martes, marzo 08, 2011

EE.UU. surfea hacia el naufragio en Cuba


Dalexis, junto a una de las antenas, enmascarada como tabla de surf, que le enviara Robert Guerra, a cuenta de la USAID.

Los organizadores de la subversión contra la Revolución Cubana desde Estados Unidos no ganan para sustos con la serie Razones de Cuba que está transmitiendo la televisión cubana. Luego del capítulo “Peones del imperio“, divulgado el 26 de febrero, este 7 de marzo salió al aire el titulado “Verdades y principios“, con revelaciones sobre la organización de una infraestructura tecnológica de apoyo a las acciones norteamericanas contra la Isla. Si la primera entrega desenmascaró la dramaturgia del retablo opositor, cuyos hilos mueven los diplomáticos norteamericanos en La Habana, el segundo mostró la manera en que EE.UU. busca asegurarle a sus asalariados el acceso a las redes informáticas para difundir su manipulada versión de los acontecimientos cubanos.
“Verdades y principios” publicó el testimonio de un joven ingeniero en telecomunicaciones de nombre Dalexi González Madruga, reclutado por los servicios especiales norteamericanos bajo el seudónimo de Alejandro, que recibió equipamiento por varias vías para ponerlo al servicio de la subversión contra su país. Así, “empresarios” y emisarios subcontratados por la USAID se vieron con Dalexis para facilitarle su “misión”, y en tablas de surf le camuflaban las antenas que Alejandro debía dirigir hacia la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana pero que terminaron en las pantallas de la televisión cubana.
Viejos conocidos del “Plan para una Cuba Libre” salieron a la luz en “Verdades y principios”, como Caleb McCarry -el hombre que George W. Bush designó interventor en Cuba- y Robert Guerra -de Freedom House- , ahora reciclados en la ciberguerra made in USA, para evidenciar que a pesar de sus escandalosos fracasos siguen viviendo del dinero de los contribuyentes norteamericanos. No por casualidad, el señor Guerra fue de los que acompañó al ciberextremista Ernesto Hernández Busto -promotor de la invasión norteamericana a Cuba- en el evento sobre “ciberdisidencia” que contó con la presencia del expresidente W. Bush en Texas, en abril del pasado año.
Lo peor para Estados Unidos es que al final del programa de este lunes se anunció un nuevo capítulo con el título “Mentiras bien pagadas”, con más revelaciones sobre las actividades norteamericanas en Cuba. Así que habrá más pruebas de cómo, mientras los gobiernos de EE.UU. obstaculizan a la mayoría de la población de la Isla navegar por Internet, tratan de asegurarle a sus “disidentes” un surfeo seguro por la Red de redes, pero naufragan contra los arrecifes cubanos, “orientados” por hombres como su supuesto agente Alejandro. “¿Cuántos Dalexis más nos estarán esperando en los próximos capítulos?”, deben preguntarse a estas horas quienes enviaban las tablas de surf.



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