy economizando sangre” (6).
 La batalla duró casi seis horas, se desarrolló en la estancia de la familia Caseros. A pesar de chocar casi 50.000 hombres, las bajas no superaron los 500. Urquiza no logró imponer un mando único a su Ejército Grande. Cada jefe hizo lo que quiso. El mismo cargó al frente de su caballería entrerriana contra la izquierda de la línea rosista, abandonando la comandancia general. La infantería brasileña, junto a brigadas uruguayas y caballería argentina, tomó el palomar de la familia Caseros, situado a la derecha de las líneas rosistas, una vez que cedieron los flancos sólo siguió la resistencia en el centro.
 Rosas al frente de sus tropas intentó contener la desbandada arengando y dando instrucciones permanentes. La caballería rosista rápidamente se desbandó en retirada. Chilavert (el primer fusilado por los vencedores) y otros resistieron en la artillería central hasta el final. El restaurador fue herido por un balazo en la mano derecha. En las primeras horas de la tarde abandona el campo de batalla al observar su derrota inminente. En el Hueco de los Sauces (actual Plaza Garay) redacta su renuncia. El restaurador se refugió en la casa de representante de negocios británicos y rápidamente se embarcó a Inglaterra para nunca más volver en vida al Río de la Plata. 

 El desmoronamiento del rosismo, saqueos y masacre

 La demostración más acabada del agotamiento del régimen rosista, se relaciona con su desmoronamiento antes y después de Caseros. Los terratenientes, los funcionarios y políticos, se pasaron de inmediato al bando vencedor. “Al día siguiente de Caseros, terratenientes porteños, como los Anchorena, primos de Rosas, renegaban de su pasado rosista y trataban de congraciarse con las nuevas autoridades” (7). Vicente López y Planes, quien fue durante muchos años presidente de los tribunales rosistas, de inmediato se puso bajo la protección de Urquiza, quien lo nombró nuevo gobernador. Se mantuvo bajo la órbita del entrerriano hasta las vísperas del 11 de septiembre. Vélez Sársfield representó al restaurador en negociaciones con otros gobernadores y fue jurisconsulto del régimen rosista. Después de Caseros apoyó a Urquiza hasta que nacionalizó la aduana porteña. Junto a Mitre fue uno de los dirigentes de los Liberales. A estos se suma la deserción de Pacheco y la inmediata rendición de Mansilla. 
 La batalla de Caseros duró desde las 9.00hs hasta casi las 15.00hs. Pero la desbandada de las tropas rosista comenzó después de las 11.00hs aproximadamente. “La población porteña estaba consternada. Al mediodía, los primeros desbandados de las tropas rosistas empezaron a entrar a la ciudad con noticias aún confusas, pero dos horas más tarde los que llegaban portaban una certeza, la de la derrota” (8). Mansilla, quien dirigió la resistencia en la Vuelta de Obligado, era el comandante de la ciudad e intentó levantar alguna resistencia. Pero, como el conjunto de los rosistas, de inmediato decidió declinar, pactando con Urquiza utilizando la mediación de diplomáticos extranjeros. Las tropas de reserva que Mansilla quiso organizar rápidamente se disolvieron al enterarse del resultado de la batalla. 
 A las 16. 30 de ese mismo 3 de febrero marinos británicos y franceses se apostaron delante de la aduana, del banco y de las casas de sus agentes; también desembarcaron estadounidenses, suecos y sardos. El Estado rosista se había desintegrado y Urquiza no ingresaba a la ciudad; permaneció en la estancia de Palermo del recién caído Rosas. Los derrotados de Caseros volvieron a la ciudad y junto a parte de la población urbana pobre comenzaron a saquear de forma generalizada. Primero en la Recoleta, luego se extendieron en toda la ciudad. Los ricos horrorizados se organizaron y entraron al Fuerte que había sido abandonado con su armamento. Junto a las tropas extranjeras comenzaron a disparar contra los saqueadores. Urquiza después de unas horas mando tres batallones a la ciudad para unirse a las fuerzas del orden. 
 Suele atribuirse a Justo José de Urquiza el haber pronunciado en las horas posteriores a la batalla de Caseros la frase -ni vencedores, ni vencidos. Las “matanzas y asesinatos de inocentes en los días posteriores a la batalla de Caseros, ordenados o consentidos por Urquiza” desmienten la célebre pero falsa frase nunca pronunciada por el entrerriano” (9).
 A las 24 horas de la derrota de Caseros comenzó una gran carnicería. Soldados rosistas, hombres civiles, mujeres y en algunos casos niños; comenzaron a ser fusilados en el mismo lugar donde eran pillados saqueando. Un representante de las tropas suecas dijo “nunca en mi vida vi tanto desprecio por la vida humana” (10). “Los muertos en esta masacre superan a los que perdieron la vida en la misma batalla. Llegaron a 600 los ejecutados, dentro de los cuales cayeron muchos inocentes”(11). Mientras tanto en Palermo también se fusilaba. El regimiento rosista de Aquino, de gauchos bravos que lucharon 20 años por Rosas, que resistieron hasta el final en la batalla de Caseros, fueron sentenciados en masa a muerte. Cuando se revirtió la sangrienta orden ya habían sido ejecutados 200 soldados. 
 Urquiza entró en Buenos Aires el día 20 de febrero, aparecieron por el bajo norte hasta el retiro. Ingresaron a la calle Florida y de ahí hasta el fuerte. Al frente de las tropas marchaba Urquiza, con la divisa punzo en su galera (histórico símbolo federal), lo cual no le gustó nada a los residentes de la ciudad. Y con un poncho a pesar del intenso calor de febrero. En algunas esquinas silbaron a las tropas brasileñas que venían en la retaguardia. En otras esquinas también había Unitarios que alentaban “a los nuevos libertadores”. El mismo Sarmiento testigo de los hechos relato: “Urquiza venía empacado” (12). Muchas ventanas cerradas, muchas caras serias, le habrán hecho sentir que por más que pisara con aires triunfantes las calles de Buenos Aires, nunca se ganaría el corazón de los porteños. 

