lunes, abril 02, 2007

La teoría marxista del Estado.

Una vez más sobre la teoría del "capitalismo de Estado"

La economía política del período de transición

Lo más significativo de todos aquellos que tratan de revisar la postura de Trotsky sobre la cuestión rusa, es que siempre se ocupan del problema en abstracto y nunca explican concretamente las leyes de la sociedad transicional entre capitalismo y socialismo, y cómo funcionaría tal sociedad. Esto no es una casualidad. Un análisis concreto del tema les llevaría inevitablemente a la conclusión de que las bases fundamentales de la economía rusa eran las mismas que bajo Lenin y que esto no podría ser de otro modo. El germen del modo capitalista de producción, que comenzó bajo el feudalismo mediante el desarrollo de la producción de mercancías, radica en la función de los artesanos y comerciantes independientes. Cuando llega a una cierta etapa, las relaciones capitalistas surgen y coexisten con una superestructura feudal. Esta última estalla en pedazos por efecto de la revolución, y las posibilidades latentes de la producción capitalista tienen la oportunidad de fructificar sin el estorbo de las restricciones feudales. La esencia de la revolución (tanto capitalista como proletaria) consiste en el hecho de que las viejas relaciones y las viejas formas no corresponden con el nuevo modo de producción que ha madurado en el seno de la vieja sociedad. Para liberarse de estas restricciones, las fuerzas productivas tienen que organizarse sobre una base diferente. Toda la historia humana consiste en el desarrollo de este antagonismo a través de sus distintas etapas en diferentes sociedades.
Las formaciones socioeconómicas nunca aparecen en una forma químicamente pura. Dentro de una forma de sociedad dada, elementos de antiguas formaciones y relaciones sociales pueden coexistir junto con las nuevas de una forma más o menos tensa. Además, esta situación puede durar durante algún tiempo. La revolución burguesa no destruye el feudalismo de un sólo golpe. Elementos feudales poderosos perduran y, hasta el día de hoy, existen vestigios del feudalismo incluso en los países capitalistas más altamente desarrollados: el campesinado, la aristocracia, la Cámara de los Lores en Gran Bretaña, la monarquía, etc. Pero también bajo el feudalismo existieron contradicciones similares. En la Edad Media, dentro del marco del modo de producción feudal se empezaron a desarrollar en las ciudades elementos del capitalismo. Estos elementos capitalistas jugaron un papel significativo (comercio, usura, etc.) y finalmente derrocaron el orden feudal. Pero esto no alteró la naturaleza fundamental o la ley de movimiento de la sociedad feudal. Se podrían hacer observaciones similares acerca de la esclavitud o de cualquier otra forma de sociedad. El marxismo analiza formaciones sociales concretamente, con todos sus rasgos contradictorios y no como normas ideales.
He aquí el error fundamental de la teoría del capitalismo de Estado, que parte de una presentación abstracta del período de transición y no sabe distinguir entre el modo de producción y el modo de apropiación. En toda sociedad de clases hay explotación y una plusvalía que es utilizada por la clase explotadora. Pero esto en sí mismo no nos dice nada acerca del modo de producción. Por ejemplo, el modo de producción bajo el capitalismo es social en oposición a las formas individuales de apropiación. Como explicó Engels:
"Así se consumaba la división entre los medios de producción, concentrados en las manos de los capitalistas, y los productores reducidos a la propiedad exclusiva de su fuerza de trabajo. La contradicción entre producción social y apropiación capitalista se manifiesta como contraposición de proletariado y burguesía." (1)
La economía de transición que, como señaló Lenin, puede variar y variará enormemente en diferentes países y diferentes momentos, e incluso en el mismo país en diferentes momentos, también tiene un modo social de producción, pero con apropiación estatal, y no con apropiación individual como bajo el capitalismo. Esta es una forma que combina características tanto socialistas como comunistas.
Bajo el capitalismo —el sistema de producción de mercancías por excelencia—, el producto domina completamente al productor. Esto proviene de la forma de apropiación, y la contradicción entre la forma de apropiación y el modo de producción; a su vez, ambos factores emanan de la propiedad privada de los medios de producción. Una vez instalada la propiedad estatal, cualquiera que fuese el sistema resultante, no podría ser capitalista, porque ésta contradicción básica habría sido abolida. Desaparece el carácter anárquico de un sistema económico en que la producción social entra en contradicción con la apropiación privada, y con ello la ley del movimiento de la sociedad capitalista (auges y recesiones).
Bajo el socialismo, como bajo el capitalismo, habrá un modo social de producción, pero, a diferencia del capitalismo, también habrá un modo social de distribución. Por primera vez, la producción y la distribución estarán en armonía. Simplemente señalar las características capitalistas que indudablemente existían en la Rusia estalinista (trabajo asalariado, producción de mercancías, el hecho de que la burocracia consumía una gran parte de la plusvalía y demás), no es suficiente para decirnos cuál era la naturaleza del sistema social. Aquí también es necesaria una visión global. Sólo puede entenderse la naturaleza de las relaciones sociales que existían en la Unión Soviética tomándolas en su totalidad.
Desde el inicio de la revolución, varias escuelas sectarias han elaborado las más insostenibles ideas como resultado de su incapacidad para hacer semejante análisis. Lenin resumió el problema de la siguiente manera: "¿Pero qué significa la palabra ‘transición’? ¿Significa, aplicada a la economía, que el orden actual contiene elementos, partículas, pedazos, tanto del capitalismo como del socialismo? Todo el mundo admitirá que es así. Pero no todo aquel que lo admite, se preocupa de examinar la naturaleza exacta de los elementos que constituyen las distintas formas socioeconómicas que existen en Rusia actualmente. Y esto es lo esencial de la cuestión." (2)
Abstraer una parte conduce al error. Lo confuso del fenómeno ruso era precisamente el carácter contradictorio de la economía, agravado todavía más por la debilidad y el aislamiento de la Unión Soviética. Esto culminó en el régimen totalitario estalinista, donde los peores rasgos del capitalismo se pusieron en evidencia —las relaciones entre directores y obreros, el trabajo a destajo, la desigualdad y demás—. En vez de analizar estas contradicciones, Tony Cliff, con el fin de justificar sus teorías del capitalismo de Estado, intenta encajarlas en el patrón de las leyes "normales" de producción capitalista.
Además, la tendencia bajo el capitalismo hacia la centralización de las fuerzas productivas, o incluso hacia medidas de estatalización, puede llevar a una conclusión equivocada. Para demostrar que "el capitalismo de Estado" en Rusia es, en última instancia, lo mismo que el capitalismo individual y con las mismas leyes, Cliff cita en su obra sobre Rusia el siguiente pasaje del Anti-Dühring:
"Cuantas más fuerzas productivas asume por sí mismo, tanto más se hace capitalista total, y tantos más ciudadanos explota. Los obreros siguen asalariados, proletarios. No se supera la relación capitalista, sino que, más bien, se exacerba. Pero en el ápice se produce la mutación. La propiedad estatal de las fuerzas productivas no es la solución del conflicto, pero lleva ya en sí el medio formal, el mecanismo de la solución." (3)
En realidad, Engels está argumentando precisamente lo contrario. Reexaminemos los pasajes y veamos cómo nosotros extraemos diferentes conclusiones:
"Si las crisis descubren la incapacidad de la burguesía para seguir administrando las modernas fuerzas productivas, la transformación de las grandes organizaciones de la producción y el transporte en sociedades anónimas y en propiedad del Estado muestra que la burguesía no es ya imprescindible para la realización de aquella tarea. Todas las funciones sociales de los capitalistas son ya desempeñadas por empleados a sueldo. El capitalista no tiene ya más actividad social que percibir beneficios, cortar cupones y jugar a la bolsa, en la cual los diversos capitalistas se arrebatan los unos a los otros sus capitales. Si el modo de producción capitalista ha desplazado primero a trabajadores, ahora está haciendo lo mismo con los capitalistas, lanzando a éstos, como antes a muchos trabajadores, a engrosar la población superflua, aunque no, por el momento, el ejército industrial de reserva.
"Pero ni la transformación en sociedades anónimas ni la transformación en propiedad del Estado suprimen la propiedad del capital sobre las fuerzas productivas. En el caso de las sociedades anónimas, la cosa es obvia. Y el Estado moderno, por su parte, no es más que la organización que se da la sociedad burguesa para sostener las condiciones generales externas del modo de producción capitalista contra ataques de los trabajadores o de los capitalistas individuales. El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, un Estado de los capitalistas: el capitalista total ideal. Cuantas más fuerzas productivas asume por sí mismo, tanto más se hace capitalista total, y tantos más ciudadanos explota. Los obreros siguen siendo asalariados, proletarios. No se supera la relación capitalista, sino que, más bien se exacerba. Pero en el ápice se produce la mutación. La propiedad estatal de las fuerzas productivas no es la solución al conflicto, pero lleva ya en sí el medio formal, el mecanismo de la solución." (4)
¿No queda la idea antes mencionada suficientemente clara? En la medida en que las fuerzas productivas se han desarrollado ahora más allá del marco de las relaciones capitalistas (es decir, el germen de la contradicción ahora ha crecido hasta convertirse en una enfermedad maligna del sistema social, reflejándose a través de las crisis), los capitalistas están obligados a "socializar" amplios sectores de la economía —primero, a través de sociedades anónimas y, más tarde, incluso "estatalizando" sectores de las fuerzas productivas. La misma idea fue expresada claramente por Lenin en su libro El imperialismo, fase superior del capitalismo, donde demostró que el desarrollo de los monopolios y la socialización del trabajo eran de hecho elementos del nuevo sistema social dentro del viejo.
Una vez que las fuerzas productivas habían alcanzado esta etapa, el capitalismo ya había realizado su misión histórica y, debido a esto, la burguesía se volvió cada vez más superflua. Los capitalistas, de ser necesarios para el desarrollo de las fuerzas de producción, ahora se han convertido en parásitos superfluos viviendo de las rentas. De la misma manera y por la misma razón, los señores feudales, se volvieron también parásitos una vez que su misión había sido cumplida. Esto es simplemente una prueba de la madurez del capitalismo para la revolución social. En El Capital, Marx demostró que el crédito y las sociedades anónimas eran ya un indicio de que las fuerzas productivas habían rebasado los límites de la propiedad privada. Y Engels demuestra cómo el desarrollo de la producción obligó a los propios capitalistas a reconocer que las fuerzas productivas tenían un carácter social y no individual.

