miércoles, junio 30, 2010

JAMES PETRAS SE SUMA A LAS ADVERTENCIAS DE FIDEL CASTRO SOBRE UN PROBABLE ATAQUE DE EEUU E ISRAEL A IRÁN.


Comentarios para CX36 Radio Centenario del sociólogo norteamericano, Prof. James Petras. Lunes 28 de junio de 2010

La crisis del capitalismo significa afectar a un 70% la población la clase media, los empleados, los pequeños negocios y más que nada los obreros. Para compensar esta baja en el crecimiento los capitalistas han intensificado el trabajo, y por consiguiente la explotación. Ahora en vez de 5 obreros trabajando en la cadena de producción hay 3. Los empleados reciben menores ingresos, los jubilados reciben menores transferencias sociales y ¿dónde va este dinero? Este dinero va al Estado y el Estado utiliza estos ingresos para bajar los impuestos a los capitales y para facilitar nuevas inversiones.”, afirma el sociólogo James Petras, quien se suma a las advertencias de Fidel Castro sobre un probable ataque de EEUU e Israel a Irán.

Chury: El análisis del panorama internacional de los lunes comienza en Centenario con la palabra de James Petras desde los EEUU. Petras, te damos los buenos días, y vamos a los temas que te ocupan en este momento.
Petras: Primero la Cumbre de los 20, los países más capitalistas, más poderosos que están reunidos ahora en Canadá sobre la Agenda que están elaborando. Sobre eso tenemos que anotar muchas cosas, primero que están hablando de como balancear el presupuesto y no hay ninguna discusión seria de cómo bajar el nivel de desocupación que está a más de 10% en la gran mayoría de los países y en algunos países de Europa Oriental está tocando el 20, 25% pero entre los gobernantes capitalistas simplemente están preocupados por la agenda de los banqueros, el presupuesto.
Dentro de eso hay que anotar varias cosas, primero que los recortes que están proponiendo son muy graves, muy severos y significa un retroceso por lo menos de 20 años en relación con pensiones, salarios, financiamiento de planes de salud y varias otras reivindicaciones que han alcanzado los obreros y empleados en los últimos tiempos.
Esto me parece muy curioso porque en realidad los más ricos han recuperado la riquezas que han perdido durante el año 2008-2009. Es decir, el fin de 2009 las cifras muestran que igual que antes de la crisis hay diez millones de personas que tienen riqueza de más de un millón de dólares. Hay diez millones de millonarios y eso significa que la crisis económica no ha revertido la riqueza, si han causado alguna banca rota de empresas algunas incluso de grandes empresas pero en su conjunto los viejos ricos y los nuevos ricos han consolidado su riqueza.
¿Qué significa entonces la palabra crisis del capitalismo? significa en términos generales que el lento crecimiento, los recortes sociales no han afectado las ganancias de los sectores predominantes del capitalismo, es decir, los gobiernos han bajado los impuestos; han cortado los subvenciones sociales y aumentado las subvenciones del capitalismo, a partir de eso sin producir más o invertir más los capitalistas han recuperado su riqueza, pero al costo de los trabajadores y los empleados.
Este proceso ahora está bastante avanzado y creo que debemos de estar muy claros cuando hablamos de la crisis. La crisis esta golpeando un 70% la población la clase media, los empleados, los pequeños negocios y más que nada los obreros. Para compensar por esta baja en el crecimiento los capitalistas han intensificado el trabajo, la explotación.
Ahora en vez de 5 obreros trabajando en la cadena de producción hay 3. Los empleados reciben menores ingresos, los jubilados reciben menor transferencias sociales y ¿dónde va este dinero? Este dinero va al Estado y el Estado utiliza estos ingresos para bajar los impuestos, para los capitales y para facilitar nuevas inversiones.
Por esta razón es necesario que nosotros entendamos que la idea de crisis no es una fórmula simplemente decir el sistema capitalista esta en crisis. El estado capitalista esta extrayendo mayor riqueza de los trabajadores y transfiriéndolos a los capitalistas para que recuperen sus millones. Como consecuencia ellos no están invirtiendo para aumentar el crecimiento, están utilizando esta riqueza simplemente como un instrumento de acumular riqueza y transferirlo a los lugares más dinámicos en el sistema capitalistas que eso es los países como Asia, India, China, Indonesia, etc., y algunos países como Brasil y África que muestran enormes oportunidades por los bajos salarios. Esto me parece que es fundamental.
Ahora, en relación con eso que es la respuesta de los trabajadores en Norteamérica nulo, Inglaterra mínimo.
Los únicos obreros y trabajadores empleados concientes de esta trampa están en Francia primero, Grecia segundo y en menor grado Italia, Portugal, España y tal vez en lugares como Rumania, pero los demás países están sufriendo estos recortes sin capacidad de responder y aquí en EEUU es obvio que las pérdidas sociales y económicas no han provocado ninguna respuesta porque no tenemos sindicatos, esto es difícil entender para los visitantes.
Dicen que van a la ciudad, dicen que hay oficinas, hay edificios, hay oficiales que se auto titulan sindicalistas dirigentes pero no tiene ningún poder de convocación, tienen auto ingresos de gerentes, son totalmente imbrícalos en el Partido Demócrata entonces dependiente total del gobierno.
Eso no es sindicalismo, eso es alguna otra institucionalidad que simplemente están limitando cualquier expresión obrera.
Si vamos a Inglaterra es algo similar, no exactamente tan integrado el sistema pero el sindicalismo inglés no han mostrado ninguna protesta contra el presupuesto del nuevo gobierno conservador y liberal a pesar que han anunciado los mayores recortes en los últimos 60 años mayor de Tacher.
Pero ahora que hacen los sindicatos protestan, los laboristas critican pero los laboristas generaron el ajuste antes de salir del gobierno y los conservadores simplemente han ampliado y profundizado lo que los laboristas elaboraran en la primera instancia.
Ahora en Francia, Italia, Grecia el sindicalismo está menos burocratizado, mucho más dependiente de los delegados de fábricas y muchos más imbricados una historia laboral de lucha. En estos países entonces el gobierno tiene mayor problema en poner este sistema que hemos discutirlo y van a enfrentar y están enfrentando protestas pero lo interesante de todas las protestas laborales incluso los más avanzados Francia, Italia, Grecia, Portugal, Estaña no tiene partidos políticos para integrar estas luchas, es cierto que el PS en Francia critica las medidas pero no tiene ningún poder de convocar y no tiene la voluntad de convocar a sus afiliados a esta lucha lanzado por los sindicatos y eso me parece uno de los problemas fundamentales en esta situación que vivimos.
Los capitalistas recuperan su riqueza, los gobiernos han intensificado el retroceso de la reivindicación social y las condiciones sociales y no hay ninguna propuesta política, decir que el capitalismo significa un retroceso que toda la estructura de bienestar social, la social democracia que muchos decían que han eliminado la idea del socialismo son equivocados.
El bienestar social solo era un episodio en la historia de Europa, obviamente que duró muchos años pero no era algo fundamental del sistema que simplemente cuando el capitalismo recupera el monopolio político pusieron todas las reivindicaciones sociales en la clase obrera en Europa en cuestión, en los EEUU no existe ya un partido para articular la política social.
Eso me parece vuelve a ponerse en el tapete, el Socialismo como la única forma de consolidar el estado social de bienestar, no es una discusión teórica ya sino que es una observación empírico. El capitalismo no puede sostener el sistema social que permite repartir ganancia entre capital y trabajadores, entre gastos públicos para los programas sociales y las actividades en favor del capital-.
Eso me parece la situación que vivimos ahora.
Chury: Quería preguntarte algo relacionado a las declaraciones de Fidel Castro. Gran Bretaña y Francia son aliados de los EEUU y de Israel en materia del manejo del átomo, que con lo de Irán no solo están amenazando a Irán sino también territorio ruso y habla de la inminencia de un conflicto de esta naturaleza que podría darse si no se paran las acciones que actualmente están en marcha. ¿Tu qué opinas sobre este tema?
Petras: Yo creo que existe realmente una muy grave amenaza ,muy grave de EEUU y Israel contra Irán. Más que nada que Israel empuja a los EEUU hacia una situación de conflicto con Irán. Hace tiempo que el lobby israelí han conseguido un 90% del Congreso aprueba las nuevas sanciones.
Todo esos son provocaciones, los sionistas tienen una práctica de provocar situaciones y después retirarse para que los otros tomen responsabilidad para los actos.
Es decir, por ejemplo la configuración del poder israelita con su principal lobby prepararon el documento sobre las sanciones, nombraron el miembro del Tesoro que han organizado la campaña internacional , después que plantean el asunto influyen a los legisladores, son los congresistas que votan las sanciones y después las sanciones aprobadas pasan a ser la política de la Casa Blanca y los noticieros, los comentaristas entonces dicen que los EEUU imponen sanciones para eliminar la posibilidad de que haya transacciones financieras de importaciones de petróleo, etc., etc. para destruir la economía de Irán.
Tenemos dos cosas; primero el papel de intermedio de los sionistas utilizando el instrumento del Congreso que aparece como el protagonista de los actos y segundo, tenemos la provocación de eliminar la posibilidad de que Irán pueda operar su economía y por último envían barcos de guerra a la costa de Irán. Todo es construido como una gran provocación para forzar a Irán a tomar alguna medida que van a utilizar como pretexto para decir que Irán es el agresor. Ese es el peligro ahora, además las presiones destructivas económicas y la presencia militar a unos 20 kilómetros más o menos frente a las costas de Irán. Con este pretexto lo que buscan ahora es la provocación. Los sionistas de Israel buscan siempre intermediarios para lanzar provocaciones.
Estos incidentes por ejemplo donde sale un cuadro diciendo que Mahoma es un guerrero o un fanático, en una provocación organizada por los israelitas, sale en algunos diarios y es completamente predecible que los musulmanes van a reaccionar y cuando reaccionan con quemas de banderas, etc., los sionistas después hablan del extremismo, la violencia de los musulmanes. Utilizan concientemente la provocación con la mano escondida y utilizan las reacciones de sus adversarios para justificar su propia agresión y su propia campaña.
Eso es muy evidente en lo que Fidel Castro habla de la amenaza.
Chury: En todas las medidas que se han tomado contra Irán no hubo ningún voto en contra en el Consejo de Seguridad llamémosle veto, quiere decir que Rusia y China votaron junto con los EEUU y también en beneficio de Israel.
Petras: Si. Yo creo que hay dos cosas aquí que hay que tomar en cuenta primero China y Rusia crean que sus negocios no van a ser afectados por estas sanciones. Ellos van a seguir comprando el petróleo o vendiendo las mercancías que están comercializando, pero están equivocados, porque cada vez más hay menos opciones y segundo es el hecho que ellos creen que pueden ganar más con los EEUU que con Irán, pero también están equivocados otra vez porque si los EEUU cambian el gobierno en Irán van a tener un control grande sobre el petróleo, el gas y perjudicarán ambos países.
Es un mal cálculo de estos dos gobierno que piensan que podrían bajar el extremismo norteamericano a partir de asociarse con ellos, en vez de tomar una decisión fuerte y bloquear esta ofensiva ellos creen que asociándose pueden moderarlo.
Los israelitas han visitado China diciendo que si China no se opone a los acuerdos con Irán, y apoya el bloqueo con Irán, ellos van a utilizar su influencia en el gobierno norteamericano para presionar sobre el comercio de EEUU con China, acusarlo de hacer manipulación de la taza de interés, de la moneda. El principal vocero en el Senado norteamericano atacando a China es un ultra sionista pero también el principal crítico de la política económica de China amenazando con algunas tarifas sobre las importaciones Chinas.
Es complicado el panorama y yo creo que todavía las sanciones no han tenido gran efecto sobre el comercio con China pero puede tenerlo, es más, si eso fortalece la agresividad de EEUU puede perjudicar a China en gran escala porque China depende de 1/3 del petróleo que pasa por el Golfo pero como muchas veces los gobernantes no tienen claro lo que están haciendo y los mercantilistas en China en este sentido están poniendo más énfasis en acuerdos con EEUU por su interés en el Golfo, se van a equivocar.
Chury: Petras, completísimo todo el análisis y te lo agradecemos.
Hasta el próximo lunes.