 Después de Caseros la nueva guerra civil 

Después de Caseros Urquiza asumió la representación con el extranjero. Nacionalizo la aduana de Buenos Aires y pretendía organizar el país nombrando capital a Buenos Aires. Los Liberales, antiguos Unitarios emigrados, de inmediato comenzaron a constituir un frente con los estancieros porteños. El objetivo era defender a capa y espada los antiguos privilegios sobre la aduana porteña. Era un frente contra “el nuevo tirano Urquiza” que pretendía organizar el país bajo la preponderancia de los terratenientes del litoral, en un frente con las élites del interior. Urquiza fue utilizado por los liberales como un ariete contra Rosas y luego rápidamente descartado. Los liberales obtuvieron la mayoría en la legislatura bonaerense. Urquiza la disolvió. 
 Urquiza intentó una rápida organización constitucional del Estado a nivel nacional. El objetivo de la política de Urquiza era la unificación nacional, pero no subordinada a los intereses de Buenos Aires. El proyecto urquicista entró en contradicción con los intereses de la burguesía porteña poco tiempo después de Caseros y la provincia de Buenos Aires se separó de la Confederación. Los porteños se levantaron en armas el 11 de septiembre de 1852. Se estableció así una tensión entre ambos bloques que duraría nueve años. Buenos Aires presionaba al resto de las provincias con su control de la Aduana, único punto de salida y entrada de mercaderías a todo el territorio. En Buenos Aires, el régimen de Bartolomé Mitre se convirtió en la continuidad del rosismo, pero ya sin la presencia del Restaurador.
 “La separación de Buenos Aires reveló de manera dramática el carácter antinacional del mitrismo y de la burguesía porteña, que se oponía a la intención urquicista de unificar el país. Mitre figura principal, si las hay, de dicha burguesía prefería la separación de Buenos Aires y su independización, es decir la fragmentación nacional antes que la organización nacional con los porteños en una posición subordinada. Esto implicaba la liquidación de la Argentina como nación, aún antes de haberse realmente constituido” (13). 
 En definitiva Buenos Aires no llegó a las últimas consecuencias solo porque Urquiza tampoco lo hizo. La victoria mitrista no hubiera sido posible sin la claudicación de los terratenientes del litoral después de la segunda batalla de Cepeda y Pavón. “En muchas ocasiones pudo Urquiza aplastar militarmente a la oligarquía porteña y, sin embargo, prefirió la conciliación” (14). Seguramente considero que aplastar a los porteños sería perjudicial para sus negocios con el extranjero. La alianza entre las burguesías terratenientes de Buenos Aires y del Litoral es lo se logró después de estos enfrentamientos. Con Buenos Aires como provincia dominante. 
 Después de Cepeda y Pavón, Urquiza se retiró y le dejó el camino libre a Mitre para la sangrienta constitución del Estado nacional bajo la hegemonía porteña y del capital británico. Mitre junto a Sarmiento asesinaron a todas las voces opositoras del interior. Así sofocaron la rebelión de Varela, el Chacho Peñaloza y López Jordán. Y al mismo tiempo, continuando la guerra contra el interior con los antiguos socios de Caseros, llevaron la masacre a las tierras de la república hermana del Paraguay. Mitre y su Estado mayor antes de Pavón 
En el 2010 CFK, siguiendo el libreto revisionista, planteó “nosotros perdimos en Caseros”. Pero mirando los hechos de más cerca, más que al Restaurador se parecen a los liberales mitristas. Que tenían una política de entrega total al capital britanico para desarrollar los intereses exportadores de los oligarcas bonaerenses. Los K siempre se definieron como pagadores seriales de la deuda. y ahora el gobierno nacional y popular llegó a un nuevo acuerdo colonial con el FMI. Por esto debe ser que O’Donnell en un nuevo revisionismo sui generis lo define a Mitre como “un personaje extraordinario”. Pero esto no nos debe llamar la atención, después de todo comparten la política de entrega nacional al imperialismo. 

