martes, julio 19, 2011

En memoria de Juan Colomar, el “Carapalo”


Me acabó de enterar del fallecimiento de Juan Colomar Albajar (Mallorca, ¿-Valladolid, 5-05-2011), conocido en los medios del FOC LCR y LC como “Puig”, "Roberto", "Salva", pero sobre todo como “Carapalo” que es como en estos lares se llamaba a Búster Keaton, seguramente por su rostro alargado e impasible.
No hay que decir que este Colomar el que conocimos e incluso admiramos muchos militantes de aquella época. Al camarada que fue un firme representante de la izquierda más combativa del FOC(Front Obrer de Catalunya), creador del grupo “Comunismo” que daría lugar a la LCR (Liga Comunista Revolucionaria), y que, al menos hasta 1975, el líder de la fracción “Encrucijada” que dio lugar a la Liga Comunista (LC) a partir de diciembre 1973.
Juan Colomar se trasladó a Barcelona siendo muy joven para estudiar derecho, y estudió Col-legi Major Sant Jordi ligado a la Universitat de Barcelona, donde se integró en la Falange de Izquierdas (un verdadero contrasentido), y tomó parte en las llamadas “Milicias Universitarias”. Conviene tener muy en cuenta que en aquella época el régimen estaba perdiendo parte de sus bases sociales, y que fueron numerosos los falangistas (Manuel Sacristán, Alfonso Sastre, José Mª Moreno Galván, etc), que evolucionaron hacia el marxismo, y hacia el PCE-PSUC. Colomar lideró un colectivo que pidió el ingreso al PSUC a través de Sacristán, pero este consideró que sus inquietudes tendrían una mayor adecuación en el FOC donde Colomar no tardó en ocupar un lugar prominente.
Aunque hoy parece que el Front (y por extensión el “Felipe”) fue ante todo una “cantera” de grandes cargos en la monarquía constitucional, se trata de una foto distorsionada que “olvida” que la mayoría de sus militantes siguieron “en el tajo”, nutriendo buena parte de lo que luego fue la izquierda radical, en particular la LCR, de ahí que el mejor estudio sobre esta experiencia, el de Julio Antonio García Alcalá Historia del Felipe (FLP, FOC y ESBA), tenga como subtítulo De Julio Cerón a la Liga Comunista Revolucionaria. En este proceso, Colomar lideró una corriente “contraria a la socialdemocracia”, según declararía a García Alcalá, aunque lo cierto es que en el FLP la principal influencia inicial fue la de revolución cubana (y argelina, más Frantz Fanon), y del “reformismo revolucionario de André Gorz (Estrategia obrera y neocapitalismo) y Lelio Basso, líder del PSIUP (Partido Socialista de Unidad Proletaria), más bien luxemburguista. Se trata de apuesta que no pueden ser catalogadas sin más sino que merecen un estudio más detallado desde el presente.
Lo de la “socialdemocracia” será ulterior, consecuencia de la evolución de un sector de la derecha…Desde 1967, Colomar lideró una corriente muy ligada a las Comisiones Obreras Juveniles que rechazaba la resistencia pasiva que preconizaba el PSUC, y que teorizaba la necesidad de la autodefensa, de cierta “guerrilla urbana” así como las “huelgas salvajes”. Justo es decir que estos planteamientos estaban en el ambiente de la época, cuando ya empezaba a barruntarse la crisis de la izquierda tradicional (comunista oficial, socialdemócrata), y se gestaba el estallido de los mayos del 68 que en el Estado Español mostraría todo su potencial en los años setenta. En este tiempo, Colomar es conocido como un firme “leninista” con el apoyo del Lenin, la coherencia de un pensamiento, obra de Georg Lukács. Esto habría que leerlo en un doble sentido, por un lado como una apuesta a las virtudes de una organización leninista para tensar al máximo la radicalización del movimiento, de otro como una manera de entender el liderazgo de forma férrea y bastante personalista. A esto habría que añadirle que por aquel entonces, Colomar es uno de los intelectuales marxistas catalanes más preparados.
Estas posiciones suyas se verán confirmadas con el mayo del 68 francés, y con el “gauchismo” que le lleva inicialmente a la lectura preferencial de Louis Althusser, a crear el grupo “Comunismo” que optará por mantener unas relaciones privilegiadas con la Ligue Communiste. A pesar de las diferencias, el salto siguiente será la creación en 1971 de la LCR que pronto irrumpe en el escenario de las luchas como una propuesta de desbordamiento del reformismo, como un colectivo decididamente activista que aplica la propaganda por la acción, aboga por las huelgas “salvajes”, y que irrumpe entre las nuevas generaciones obreras y estudiantiles. Pero está línea marcadamente izquierdista se agota y tiene lugar un prolijo debate entre tendencias en el que emergen dos tendencias que vienen a representar dos mitades de la organización…”Carapalo” es el líder indiscutido de “Encrucijada” que se plantea una puesta al día de una línea de frente único-desbordamiento en línea de la tradición del tercer y cuarto congreso del Komintern, y que encuentra en un cierto Trotsky su mayor fuente argumental. Esta opción irá acompañada con un alineamiento internacional con el SWP (Socialist Worker Party), que lidera una línea de oposición a los “atajos” que busca la mayoría del Secretariado Unificado.
