martes, julio 17, 2012

Entrevista al diputado español Alberto Garzón de IU


Publicamos a continuación una entrevista que desde LUCHA DE CLASES realizamos al diputado de Izquierda Unida por Málaga en el Congreso de los Diputados, Alberto Garzón. Dicha entrevista se realizó el pasado martes 10 de julio.

Recientemente lanzaste una nueva publicación, Esto tiene arreglo. En lo que respecta a las ideas que expones en esta obra ¿Qué diferencias hay entre este libro y el que escribiste el año pasado con Juan Torres y Vicenç Navarro?
Se trata de un libro publicado en solitario y por lo tanto que refleja con nitidez los pilares fundamentales de mi pensamiento, algo que no es lógicamente posible en un libro escrito por tres autores que aunque compartan elementos de análisis fundamentales también tienen importantes diferencias de forma y fondo. En este sentido puede afirmarse que se trata de un libro más combativo con el sistema económico capitalista, de la misma forma que tiene un enfoque de lucha de clases más claro.
En diferentes ocasiones en las últimas semanas has mencionado el fenómeno Mélenchon ¿Cuáles crees que son las principales lecciones a sacar para otros partidos de la izquierda europea?
Creo que el caso de Syriza es representativo de cómo puede canalizarse la frustración creciente de una población que sufre las consecuencias de la dinámica de un sistema económico regido por la lógica de la ganancia y que no tiene una relación directa con cualquier lógica social. Estamos viviendo una crisis del sistema y también de la ideología dominante, de modo que es natural que los representantes políticos de esa ideología sufran electoralmente. La gente necesita ahora referentes políticos y teóricos que alumbren una esperanza, y creo que eso es lo que está funcionamiento bien en el caso de Syriza.
Tú haces énfasis correctamente en que no se puede contentar a todos en política, que hay que elegir…
El sistema económico capitalista es un sistema estructurado en clases sociales con intereses antagónicos, de modo que no se pueden articular políticas que beneficien a todos por igual. Por eso hay que tomar partido, describiendo cuál es el escenario económico al que queremos ir y actuando en consecuencia.
Algunos compañeros en la izquierda defienden la ruptura con el euro ¿Qué piensas tú de esto?
Creo que se necesita un análisis económico riguroso detrás de cada debate sobre el euro. España ha crecido económicamente gracias a un déficit comercial –importaciones muy superiores a las exportaciones- que ha sido financiado con dinero del exterior –endeudamiento. Si saliésemos del euro tendríamos que ver qué lugar le queda a España en un mundo capitalista donde la ganancia es lo único importante –qué produciría, cómo lo haría, y cómo financiaría el nivel de consumo que tiene ahora, por ejemplo. Son cuestiones que hay que plantear. Actualmente, y dado el contexto, creo que se puede lograr mucho más estando en el euro y jugando la baza de la posible implosión de la UE.
Sin embargo, por ejemplo, la salida unilateral del euro para Grecia traería catastróficos resultados en inflación y pauperización para la mayoría de la sociedad. Entonces, en relación a las dos preguntas anteriores ¿No crees que se necesita una alternativa común en el seno de la UE que represente una solución para la clase trabajadora y los sectores más humildes de la sociedad del máximo de países europeos?
Técnicamente lo deseable sería una alianza entre los países de la periferia europea, al estilo del ALBA latinoamericano, pero políticamente estamos aún lejos de poder aspirar a construir algo parecido. Sin duda dentro o fuera de la UE y el euro vamos a vivir un proceso de retroceso social y económico que abrirá nuevas opciones políticas. La clave está, en mi opinión, en saber en qué posición se encontrará nuestra organización a la hora de canalizar la frustración creciente.
Hablas de superar el capitalismo ¿No crees que ya llegó la hora de referirse en positivo a la necesidad de superar el capitalismo luchando por el socialismo?
No se trata sólo de un problema nominalista o técnico, sino de difusión política. Creo que tenemos que aspirar a una sociedad sin clases sociales y cuyo sistema económico lógicamente no esté regido por algo tan irracional como la ganancia capitalista sin freno, pero no me importa el nombre que reciba ese tipo de sociedad. Si acordamos en llamarlo socialismo, poscapitalismo o comunismo es algo que en mi opinión no importa. La clave es cómo se conforman las condiciones de vida y de trabajo de la gente. En definitiva, aunque los símbolos y nombres tienen un valor evidente creo que hay que priorizar el contenido político y económico de las propuestas y no tanto el nombre, que por otra parte tiene connotaciones muy variadas.