 Leo Furman 

Notas

 1- En defensa del Marxismo. Número 38. Año 2010. Algunos apuntes sobre el mitrismo y la organización nacional. 2- Christian Rath. La Vuelta de Obligado. Prensa Obrera 18-11-2010. 3- Milcíades Peña. Historia del Pueblo Argentino. La era de Mitre. 4- Revista Noticias. Pacho O Donnell. lo de Urquiza fue una traición . 5-Ernesto Palacio. Historia de la Argentina. Tomo II. La Confederación lucha por la unidad y el poder. 6- Alfredo F. de Urquiza. Campañas de Urquiza. Rectificaciones y ratificaciones históricas. Buenos Aires. 1924. Atilio García Mellid. Proceso al Liberalismo Argentino.p.301. 7-Felipe Pigna. 8-Gabriel Di Meglio. El día que saquearon Buenos Aires. Viva Clarín 24-01-22. 9-Infobae.¿Ni vencedores ni vencidos? Pablo Yurman 3 de febrero de 2022. 10- Gabriel Di Meglio. El día que saquearon Buenos Aires. Viva Clarín 24-01-22. 11 y 12-Ernesto Palacio. Historia de la Argentina. Derrota de la confederación. Gobiernos de emigrados. 13-En defensa. Algunos apuntes sobre el mitrismo. 14- Milcíades Peña. La era de Mitre.

Los problemas de largada del acuerdo con el FMI


Guerra, inflación y crisis política.