A la memoria de José Saramago


“No tocas un libro, tocas un hombre”
Walt Whitman

No fue una gran ciudad la que fue testigo de sus primeros pasos en su andar por la vida. Fue una pequeña aldea campesina, la freguesia de Azinhaga municipio de Goleg, en el distrito central del Ribatejo, Portugal, cerca del río Tajo, a 120 Km. al noreste de Lisboa.
Nació en un hogar humilde, sus padres fueron una pareja campesina sin tierras y de escasos recursos económicos.
Él iba por la vida con el alma llena de deseos, sueños e ilusiones. No obstante no simpatizaba mucho con las utopías, creo que pensaba que eran como “los árboles que nos dejan ver el bosque ". Y que creer en ellas era “prolongarlas en el tiempo porque no es algo que uno espere ver realizado en su vida “. Para él era aquí, hoy y ahora.
José Saramago era buen alumno pero la situación socioeconómica de sus padres no le permitió pagar sus estudios por lo que tuvo que abandonarlos. Comienza a trabajar para ayudar a mantener a la familia. Durante el tiempo que estudió y la gratuidad de los textos de estudio hicieron que tuviera acceso a los clásicos de la literatura. De ahí fue que le quedó el gusto por la lectura y después que dejó la escuela, y sin más guía que su alma y sus deseos se leyó toda la biblioteca pública de su barrio.
José Saramago, escritor, dramaturgo, periodista, poeta y por actitud destacado intelectual comunista. Tenías y llevabas en tu alma la tierra fértil y fecunda de tu aldea campesina y florecía el verbo, germinaban las palabras, los versos y los poemas. Y como el pan en la mesa, todo eso nos diste.
En tu alma tenías los metales de las profundidades de la tierra. Un día con los conocimientos que tenias de tus oficios terrenales de herrero, forjarte la espada justiciera que se templo en la lucha en todos los lugares en todos los espacios de los continentes. En todas las causas justas levantaste la espada y la palabra contra las injusticias y los grandes poderes económicos.
Tu origen de clase, el hecho de tener que dejar los estudios y comenzar a trabajar a una temprana marcaría profundamente tu carácter y la tendencia político- ideológica . En 1969 ingresaste al Partido Comunista Portugués cuando éste todavía era clandestino. Sufriste censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar.
Eras de la estirpe de Pablo Neruda, al igual que él militante Comunista, poeta y premio Nobel de literatura. Y como Neruda militaste en la clandestinidad. Sufriste censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar. Estaban hermanados en la lucha y en la poesía.
Te recordaremos como lo que siempre fuiste un trabajador cultural, un intelectual y revolucionario consecuente que puso todo su talento e intelecto al servicio del pueblo. Tu corazón ha dejado de latir, pero tu pensamiento tus ideas y tu obra seguirán con nosotros. En ella la esencia es el humanismo y el derecho a la justicia social. Y un mundo más justo y solidario. Tu obra perdurara en la gente del pueblo.
Las notas, las crónicas y las noticias de estos días me hablan de ti, dicen que:
"Pasó una noche tranquila, desayunó con tranquilidad, mantuvo una conversación con su esposa y comenzó a sentirse mal. Murió acompañado de su familia, despidiéndose de una forma serena y plácida".
En estos tiempos revueltos, en que los medios de comunicación tergiversan la verdad, enajenan las conciencias según sus intereses. Cuando los lobos se disfrazan de cordero, y los corderos son lacayos del imperio. En época, en tiempos de travestismo y metamorfosis ideológicas cuando hay creadores en el oficio de escribir que se autocensuran para complacer a las clases dominantes del capital. En estos tiempos cuando mercenarios de las letras disfrazan la realidad con un manto de colores, romanticismo y sensibilidad mercantil para venderse al mejor postor. Tu muerte deja un gran vació en el mundo político cultural y literario.
Te vamos a recordar y estarás hoy y siempre en los hechos y también en las palabras que nos dejaste:
"Antonio Machado escribió aquello de \'Caminante, no hay camino / Se hace camino al andar\'. Y es lo que estamos intentando: andar y hacer camino, hacer camino y andar. La jornada será larga, pero no nos desanimaremos. Cada día llegaremos, cada día partiremos. Más allá, siempre más allá”.

Norton Contreras Robledo

¿Qué significa el socialismo hoy?


“Estamos frente a un proceso social y político diferente, frente al cual no se puede repetir más lo sabido.” (“Reformismo social y disputa de hegemonía” de Francisco Hidalgo Flor, Herramienta Nº 41)

La cita demarca la frontera teórico-política ante la que nos hallamos. Y aún no podemos desprendernos de los contrapesos del bagaje conceptual anterior que no responde a los desafíos actuales, sea por repetición de libretos ya “vencidos” o por proclamar lo nuevo como si bastara con invocarlo. Desde luego existen aportes de ideas valiosas, pero lo más rico de lo que está naciendo surge de experiencias concretas con diversas características sin que las construcciones teóricas estén a su altura.
No es de extrañar entonces que la situación que se presenta en Argentina y en Latinoamérica dispare fuertes polémicas y divisiones, producto de interpretaciones sostenidas desde discursos parcializados cuando no precarios. Así, quienes apoyan las políticas de los gobiernos “progresistas”, cualquiera sea su grado de adhesión, apuntan a morigerar los efectos depredadores del orden capitalista pero sin cuestionar la naturaleza del sistema que origina dichos efectos. En cuanto a los que sí cuestionamos al capitalismo, ubicados al margen de los cánones clásicos y de la reproducción de cursos agotados, constituimos una franja donde el momento que vivimos también provoca valoraciones disímiles y no pocas fricciones. Este entramado de divergencias muestra lo difícil que supone el reto: “no se puede repetir más lo sabido” y mayor aún, el de lograr bases comunes para que vaya surgiendo una inteligencia colectiva capaz de inducir cambios sustanciales, comenzando por los propios.
Las limitaciones de los primeros no implican omitir las que atañen a las distintas aperturas donde prevalece la negación, sin que aún se constituyan alternativas contrahegemónicas que tengan suficiente fortaleza y que engendren un cuerpo teórico acorde a los trascendentes cambios que se viven. Es que las experiencias innovadoras, en desarrollo, enfrentan agudos problemas que no pudo resolver la teoría marxista confrontada a varias de sus previsiones claves que fueron refutadas por los hechos. Lo cual remite a la cuestión del Estado, del poder, de la representación, de los sujetos y de la producción mercantil. Cuestiones que atravesaron la frustrada transición al socialismo y que continúan vigentes en la problemática actual del campo emancipatorio.
Las mismas forman parte de un cuadro más amplio que plantea la prefiguración de otro orden social que se identifica con el “socialismo” concebido como transformación radical. Lo cual exige pasar de la crítica negadora del sistema capitalista, condición necesaria pero insuficiente, a las propuestas creativas que conciernen a los lineamientos de un modelo, a los proyectos políticos estratégicos y a su metodología de construcción. Trilogía con claros vínculos en contradicción con las “urgencias” cuando éstas son asumidas como justificaciones de la sempiterna postergación de los temas de fondo.
Lo que someramente expondremos a continuación apunta a esa irresuelta problemática cuyo abordaje nos parece impostergable para pasar de la crítica antisistema a la gestación de políticas emancipatorias que, fundando un suelo común, potencien las múltiples contribuciones existentes. Sin embargo, la fragmentación de nuestro campo es una evidencia de las dificultades para articular ideas y experiencias que ayuden a clarificar lo que está en juego en esta etapa con vistas a su superación. Las diferencias bien entendidas movilizan, pero lo que engendra serios obstáculos es la disposición a transformarlas en reductos grupales y/o personales impermeables a razones ajenas lo que conspira contra el quehacer colectivo.

Algunas tesis que no resistieron la prueba

Evidentemente transitamos un período de incertidumbre luego del vacío engendrado por la teoría emancipatoria más importante de la historia, la que produjo Marx, que preveía la transición al socialismo como la primera fase del proceso de liquidación del sistema capitalista. Y esta prognosis fallida incluyó la concepción política debida a Lenin. La perdurable influencia de ambos radicó en que protagonizaron e inspiraron los mayores logros revolucionarios de los dos últimos siglos. Sin embargo, lo acontecido en las décadas recientes y asumiendo la práctica como criterio de verdad, que tanto uno como otro profesaron, emergieron los déficits que portaba su andamiaje teórico político. En función de lo señalado, cabe preguntarse por el significado del socialismo hoy y su nivel de universalidad. Con ese fin mencionaremos algunas tesis clásicas que no resistieron la prueba del tiempo, según nuestra opinión. Y esto tiene importancia pues se relaciona con la situación actual que demanda construcciones políticas innovadoras con vistas a la emancipación.
El desarrollo de las fuerzas productivas estuvo asociado a la idea de progreso como un curso inexorable de la historia. Ligado a ello, las relaciones sociales de producción cobraron un claro tinte economicista que se reflejó en la definición de las clases como el lugar ocupado en la producción por los diversos agentes. Todo lo cual redundó en la separación entre lo que se dio en llamar la superestructura y la estructura económica de la sociedad. Divorcio que no logró subsanar la apelación a ésta como “última instancia”, dado que subsistió como factor determinante que desplazó, en el imaginario socialista, a la política como eje principal que debía dirimir la viabilidad de las transformaciones estructurales. Y esto resultó así a pesar del formidable impulso que le insufló el leninismo a la política revolucionaria. Impulso que potenció a ésta y que cobró cuerpo en la antinomia entre “reformistas” y “revolucionarios”. Los primeros, como fieles exponentes del economicismo. Los segundos, que lo combatieron sin lograr desprenderse cabalmente de la concepción que criticaban y que subyacía en su interior. Esto influyó en las conocidas divisiones de las corrientes socialistas que cristalizaron en la Tercera Internacional. El triunfo de la revolución bolchevique dio razón a estos últimos que hegemonizaron el proceso. Pero el problema quedó latente, ya que se entrelazaron las cuestiones irresueltas en función de la persistencia de la sociedad mercantil y el fenómeno de la concentración del poder y del Estado a cargo del partido.
La situación en Rusia y demás países donde triunfó la revolución se caracterizó por el escaso crecimiento de las fuerzas productivas comparadas con las naciones de punta del sistema capitalista (desarrollo desigual). Esto dio lugar a la tesis de Lenin del “eslabón más débil” y en los países dependientes a la posterior formulación del “subdesarrollo”, que planteó la CEPAL, y también a la teoría de la dependencia que propusieron los sectores radicalizados. De acuerdo a lo que nos interesa destacar en este punto, sólo haremos una breve mención al caso paradigmático de la ex URSS soslayando sus particularidades.
La socialización de los medios de producción, objetivo del período de transición del socialismo, en rigor se tradujo en una estatización de los mismos. O sea, de la apropiación privada se pasó a la apropiación pública como patrimonio del Estado. Por tanto, la cuestión de la socialización quedó en manos del Estado que representaba a las grandes mayorías, entre las cuales la clase obrera cumplía el papel rector de aquéllas. Lo cual comportaba una serie de mediaciones coronadas en el liderazgo del PC. A todo esto, el aparato del Estado se sostuvo en una vasta burocracia administrativa, dueña de saberes y procedimientos conformados en base a la tradición burguesa que debía revertir el partido, controlando y reorientando, política e ideológicamente, a los funcionarios técnico-administrativos encargados de implementar las medidas revolucionarias.
Los revolucionarios que tomaron por asalto el Estado burgués no previeron en toda su magnitud el riesgo de ser asaltados, a su vez, por el peso cultural-político que arrastraba dicho aparato. Sólo que ese peligro, superados los enfrentamientos armados, no provino de contrarrevoluciones sino de la lenta corrosión del empuje emancipatorio. Y aquí funcionó el Estado como dispositivo de poder, cuya estructura jerárquica fue distanciando a los dirigentes de los dirigidos.
La clase obrera y los oprimidos en general, obtuvieron conquistas sociales importantes pero, en verdad, se produjo un cambio de patrones, pues los productores directos siguieron siendo obreros asalariados de las fábricas regenteadas por representantes del Estado nutridos por los cuadros del partido. Y por más que se planificara la producción, generando una distribución más equitativa de la riqueza, no cambió la estructura mercantil heredada, y el dinero continuó como patrón de valor para la planificación socialista que debía compatibilizar la asignación de recursos de la demanda interna con las exigencias del mercado mundial. Luego su presunto papel de intermediario del trabajo humano, aparentemente aséptico, desplazó a la producción de bienes de uso como ordenatriz social y el valor se constituyó en la base del cálculo económico. Lo que interactuó con el imaginario de los “administradores”, que erigieron el crecimiento del PBI en su principal objetivo y razón de ser, fetiche que fue relegando el aspecto cualitativo y el sentido de la producción asociado al bienestar de la población y al cuidado de la naturaleza. En ese proceso, la jerarquía del partido y sus diversos estamentos fue ocupando los cargos cupulares del Estado y la militancia política fue mutando hacia el gerenciamiento. Crecieron entonces las atribuciones de la burocracia estatal cada vez más alejada del mundo del trabajo, cuya participación se redujo a cumplir las directivas emanadas del poder central. De allí que la llamada transición al socialismo nunca llegó a superar el nivel del capitalismo de Estado. De ese modo, la lucha por desarrollar una cultura socialista fue perdiendo adeptos a dos puntas, a consecuencia de la cada vez mayor distancia entre dirigentes y dirigidos. Los primeros, conformando un estrato superior con intereses propios, y los segundos, ganados por el escepticismo frente al paulatino enajenamiento de lo público y su inexistente incidencia en las decisiones que influían sobre sus vidas.
De ese proceso regresivo se desprende una enseñanza reiteradamente soslayada por gran parte de los actores políticos que hablan en nombre del socialismo, o los que hoy asumen al Estado como asiento de lo nacional y popular, confundiendo aquél con la transitoria suerte de los gobiernos que lo presiden. Porque una cosa es reconocer la gran hegemonía del capitalismo y el marco económico-político que constriñe a los gobiernos actuales y muy otra es la perspectiva estratégica desde la cual generar la oposición al sistema y manejar los tiempos. [Aquí viene a colación la siguiente cita de Luckács que hace Mészáros: “…sin estrategia no puede tenerse una táctica.”].
Si rescatamos del socialismo los aspectos que le dieron entidad histórica y que aún tienen vigencia, la socialización de los medios de producción sigue siendo un principio fundamental. Socialización que de acuerdo a lo que venimos argumentando, exige desarrollar formas de socialización del poder, pues la una sin la otra ha demostrado ser un dilema irresoluble. En ese sentido operó el carácter segregador de la representación tradicional, cuyas sucesivas delegaciones conformaron una pirámide ascendente en cuyo vértice se concentró el poder. Y esta construcción política, que en su momento obtuvo resonantes triunfos, hoy sufre una profunda crisis al quedar en evidencia su vulnerabilidad que se hizo visible tras la reconversión capitalista del socialismo de Estado, ineludible testimonio incorporado a los desafíos de esta época.