¿Qué lecciones crees que hay que sacar de la caída de la URSS y de otros países de lo que se dio en llamar “socialismo real”?
Sin duda muchas, tanto positivas como negativas. En el orden de las negativas, para ejercer una autocrítica, tenemos que renunciar a una burocracia tan anquilosada y que permite la gestación de clases dirigentes oscuras y alejadas del sentir de la calle. Por otra parte, hemos de incorporar elementos de análisis ecologistas y feministas para saber bien cómo debe ser un sistema económico social y ecológicamente justo. Los avances técnicos nos permiten pensar en la posibilidad de una democracia real radical que evite la alienación política.
Tú te diste a conocer en las movilizaciones del 15-M, que revelaron entre otras cosas un escepticismo de sectores de la juventud y del conjunto de la sociedad hacia los políticos institucionales, incluyendo en mayor o menos medida a IU ¿Qué crees que debe hacer IU al respecto? ¿No está demasiado encorsetada en la política institucional?
El riesgo de institucionalización es evidente y muy peligroso, porque hace perder el norte incluso a la persona más honrada y sensata. El tiempo y energía hay que dedicarlos de forma óptima, y probablemente el trabajo institucional de oposición o gobierno muchas veces no sea lo más adecuado. El problema, como siempre, es que hay que tener un objetivo concreto y una estrategia a la que subordinar el resto de las acciones. Es decir, si se está en una institución es como medio, para responder a una estrategia y consecución de un objetivo. De otra forma estaremos despistados y crecientemente aislados de nuestra ideología. En mi opinión el objetivo es la superación del capitalismo y la estrategia debería estar contextualizada en términos económicos y reflexionada colectivamente. Y desde luego siempre sin desconectar de una realidad y una calle en la que hundimos nuestra fuerza. Si no mantenemos la conexión con la clase trabajadora entonces navegaremos a la deriva.
Está habiendo polémica en IU sobre cogobernar con el PSOE en Andalucía. Tú, Sánchez Gordillo y Julio Anguita propusisteis una línea de actuación diferente a la que finalmente tuvo la mayoría de la dirección de IU en Andalucía ¿Qué postura inicial crees que debería haber adoptado IU?
Creo que hubiera sido deseable no entrar tan precipitadamente en el gobierno, porque antes era prioritario determinar con mucha más precisión y de forma colectiva la estrategia y los límites de una alianza de esa naturaleza. Si bien mis razones no son las mismas que las que mantuvo Gordillo, por ejemplo. Yo no creo que no sea razonable entrar en un gobierno, porque en realidad nos presentamos a las elecciones para gobernar, pero sí entiendo que cada contexto debe estudiarse con mucho cuidado para medir bien las consecuencias a todos los efectos. Personalmente no creo que se dieran las condiciones para entrar y por eso hice pública mi opinión. Ahora bien, los compañeros decidieron colectivamente y de forma mayoritaria que cogobernar era lo correcto, y eso es lo más respetable y lo que ahora importa. Entiendo que es una prioridad que nuestra organización no se fragmente como consecuencia de este proceso, porque vienen luchas donde necesitamos estar muy fortalecidos. En concreto, ahora tenemos que reflexionar sobre la estrategia a medio y largo plazo en un contexto de recrudecimiento de la crisis, disminución de los ingresos autonómicos y descrédito de los partidos políticos tradicionales. A finales de julio se presenta el techo de gasto que obligará a las comunidades autónomas a recortar, mientras que en octubre tendremos unos presupuestos brutales que nos llevarán a un escenario a la griega. En mi opinión necesitamos debatir de política con mayúsculas y plantear qué papel vamos a tener en los próximos meses y años.
En mi Asamblea de afiliados (Puerto de la Torre en Málaga), los afiliados activos se han duplicado en un año. Sin embargo, los censos actuales muestran unas cifras de afiliación realmente magras ¿Cuáles crees que deben ser las prioridades en las líneas de trabajo de IU?
La gente está buscando un referente político y teórico que debería ser Izquierda Unida. Pero para ello nosotros tenemos que ser claros con nuestro programa, estrategia y desde luego mantener una importante coherencia. Incluso aunque nunca estemos exentos de contradicciones. Además, sin duda necesitamos reforzar los mecanismos de afiliación, puesto que somos una de las organizaciones europeas más aisladas de sus votantes (relación votante/militante) y tenemos que corregir eso para evitar errores de interpretación acerca de lo que desean quienes nos votan en cada elección.

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