 El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este viernes el acuerdo colonial para refinanciar el préstamo por 50 mil millones de dólares contraído durante el gobierno de Mauricio Macri. Ese acuerdo, que establece una ruta de ajuste contra la población trabajadora y una revisión trimestral de las cuentas públicas por parte del organismo financiero, fue aprobado en el Congreso por parlamentarios del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. 
 Sin embargo, confirmando los límites del mismo, el FMI admitió que existen “riesgos excepcionalmente altos” para su cumplimiento y “dificultades de implementación” que pueden derivar en una “recalibración temprana” del plan. 
 Es que si las metas establecidas en el pacto (reducción del déficit fiscal al 2,5% del PBI este año y un sendero para llevarlo a cero en 2025; inflación en el rango de 38 a 48% anual; acumulación de reservas; etc.) ya eran dudosamente viables al principio, la guerra en Ucrania terminó de desencajar las cosas. El conflicto armado en el este europeo ha empujado al alza los precios internacionales de los alimentos y los combustibles, ya que los países enfrentados son importantes productores de los mismos. De este modo, se acentúa una inflación que ya venía en ascenso en el mundo. 
 Para tomar un ejemplo de cómo compromete esta nueva realidad el acuerdo con el Fondo, basta señalar que el gobierno se comprometió a reducir los subsidios energéticos e incrementar las reservas en dólares, pero el gas que la Argentina importa para el invierno trepó de 8 a 50 dólares por millón de BTU a partir de la guerra. Calculado a un precio de 40, Argentina necesitaría desembolsar 6.500 millones de dólares este año, cinco veces más que en 2021. 
 Alberto Fernández afirma -a pesar de todo- que “nos sacaron la soga del cuello y empezamos a caminar”, pero lo cierto es que el acuerdo apenas posterga unos años el pago de los vencimientos, reconociendo en cambio la totalidad de la deuda. Argentina sigue estando sujetada a la soga del imperialismo. El mandatario insiste también en que el arreglo no está asociado a un ajuste, lo cual es rotundamente falso, ya que el memorando implicito en la ley votada por el Congreso plantea un aumento en las tarifas, metas estrictas de déficit fiscal (que para colmo serán monitoreadas por el Fondo), e incluso avanza en una elevación de la edad jubilatoria. 
 Todo esto, en medio de una dura situación para las masas, marcada por el aumento de los precios, en especial de los alimentos. El gobierno denuncia remarcaciones y ataques especulativos, pero no le toca un pelo a los grandes grupos económicos. Se limita a retomar acuerdos para contener el alza de ciertos productos, que han sido sistemáticamente burlados por las empresas en el pasado. 
 En este escenario, el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia protagonizó un extraordinario acto este 24 de marzo, a 46 años del golpe, con más de 100 mil personas presentes -el Partido Obrero y el Polo Obrero aportaron una gran columna– que repudió el acuerdo con el FMI y recordó a los 30 mil compañeros desaparecidos. Una bandera fundamental frente a las bravuconadas fascistas de las vísperas, como la defensa de los genocidas en la Legislatura bonaerense por parte de los diputados que responden a José Luis Espert; o el Movimiento Antipiquetero promovido por el partido de Javier Milei. 
 El del EMVyJ fue un acto de independencia política, contra la impunidad y la represión de ayer y de hoy. En cambio, el kirchnerismo buscó transformar la jornada en un nuevo capítulo de la disputa intestina del Frente de Todos (en pleno desarrollo, como se vio en el congreso de la UOM). Los K cacarean contra el acuerdo con el Fondo, pero no tienen un planteo alternativo. 
 La escalada inflacionaria y el ajuste fondomonetarista plantean la lucha en defensa de los salarios y las condiciones de vida. Sueldos, jubilaciones y planes sociales tienen que actualizarse de acuerdo al costo de vida. Por un salario igual a la canasta familiar y el 82% móvil. Duplicación del monto y universalización de los planes sociales. 
 Abajo el pacto con el FMI, no pago de la deuda externa, nacionalización de la banca y del comercio exterior.
 Buen domingo 

 Gustavo Montenegro

La suba de tasas, las quejas de la UIA y las tarjetas de crédito cada vez más caras


Ya estamos padeciendo las consecuencias recesivas de los lineamientos del FMI. 