Desafíos y debates …

logramos des-privatizar la política, entendiendo, de manera muy simple ésta como “la manera de auto-regular la convivencia común, de dialogar, de confrontar, de decidir y de ejecutar”.
Oscar Olivera, palabras en el Segundo Viento Lo enunciado en esta cita que suscribimos, implica un prolongado proceso de generación de una creciente subjetividad colectiva, interrelacionada con el desarrollo de nuevas políticas emancipatorias que puedan ir contrarrestando la fuerte hegemonía cultural-política inherente a este orden social. Por cierto, un mayúsculo desafío. Con esa orientación vamos ahora a enfocar sumariamente las polémicas que suscita la situación que se vive en Latinoamérica y especialmente en nuestro país. Ello presupone una estrecha relación con los cambios operados en el escenario mundial, sólo que éstos, como los virus, ofrecen diversas adaptaciones según sea la realidad sobre la que actúan. Situaciones que exhiben la tensión entre las estrategias ligadas al largo plazo y las respuestas tácticas que demanda el dinamismo de las coyunturas políticas.
El rebrote de las luchas populares, que desde principios de siglo y en distinta medida influyen en los gobiernos de varios de nuestros países, lo vamos a relacionar, salvando las distancias, con los sucesos de dos décadas anteriores. Nos referimos a las décadas de los setenta y de los noventa, que han dejado su impronta y que repercuten de distinto modo en la política de estos últimos años.
Los setenta dejaron una doble enseñanza. Por un lado, mostraron el empuje de las luchas populares latinoamericanas que cristalizaron en los procesos antiimperialistas y revolucionarios y que derivaron en el ascenso de varios gobiernos afines. Por otro, emergieron las respuestas bélico-políticas propiciadas por los dueños del “patio trasero”, en sintonía con los respectivos establishment internos, lo que coronó en los reiterados y cruentos golpes militares que “apagaron el incendio”. Mientras que en los noventa, desbaratadas las pujantes rebeldías y consolidada la hegemonía mundial del capitalismo, se arrasaron las conquistas anteriores y languidecieron las resistencias que retrocedieron manifiestamente a pesar de que nunca se extinguieron. Período en que se impusieron los dictados del Consenso de Washington en Latinoamérica y que aquí, vía el gobierno peronista de Menem, produjo el mayor desastre social de nuestra historia.
Dicho desastre resultó el preludio de la caída de De la Rúa, continuador radical del menemismo, y también supuso la muerte del Frepaso, fugaz intento “progresista” desprestigiado por su descalificadora participación en el gobierno de la Alianza.
Los sucesos que conmovieron a la Argentina en plenos de puebladas que expresaron la resistencia popular, sepultaron a aquél gobierno pero sin que se gestaran políticas cuya envergadura pudiera sustituir el sistema político partidocrático imperante.
En cambio, se produjo algo inesperado. En 2003, de la sucesión que apañó Duhalde por descarte, emergió la presidencia de Kirchner, quien obtuvo una magra cosecha electoral que contó con poco más del 22% de los votos. Nacido de la debilidad, se fue haciendo fuerte al propiciar algunas medidas de corte popular que fueron rescatando el rol del Estado como soporte de los intereses nacionales que, siquiera en parte, no respondían a los designios de los establishment interno-externos.
Aquí no vamos a historiar lo acontecido según el “paladar” de la política en boga, que enumera “aciertos y falencias” de acuerdo a quien contabiliza. Nuestro propósito es situar la problemática de este período que suma tantos interrogantes como debates sesgados que contribuyen a la fragmentación del campo popular (con licencia del término a falta de otro). Y así llegamos a la relación que propusimos con el objeto de apreciar hasta qué punto las secuelas de aquéllas décadas inciden sobre el escenario político vigente.
Siguiendo este enfoque, señalamos una contradicción cuyo abordaje abre cauce a diferentes líneas interpretativas acerca del momento actual y a sus proyecciones. Esquemáticamente, se pueden tomar como términos de comparación a los setenta y a los noventa. En el primer caso, el kirchnerismo resultaría una versión aggiornada y empobrecida de lo que se jugaba entonces y que, debido a sus compromisos con los factores de poder real, hoy posibilita la recuperación política de los sectores dominantes que se mantuvieron sin mengua y al acecho. A la vez, tal valoración reconoce distintas vertientes que, desde la izquierda hasta la derecha, lo descalifican rotundamente. En el segundo caso, significaría un paso adelante respecto del “neoliberalismo” menemista de los noventa y un curso susceptible de profundizarse para gestar un movimiento “nacional y popular”. Al margen de tales posturas, que se desenvuelven dentro del marco de esta “democracia” representativa que supimos conseguir, tan mediática y falaz como vulnerable, aparecen tendencias que propugnan políticas a distancia del Estado, las cuales, con sus matices, se oponen al sistema político tradicional existente e intentan gestar alternativas con vistas a la emancipación. Y es en torno a estas interpretaciones que giran los principales desencuentros.
Desencuentros que conservan un viejo hábito nacional en el que las posturas de barricada sustituyen a los debates productivos y los transforman en una especie de discusión esquizofrénica. Lo común es abroquelarse en lógicas maniqueas: o de nada sirve lo que producen las de por sí diversas políticas estatales que se han dado desde comienzos de siglo en el subcontinente, o éstas son lo mejor que podría ocurrirnos y la precondición de un avance popular con vistas a un desarrollo nacional independiente favorable a las grandes mayorías, una suerte de recreación del Estado de Bienestar. Compartimentar la comprensión de la realidad actual dificulta la praxis política que no termina de sobreponerse a la caída de las certezas que alimentaron el fervor revolucionario que prevaleció en el siglo XX. Cada una de esas posturas, en verdad, se ahorran los análisis de situación porque tanto una como otra los tienen resueltos de antemano. Y lo más importante, contribuyen a la pobreza del debate político que refleja la crisis de la concepción estratégica que padecemos y a la que se refiere el título de este artículo. Pasado, presente y futuro convergen hacia ese interrogante en demanda de respuestas que orienten los ensayos que desde diferentes lugares luchan por un mundo mejor. El porvenir es impredecible, pero las apuestas políticas no se hacen a ciegas (aunque el azar juegue), ni se fundan en el deseo de cada uno (que por supuesto existe).
Atentos a lo expresado, creemos necesario determinar cuestiones que posibiliten centrar la discusión sobre ejes comunes referenciales de la reflexión política colectiva. Es un momento de incertidumbre acerca de la evaluación y el devenir de los sucesos actuales. Momento que demanda el ejercicio de un pensamiento crítico, despojado de preconceptos, que sirva para ir construyendo políticas tendientes a la emancipación. [“Emanciparse, según el sentido más clásico de la palabra, quitarse de encima la mano del amo.” (ibid. artº de Oscar Olivera)] A tal fin, exponemos las que para nosotros son las cuestiones más relevantes a las que deben responder las interpretaciones en juego, si se aspira a generar estrategias que orienten y den sentido a las prácticas coyunturales. Asimismo, la siguiente enumeración tentativa presupone una interrelación entre sus enunciados: 1) La posición frente al régimen capitalista y significado del socialismo hoy. 2) El problema de los tiempos. Lo inmediato, lo mediato y la cuestión del poder. 3) Sujetos de cambio. Protagonismo y representación. 4) Estado, nación e internacionalización del capital. 5) Latinoamérica y Argentina en la actualidad como correlato de los puntos precedentes. Creemos que su tratamiento no sólo tiene vigencia como problemática general sino que resulta indisociable del acuciante momento que vivimos. Es evidente que la derecha en el continente, la que representa política e ideológicamente al poder económico concentrado en colusión con los intereses imperiales, está recomponiendo sus fuerzas y pasando a la contraofensiva, lo que se manifiesta en las diversas vicisitudes que sufren nuestros países. Y cuanto más tibia es la lucha popular y sus gobiernos más dóciles a la requisitoria del sistema imperante, más favorables son las condiciones para dicha recomposición.
El espacio político abierto en Latinoamérica puede resultar las vísperas de su cierre, como tantas veces ha ocurrido. Luego, si a las circunstanciales oportunidades no logramos inscribirlas en estrategias perdurables de signo propio, mayores serán los obstáculos en coyunturas adversas. Seguiremos dependiendo de políticas estatales ajenas y cíclicamente pasaremos de la euforia a los lamentos. Debemos superar el estrabismo político que supone igualar situaciones en función de un ideal a realizarse, aún carente de construcciones que lo avalen, o erigir al mal menor como una estrategia que no es tal sino la tácita confesión de la propia impotencia. Destrabar debates que transitan por sendas separadas comporta un considerable esfuerzo y la voluntad de nuclear energías para que las transformaciones que se pregonan no se queden en la autocomplacencia inherente a las discusiones bizantinas. No es una casualidad que connotados actores de los procesos de liberación de los setenta resulten hoy cultores de un “realismo” reformista que pretende pulir aristas de un orden social impuesto por la supremacía de los que, detrás de bambalinas, garantizan su continuidad por más concesiones que transitoriamente se vieron forzados a aceptar. Es otra muestra de la gran hegemonía del capitalismo, que no caerá por obra y gracia de sus contradicciones sino por la lucidez y la acción de quienes lo cuestionan.
En ese sentido, contra los intereses y previsiones de los sectores de poder del capital súper concentrado, a comienzos del siglo XXI creció en Latinoamérica la reacción popular que parecía un imposible en los noventa, período en que el discurso único festejaba “el fin” del socialismo y la derrota de los movimientos de liberación nacional. Y producto de las luchas libradas en nuestras respectivas sociedades resurgió la problemática de la emancipación, exigencia política cultural que no se extinguirá mientras subsista la injusticia, la inequidad y la opresión.

Jorge Cerletti

martes, junio 29, 2010

El jefe de los escuadrones de la muerte gana las elecciones colombianas


Juan Manuel Santos, ministro de Defensa de triste fama del régimen del presidente saliente Álvaro Uribe y estrechamente vinculado con los graves crímenes contra la humanidad, ha «ganado» las recientes elecciones celebradas en Colombia en junio de 2010. Los principales medios electrónicos e impresos, CNN, FOX News, The Washington Post, The New York Times, The Wall Street Journal y el otrora liberal The Financial Times (FT), han celebrado la elecciónn de Santos como un gran triunfo para la democracia. Según The Financial Times, «Colombia, y no Venezuela, es (el) mejor modelo para América Latina» (FT, 23/06/2010, p. 8). Aludiendo a la «abrumadora» ventaja obtenida por Santos (acumuló el 69% de los votos), The Financial Times proclamó que se ha hecho acreedor de «un mandato sólido» (FT, 22/06/2010). En lo que tiene que convertirse en una de las maniobras más flagrantes para ocultar la historia reciente, las explicaciones de los medios de comunicación excluyen los hechos atroces de las elecciones y las políticas profundamente autoritarias llevadas a cabo por Santos durante la última década.