La cantidad se vuelve calidad

Aunque en una etapa determinada, el Estado capitalista está obligado a tomar posesión de uno u otro sector de la economía, las fuerzas productivas no pierden su carácter de capital. Pero la esencia del problema es que donde tenemos estatificación total, la cantidad se transforma en calidad, el capitalismo cambia en su contrario. Esto se manifiesta en la tendencia creciente hacia la concentración de capital, la formación, primero, de sociedades anónimas y, más tarde, de monopolios y multinacionales gigantescas. En un momento determinado, también se da una tendencia creciente hacia la estatificación (nacionalización) de ciertos sectores de la economía. Por supuesto, este capitalismo monopolista de Estado, para darle su verdadero nombre, no tiene nada que ver con el socialismo. Aquí las industrias nacionalizadas son sólo la criada del sector privado, pues proveen a los monopolios privados de carbón, gas, electricidad, trenes de mercancías y correo baratos, además de aceptar todos los gastos de educar a los hijos de los obreros para que les proporcionen mano de obra cualificada, de cuidar a los ancianos y enfermos, el alcantarillado y otras actividades "no rentables", pero que, no obstante, son esenciales para los capitalistas y por las que estos no pagan.
¿Cómo explicar, si no, la declaración de Engels: "Pero en este punto [las relaciones capitalistas] son transformadas en su contrario. La propiedad estatal de las fuerzas productivas no es la solución al conflicto, pero contiene en sí los recursos para hallar la solución correcta"?
Si se tiene en cuenta el hecho de que esto va a continuación del pasaje citado previamente, en la misma sección donde Engels define el modo capitalista de producción (como producción social, apropiación individual), debemos de concluir que Engels se contradice de mala manera si aceptásemos las conclusiones de Cliff. Pero en su contexto, lo que Engels quiere decir está claro. Explica que la solución a las contradicciones del capitalismo reside en el reconocimiento de la naturaleza social de las fuerzas productivas modernas: "De esta manera: poniendo en consonancia el modo de producción, apropiación e intercambio con el carácter social de los medios de producción". Pero él demuestra que éste "reconocimiento" consiste, precisamente, en hacer valer la planificación y organización conscientes, en lugar del juego a ciegas de las fuerzas del mercado sobre las bases de la propiedad individual. Esto, sin embargo, no puede ser hecho de golpe. Sólo "de manera gradual" se puede hacer valer el control social y la forma transicional hacia esto es la propiedad estatal. Pero la propiedad estatal total no elimina inmediatamente todos los rasgos del capitalismo, porque si no habría propiedad social, es decir, el socialismo se introduciría inmediatamente.
Pero de la misma forma que existen elementos de la nueva sociedad en el seno de la vieja, así en la sociedad transicional tenemos aún lo viejo dentro de lo nuevo. La total estatificación marca el límite extremo del capital. La relación capitalista se transforma en su contrario. Los elementos de la nueva sociedad que estaban creciendo dentro de la vieja, ahora se vuelven dominantes.
Lo que causa el conflicto dentro del capitalismo es el hecho de que las leyes se manifiestan ciegamente. Pero una vez que el conjunto de la industria es nacionalizada, por primera vez el control y la planificación pueden ser ejercidos conscientemente por los productores. Sin embargo, en la primera etapa, el control y la planificación tendrán lugar dentro de unos límites dados. Esos límites serán determinados por el nivel tecnológico existente cuando el nuevo orden social se instale. La sociedad no puede pasar del "reino de la necesidad" al "reino de la libertad" de la noche a la mañana. Sólo sobre las bases de un desarrollo ilimitado de las fuerzas productivas, la libertad, en su sentido más pleno, se hará una realidad. Se llegará a la etapa en que el dominio de las cosas sobre las personas y la opresión del hombre por el hombre serán sustituidos por la administración de las cosas por parte de seres humanos conscientes.
Antes de que llegue esta etapa, la sociedad debe de atravesar el período de transición. Pero inmediatamente después de la abolición de la propiedad privada, el control y la planificación se convierten en una posibilidad real por primera vez. Entonces, en cierto sentido, el reino de la necesidad se queda atrás. No obstante, aunque ahora es posible hablar de "libertad", esto es así porque la necesidad ha sido conscientemente reconocida. En esta etapa (el periodo de transición), Engels señaló:
"Con eso el carácter social de los medios de producción y de los productos (…) será utilizado con plena consciencia por los productores, y se transformará, de causa que es de perturbación y hundimiento periódico, en la más poderosa palanca de la producción misma.
"Las fuerzas activas en la sociedad obran exactamente igual que las fuerzas de la naturaleza —ciega, violenta, destructivamente—, mientras no las descubrimos ni contamos con ellas Pero cuando las hemos descubierto, cuando hemos comprendido su actividad, su tendencia, sus efectos, depende ya sólo de nosotros el someterlas progresivamente a nuestra voluntad y alcanzar por su medio nuestros fines. Esto vale muy especialmente en las actuales gigantescas fuerzas productivas". (5)
Engels, citando a Hegel, hizo un resumen de las relaciones entre libertad, necesidad y el período de transición: "La libertad es la realización de la necesidad. ‘La necesidad está ciega sólo entanto en cuanto no es entendida’". (6)
Marx y Engels sólo aludieron al carácter contradictorio del período transicional de manera pasajera. Dejaron su elaboración para las siguientes generaciones, limitándose a una elaboración de las leyes generales. Pero demostraron la necesidad de la propiedad estatal como el Estado transicional necesario para el desarrollo de las fuerzas productivas. Engels explicó la necesidad del Estado durante esta etapa por dos razones:
1) Para tomar medidas contra la antigua clase dirigente; y 2) porque la sociedad transicional no puede garantizar inmediatamente lo necesario para todos.
La lógica de las tesis de Tony Cliff es que en la sociedad transicional no puede haber vestigios de capitalismo en la economía interna. Mientras que Cliff puede argumentar vehementemente que él está de acuerdo con la necesidad del Estado en el período transicional, es evidente que no ha encontrado las razones económicas que hacen que el Estado sea necesario, y ni el carácter de la economía durante esta etapa. Antes de que se pueda introducir el socialismo, debe haber forzosamente un tremendo desarrollo de las fuerzas productivas, mucho más allá del nivel logrado bajo el capitalismo.
Como explicó Trotsky, incluso en EE.UU. no hay aún suficiente producción para garantizar la introducción inmediata del socialismo. Por lo tanto, tendrá que haber aún un período intermedio durante el cual las leyes capitalistas funcionarán de una forma modificada. Por supuesto, en EE.UU., esto tendría una corta duración. Pero no sería posible saltar por completo esta etapa. ¿Cuáles son las leyes capitalistas que permanecerán? Cliff no sólo no responde a esto; cae en la trampa del "colectivismo burocrático" al no reconocer que el dinero, la fuerza de trabajo, la existencia de la clase obrera, la plusvalía, etc., son todos vestigios del viejo sistema capitalista que sobrevivieron incluso bajo el régimen de Lenin. Es imposible introducir inmediatamente la producción y la distribución sociales directas. Éste fue particular, el caso de la Rusia atrasada.
Engels, en una carta a Conrad Schmidt en 1890, dio un magnífico ejemplo del enfoque totalmente materialista al problema de la economía en la transición del capitalismo al comunismo. Escribió:
"También en la Volkstribüne ha habido una discusión acerca de si la distribución de los productos en la sociedad futura se hará de acuerdo con la cantidad de trabajo o de otra manera. La cuestión ha sido enfocada desde un punto de vista muy ‘materialista’, en oposición a ciertas frases idealistas sobre la justicia. Pero, por extraño que esto parezca, a nadie se le ocurrió pensar en que el modo de distribución depende esencialmente de la cantidad de productos a distribuir, y que esta cantidad varía, naturalmente, con el progreso de la producción y de la organización social y que, por tanto, tiene que cambiar también el modo de distribución. Sin embargo, para todos los que han participado en la discusión, la ‘sociedad socialista’ no es algo que cambia y progresa continuamente, sino algo estable, algo fijo de una vez para siempre, por lo que también debe tener un modo de distribución fijo de una vez para siempre. Razonablemente, lo único que se puede hacer es: 1) tratar de descubrir el modo de distribución que se haya de aplicar al principio, y 2) tratar de establecer la tendencia general que habrá de seguir el desarrollo ulterior. Pero acerca de esto no encuentro ni una sola palabra en toda la discusión. (7)
En el Anti-Dühring, Engels señaló: "La producción directamente social, igual que la distribución inmediatamente social, excluyen todo intercambio de mercancías, también, por tanto, la transformación de los productos en mercancías (al menos, en el interior de la comunidad), y con ello, también su transformación en valores." (8)
Pero sólo el socialismo puede realizar esto. En el período transicional, la distribución sigue siendo indirecta, sólo gradualmente la sociedad obtiene el control total del producto, y, por tanto, la producción de mercancías y el intercambio entre los diferentes sectores de la producción debe tener lugar necesariamente. La ley del valor se aplica y debe aplicarse hasta que exista acceso al producto libre y directo por parte de los productores. Esto sólo puede ocurrir con el control total de la producción y distribución social directa, en que cada individuo recibe aquello que necesita. Marx se ocupó de este problema en el Volumen III de El Capital, donde trata el problema de la producción capitalista en su conjunto:
"Según esto, una parte de la ganancia y, por tanto, también de la plusvalía y, por consiguiente, también del plusproducto en que se representa (desde el punto de vista del valor) solamente el trabajo nuevamente añadido, sirve de fondo de seguro (…) Es también la única parte de la plusvalía y del plusproducto, esto es, del plustrabajo, que tendría que seguir existiendo tras la abolición del modo capitalista de producción, además de la parte destinada a la acumulación, esto es, la ampliación del proceso de reproducción (…) y el hecho de que todo capital nuevo surja de la ganancia, la renta del suelo o de otras formas de renta, es decir, del plustrabajo, conduce a la idea falsa de que todo valor de las mercancías proviene de la renta." (9)
En este capítulo, Marx, en un análisis del proceso de la producción, en sus propias palabras, trata con "el valor de la suma total del fruto del trabajo, [que] está en discusión, en otras palabras, el valor de la suma total del capital social".
Repitiendo esto en el mismo capítulo, en respuesta a Storch (un economista burgués), declaraba: "En primer lugar, es una abstracción falsa considerar a una nación cuyo modo de producción se basa en el valor y que además está organizada de modo capitalista, como un cuerpo que trabaja para las necesidades nacionales.
"En segundo lugar, tras la supresión del modo capitalista de producción, pero conservando la producción social, seguirá predominando la determinación del valor en el sentido de que serán más esenciales que nunca la regulación del tiempo de trabajo y la distribución del trabajo social entre los distintos grupos de producción y, finalmente, la contabilidad de todo esto. (10)