 Tras la nueva suba de la tasa de referencia del Banco Central, en sintonía con la exigencia del FMI de avanzar en retornos reales positivos para los instrumentos en pesos, se encarecieron los préstamos bancarios a la producción y aumentó el interés para refinanciar las tarjetas de crédito. Como vemos, ya se empiezan a sentir las consecuencias recesivas de la hoja de ruta trazada por el Fondo.
 Por un lado, la tasa de los créditos al capital de trabajo y a las inversiones productivas pasó del 41% al 43%. Lo anterior atenta contra la actividad industrial, crisis que las patronales descargarán rápidamente sobre los trabajadores a través de despidos y suspensiones. El gobierno que se jactaba de fomentar “la economía real” en contraposición a la “especulación financiera”, incrementa cada vez más el rendimiento de las Leliqs que posee la banca sin reparar en sus efectos recesivos. 
 Mención aparte merece la impostura del presidente del Banco Central, Miguel Pesce, al afirmar que “si no conseguimos que las empresas de consumo masivo inviertan y aumenten la producción (ampliando la oferta) vamos a seguir teniendo inflación”, cuando la política que adopta va en sentido contrario revertir la huelga de inversiones, ya que al elevar las tasas de las Leliqs incentiva que los bancos vuelquen el grueso de su cartera en la compra de dichas letras y una parte cada vez menor en otorgar créditos a la producción y personales, elevando el costo financiero de estos últimos. 
 La UIA no demoró en cuestionar “el cambio en el rumbo de la política monetaria” adoptado por el oficialismo, dando cuenta de que si bien el acuerdo con el Fondo tiene el aval de toda la clase capitalista, acentuará los choques al interior de la misma ya que ninguna fracción quiere pagar los costos que el programa del organismo acarrea. A su turno, la cámara industrial “no da puntada sin hilo”, ya que sus reproches a las medidas oficiales esconden siempre el pedido de más subsidios patronales y reformas flexibilizadoras de los convenios colectivos de trabajo.
 A su vez, aumentó el costo de refinanciación de los saldos adeudados en tarjeta de crédito. Por dicha operación, a partir de abril los bancos pueden cobrar hasta el 51% de interés, incrementándose de este modo la usura sobre el bolsillo popular. Un verdadero golpe para millones de familias trabajadoras que se ven obligadas a recurrir al endeudamiento como única forma de llegar a fin de mes debido al constante deterioro del salario real. 
 Sin dudas, esta mayor confiscación a los ingresos de los trabajadores vía tarjeta de crédito en beneficio de la banca atentará contra el consumo, lo cual también tiene derivaciones recesivas. Como vemos, ya estamos pagando los platos rotos del acuerdo con el FMI, aprobado recientemente en el Congreso con los votos del Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
 Derrotemos en las calles este pacto ruinoso y luchemos por imponer un programa propio que incluya la nacionalización de la banca bajo control obrero, a fin de terminar con la usura reinante y abrir paso a un rumbo de desarrollo nacional al servicio de las necesidades sociales. 

 Sofía Hart

Cuba: Bloqueo y Mercenarios

sábado, marzo 26, 2022

Uruguay: por el sí en el referéndum contra la Ley de Urgente Consideración


Papeleta a favor de la derogación de la LUC 

Hace falta un plan de lucha por las reivindicaciones obreras. 

 Este domingo 27 de marzo se desarrollará en Uruguay un referéndum sobre la derogación o no de 135 normas que son parte de un megapaquete de leyes conocido como Ley de Urgente Consideración (LUC), aprobado por el parlamento a mediados de 2020, a instancias de la coalición de derecha que gobierna el país y es liderada por el presidente Luis Lacalle Pou. 
 Como ya hemos señalado en Prensa Obrera, esta convocatoria surge a partir de una campaña de recolección de firmas impulsada por organizaciones sindicales, estudiantiles y de derechos humanos, que logró conseguir en poco tiempo 800 mil adhesiones, superando el 25% del padrón necesario para habilitar el llamado a una votación. El Frente Amplio se terminó plegando a la campaña, debido a la presión de las bases, después de un silencio inicial.
 En los últimos días se produjeron los cierres de campaña tanto de los partidarios del “Sí” a la derogación como de los partidarios del “No”. Es una pulseada clave para el futuro político del país vecino. Para imponerse, el “Sí” necesita alcanzar por lo menos el 50% de los votos. Las encuestas muestran un escenario muy parejo. 