Las elecciones: Armas, élites y terrorismo

Las elecciones son un proceso (no un mero acontecimiento) cuyo resultado determinan las condiciones políticas previas. Durante los ocho años anteriores de gobierno del saliente presidente Uribe y el ministro de Defensa Santos fueron trasladados a la fuerza más de 2 millones de habitantes, en su mayoría, habitantes pobres de zonas rurales, y alejados de sus hogares y sus tierras para expulsarlos al otro lado de las fronteras con países vecinos o a suburbios urbanos. El régimen de Uribe y Santos recurrió tanto al Ejército como a los 30.000 miembros de los escuadrones de la muerte para matar y aterrorizar núcleos de población enteros a los que se consideraba «simpatizantes» de la insurgencia armada, lo que afectó a varios millones de habitantes pobres de zonas rurales y urbanas. Más de 20.000 personas fueron asesinadas, muchas de ellas, según la principal organización colombiana de derechos humanos, acusadas en falso de «guerrilleros». Cuando Santos era ministro de Defensa los tribunales lo implicaron directamente en lo que se ha dado en llamar «falsos positivos». El ejército capturaba al azar a docenas de jóvenes pobres de núcleos urbanos, los fusilaba y proclamaba una victoria sonora sobre la guerrilla de las FARC.
Algunos de los dirigentes más importantes de escuadrones de la muerte paramilitares a quienes se apresó han testificado que unos 60 congresistas de los que respaldaban a Uribe y Santos estaban en su nómina y «han garantizado» los votos de regiones que se encuentran bajo su control. Ante el daño causado por estos testimonios, Uribe y Santos han traicionado a sus camaradas de los narco-escuadrones de la muerte y los han «extraditado» a Estados Unidos, donde el proceso judicial excluyó las pruebas que los vinculan con los asesinatos masivos realizados a instancias de Uribe y Santos.
Más de dos mil sindicalistas, activistas de derechos humanos, periodistas y congresistas críticos con Uribe y Santos han sido asesinados por sicarios de escuadrones de la muerte al servicio del régimen. Las confederaciones sindicales más importantes del mundo han enviado misiones y publicado informes que condenan a Colombia por ser el país más peligroso para los representantes de los trabajadores.
En otras palabras: todos los sectores sociales que manifiestan quejas sociales y políticas contra el régimen han sido objeto de campañas de terror y muchos de sus líderes de opinión locales han sido asesinados, desplazados o exiliados... lo que socava toda posibilidad de existencia de alguna organización sociopolítica independiente estable.
El terrorismo de Estado dominante ha supuesto que muy pocos líderes locales sobrevivan, lo que merma la capacidad del electorado de sustentar una organización libre e independiente.
El día de las elecciones, el régimen movilizó a más de 350.000 soldados y agentes de policía, muchos de ellos implicados en toda una década de represión, para que «supervisaran» las elecciones y recordaran a los votantes la fuerza que ampara al «candidato oficial» (La Jornada, 30/05/2010).
El resultado electoral ha distado mucho de ser el «mandato» del pueblo colombiano tal como lo proclaman los medios de comunicación de masas. Los «ganadores», que representan a un 56 por ciento del electorado, han sido los «abstencionistas», la posición defendida por las FARC. Ahora bien, sin duda, la mayoría del voto abstencionista no era reflejo del apoyo o la simpatía por las FARC; más bien reflejaba la desafección con la represión y la violencia, la expropiación masiva de millones de personas y el fracaso absoluto de un régimen a la hora de abordar el desempleo y el empleo precario que afectan al 40 por ciento de la población económicamente activa.
En realidad, Santos obtuvo el 30 por ciento de los votos del electorado, apenas un respaldo autorizado. Si analizamos el perfil social y ecológico de los votantes, se trata a todas luces del respaldo de la élite. Los niveles más elevados de abstención se dieron en varios grupos muy concretos. En las barriadas de chabolas y las zonas rurales que padecen la represión y el abandono la abstención ascendió a más del 80 por ciento. Por el contrario, en los sectores de clase media y alta de las principales ciudades más del 60 por ciento votó al candidato del régimen. Uribe y Santos han tratado de buscar una explicación a la abstención generalizada recurriendo al clima (de lluvia) y a los partidos del Campeonato del Mundo de fútbol. Sin embargo, la poca participación fue generalizada en todo el país, tanto en las zonas de clima seco como en las que sufrieron inclemencias. Y los partidos no duraron todo el día de las elecciones. Los medios de comunicación de masas han pasado por alto de forma sistemática los atroces crímenes cometidos bajo el mandato del ministro de Defensa Santos y los cargos de los que se le acusa en el asesinato de «falsos positivos», así como su vinculación prolongada y generalizada con los escuadrones de la muerte y el apoyo de los gobiernos de Uribe al tráfico de drogas. Han pasado por alto el apoyo que ha prestado a la desregulación del sistema financiero, que se ha traducido en la estafa sufrida por centenares de miles de pequeños inversores colombianos.

Comparar Colombia con Venezuela

Sin embargo, The Financial Times (23/06/2010) salda a favor de Colombia la comparación del régimen de Uribe y Santos con la Venezuela de Chavez en «Crackers about Caracas? Latin American should be bonkers about Bogota instead» [«¿Petardos por Caracas? Más bien, los latinoamericanos deberían perder la cabeza por Bogotá»]. Según The Financial Times, Venezuela es poco segura, autoritaria y está en declive económico con Chavez. Haciéndose eco del resto de los medios de comunicación, los redactores de The Financial Times afirman que Colombia es una democracia próspera, provista de un sistema de controles y contrapesos; con unos barrios seguros y pacíficos... salvo cuando los barrios pobres se quejan del desempleo o los habitantes de las zonas rurales se manifiestan contra la expropiación de tierras a manos de pistoleros a sueldo de los terratenientes. The Financial Times no menciona la reaparición de las bandas de paramilitares que siembran el pánico en las zonas rurales colombianas (La Jornada, 28/05/2010), sino que se centra en los delitos callejeros de Caracas.
El gobierno de Venezuela, contrario a los medios de comunicación estadounidenses, promueve las comunidades basadas en movimientos sociales que serían blanco de los asaltos del ejército en Bogotá.
Los únicos grupos «paramilitares» de Venezuela son los que cruzan la frontera desde Colombia, a los que persigue y castiga la Guardia Nacional Venezolana. En Venezuela, los sindicatos participan en la dirección de las principales factorías e industrias, a diferencia de lo que sucede en Colombia, donde se les asesina, incluidos los trabajadores de las industrias fundamentales del carbón, el petróleo, los plátanos o la Coca Cola.
A las mentiras y falsificaciones de los medios de comunicación en torno a las elecciones de Colombia y sus dirigentes políticos subyacen varias consideraciones elementales.
1.) Uribe y Santos son fervientes defensores del libre mercado y buscan con impaciencia alcanzar un acuerdo de libre comercio, entorpecido en el Congreso de Estados Unidos a causa de sus campos de la muerte.
2.) Uribe y Santos son clientes incondicionales del Pentágono, del que reciben 6.000 millones de dólares en concepto de ayuda y al que han entregado 7 bases militares, bajo jurisdicción estadounidense, para amenazar a Venezuela, Ecuador y cualquier otro país que el régimen de Obama considere hostil al dominio de Estados Unidos.
3.) Uribe y Santos han reconocido el régimen de Honduras, fruto de un golpe militar respaldado por Estados Unidos a mediados de 2009... al contrario que el resto de América Latina.
El hecho de que los medios de comunicación de masas hayan acogido de tan buena gana a un régimen que ostenta el peor registro de respeto a los derechos humanos desde la caída de los dictadores de las décadas de 1970 y 1980 (La Jornada, 17/06/2010) es indicativo del giro a la derecha imprimido por el régimen de Obama y Wall Street. Según la Casa Blanca y los medios de comunicación, las democracias de los escuadrones de la muerte como la de Colombia acreditan su condición de «modélicas» para América Latina. El problema es que ni la inmensa mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de América Latina, ni casi ninguno de los partidos políticos democráticos de la región, se lo tragan: prefieren democracias sin escuadrones de la muerte, sin bases militares extranjeras y sin presidentes que trafiquen con drogas. En la actualidad, los tres principales aliados de la Casa Blanca en la región (Colombia, Perú y México) producen y venden el 80 por ciento de la cocaína de la zona. ¿Aparecerá esto en las salutaciones de los medios de comunicación a los presidentes recién elegidos?

James Petras

lunes, junio 28, 2010

SE NOS FUE OTRO GRANDE, LUIS VITALE


Se nos fue otro grande, LUIS VITALE, que amó la vida y la ofreció a los humillados y ofendidos del mundo,
Revolucionario, académico universitario, tanguero impenitente, nacido en Argentina y chileno por elección, sus innumerables obras publicadas abordan temáticas asociadas a la historia social comparada de los pueblos de América Latina; la interpretación marxista de la historia de Chile; la teoría de la historia; los pueblos originarios; el protagonismo social de la mujer; el deterioro ambiental; vida cotidiana; movimientos estudiantiles; teoría políticaLuis Vitale fue dirigente nacional de la Central Única de Trabajadores “de los buenos tiempos de Clotario Blest” (58 -62), (Tomo I).En el año 1962 Luís Vitale escribe su primer libro llamado “Historia del Movimiento Obrero”, convirtiéndose a partir de ese momento en una pieza fundamental del Partido Obrero Revolucionario, ya que la elaboración, el pensamiento político, teórico e ideológico, son elementos esenciales de toda organización política, y más aun de toda organización que se declare revolucionaria. Extrayendo lecciones de la historia, mostrando sus hechos y sus personajes, Vitale comienza a transmitir sus ideas políticas a través de un sin número de folletos, libros, periódicos que comienza a publicar.Pero aquello que se había comenzado a escribir en sus ratos libres, se convierte pronto en un oficio, en una de sus actividades más importantes, y en los libros y escritos que permiten pensar hoy la historia del movimiento obrero.Luís Vitale, gran dirigente del Partido Obrero Revolucionario, gran ejemplo de la personalidad y las características de un militante trotskista, al que Humberto Valenzuela describe de la siguiente manera…En 1965 Luís Vitale es parte del proceso mediante el cual el POR se disuelve para formar, junto con otras organizaciones, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Aquí, nuevamente, el trotskismo que había logrado permanecer como un partido propio durante más de veinticinco años, daba un paso en falso, que visto desde hoy, es posible afirmar, que terminaba una vez más en la disolución del partido trotskista chileno.Años más tarde Luís Vitale es expulsado del MIR junto con Humberto Valenzuela y todo el sector que venía del trotskismo, por el grupo de Miguel Henríquez.A la llegada del golpe militar, Luís Vitale pasa por nueve campos de concentración… Nueve campos de concentración. De tortura. De donde logra salir vivo, y exiliarse en 1974 en Alemania.Desde Alemania Vitale mantiene el contacto con Valenzuela, quien desde su exilio en Argentina, le envía los capítulos que iba a escribiendo sobre la “Historia del Movimiento Obrero”.Actualmente Vitale fue profesor de la Universidad de Chile, y siguio publicando todo tipo de libros orientados al estudio de los movimientos sociales en Latinoamérica, trabajando el problema de los movimientos indígenas, el problema de la mujer, de las clases sociales, etc.

domingo, junio 27, 2010

Literatura y compromiso. Notas con Saramago y Gaza al fondo.


