martes, agosto 12, 2025

CGT: renovación colaboracionista en marcha


El 16 de agosto, una gran cita para luchar por una dirección clasista del movimiento obrero.

 Los dirigentes de la CGT discuten intensamente. Pero no cómo derrotar a Milei, sino cómo cambiar de caras para renovar su política colaboracionista. Efectivamente han fijado fecha tentativa el 4 de noviembre para elegir un nuevo Consejo Directivo, suponemos que en uno de sus amañados y burocráticos congresos confederales. 
 La fecha ya entraña la primera trampa. Es unos días después de las elecciones de octubre para acomodarse a los resultados: si gana Milei, más “dialogismo” todavía, si pierde, preparar las maniobras para el apoyo al “volveremos” pejotista. Por eso, mientras descuidan o traicionan todos los frentes de lucha de la clase obrera, no descuidan colar algún nombre en las listas de octubre vía el “Movimiento Derecho al Futuro” que apoya toda la burocracia sindical, incluidas las CTAs y la Utep, todos en el mismo barco. 
 Están empeñados en debates del tipo de si seguir con un triunvirato o definir un secretario general. En este punto, viejos y avezados burócratas se inclinan por otro trío, porque estiman que si no se rompe la unidad agarrada con alfileres, mantenida por derecha mediante la eyección de Pablo Moyano, a pesar de sus muy módicos pataleos pseudocombativos. La fragmentación en fracciones infinitas parece darles la razón a los “triunviristas” como Gerardo Martínez o Andrés Rodríguez. Se han separado a los “independientes” entre sí, lo mismo los gordos como Cavalieri y Daer, separados hace tiempo; hay kirchneristas que están en la Corriente Federal y otros los que no como Furlan de la UOM, y así podríamos seguir con el debilitamiento del moyanismo o el barrionuevismo con influencia en grupos de gremios, pero mucho menor al pasado. Y ni hablar de las divisiones en varias CGTs locales y a la desaparición de otras, que eran las poderosas seccionales en el pasado. El desprestigio de la burocracia sindical, entregadora bajo distintas formas frente a todos los gobiernos, mientras los trabajadores pierden y pierden, está en la base de esta enorme crisis. 
 En cualquier caso, los nombres que giran, sea para un secretario general único o para una mesa chiquita colegiada tienen un claro contenido. Sea el propio Gerardo Martínez que quiere seguir en su jugosa función “internacional”, sea Jorge Sola del Seguro, un interlocutor con el capital financiero, gran promotor de “una especie de Coloquio de Idea con empresarios, sindicalistas y expertos en 2022” (Infobae), o sea Cristian Jerónimo de Empleados del Vidrio, que ostenta la cucarda de haber sido el único escuchado por Amcham (la cámara de empresas argentino-norteamericana). Otro promocionado para la secretaría de la juventud por Moyano padre es el hijo menor, Jerónimo, de la misma orientación pro reforma laboral de Facundo. Y Furlán es el sindicalista de Paolo Rocca. La derechización de la burocracia sindical marcha en espejo con todo el arco político patronal. 
 Esta orientación de fondo de la burocracia sindical peronista se vio reflejada en toda la línea en el reciente documento leído en Plaza de Mayo, el día de San Cayetano, en la escuálida movilización de aparato realizada en apoyo a la Utep y su movida con la curia. 
 En el documento se dice “Creemos en el diálogo social como herramienta clave y eje central en la búsqueda de consensos que posibiliten la puesta en marcha de políticas superadoras…”, después de decir que “el equilibrio fiscal no puede basarse en el desequilibrio social”. Ni una palabra del FMI, ninguna propuesta de ruptura de fondo con la política actual, ni una palabra hacia las durísimas luchas de la clase obrera, cero planteo de lucha general. Es un documento de cobertura a Gerardo Martínez que se sentó en el Consejo de Mayo a “dialogar” sobre la reforma laboral ante un gobierno de guerra contra los trabajadores. Como Andrés Rodríguez y ATE que proponen “mesas de diálogo” ante la masacre estatal. El punto crucial es que todas las alas que disputan el reparto de ¿poder? interno en la CGT comparten la agenda patronal, como la comparte el peronismo. 
 El punto que discuten es cómo llevar adelante las reformas laboral, previsional e impositiva, no ir por recuperación de los derechos ya arrebatados y los que vienen a arrebatar. 
 Y que esto es así se traduce cada día en la arena más vital, la de cada lucha obrera. En estos momentos 140.000 docentes universitarios más todos los no docentes paran en todas las universidades del país, estalla una ocupación en Químicos de Río Tercero en Córdoba ante la violación de la conciliación por 120 despidos, en siete provincias paran los docentes contra la miseria salarial, Conaduh para toda la semana en facultades y colegios preuniversitarios, se viene otro paro en el Garrahan, los jubilados no abandonan la calle un solo miércoles ante la brutal represión de Bullrich. Y el marco de estas y otras muchísimas luchas obreras como Morvillo, Secco, Inti, Georgalos, como las del Sutna por su paritaria y contra los despidos, etc., es el de grandes sindicatos que firman paritarias al 1% mensual como Comercio y Gastronómicos o cosas parecidas como la UOM, entregando los reclamos. Al punto que en julio el consumo minorista cayó un 5% respecto de junio, con aguinaldo y todo. Denuncian el cepo paritario, pero lo convalidan. 
 Esta es la foto viva del colaboracionismo de la burocracia sindical, que maniobra con “apoyos” de aparato a los que luchan para lavarse la cara, nunca para organizar una irrupción de conjunto. Ahogan a los que luchan aislándolos en sus gremios, al mismo tiempo no organizan lucha alguna con sus delegados regimentados. Milei se sostiene en gran medida por este rol de todas las centrales, porque las CTAs hacen seguidismo de la CGT. Y claro, explican que no podrían decretar una huelga general porque no sería cumplida, pero la huelga general se prepara con una política, convocando a cada lucha, organizando cada gremio, haciendo participar a millones de trabajadores desde abajo.
 La nueva dirección de la CGT se elegirá, en todo caso, sin mandato de base alguno, sin programa ni plan de lucha para la etapa, sin debate alguno entre seccionales y delegados obreros, ni hablar de asambleas. Precisamente eso es lo que iremos a debatir centenares de dirigentes, delegados y activistas combativos el 16 de agosto en el Aula Magna de la Facultad de Sociales. La lucha contra Milei, por un plan de lucha hasta la huelga general para derrotarlo es simultáneamente una lucha contra el colaboracionismo de la burocracia sindical. Se borraron ante la Ley Bases, depositan en el parlamento y la oposición patronal cómplice la responsabilidad de enfrentar un régimen antiobrero y proimperialista hasta la médula. Milei está atacando en regla hasta el derecho de huelga y manifestación, reprimen y persiguen judicialmente a los luchadores. Atacan los convenios colectivos y van por el sistema previsional entero.
 Pretenden aniquilar la organización de los desocupados que siguen luchando, por eso llevan al Polo Obrero a juicio. La cuestión estratégica de la recuperación de los sindicatos de manos de la burocracia está al rojo vivo. En el plenario estarán presentes los luchadores que forman listas antiburocráticas en todos los sindicatos. Estaremos también todos los activistas obreros que nos movilizamos contra el genocidio palestino, demasiado para la burocracia sindical. 
 Es muy clara la necesidad de formar un bloque de independencia política en el movimiento obrero. El 16 daremos un enorme paso en ese camino. Fuera Milei. Abajo la burocracia sindical. Por la victoria de todas las luchas obreras.

 Néstor Pitrola

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