 Desmenuzando la LUC

 La LUC es un engendro reaccionario. Aquí reseñamos sus aspectos más relevantes:
 Refuerza las atribuciones policiales, ya que los ciudadanos están obligados a mostrar el documento “cuando la policía lo requiera”, aunque no medie un procedimiento. La policía queda habilitada también para revisar personas, vehículos, vestimenta y bolsos sin orden previa de un fiscal y sin necesidad de dar aviso “inmediato” al mismo. Y está facultada para disolver toda manifestación “que perturbe gravemente el orden público”, una redacción genérica que le permitirá actuar a discreción. 
En el mismo sentido, se crea la figura de “resistencia al arresto”, con penas de hasta tres años de prisión, y de “agravio a la autoridad policial”, con penas de hasta un año y medio de cárcel para quien “obstaculice, agravie, atente, arroje objetos, amenace o insulte a la autoridad policial”. Se busca, así, dar más poder a las fuerzas de seguridad para el disciplinamiento de los sectores populares y la represión contra la protesta social. En este mismo espíritu de blindaje del aparato estatal, se modifica la legislación de inteligencia, introduciéndose la categoría de “información secreta”, a la que ni siquiera se podrá acceder a través de una orden judicial.
 En lo referente al movimiento obrero, se cercena el derecho a huelga, estableciéndose “el derecho de la dirección de las empresas a ingresar a las instalaciones libremente” durante las medidas de fuerza, lo mismo en el caso de los trabajadores no adheridos. Una legalización del carnereaje, que se completa con un protocolo para el desalojo de empresas ocupadas. Los piquetes y la toma de fábrica son medidas históricas del movimiento obrero para garantizar el éxito de una medida de fuerza, dado que las patronales acostumbran a intimidar a los trabajadores para que no paren e incluso recurren a la contratación de personal ad-hoc para suplantar a los huelguistas. Por eso, la norma en cuestión es profundamente antiobrera. 
 La LUC prohíbe más en general cualquier piquete que afecte totalmente la circulación, con lo cual vulnera el derecho de los explotados a luchar por sus derechos. 
 También se aceleran los plazos de desalojo de viviendas. 
 Esta gran cantidad de modificaciones de tinte represivo se entienden mejor a la luz de los cambios legislativos en materia económica. Se instituye una “regla fiscal” que condiciona el gasto público, entre otras variables, al nivel de endeudamiento neto -es decir al pago de la deuda externa. Es la línea del ajuste que reclama el FMI y el capital financiero en todo el mundo. 
 Adicionalmente, queda planteada la privatización y cierre de algunas áreas de la petrolera estatal, Ancap. Y a la vez, se establece que el precio del petróleo se rija por los precios de importación más los “sobrecostos” de la estatal, lo que en un cuadro de disparada internacional de los precios de los combustibles, puede conducir a grandes tarifazos sobre la población. 

 Por un camino de lucha independiente 

Para el 8 de marzo, día internacional de lucha de la mujer, un plenario de la central obrera (PIT-CNT) realizado a fines del 2021 había convocado a un paro general. Importante paso de compromiso de una central obrera con la lucha de las mujeres trabajadoras. Acercándose la fecha, se definió que en el programa se incorporara también la impugnación a la LUC y un llamado a votar por el “Sí”, por su derogación. Correcto: porque la lucha por las reivindicaciones de las mujeres trabajadoras no debe aislarse del contexto general de la lucha de clases. Pero esto creó una minicrisis en la dirección del PIT-CNT. Encabezados por el sindicato policial (una aberración antisindical), pero con adhesión de otros (dirigentes del sindicato de trabajadores municipales Adeom, etc.), se planteó retirar la definición contra la LUC. Y en algunos casos levantar directamente el paro. El paro se mantuvo pero con algunos carnereajes y algunas adhesiones puramente formales.
 La lucha contra la LUC quedó planteada en el centro de la situación política uruguaya. El resultado del referéndum es incierto. Un triunfo del “Sí” crearía una crisis del gobierno derechista. Sin embargo, la dirección del Frente Amplio apunta a sostener una política de contención e incluso de cooperación con el gobierno a partir del día después del referéndum. En declaraciones radiales, comentadas por el diario El País de Montevideo (23/3), el presidente del FA, Fernando Pereira, se mostró a favor de la propuesta de un dirigente sindical para que se conforme una “mesa amplia” entre gobierno y oposición, y sostuvo que “independientemente del resultado nos tenemos que sentar a buscar consensos que puedan posibilitar leyes que tengan mayores apoyos que apenas una mitad (…) [esto] implica tener tolerancia, buscar lo mejor para el país para temas que son delicados de resolver”. El diario uruguayo recoge también versiones de una comunicación telefónica entre Pereira y Lacalle Pou para bajar el tono de confrontación de la campaña.
 Hay que enfrentar esta orientación capituladora, no solo de conciliación de clases, sino de conciliación con el gobierno derechista. Cualquiera sea el resultado del referéndum la clase obrera uruguaya debería avanzar en un plan de lucha para imponer sus reivindicaciones contra el ajuste en marcha.
 Lamentablemente, la mayoría de la dirección del PIT-CNT se encuentra subordinada a la orientación conciliadora del FA. Pero lo que está planteado es la necesidad de una política clasista, de independencia obrera: el desarrollo de un plan de lucha para derrotar las políticas ajustadoras del gobierno. 

 Gustavo Montenegro