En la historias universal de la literatura son muy pocos los escritores famosos provenientes del “foso social”, o sea de la miseria y el atraso cultural en el que se ha tratado de someter a las clases trabajadoras. Este es un mundo en el que los libros no llegan, o al menos no llegaban, y en el, en muchas ocasiones, la lectura comprendía un peligro. Quién tenga memoria podrá recordar como esto último llegó a ser una auténtica pesadilla cuando los militare “africanistas” decidieron “pacificar” su propio país. Un trabajador con libros en su casa era hombre muerto, o cuanto menos sometido a muchos riesgos.
Ser trabajador e “intelectual” fue pues, siempre algo sospechoso. Quizás esto explique el escaso número de literatos de fama internacional de esta procedencia, sobre todo si además tuvieron que realizar su “universidad” en la vida, compartiendo inquietudes con faenas y condiciones de vida my duras. Los hubo de procedencia muy humilde que, como H. G. Wells o Dostoievski, consiguieron el apoyo de familias o mecenas de las clases superiores.
Pero hubo otros que se lo tuvieron que sacar a pulso, y ese es el caso emblemático de Jack London, del que ando por ahí presentado una edición de sus “Textos anticapitalistas” con el título de “Tiempos de ira” (y que ha editado Libros de la Frontera). En cada presentación tengo que aclarar que London muchas cosas, reflejó influencia muy distintas. Eso explica que no haya ninguna dificultad en reunir su producción socialista. London fue desde muy joven hasta su muerte, militante activo de la socialdemocracia “clásica” Norteamérica, en nombre de la cual escribió numerosos panfletos contra el capitalismo en los que la ira, la propia experiencia labora, y un marxismo muy básico, dieron de sí bastante. Luego están sus narraciones abiertamente anticapitalistas, dos apartados que conforman un legado de singular actualidad considerando que London enunció el capitalismo más salvaje, el que no ha ganado últimamente algunas batallas. Sin embargo, existieron otros London, alguien con una vena racista insoportable, el periodista que trabajó para la cadena de “Citizen Hearts” (el mayor magnate de la prensa de su tiempo, el mismo que inspiró la película de Orson Welles), y escribió cosas que siguen oliendo mal.
Pero, por más que no han faltado críticos que consideran su obra como irregular, desmañada, y lo han tachado de novelista de vuelos, no es menos cierto que existen muchos más que afirman todo lo contrario. Más allá de esta disputa, el veredicto de los lectores no ha podido ser más elocuente. Después de mantener su celebridad a lo largo del siglo XX, en los últimos tiempos su obra siendo editada con el marchamo de un "clásico", e incluso conocido una mayor revalorización. Admirado a lo largo de los tiempos por gente tan diversa como Anatole France, Lenin, John Steinbeck, Trotsky. Hemingway, Orwell o, Jack Kerouac, etc. Hay un Jack London que inspiró al "Che" Guevara en el momento en el que el guerrillero creyó que sería su último pensamiento: "La única visión que recuerdo", escribirá hablando de un momento en el que estando herida es cercado por las tropas de Batista Y busca la mejor manera de morir, y se le presenta la imagen de un personaje de London acosarlo por la agonía, se sostiene sobre un árbol y "se dispone a terminar su vida con dignidad".
Y siguiendo con Jack london, revisando el prólogo que Howard Zinn dedicó El talón de hierro (Editorial Hiru. Hondarribia 2003), edición al parecer auspiciada por Alfonso Sastre, Zinn hace un alegato por la “vía pacífica” hacia la revolución. Una reflexión sobre la que valdrá la pena volver, sobre todo considerando lo que nuevamente se está debatiendo en Euzkadi.
Algún día habrá que hablar de Gorki, y también volver a hacerlo de Panait Istrati, y seguir en lo posible la lista. Pero en cada caso, se trata de tener clara una premisa primordial, a saber, que hay que distinguir entre el artista y el individuo, así lo hicieron los clásicos socialistas que, como por ejemplo Rosa Luxemburgo, escribió sobre las ideas de Tolstoy y las del atormentado Fiodor: “Dostoievski, sobre todo en sus escritos posteriores, es un reaccionario confeso, un místico que odia a los socialistas. Sus descripciones de los revolucionarios rusos son malévolas caricaturas. Las doctrinas místicas de Tolstoy reflejan también tendencias reaccionarias. Pero los escritos de ambos nos despiertan, inspiran y liberan. Y eso es porque su punto de partida no es reaccionario, sus pensamientos y emociones no obedecen al deseo de aferrarse al statu quo, ni los inspiran el resentimiento social, la estrechez mental ni el egoísmo de casta. Por el contrario, reflejan un gran amor por la humanidad, y una profunda reacción ante la injusticia. Así Dostoievski, el reaccionario, se convierte en agente literario de los “humillados y ofendidos”, como él los llama en sus trabajos. Sólo las conclusiones que él y Tolstoy han sacado, cada uno a su manera, sólo la salida del laberinto social que ellos creen haber encontrado, los conduce a las sendas del misticismo y el ascetismo. Pero en el verdadero artista la fórmula social que propone tiene una importancia secundaria; la fuente de su arte, el espíritu que lo anima: eso es lo decisivo”
Semejante matización resulta de ABC, y tal como explicaba en un reciente artículo, Saramago a los infiernos, en el que trataba de argumentar lo descabellado que resulta descalificar la trayectoria militante, y no digamos la obra literaria del Nobel portugués, por sus ocasionales “metedura de pata” o tropezones oportunistas (esa blandura con “Citizen” Polanco) con un “capitalismo con rostro humano” que trata de justificarse “simpáticamente”, pero que a la hora de la verdad no duda en servir a su señor…En ”El País” cuida Saramago porque tiene una misión clara: entrar por la izquierda “responsable” para salir por la derecha, saben no ser “sectarios”, hacer su juego.
No seré yo el que justifique estos “tropezones”, ni el que trate a la manera de tantas declaraciones bla, bla, bla, de enaltecer todo Saramago, pero también rechazo cualquier “enmienda a la totalidad” de una vida y una obra que merecen el mayor respeto e interés, y en la que hay infinitamente más trigo que paja. Saramago dejó una obra literaria que merece ser conocida, debatida y divulgada, y en sus planteamientos fundamentales, fue “o de los nuestros”. La enfermedad principal de la izquierda es, sin duda, el oportunismo. Pero el sectarismo es otra enfermedad.
Desconfío profundamente de quienes ejercen de jueces sumarísimos, entre otras cosas porque ese papel ya lo ocupan los intelectuales orgánicos al servicio de los amos del mundo, y sí en dicho artículo sacaba a colación el anatema vaticano, una excrecencia que, digo yo, enaltece por su “sinceridad” al escritor fallecido mucho más de los que le vanaglorian como “defensor” de unos “humildes” y “oprimidos” que están pisoteando desde los pasillos del poder gubernamental y/o mediático.
Como se podrá comprobar, lo del Vaticano no fue ninguna exclusiva. Ayer (23/06/2010), Pilar Rahola, ahora exitosa “trovadora” del “rey Artur” (Mas), nos obsequió con su columna fija en La Vanguardia en el que se pone el vestido de “disidente” (“Difícil artículo, no en vano remar contra corriente siempre comporta grandes riesgos”). Pero como ella es tan valiente, da el paso necesario: “…con Saramago me pasó lo mismo que con Cela, que amé su literatura tanto como desprecié su pensamiento, en ambos casos porque cuando dichos escritores se calzaban las botas de pensadores, no salían perlas de sus bocas. Cela era un machista maleducado, un grosero malhablado, un tipo desagradable, y, sin embargo, La familia de Pascual Duarte es un monumento literario”.
Saramago no era como Cela, sus “formas eran educadas”. Sin embargo, siguiendo las pautas paralelas a la de L´Observatore Romano”, esta mujer que nada contra la corriente, se atreve a disentir. Para ella, Saramago “estuvo toda su vida vinculado a los pensamientos más reaccionarios de la izquierda, hasta el punto de dar su apoyo a dictadores comunistas, a partidos como el PC portugués”, un detalle que, pro supuesto, no acota: lo hizo en la clandestinidad bajo el regimen salazarista que estaba protegido por el “mundo libre” o sea por los Estado Unidos. Pero si aquí hay que meter la palabra “totalitarismo”, esta viene aclarada con una cita de Vicenç Villatoro: "Muchos escritores se han fascinado por formas de pensamiento totalitario, y nadie les discute que sean grandes escritores".
La descripción que Rahola hace del pensamiento de Saramago es gemela a la vaticana. Éste formaba parte de gente que “habitan ideológicamente en el jurásico inferior, y a todo quisque que machacara a los norteamericanos, hiciera populismo tercermundista y, por supuesto, hablara mal de los judíos. Si las ideas de Saramago hubieran triunfado, habríamos vuelto a los peores tiempos del estalinismo, porque este `lúcido pensador´ –según la mayoría de las crónicas laudatorias de estos días– despreciaba a la malvada democracia "burguesa", tanto como amaba a la dictadura del proletariado”. Así de sencillo, pobres norteamericanos, atacados por el “populismo tercermundista”, y para colmo, antisemita. Esto se publica en la página central de “La Vanguardia” con la misma categoría que una editorial…
El esquema es sencillo: Estados Unidos lideran el “mundo libre” contra el totalitarismo, un lugar ocupado antaño por el nazismo y el comunismo, y ahora por los “populismos”, la misma lucha que llevan los judíos, ayer víctimas del “holocausto”, hoy defensores de la libertad contra el “fundamentalismo islámico” y sus cómplices…Aquí no hay datos concretos. No hay pobreza ni opresión que valga, no hay fortunas que ofenden la vida, no hay más que el poder y la gloria de servirlo. Por defender esto, tienes carta blanca en “La Vanguardia”.
Como la que tienen entre otros, Bernard Henri-Levy, que puede escribir en “El País” (13-06-2010), una apología de éste sobre la última acción del terrorismo de estado sionista, en la que comienza diciendo: “Nadie muere de hambre en Gaza, Israel solo bloquea la entrada de armas. Pero unos tontos útiles se embarcaron en una epopeya miserable, cayendo en la trampa de los fanáticos del apocalipsis antijudío”. Ni tan siquiera Pilar Rahola se ha atrevido a escribir algo así, para ella la última acción militar sionista ha sido un error innecesario que da metralla a sus muchos enemigos. Pero lo más extraordinario ha sido la explicación “oficial” del “diario independiente”: el artículo no se puede tocar por lo dicho de la “carta blanca” por la que –no hay la menor duda-, cada línea tiene n precio de oro considerando que se publica en infinidad de diarios. “El País” por lo tanto, no puede hacer nada. Además, dado que también publica artículos en contra de la política de Israel, así pues, se trata de respetar el equilibrio objetivo, no amputar opiniones, ¿se imagina alguien un artículo rusticando un atentado de ETA aunque no hayan víctimas en loor de “todas las voces”, ¡qué cínicos¡…
Saramago se pudo equivocar en tal o cual ocasión, pero por el conjunto de sus posiciones ha merecido el odio de gente como Pilar Rahola, quien, con toda la impunidad que le otorga el poder (mediático), no duda en equiparar su ideario con el de la extrema derecha que, vaya por Dios, de tal guisa resulta que y si Saramago hubiera sido de extrema derecha “habría sido condenado al ostracismo, porque a la extrema derecha se le niega, por suerte, el pan y la sal”. En cambio: “Los intelectuales de extrema izquierda mantienen su prestigio ideológico intacto, incluso después de que su propia ideología haya fracasado…” Rahola no parece saber que la extrema derecha no es meramente esa que desfila ridículamente con sus yugos y flechas. La extrema derecha aquí y ahora es ante todo y sobre todo, la que defiende a los amos del mundo y disparan sin escrúpulos contra sus adversarios.
En lo que no se equivoca es el registrar a Saramago entre estos, aunque no siempre fuese consecuente.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

James Petras: "dicen que la derecha arrasa ¿Arrasa qué?"


Comentarios Para CX36 Radio Centenario del sociólogo norteamericano, Prof. James Petras. Lunes 21 de junio de 2010.