En este tiempo, Colomar desarrolla todo un esfuerzo teórico que a la mayoría de la LC nos parecía fascinante, el entramado de todo un pensamiento estratégico que, como no podía ser menos, acababa tropezando con la acción cotidiana de los sectores más implantados. De estos se haría portavoz José Borrás, el primero que fue creando una creciente oposición al excesivo protagonismo de “Carapalo”, al que costaba asimilar las corrientes críticas, contra las cuales desplegaba toda su capacidad dialéctica que no era poca, así como otros atributos que a mí me parecían alucinantes como la de permanecer despierto discutiendo hasta la madrugada después de un día entero de interminables debates. En esta pérdida de “autoridad”, influyeron y no poco los visitantes del SWP, en particular Peter Camejo, al que me he referido en un lejano artículo con ocasión de su fallecimiento (www.kaosenlared.net/.../historias-cuarta-27-camarada-peter). El SWP era entonces un partido con mucha experiencia que gozaba una época dorada de implantación como una de las fracciones que lideraban la resistencia en los estados Unidos en la guerra del Vietnam, y tenía respuestas sencillas a problemas que a nosotros nos parecía enormes…
Esta combinación entre resistencias parciales, maduración gracias a la propia experi4ncia y a influencias como la del SWP, fue creando una cierta alternativa al líder único para crear una nueva dirección colectiva en la Colomar seguía siendo muy escuchado pero no tenía ya la última palabra. Después del descalabro de la LC pidiendo la abstención en las elecciones de junio de 1977 en nombre de una coherencia rupturista que se sostenía sobre el papel pero no en los hechos (que nos desbordaron como era evidente para quienes quisieran ver), la estrella de nuestro hombre comienza declinar…
En contra de su opinión, desde entonces la LC entra en una dinámica de acercamiento a la LCR que concluirá en un tormentoso IV Congreso celebrado en Barcelona octubre de 1977. En esta ocasión, Juan Colomar encabeza ya en franca minoría la Tendencia Marxista, que prácticamente presenta una abierta renuncia con la tradición que hasta entonces era la suya acercarse momentáneamente al pensamiento de Castoriadis cuyas obras comienzan a ser editadas. Su tendencia reunía al 10 % de los delegados, pero se negaron a asistir a sus sesiones, y abandonaron el local del carrer Baixa de Sant Pere en un local desbordado en el que asistían todos tipo de delegados entre ellos Pierre Lambert quien en su salutación proclamó que entre trotskismo y revisionismo no podía haber acuerdo; los revisionistas claro está, éramos la mayoría. El grupo de Colomar estaba compuesto por gente muy diversa que seguía fascinada por el líder, pero no duró mucho tiempo. Creo que sus últimas tentativas de análisis marxistas mantenían el alto nivel que le era propio, aunque sus perspectivas de desarrollo ya no eran las de la década anterior, más bien todo lo contrario. En el tiempo que sigue, el número de exmilitantes superará en mucho a los de los militantes, y la historia transcurre por tramos muy alejados de los que habíamos previsto.
Me he referido más ampliamente a toda esta historia en Memorias de un bolchevique andaluz (El Viejo topo), que, según parece, es la única fuente conocida sobre el personaje en lo que a aquella época se refiere, evidentemente, se trata de una percepción muy personal.De no haber tenido lugar su evolución ulterior, mi recuerdo de Colomar habría sido tan afectuoso como fue nuestro último encuentro en el que él utilizó un tono fraternal y conciliador.Con sus defectos, siempre me pareció un buen tipo, amén de un teórico sobre el que valdría la pena volver a echar una mirada comprensiva. sin su ayuda, el colectivo que preparó su relevo lo hubiera tenido quizás mucho más difícil.
Insisto: desisto de efectuar cualquier análisis sobre el Colomar “nacional republicano”, primero por respeto y afecto al camarada que conocí y en no poca medida admiré por más que tuvimos nuestros embistes, segundo porque lo poco que he leído me parece descabellado, y sobre todo, porque algunas de sus conexiones con personajes me causan verdadera náusea.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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