Dinero y Estado

Esta idea está de acuerdo con los comentarios hechos por Marx y Engels en varias ocasiones en relación al periodo transicional. Engels explica que bajo el capitalismo las sociedades anónimas y la propiedad estatal son fenómenos que se encuentran fuera del marco de la producción capitalista propiamente dicha. En otros escritos, Marx señaló que el crédito también extendía la producción capitalista más allá de sus límites, incluso antes de la transición a un Estado obrero. Y, como demuestran los pasajes anteriores (y también en la Crítica al Programa de Gotha,) Marx consideraba que la ley burguesa, la distribución burguesa, y en ese sentido, un Estado burgués continúan existiendo durante la transición del capitalismo al socialismo. Trotsky, discutiendo sobre el papel del dinero y el Estado en el período transicional, desarrolló esta idea todavía más:
"Los dos problemas, el del Estado y el del dinero, tienen diversos aspectos comunes, pues se reducen ambos, a fin de cuentas, al problema de problemas que es el rendimiento del trabajo. La imposición estatal y la imposición monetaria son una herencia de la sociedad dividida en clases, que no puede determinar las relaciones entre los hombres más que ayudándose de fetiches religiosos o laicos, a los que coloca bajo la protección del más temible de ellos, el Estado —con un gran cuchillo entre los dientes—. En la sociedad comunista, el Estado y el dinero desaparecerán y su agonía progresiva debe comenzar en el régimen soviético. No se podrá hablar de victoria real del socialismo más que a partir del momento histórico en que el Estado sólo lo sea a medias y en que el dinero comience a perder su poder mágico. Esto significará que el socialismo, liberándose de fetiches capitalistas, comenzará a establecer relaciones más límpidas, más libres y más dignas entre los hombres.
"Los postulados de ‘abolición’ del dinero, de ‘abolición’ del salario, o de ‘eliminación’ del Estado y de la familia, característicos del anarquismo, sólo pueden presentar interés como modelos de pensamiento mecánico. El dinero no puede ser ‘abolido’ arbitrariamente, no podrían ser ‘eliminados’ el Estado y la familia; tienen que agotar antes su misión histórica, perder su significado y desaparecer. El fetichismo y el dinero sólo recibirán el golpe de gracia cuando el crecimiento ininterrumpido de la riqueza social libre a los bípedos de la avaricia por cada minuto suplementario de trabajo y del miedo humillante por la magnitud de sus raciones. Al perder su poder para proporcionar felicidad y para hundir en el polvo, el dinero se reducirá a un cómodo medio de contabilidad para la estadística y para la planificación; después, es probable que ya no sea necesario ni aun para esto. Pero estos cuidados debemos dejarlos a nuestros biznietos, que seguramente serán más inteligentes que nosotros.
"La nacionalización de los medios de producción, del crédito, la presión de las cooperativas y del Estado sobre el comercio interior, el monopolio del comercio exterior, la colectivización de la agricultura, la legislación sobre la herencia, imponen estrechos límites a la acumulación personal de dinero y dificultan la transformación del dinero en capital privado (usuario, comercial e industrial). Sin embargo, esta función del dinero, unida a la explotación no podrá ser liquidada al comienzo de la revolución proletaria, sino que será transferida, bajo un nuevo aspecto, al Estado comerciante, banquero e industrial universal. Por lo demás, las funciones más elementales del dinero, medida de valor, medio de circulación y de pago, se conservarán y adquirirán, al mismo tiempo, un campo de acción más amplio que el que tuvieron en el régimen capitalista. (11)
Antes de la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, el mercado domina sobre el hombre, el cual está indefenso ante las leyes de la economía que él mismo ha creado. Tras su abolición, el hombre comienza por primera vez a ejercer el control consciente. Pero la conciencia aquí sólo significa el reconocimiento de la ley, no la abolición de la ley. En esto consiste la peculiaridad del periodo transicional: puesto que el hombre ahora es consciente de la naturaleza de las fuerzas productivas, puede ejercer control sobre estas sólo hasta este punto. Pero no puede exceder unos límites dados en el desarrollo de las fuerzas productivas. Sin embargo, ahora que las fuerzas productivas han sido liberadas de las trabas de la producción capitalista individual, pueden ser desarrolladas y extendidas a tal ritmo que las bases materiales de la sociedad pueden alcanzar nuevas alturas. De esta manera, pueden establecerse las condiciones materiales para evolucionar hacia una sociedad sin clases, donde la forma intermediaria de propiedad estatal se transforma en propiedad social real.
Una vez alcanzada esta etapa (socialismo), habrá producción y distribución sociales reales por primera vez. El dinero, la ley del valor y el Estado se disolverán, porque ya no serán necesarios. En otras palabras, todas las fuerzas restrictivas que son un reflejo necesario de la naturaleza limitada de la técnica y el desarrollo de la producción en una etapa determinada, desaparecen ahora al mismo tiempo que la división del trabajo. No obstante, esto no ocurre en 24 horas. La condición previa es un aumento colosal de los niveles de vida y del nivel cultural de la sociedad. Hasta que llegue ese momento, todos los rasgos mencionados anteriormente —rasgos capitalistas heredados de la vieja sociedad capitalista— persistirán durante la etapa transicional.
La postura de Cliff, Shachtman y todos los demás que han revisado la postura de Trotsky sobre Rusia permanece en la más absoluta oscuridad en lo que se refiere al período de transición. Y por muy buenas razones. Si se considera la teoría de la etapa de transición a la luz de la experiencia rusa, sólo se puede sacar una conclusión: o bien Rusia todavía estaba en una etapa de transición que sufrió distorsiones horribles, o Rusia nunca había sido un Estado obrero desde su comienzo. No hay más alternativas.
En su libro sobre Rusia, Cliff cita La revolución traicionada:
"La nacionalización de la tierra, los medios de producción industrial, el transporte y el intercambio, junto con el monopolio del comercio exterior, constituyen las bases de la estructura social Soviética. Mediante estas relaciones, establecidas por la revolución proletaria, la naturaleza de la Unión Soviética como un estado proletario para nosotros está fundamentalmente definida. (12)
Una de las conclusiones de Cliff es que, en este caso, "ni la Comuna de París ni la dictadura Bolchevique eran Estados obreros, porque la primera no estatificó los medios de producción en absoluto, y la última tardó algún tiempo en hacerlo". (13) Aquí vemos como Cliff fundamenta su argumento en si la clase obrera tiene o no el control sobre el aparato estatal. Pero examinemos aquí el método de Cliff de separar las bases económicas de un Estado obrero de la cuestión del control obrero del aparato estatal.
Durante un período, de duración más corta o más larga, sería posible que el proletariado tomase el poder político, sin transformar inmediatamente las relaciones de propiedad existentes. Esta era la posición en Rusia cuando el proletariado tomó el poder en Octubre de 1917, pero no llevó a cabo la mayor parte de las nacionalizaciones hasta que se vieron obligados a hacerlo en 1918. Pero si el proletariado no hubiese llevado a cabo la transformación económica, inevitablemente el régimen proletario habría estado condenado al colapso. Las leyes de la economía siempre se abren paso al final. O el proletariado nacionalizaba toda la economía, o inevitablemente el sistema capitalista se impondría de nuevo. Cliff no consigue demostrar cómo las formas básicas de la economía rusa serían distintas bajo un Estado obrero sano.
No mejora el caso de Cliff cuando intenta basarse en la experiencia de la Comuna de París y en la primera etapa de la Revolución Rusa, puesto que estos ejemplos son idénticos al caso anteriormente mencionado. Estos regímenes eran una transición al dominio económico completo del proletariado. Semejantes transiciones son más o menos inevitables en el cambio de una sociedad a otra. Ni la Comuna ni la Revolución Rusa podían haber durado mucho tiempo si el proletariado no hubiera llevado a cabo la nacionalización de la industria. ¿Ha olvidado Cliff que una de las principales lecciones que enseñó Marx y que los Bolcheviques aprendieron puntualmente, fue el error del proletariado francés al no nacionalizar el Banco de Francia? Así, vemos que un Estado puede ser: proletario sobre las bases del poder político, o sobre las bases de la economía, o una transición a ambos como vamos a demostrar.
Las mismas leyes se aplican a la contrarrevolución capitalista. Trotsky argumentaba correctamente que en el caso de la contrarrevolución burguesa en Rusia, la burguesía podría, durante un tiempo, incluso conservar la propiedad estatal antes de liquidarla y entregarla a la propiedad privada. A un escolástico le parecería que puede haber un Estado obrero o un Estado burgués sobre las bases de la propiedad estatal, o lo mismo sobre las bases de la propiedad privada. Sin embargo, sólo se puede llegar a esta forma de razonar si no se toma en consideración el movimiento de la sociedad en una dirección u otra.
Todo tipo de relaciones imprevistas pueden derivarse de la estructura clasista de la sociedad y del Estado. Tomemos el ejemplo de Rusia en 1917 esbozada por Trotsky en la Historia de la Revolución Rusa. Hasta el momento en que los bolcheviques toman la mayoría en los Soviets, estos últimos estaban dominados por los mencheviques, de manera que, en cierto sentido, la burguesía gobernó a través de los soviets —los órganos de poder obrero por excelencia—. Si aceptamos el esquema de Cliff, semejante situación sería impensable. Desde luego, si los bolcheviques no hubieran tomado el poder, la burguesía, habiendo utilizado a los mencheviques y, a través de ellos, a los soviets en el período transicional, los hubieran abolido como hicieron en Alemania después de 1918.
En la transición de una sociedad a otra, está claro que no existe un abismo insalvable. No es dialéctico pensar en categorías acabadas; el "Estado obrero" o el "Estado capitalista" y ¡al diablo con cualquier transición o movimiento entre los dos! Está claro que, cuando Marx hablaba del aplastamiento de la vieja forma de Estado en relación a la Comuna, dio por sentado que la economía sería transformada a un ritmo mayor o menor y se pondría en consonancia con las formas políticas.