Chury: Bueno, Petras, contame como me contás siempre en el arranque los temas en que estás trabajando y que ocupan tu actividad…
Petras: Bueno, en primera instancia lo más importante que estamos analizando son las elecciones, el proceso electoral en Colombia. Ese es el tema principal que hemos tratado porque incluso la izquierda ha sembrado mucha confusión sobre los resultados del proceso electoral. O mejor dicho, no han tratado el resultado electoral en un contexto más amplio y eso es lo que debemos discutir. Porque el hecho más sobresaliente es que el 56% del electorado no votara. Es decir, el 56% conciente e inconscientemente tomaran la posición de las FARC. No digo que estén informados por las FARC ni necesariamente son simpatizantes, pero por varias razones comparten la idea de que no vale la pena votar en las elecciones principalmente porque ambas opciones eran muy desfavorables y no ofrecen nada para el pueblo.
Para entender eso creo que debemos volver a unos años atrás, particularmente en los últimos 10 años del gobierno de Uribe e incluso anteriormente. Este resultado electoral tiene como contexto el desplazamiento de 4.3 millones de personas. Tiene el contexto de una represión feroz en que han matado a más de 1.800 sindicalistas incluyendo dirigentes. Han matado cientos de activistas de derechos humanos, abogados y periodistas. Y eso influye mucho sobre la actitud de la gente hacia las elecciones en dos sentidos: se sienten aterrorizados por el gobierno y algunos presionados en este contexto para votar porque los militares estaban presentes en todos los lugares de votación. Los paramilitares y los políticos vinculados con el paramilitarismo que llega hasta el mismo gobierno han incidido en todos los lugares de elecciones.
Pero más que nada debemos entender que cuando organizas una elección es un proceso de debate, de reivindicar y no reivindicar las necesidades del pueblo. Y en un contexto de terrorismo prolongado y generalizado no se puede mediar lo que siente la gente que un contexto pacífico y democrático puede permitir. En este contexto no tenemos un país militarizado, 300.000 soldados, más policías, más paramilitares, un contexto democrático para elecciones.
Y es más, el Estado utiliza todos los mecanismos, los medios de comunicación o incomunicación, utilizan todo lo que son las prebendas del Estado circulando en los barrios para conseguir algún voto. Y también tenemos el hecho de que el candidato presidencial, el que ganó, el “Diablo” Santos, porque debe cambiar su nombre, en vez de Santos es Diablo. Es una persona involucrada en los asesinatos, era el ministro de defensa que organizó lo que llaman los “falsos positivos ”, estimulando a los militares a matar civiles para mostrar que el ejército ha tenido grandes éxitos matando subversivos.
Descubrimos en poco tiempo que muchas de las víctimas no tenían nada que ver ni con la guerrilla ni con los grupos simpatizantes ni nada. Eran simplemente civiles, campesinos principalmente y gente pobre, elegidos para asesinatos para mostrar que el ejército ha tenido grandes éxitos en el combate. Es el señor Santos implicado y juzgado en este contexto.
Esos son los problemas que los diarios, tanto en Uruguay como en Méjico, dicen que la derecha arrasa. ¿Arrasa qué? El voto era simplemente un 33% del electorado. Si consideramos los que no votaron, el 70% que consiguió, el 70% del 44% no llega a lo que ellos dicen, llega al 30 y pico por ciento.
Y hay que analizar los lugares donde votaron y no votaron. En los grandes barrios populares el absentismo era caso de 2/3. Lo mismo en sectores rurales, algunas provincias tenían casi el 25%.
Donde sí consiguieron una mayoría abrumadora de votantes fue en los barrios afluentes, los barrios de la clase media acomodada y la clase media baja en menor porcentaje. Pero en los barrios altos consiguieron un 70 o un 75%. Entonces hay una gran diferencia entre los sectores populares y las regiones en el resultado de las votaciones. Muchos sindicalistas, particularmente en las provincias, no votaron por ninguno de los dos. Y lo mismo con algunos grupos de derechos humanos. Ahora, para disfrazar este proceso electoral ilegítimo, los oficialistas utilizaron dos pretextos. Primero dijeron que las lluvias bajaron la participación. Si uno no quiere mojarse por un candidato es un buen indicador del desprestigio que tiene el sistema electoral.
Y segundo, la copa mundial, no toca a todas las horas del día, hay tiempo para ver los partidos y hay tiempo para votar. Entonces, estas excusas para justificar la bajísima participación no tienen legitimidad. ¿Para qué los diarios están dando tanta publicidad, disfrazando el hecho de que el peor asesino del gobierno de Uribe gane las elecciones con un 33% del electorado? ¿Por qué? Yo creo que es porque indica que están preparados para apoyarse en una nueva política de acomodación con el imperialismo norteamericano. Es una señal de que en el próximo período el señor Santos con Obama y la derecha en América Latina están preparados para una nueva ofensiva. Y los medios de comunicación, incluso los periódicos supuestamente progresistas, están dispuestos a entrar en ese juego.
Chury: Petras, esa es una de las realidades que estamos analizando y pasamos a otra de las que tú generalmente tienes información muy profunda. Parecen haberse aplacado las repercusiones de los delitos de lesa humanidad cometidos por Israel, tanto poder maneja el sionismo sobre los medios de comunicación que ya esto está ganando los nidos de amnesia y el olvido de la gente en el mundo. ¿O cómo se puede analizar todo esto?
Petras: Hay dos razones, primero el poder que Israel tiene a partir de la quinta columna de las organizaciones sionistas y la gran mayoría de las organizaciones judías que ya son afiliadas con el sionismo, llega a tal punto la fuerza que tiene el sionismo desde Estados Unidos que está globalizándose y una expresión de eso es el fuerte trabajo que está haciendo el sionismo norteamericano sobre el gobierno de Kirchner y particularmente sobre le nuevo canciller el señor Héctor Timerman.
Timerman es el enlace entre el sionismo norteamericano e Israel con la política argentina y la señora de Kirchner nombró a Timerman como, primero como embajador en Estados Unidos y ahora como canciller remplazando a Taiana, un funcionario que más o menos mantenía alguna posición potable en relación con el sionismo. Ahora tiene un funcionario tiempo completo trabajando por Israel y coordinando la política con los sionistas de estados Unidos, aquí lo hemos visto actuar de una forma muy vergonzosa peor que cualquier otro embajador en Washington por sus relaciones promiscuas e íntima con los sionistas y este problema va a repercutir en América Latina.
Aquí están dando repercusión en los medios de publicidad sobre el hecho que Israel bajo enorme presión está permitiendo entrar comida y medicamentos, por lo menos algunas líneas de alimentos de consumo; lo que no está permitiendo son maquinarias para que no solo los palestinos puedan consumir pero pueden producir, pueden cultivar, pueden abrir fábricas que están todas cerradas y hay que seguir los boicot y las protestas. Este fin de semana en la ciudad de Oakland, en San Francisco cerca de California que es el quinto puerto más importante, los portuarios organizaron un boicot de un barco de Israel, dejaron descargar la mercancía y eso era un gran éxito y el juez incluso, la compañía pidió el proceso judicial para terminar el boicot, el juez decidió que Israel era un violador de derechos humanos y tienen razón los que montaron el boicot.
La conciencia del asesinato de la flotilla es muy generalizada, los otros crímenes diarios que Israel está cometiendo, matando un padre de familia con tres hijos, ayer, anteayer otros palestinos en la frontera, etcétera. Cada día las atrocidades de Israel no pasan a tener importancia en la primera o segunda página, si hay algún reportaje es un pequeño ítem cerca de las páginas interiores. En ningún caso tenemos alguna condena de Israel, aquí, en los medios de comunicación.
Ahora la campaña de los sionistas en el New York Times, del Washington Post y Wall Street Channel que son casi periódicos de la embajada de Israel cien por cien en favor de cualquier crimen, han lanzado una propaganda feroz contra Turquía. Si uno considera por un momento, hace 3 años, todo el grupo de Israel aquí en Estados Unidos actúa en favor de Turquía. De repente Turquía critica a Israel por los asesinatos de sus ciudadanos y los asesinatos en Gaza, de repente la maquinaria hace toda una vuelta de 180 grados y dice Turquía es un país de terroristas islámicos, los muertos en la flotilla eran islámicos, etc. Y han lanzado una campaña tirando basura sobre el primer Ministro de Turquía, etc., no tienen ninguna vergüenza y al otro día cuando Israel cambia la línea ellos dan un giro de 180 grados y los sionistas son peores que los peores momentos del estalinismo. No tienen nada en la cabeza independiente, son solo voz de Israel y es una cosa espantosa. No importa si es un cirujano, un premio Nobel, si era un famoso actor de Hollywood o director, tienen toda esta mentalidad de fieles incondicionales a cualquier acto de delincuencia del Estado de Israel. Eso es increíble aquí.

El cambio de las injustas estructuras es posible con la movilización y la lucha de todo el pueblo por su dignidad


Con el triunfo ilegítimo del continuismo, repudiado por la abstención ciudadana, el país ha entrado en un proceso de radicalización de la lucha política, en el que el pueblo será protagonista de primera línea.
Toda la maquinaria del Estado, todos los recursos mafiosos del gobierno, sus mañas delictivas de fraude y corrupción, de chantaje e intimidación, fueron puestos al servicio de la victoria del continuismo buscando desesperadamente por esa vía un escudo que proteja a Uribe de la inminente acusación del pueblo y la justicia, frente a una gestión criminal y de lesa patria.
El régimen de Uribe fue el más serio intento de imponer violentamente un proyecto político de ultraderecha neoliberal basado en el paramilitarismo. Su gobierno pasará a la historia como el más vergonzoso de las últimas décadas, el más asesino de su población civil, el más arrodillado a la política de los Estados Unidos, y por esta circunstancia, el más compulsivo provocador de inestabilidad en las relaciones con los países vecinos.
Durante estos ocho años gobernó la mentira y la falsedad, la manipulación y el engaño. Uribe y el continuismo hicieron creer que su política de seguridad era de todos, cuando en realidad sólo aseguraba, mediante la represión, las ganancias de privilegiados sectores inversionistas, que acrecentaron el desempleo y la pobreza.
Hicieron creer que defender la soberanía era entregar la patria al gobierno de Washington y convertir a Colombia en un país ocupado militarmente por una potencia extranjera. Se las arreglaron para posar de adalides de la lucha contra el narcotráfico cuando el propio presidente Uribe, el DAS y el general Naranjo, tienen un largo historial que los vincula a la mafia del narcotráfico. Al país le dicen que no hay guerra ni conflicto armado, pero hay Plan Patriota e invasión gringa…
Seguridad democrática son los falsos positivos y la impunidad. Es poder elegir como Presidente al ministro de defensa que más estimuló estos crímenes de lesa humanidad. Es repartir tierras a la agroindustria paramilitar, porque ella sí tiene músculo financiero y los pobres campesinos no. Y es subsidiar o regalar de manera segura dineros del Estado a los empresarios del agro que financiaron las campañas electorales. Seguridad democrática son las fosas comunes con más de 2000 cadáveres como la que existe en un costado de la base militar de la Macarena y son los más de 4 millones de campesinos desplazados por la violencia del Estado. Es mentir sobre el fin del fin de la guerrilla bolivariana de las FARC -EP y preocuparse por la vitalidad de una organización que combate denodadamente por la nueva Colombia como lo consignan sus partes militares del mes de mayo.
Seguridad democrática es cambiar la Constitución para adecuarla a un interés particular cuando sea necesario y es tener una espuria mayoría en el Congreso y socavar la autoridad de las cortes con el aplauso de los incondicionales. También es repartir cargos burocráticos, gabelas y contratos, y aprovechar el gobierno para enriquecerse sin ningún cuestionamiento moral…
La abyecta defensa del militarismo oficiada por Uribe y su llamado a crear nuevas leyes garantes de la impunidad castrense, anuncian lo que vendrá durante el periodo presidencial de Juan Manuel Santos. Su cínica queja y su lamento fariseo sobreprotegiendo a un torturador-asesino, como Plazas Vega, a los altos mandos militares y al ex-presidente Belisario Betancur, responsables del holocausto del Palacio de Justicia, son patética evidencia de su esfuerzo por blindarse desde ahora, en previsión de futuras acusaciones en su contra.
Y, por supuesto, como forma de atornillar el narco paramilitarismo a la dirección del Estado, con garantías legales para desaparecer, torturar y asesinar opositores. El "fuero militar" que Uribe reclama es patente de impunidad criminal como lo demuestra la historia reciente de Colombia.
La vehemente defensa presidencial del ex director de la DIAN y de la "UIAF", señor Mario Aranguren, quien delinquió en favor de Uribe y seguramente por orden suya, evidencia la calaña de quien aspira a trascender ocultando, no solo su pasado criminal, sino las vergonzosas bajezas de su práctica como gobernante.
Estamos a las puertas de otro cuatrienio de ofensiva oligárquica contra el pueblo en todos los órdenes, embadurnado con melifluas y engañosas promesas oficiales alrededor de una victoria militar como lo han repetido sin cesar durante 46 años, sin preocuparse, ni mucho menos comprometerse a superar, las causas que generan el conflicto.
La profunda crisis estructural que padece Colombia no tiene solución en el continuismo. La ultraderecha neoliberal, creyendo que aún puede resolverla desde las alturas, ha convocado a una unión nacional sin pueblo en la que sólo reinan las ambiciones de los mismos que se lucran con la seguridad inversionista: los grupos financieros, el sector empresarial, los ganaderos y terratenientes, los paramilitares, los partidos que como pirañas se disputan las prebendas del poder, los grandes medios que aplauden los éxitos en litros de sangre de la política guerrerista… Allí no se ve el pueblo por ningún lado, porque la prosperidad de aquellos se sustenta en la miseria y explotación de los de abajo, de los excluidos.
Este bicentenario del grito de independencia debe dar paso a la lucha del pueblo por sus derechos, por la patria, por la soberanía, la justicia social y la paz. El cambio de las injustas estructuras es posible con la movilización y la lucha de todo el pueblo por su dignidad. Nada se puede esperar de los victimarios empotrados en el poder del Estado.
Sólo la lucha unificada puede conducirnos a una Colombia Nueva. Como lo hemos consignado desde Marquetalia en 1964: estamos dispuestos a buscar salidas políticas al conflicto, reiterando al mismo tiempo, que nuestra decisión de entregarlo todo por los cambios y los intereses populares, es irreductible, sin importar las circunstancias, obstáculos y dificultades que nos impongan. La justicia social espera triunfar en la movilización del pueblo.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP

Montañas de Colombia junio 21 de 2010

sábado, junio 26, 2010

Octubre: la más poderosa imagen de la revolución en el cine


Durante muchos años, sobre todo en los más oscuros de la dictadura franquista, ver Octubre era como un sueño. Por supuesto, su fama había llegado hasta nosotros, aparecía en los libros de cine, pero no había manera. No sé donde escuché que en una universidad (quizás de Madrid), la policía secreta irrumpió en una proyección…Junto con El acorazado Potemkin, ha sido seguramente la película más mítica de la Rusa revolucionaria tato por lo que contaba como por su propia historia ya que sus numerosos cortes fueron como un corte de navaja que separó el tiempo en el que la verdad revolucionaria comenzó a dejar de ser libre…Durante mucos años, sedujo a varias generaciones de espectadores. Recuerdo haber leído el testimonio de un escritor francés en el que describía la presencia fascinada de andré Gide en una proyección, posiblemente amenazada por las autoridades o por alguna pandilla de niñatos fascistas…
Es posible que haya perdido esa aureola mítica, lo cierto es que ya no es noticia. Lo será si algún se restituye el original, pero no parece falible que se encuentren los cortes en un cajón, y quizás menos que en la Rusia de los actuales zares, exista una productora con ganas de operar dicha restitución…El caso es que, por más que el tiempo no hay transcurrido en vano, sería una verdadera pena que las nuevas generaciones “pasaran” de ella, y que se dieran tentativas –muy asequibles por lo demás- para pasarla por escuelas, institutos, talleres militantes o centros de barrios. En el caso de que alguien lo haga, seguramente le podrán servir las notas que siguen...
Al margen de sus finalidades, cada film constituye un reflejo del contexto histórico en que ha sido realizado. Si además este film aborda un tema histórico pretérito, la articulación cine/historia se produce a un doble nivel: el del film como instrumento de análisis y reproducción de un hecho histórico, y también como paralelo reflejo contemporáneo de las circunstancias históricas en el momento de su producción. En este sentido, Octubre (Oktjabr, 1927), de Sergei Mikhailovitch Eisenstein, constituye un caso ejemplar de la citada doble articulación cine/historia, ya que si por una parte aborda -y reproduce- el contexto de la Revolución soviética de 1917, no deja de reflejar también las circunstancias políticas de la Unión Soviética en 1927, tanto a través de su largo y dificultoso proceso de elaboración, como de su resultado final, condicionado por la censura estalinista.
Como es sabido, el primer problema con que se enfrenta todo film de tema «histórico» es el de la reproducción de los hechos en función de la técnica y de las circunstancias de realización disponibles en el momento de rodaje del film. En el caso de Octubre se trataba de un proyecto oficial -de producción nacional- encomendado a un prestigioso realizador con motivo de una o­nomástica: la celebración del X Aniversario de la Revolución de Octubre de 1917.
En 1924, el Teatro Central del Proletkut había lanzado ya la propuesta del proyecto «Hacia la dictadura (del proletariado», que, a lo largo de diversos episodios, debía reflejar el proceso político que conduciría hacia la Revolución; de los ocho films previstos sólo se llegó a rodar el quinto, La huelga, precisamente el primer largometraje de S. M. Eisenstein. Poco después, la Revolución de 1905 fue también objeto de un proyecto cinematográfico oficial, que encargado globalmente a Eisenstein desembocaría finalmente en un único episodio -el motín del acorazado «Potemkin» en Odessa-, que indudablemente llegaría a convertirse en una verdadera obra maestra de la Historia del Cine, entre otras cosas por su capacidad de síntesis histórica. Favorecido por el enorme éxito de El acorazado Potemkin, Eisenstein se dispuso a realizar entonces un film que, dejando al margen las reconstrucciones históricas, analizase el problema contemporáneo de las repercusiones de la transformación agraria en el campesinado soviético.
De ahí nació Lo viejo y lo nuevo/La línea general, que comenzó a rodar -junto a su compañero Grigory V. Aleksandrov- el 3 de julio de 1926. Sin embargo, se acercaba el X Aniversario de la Revolución de Octubre y el Comité Ejecutivo Central encargó a algunos de los más prestigiosos realizadores del país diversos proyectos conmemorativos del evento. Así surgieron Moscú en Octubre de Boris V. Barnet, El fin de San Petersburgo de Vsevolod I. Pudovkin, Octubre de Sergei M. Eisenstein y Grigory V. Aleksandrov, Octubre y el mundo burgués, film de animación escrito por G. M. Boltiansky, y los films de montaje, La gran vía y La caída de la dinastía Romanov de Esther Shub. Ya el 6 de noviembre de 1926, la revista Kino había publicado la siguiente noticia: «Eisenstein y Tissé (su habitual director de fotografía) comenzarán a trabajar el 10 de enero en un grandioso film para el año del Aniversario.
La realización durará nueve meses y el film tratará de los siguientes acontecimientos: los preparativos para Octubre, Octubre en el centro (Petrogrado) y otros lugares, y posteriormente, episodios de la Guerra Civil». Sin embargo, Eisenstein seguía trabajado en aquellas fechas en el rodaje de Lo viejo y lo nuevo, y la propia Kino anunciaba semanas más tarde otro proyecto para Eisenstein -cinco minutos, sobre una huelga en un barco extranjero en la época de la muerte de Lenin-, desvinculándose del proyecto el nombre de Aleksandrov, quizá con la intención de que éste concluyese Lo viejo y lo nuevo. El rodaje de este film se interrumpió, no obstante, el 16 de enero de 1927, y pocos días después Eisenstein presentaba su primer guión sobre la Revolución, que abarcaba de febrero a octubre con un apéndice sobre la Guerra Civil, condensando de este modo su primera idea que incluía además un episodio sobre el Ejército Rojo y otro sobre la reconstrucción del país.
La versión definitiva del guión quedó concluida el 5 de marzo de 1927, después de un minucioso trabajo de recopilación, tanto de datos bibliográficos -entre los que ocupa un lugar destacado la crónica de John Reed, Los diez días que conmovieron al mundo-, personales -Eisenstein se encontraba en San Petersburgo estudiando arquitectura cuando estalló la Revolución- y cinematográficos. Entre éstos, Esther Shub mostró al equipo de Octubre los diversos documentales, rodados en Petrogrado durante los hechos históricos, que posteriormente utilizaría para su montaje La gran vía. Finalmente, con un presupuesto total de 500.000 rubIos, el 13 de abril se inició el rodaje del film, precisamente con las escenas de confraternización entre soldados soviéticos y alemanes, en las que, excepcionalmente, aparece el propio Eduard K. Tissé interpretando el papel de oficial alemán. A partir de ahí las anécdotas se suceden, pero también constituyen un reflejo de las condiciones de trabajo del equipo de Eisenstein en su proceso de reconstrucción de los hechos históricos: la ciudad de Leningrado estuvo literalmente pendiente del transcurso del rodaje de este film y, paralelamente, del de Pudovkin -de tema y características muy similares-, ya que tan pronto era necesario elevar los puentes sobre el Neva como dejara oscuras algunos barrios de la ciudad para suministrar la energía que precisaban los rodajes nocturnos.
También se vieron escenas insólitas, como la majestuosa entrada del crucero «Aurora» por las aguas del Neva con la misma arrogancia que lo había hecho diez años atrás... Para las escenas de masas, como la gran manifestación; de julio o el asalto al Palacio de Invierno, Eisenstein requirió el concurso de miles de obreros y soldados de Leningrado que participaban voluntariamente, recordando la experiencia que, muchos de ellos, habían vivido diez años antes. De este modo se consiguió una verosimilitud tal que la historia y su reconstrucción cinematográfica se mezclan hasta el punto de que el Times de Los Ángeles llegaría a publicar fotogramas de la escena del saqueo de los sótanos del Palacio de Invierno como prueba de «los continuos ataques bolcheviques», invirtiendo así el sentido ideológico que Eisenstein le había concedido.
Sea o no de tema histórico el siguiente proceso de creación de todo film es el montaje. Para Eisenstein éste consistía en un verdadero sistema de atracciones entre las diversas secuencias, suscitando asociaciones de ideas que, en la mente del espectador, crearían el verdadero sentido del film. Octubre era, además, un grandioso fresco histórico para el que se habían rodado 49.000 metros de película; pero de ellos sólo se utilizaron 2.800 para la versión definitiva. En el transcurso de este proceso de selección y manipulación habían intervenido, sin embargo, no sólo el espíritu sintetizador de Eisenstein a través de sus metáforas, sino también la premura para tener listo el film para el día del aniversario y, sobre todo, los condicionamientos políticos de la época para adecuar los hechos de la Revolución de 1917 a la perspectiva que de ella tenía -o quería tener- Stalin en 1927.
El 16 de enero de 1924, en la XII Conferencia del Partido, Trotsky, junto con otros 46 disidentes, había sido acusado por Stalin de entregarse a actividades «fraccionales» y expresar una «desviación pequeño burguesa» en el seno del Partido. Con este acontecimiento se iniciaba la progresiva campaña de desprestigio contra uno de los más importantes artífices de la Revolución, que llevaría a su destitución en 1925 como comisario de Guerra y presidente del Consejo de Guerra revolucionario.
No es de extrañar, pues, que tras la campaña de prensa clandestina impulsada por Trotsky ante la celebración de la XV Conferencia del Partido, el montaje que de Octubre estaba haciendo Eisenstein fuera obligatoriamente condicionado desde el punto de vista del propio Stalin que controló todo el montaje. Trotsky, Zinóviev y otros dirigentes desaparecerían consecuentemente de la versión definitiva de Octubre; sin embargo, en la copia que se estrenó recientemente en España, aparece una escena inédita en anteriores versiones conocidas que muestra la actitud de Trotsky durante la célebre reunión del Comité Central el lO de octubre de 1917.
El 24 de octubre de 1927 se estrenó La gran vía y el día siguiente, aniversario de la Revolución, El fin de San Petersburgo y Moscú en Octubre. El film de Eisenstein no estaba todavía concluido, pero se exhibieron algunas bobinas ya montadas en el Teatro Bolschoi de Moscú. Sin embargo, los rumores suscitados sobre el retraso de la conclusión de Octubre llegaron incluso a provocar una carta explicativa de Eisenstein en la revista Kino del 20 de diciembre de aquel año: «A las historias que circulan podemos agregar: 1) Estamos haciendo dos películas: Antes de Octubre y Octubre. En total 4.500 metros. Esto debe también expresar en cierto modo nuestra situación. 2) De por sí, el trabajo de montaje a realizarse en Octubre resulta sumamente dificultoso, necesita una gran cantidad de tiempo, pues enfrentamos una serie completa de enfoques sumamente complicados y sin precedentes para varias secuencias y temas». No obstante, los planteamientos del realizador eran todavía ingenuos, ya que tras la expulsión de Trotsky del Partido, Aleksandrov atestiguaría que Stalin en persona había visitado el laboratorio de montaje indicando cortes en diversas escenas favorables a Trotsky y de una que mostraba a Lenin bajo «un enfoque insatisfactorio».
Tras estas nuevas manipulaciones el film salió definitivamente de la sala de montaje en febrero de 1928, estrenándose el 14 de marzo de 1928 con un metraje de 2.800 metros y condensado en una única parte que abarcaba de febrero a octubre con la breve inclusión de una única escena sobre la Guerra Civil.
Por otra parte, el estreno del film coincidía con la plena expansión industrial del cine soviético, que en pocos años había visto crecer el número de sus salas de exhibición en proporción geométrica. En estas condiciones, las intelectualizadas metáforas de Eisenstein como método de análisis de los hechos de Octubre chocaron frontalmente con los requerimientos estalinistas de un cine realista y popular. Es lógico, pues, que bajo estos condicionantes la crítica contemporánea soviética expresara su reacción mediante comentarios negativos. De este modo, frases como «Eisenstein no ha conseguido tratar de modo orgánico y auténtico el tema de la Revolución proletaria" (I. Anismov en Vecernjaia Moskva del 9 de marzo de 1928), «Octubre es un fracaso en el mismo sentido que la Revolución de 1905 fue un fracaso, si bien prosperó la de 1917" (V. Shklovsky), o incluso los reproches de Ossip Brick en la revista Lef (abril de 1928) -dirigida por Maiakovsky-, que acusaba a Eisenstein de «considerarse como un genio", contribuyeron a cimentar la mala prensa de un film cuyo reflejo de la Revolución de Octubre -con manipulaciones incluidas- sigue siendo el más exacto de los que se han realizado hasta la fecha, y que sí realmente manifestaba una falta de coherencia orgánica, era por razones muy distantes a los propósitos de los realizadores.
