lunes, septiembre 27, 2021

“La Sesenta”: un documental sobre una lucha obrera

El documental La Sesenta-Crónicas de una lucha obrera, realización del colectivo de cine político Silbando Bembas, retrata en lenguaje cinematográfico dos momentos de lucha fuerte, de todas las que ha realizado hasta la actualidad, uno de los planteles de personal más combativos del gremio del transporte: los trabajadores de la línea 60 de colectivos. 
 En los últimos años los trabajadores de la 60 han protagonizado luchas gremiales de diversa índole: reclamos salariales, defensa de los puestos de trabajo (la tradicional línea, de la que se supo decir que llevaba “a todos lados”, ha perdido al menos 19 ramales) y también condiciones seguras de trabajo. Este último contexto es el que ha llevado a un enfrentamiento aguerrido de los choferes y demás trabajadores de la 60 con la empresa del Grupo DOTA. A fines de 2016, David Ramallo, mecánico de la empresa, pierde la vida a causa de la desidia patronal respecto de las condiciones de seguridad en los puestos de trabajo. El documental aborda también la lucha del 2015, en la que los trabajadores sostuvieron épicamente cuarenta y dos días de huelga a raíz del despido de Ariel Benítez. El enfrentamiento con la patronal y el Estado (kirchnerista) puso a prueba los nervios y la paciencia de los compañeros de trabajo, a la vez que colocó, blanco sobre negro, por ejemplo, el rol del Estado y los sindicatos en el conflicto. Justamente, uno de los aportes de mayor importancia de la película es mostrar que la complicidad de los sindicatos y del Estado con las patronales no es exclusividad del macrismo sino que tuvieron plena vigencia en el kirchnerismo. 
 En el caso de David Ramallo, el impacto por la muerte del compañero, la inmediata claridad respecto del desprecio patronal por la situación laboral material del personal, llevaron a una lucha por el reclamo de justicia para el compañero fallecido y su familia, y una exigencia de condiciones seguras para todos.
 Por otra parte, el desarrollo de estas luchas, su éxito en términos de conciencia, compromiso y participación, además del logro de una cantidad de objetivos (con altibajos, como en toda lucha: tal el despido de diez compañeros en el conflicto por David Ramallo), están directamente vinculados a la organización que el cuerpo de delegados trabajó con mucha paciencia en los años previos a ambos conflictos, haciendo escuela de intervención sindical con talante combativo. 
 El documental recoge esas gestas para relatarlas en la voz de uno de sus protagonistas, en un lenguaje claro, apoyado con profusión de imágenes relevadas por Silbando Bembas. Esta compañía audiovisual surgió a finales de 2007 en la carrera de Comunicación Social de la UBA, con la intención de intervenir de modo militante “en diversas luchas populares de carácter sindical, socioambiental, de género, de derechos humanos y contra el gatillo fácil, entre otras, desde donde construyó otros dos largometrajes”. La claridad política en la actividad del grupo estriba en su intención de contribuir con su cine a la lucha de clases, “que no tenga una orientación comercial, sino cultural, política, artística, que le permita al público de la clase trabajadora verse representado”, según palabras de Lucía Casado, una de sus integrantes de Silbando Bembas, a la agencia Télam.
 El guión del filme está basado en las crónicas de los conflictos registradas por un joven maestranza de la empresa, Santiago Menconi, volcadas en su libro Sesentazo; crónicas de un lockout. De hecho, son dos los libros que el cuerpo de delegados ha editado, en una excelente iniciativa para consolidar en la memoria la historia de lucha del conjunto de los trabajadores de la conocida línea de colectivos. Las crónicas de Menconi se imbrican con las imágenes tomadas por los realizadores durante los conflictos, complementadas por tomas espontáneas de trabajadores con sus celulares, e incluso con imágenes captadas por cámaras de seguridad de la misma empresa. 
 La película relata el crimen laboral de Ramallo y la subsiguiente lucha, y da un salto a la formidable lucha del año anterior, en la que UTA estuvo groseramente ausente, cuando no franca y violentamente en contra, y la complicidad del Estado con la patronal, no sólo por las conciliaciones obligatorias sino por el desalojo de la ocupación de la sede de Barracas y la represión de Berni en Panamericana y 197. Contada en primera persona por Menconi –que extrapola con su voz las palabras que había volcado en su libro– y por los mismos compañeros en huelga –con lo cual tenemos a trabajadores contándole a otros trabajadores su propia historia–, retrata el dolor de los compañeros y la familia por la muerte del mecánico, la camaradería refractada en organización y lucha, las asambleas y los métodos desplegados: pasaje gratis, paro, festivales artísticos, ollas populares, etc. Un acampe en un puente de Barracas aporta momentos particularmente emotivos, blues de por medio, que tiene como compositor e intérprete a uno de los trabajadores en lucha. Bien dice Néstor Marcolín (delegado de la 60) que el Estado y las patronales abominan de los trabajadores con inquietud artística, y desalientan con la explotación ese desarrollo. 
 También repasa el método de la lenta y paciente construcción de una agrupación sindical combativa que ha desplazado a fuerza de conciencia y perseverancia a las burocracias en la conducción sindical de los trabajadores de la empresa. Finalmente, en lo que el filme se impone como un planteo de los trabajadores con absoluta vigencia, se pone de manifiesto el claro ataque que se viene espesando en estos días: la inminencia de una nueva reforma previsional y una feroz reforma laboral. Las palabras de Rodolfo Walsh, que funcionan como prólogo tanto al libro como al documental -ineludible para todo trabajador y para todo luchador-, colocan bien uno de los sentidos profundos del trabajo de Menconi y Silbando Bembas, al rescatar para la memoria -cuestión de fundamental importancia- la experiencia de lucha de los compañeros de la 60:
 “Nuestras clases dominantes siempre han procurado que no tengamos historia, doctrina, héroes, ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas". 
 La conciencia y la lucha constituyen el camino para rescatar, defender y preservar la memoria de la clase, que es a su vez insumo para la conciencia de clase y la lucha hacia la emancipación social.
 “La Sesenta” se puede ver actualmente en la plataforma Cine.Ar 

 Sandra Gutiérrez y Ceferino Cruz 
 23/09/2021

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