¿Funcionó la ley del valor dentro de la economía soviética?

La economía marxista explica que la ley del valor subyace en toda la producción de mercancías y constituye su base. Llega a su cumbre bajo el capitalismo, donde la producción de mercancías es universal. La base de esta ley es que el valor de las mercancías está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario contenido en ellas ("tiempo de trabajo congelado"). Este valor, a su vez, se expresa a través del intercambio de mercancías. Esta ley regula el sistema capitalista mediante cambios en la oferta y en la demanda a través de la competencia. Incluso bajo un Estado obrero —un régimen de transición entre el capitalismo y el socialismo—, todavía se producirían mercancías y así la ley del valor también continuaría funcionando de una forma modificada.
Cliff intentó utilizar esta ley para argumentar que podría haber crisis (auges y recesiones) en la URSS. No obstante, todo su enfoque de la cuestión de la ley del valor era poco sólida desde un punto de vista marxista. De la forma más rebuscada y peculiar posible argumentó que la ley del valor no era aplicable a la economía soviética, sino sólo a sus relaciones con el capitalismo mundial. Se creía que había encontrado las bases de la ley del valor, no en la sociedad rusa, sino en el entorno capitalista mundial.
"Así que si se examinan las relaciones dentro de la economía rusa, uno tiene el deber de concluir que la fuente de la ley del valor, como motor y regulador de la producción, no se encuentra en ella", dice Cliff. (14) Y concluye: "La ley del valor puede así presentarse como el árbitro de la estructura económica rusa tan pronto como se la ve en la situación histórica concreta de hoy: el mercado mundial anárquico". (15)
Según el marxismo, la ley del valor se manifiesta en el intercambio. Y esto es aplicable a todas las formas de sociedad. Por ejemplo, la disolución del comunismo primitivo tuvo lugar a través del intercambio y el trueque entre las diferentes comunidades primitivas. Esto condujo al desarrollo de la propiedad privada. De la misma forma, en la sociedad esclavista, los productos del esclavo se convirtieron en mercancías cuando éstas se intercambiaban. A través de este desarrollo, ya en la antigüedad, la "mercancía de las mercancías" —el dinero— apareció, aunque sólo alcanzó su total expresión bajo el capitalismo: una sociedad en que la producción de mercancías no es la excepción, sino la regla. Así, incluso en la antigüedad, existió la ley del valor, llevando a la esclavización del productor por el producto y terminando en la destrucción de la vieja sociedad esclavista, minada por las contradicciones causadas por la economía del dinero.
Bajo el feudalismo, el intercambio del excedente producido por los barones y señores autosuficientes en su "economía natural", se convertía en mercancías y, de hecho, esto fue el punto de partida del desarrollo capitalista a través del ascenso del capital mercantil. Por lo tanto, si la ley del valor tan sólo se manifestó en el intercambio entre Rusia y el mundo exterior, como Cliff asegura, todo lo que eso significaría es que la plusvalía rusa era cambiada sobre las bases de la ley del valor.
Sin embargo, cuando Cliff planteó por primera vez este argumento, la participación de la Unión Soviética en el mercado mundial, en comparación con su producción total, era extremadamente pequeña. Inevitablemente, Cliff se dio cuenta de la debilidad de esta afirmación. Así, en una increíble hazaña de acrobacia mental, descubrió que la ley del valor se manifestó no en el intercambio, sino en la competencia. Incluso esto no sería tan malo si hubiera argumentado que se trataba de competencia en el mercado mundial en las líneas capitalistas clásicas. Pero no pudo hacerlo porque estaba en desacuerdo con los hechos. Por lo tanto, introdujo un nuevo concepto. ¡Encontró su "competencia" y su "ley del valor" en la producción de armamentos! "Debido a que la competencia internacional toma principalmente una forma militar, la ley del valor se expresa en su opuesto, es decir, un esfuerzo para obtener valores de uso. (…) Pero, puesto que la competencia con otros países es principalmente militar, el Estado como consumidor está interesado en ciertos valores de uso, como tanques, aviones y demás". (16) Esta línea de argumento tan peculiar, lejos de resolver nada, simplemente nos hace aterrizar en unas contradicciones todavía más insolubles.
Por un lado, la presión del capitalismo mundial obligó a la Unión Soviética a dedicar una enorme proporción de los ingresos nacionales a la producción de armamentos y defensa y, por otro lado, la construcción de capital para las necesidades de la defensa del Estado, fue la mayor de la historia en proporción a los ingresos nacionales. Aquí Cliff reivindica haber encontrado su ley del valor. ¡La ley del valor manifestada en la competencia armamentística entre dos sistemas sociales!. Esto sólo puede considerarse como una concesión a la teoría del colectivismo burocrático de Shachtman. Si esta teoría fuese correcta, estaríamos ante una economía totalmente nueva nunca vista antes en la historia o prevista por los marxistas o cualquier otro. A su vez, esta sarta de disparates llevó a Cliff a capitular a los argumentos burgueses del keynesianismo en Occidente, bajo la hoja de parra de la llamada teoría de la economía armamentista permanente. Así, una teoría falsa engendra otra en una progresión infinita de embrollos.
Nuevamente tenemos que señalar los peligros del uso indiscriminado de citas y la amalgama de ideas para formar una "tesis". En realidad, el libro de Cliff es un híbrido de las teorías del colectivismo burocrático y el capitalismo de Estado. Si esta sección del libro de Cliff significa algo, es que nos lleva directamente al camino del colectivismo burocrático de Shachtman.
Toda esta idea está tomada en parte de Rudolf Hilferding, el líder socialdemócrata alemán, que sostenía consecuentemente que la ley del valor no se aplicaba en Rusia ni en la Alemania nazi, y que éstas eran formaciones sociales totalmente nuevas. Esto está también basado en un malentendido de algunos pasajes de Imperialismo y economía mundial de Bujarin. En este libro, en el que Bujarin, junto con Lenin, brillantemente profetizó una forma de dictadura que más tarde se materializó en el fascismo, habla del "capitalismo de Estado" —la unión orgánica de los trusts con el capital financiero—. Este concepto no tenía nada que ver con la propiedad estatal de los medios de producción, sino con la fusión del capital financiero con el Estado. De hecho, Bujarin escogió como uno de sus ejemplos clásicos de tal capitalismo monopolista de Estado a… EE.UU.