Hemos visto hasta qué punto fue minucioso Eisenstein en la reconstrucción de los hechos, así como las diversas fases de manipulación del film a lo largo de su montaje. Por otra parte valga recordar también tres condicionantes de tipo general de los que ya se ha hablado en párrafos anteriores: Octubre era un film de encargo conmemorativo destinado a un público que no sólo estaba más o menos al corriente de los hechos, sino que mayoritariamente había participado físicamente en ellos. En segundo lugar, Eisenstein era un intelectual y su obra anterior hacía ya prever de antemano que Octubre no sería una mera reconstrucción documental de los hechos, sino su interpretación personal con frecuentes recursos al uso de la metáfora. Finalmente, valga recordar una vez más no sólo la parcialidad ideológica del film motivada por la intervención de Stalin, sino sus obligadas síntesis históricas debidas a las sucesivas reducciones del metraje.
De este modo, abandonando ya la perspectiva de Octubre como reflejo histórico de la Unión Soviética en 1927 y centrándonos en su análisis de la Revolución de Octubre, he creído oportuno desglosar el film cronológicamente a través de tres grandes bloques históricos, separando los dos códigos principales del trabajo de Eisenstein: las secuencias de identificación de los hechos históricos y las secuencias intercurrentes de la valoración eisensteniana de los mismos.
El primer gran bloque histórico de Octubre abarca desde la insurrección de febrero hasta la llegada de Lenin a San Petersburgo en abril. Como ilustración de las huelgas generalizadas desde el 23 hasta el 27 de febrero que condujeron a la caída del zar, Eisenstein ofrece el simbólico derrocamiento de la estatua de Alejandro III en Moscú, en una estética constructivista que aísla el hecho de su contexto histórico, ya que este acontecimiento, en realidad, no tuvo lugar hasta 1921. Otras imágenes valorativas de este período histórico vienen dadas por la contraposición entre la acción de soldados y campesinos con sus fusiles y guadañas en alto frente a las congratulaciones de unos burgueses riendo y un incensario balanceándose. Este mismo motivo religioso enlaza a continuación con la exclamación del Metropolitano de Novgorod: «Largos años al Gobierno Provisional».
Tras esta escena, la Guerra Civil, representada por la secuencia de confraternización entre soldados alemanes y soviéticos en el frente -tema de amplia discusión entre las diversas fracciones revolucionarias sobre la continuidad de la guerra o la posibilidad de una paz pactada por separado por Alemania-, desencadena sus repercusiones económicas sobre el pueblo en forma de secuencias urbanas que tienen como motivo temático el hambre. Consecuentemente, a esta valoración sobre la incapacidad del primer Gobierno Provisional -que contaba con Kerensky como único ministro socia lista-, tras la abdicación de Nicolás II el día 2 de marzo, Eisenstein contrapone dramáticamente la llegada de Lenin a la estación de Finlandia en Petrogrado. En Octubre, un obrero de los Urales llamado Nikandrov encarna la figura del dirigente revolucionario, y la escena está planificada concediéndole un tono casi carismático -focos, banderas y la figura sobre un vehículo blindado que des olla por encima de las masas-, que Eisenstein aprovecha para introducir como discurso una síntesis de los postulados de las «Tesis de abril», que en realidad Lenin no leería hasta el día siguiente en el Palacio Táuride.
El segundo bloque histórico de Octubre se refiere a la insurrección de julio tras la elipsis desde la llegada de Lenin en abril. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en mayo se había formado ya el primer Gobierno de coalición presidido por Lvov, en el que los socialistas ocupaban seis de las quince carteras y a las que los bolcheviques se oponían a cualquier tipo de participación, y que, el 9 de junio, Pravda -el periódico bolchevique- había convocado una gran manifestación para el día siguiente bajo el lema «Abajo los diez ministros capitalistas», lo implicaba la ruptura del pacto con la burguesía. No obstante, tras una radical polarización de opiniones, el partido bolchevique decidió suspender el acto tras las advertencias del Congreso. Pero, sorprendentemente el 1 de junio fue el propio Congreso quien convocó multitudinaria manifestación en apoyo de los Soviets, en realidad se convirtió en una verdadera demostración de fuerza del Partido bolchevique.
Ante la creciente inflación y la perspectiva de una nueva ofensiva militar parte del Gobierno, se produjo una insurrección popular durante los primeros días de julio, y es en ese momento cuando Eisenstein retorna el hilo cronológico Octubre. Las escenas de masas con sus lemas «Abajo los ministros capitalistas» y «Abajo el Gobierno Provisional", y los mítines en el palacio de la bailarina Kchesinskaia -sede del Partido bolchevique desde marzo de 9917-, con la postura bolchevique sobre el carácter prematuro de aquel levantamiento, son la vertiente documental que el film aporta a los hechos, subrayados por las impresionantes escenas de la represión de la manifestación en el cruce de las calles Sadovaia y Nevski y el alzamiento de los puentes sobre el Neva.
Los barrios obreros de Petrogrado estaban separados del centro por los diversos puentes levadizos que cruzan el Neva y la estrategia del Gobierno consistió en alzar estos puentes para evitar toda comunicación. Sin embargo, Eisenstein aprovechó también estos hechos históricos "ara introducir dos escenas de carácter estrictamente subjetivo. La primera corresponde a la insistencia de su misoginia a través del ataque de un grupo de burguesas con sus paraguas contra un joven manifestante bolchevique. La segunda es la simbología psicoanalítica de los cabellos de la joven rubia deslizándose entre los dos fragmentos del puente y el cadáver del caballo blanco colgando de uno de los puentes, mientras éste va elevándose.
A su vez, las consecuencias de la represión quedan representadas a través de los ejemplares de Pravda flotando sobre el agua, la detención del Primer Regimiento de Ametralladores por su adhesión a la sublevación y el saqueo de la sede bolchevique. Contra ellas, Eisenstein opone la figura de Kerensky -ya primer ministro tras la destitución de Lvov por los hechos de julio-, magistralmente caricaturizado mediante diversas metáforas cinematográficas: ubicación física en las habitaciones de los zares del Palacio de Invierno, mientras saluda «democráticamente» a sus lacayos, analogía por yuxtaposición con las imágenes de un pavo real y de símbolos zaristas, y la genial escena en la que Kerensky -por efectos del montaje- sube innumerables veces las escaleras del Palacio, mientras los subtítulos van jalonando cada ascensión con un nuevo cargo: dictador, jefe supremo, ministro de la Guerra, de Marina, primer ministro, etc.
A continuación, unas breves imágenes del exilio finlandés de Lenin en una humilde choza, sirven como nuevo contrapunto frente a la ostentosa situación del primer ministro en el Palacio de Invierno -vajillas, camas, arañas de cristal, escudos de armas- y también como introducción del ataque del general Kornilov. Definido por su compañero de armas Martinov como «un hombre de nivel medio ordinario desprovisto de perspectivas amplias», Kornilov asumió las inquietudes de la derecha monárquica y se dispuso a asaltar Petrogrado «en nombre de Dios y de la Patria". Octubre ilustra estos hechos con cuatro núcleos metafóricos: iconografías religiosas -campanario de iglesia barroca, martirio de San Sebastián, estatuas de dioses y budas, incensario, metropolitano bendiciendo, etc.- como ilustración del lema de Kornilov y los intereses políticos que representaba; imágenes de hileras de soldados e hileras de vasos de vidrio, tablero de ajedrez sin peones, medallas de recompensas militares sobre un cojín, Kerensky bajo la almohada de su cama como símbolo de la impotencia del Gobierno Provisional, asociada a la simbólica reconstrucción -de nuevo mediante el montaje- de la estatua del zar Alejandro III; la asociación entre Kerensky y Kornilov a través de diversas iconografías napoleónicas como una lúcida trascripción cinematográfica de las teorías de Marx y Engels sobre el bonapartismo, en el sentido de que éste asumiría, en la lucha de clases, un papel semejante al de la antigua monarquía absolutista en la lucha entre los señores feudales y la burguesía; y finalmente las fábricas, grúas, carros, banderas rojas y chimeneas como símbolo de la unión de la clase obrera frente a la agresión militar, que fracasaría gracias a la distribución de armas entre el pueblo.
La derrota de Kornilov sirvió, por otra parte, para unificar las diversas fuerzas de la izquierda frente a la inoperancia del Gobierno Provisional, la liberación de los presos de julio y la confraternización de los bolcheviques con la «división salvaje» de los tártaros de Kornilov, tal como muestra el film.
El último bloque histórico de Octubre está dedicado íntegramente a los hechos de Petrogrado entre el 10 y el 25 de octubre de 1917. Lenin regresó a Petrogrado el 9 de octubre y se presentó al día siguiente en la reunión del Comité Central, afeitado, con gafas y peluca, en contra de la imagen tradicional que de él ofrece el film. En esta célebre reunión, celebrada en casa del menchevique de izquierdas Nicolai Sujanov, tras una discusión de diez horas se aprobó por mayoría la necesidad del levantamiento armado y la celebración del II Congreso de los Soviets el 25 de octubre de aquel año. De la imagen individual -Lenin en el epicentro de la reunión-, Octubre pasa a la dimensión colectiva con la multitud aplaudiendo y votando; a continuación, la llegada del crucero «Aurora» abre las escenas de los días decisivos de la Revolución, que Eisenstein subraya con nuevos motivos alegóricos: La unión de las líneas eléctricas y los raíles del tranvía...El film entra así en su fase final en la que Eisenstein supo integrar magistralmente los diversos elementos de acción paralela: La huida de Kerensky, el asalto al Palacio de Invierno y las sesiones del II Congreso de los Soviets.
Nicolai Kerensky huyó de la capital, tal como muestra el film, protegido por el embajador norteamericano David R. Francis, aunque lo hizo en su vehículo propio y no uniforme, sino con su habitual traje oscuro. Su ausencia en el Consejo de Ministros será posteriormente subrayada por el plano de su sillón vacío yuxtapuesto al coche circulando a gran velocidad. Paralelamente, el Palacio Invierno fue defendido efectivamente por los alumnos -junkers- de la Academia Militar, así como por el Batallón Femenino de la Muerte, cuya descripción cinematográfica -prendas interiores colgadas de los fusiles- insinúa de nuevo la misoginia de Eisenstein. Los soldados bolcheviques de la Guardia Roja iniciaron su infiltra en el Palacio a través de los respiraderos de los sótanos y allí Eisenstein utiliza un nuevo motivo visual con rotura de botellas almacenadas.
Tras el asalto masivo Palacio a través de su patio, Antonov-Ovseienko, antiguo oficial del Ejército Imperial condenado a muerte en arrestó personalmente a los ministros y, en nombre Comité militar-revolucionario, declaró derrocado el Gobierno Provisional. Por último, en el Palacio Smolny vieron lugar las sesiones del II Congreso de los Soviet. En su representación, Eisenstein resalta de forma contundente el enfrentamiento entre bolcheviques y las fracciones moderadas de mencheviques y «eseristas" mediante nuevas alegorías: un anciano se duerme durante un discurso menchevique -imágenes de arpas y una balalaika- y sólo despierta cuando oye la voz de Lenin para aplaudirle entusiastamente; y es una nueva metáfora -esta vez temporal- la que aparece como motivo final: imágenes del Congreso alternadas con diversas esferas de reloj que marcan distintas horas, subrayan la sentencia de Lenin: «La Revolución obrera y campesina se ha cumplido".
Por los múltiples condicionamientos sufridos durante su realización, Octubre ha sido siempre menospreciado cinematográficamente con relación a otros films de Eisenstein. No obstante, el análisis de este film como instrumento de análisis histórico revela niveles de apasionante profundidad que lo sitúan como un ejemplo verdaderamente ineludible en la articulación entre Cine e historia tanto en una dimensión coetánea como en la reconstrucción e interpretación de unos hechos que, por sí solos, vertebran la historia de nuestro siglo.

Pepe Gutiérrez-Álvarez