miércoles, octubre 10, 2007

La Gran Revolución Socialista en Rusia.



Ya casi nadie habla de la Revolución Rusa salvo para detractarla o pretender sacar conclusiones que desanimen a las nuevas generaciones de militantes. Las historias deben ser contadas de manera que sirvan para infundir ánimo y deseos de luchar.
Por eso cuando se encara la historia de la Revolución como fracasos la intención es precisamente la de causar decepción en aquellos militantes que ante las dificultades y zigzag de la lucha de clases consideran imposible cambiar el curso de la historia.
Sin embargo los procesos son dirigibles, y es más lo conveniente es que los procesos no lo dirijan a uno.
Reconocemos que hablar de los acontecimientos históricos de esta forma y por radio no es lo más conveniente y tratándose de la Revolución Rusa, el desafío parece mayor aún.
Pero esta es nuestra trinchera actual, la que nos ha tocado por el momento y desde la cual trataremos de hacer llevadera tanto la tarea como el tiempo de quienes deben soportarla.
Decía Carlos Marx que la historia no hace nada, los hechos de la historia en cambio los hacen los hombres.
Una Revolución tiene también hombres de carne y hueso, con sus sentimientos, sus pasiones y sus momentos de brillantez y de miserias.
Pese a ello trataremos de hacer llevaderas estas páginas de la historia de uno de los hechos que muchos historiadores consideran el más importante después del surgimiento del cristianismo, o de la conquista de América.
Si hubiera sido hace cuarenta años atrás muchos se pelearían por escribir sobre la Gran Revolución de Octubre hoy en cambio y tristemente sobrarán los dedos de la mano para quienes lo intenten.
Hasta en el Parlamento, la “Duma” uruguaya se está trabajando para condenar “las hambrunas del comunismo” por falta de elementos de juicio los legisladores del Frente Amplio encargaron a una señorita “becaria” la reunión de datos sobre el tema para “poder hablar con propiedad”.
¿Qué dirían aquellos que te dije, si les contaran en el infierno celestial, lo que está pasando en el paraíso progresista?
Dice el historiador ruso Viacheslav Jalipov en un material que nos obsequiara hace un tiempo el compañero Leonardo Danovich y que perteneciera su querida madres que: Octubre es el mes de la gran revolución Rusa que dio inicio al proceso gigantesco de renovación revolucionaria en la vida de muchos procesos del planeta.
La Gran Revolución Socialista de Octubre trajo enormes cambios sociales vividos por la humanidad y los trabajadores.
La influencia de la Revolución de Octubre de 1917 significó un viraje en redondo en relación c on los destinos de la humanidad. Sobre su experiencia práctica se inspiraron en sus ideas de esa revolución triunfante.
La instauración del poder de los trabajadores, en octubre de 1917, ha sido un ejemplo de cómo se llevan a la práctica las ideas fundamentales de la teoría del marxismo que se refieren al arte de preparar y llevar a efecto la revolución, uno de los aspectos más complejos de la actividad práctica de la clase obrera y de su partido político.
Este triunfo sentó las bases para crear un régimen nuevo, un Estado nuevo e inauguró una época nueva en la historia de la humanidad.
Lenin estaba convencido de que las revoluciones socialistas en otros países habrían de recorrer inevitablemente en lo principal y sustancial, el mismo camino que Rusia. Estimaba que, en general, los rasgos principales de la revolución Rusa así como muchos de sus rasgos secundarios, tienen alcance internacional en cuanto a la influencia que ejercen en otros países.
El viraje histórico dado en octubre de 1917 dejó su huella imborrable en el movimiento revolucionario mundial y en los de liberación, transformándose en manantial de poderosos torrentes revolucionarios que han purificado la vida contemporánea.
La Revolución impulsó un proceso irreversible a nivel mundial dando alas al movimiento emancipación social de los trabajadores que se desplegó por doquier en todos los continentes y regiones del globo terráqueo.
A partir de ese momento la palabra “socialismo” fue traducida del lenguaje teórico al de la práctica, hecho que definió el rumbo principal del desarrollo social de nuestra época.
Cualquiera que sean los esfuerzos del imperialismo y de los enemigos de la Revolución Rusa siempre será imposible desconocer los avances del proceso socialista mundial, cuyo punto de partida fue la Victoriosa Revolución de Octubre de 1917.
La Revolución Socialista en Rusia dio una respuesta convincente a la pregunta de cómo y de que manera es posible asegurar a la gente una vida próspera y feliz. Y también dio respuesta a la pregunta de cuál es la clase social capaz de encabezar el avance de la humanidad hacia el triunfo de la democracia y la justicia social.
