miércoles, noviembre 27, 2013

El ‘mensalão’, una pornochanchada en serio



El último fin de semana, el Tribunal Supremo de Justicia (STF) de Brasil expidió un mandato de prisión inmediata contra 22 de los 25 condenados en el proceso del mensalão, que se arrastró durante más de siete años. El mensalão fue un esquema de compra de votos de diputados, comandado por el PT, desde su llegada al gobierno en 2003, bajo el pretexto que la bancada petista sumaba menos de un quinto de la cámara. En realidad, tenía la mayoría como consecuencia de su coalición de gobierno con cuatro partidos patronales, incluidos los de extrema derecha. Ocurre que los aliados ponían la condición de un soborno retributivo. O sea que la coalición era mafiosa -una colaboración de clases con propina. La primera ley votada bajo estas condiciones fue la privatización de la previsión social (2003). El mensalão repasaba una cantidad fija mensual a cada diputado comprado, o sea que era ‘metodológica’ -una corruptela ‘estratégica’, un pacto de oro y barro.
Para la prensa internacional, aunque no para la local (que sabe más), el veredicto y las prisiones son ejemplares. Entre los presos se encuentran José Dirceu y José Genoíno, jefe de gabinete de Lula y presidente del PT en el momento de los delitos, respectivamente -o sea que involucra al Estado y al gobierno de Lula. El STF, sin embargo, no amagó en ningún momento con sentar a Lula en el banquillo de los acusados. Lula fue preservado a instancias del ex presidente Cardoso (PSDB), quien ordenó parar su juicio político. El secretario del Tesoro John Snow y George Bush visitaron entonces Brasil para pronunciarse en defensa de su gobierno. El imperialismo fue un férreo defensor del ‘gobierno de los trabajadores’. El viernes pasado, Genoíno y Dirceu entraron en prisión (que cumplirán en “régimen semiabierto”) con el puño levantado y gritando “viva el PT”…
La mayoría de los jueces que dictaron sentencia y prisión ha sido nombrada para el STF por el propio PT. El pedido de prisión inmediata (cuando algunos de los reos pueden aún apelar parte de las condenas) fue hecho por el procurador general Rodrigo Janot, nombrado por Dilma hace dos meses con el aval personal de Lula. La orden de prisión dividió al tribunal, pero entre los que votaron a su favor se encuentran los dos jueces que eran considerados más próximos al PT (Barroso y Toffoli), lo cual provocó la “triste sorpresa” de Dirceu y Genoíno. En síntesis, parece que la prisión de ambos fue favorecida por Lula y Dilma (y aceptada por los reos) para sacarse este tema de la campaña electoral de 2014 (octubre). En definitiva, la responsabilidad de la condena (semi-efectiva, porque solamente irán a la cárcel a dormir -y ni siquiera) tiene el mismo carácter de pacto mafioso como el de la coalición que prohijó el delito. ¿Maravilhoso, né?

PT

Dirceu y Genoíno se han declarado “presos políticos”. Algunos grupos de izquierda del PT han lanzado una campaña para que la dirección del partido encabece una campaña por la anulación de las condenas y la libertad de los presos. Los peticionistas aseguran que la prisión es el inicio de un ataque contra toda la izquierda, cuando la izquierda militante ya está siendo atacada, con métodos policiales, por el mismo gobierno de los petistas “de izquierda”. Para entender este ‘imbroglio’, es necesario añadir que Dilma y Lula están abocados a afiliar a dirigentes de la gran empresa brasileña a los partidos de la coalición que gobierna con el PT, para asegurar, en 2014, la reelección de la primera como jefa de todos ellos. Lula recluta para otros partidos para reforzar el mismo método y la misma coalición que solamente puede gobernar a lo ‘mensalão’. ¿Es una exageración decir que ambos trabajan por una sepultura acelerada de su propio partido?
Durante el fin de semana anterior a las prisiones concluyeron las elecciones internas del PT; entre seis candidatos a la presidencia había cuatro “opositores” y tres de ellos “de izquierda”. Votaron 320 mil afiliados. El candidato oficialista (100% alineado con Lula y Dilma), Rui Falcão, venció con casi 70% de los votos. El candidato “izquierdista” mejor colocado, Valter Pomar, un bolivariano de pura cepa, tuvo sólo 7% (los otros dos no llegaron ni al 1%). Falcão ha declarado que los presos petistas son inocentes, aunque no llegó a condenar los juicios.
A diferencia de las internas anteriores, donde se mantuvo en segundo plano, Lula jugó todo su peso político para aislar a las otras tendencias. Todas cuestionaban la política de alianzas sin límites a la derecha del PT y del gobierno, que se profundizará en la campaña a la reelección de Rousseff en 2014. Con el asunto del mensalão y la interna “resueltos”, Lula tiene las manos libres para montar un cuarto mandato en condiciones de crisis económica y social agudas, en que se anuncia una tentativa de ataque violento a conquistas históricas de la clase trabajadora.
Que las sentencias y prisiones del STF fortalezcan al Estado frente al rugido anticorrupción de las manifestaciones de junio-julio es más que dudoso: el mismo Estado ha dejado públicamente prescribir crímenes semejantes cometidos por la oposición burguesa. En San Pablo ha estallado un escándalo de corrupción (“propinas” y extorsión), que implica a allegados al intendente petista (Fernando Haddad) y al candidato del PT a gobernador 2014 (Alexandre Padilha). El potencial de crisis del mensalão no ha sido agotado con las prisiones; es una etapa de la descomposición del régimen político brasileño.

Edgar Azevedo

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