El argumento de Cliff sobre el armamento tiene algo de una categoría mística y no económica. En el mejor de los casos, incluso si lo aceptásemos como correcto, sólo explicaría por qué Rusia produjo armamentos, pero no cómo o sobre qué bases económicas se produjeron los armamentos. Incluso si la URSS hubiera sido un Estado obrero sano, cercado por el imperialismo, hubiera sido absolutamente necesario producir armamentos y competir en la producción y desarrollo técnico de armas con los sistemas capitalistas rivales. Pero este argumento sobre armamentos era totalmente falso. La mayor parte de la producción en la URSS no era armamentista, sino de medios de producción. De nuevo, esto podría explicar por qué la burocracia estaba intentando acumular los medios de producción a una velocidad frenética, pero no explicaba nada del sistema de producción mismo. Es verdad que en un Estado obrero sano la acumulación de armas sería más pequeña por razones sociales (política internacionalista y revolucionaria hacia los obreros en otros países), pero de todas formas esto tendría que darse bajo las presiones del imperialismo mundial.
Un tempo más rápido o más lento en el desarrollo de los medios de producción no necesariamente nos dice el método por el cual éstos se producen. Cliff dice que la burocracia estaba desarrollando los medios de producción bajo la presión del imperialismo mundial. Bien. Pero esto sólo nos dice el por qué del ritmo acelerado. Incluso desde el punto de vista de la economía política burguesa clásica, el argumento de Cliff era una pura evasión. Simplemente dio por supuesto lo que tenía que demostrar.
No en balde Trotsky señaló en La revolución traicionada que toda la preocupación de la burocracia estalinista y todo el contenido progresista de su actividad, consistía en el aumento de la productividad del trabajo y la defensa del país. Hemos visto que si la ley del valor sólo se aplicaba debido a la existencia del capitalismo en la economía mundial, entonces sólo sería aplicable a aquellos productos intercambiados en el mercado mundial. Pero Cliff sostiene dos tesis contradictorias en relación a la economía soviética. Por un lado dice:
"Esto no significa que el sistema de precios en Rusia sea arbitrario, dependiente del capricho de la burocracia. Aquí también, la base del precio es los costes de producción. Si el precio va a ser utilizado como una correa de transmisión a través del cual la burocracia dirige la producción en su conjunto, debe acomodarse a su propósito, y reflejar tanto como sea posible los costes reales, es decir, el trabajo socialmente necesario absorbido en los diferentes productos…" (17)
Tres páginas mas allá, Cliff describe el punto central que intenta demostrar:
"…Si se examinan las relaciones dentro de la economía rusa, uno tiene el deber de concluir que la fuente de la ley del valor (…) no se encuentra en ella".
En la primera cita, Cliff muestra precisamente la manera en que la ley del valor se manifiesta internamente en la sociedad rusa bajo el estalinismo. Incluso si se abstrajera del mercado mundial, dejando a un lado el efecto recíproco que indudablemente tenía cuando Cliff dice que "los costes reales, es decir, el trabajo socialmente necesario absorbido en los diferentes productos" debe reflejar los precios reales, está diciendo que la misma ley se aplicaba en la URSS de igual manera que en la sociedad capitalista. La diferencia es que, mientras en la sociedad capitalista se manifiesta ciegamente mediante las leyes del mercado, en la economía soviética la actividad consciente jugaba un papel importante.
En relación a esto, la segunda cita rechaza abrumadoramente el argumento de Cliff de que el capitalismo existía en la URSS bajo estas condiciones dadas, porque la ley del valor no operaba ciegamente, sino que era aprovechada conscientemente. En la sociedad capitalista, la ley del valor, como él dice, se manifiesta a través de la "autonomía de la actividad económica", es decir, es el mercado el que domina. La primera cita demuestra claramente que el mercado —y este es el quid de la cuestión— estaba, dentro de unos límites determinados, controlado conscientemente y, por tanto, no era capitalismo como lo entienden los marxistas.
Cliff dijo anteriormente que la ley del valor no operaba en la URSS. Aquí está demostrando precisamente cómo operaba: no en las líneas del capitalismo clásico, sino en una sociedad transicional entre el capitalismo y el socialismo. Así vemos como Cliff afirmaba que la Rusia estalinista era una sociedad capitalista —y, no obstante, encontró la fuente de la ley básica de producción capitalista fuera de Rusia—. Como Engels explicó:
"…Si ese fondo de producción y reserva existe efectivamente en manos de los capitalistas, si efectivamente ha surgido por la acumulación de beneficios (prescindiendo aquí por el momento de la renta de la tierra), entonces consiste necesariamente en la acumulación del excedente del producto del trabajo, suministrado por la clase obrera a la clase de los capitalistas, sobre la suma de salarios pagada por la clase de los capitalistas a la clase trabajadora. Pero en este caso el valor no se determina por el salario, sino por la cantidad de trabajo; la clase trabajadora suministra, pues, a la clase capitalista, en el producto del trabajo, una cantidad de valor mayor que la que recibe como paga en el salario, y entonces el beneficio del capital se explica, como todas las demás formas de apropiación de producto del trabajo ajeno y no pagado, como mero elemento de esta plusvalía descubierta por Marx". (18)
Esto indica que donde hay trabajo asalariado, donde hay acumulación de capital, la ley del valor debe de aplicarse, independientemente de lo complicada que sea la forma en que se manifieste. Más tarde, contestando a la teoría de Dühring que hablaba de cinco tipos diferentes de valor y los "costes naturales de producción", Engels explica que en El Capital, Marx se ocupa del valor de las mercancías y "en toda la sección de El Capital que trata del valor, no hay el menor indicio de la opinión de Marx con respecto al grado de aplicación de la teoría del valor de las mercancías a otras formas de sociedad, ni siquiera si es aplicable del todo". En este sentido, está claro que en la sociedad transicional también "el propio valor no es más que la expresión del trabajo socialmente necesario materializado en un objeto".
Aquí sólo es menester preguntar: ¿qué determinó el valor de las máquinas, bienes de consumo, etc., producidos en la Unión Soviética? ¿Era esto arbitrario? ¿Qué determinó los cálculos de la burocracia? ¿Qué es lo que ellos medían en el precio? ¿Qué determinaba los salarios? ¿Eran pagados los salarios por la fuerza de trabajo? ¿Qué determinaba el dinero? ¿Qué determinaba los beneficios de las empresas? ¿Había capital? ¿Fue abolida la división del trabajo? Cliff da dos respuestas contradictorias a estas preguntas. Por un lado, acepta que era la ley del valor sobre la cual se desarrollaron todos los cálculos y el movimiento de la sociedad rusa. Por otro, afirma que la ley del valor sólo funcionaba como resultado de la presión del mundo exterior, si bien no explica de una manera seria cómo ocurre esto.