Aquella revolución dio la respuesta porque ella junto con las que sucedieron en otros países, corroboró la idea de los fundadores del socialismo científico acerca de la misión histórica de la clase obrera, que interviene en alianza con el campesinado y otras capas de trabajadores.
La Gran revolución Socialista de Octubre esclareció tanto las leyes objetivas generales de la transición a la nueva sociedad como las de su construcción.
Entres éstas figuran la inestabilidad de la revolución socialista, en una u otra forma, durante la transición del capitalismo al socialismo, el papel del dirigente de la clase obrera y de su partido durante la preparación y realización de la revolución, así como en el curso de la construcción del socialismo; el establecimiento en una u otra forma del poder de la clase obrera, la defensa de las conquistas revolucionarias frente a los atentados de los enemigos de clase.
La revolución social iniciada en octubre de 1917, significó la sustitución radical de los tipos de propiedad y de las relaciones de producción que forman la base de la sociedad y significó que se opera una profunda reestructuración de los pilares fundamentales de los pilares fundamentales de la vida de la sociedad.
A pesar de la destrucción del Socialismo real en la ex Unión Soviética y el resto de los países del este Europeo la marcha de los acontecimientos mundiales a lo largo de los siete decenios que duró el sistema socialista mundial mostraron sin embargo que el nuevo régimen era capaz de resolver los problemas candentes planteados ante millones de seres humanos: eximirlos de la opresión, el hambre y la miseria; asegurar a los trabajadores la plenitud de sus derechos y la de sus libertades y afianzar la justicia social, la auténtica democracia, la paz y la amistad entre los pueblos.
Aquella sociedad socialista le abrió amplias posibilidades al trabajador, aunque habiéndose desarrollado en condiciones complejas, choco con una serie de problemas, dificultades y obstáculos.
Junto con los logros y éxitos el Socialismo en la URSS tuvo fracasos inevitables y retrocesos, enfrentando fenómenos críticos y también se cometieron errores.
Pero durante ese tiempo el socialismo puso de manifiesto su fuerza, su capacidad para superar los obstáculos y hasta para hallar salidas a situaciones difíciles.
Una etapa trascendental en el desarrollo de la formación socioeconómica nueva fue la transformación en sistema socialista mundial.
Desde el momento del triunfo de la Revolución de Octubre hasta el de la formación del sistema socialista mundial pasaron unos 30 años. En esa etapa, el proceso alcanzó una meta cualitativamente superior.
En nuestra época y hasta su degeneración total el sistema socialista mundial se convirtió en la fuerza revolucionaria rectora de la contemporaneidad en la lucha contra las fuerzas reaccionarias del imperialismo, en la pugna por imponer la paz y por conquistar la libertad de los pueblos. Ese sistema fue un poderoso acelerador del progreso social de la humanidad y la importante entidad internacional que influyó en los más distintos procesos sociales que tuvieron lugar en el planeta.
En aquella lucha por defender sus derechos contra los atentados terroristas de la reacción y la agresión imperialista muchos pueblos podían contar con el respaldo de los países socialistas.
El socialismo llegó a estar edificándose y desarrollándose en unos 15 países situados en distintos continentes.
Aquellos pueblos de los países socialistas se habían pertrechado de la teoría revolucionaria de vanguardia y veían las perspectivas de su avance, creando con tesón y consecuencia una nueva sociedad.
Luego de haber triunfado primeramente en Rusia como resultado de la Revolución de Octubre, el Socialismo proclamó su finalidad.
“Todo en aras del hombre, todo para el bien del hombre”.
El Socialismo había liquidado la explotación del hombre por el hombre, la opresión social, el hambre la miseria y el analfabetismo de muchos millones de personas; despejando amplios horizontes para el desarrollo dinámico y proporcional a las fuerzas productivas el progreso científico técnico, no llenado aparejado el desempleo, como ocurre en el mundo capitalista, sino la ocupación general, la elevación del nivel educacional y cultural de los trabajadores, el crecimiento de su bienestar, las condiciones de vida, cristalizadas sobre los principios de la justicia, el colectivismo y la ayuda mutua.
La experiencia de la ex Unión Soviética que fue la primera en abordar la construcción de la nueva sociedad, ha desempeñado y continuará desempeñando pese a su destrucción un importante papel en el desarrollo de otros países que siguieron su ejemplo. El socialismo como sistema mundial manifestó sus posibilidades inagotables para solucionar los problemas sociales, asegurar el crecimiento dinámico de la producción social y sobre esta base asegurar también la satisfacción cada vez más plena de las necesidades materiales y espirituales de los trabajadores. Sin embargo esto no implicó que el avance se realizara en forma fluida, ni tampoco que muchas veces se pudiera frenar o estancarse.
En los últimos siete decenios que correspondieron al desarrollo del Socialismo en Rusia las condiciones de la lucha de clases a nivel universal cambiaron de manera radical.
Pasaron a la historia las ideas de la inquebrantabilidad del régimen burgués, de la dominación perpetua del capital.
El poder del capital derrocado en un país ya no podía presentarse como algo inmutable y sólido para millones de oprimidos en otros países.
El triunfo de la Gran Revolución de Octubre dio un poderosísimo impulso al proceso revolucionario en todo el mundo.
Los acontecimientos que en 1918 tuvieron lugar en Alemania y en 1919 en Hungría, Baviera y Eslovaquia, las repúblicas soviéticas se mantuvieron 133 días en Hungría, 19 días en Baviera, y 20 días en Eslovaquia, ejercieron una sensible influencia en levantar el estado de ánimo de los revolucionarios en varios países.
Una poderosa ola de huelgas inundó entonces Francia, Inglaterra, Italia, Estados Unidos y Japón.
En todo el mundo se desplegó un amplio movimiento de solidaridad internacionalista con los trabajadores de Rusia.
En muchos países el auge de la lucha de clases llevó a la fundación de partidos comunistas y el ejemplo de los trabajadores del primer Estado Soviético ayudó a la clase obrera de varios países capitalistas a lograr ciertas conquistas sociales.
Durante los decenios transcurridos después de Octubre de 1917 el capitalismo experimentó cambios ostensibles, pero en el momento actual tropieza con un entrelazamiento inusitado de todas sus contradicciones con sucesivas y tantas crisis sociales, económicas y militares con tantas contiendas como no había conocido nunca en toda su historia.
La naturaleza del imperialismo no ha cambiado. Sigue siendo el principal enemigo de la clase de trabajadores y la principal fuente de peligro de guerra que amenaza la existencia misma de la humanidad.
Durante el tiempo transcurrido después de octubre de 1917 se consolidó la clase obrera internacional, los partidos comunistas, los sindicatos que encabezaban la lucha de los trabajadores cambiaron sustancialmente las condiciones en que transcurrió esa lucha, sus formas sus métodos y se operaron cambios ostensibles, tanto en las bases económicas como así también en la superestructura política e ideológica de la sociedad burguesa.
El capitalismo contemporáneo dispone de una gran capacidad para la maniobra social; se adapta con facilidad a las cambiantes condiciones; cuenta con la regulación monopolista estatal de la economía y utiliza para sus propios fines los resultados de la revolución científica técnica,
recurre a los procedimientos de la demagogia social, el flirteo con los sectores populares, al tiempo que descarga crueles represiones policiales y esgrime una hábil propaganda ensalzando el régimen explotador, en medio del desenfreno del anticomunismo y la guerra sicológica contra el socialismo. El imperialismo no tuvo ni el menor escrúpulo ni el más mínimo reparo ante el empleo de las bombas atómicas. Actualmente en medio de las guerras de Irak y Afganistán intenta dar un nuevo paso irreparable trasladar la carrera de armamentos al espacio.
Lleva a cabo la más despiadada explotación de los Estados del llamado Tercer Mundo, pasa a ser un factor cada vez más importante de los programas militaristas del imperialismo de su política interna y de su existencia misma.
Es cierto que cayó el socialismo real pero con el triunfo de la Revolución de Octubre se dieron revoluciones en otros países, se profundizaron los nexos entre el mundo del socialismo real, la lucha revolucionaria de la clase obrera internacional y la lucha de liberación nacional de los pueblos de los países coloniales y dependientes.
El mapa del mundo cambió.
En lugar de antiguas colonias y semicolonias surgieron los Estados Independientes. Ese cambio radical en la vida de los pueblos de varios países incluyo elementos de las revoluciones sociales. Fue quebrado el aparto de opresión colonial. Los círculos que servían lo intereses de los colonialistas y que eran portavoces en aplicar su política, cumpliendo dócilmente su voluntad , se vieron debilitados del poder. La conquista de la independencia política creó condiciones favorables para emprender acciones más decididas para renovar radicalmente la vida de los estados recientemente independizados.
Más de cien países, antiguas colonias y semicolonias de los Estados Imperialistas, han conquistado su libertad y soberanía. Una parte de esos países se inclina por la orientación socialista. Tales fueron los síntomas reales de nuestro tiempo, saturado de profundos cambios y transformaciones históricas.
También pudimos ver y comprender que la independencia política por si sola no aseguraba a los jóvenes Estados soberanos la posibilidad de superar felizmente las dificultades que enfrentaban ni de solucionar los problemas urgentes.
Por culpa del imperialismo muchos pueblos se han retrasado considerablemente en el terreno de la economía, en el campos social y ene le cultural. El imperialismo ha creado una forma específica de dominio y explotación de unos países con otros, sin repartir jurídicamente los territorios entre las potencias imperialistas.
Pese al derrumbamiento del sistema colonialista, el imperialismo logra continuar explotando a los países en desarrollo, habiendo cambiando sustancialmente los métodos de su expoliación por el capital monopolista.
Por si fuera poco se ha dado la situación en que debido a la deuda externa, los enormes pagos de intereses de los países en desarrollo superan las inversiones procedentes de los Estados capitalistas industrializados. Los pueblos de los países en desarrollo se ven en la necesidad de tener que literalmente vaciarse los bolsillos para que se lucren los “bienhechores” imperialistas.
Hace más de noventa años Lenin advertía que el imperialismo implica “la ampliación y la intensificación del yugo nacional sobre una nueva base histórica”.
En las actuales circunstancias en el proceso uruguayo el movimiento iniciado para lograr la liberación nacional, a perdido enfoque en su necesario y decidido objetivo de lucha contra el capitalismo. Y se pone de manifiesto la manera como se desdibuja su esencia antiimperialista.
Al mismo tiempo que se conjuga con los anhelos del pueblo uruguayo de independencia y cambio social para lograr un progreso sustancial.
Muchos ideólogos y detractores del comunismo y el socialismo han hecho todo lo posible por quitarle importancia y trascendencia a la enorme fuerza del movimiento de liberación nacional, influido en nuestro país como en otras partes del mundo por las ideas de la Revolución de Octubre primero y la de las Revolución cubana a partir de 1959.
Los éxitos del socialismo real, la intensificación de la lucha de los pueblos de los países de reciente soberanía en Asia y Africa, los profundos cambios de la vida de muchos de esos países, la opción de muchos de ellos por la vía de orientación socialista.
La revolución acaecida en Rusia fue el punto culminante de la creación histórica de los sectores populares, la hora estelar del pueblo triunfante, que se sacudió el yugo de la opresión y la explotación. El tiempo transcurrido después de ese acontecimiento que sigue siendo el de mayor trascendencia hasta hoy ha acentuado y dado mayor brillo a su significación internacional imperecedero por más que otros hombres modernos hayan traicionado sus valores.
En octubre de 1917 se trazó una línea divisoria en el avance de la historia y en la política de clases de los partidos y de los estados.
En tiempos del Sistema Socialista real ya más de un tercio de la población mundial se había liberado de las cadenas de la explotación capitalista, el socialismo existía, se desarrollaba y fortalecía como sistema mundial, a la vez que desaparecían los imperialismos coloniales.
Por eso sin tener en cuenta esta revolución socialista, la Gran Revolución de Octubre de 1917 en Rusia no se conocerá el principio de todos los principios, que es la clave también para este presente y el futuro.
Sin tenerla en cuenta será imposible apreciar con justeza ningún otro acontecimiento importante de la actualidad ni pronosticarlos en el futuro.
Estos, nuestros días de hoy, se suceden entre los recuerdos de los últimos decenios del Socialismo real en la ex Unión Soviética, entrelazados con la savia nueva de la Gloriosa Revolución Cubana.
Entre ellos, el transcurso de nuestro propio proceso liderado por un lado bajo la bandera del marxismo leninismo, en sus distintas modalidades de acumulación de fuerzas y alianzas de clases, y del camino de la liberación nacional.
También en nuestro caso hubo una revolución en febrero y aún no se ha producido un Octubre.
Los “menches” sin embargo no perdurarán toda la vida y han de aparecer los bolcheviques más temprano que tarde con sus nuevas tesis de abril y exigiendo todo el poder a los soviets.

1 comentario:

OSSABAL.V dijo...

Tengo una pregunta, porque la revolucion socialista se dio en un pais relativamente atrasado como rusia (en ese momento)y no en uno de buen desarrollo capitalista como alemania?