El significado de la transición

Lo sorprendente es que el propio Cliff señala que la burocracia no determinó arbitrariamente los precios ni tampoco podía hacerlo. Tampoco era arbitraria su incapacidad de determinar la cantidad de dinero en circulación. Y esto ha sido así en toda sociedad donde el dinero (recordemos, la mercancía de las mercancías) ha jugado un papel. Engels, tratando de este problema, preguntó oportunamente a Dühring:

"Si el puñal [no importa si quien lo empuña es un burócrata, un capitalista o un gobierno] tiene esa virtud económica mágica que le atribuye el señor Dühring, ¿por qué no ha conseguido a la larga ningún gobierno infundir a un dinero malo el ‘valor de distribución’ del dinero bueno o a los assignants* el ‘valor de distribución’ del oro?" (19)
* Assignant: Papel moneda en Francia durante la Revolución Francesa.

En La revolución traicionada, Trotsky explica este problema de una manera clara. Muestra que las categorías económicas propias del capitalismo aún permanecen en la sociedad transicional entre el capitalismo y el socialismo. He aquí la clave: las leyes permanecen, pero son modificadas. Algunas de las leyes del capitalismo son aplicables y otras son anuladas. Por ejemplo, Trotsky explica:
"El papel del dinero en la economía soviética, lejos de haber terminado, debe desarrollarse a fondo. La época transitoria entre el capitalismo y el socialismo, considerada en su conjunto, no exige la disminución de la circulación de mercancías, sino, por el contrario, su extremo desarrollo. Todas las ramas de la industria se transforman y crecen, se crean nuevas incesantemente, y todas deben determinar cuantitativa y cualitativamente sus situaciones recíprocas. La liquidación simultánea de la economía rural que producía para el consumo individual y el de la familia, significa la entrada en la circulación monetaria, de toda la energía de trabajo que se dispersaba antes en los límites de una granja o de las paredes de una habitación. Por primera vez en la historia, todos los productos y todos los servicios pueden cambiarse unos por otros". (20)
¿Cuál es la clave de este enigma? Sólo se puede encontrar en el hecho de que esta era una sociedad en transición. El Estado ahora podía regula, no arbitrariamente, sino sólo dentro de los límites de la ley del valor. Cualquier intento de violarla y pasar más allá de los límites estrictos impuestos por el desarrollo de las fuerzas productivas, inmediatamente termina en la reafirmación de la dominación de la producción sobre el productor. Esto es lo que Stalin tuvo que descubrir en relación al precio y al dinero cuando la economía rusa se vio castigada por una crisis de inflación que distorsionó y desbarató complemente el plan. La ley del valor no fue suprimida, sino que fue modificada.
Sólo hay que plantear el problema de esta forma para ver la respuesta. Un análisis económico serio debe llevarnos a la conclusión de que esto era una sociedad transicional en la cual se aplicaban algunas leyes propias del socialismo y otras propias del capitalismo. Después de todo, éste es el significado de transición. Aunque Cliff no reconoce esto, en la práctica lo admite, cuando dice que la burocracia podría regular conscientemente (aunque dentro de unos límites) la tasa de inversión, las proporciones entre los medios de producción y los medios de consumo, el precio de los artículos de consumo, etc. Es decir, está demostrando que determinadas leyes básicas del capitalismo no se aplicaban.
¿Se dio una transformación en capital del dinero en Rusia? Trotsky, polemizando con Stalin, responde a esto demostrando que las inversiones se hacían basándose en un plan, pero, sin embargo, lo que se invertía era la plusvalía producida por los trabajadores. Trotsky demuestra la falacia básica de la idea de Stalin de que el Estado podía decidir y regular sin relación a la economía. Deberíamos añadir que Stalin nunca negó que hubiera producción de mercancías en Rusia.
A pesar del hecho de que en la Rusia estalinista sólo había un "empresario", no obstante, el Estado compraba la fuerza de trabajo. Es verdad que debido al pleno empleo que normalmente colocaría al vendedor de la mercancía de fuerza de trabajo en una posición fuerte, el Estado impuso diversas restricciones a la libre venta de fuerza de trabajo, de la misma manera que en un período de pleno empleo, bajo el fascismo (o incluso en la Gran Bretaña "democrática", si viniera el caso) los patronos hacen que el Estado intervenga para compensar las ventajas derivadas de esta situación por la venta de la fuerza de trabajo. Pero sólo alguien desesperadamente perdido en abstracciones podría sostener que esto negara la teoría del valor del trabajo.
Es verdad que en la economía capitalista clásica había venta libre de fuerza de trabajo. No obstante, ya en El Capital de Marx hay toda una sección sobre la legislación feroz para mantener bajos los salarios en Inglaterra, cuando la "peste negra" había reducido la población a tal punto que el proletariado naciente estaba en una posición favorable para exigir salarios más altos. ¿Significaba esto que las leyes básicas del marxismo no se aplicaban? Al contrario. En los tres tomos de El Capital, Marx estaba tratando de un capitalismo "puro" que nunca existió, del cual extrajo las leyes fundamentales. Esto representa la "norma ideal". Pero en la práctica, la realidad siempre diferirá de la norma de una forma u otra.
El hecho de que en casos particulares puede haber una distorsión de este u otro elemento no modificará las leyes fundamentales. La Alemania nazi, a pesar de las muchas perversiones, siguió siendo fundamentalmente un sistema económico capitalista, porque la economía estaba dominada por la producción sobre las bases de la propiedad privada y la producción de mercancías. Sólo hay que comparar el trabajo esclavista en los campos de concentración de Stalin con el proletariado de las ciudades rusas para ver la diferencia. Uno era un esclavo basado en el trabajo esclavo, el otro es un esclavo asalariado. Uno vendía su fuerza de trabajo, el otro era sólo un instrumento del propio trabajo. Ahí está la distinción fundamental.
No es una casualidad en absoluto que el dinero utilizado por el Estado deba necesariamente tener las mismas bases que el dinero en la sociedad capitalista. No por casualidad, como explicó Trotsky, el único dinero real en Rusia (o en cualquier economía transicional —incluso en un Estado obrero ideal) tenía que basarse en el oro. Las devaluaciones del rublo en la Rusia de Stalin fueron en sí mismas una impresionante confirmación del hecho de que la ley de la circulación del dinero y, por lo tanto, de la circulación de las mercancías, mantuvo su validez en la URSS. Y no solo en la URSS. En cualquier economía transicional, las categorías económicas de dinero, valor, plusvalía, etc., deben continuar necesariamente como elementos de la vieja sociedad dentro de la nueva.
Cliff argumenta que "la fuente más importante de ingresos estatales era el impuesto sobre el volumen de ventas, que es un impuesto indirecto". (21) Sin embargo, el impuesto sobre el volumen de ventas demuestra, de una manera indirecta, que la ley del valor se aplicó en la Rusia estalinista. Cliff muestra cómo se aplicó en Rusia. Pero no comprende que éste impuesto debe estar basado en algo. No importa cuánto añada al precio el Estado por la imposición de un impuesto adicional; el precio debe estar basado en algo. ¿Qué otra cosa puede ser esto sino el valor del producto, el tiempo de trabajo socialmente necesario contenido en él? ¿O creemos que el Estado simplemente decidió tales cosas sobre unas bases arbitrarias, es decir, por mandato administrativo, respaldado por la fuerza? Este es un argumento totalmente infantil, que ya fue demolido en las páginas de Anti-Dühring. Engels ridiculizó el "impuesto por la espada" de Dühring, del cual supuestamente se extraía la plusvalía, cuando escribió:
"…O bien los supuestos gravámenes y tributos representan una suma de valor real, a saber, una suma producida por la clase trabajadora y productora de valor, pero que se apropia la clase de los monopolistas; esa suma de valor consta entonces de trabajo no pagado; en este caso, a pesar del hombre con el puñal en la mano, a pesar de los supuestos tributos y del supuesto valor de distribución, nos encontramos con la teoría marxiana de la plusvalía". (22)
El impuesto sobre el volumen de ventas en Rusia y las otras manipulaciones de la burocracia de ninguna manera invalidaron la ley del valor. ¿Cuál es la esencia de la ley del valor?. Que el valor del producto está determinado por la cantidad media de tiempo de trabajo socialmente necesario. Ese debe ser el punto de partida. Se manifiesta necesariamente a través del intercambio. Marx dedicó una gran parte de su primer tomo de El Capital a la explicación del desarrollo histórico de la forma de la mercancía, desde el cambio accidental entre salvajes a través de transiciones, hasta llegar a la producción de mercancías por excelencia, la producción capitalista.
Incluso en una economía capitalista clásica la ley del valor no se revela directamente. Como ya se sabe, las mercancías se venden por encima o por debajo de su valor. Sólo por casualidad la mercancía se venderá por su valor real. En el tercer tomo de El Capital, Marx analiza el precio de la producción de las mercancías. Es decir, el capitalista sólo consigue el coste de producción de su mercancía, más la tasa media de beneficio. Así, a algunos capitalistas se les pagará por debajo del precio real y, a otros, por encima. Debido a la diferente composición orgánica de capitales diferentes, la ley del valor sólo se manifiesta de esta forma complicada. Esto se efectúa, por supuesto, a través de la competencia.
El monopolio es sólo un desarrollo más complicado de la ley del valor. Debido a la posición dominante conseguida por algunos monopolios, pueden imponer a la fuerza un precio por encima del valor de las mercancías, pero sólo a costa de que otras mercancías se vendan por debajo de su valor. Los valores totales producidos por la sociedad, aún así, supondrían lo mismo. En la medida en que se desarrolle el socialismo, la ley del valor se "desvanecería". Y Engels, habiéndose reído a carcajadas a costa de Dühring, termina señalando que bajo el socialismo "La gente será capaz de administrar todo de forma muy simple sin la intervención del famoso ‘valor’".

Ted Grant

--------------------------------------------------------------------------------

1 Engels, Anti-Dühring, p. 282
2 Lenin, El izquierdismo infantil y la mentalidad pequeño burguesa, p.??
3 F. Engels, Anti-Dühring, pág. 289
4 F. Engels, Anti-Dühring, págs. 289-290, el subrayado es nuestro
5 F. Engels, Anti-Dühring, pág. 290
6 Ibid, pág. ??
7 MEOE, Carta a Conrad Schmidt, tomo III, pág. 511, énfasis en el original.
8 F. Engels, Anti-Dühring, pág. 319.
9 Marx, El Capital, Volumen III, Capítulo 49, pág. 309
10 Marx, El Capital, Volumen III, pág. 314, énfasis mío.
11 Trotsky, La revolución traicionada, págs. 93-4, énfasis en el original.
12 León Trotsky, La revolución traicionada, pág. 248.
13 Cliff, Russia: a Marxist Analysis, pág. 133.
14 Cliff, Russia: a Marxist Analysis, pág. 159.
15 Ibid., pág. 161.
16 Cliff, Russia: a Marxist Analysis, pág. 160.
17 Cliff, Russia: A Marxist Analysis, pág. 156, el énfasis es nuestro
18 F. Engels, Anti-Dühring, editorial Crítica, 1978. pág. 201
19 F. Engels, Anti-Dühring, editorial Crítica, 1978. pág., 197
20 León Trotsky, La revolución traicionada, editorial Fundación Federico Engels, 21 1991. pág. 94
22 Cliff, Russia: A Marxist Analysis, pág. 47
23 F. Engels, Anti-Dühring, editorial Crítica, 1978. pág. 196

No hay comentarios.: